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BUENAS PRACTICAS EN EDUCACION INCLUSIVA

El término “inclusivo” se lo debemos a Ainscow (2000) pero hasta entonces,


hemos utilizado diferentes términos como integración, normalización, enseñanza
basada en el currículo, et. En la actualidad, el concepto mantiene un enfoque
global y abarca no sólo al aula sino al centro como organización.
En el capítulo se utiliza la expresión “buenas prácticas” ” refiriéndonos a aquellas
que acciones o situaciones educativas que reconocen la diversidad del alumnado
y alcanzan los logros personalizados, atendiendo a las diferencias, las
necesidades de los alumnos ofreciendo la flexibilidad organizativa y metodológica
que precisan. Utilizamos ejemplos cuya finalidad es el aprendizaje de algunas
posibilidades. Recogemos experiencias a modo de ejemplo, con el fin de clarificar
y estructurar los indicadores de las diferentes dimensiones que recoge el índex for
inclusión de Ainscow (2000). Aquellas que puedan resultar clarificadoras y
ejemplificadoras. En ningún caso deseamos su replicabilidad absoluta, sino a a
modo de ideas o sugerencias
En 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclama la
educación como un derecho. Más adelante, en la Asamblea de 20 de noviembre
de 1989, en el texto aprobado por la Convención de los derechos del niño, se
acuerda que este derecho es para todos los niños y niñas. Con lo cual, el artículo
segundo de la Convención queda redactado de manera siguiente “Todos los
derechos deben ser aplicados a todos los niños, sin excepción alguna, y es
obligación del Estado tomar las medidas necesarias para protegerle de toda forma
de discriminación.”
La educación, además de ser un derecho se convierte en una obligación, por lo
menos desde los 6 hasta los 16 años en el caso del sistema educativo español.
Este hecho nos hace pensar que es motivo suficiente para que los centros
educativos ofrezcan el mejor de los escenarios. Es decir, que todos los niños y
niñas tuvieran experiencias socio-educativas de calidad y que les ofreciera las
mismas oportunidades.
Según una publicación de la OCDE3 en el año 2007:
“La equidad en la educación tiene dos dimensiones. La primera es la
imparcialidad, básicamente significa asegurar que las circunstancias sociales y
personales, como el sexo, la condición socioeconómica o el origen étnico, no sean
un obstáculo para realizar el potencial educativo.
La segunda es la inclusión, es decir, garantizar un estándar mínimo básico de
educación para todos; por ejemplo, que cada persona sepa leer, escribir y hacer
operaciones simples de aritmética. Las dos dimensiones están estrechamente
entrelazadas: atacar el fracaso escolar ayuda a superar los efectos de las
privaciones sociales que a menudo provocan dicho fracaso” (Simon, 2007
En la actualidad, el término inclusivo mantiene un enfoque global, pero éste ido
modificándose con el tiempo. Anteriormente, en los años 70 se utilizaba la
expresión “integración” para referirnos a la inclusión de alumnos con Necesidades
educativas especiales (NEE) en aulas “normalizadas”.
Fueron los autores Booth y Ainscow (2000) quienes aportaron el concepto
“Educación
Inclusiva”, un concepto que engloba otros factores más amplios que la integración.
CALIDAD
“la calidad” estaba asociada únicamente a los resultados. Sin embargo, hoy se
entiende la calidad en educación con un enfoque global, es decir, que sin perder
de vista la dirección hacia unos resultados, se requiere de unos procesos
absolutamente necesarios.
Abarca, diferentes agentes, procesos y acciones de la institución educativa
(Mediano & Galán,
2001).
“Un centro educativo de calidad es aquel que potencia el desarrollo de las
capacidades cognitivas, sociales, afectivas, estéticas y morales de los alumnos,
contribuye a la participación y a la satisfacción de la comunidad educativa,
promueve el desarrollo profesional de los docentes e influye con su oferta
educativa en su entorno social.
Un centro educativo de calidad tiene en cuenta las características de sus alumnos
y de su medio social. Un sistema educativo de calidad favorece el funcionamiento
de este tipo de centros y apoya especialmente a aquellos que escolarizan a
alumnos con necesidades educativas especiales o están situados en zonas social
o culturalmente desfavorecidas” (Marchesi & Martín, 1998 p.33 citado en Gil-
Jaurena, 2005 p. 619)
EFICACIA
“Una escuela eficaz es aquella que consigue un desarrollo integral de todos y cada
uno de sus alumnos, mayor de lo que sería esperable teniendo en cuenta su
rendimiento previo y la situación social, económica y cultural de las familias”
(Murillo, 2005 p.25 citado en UNESCO,2008
EQUIDAD
“Equivaler la igualdad de oportunidades, no es similar a la igualdad de resultados”
(Tourón, 2012)5
. La UNESCO (ibíd.) por su parte, lo define de la manera siguiente: Desde la
perspectiva de la equidad, es preciso equilibrar los principios de igualdad y
diferenciación, proporcionando a cada persona las ayudas y recursos que necesita
para que esté en igualdad de condiciones de aprovechar las oportunidades
educativas. Asegurar la igualdad de oportunidades en el acceso al conocimiento
requiere la provisión de instituciones y programas educativos suficientes y
accesibles para todos, tanto desde el punto de vista físico como económico.
PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN INCLUSIVA
“En el ámbito educativo, y en concreto, en la educación formal, la inclusión supone
una adaptación del sistema a los alumnos y no de los alumnos al sistema” (Save
the children, 2002). La UNESCO en 2009, teniendo en cuenta la cita anterior,
realizó un informe sobre las directrices que las políticas educativas debían seguir,
y planteó los siguientes objetivos para la consecución de una educación para
todos:
1. Extender y mejorar la protección y educación integrales de la primera infancia,
especialmente de los niños más vulnerables y desfavorecidos.
2. Velar por que de aquí a 2015 todos los niños, y sobre todo las niñas, los niños
que se encuentran en situaciones difíciles y los que pertenecen a minorías
étnicas, tengan acceso a una enseñanza primaria gratuita y obligatoria de buena
calidad y la terminen.
3. Velar por que sean atendidas las necesidades de aprendizaje de todos los
jóvenes y adultos mediante un acceso equitativo a programas adecuados de
aprendizaje para la vida diaria.
4. Aumentar de aquí al año 2015 los niveles de alfabetización de los adultos en un
50%, en particular tratándose de mujeres, y facilitar a todos los adultos un acceso
equitativo a la educación básica y la educación permanente.
5. Suprimir las disparidades entre los géneros en la enseñanza primaria y
secundaria de aquí al año 2005 y lograr para 2015 la igualdad entre los géneros
en la educación, en particular garantizando a las niñas un acceso pleno y
equitativo a una educación básica de buena calidad, con iguales posibilidades de
obtener buenos resultados.
6. Mejorar todos los aspectos cualitativos de la educación, garantizando los
parámetros más elevados, para conseguir resultados del aprendizaje reconocidos
y mensurables, especialmente en lectura, escritura, aritmética y competencias
prácticas esenciales para la vida diaria.
DIMENSIONES A CONSIDERAR
Mediante el Índex se analiza la inclusión o exclusión de un centro teniendo en
cuenta tres dimensiones: a) Su cultural, b) La política y c) La Práctica educativa.
Las tres dimensiones deben tener la misma importancia, motivo por el que sus
autores, las representan mediante un triángulo equilátero.
a) Cultura:
Cuando analizamos una cultura, la tarea principal consiste en establecer
correspondencias entre símbolos y significados. Sin embargo, un símbolo puede
adquirir una variedad de significados que se limitarán dependiendo del contexto,
por lo que nos enfrentamos a una tarea de gran complejidad, luego cada centro
tiene su propia cultura. Esta dimensión está enfocada hacia los valores y normas
escolares. Una cultura inclusiva se orienta en el ideario de comunidad escolar que
acoge, donde cada uno aporta un valor y enriquecimiento a la propia
organización. Atiende a unos valores en los que los integrantes de la comunidad
educativa participan de la misma en la toma de decisiones. La cultura de un
centro guía la siguiente dimensión, las políticas, relacionadas con las gestiones o
procedimientos de la escuela.
En esta dimensión podemos hablar de dos secciones, tal y como describen Booth,
Ainscow & Black-Howkins en el año 2000:
Construcción de comunidad
Incorporación de valores inclusivos
Política:
Esta dimensión se concibe como la gestión de los procesos y procedimientos que
se deben realizar en el centro y que ponen de manifiesto el ideario del centro,
hacia dónde se quiere llegar. Digamos que es parte de la expresión cultural. La
política hace referencia a todas las acciones que favorece la capacidad para que
el propio centro pueda realizar una atención a la diversidad real. En esta
dimensión se incluyen, por tanto, las siguientes secciones:
Desarrollo de una escuela para todos
Organización de la atención a la diversidad
c) Práctica:
Se entiende por práctica educativa aquellas acciones, estrategias, técnicas,
actividades, comunicaciones, dinámicas cotidianas que reflejan la cultura y las
políticas del centro. Nos referimos a las acciones que movilizan tanto a los
agentes de la comunidad educativa, como a las acciones que movilizan cada uno
de los integrantes (docentes, padres, equipo directivo), búsqueda de recursos,
contacto con el entorno, actividades extraescolares, etc. Las secciones que
pertenecen a esta dimensión son:
Desarrollo global del proceso de Enseñanza-Aprendizaje
Movilización de recursos humanos y materiales

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