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Esclerosis múltiple: tipos, síntomas y posibles causas

Una enfermedad crónica que es producto de un desorden en el sistema nervioso.

¿Qué es la esclerosis múltiple?

La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica, progresiva y actualmente incurable en la cual se produce

una desmielinización progresiva del sistema nervioso. Esta desmielinización es provocada debido a la

actuación del sistema inmune, que ataca la mielina presente en las neuronas y provoca su destrucción.

Se generan asimismo pequeñas cicatrices en forma de placa endurecida que dificulta el paso del estímulo

nervioso. La pérdida de mielina, junto a la presencia de dichas placas cicatriciales provoca que a nivel

neuronal la información transportada por las fibras nerviosas tarde más tiempo en llegar a su destino,

produciendo grandes dificultades a aquellos que la padecen.

Los síntomas de la enfermedad

Los síntomas de este trastorno van a depender de las zonas que se vean desmielinizadas, pero a grandes

rasgos es común que quienes la sufren padezcan fatiga, debilidad muscular, descoordinación, problemas de

visión, dolor y/o tensión muscular.

Si bien inicialmente se creía que era una enfermedad que solo provocaba síntomas físicos, se ha detectado

que a lo largo del transcurso de la enfermedad se produce también una afectación intelectual, siendo

frecuente que haya un deterioro del área frontal y por tanto de las funciones ejecutivas y cognitivas.

La esclerosis múltiple es un trastorno que ocurre en forma de brotes, generalmente ocurriendo

recuperaciones parciales una vez el brote remite. Esto es debido a que aunque la mielina es destruida por el

sistema inmune y los oligodendrocitos que la producen son incapaces de regenerarla, el organismo envía a las

zonas dañadas células madre que con el paso del tiempo se transforman en nuevos oligodendrocitos y

generan nueva mielina.

Esta nueva mielina no es tan eficaz ni resistente como la original debido a la presencia de daños en el axón, de

modo que posteriores ataques del sistema inmune irán debilitando las conexiones y la recuperación posterior

será menor, con lo que a la larga se produce una degeneración progresiva.


Causas:

Como hemos dicho anteriormente, la esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune, que a través del

ataque y eliminación de la mielina de los axones neuronales provoca toda una serie de efectos derivados de la

mala transmisión del impulso nervioso. Así pues, los mecanismos a través de los cuales actúa ya están en

nuestro cuerpo. Sin embargo, las causas de este ataque siguen siendo a día de hoy una incógnita, no habiendo

un motivo claro que explique esta afectación.

Algunas de las teorías más aceptadas indican que quienes sufren esclerosis múltiple tienen una vulnerabilidad

genética que ante la llegada de algún tipo de estímulo del medio como una infección provoca que el sistema

inmune reaccione en la pared de los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro, cruzando la barrera

hematoencefálica y atacando la mielina de la las neuronas.

Tipos de esclerosis múltiple

Tal y como se ha indicado la esclerosis múltiple es una enfermedad que se presenta en forma de brotes. Pero

estos brotes no siempre ocurren de la misma manera o con la misma intensidad, pudiendo haber diferentes

cursos del trastorno. En base al curso que lleve, se puede considerar la existencia de diferentes subtipos de

esta enfermedad.

1. Esclerosis múltiple remitente-recurrente

El subtipo y curso más frecuente, en esta modalidad de esclerosis múltiple surgen brotes sintomatológicos

inesperados y no previsibles que con el paso del tiempo terminan desapareciendo, habiendo tanto remisión

como recuperación sintomatológica. Esta recuperación entre brotes puede ser parcial o incluso completa. Los

síntomas no empeoran durante los periodos intermedios.

2. Esclerosis múltiple progresiva primaria

Uno de los tipos menos frecuentes, en este subtipo de esclerosis no se pueden identificar brotes concretos,
pero de forma progresiva se van viendo síntomas que van empeorando poco a poco. En este caso no hay
periodos de remisión ni recuperación (o al menos no de gran importancia). Sin embargo en algunas ocasiones
puede llegar a estacionarse.

3. Esclerosis múltiple progresiva secundaria

Al igual que en la forma remitente-recurrente, en este tipo de esclerosis múltiple se observan diferentes

brotes inesperados e impredecibles. Sin embargo, en los periodos en que el brote ha cesado el grado de
discapacidad del paciente no mejora sino que de hecho se puede observar un empeoramiento, siendo éste

progresivo.

4. Esclerosis múltiple progresiva recidivante o recurrente

Al igual que con la forma primaria progresiva, en este subtipo poco frecuente se da un empeoramiento

progresivo y sin periodos de remisión, con la diferencia de que en este caso sí son reconocibles brotes

concretos.

5. Esclerosis múltiple benigna

En ocasiones identificada con la esclerosis tipo remitente-recurrente, este tipo de esclerosis múltiple recibe su

nombre debido a que, a pesar de la presencia de brotes, la recuperación del paciente de ellos se da de forma

completa, teniendo síntomas más leves y que al parecer no empeora con el tiempo. La discapacidad que

provoca es muy pequeña.

En búsqueda de un tratamiento

Si bien en la actualidad la esclerosis múltiple no tiene cura, hay una gran cantidad de tratamientos de tipo

farmacológico que pueden servir para paliar y retrasar el avance de la enfermedad. Asimismo, pueden

controlarse los síntomas, reducir la gravedad de éstos y ayudar al paciente a mantener su calidad de vida.

Algunos de los medicamentos empleados incluyen corticosteroides a la hora de reducir la gravedad de lo

brotes, analgésicos en casos de dolor o inmunosupresores para alterar el curso de la enfermedad y reducir el

nivel de deterioro.

Fármacos

Pero si bien estos tratamientos no curan de la enfermedad, se sigue investigando y avanzando en la búsqueda

de una cura para la esclerosis múltiple. Algunas de las últimas investigaciones han llegado a probar y realizar

ensayos con un fármaco llamado Ocrelizumab, el cual se ha demostrado capaz de demorar el avance de los

síntomas en las fases iniciales del trastorno.

Si bien el problema en sí es neurológico y por lo tanto se trata desde la medicina, las dificultades que produce

la esclerosis múltiple suelen causar dificultades y problemas que afectan a la psique de quienes la sufren. Es
frecuente que ante la detección de la enfermedad los pacientes padezcan procesos de duelo ante la pérdida

progresiva de facultades, e incluso que se padezcan episodios depresivos.

Por ello puede ser de utilidad trabajar también desde una vertiente psicológica, aumentando el nivel de

expresión emocional del paciente respecto a su situación y trabajando sobre ella, así como en que éste vea la

situación de una forma realista y no se produzcan evitaciones conductuales, aislamiento o conductas

autodestructivas.

Terapia ocupacional

Concretamente se ha demostrado de cierta utilidad emplear la terapia ocupacional a la hora de aumentar la

autonomía y el nivel de actividad del paciente y la participación en grupos de apoyo como método para

expresar y compartir sensaciones y puntos de vista respecto a la enfermedad, sus consecuencias y las

maneras de afrontar la vida con otras personas con esclerosis múltiple. Es una de las terapias más efectivas a

la hora de mitigar el impacto psicológico de los síntomas.

El apoyo familiar y social es fundamental en casos de esclerosis múltiple, puesto que permite hacer frente al

día a día y hace ver al sujeto que no está solo ni desamparado. También el uso de dispositivos como sillas de

ruedas y barras pueden contribuir a que el paciente pueda mantener una cierta autonomía durante más

tiempo, además de ayudar a que el nivel de discapacidad producido por la enfermedad sea menor.

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