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(1225 - 1274)
Filósofo i t a l i a n o , n a c i d o en el c a s t i l l o de R o c c a -
seca, c e r c a de M o n t e C a s i n o . D e s d e j o v e n sintió
vocación por l a v i d a c o n t e m p l a t i v a . Ingresó a l a
c o m u n i d a d r e l i g i o s a de los P a d r e s d o m i n i c o s . T o -
más e r a a l a v e z teólogo y filósofo. C o m o filósofo
colocó el a r i s t o t e l i s m o en el centro m i s m o del pen-
s a m i e n t o católico. D e erudición enorme, m e n t e
ágil y c l a r a , p r o f u n d a m e n t e c r e y e n t e y respetuoso
de l a a u t o r i d a d eclesiástica. S u i n f l u e n c i a en el
p e n s a m i e n t o católico h a sido enorme.
OBRAS:
S u s e s c r i t o s son i n n u m e r a b l e s . B u e n a p a r t e
de ellos son c o m e n t a r i o s a los e s c r i t o s de Aristó-
teles. S u o b r a c u m b r e es l a «Suma teológica», en
donde i n t e n t a e x p r e s a r l a fe c r i s t i a n a a través de
conceptos filosóficos.
— S u m a c o n t r a los g e n t i l e s .
—Cuestiones discutidas.
LA TEOLOGIA
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mostración se convertirla en u n proceso intermi- de t a l manera que s i falta u n a de ellas no se da
nable en el que de u n principio se pasa a otro, y asi el efecto común p a r a l a serie. E n l a produc-
de una manera ininterrumpida, sin nunca llegar a ción de u n fruto determinado concurren m u l t i -
un punto de descanso. H a y por lo tanto dos clases tud de causas eficientes subordinadas, el ár-
de conocimiento, el conocimiento demostrativo y bol, l a tierra, el Sol, l a l l u v i a , etc. A h o r a bien,
el conocimiento por inducción. L a s conclusiones no es posible que u n a cosa sea causa de sí mis-
del razonamiento científico pertenecen a l primero, m a , por lo tanto es necesario llegar en l a su-
el conocimiento de los primeros principios perte- bordinación de l a s causas eficientes a u n a últi-
nece a l segundo. Aunque los primeros principios m a causa incausada, s i no se quiere caer en un
son indemostrables, sin embargo, son verdaderos, proceso indefinido de causas que nada expli-
su verdad se manifiesta por sí m i s m a a l entendi- ca. E s t a causa incausada, origen de toda
miento: nada puede ser y no ser a l mismo tiempo causahdad, es lo que llamamos Dios.
y bajo el mismo aspecto, todo lo que se mueve se
mueve por otro, el todo es mayor que l a parte, etc. C. P o r l a contingencia de los seres. E s evidente
que hay seres que comienzan a existir y dejan
E l conocimiento de l a existencia de Dios a par- de existir. U n ser que deja de existir, es u n ser
tir de l a intuición de l a verdad no es para Tomás que comenzó a e x i s t i r en u n momento deter-
de Aquino u n verdadero conocimiento científico, minado, y por lo tanto no ha existido desde
pues no es demostrativo; además, del hecho de i n - siempre. S i todos los seres del universo, sin
tuir l a verdad en general no se sigue l a intuición excepción, fueran tales que tarde o temprano
de l a verdad subsistente: Dios mismo. S i el pen- dejaran de existir, habría u n momento en que
samiento de Agustín es fundamentalmente plató- ningún ser e x i s t i a , pues lo que puede dejar de
nico, el pensamiento de Tomás de Aquino es fun- e x i s t i r no ha existido desde siempre. Y s i hu-
damentalmente aristotélico. bo u n momento en que ningún ser e x i s t i a ,
tampoco existiría actualmente algún ser,
Tomás de Aquino demuestra l a existencia de pues todo ser que comienza a existir, comien-
Dios de cinco maneras diferentes: z a a existir por algún ser y a existente, a no ser
que se suponga que lo no existente se puede
A . Por el movimiento. E s u n hecho y consta por dar a sí mismo l a existencia. Por lo tanto, es
los sentidos que hay en este mundo algunas necesario suponer a l menos u n ser que h a exis-
cosas que se mueven; ahora bien, todo lo que tido siempre, y del cual depende l a existencia
se mueve se mueve por otro, y así sucesiva- de los demás seres que puedan dejar de exis-
mente, hasta llegar a u n motor inmóvil, fuen- tir. E s t e ser «eterno», o tiene l a razón de su
te de todo movimiento, actualidad suprema. existencia en sí mismo, o en otro, si tiene l a r a -
E s t e motor inmóvil es lo que llamamos Dios. zón de su existencia en sí mismo, es Dios; si
L a fuerza de l a argumentación está en el con- tiene l a razón de su existencia en otro, acerca
cepto de movimiento, t a l como lo define A r i s - de este, cabría preguntar nuevamente s i tiene
tóteles. Moverse es pasar de l a potencia a l ac- la razón de s u existencia en sí mismo o en otro
to, de no tener «algo» a tener «algo». E l movi- y así sucesivamente, h a s t a llegar a l a existen-
miento sólo es posible en tanto se carece de cia de u n ser que ha existido siempre, que no
aquello a lo cual se tiende, es decir del acto. E s puede dejar de e x i s t i r , que tiene l a razón de su
evidente que nadie da lo que no tiene, s i el mó- existencia en sí mismo y del cual depende l a
v i l se moviera a sí mismo, se estaría dando existencia de los demás seres que puedan de-
aquello de lo cual carece. Todo motor, en j a r de existir, t a l ser es Dios.
cuanto motor, es acto, es decir, tiene algo que
dar a aquello a lo cual mueve. E l motor inmó-
L a fuerza del argumento está en l a proposi-
v i l es acto puro, s i n mezcla alguna de poten-
ción: todo ser que deja de e x i s t i r es u n ser que
cialidad, por el mismo hecho de ser inmóvil, es
no ha existido desde siempre y, por lo tanto,
decir, lo tiene todo, no puede recibir nada
hubo u n momento en el que no existía. L a pro-
de nadie, es l a actualidad suprema, eterna e
posición parece evidente por sí m i s m a , pues si
inmutable.
no hay ninguna razón p a r a que comience a
existir (existe desde siempre) tampoco hay
B. Por la subordinación de las causas eficientes. una razón para que deje de existir; s i ha existi-
E s u n hecho de l a experiencia que se dan en do desde siempre, existirá h a s t a siempre. E s -
este mundo causas eficientes subordinadas, quemáticamente, el argumento de l a contin-
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gencia se podría sintetizar de l a siguiente m a - ligencia que dirige el mundo n a t u r a l de t a l manera
nera: s i todos los seres del universo fueran que e x i s t a orden y armonía entre los distintos se-
temporales, hubo u n momento en el cual nada res naturales entre sí, es lo que llamamos Dios,
existía. S i hubo u n momento en el cual nada
existía, tampoco existiría actualmente algún U n a vez demostrada l a existencia de Dios,
ser, lo cual es absurdo. Por lo tanto, es imposi queda por averiguar cómo es Dios, pero según
ble que todos los seres del universo sean tem- Aristóteles, solamente podemos saber cómo son
porales, es preciso admitir, a l menos u n ser las cosas que son objeto de los sentidos, pues todo
eterno. E s t e ser eterno existiría por razón de conocimiento tiene su punto de partida en l a expe-
su m i s m a naturaleza o esencia, o por l a v i r t u d riencia sensible. A h o r a bien. D i o s no es objeto de
de otro. E n el primer caso, se trataría del ser la experiencia sensible, no lo podemos v e r n i tocar
que llamamos Dios; en el segundo, habría que con los órganos de los sentidos. Por lo tanto, no
preguntar nuevamente s i este ser eterno lo es podemos saber cómo es Dios, sin embargo, pode-
por sí o por otro, y así sucesivamente, h a s t a mos saber cómo no es D i o s . D i o s no es compuesto
llegar a u n ser eterno que tenga l a razón de s u ni de acto n i de potencia, n i de materia n i de for-
eternidad en sí mismo, t a l ser sería Dios. m a , pues es motor inmóvil o actualidad p u r a , s i n
mezcla alguna de potencialidad. Todos los demás
D. Por los grados de perfección. Todo ser es seres que no son D i o s son compuestos. D i o s , en
bello, bueno, «verdadero»; l a fealdad en sí no cambio, es simple. L a perfección de los efectos de-
existe, el ser es más o menos bello, más o me- be de estar de alguna manera en l a causa, pues to-
nos bueno. S i todo ser, por el hecho de ser lo do lo que tiene el efecto lo h a recibido de s u causa,
que es, es bueno, debería ser l a suprema bon- por lo tanto, todas l a s perfecciones actualmente
dad, a no ser que se suponga u n a causa extrín- creadas deben de estar en D i o s como en sn nrimp-_
seca que limite l a participación de bondad en r a causa. Pero, no_solag*gCTtgtá"pertección actual,
él. A h o r a b i e i L - s a - r I n r -nrr^Ts-qae no son l a «aisemmada» por el universo, se encuentra de u n a
supnemá''"Bóiídady sino que participan de l a manera eminente en Dios, sino toda perfección po-
bondad en u n grado limitado, como lo de- sible, en cuanto que s i es posible, puede ser
muestra el hecho de que el a n i m a l es más creada, y s i puede ser creada, se debe encontrar en
bueno o digno que l a planta, y el hombre más Dios. D i o s por lo tanto, además de ser u n ser
bueno o digno, en el orden del ser, que el ani- simplísimo, es infinitamente perfecto. E l ser
m a l ; por lo tanto, es necesario suponer u n a simple por excelencia carece de potencialidad, es
causa extrínseca, que es l a suprema bondad, y actualidad p u r a , por lo tanto es inmutable, pues
que l i m i t a el grado de participación de esta en nada puede añadirse n i quitarse a su esencia. E l
los seres particulares. T a l ser, que es l a bon- ser inmutable es eterno, s i no fuera eterno tendría
dad suprema, l a belleza suprema, l a verdad un comienzo o u n fin en el tiempo, lo que supone
suprema, es Dios. mutación. L a s criaturas son compuestas, finitas,
imperfectas, sometidas a l a mutación y a l cambio,
E. Por la finalidad de los agentes particulares. con u n comienzo o u n fin en el tiempo. D i o s , en
E s u n hecho evidente que existen seres caren- cambio, no es compuesto, finito, imperfecto, m u -
tes de inteligencia que obran hacia u n fin de- table, y temporal; es simple, infinito, perfectísi-
terminado, contribuyendo de esta manera a l mo, inmutable y eterno.
orden y a l a armonía del universo. L o que ca- L a s reflexiones hechas h a s t a ahora sobre D i o s
rece de inteligencia no puede obrar por u n fin no se h a n salido del marco de l a pura especulación
si no es guiado por u n ser inteligente hacia filosófica, y, como tales, constituyen u n conoci-
dicho fin. E s , por lo tanto, necesario suponer miento n a t u r a l de Dios o teología n a t u r a l . Ade-
una inteligencia suprema que dirige todas l a s más de l a teología natural h a y u n a teología sagra-
cosas naturales a s u f i n , t a l inteligencia es da, que es ciencia en el sentido estricto de l a pa-
Dios. labra, y u n a ciencia eminentemente superior a l a
teología n a t u r a l o teodicea.
Nada de lo que acontece en el mundo natural es
casual o fortuito, pues de lo contrario no se expli- L a teología sagrada parte de principios que h a n
caría el orden y l a armonía del universo. Donde sido revelados por D i o s , y de estos infiere otras
existen el orden y l a armonía en el obrar, existe verdades acerca de D i o s y del mundo. L a teología
u n a inteligencia que organiza las distintas ac- sagrada, como l a filosofía y l a s demás ciencias,
ciones, de acuerdo a i m a meta propuesta. L a inte- parten de principios indemostrables, evidentes
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por sí mismos a l a razón n a t u r a l . T a n t o los unos nocer naturalmente lo que naturalmente de-
como los otros, son indemostrables, sin embargo, sea. Pero, esto no es, en realidad, conocer a
esto no impide que se trate de verdaderas cien- Dios, como tampoco, conocer que alguien lle-
cias. L a diferencia está en que los primeros princi- ga, no es conocer a Pedro, aunque sea Pedro el
pios de las ciencias naturales son evidentes a l a que llega; y de hecho, muchos piensan que el
razón natural, mientras que los primeros princi- bien perfecto del hombre, que es l a bienaven-
pios de l a ciencia sagrada o teología en estricto t u r a n z a , consiste para unos en las riquezas;
sentido, son evidentes a l a razón iluminada por para otros en los placeres y p a r a otros, en
la fe. cualquier otra cosa.
Algunos ejemplos de principios revelados son: 2. L a tercera vía considera a l ser posible o con-
el aspecto trinitario de l a esencia divina, u n solo tingente y el necesario, y puede formularse
Dios y tres personas distintas; l a visión beatífica, así: Hallamos en l a naturaleza cosas que
como fin sobrenatural del hombre, l a encarnación pueden existir o no exitir, pues vemos seres
del H i j o de Dios con v i s t a s a l a redención del gé- que se producen y seres que se destruyen y ,
nero humano, etc. A partir de estos principios evi- por tanto, hay posibiHdad de que e x i s t a n y de
dentes para los que creen, se construye toda una que no e x i s t a n . A h o r a bien, es imposible que
ciencia acerca de Dios y de sus designios en el los seres de t a l condición h a y a n existido
mundo, acerca del pecado y de l a redención, acer- siempre, puesto que lo que tiene posibilidad
ca de l a libertad humana y de l a gracia divina, de no ser, hubo u n tiempo en que no fue. S i ,
acerca de l a muerte y de l a v i d a eterna, etc. pues todas las cosas tienen l a posibilidad de
no ser, hubo u n tiempo en que ninguna exis-
—Lfl qiiperioridad de una ciencia sobre otra se ba- tía. Pero, si esto es verdad, tampoco debería
sa, o en l a superiofiflaitTÍB4a-gorf,p;^a arierra de sus e x i s t i r ahora cosa alguna, porque lo que no
principios, o en l a superioridad de l a materia existe, ño"gnTpiui-u u u»iotir_aiáa_que en v i r t u d . —
sobre l a c u a l v e r s a . L a certeza de los principios de de lo que y a existe y , por tanto, si"ñi3a exis-
l a teología sagrada es superior a las certezas de tía, fue imposible que empezase a e x i s t i r cosa
las demás ciencias especulativas, pues esta se ba- alguna y , en consecuencia, ahora no habría na-
sa en l a luz de l a fe, que es superior a l a luz de l a da, cosa evidentemente falsa. Por consiguien-
razón n a t u r a l . A s i m i s m o , l a m a t e r i a de l a teología te, no todos los seres son posibles o contingen-
sagrada es superior a l a m a t e r i a de las demás tes, sino que entre ellos, forzosamente, h a de
ciencias naturales, incluida l a m i s m a teología n a - haber alguno que sea necesario. Pero el ser ne-
t u r a l . L a m a t e r i a de l a teología sagrada compren- cesario, o tiene l a razón de s u necesidad en sí
de principalmente verdades que superan l a capa- mismo o no l a tiene. S i s u necesidad depende
cidad del entendimiento humano dejado a sus so- de otro, como no es posible, según hemos v i s -
las fuerzas naturales; y , en cambio, las otras cien- to a l t r a t a r de las causas eficientes, aceptar
cias estudian sólo lo que cae dentro de l a s posibili- una serie indefinida de cosas necesarias, es
dades naturales de l a razón humana. E n l a s cien- forzoso que e x i s t a algo que sea necesario por
cias prácticas es más noble aquella que se ordena sí mismo, y que no tenga fuera de sí l a causa
a u n fin más elevado, el fin a l cual se ordena l a de su necesidad, sino que sea causa de l a nece-
teología sagrada es el más elevado de todos, l a fe- sidad de los demás, a lo cual todos l l a m a n
licidad eterna. Todos los demás fines deben estar Dios.
subordinados a este fin, como debe de estar subor-
dinado lo caduco y temporal a lo permanente y Dios a m a cuanto existe. Todo lo que existe,
eterno. De aquí se sigue que l a ciencia sagrada es por el hecho de ser, es bueno, puesto que el ser
superior a las demás ciencias especulativas y de cada cosa es u n bien, como a s i mismo lo es
prácticas.
cada una de las perfecciones. Hemos de-
mostrado que l a causa de los seres es l a volun-
TEXTOS tad de Dios. Luego, en tanto u n a cosa tiene el
ser u otra perfección cualquiera, en cuanto
1. V e r d a d es que tenemos naturalmente cierto Dios lo h a y a querido. Por consiguiente. Dios
conocimiento confuso de l a existencia de quiere algún bien p a r a cada uno de los seres
Dios, en el sentido de que Dios es l a felicidad que existen, y como amar es precisamente
del hombre, y , puesto que el hombre, por l a querer el bien de otro, sigúese que Dios íuna
ley de s u naturaleza, quiere ser feliz, h a de co- todo lo que existe. S i n embargo, no lo a m a co-
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mo nosotros, porque como nuestra voluntad 7. Qué características tiene l a teología como
no es l a causa de l a bondad de las cosas, sino ciencia?
que, a l contrario, es esta l a que, como objeto,
l a mueve; el amor, por el que queremos el bien 8. Por qué l a teología es superior, según Tomás
para alguien, no es causa de su bondad, sino de Aquino, a l a s demás ciencias?
que su bondad, real o aparente, es lo que pro-
voca el amor por el cual queremos que conser- B. Preguntas de atención
ve el bien y tenga y adquiera el que no posee,
y en ello ponemos nuestro empeño. E n cam- 1. D e qué siglo es Tomás de Aquino?
bio, el de Dios es u n amor que crea e infunde l a
bondad en l a s criaturas. 2. Mencione dos obras de Tomás de Aquino.
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