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COYOTE OLDMAN, LA LLAMADA DE LAS FLAUTAS ANCESTRALES

despensa de la música New Age, un curioso grupo que ha conseguido fusionar músicas tradicionales e
instrumentos de ese país, con la atmósfera espiritual y tenue de los sonidos de vanguardia.

con lo que la venida de un grupo como Coyote Oldman que fue capaz de aunar tradición y modernidad, tenía
todas las trazas de ser un proyecto bienvenido.

aproximar este grupo que exalta las raíces de su país.

Echo de menos que en España no abunden fusiones de este carácter en la New Age, no que no las haya, pero
que se profundice más, es aún una asignatura pendiente. Los intentos que se hacen en el sur, en mi sur, son
apelando siempre al folclorismo, al flamenco, con intentos nunca bien engrasados de acoplar con músicas
árabes. Sin duda, bajo mi punto de vista, lo que más se acerca a poner en valor el acerbo cultural hispano a
través de la New Age, está en el norte con grupos como Luar na Lubre, o los gaiteros Hevia y Carlos Núñez. Por
cierto que, hablando de asignaturas pendientes, todavía no he sacado en mi blog un grupo o compositor
español y lo voy a poner a cocer en mi mente.

Pues bien, Coyote Oldman, que suena un poco jocoso es, en realidad, un dúo de músicos de New Age,
compuesto por los instrumentistas de flautas nativas americanas Barry Stramp y Michael Graham Allen. Al
parecer el nombre Coyote Oldman sugiere el arquetipo del pícaro o embaucador en la mitología indígena
norteamericana.

Parece ser que a ambos les unió un sentimiento alternativo, pues se conocieron en una tienda de comercio
justo en el marco de una feria de artesanía en 1981 en la localidad de Oklahoma City e idearon este proyecto
musical tan curioso.

Técnicamente su música es New Age electrónica, pero han fusionado en una música puramente ambiental
donde aparecen guitarras y teclados, los rasgos de lo autóctono: zampoñas, ocarinas y flautas de los nativos
americanos; sin desdeñar una evolución tecnológica donde están presentes flautas procedentes de Asia,
niponas e hindúes, también sudamericanas, entre otras.

Podríamos decir que se unieron para este proyecto musical desde dos puntos de partida diferentes, Barry
Stramp es un hombre formado musicalmente a través de lo que en España sería un conservatorio; mientras
que Michael Graham Allen es más autodidacta, ya que era fabricante de flautas hechas a mano y como tal fue
aprendiendo a tocarlas y afinarlas gracias a su oficio, sin maestro, documentándose con bibliografía y visitando
museos y colecciones a lo largo y ancho de Estados Unidos. Además, en una incesante evolución, sus flautas,
externamente tradicionales y ancestrales, fueron incorporando algunas innovaciones musicales para hacerlas
más prácticas y abarcar muchos más sonidos y posibilidades.

De algún modo, Stramp es el modernista y Allen el tradicional, en lo que viene siendo una cohesión perfecta.

La música de Coyote Oldman es una melancólica, dulce y suave mezcla de tecnología y cultura, es decir, se
afanan en buscar los sonidos del pasado y rebuscan en la historia para construir flautas, totalmente
artesanales, que se tocaban por los nativos hace siglos y que casi habían caído en el olvido. Esa comunidad
de sentimientos fue la que los hizo explorar en este proyecto que tiene, amén de la vertiente musical, las
manos del artesano Graham Allen cuidan al detalle estas flautas y la tradición de sus ancestros, están hechas
de madera de cedros de Arkansas, que además cortan expresamente para él unos amigos suyos, los Foster; son
pintadas a mano con un tinte natural no tóxico. Pero todo ese respeto al pasado no rompe con la modernidad
y son piezas sólidas para soportar el traqueteo diario, para que duren eternamente y para ser tocadas en
cualquier sitio, lo mismo en una casa como en una sala de concierto. Además, partiendo de esa filosofía de
comercio justo que mantienen los promotores de Coyote Oldman, venden sus creaciones a precios más que
razonables, pues desean que la persona que adquiere una de sus flautas tenga la sensación de que recibe algo
que es superior a lo que ha pagado. Yo ciertamente no entiendo de flautas pero, si realmente son para toda la
vida, no parece que adquirir una flauta nativa por 120 euros (la más barata), que es para toda la vida y que es
un auténtico instrumento musical profesional sea un precio sangrante.

Por cierto, que como ocurre muchas veces en la música New Age, alguna sintonía de radio y televisión donde
suenan flautas, bien pudiera ser alguna composición de Coyote Oldman, porque se cifra que su música ha
llegado a más de medio mundo.

Esta nueva introspección en la música norteamericana ha tenido algunos imitadores, pero este dúo es el
genuino, logran un equilibrio perfecto entre el hombre y la naturaleza, la tierra y el
cielo, el sonido y el espacio.
Desde 1987 hasta hoy han publicado doce álbumes, el último es de 2008. Si la escuchamos con atención
observamos que no sólo es música nativa, es algo más, hay evocaciones a himnos medievales, música
espacial o cósmica de este siglo, cantos tibetanos... Se trata, en definitiva, de una música ideal para
la meditación, profunda y sugerente, angelical y preciosa.

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