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Hablemos claro

José Mendívil*

Rompamos el pacto de hablar a media voz. Hablemos claro si queremos evitar que la
muy débil estabilidad democrática en la que estamos termine ingresando en un rumbo
más incierto y con los siguientes escenarios: 1) que la permanencia de los conflictos
entre minería y agricultura, notorios en las Bambas y en el Valle de Tambo, terminen
en una protesta social parecida a la revolución indígena que ha puesto al gobierno de
Lenin Moreno al borde de su derrocamiento, 2) que la ‘cocina’ de un frente
conservador encuentre una salida a la crisis política y social tocando las puertas de los
cuarteles para mover a un salvador de la República peruana.
Las elecciones de enero, la acción competencial presentada por el Presidente de la
Comisión Permanente, la demanda por usurpación del cargo de Presidente del
Congreso presentada por el Procurador de la PCM, un posible congreso peor o no tan
diferente al disuelto si hay elecciones, no son más que actores menores en los
desenlaces que vienen si las elites no saben actuar democráticamente y siguen
llevando agua para su molino, y no para el restablecimiento del equilibrio de poderes.
La ‘cocina’ de un proyecto conservador ha empezado a sembrar miedo y temor ante el
supuesto ‘peligro comunista’ y una Constitución socialista que la izquierda impondría si
gana las elecciones de enero, supuesto peligro que constituye un llamado a los
cuarteles. El peligro comunista viene en realidad de Sendero Luminoso que está
levantando una Asamblea de los Pueblos del Tahuantinsuyo aún muy minoritaria, pero
que podría convertirse en una amenaza en las calles si termina arrebatándole a
Antauro Humala las banderas del nacionalismo y el milenarismo inca que este ha
sabido usar hasta ahora.
Hablemos claro. La Presidente de la CONFIEP hace mal al pisar el palito de la amenaza
comunista y creer que la izquierda, no la de la calle, sino la que forme parte del
próximo Congreso, podría ir más allá de lo que Henry Pease intentó sin éxito desde la
Presidencia de la Comisión de Constitución durante el gobierno de Toledo. La izquierda
del Frente Amplio y de Nuevo Perú, como la que se reúne en Patria Roja, que hasta
ahora han hablado del cambio del modelo económico, deben decirle al país que
modelo proponen, y dejar la consigna agitadora si quieren alguna vez ser gobierno,
sino seguirán pareciéndose al etnocacerismo y al senderismo que patearan el tablero
del Estado constitucional en cuanto puedan.
Si queremos evitar los extremos debemos dejar que el Tribunal Constitucional cumpla
con su mandato y resuelva la cuestión competencial suscitada por el cierre del
Congreso, esperar que la decisión que tome sirva a la consolidación de nuestro Estado
Constitucional, y que sus juicios interpretativos tengan una clara connotación ética. Si
los miembros del Tribunal insisten en tomar partido por una u otra parte en la disputa
competencial suscitada, seguiremos camino a una radicalización mayor de la protesta
en las calles, o camino a cualquier ensayo de las fuerzas progolpistas que se han
despertado.
*Escritor y docente de la Universidad Ricardo Palma

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