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FIEBRE

La fiebre es una respuesta fisiológica del organismo, caracterizada por un aumento temporal de la temperatura
corporal.
Hablamos de fiebre a partir de una temperatura de 37,5 °C. La fiebre es un síntoma y no una enfermedad; puede ser
causada por varios factores o enfermedades.
La fiebre se mide con un termómetro, idealmente con un termómetro rectal (en todo caso los niños) porque es lo más
preciso. Tomar la temperatura por vía bucal también es posible, sobre todo en los niños mayores y los adultos; es
más complicado en niños pequeños. Otro modo relativamente preciso en niños de más de 2 años es el termómetro
auricular (dentro de la oreja). La toma de temperatura a nivel de la axila es menos precisa.

Tratamiento
Es importante recordar que únicamente cuando la temperatura corporal supera los 38,5 ° C (a menos que sea
aconsejado por un médico) es necesario tomar un medicamento.
Los fármacos antipiréticos (que hacen bajar la fiebre) actúan sobre el síntoma y no sobre la causa de la fiebre: sólo
son útiles para aliviar la fiebre pero no para acelerar o facilitar el tratamiento de la infección. Por lo tanto, el uso
inapropiado de antipiréticos puede impedir un buen tratamiento de la infección bacteriana subyacente.
Para hacer bajar la fiebre se utilizan principalmente las siguientes moléculas febrífugas (antipiréticas):
– El paracetamol, 500 mg [dosis adulto], 1era opción : sobretodo en niños [para la dosis y la posología para un niño,
pedir consejo al farmacéutico o médico].
En los niños, hay que dar preferencia a la forma oral; la forma rectal (supositorios) no se aconseja, ya que puede
haber diferencias en la absorción de un niño a otro. Pedir consejo a vuestro pediatra. A los niños hay que darles
paracetamol en función de la dosis y el peso, cada 6 horas o 4 veces en 24 horas. Pedir consejo a vuestro
farmacéutico o médico (pediatra).
– El ácido acetilsalicílico (ASS), 500 mg [dosis adulto], evitar en niños, posible riesgo (poco frecuente) de desarrollar
el síndrome de Reye. Este síndrome es raro pero a menudo grave, incluso mortal ya que provoca daños en el cerebro
y en el hígado.
Por esa razón el uso de la Aspirina en niños ha disminuido considerablemente a lo largo de los últimos años.
– El ibuprofeno o el lisinato de ibuprofeno, 200-400 mg [dosis adulto]
Fitoterapia
Plantes medicinales utilizadas para hacer bajar la fiebre :
– El tilo, utilizado en forma de infusión de tila (muy aconsejado en niños).
– Las flores de saúco, utilzadas en forma de infusión o de cápsula
– El sauce blanco, utilizado en forma de cápsula o de comprimido.
Buenos consejos
Si la fiebre está provocada por enfermedades infecciosas como la gripe o un catarro, a continuación se citan algunos
consejos prácticos:
– Reposo y en un lugar caliente para consumir poca energía (ya que el organismo necesita mucha energía)
– Tomar comidas ligeras
– Tomar bebidas azucaradas y alimentos ricos en sales minerales (caldos) para compensar la pérdida hídrica y en
sustancias nutritivas.
– Beber mucho (unos 2 litros al día) para compensar la deshidratación generada por la fiebre. Tomar agua o
infusiones (por ejemplo a base de tila).
– Evitar tomar medicamentos para hacer bajar la fiebre si la temperatura es inferior a 38.5°C ya que la fiebre puede
ayudar a combatir las infecciones (al aumentar el número de linfocitos para combatir los agentes infecciosos,
aumentan las defensas del organismo).
– Tomar un baño de uno a varios grados por debajo de la temperatura del cuerpo durante unos quinze minutos. En el
caso de los niños, actualmente hay muchos pediatras que desaconsejan tomar un baño ya que puede provocar
convulsiones debido a que la temperatura baja demasiado rápido; háblelo con su pediatra.
– Evitar calentar en exceso los apartamentos en invierno
– Tomar medicamentos a base de vitamina C, zinc y/o equinácea : sustancias con efectos positivos sobre las
enfermedadz es infecciosas (que pueden provocar fiebre) y actúan como inmunoestimulantes. Estos medicamentos son útiles si la
fiebre está provocada por una enfermedad infecciosa ya que pueden ayudar a tratar la causa.

ANSIEDAD
No debe confundirse con Trastorno de ansiedad.

La ansiedad (del latín anxietas, 'angustia, aflicción') es una respuesta de anticipación involuntaria del organismo
frente a estímulos que pueden ser externos o internos, tales como pensamientos, ideas, imágenes, etc., que son
percibidos por el individuo como amenazantes y/o peligrosos,1 y se acompaña de un sentimiento desagradable o de
síntomas somáticos de tensión. Se trata de una señal de alerta que advierte sobre un peligro inminente y permite a la
persona que adopte las medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza.2
La ansiedad adaptativa o no patológica es una sensación o un estado emocional normal ante determinadas
situaciones y constituye una respuesta habitual a diferentes situaciones cotidianas estresantes. Por lo tanto, cierto
grado de ansiedad es incluso deseable para el manejo normal de las exigencias o demandas del medio ambiente.
Únicamente cuando sobrepasa cierta intensidad —desequilibrio de los sistemas de respuesta normal de ansiedad— o
se supera la capacidad adaptativa entre el individuo y el medio ambiente, es cuando la ansiedad se convierte en
patológica, provocando un malestar significativo, con síntomas físicos, psicológicos y conductuales, la mayoría de las
veces muy inespecíficos.2 3
Una amplia gama de enfermedades médicas puede producir síntomas de ansiedad. Para aclarar si estos son la
consecuencia fisiológica directa de una enfermedad médica, se evalúan los datos de la historia clínica, la exploración
física, las pruebas de laboratorio y los estudios complementarios, necesarios en función de los síntomas del
paciente.2 Presentar altos niveles de neuroticismo aumenta el riesgo de desarrollar síntomas de ansiedad.

https://es.wikipedia.org/wiki/Ansiedad

4.3. Tratamiento farmacológico

El tratamiento farmacológico de los trastornos de ansiedad tiene como objetivo aliviar los síntomas, prevenir las
recaídas y evitar las secuelas, con la mayor tolerabilidad posible hacia la medicación.

4.3.1. Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG)

Hay que tener en cuenta la cronicidad de este trastorno. Habitualmente se aconsejan tratamientos prolongados que
puedan proporcionar la estabilidad clínica.

Antidepresivos

Una de las primeras revisiones sistemáticas con ECA que utilizan antidepresivos constata una eficacia comparable
entre las benzodiacepinas y los antidepresivos para el tratamiento agudo del TAG116.

RS de ECA 1+

Cuando se revisa la eficacia de los antidepresivos imipramina, venlafaxina y paroxetina frente al placebo y su grado
de aceptación, midiendo los resultados en términos de “ausencia de respuesta”, “tasa de abandono” y “efectos
secundarios específicos”, se observa que existe mayor probabilidad de respuesta al tratamiento a corto plazo en el
caso de los antidepresivos que en el placebo (NNT global para los antidepresivos de 5,5-IC del 95%:4,1;8,4), que no
se encuentran diferencias significativas, en cuanto a abandonos, entre ambos (sugiere que se puede tolerar bien el
uso de estos fármacos), y que los efectos secundarios son más frecuentes en los grupos tratados con fármacos que
con placebo. Los resultados en eficacia y tolerabilidad son similares para la paroxetina y la imipramina. Aunque
usualmente la venlafaxina y la paroxetina se asocian con un mejor perfil de grado de aceptación, no se encontraron
diferencias con la imipramina tricíclica en términos de abandonos117,118.

RS de ECA 1++ ECA 1+

Los fármacos sertralina y escitalopram, comparados con placebo, aumentan las tasas de respuesta y mejoran los
síntomas del TAG83,119.

RS de ECA 1++

Investigaciones con otros antidepresivos destacan el papel de otros fármacos, como la duloxetina, por su buena
tolerancia y su eficacia en comparación con placebo para reducir las alteraciones funcionales de los pacientes y
mejorar su calidad de vida y bienestar. Hacen falta más estudios sobre su eficacia en comparación con otros
antidepresivos120-122.

ECA 1+
Los efectos adversos encontrados para las familias de antidepresivos citados anteriormente se asocian con sedación,
mareos, náuseas, sequedad de boca, estreñimiento, caídas y disfunción sexual, entre otros, aunque en muchos de
los ensayos no se refieja su significación estadística. Sí hay evidencia de que la mayoría de ellos (salvo el mareo y la
disfunción sexual) disminuyeron a los 6 meses en aquellos pacientes que continuaron con la medicación. Por otra
parte, la interrupción brusca del tratamiento con ISRS se asoció con efectos adversos como mareo, cefalea, náuseas,
vómito, diarrea, trastornos de movimiento, insomnio, irritabilidad, alteraciones visuales, letargo, anorexia y estados de
desánimo. En relación con la utilización de los ISRS hay que tener en cuenta un posible riesgo aumentado de
autolesiones y suicidios e hiponatremia123.

http://www.guiasalud.es/egpc/ansiedad/resumida/apartado04/psicoterapia03.html

ESTRÉS
El estrés es la respuesta natural de nuestra necesidad a adaptarnos al entorno en el que nos vemos inmersos y que
está en constante cambio. Cada vez más, la sociedad en la que vivimos se muestra más exigente, y somos
sometidos a ciertas presiones que no somos capaces de soportar.

Esa tensión hace que tanto el cuerpo como la mente, experimente una sensación de fatiga, puntual o continua, que
crea en nosotros un trastorno físico y psicológico. A su vez, si no somos incapaces de adaptarnos a las exigencias de
nuestro entorno, esto nos genera un desorden emocional que es lo que se conoce como estrés.
Tipos de estrés
Según su duración podemos clasificar el estrés en tres tipos:
Estrés agudo
El estrés agudo es la respuesta ante un acontecimiento traumático puntual que puede aparecer en cualquier
momento de nuestra vida. Un plazo de entrega a cumplir o una reunión importante pueden hacer que sintamos este
tipo de estrés. Por lo general, no causa daños importantes asociados dado que es a corto plazo, estimulante y
excitante pero a su vez agotador.
Entre sus síntomas más frecuentes se encuentran:
Las molestias musculares tales como el dolor de espalda, de cabeza, la tensión muscular o de mandíbula; o
estomacales como la acidez, estreñimiento, diarrea o síndrome del intestino irritable. La agonía emocional, la cual
está compuesta por una combinación de emociones características del estrés: irritabilidad, depresión y ansiedad.
La sobreexcitación transitoria de la presión sanguínea, que puede dar lugar a arritmia, sudoración excesiva,
dificultades respiratorias, mareos, o migrañas. Este es la forma de estrés más leve y habitual que todos
experimentamos en ciertos momentos y cuyo tratamiento es sencillo.
Estrés agudo episódico
Se produce cuando se experimentan episodios de estrés agudo con mucha frecuencia. Suele darse en personas con
gran cantidad de responsabilidades o cargas que no puede hacer frente a tal cantidad de exigencias y generalmente,
responden con irritabilidad, ansiedad o de forma muy emocional y descontrolada, actitud que les va mellando poco a
poco.
Suelen ser personas muy nerviosas que siempre están apuradas y en tensión, que experimentan como síntomas
fuertes dolores de cabeza, migrañas, dolores de pecho, hipertensión o incluso enfermedades cardiacas. Su
tratamiento requiere la intervención de profesionales y puede durar varios meses.
Estrés crónico
Es la forma de estrés más destructiva para nuestro cuerpo y mente y suele darse en personas que se ven inmersas
en situaciones para las que no ven salida. Sus vidas se ven condicionadas y atadas a largo plazo a algo que les hace
infelices, perdiendo así la capacidad de buscar soluciones. Algunos tipos derivados de este estrés provienen de
experiencias traumáticas pasadas que se interiorizaron perviviendo constantemente en nuestra personalidad.
Puede tener consecuencias críticas como el suicidio, la violencia o problemas graves de salud, entre otros, por ello es especialmente importante que sea tratado en profundidad
por profesionales especializados e incluso medicación.

http://concepto.de/estres/

En la actualidad existen diferentes tratamientos “no farmacológicos” y “farmacológicos” eficaces en el abordaje del
estrés y la ansiedad. La elección de los mismos estará determinada en cada caso por las características y
preferencias individuales. A continuación describimos cada uno de ellos:
 
TRATAMIENTOS NO FARMACOLÓGICOS:
 Hábitos saludables
Realizar ejercicio de forma regular, mantener una dieta equilibrada, dedicar tiempo al descanso y dormir las horas
necesarias te ayudará a mantener un buen estado de salud.
 Recomendaciones higiénico-dietéticas
Mantener una alimentación correcta es fundamental para prevenir y controlar el estrés. Los expertos recomiendan
seguir una dieta equilibrada, ingerir 5 piezas de fruta y verdura diarios y realizar entre 4 ó 5 comidas al día, sin
saltarse el desayuno, la principal ingesta de la jornada.
 Psicoterapia (terapia de conversación)
Este tipo de terapia suele emplearse en el abordaje de los síntomas del estrés y la ansiedad. El paciente expone al
psicoterapeuta sus inquietudes y el experto busca la forma de abordar su ansiedad mediante la corrección de
patrones de pensamientos negativos o erróneos.
 Terapia cognitivo-conductual (TCC)
Esta psicoterapia también tiene como objetivo modular la realidad distorsionada de los afectados: reconduciendo sus
comportamientos conductuales y ofreciendo herramientas que les ayuden a manejar el estrés diario.
 
TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS:
 Homeopatía (medicamentos homeopáticos)
La homeopatía es un método terapéutico para la prevención, alivio o tratamiento de enfermedades utilizando
medicamentos homeopáticos. Existen medicamentos homeopáticos que se emplean para aliviar los trastornos
emocionales y de ansiedad que pueden venir acompañados de posibles trastornos del sueño.
 Fitoterapia (plantas medicinales)
La fitoterapia se define actualmente como la utilización de los productos de origen vegetal con finalidad terapéutica,
para prevenir, aliviar o curar un estado patológico, o con el objetivo de mantener la salud., según la Sociedad
Española de Fitoterapia (SEFIT). También se aplica en el abordaje del estrés.
 Antidepresivos y ansiolíticos (benzodiacepinas)
Las benzodiacepinas constituyen un grupo de fármacos con efecto hipnótico, anti convulsionante, ansiolítico y
relajante muscular. Se usan, por tanto, para el tratamiento de distintas patologías como la epilepsia, la ansiedad o en
las contracturas musculares. En estos casos debe existir un estricto control médico.

www.boiron.es/tratamiento-estres-ansiedad

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