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LO INHERENTE A LO NATURAL:

transformación de la materia.

Desde el principio de los tiempos, el ser humano ha observado y analizado su entorno, en


busca del correcto entendimiento y comprensión de todos los procesos que ocurren a su
alrededor, procesos habituales. No únicamente de pequeñas unidades que lo componen, sino
de la precisa configuración que posee la naturaleza misma, y que le permite comportarse de la
singular manera en que lo hace. Para evolucionar en sociedad y progresar, las personas
comenzaron a idear técnicas similares a las desarrolladas por sistemas naturales, en un intento
por reproducir de la manera más eficiente actividades que permitieran satisfacer todo tipo de
necesidades; incluso distintas comunidades han logrado ingeniar procedimientos que
funcionan con principios basados en fenómenos “normales” ó que aprovechan situaciones
naturales, procesos espontáneos.

Precisamente, la espontaneidad de un proceso se define casi como la probabilidad para que


éste pueda surgir en condiciones aleatorias sin necesidad de la influencia de factores externos
que posibiliten que ocurra con mayor facilidad, de modo tal que entre menor sea la cantidad
de factores que impidan el correcto desarrollo de un proceso, mayor es la probabilidad de que
suceda, y por ende mayor es la espontaneidad del mismo.

De acuerdo a lo anterior, se puede aprovechar la espontaneidad de un proceso natural,


empleandolo en un sistema, o reproduciendolo artificialmente para hacerlo más factible: algo
tan común como lo puede ser la aceleración gravitatoria de la Tierra que genera una fuerza de
atracción sobre cualquier objeto cercana a ésta, se puede emplear para generar
desplazamiento vertical de un cuerpo, y es en base a éste principio que funcionan las plantas
hidroeléctricas: la caída del agua genera movimiento en una turbina que produce electricidad.
Cabe resaltar que la energía eléctrica no se creó, como energía mecánica en la turbina,
provenía del potencial del agua, y es que precisamente, la energía únicamente se transformó.
La ley de conservación de la energía determina que ésta sólo se transforma, incluso se
acumula, pero nunca se crea o destruye; puede ser empleada según su tipo, en infinidad de
actividades, sin embargo, por intuición se sabe que no todas las formas de energía son
apreciadas o necesitadas de la misma forma, puesto que con su transformación viene la
degradación de su calidad o su capacidad para ser empleada en funciones específicas.

Entiéndase un proceso de transformación como el consumo del mayor potencial posible de


determinada cantidad de energía puesto que con cada técnica, su calidad inicial disminuye,
reduciendo así el latente uso que podría tener para más procesos. De esta forma surge la
necesidad de describir cada tipo de energía como preciosa/noble cuanto mayor es su
potencial, teniendo en cuenta su uso y la definitiva degradación que tendrá para así precisar
sus posibles usos. Sin embargo, teniendo en cuenta la ley de conservación de la energía, como
no fué transformada por totalidad, por ejemplo durante una reacción entre sustancias, el
rendimiento no es del 100%, el restante de energía se presenta como calor -​energía térmica-,​
un tipo que demanda factores específicos para llevar a cabo un proceso reversible que
permita transformarla nuevamente en energía química, lo que es casi imposible, poco
probable y carente de espontaneidad; tal vez por eso, considerada como el tipo de energía más
degradada y menos preciosa, insignificante para muchos. No obstante, ante la situación actual
de exceso consumismo y degeneración progresiva, es útil cualquier fuente de energía (​energía
térmica, la más abundante y generada​), y evocando una de tan mencionadas observaciones
que los humanos han realizado con los años, se concibe la idea de una máquina que
aproveche calor, creando así máquinas térmicas, con la bomba de calor y el refrigerador como
los más relevantes, y el ciclo de Carnot, como la descripción del conjunto de procesos que
generan la mayor eficiencia posible de dichas máquinas. Así, la cantidad de energía existente
en el ambiente en forma de calor, se puede por ejemplo retirar del espacio deseado al entrar
en contacto con un fluido (refrigerante) a menor temperatura, y que de acuerdo a la ley cero
de la termodinámica, llegarán a un equilibrio térmico. Dicho fluido se hace circular por un
evaporador y luego por una bomba (que necesita de trabajo) para aumentar su presión, se pasa
por un condensador eliminando energía térmica de mayor valor a la del recibido inicialmente,
y finalmente se conduce por una turbina recuperando su estado inicial permitiendo recircular
el fluido por todo el sistema.

En éste orden de ideas, se hace pertinente realizar el análisis respectivo de cada dispositivo
que se desea usar, con el fin de generar la mayor cantidad de energía anhelada sin necesidad
de escasear recursos valiosos, y si se requiere, precisar de una máquina más adecuada. Por
ejemplo, una bomba de calor para calefacción residencial -​reconocida por Greenpeace como
uno de los sistemas más eficientes​- funciona gracias a que dicha cantidad de energía térmica
se obtiene del ambiente circundante a pesar de que se encuentre a menor temperatura; además
de no necesitar una fuente de energía de significativa complejidad (aire), genera trabajo como
energía mecánica para ser usado en otros campos. Otro ejemplo, es el calentador eléctrico
para espacios abiertos, que genera calor por el paso de una corriente eléctrica a través de una
resistencia, aumentando la temperatura de ésta siendo obviamente mayor que la temperatura
del ambiente en la que se encuentra, y a su vez, dicha cantidad de energía se puede obtener tal
vez de una batería, que hace uso de las propiedades químicas y físicas de algunas sustancias
para “guardar electricidad” útil en prácticamente cualquier función gracias al diseño de otra
infinidad de mecanismos y sistemas que tienen el potencial de transformarla en otros tipos de
energía; así se conserva.

Como se ha mostrado en el anterior párrafo, es inevitable evitar la degradación espontánea de


la energía a formas menos “valiosas” durante su transformación, pero gracias a la primera ley
que describe la conservación energética, se sabe que no toda la energía empleada es
transformada a la deseada, y el restante se transforma en calor ​-que se puede emplear como
fuente de energía para otros procesos​-. Aunque así se pueda describir un proceso, lo que
realmente determina qué tan eficaz es la conversión, e incluso qué tan posible puede llegar a
ser, es la segunda ley de la termodinámica, que se vale precisamente de la naturaleza real y
aleatoria del universo, y que define la automática generación de desorden en cualquier
proceso, incremento de entropía. Gracias a éste planteamiento, que describe la forma en que
espontáneamente se genera entropía durante cualquier transformación de la materia en un
sistema real, que se adiciona a todos los procesos en el universo, se resume en realidad que si
el valor que se obtiene de dicha variable es negativo, el proceso es imposible, mientras que si
es positivo es posible, y cada vez que dicho valor se encuentre más cercano a cero, se
interpreta el resultado como mayor probabilidad de lograr generar un proceso ideal, lo que
también es imposible, pero determinaría las mejores condiciones. De ésta forma, para
cualquier técnica que permita la modificación de la materia, se obtiene de las condiciones
inherentes a la desordenada realidad, los mejores resultados del proceso mismo.

En conclusión, se sabe que con la evolución del hombre mismo y de las sociedades, aumenta
la demanda sobre la forma de satisfacer sus necesidades de la manera más rápida y efectiva,
permitiendo así seguir un progresivo desarrollo, y es que aprovechando el conocimiento que
con el paso del tiempo se amplía, la experiencia ganada y el instinto lógico y creativo
desarrollado, se debería estar en la capacidad de idear sistemas efectivos, que aprovechen los
recursos con los que no se han contado, en lugar de recurrir siempre a los mismos medios que
con el paso del tiempo se hacen más limitados; la solución está verdaderamente en lo más
simple desarrollado de la manera más adecuada para alcanzar objetivos verdaderamente
importantes para la sociedad y su futuro.

FUENTES:

Borgnakke C. & Sonntag R. E.. (1998). First Law of Thermodynamics and Energy Equation.
En Fundamentals of Thermodynamics(pp.81-84). United States of America: Wiley.

García, J. & Cantero, A.. (Septiembre, 2011). Energía 3.0: Un sistema energético basado en
inteligencia, eficiencia y renovables 100%, de Greenpeace.

Klein A.. (1989). Calor y termodinámica. En Enciclopedia didáctica de las ciencias: Física(p.
20). Barcelona, España: GEA.
Serway, R. & Jewett, J.. (2008). Máquinas térmicas, entropía y segunda ley de la
termodinámica. En ​Física para ciencias e ingeniería​ (pp. 624-629). Estados Unidos: Cengage
Learning.

Serway, R. & Jewett, J.. (2008). Primera ley de la termodinámica. En ​Física para ciencias e
ingeniería​ (pp. 566-572). Estados Unidos: Cengage Learning.

Vittorio Silvestrini. (1998). Qué es la entropía. Colombia: Norma Editorial.

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