El 23 de enero y su significación en el espíritu de la democracia.

Danny Toro

En su libro “Como terminan la democracia”, Jean François Revel afirmaba, con un

tono mas de preocupación que de seguridad, que quizás la democracia como orden social
era una error humano, un paréntesis de sueños e idealismo pero carente de realidad. No lo
decía a la ligera. Cuando escribe su libro, corría el año 1983, y aunque la Unión Soviética
mostraba expresiones de desgaste e imposibilidad de continuar, aun se vivía el debate
entorno a la viabilidad del modelo soviético – de centralización económica y distante de las
premisas liberales de Occidente – y su lucha contra el modelo democrático liberal que
representaba Estados Unidos. Saber cual de los modelos terminaría imponiéndose a futuro,
era todavía en 1983 algo incierto. Por otro lado, también argüía Revel, que la democracia
como orden social y político era muy reciente, y por lo tanto muy endeble todavía. En toda
la historia, el mundo había conocido mas el autoritarismo que la libertad.

Esos planteamientos del filosofo francés son muy ciertos. De mas de 15.000 años de
historia humana, la democracia vivió una primera aparición, fugaz en términos del tiempo
histórico, en Atenas, en el mundo Helénico, para luego sumergirse en las profundidades de
las sombras humanas, y aparecer a finales del siglo XVIII, pero solo ver su masificación en
todo el mundo, posterior a la reconfiguración geopolítica del planeta luego de 1989. Así
pues que la democracia es muy reciente, y a ratos, se concibe como un experimento
humano de cara al mejor sistema de convivencia social. Pero como todo experimento, tiene
sus errores y sus caídas. Todo esto es, aun mas cierto, para los países latinoamericanos, y
particularmente para Venezuela.

Desde la fundación republicana, de 1811, y la iniciación de la vida independiente a

partir de 1830, las elites del país trataron de forjar una institucionalidad liberal, respetuosa y
garantizadora de los derechos de los individuos. Pero no fue fácil. El personalismo, el
caudillismo, y la preponderancia de las armas frente a las ideas, tornó el ideal de
democracia y libertad muy lejos, incluso, para muchos, hasta imposible. Los positivistas de
comienzo del siglo XX, postularon la idea del “gendarme necesario” como una respuesta a
la realidad venezolana. es decir, solo un gobierno déspota y autoritario puede gobernar
Venezuela. Sin embargo todo eso cambió con el experimento democrático de 1958, el mas
duradero de nuestra historia.

Así pues la idea del 23 enero de 1958, mas que un golpe militar, representaba la
posibilidad de forjar un régimen democrático, de vivir en libertad. Era algo nuevo, y por lo
tanto, en términos histórico, la democracia, también es muy reciente para los venezolanos.