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profundamente confucionista

"La gema no puede ser pulida sin fricción, ni el hombre


perfeccionado sin pruebas" — Confucio.
La cultura de Corea exige una mente abierta. Cuando uno estudia las
costumbres de otro lugar, debe tener siempre en cuenta que esa no es su
casa, y por tanto no debería ir con expectativas de que se comporte igual.
Sin más, vamos a tratar la cultura familiar, laboral, educativa y la apertura
internacional de Corea del Sur. Fighting! —Término que los coreanos usan
para animar—.

Intentando no aburrir con detalles geográficos, resumamos en que la


República de Corea está ubicada en la parte sur de la península de Corea,
por ello, y para distinguirlos de sus vecinos del norte, es comúnmente
conocida como Corea del Sur.

La península está situada en el este de Asia, entre el mar Amarillo y el mar


del Este. De forma que queda limitada al norte, por tierra, separados por
una frontera militarizada, con la República Popular Democrática de Corea
(RPDC o Corea del Norte) —ambas mitades formaron un solo país hasta
1945—, al este se encuentra el mar del Este, al sur el estrecho de Corea,
que lo separa de Japón, y al oeste el mar Amarillo.

Corea es una de las civilizaciones más antiguas del mundo, según


investigaciones arqueológicas, se estima que la península fue poblada
desde el Paleolítico Inferior. Por tanto, la historia de Corea es muy rica y
muy antigua. En general, hace aproximadamente unos 70 000 años que
existió presencia humana, pero los umbrales de la historia coreana suelen
situarse en el año 2333 a.C. Al principio de su historia culta, todos hablaban
lenguas altaicas de la Siberia sur/central, pero estuvo gran parte de su
historia dividida en reinos con dialectos y “sentimientos nacionalistas”
propios que hacían guerras entre ellos, hasta que fue unificada por el
emperador Taejo de la dinastía Goryeo en 936. Esto es importante por
dos cosas: primero, Corea fue mayormente imperial, al estilo de Japón, y se
preocupaban más por las conquistas internas y juegos de poder de sus
reyes que por salir fuera, por tanto nunca pudo “contaminarse” de otras
culturas —aún a día de hoy no parece tener especial interés en hacerlo más
allá del comercio—. Y segundo, cuando lo hizo, mayormente se interesó
solo por China y Japón, adoptando el sistema de escritura china ("Hanja"
en coreano), en el siglo II aC, y el budismo en el siglo IV.

A día de hoy no usan Hanja, sino el idioma coreano, hablado por más de
65 millones de personas que viven en la península y sus islas periféricas, así
como 5,5 millones de coreanos que viven en otras partes del mundo.
Irónicamente no proviene ni del chino ni del japonés, sino que es
prácticamente una invención propia. Mayormente se le entiende como
único en su especie, aunque se contempla en su clasificación evoluciones
de la familia altaica. Cuenta con su propio alfabeto, el hangul, que fue
inventado alrededor del siglo XV. Puede confundir por su aspecto y
creerse, como todos los países asiáticos conocidos usan símbolos, que hay
alguna relación entre ellos. Pero el coreano, aunque por su aspecto puede
parecer un alfabeto pictográfico, en realidad es un sistema fonético
organizado en bloques silábicos, lo contrario a por ejemplo que el chino.
Esto quiere decir que es un alfabeto que se compone de vocales y
consonantes que se unen en sílabas, como pasa con el español. No
obstante, la gramática y la sintaxis gramatical, la construcción de la frase, es
bastante diferente al castellano o cualquier otra lengua.

Es importante porque el hecho de que todos los coreanos hablen y


escriban el mismo idioma, y nadie más lo hable ni escriba, ha sido un
factor crucial en su fuerte identidad nacional. Crea una barrera de
entrada y salida de información.

—La mayoría de coreanos han de aprender inglés durante toda su


educación pero no lo hablan muy bien, por no decir que sólo pueden
comunicarse con palabras sueltas en su mayoría, a no ser que salgan fuera
o se especializasen en estudiar eso—.
En 2005, casi la mitad de la población surcoreana expresó que no tenía
preferencia religiosa. Del resto, la mayoría son budistas y en menor
proporción, cristianos. A pesar de ello, la mayoría acoge los valores
del confucianismo o confucionismo (75%), especialmente los que no
creen en nada y los budistas. Lo que pasa es que no lo consideran
propiamente una religión sino un código moral.

Fue absorbido desde China, donde sí se consideró religión; de hecho


constituyó la religión oficial hasta el siglo VII. Lo que les queda hoy día,
pone difícil decidir si es o no una religión. Es un asunto un poco complejo
pero lo que la población general entiende por confucianismo es más bien
un conjunto de doctrinas morales que impregnan a la sociedad. En su
concepto original fueron predicadas por los discípulos y seguidores de
Confucio tras su muerte y giraban alrededor de la adoración a los
antepasados, un código de conducta y del respeto a los poderes de la
Tierra. Entre los cuales hay un dios, el Señor de lo Alto (Shangdi), y es a
veces mencionado. Pero hay que tener claro que Shangdi no es un dios del
tipo judeocristiano, es más bien un concepto. Muchos estudiosos creen
que podría ser la forma genérica de referirse a todos los antepasados o
bien el término que designaría al primer ancestro del mundo. Por lo cual,
generalizando, que lo que queda es el código de conducta más que otra
cosa.

El confucionismo es importante porque es lo que hace ser a Corea como


es. El culto a los antepasados tiene una gran importancia. Si bien
muchísimos coreanos no creen que haya nada “allá arriba” como Dios
supremo, sí creen que todos sus antepasados están en algún lugar y han
de honrarlos.

De hecho, implica la creencia de que las almas de los difuntos pueden


beneficiar o castigar a sus descendientes y que si te pasan muchas cosas
malas es porque estás enfadándolos. Siguiendo con esta lógica, la familia
es la parte más importante de la vida coreana. Todo el mundo debe
casarse y hacer la vida en familia, tener hijos y una vida dentro de los
parámetros "correctos” —la jerarquía familiar, sea dicho, pone muy a la
alza el machismo aunque la violencia contra la mujer ya es una cosa
bastante impensable—. En la tradición confuciana heredada, el padre es
el cabeza de familia y es su responsabilidad de proveer al clan de lo que
necesite, si no es capaz de esto debería avergonzarse. Hasta hace no
mucho el adulterio estaba penado por la ley.
El bienestar familiar es mucho más importante que las necesidades del
individuo, es más, el bienestar social en general es más importante que las
necesidades del individuo. Los miembros de la familia están vinculados
entre sí porque las acciones de un miembro afectan a la raíz del resto
de la familia. En muchos casos, el registro puede rastrear la historia, a
través de los antepasados masculinos, hasta 500 años atrás.

En lo laboral pasa algo similar, el trabajo es el segundo estandarte para


la vida. Las enseñanzas de Confucio describían la posición del individuo en
la sociedad coreana haciendo hincapié en las obligaciones de las personas
hacia los otros en base a su relación. El subordinado debe lealtad y
sumisión absoluta a su jefe. El jefe tiene una responsabilidad y deber de
buenas prácticas para con sus subordinados. Los niños son criados para
creer que no puede pagar la deuda que tienen con sus padres, por darles
la vida y criarlos, de ahí la popularidad de culto a los antepasados y el
respeto a los parientes y superiores. Hay que estar agradecido, dar la talla y
contribuir al legado.

La importancia de la familia, el trabajo y el legado, descansa sobre la


premisa de que en Corea vales lo que vale tu nombre, tu cara: tu kibun.
Kibun es una palabra sin traducción literal, pero lo más cercano sería el
orgullo, el honor o la cara. Nunchi, por su parte, es la capacidad para
determinar el kibun de otra persona. Si haces daño a alguien hieres
tu kibun y por consiguiente a tus antepasados les hacerles perder la
dignidad y, por tanto, perder la cara. Kibun entra en todas las facetas de
la vida coreana, es importante saber cómo juzgar el estado del kibun del
otro y cómo evitar que te lastimen el tuyo al mismo tiempo. Nunchi se
hace observando el lenguaje corporal y escuchando el tono de voz, así
como lo que el sujeto hace o dice. Normalmente cuando alguien tiene
su kibun sano, parece “armónico”, calmado y en paz consigo mismo.
Duerme bien, come bien, es amable y siempre está dispuesto a ayudar, por
consiguiente eso lo hace bello.

Por cierto, en Corea es muy importante lo que dice la gente de ti, desde
niños. Es deporte nacional hablar de los demás cuando estos no están
delante. Y la reputación que tengas, tanto positiva como negativa, te cubre
de gloria o de basura según el caso. “Lleva una vida construir una
reputación y un segundo perderla”, en Corea es más cierto que en ningún
sitio. Si hundes tu reputación, mas te vale ir a otro sitio o tener dónde
esconderte hasta que la gente te olvide.

En los negocios, el kibun de un gerente se ve dañado si sus subordinados


no le muestran el debido respeto. En realidad hay una estricta cultura
laboral. Por ejemplo, normalmente siempre entra en las habitaciones
primero el de mayor rango, está mal quitarse el abrigo si el de más alto
rango no lo hace primero o nunca se rechaza la invitación de un jefe. “Si no
se va el jefe, tú no te puedes ir de la oficina aunque sean las ocho de la
tarde y ya sea lunes, martes o viernes, si el jefe decide que esa noche
hay hoesik [salir de copas] tienes que cancelar todos los planes e ir con el
resto del equipo, no hay excusa que valga”.

Los mejores trabajos que se pueden tener son, probablemente, político,


ejecutivo, banquero o ingeniero. Al menos, en lo que respecta a ingresos.
Sin embargo, el respeto que merecen es más o menos proporcional a la
cantidad de gente que se tenga al cargo. Es el confucionismo de nuevo: a
más personas tengas sobre tus hombros mayor es tu responsabilidad y
más valor tienes, pero mayor es la caída cuando toca caer. Esto quiere
decir que empleos que ayudan a la colectividad, como fiscal, abogado,
inspector de policía, médico, profesor o político son socialmente muy
respetados. Esto es importante porque precisamente en esos empleos se
trabaja bastante y si se toman es por vocación. Si ya de por sí el horario
laboral coreano es largo, aquellos de “responsabilidad” lo son aún más. No
obstante, hay otro punto, la mayoría de empresas, y hablo desde
conglomerados a pequeños restaurantes, son familiares. Y los empleados
externos terminan ahí recomendados por un tercero común casi siempre y,
de todas formas, acaban siendo como hijos. El modelo de nuestros padres
en el que se trabajaba en la misma empresa durante muchos años, tantos
que acababa por ser tu segunda familia, en Corea se sostiene.

Hay que entender que el confucionismo es totalmente grupal, Corea es


una, y las individualidades se miran mal. Cuidas a tu familia no por ti, sino
para honrarlos a todos, trabajas con ahínco no por tu salario sino para que
la empresa crezca y tu país crezca, estudias para ser un individuo apto que
enorgullezca a tus padres y a tu país. Hay un proverbio que lo resume muy
bien: "El clavo que sobresalga recibirá un martillazo".

Volviendo atrás, el kibun, como dije, se siente pero también se ve. Es


importante porque esta es una de las muchas razones por las cuales la
sociedad coreana es tachada de superficial. En general, en Corea tienes que
parecer lo que eres y cometen, tal vez, ese típico error de que si pareces
bueno, has de serlo.

No obstante hay que aclarar que en Corea no vale de nada ser solo bello.
Las cirugías están a la orden del día, sí. Se espera que seas hermoso, se
rechaza lo feo, pero no vale por sí mismo. Se dice, por ejemplo, que el
actor más guapo de Corea es Kim Bum, de nombre real Kim Sang Bum, y el
susodicho estudió en la Universidad de Jungang, en el Departamento de
Cine y Teatro, es actor cantante y modelo, además toca tres instrumentos.
En mujer, probablemente sea Park Shin Hye —por su octavo puesto en
Forbes Korea Power Celebrity— se graduó de la Universidad Chung-Ang,
es actriz pero también tocar la guitarra y hace danza clásica. Ambos se
graduaron con cuadros de honor de altas calificaciones. No es: si eres
guapo eres apto. Es: si eres apto, supuestamente serás guapo. La belleza
externa proviene del bien, es una consecuencia natural de la belleza
interna. Ser un ídolo es ser perfecto, se necesita el paquete completo. Por
supuesto, esto es una idea filosófica confucionista, y no siempre se cumple.
Hablando de la inteligencia, Corea del Sur, es ahora la cuarta potencia
económica de Asia pero hace 60 años era un país pobre y devastado. El
Gobierno, tras la guerra contra su vecino del norte, impulsó la educación
como motor económico y lo ha convertido en el pilar de su desarrollo.
Levantar el país fue la principal razón al principio, pero ahora lo cierto es
que los estudiantes terminan siendo tan competitivos por tres cosas: la
competencia es enorme para entrar en las mejores universidades. La
presión de la familia que aspira a que sean “hombres y mujeres de bien”. Y
por último, la vocación. La gran mayoría de los coreanos estudian algo
concreto porque quieren trabajar de algo para lo que tienen verdadera
vocación. Es su “sueño”. Es decir, su camino va marcado por el futuro
laboral que quieren elegir. Cuando un estudiante se pone a estudiar bajo
horas interminables lo hace en principio por la obligación de sus padres,
pero también porque se le ha metido en la cabeza que su objetivo en la
vida es “esa” profesión y debe ser el mejor posible para tener el mejor
trabajo posible y ganar mucho dinero mientras hace lo que ama. Esto es un
problema pues, si quieres encontrar un buen trabajo, y cuando digo buen
trabajo hablo de un trabajo en alguna de las mejores empresas
coreanas, debes terminar tus estudios en alguna de las tres mejores
universidades: Seoul National University, Korea University o Yonsei
University. Si fracasa se habrá traicionado a él, no, los habrá traicionado a
todos (documental sobre la educación coreana). Corea ha sido un país
reiteradamente invadido a lo largo de su historia. Los Han, los Jurchen, los
Mongoles, las invasiones japonesas del XVI y la colonización del XX, etc.
Mientras ellos a penas se han interesado nunca en salir porque tenían
demasiados problemas dentro. Esto ha creado en el pueblo coreano un
sentimiento nacionalista muy fuerte que se ha ido incrementando después
de la guerra de Corea, y que los hace ser culturalmente separatistas del
resto del mundo y muy críticos para consigo mismos. Para los coreanos
existe un gran sentimiento de unión y un rechazo hacia lo que viene de
fuera. Concebir el mundo como un planeta global es prácticamente una
utopía. Un coreano matando, robando, pegando a una mujer, mintiendo o
renegando de su familia es deshonroso. Probablemente hasta sea por ese
orden.

En cuanto al racismo, si buscamos los límites, es meter a todos en el mismo


saco el decir cualquier cosa. Hay de todo. En los últimos tiempos, sobre
todo los jóvenes, van mejorando. Sin embargo, en general, sobre todo en
los mayores: xenofobia no; puede que racismo sí. No tienen grandes
problemas con convivir con extranjeros, no les tienen asco, ni odio, ni
miedo. Esos sentimientos son contrarios al confusionismo no se permiten
sentirlos, pero es muy raro que un coreano se enamore o mezcle
sentimentalmente con uno. Resultamos exóticos y de hecho es bastante
común extranjeros diciendo que es incómodo que les miren por la calle.
Como amigos, respetan a los no iguales, más les queda claro que no son
iguales. Si un extranjero habla en coreano coloquial, o dice un insulto en
inglés, no se ofenden aunque sería impensable que un coreano lo hiciera.
Esta actitud podría ser comprensiva, sin embargo, a veces es despectiva “el
problema es que no es coreano, por eso no lo entiende”.

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