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El corporativismo:

teoría y transformación

Enrique de la Garza Toledo *

INTRODUCCI~~ las pretensiones universalistas

E
del concepto. Así, se habla de
1concepto de corporativis- corporativismo medieval, fascis-
mo ha sido utilizado en ta, neocorporativismo, de Estado,
México para designar una societal, messo y micro, etc.
forma de relación subordinada de (Picó, J., 1988). En la abstracción
los sindicatos con el Estado, pero histórica de la forma corporativa
poco se ha referido a la polémica está probablemente la mayor de-
internacional acerca del corpora- bilidad del concepto. En esta me-
tivismo (Quiroz, O., 1991). dida tiende a volverse una simple
Corporativo se ha convertido forma que puede estar presente
también en nuestro país en un tér- en cualquier régimen político,
mino peyorativo, con poco peso modo de producción, etc. Una
teórico (Alonzo, A,, 1983). A par- perspectiva alternativa es tratar
tir del artículo famoso de Schmit- de analizar el concepto en su con-
ter (Schmitter, P.,1986) la polé- creción histórica bajo la conside-
mica internacional se ha vuelto ración de que las formas adquie-
compleja y a la vez confusa por ren sentido en la articulación en-

IZTAPALAPA 34
* Profesor investig:ulor de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad
JULIO-DICIEMBREDE 1994, pp. 11-28 Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana.
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tre niveles de la realidad y no por ellas solas. Es nes politicas (Schmitter, P., 1979 y 1992). Antes de
decir, la necesidad de especifica históricamente esta Schmitter, el concepto corporativismo había sido reser-
forma de relación entre organizaciones particularis- vado para los gremios medievales (defensores del ofi-
tas (en especial de la clase obrera) con el Estado, las cio) y para las corporaciones fascistas de corta vida
empresas, el sistema político, la acumulación de ca- (partido fascista de corporaciones o la sustitución del
pital. parlamento por un consejo de las corporaciones).
En este ensayo analizaremos algunos aspectos cen- En los países subdesarrollados, antes que Schmit-
trales de la polémica internacional acerca del corpo- ter, otros habían observado las relaciones de regíme-
rativismo. los usos que el concepto ha tenido en Mé- nes populistas con los sindicatos o las organizaciones
xico y la necesidad de especificar nuevos contenidos campesinas, como en la Argentina de Perón, el Méxi-
a la relación corporativa en función de los cambios co de Cárdenas, el Brasil de Getulio Vargas, el Egip-
en las articulaciones entre Estado, economia y clases to de Nasser, la Indonesia de Sukarno, etc. En estos
sociales en la era de la reestructuración productiva y casos, también las organizaciones de masas tenían un
de la transformación neoliberal. papel importante en la gobernabilidad, toma de deci-
siones, legitimidad, pero estas organizaciones apare-
cían más subordinadas al Estado y en un contexto
I . LA POLÉMICATEÓRICA de régimen político no estrictamente democrático
(O'Donell, G., s/o.
Schmitter inició una línea de reflexión teórica que ha Schmitter fue el primero en abstraer rasgos de las
tenido gran repercusión en los paises desarrollados y relaciones corporativas que muchos aceptan como
subdesarrollados. Puso el acento en un fenómeno que vínculos entre Estado y sindicatos (u otras corpora-
había pasado inadvertido a la teoría política domina- ciones) tanto en países desarrollados como en subde-
da por las concepciones plnralistas y liberales: el sarrollados, a partir de los años treinta o cuarenta.
hecho de que en el capitalismo organizado hayan Schmitter empezó definiendo al corporativismo
surgido formas de representación de intereses parti- como una forma de representación de intereses, inte-
cularistas (clase, estamento, grupo social) con una reses de los componentes de cada corporación, en
lógica diferente al supuesto universalismo del ciuda- oposición a la representación ciudadana que hace
dano; que estas formas de representación hayan con- abstracción de los intereses profesionales o de clase;
vivido durante varios decenios con la democracia en segundo término, el corporativismo habría impli-
ciudadana; que hayan contribuido a la gobernabili- cado un proceso gubernamental de toma de decisto-
dad en los paises desarrollados a través de pactos nes diferente del parlamentario; y, finalmente, una
diversos (principalmente entre sindicatos, empresa- nueva forma de legitimidad del Estado. Para dicho
rios y Estado); que se hayan convertido a veces en un autor, la legitimidad y el funcionamiento del Estado
mecanismo extraparlamentario de toma de decisio- dependerían básicamente de los acuerdos entre cor-
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poraciones y Estado; sin embargo, distingue entre representación de intereses y no en la dominación


corporativismo societal y de Estado. El primero coe- por medio de corporaciones. En esta versión las cor-
xistente con sistemas políticos competitivos, parti- poraciones ideales serían representativas (no hay
distas, abiertos a la alternancia en el poder, con sub- profundización en fenómenos internos a las corpora-
culturas democráticas y vinculados con los estados ciones como representatividad, oligarquía, burocrati-
benefactores postcrisis del 29. En cambio, los corpo- zación, relaciones entre base y dirigencia, formas de
rativismos de Estado estarían asociados con estados dominación al interior de las corporaciones). Los
autoritarios y significarían un atraso respecto del pri- intereses particulares, representados por medio de
mero. organizaciones, llegan a ser articulados a través de
De una forma o de otra el corporativismo tendría pactos corporativos por la mediación más o menos
las siguientes características formales según Schmit- neutral del Estado. En esta medida, el monopolio de
ter: monopolio de la representación en un número la representación, la jerarquización de las organiza-
limitado de asociaciones; erradicación de asociacio- ciones, la incorporación forzada de miembros, la
nes competitivas o paralelas; incorporación forzada continua mediación estatal, el control de liderazgos
de los miembros a las asociaciones; continua media- no son sino mecanismos que permiten la gobernabili-
ción estatal; control estatal de liderazgos; y articulación dad, son mecanismos neutrales en búsqueda del con-
de intereses a través de las corporaciones. senso, la legitimidad y el orden. Hay un supuesto de
Los interesantes rasgos abstraídos por Schmitter neutralidad estatal y de simetría en la fuerza de las
se han presentado a la crítica por su carácter descrip- corporaciones (por ejemplo, entre sindicatos y em-
tivo. Cuando se señalan asociaciones entre corporati- presarios) que anticipa la posibilidad de que las deci-
vismo y regímenes políticos aparecen éstas como siones sean a su vez simétricas. De esta forma, el
yuxtaposiciones; las menciones de los intereses de control estatal del funcionamiento del sistema corpo-
clase, de sus trasfondos estructurales y sus ciclos y rativo no es sino otro mecanismo neutral para garan-
coyunturas son sumamente generales; de la misma tizar la gobcrnabilidad con articulación de intereses
forma, las referencias a la articulación entre Estado (Picó, J., 1988).
corporativo, clases y acumulación de capital no me- b) La otra posibilidad es ver al corporativismo
recen sino menciones poco profundas en la obra de como una forma de dominación estatal a través de
Schmitter. Junto a este autor y a veces en oposición organizaciones e instituciones (Pike, F., 1974). Esta
al mismo han aparecido caracterizaciones diferentes concepción partiría de la no existencia de un Estado
de las relaciones corporativas. Sin ánimo de analizar neutral sino vinculado a la idea de orden capitalista,
en detalle estas diferencias, podemos destacar dos comprometido con su mantenimiento y reproducción
posiciones actuales de los teóricos que utilizan el así como con los fundamentos de la acumulación del
concepto de corporativismo: a) La que parte del pro- capital. En esta medida no se desconoce que las cor-
pio Schmitter y que pone el acento en la función de poraciones pueden representar hasta cierto punto in-
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tereses particulares de sus agremiados, pero en el largo con el régimen politico, con las relaciones entre las
plazo las relaciones corporativas (que aun en el corpo- clases y las formas de acumulación de capital.
rativismo societal implican principalmente a trabaja- Esta Última posición en parte nos habla de la nece-
dores, empresarios y Estado) no son simétricas. Asi- sidad de historizar el concepto de corpotativismo;
mismo, la gobeniabilidad corporativa no seria un me- historizar es remitir a las articulaciones concretas en
canismo neutral de toma de decisiones; éstas tendrían periodos determinados de las relaciones corporativas
de antemano el ángulo del orden y la acumulación con otros niveles de la realidad. Por ejemplo, no tiene
capitalista. En otras palabras, la representación de sentido remitir a una suerte de corporativismo medie-
intereses de las clases subalternas a través de sus val cuando el que interesa sabemos que apareció
corporaciones implicarían suborduiación de largo asociado con los estados benefactores capitalistas de
plazo al mantenimiento del orden capitalista. Esto no la postcrisis del 29 o postsegunda guerra mundial
significa ausencia de intercambios, pero se trata de (los límites precisos no nos interesan aquí; vale pre-
intercambios subordinados. Tampoco significa que guntarse SI el corporativismo apareció en la historia
las corporaciones obreras sean simples correas de en Suecia, en 1906, o con la Repíiblica de Weimar en
transmisión de intereses ajenos a las mismas, ni au- Alemania), aunque no todo Estado social llegó a im-
sencia de participación en las decisiones estatales, plicar una relación corporativa (los Estados Unidos,
pero de cualquier manera la relación corporativa se- por ejemplo). L o anterior nos habla de la impertinen-
ría una limitación a la función de representación de cia de esbozar una explicación puramente estructural
intereses particulares (los parámetros de esta capaci- o funcionalista del origen del corporativismo. A los
dad esiarían fijados estatalmente) y convertirían a las factores estructurales habría que añadir la particular
corporaciones en controladoras objetivas y/o subjeti- historia de la lucha de clases, la conformación del
vas de luchas de clase a través de pactos, leyes e Estado y la acumulación del capital en cada país.
instituciones. El Estado social en términos generales nació por
Como puede verse, la polémica acerca del concep- un lado del interés capitalista por remontar los ciclos
to de corporativismo tiene detrás supuestos acerca descendentes de las grandes crisis (como la del 29);
del funcionamiento del Estado (neutral o de clase) desde el punto de vista económico implicó la critica
que convierte la discusión en un diálogo de sordos. al paradigma dominante en la economía y en particu-
Por otro lado, la extensión del concepto tiene que ver lar a la ley de Say, por la cual se suponía que la
con la idea que se tenga acerca de las formas politi- producción crea su propia demanda y, por lo tanto, el
cas, de su posibilidad de universalización o al menos orden capitalista no es un problema. Sin embargo, en
de existencia transregímenes politicos o modos de este siglo ya era evidente que los sindicatos podían
producción; o bien de que metodológicamente se interferir en la oferta y la demanda de trabajo; ade-
considere que cabría hablar de rasgos abstractos del más que la clase obrera se estaba convirtiendo en
corporativismo sin remitir a las articulaciones de éste parte importante de la demanda agregada que estaba
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organizada y peleando desde el siglo anterior por organizaciones, creando instituciones y leyes para
derechos primero ciudadanos, luego laborales y so- sectores diferenciados.
ciales. Por otra parte, la Revolución bolchevique y la Esta creación institucional no es suficiente para
gran fuerza de los partidos y sindicatos obreros mar- hablar de un "sistema corporativo". Es preferible di-
caron también las preferencias burguesas en cuanto ferenciar que abstraer en exceso y, en este caso, re-
al funcionamiento del Estado en casi todo el siglo xx.
La solución fue el Estado interventor en la econo-
mía y benefactor; un Estado que trató de asegurar el
futuro como pacto explícito (corporativo en aquellos
países con fuertes partidos y sindicatos obreros) o
implícito a través de la democracia parlamentaria
(Offe, C., 1990). El Estado interventor en la econo-
mía capitalista recorrió el mundo hasta la década de
los setenta. Significó la negación del automatismo
que conduciría al equilibrio económico y el reconoci-
miento explícito o implícito de que la sociedad no
estaba conformada sólo por ciudadanos supuesta-
mente iguales en el mercado político, sino por clases
sociales con intereses diferenciados pero que podían
ser conciliadas y articuladas por ese Estado. Que esta
sociedad dividida en clases requiere formas de repre-
sentación paralelas a las ciudadanas porque las clases
pueden entrar en conflictos incluso catastróficos
(Rusia); que ya no es posible declarar ilegales en
especial a la clase obrera y al conflicto interclasista,
sino hay que concertar y canalizarlos institucional-
mente para que la pugna cotidiana no se convierta en
antagonismo revolucionario. Canalizar institucional-
mente implicó la construcción de los modernos "sis-
temas de relaciones industriales" y, en algunos casos,
los pactos corporativos. Es decir, en lo empírico el
funcionamiento del Estado social supuso cierto reco-
nocimiento de que "la cuestión social" del siglo xx no
se resolvía por el simple mercado, sino legalizando
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servar corporativismo al funcionamiento tripartito en ron a los sindicatos a las necesidades en última ins-
las cúpulas estatales con repercusiones en la econo- tancia de la acumulación del capital. Subordinación
mía y en las relaciones industriales semejante al del no significa ausencia de espacios de indeterminación
norte de Europa. o soluciones alternativas en donde los sindicatos pu-
En el norte de Europa el Estado interventor y be- dieron proponer, pero sí parámetros de sistema que
nefactor fue sólo la condición necesaria pero sufi- no podían ser cuestionados. En esta medida la repre-
ciente para el nacimiento del corporativismo. La otra sentación de intereses funcionó pero subordinada al
condición fue la existencia de fuertes partidos refor- orden capitalista y a la acumulación del capital
mistas, que dentro del juego parlamentario conquis- (Goldthorpe, J. H., 1989).
taron leyes protectoras del trabajo y sistemas de co- A su vez, el pacto corporativo sirvió para articular
i6n institucionalizadas (Baglioni, en forma más armónica acumulación del capital y
mente, del Estado social no sur- legitimidad política: gasto del Estado para garantizar
gió solamente el corporativismo, otra vía fue la del pleno empleo y sistemas de relaciones industriales
"Business Unionism"; es decir, la vía norteamericana para canalizar las demandas y los conflictos intercla-
en la que los pectos corporativos estuvieron práctica- sistas. Pero, la visión funcionalista del Estado social
mente ausentes y la presión de los sindicatos se dio y del corporativismo que presupone a cada parte (ie-
en el partido de ciudadanos, en el parlamento y en la yes, instituciones, corporaciones, parlamento, etc.)
negociación colectiva por empresa. Esto no fue sufi- desempeñando su papel en la integración del todo
ciente para crear un sistema de relaciones industria- falla histórica y lógicamente. Históricamente porque
les de las caraEtaísticas de Europa del Norte (por el diseño del Estado social no fue producto de esta-
ejemplo es notorio el subdesarrollo de las leyes labo- dista o teórico alguno (ni siquiera de Keynes) sino en
rales y de seguridsd social en los Estados Unidos); la gran parte fue resultado de la lucha obrera. A través
solución a la legitimidad.que nace del trabajo fueron de la lucha los trabajadores lograron el reconoci-
los contratos coiectivos protectores a nivel de fábri- miento de sus sindicatos y partidos, leyes laborales y
ca. En todo caso el pacto no fue explícito como en los sociales; y, cuando estas luchas se juntaron con el
"sistemas corporativos", sino implícito al aceptar los peligro bolchevique y la gran crisis, provocaron un
sindicatos entrar en el juego institucional. En el norte cambio en la sensibilidad de sectores del Estado y la
de Europa, las corporaciones participaron expücita- clase dominante en cuanto a cómo ejercer la domina-
mente en la toma de decisiones lyknmentales, en ción. Por otra parte, la imagen de sistemas corporati-
especial sobre política económica, laboral y social. vos casi perfectos en el norte de Europa no dejan de
En el segundo caso, de manera indirecta los sindica- ser una simplificación. La edad de oro del corporati-
tos influyeron en dichas políticas a traves de parti- vismo fue de 1940 a 1970 en Escandinavia, Austria.
dos, parlamentos y gobiernos. Pero, en un caso y en Suiza, Países Bajos y Alemania. Pero aun en países
el otro los pactos explícitos o implícitos subordma- como Alemania, las leyes de cogestión no se logra-
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ron sino hasta los setenta. Sin embargo, los acuerdos monismo que estatizó las relaciones laborales y con-
tripartitos existieron con altas y bajas en estos países, virtió a los espacios del Estado en el campo privile-
en especial para la determinación del salario, aunque giado de negociación, presión e influencia de los
subordinados al desarrollo económico (Fogleson, R., sindicatos (De la Garza, E., 1991). Habría que añadir
1989). que los rasgos formales de monopolio de repre-
En los países subdesarrollados surgió un Estado sentación garantizada por el Estado, etc., se dieron
social limitado, inicialmente populista, desarrollista también en los corporativismos subdesarrollados
después, pero autoritario desde sus orígenes. En estos pero con caracteres más autoritarios, desde el mo-
paises, frente a la debilidad del capital, el Estado mento en que se presentaban también con regímenes
ocupó su papel en el desarrollo económico y su cen- politicos no democráticos y con un respeto menor a
tralidad en éste fue muy grande. No es estricto decir la legalidad. Finalmente, es posible que la raigram-
que el Estado populista y después el desarrollista bre cultural de este corporativismo haya implicado al
crearon a las corporaciones obreras, éstas surgieron patrimonialismo y al clientelismo, con toda una re-
por sus propias fuerzas y ganaron relativa legitimi- formulación del significado subjetivo en la masa de
dad, pero para subsistir, ganar poder y concesiones los conceptos de representación sindical, legitimidad
para los trabajadores entraron en un pacto subordina- de los líderes, y de la democracia (De la Garza, E.,
do con el Estado, más subordinado y autoritario que 1991a).
en los países desarrollados. Además, la subordina- La crisis de los estados sociales y de los corporati-
ción de los sindicatos en los países subdesarrollados vismos que se les asociaron han recibido diversas
corporativizados no sólo fue en función del desarro- explicaciones (nos concretaremos a enlistarlas): para
llo económico sino en particular del régimen politi- unos, la crisis tendría su fundamento en la crisis
co, volviéndose corresponsable no sólo de la repro- fiscal del Estado; un Estado social desde el punto de
ducción del Estado sino del régimen politico en par- vista económico y político no sería capaz de equili-
ticular (Malloy, J., 1987). Además, los "sistemas de brar su gasto y llegaría finalmente a la crisis fiscal;
relaciones industriales" tuvieron poco de sistémicos para otros, la crisis del Estado social seria la de su
y regulares; permanentemente dependieron de los legitimidad frente a la incapacidad de satisfacer de-
arreglos políticos ad hoc, de las relaciones informa- mandas crecientes de la población; para algunos más,
¡es si fueron variables en función de los liderazgos el problema habría sido producto de la fuga de recur-
estatales y sindicales. Por otra parte, la función de sos económicos originada por el gasto improductivo
control estatal sobre los sindicatos convirtió de he- del Estado social, con sus repercusiones negativas
cho a las relaciones laborales en relaciones estatales, sobre la inversión y la tasa de ganancia; otros consi-
y el dualismo de la acción sindical en los corporati- deran que fueron directamente las regulaciones de las
vismos de los países desarrollados (en el Estado y en relaciones laborales, parte importante de los pactos
las relaciones laborales) en nuestro caso se volvió corporativos, las que con su rigidez se habían vuelto
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en contra del incremento en la productividad y la mucho que desear la profundización teórica o empíri-
calidad; finalmente, algunos consideran que la crisis ca de estas relaciones (Aguilar, J., 1990). En general,
del taylorismo fordismo fue la que repercutió en con- las posiciones "teóricas" acerca del corporativismo
tra de los recursos económicos estatales, llevó a la han estado permeadas por posiciones politicas de los
crisis fiscal e impactó la inversión y la tasa de ganan- intelectuales. Podemos indentificar dos principales;
cia (Picó, J., 1989). la primera de ellas proviene de la izquierda más radi-
De una forma o de otra, sobre todo en los ochenta, cal que empezó acuñando el concepto de charrismo
en el nivel internacional se extendieron las solucio- para referirse a los sindicatos con dirigencia espuria,
nes llamadas neoliberales, encaminadas a subsanar la impuesta por la fuerza, ajena a los trabajadores y que
crisis del Estado social, y, cuando existieron, de los todavía se mantiene en los análisis de Aguilar o Max
pactos corporativos. Hay una clara decadencia de la Ortega con poca resonancia. Por el otro lado, se en-
intervención del Estado en la economía, sobre todo cuentra la corriente que parte de Arnaldo Córdova
en la inversión productiva; hay estancamiento, deca- (Córdova A,, 1976 y 1979) y Manuel Camacho (Ca-
dencia o reorientación hacia la extrema pobreza del macho, M., 1970) que tiende a neutralizar la relación
gasto social; bay fuertes presiones por desregular las corporativa, a verla como deformación de otra desea-
relaciones laborales; hay pérdida de capacidad de ble parecida a la corporativa societal de Sclimiiter,
negociación de los sindicatos (disminuyen en mu- tendiendo a exagerar sin profundizar los rasgos con-
chos países las tasas de sindicación; decae la conflic- sensuales del corporativismo en México.
tividad colectiva; hay distanciamiento entre sindica- Arnaldo Córdova fue de los primeros en México
tos, partidos y Estado). En síntesis, las nuevas polí- en utilizar el concepto de corporativismo siguiendo a
iicas económicas, y en buena medida la nueva sen- Scott para analizar la estructura del Partido de la
sibilidad política del electorado, ven en las corpo- Revolución Mexicana y del PRI. El contenido que
raciones y en los pactos corporativos obstáculos Córdova dio al concepto de corporativismo es a estas
para elevar la eficiencia, al reducirse las capacida- alturas sumamente rudimentario: el corporativismo
des y los espacios de la acción sindical (Baylos. A., mexicano seria puramente politico, a diferencia del
1991) fascista que seria productivo. La base de su análisis
queda reducido a la estructura del partido del Estado
por sectores y constituido por organizaciones. Para
2 EL CORPORATIVISMO COMO CONCEPTO Córdova los rasgos del corporativismo mexicano se-
EN MÉXICü rian: las corporaciones son órganos del partido y del
Estado; la institucionalización del conflicto; con el
El uso del concepto de corporativismo en México se corporativismo se pasó de un régimen de exclusión
ha vuelto común, sobre todo para referirse a las rela- de las clases subalternas a otro de representación
ciones entre Estado y sindicatos. Sin embargo, deja mediada por las organizaciones; y la política de ma-
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sas (concesiones para lograr legitimidad y control); sino la propuesta anterior de Manuel Camacho. Para
reformismo y cooptación de liderazgos. éste el corporativismo en México fue una creación
De hecho Córdova, siendo crítico del corporativis- del Estado para fragmentar clases y controlarlas or-
mo mexicano no deja de mostrar su fascinación por ganizativa y políticamente. Es decir, la esencia del
el mismo, que es continuada por una suavización de corporativismo sería el cdntrol por medio de organi-
sus rasgos no democráticos por Woldenberg y Trejo. zaciones. Sin embargo, los rasgos formales del con-
(Woldenberg, J., 1980), (Trejo, R., 1990). Wolden- cepto se empobrecen todavía más que en Schmitter.
berg es de los que critican la concepción común en la En Camacho tampoco hay profundización acerca de
izquierda de ver al corporativismo sindical como una las articulaciones entre corporativismo, Estado y
dirigencia espuria y externa a la clase obrera. El acumulación de capital ni sobre las bases de la legiti-
corporativismo en este autor aparece casi como una midad y el control de las dirigencias sindicales res-
necesidad, la de contar con una reproducción profe- pecto de sus bases.
sional permanente (se olvida que no toda constitu- No es hasta finales de los ochenta cuando surge
ción de sindicatos implica corporativismo), resultado en México una corriente más académica de análisis
también de la institucionalización que contribuye al del corporativismo que, a diferencia de las dos que
crecimiento de las organizaciones con su consecuen- hemos reseñado anteriormente, trata de poner al
te burocratización. Las burocracias sindicales serían día la discusión en el plano teórico (Bizberg, I.,
casi una consecuencia natural de este proceso, de la 1990a) (Luna, M., 1992). Por primera vez se anali-
profesionalización y especialización de los dirigentes za con cierto detalle la propuesta conceptual de
(neutraliza con ello los problemas evidentes de de- Schmitter, y se coincide en las críticas a su forma-
mocracia que hay en los sindicatos en México) sub- lismo desarticulado; se analizan las relaciones teó-
sumiéndolos en una ley de hierro de la burocracias, ricas entre corporativismo y democracia; corpora-
descontextualizadas y poniendo como equivalentes tivismo con gobernabilidad y con régimen político,
lo mexicano por ejemplo con lo sueco. (Woldenberg, Sin embargo, los artículos semiperiodísticos y las
J., 1980b). En esta medida su visión pesimista con denuncias continúan; con ellas se contribuye poco
respecto a la pérdida de democracia en lossindicatos a la profundización en el concepto de corporativis-
es abstracta -semejante a la Michels-. En Trejo las mo. Unos insisten en la ilegitimidad del corporati-
concepciones son semejantes, y aunque recupera el vismo a través de crónicas de conflictos evidentes
concepto de Schmitier de corporativismo, la profun- en los que los trabajadores impugnaron a sus diri-
didad teórica brilla por su ausencia, y se reduce a gentes; otros reiteran sus viejas posiciones de ver a
recitar lo que fue la postura programática de una un corporativismo consensual, aunque deformado,
corriente político-intelectual de análisis del corpora- que puede retomar el rumbo hacia un "verdadero" y
tivismo de sustituir el corporativismo de Estado por deseable corporativismo societal; o bien los que
el societal en México (Trejo, R.,1990), y que no es planean que habría que acabar con todo corporati-
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vismo en aras de una democracia liberal decimonóni- ciones, por tanto se le sustituye por otra más ambigua
ca (Sánchez, J., 1990). como es la de grupos de interés (¿cuál es el funda-
Los ensayos ideologizados de la izquierda, el cen- mento de interés que permanece en la oscuridad?); no
tro y la derecha poco han contribuido al enriqueci- deja en claro el concepto de las posibles relaciones y
miento del concepto (están marcados por presupues- contradicciones con el sistema parlamentario: excep-
tos que determinan sus conclusiones: denuncia, re- to en el fascismo, el corporativismo de este siglo
forma o anulación del corporativismo); asimismo su siempre convivió con el sistema político ciudadano;
contribución empírica ha servido poco para profundi- el carácter obligatorio del corporativismo sólo se pre-
zar y problematizar las relaciones corporativas. (Han senta cuando hay close up y deja de lado la posihili-
sido sobre todo los denunciantes los que han escrito dad de un corporativismo no obligado en términos de
largas crónicas de movimientos de impugnación de afiliación y, por tanto, las diferentes fuentes de su
dirigentes obreros corporativos sin ahondar en meca- legitimidad; el carácter no competitivo de las asocia-
iiismos de dominación, culturas políticas obreras, et- ciones se da sólo en casos extremos; la democracia
cétera.) del siglo xx comúnmente permite la competencia en
este renglón; el control estatal sobre las organizacio-
nes, selecciones de líderes y de demandas en lo con-
3 . CONIRIBUCIÓN A LA CRiTICA DEL CONCEPTO DE creto ha significado una gama amplia de posibilida-
CORPORATIVISMO des que van desde la subordinación estricta al Estado
hasta una autonomía considerable.
Schmitter empezó por definir al corporativismo como En el fondo subyace el conflicto de utilizar los
un sistema de representación de intereses a través de conceptos como tipos ideales, manera poco elegante
unidades organizadas (obligatorias, en número limi- de rehuir el problema de la concreción histórica.
tado, no competitivas, jerarquizadas, funcionalmente Como bien señala Bizberg, Schmitter sigue el cami-
diferenciadas, reconocidas por el Estado, con mo- no no sólo de construir un tipo ideal sino una tipolo-
nopolio de la representación, con control en la selec- gia que difícilmente puede considerarse como un
ción de dirigentes y en sus peticiones), sin embargo concepto que forme parte de una teoría. De esta ma-
en el camino sustituyó la noción de representación nera mete en un saco rasgos correspondientes a reali-
(aparentemente muy fuerte) por la de intermediación dades diferentes (porque se presentan articuladas con
(para incluir en el mismo concepto situaciones de otros niveles de la realidad en forma diversa) o que
estricta representación y aquellas no representativas no se presentan estrictamente en ninguna sociedad.
pero sin intermediadoras de demandas). Los rasgos La génesis histórica es abordada aposteriori y las
del corporativismo, sin embargo, no dejan de ser desviaciones del tipo son tratadas como anomalías.
parte de un tipo ideal; la intermediación de intereses Por ejemplo, la generalización que hace Schmitter
profesionales no siempre caracteriza a las corpora- del corporativismo de Estado, al asociarlo con regí-
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Estado con "neomercantilismos" en lugar de profun-


dizar en el tipo de sociedades creadas desde los Ila-
mados estados populistas, que implicaron una impor-
tante intervención del Estado en la economía y la
creación de una seguridad social diferenciada, así
como peculiares "sistemas de relaciones industria-
les". De los rasgos aislados por Schmitter para el
corporativismo surgen más preguntas que respuestas:
jcuál es la relación con la democracia ciudadana? De
hecho, el corporativismo convive con la democracia
ciudadana (aun en los regímenes autoritarios los par-
tidos no están estrictamente abolidos, pero subsisten
con dificultades); aunque implica, a diferencia de la
teoría liberal, el reconocimiento de las diferencias
entre clases (no sólo entre grupos de interés como en
Schmitter) y que éstas pueden crear fuerzas políticas
organizadas, partidarias o no. Además, que estas fuer-
zas con intereses no universales (habría que criti-
car también al universalismo abstracto del ciudada-
no, éste sólo en la abstracción liberal es presentado
como igual sin serlo realmente) pueden efectivamen-
te llegar a pactos, pero éstos sólo en parte son políti-
cos; en otro sentido, también importante, son econó-
mico-productivos y sobre este tema no hay profundi-
zación alguna de la teoría corporativa (Lhembruch,
G., 1982).
La teoría corporativa tiene dos rivales. Por un lado
los liberales y neoliberales para los que el corporati-
vismo no puede ser democrático puesto que violenta
]nenes antiiiberales, es insuficiente. En primer lugar, el principio de un ciudadano un voto (Solé, C., 1987).
hace eco de desprestigiadas visiones del subdesarro- Sin embargo, la crítica neoliberal no deja de ser abs-
llo como atraso, y que a la vez estarían en un conti- tracta porque supone hombres iguales al menos en
nuum" con el desarrollo; e incurre en francos errores los procesos electorales, pero no puede hablarse de
históricos y teóricos al asociar el corporativismo de igualdad ciudadana cuando hay acceso desigual a los
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recursos materiales y simbólicos. Del mismo modo, ganando derechos políticos, laborales y sociales sin
se hace abstracción del proceso que lleva al ciudada-
no al voto: propaganda, influencia, cultura política,
arreglos cupulares entre partidos, burocratización de
éstos, etcétera.
Por otro lado, la crítica marxista en su versión
clásica no podría aceptar la existencia de estados
neutrales, simples articuladores de intereses a través ma, el corporativismo no puede verse desligado del
de los pactos corporativos. Esta versión es en la que surgimiento del Estado social (interventor, benefac-
mejor podría asimilarse el concepto de corporativis-
mo como forma de dominación estatal sobre los tra-
bajadores a través de organizaciones. los pactos corporativos noson sino
La teoría acerca del corporativismo no ha tenido el
desarrollo deseable después de 20 aiios de ser esbo- organizaciones (print
zada, posiblemente porque ha permanecido presa de Estado. Los pactos 00
problemas disciplinariosclásicos de la ciencia políti- las organizaciones son a la vez
ca, reduciendo sus campos de análisis y soluciones a dan para abordar hbitos propi
S I existió o no el corporativismo en algún país en
particular o bien a la coexistencia del corporativismo
con la democracia política. El empantanamiento de la
teoría acerca del corporativismo, a pesar de sus po-
tencialidades, estriba en que no lo aborda como con- relaciones lebaílales sin pactos estrictamente corpo-
cepto de articulación, y por tanto -desde esa pers- rativos, porque su racionatidad &lo en parte es polí-
pectiva- no compete sólo al ámbito de la teoría tica, es taffibi8n económica y lo político no se reduce
política. De hecho puede implicar a la economía po- en la democracia parlameniaria a las presiones inme-
lítica, a las relaciones industriales, a las teorías de las diatas de las ofganhciones. En otras palabras, los
organizaciones, a la cultura, etcétera pactos corporativos hacen explícitos los fimciona-
La génesis histórica del corporativismo en Europa mientos latentes del Estado social: tratar de conciliar
puede dar en este sentido luces no utilizadas por acumulación con la lucha de clases, tratar de articular
Schmitter. La clase.obrera desde el siglo pasado creó producción en masa con consumo en masa. Pero, el
sus organizaciones al margen del Estado (partidos y corporativismo (aun el societal) es aceptación de tos
sindicatos) y de ser una clase excluida por la teoría y la parámetros del orden capitalista, aunque reconocien-
práctica liberales se convirtió en un fuerza política do la posibilidad de espacios de indeterminación que
peligrosa para el orden capitalista. Poco a poco fue pueden ser llenados a través de los pactos corporati-
El corporativismo: leoría y transformación 23

vos. Y dos los parámetros que no pueden ser organizaciones y acciones c( ctivas, pero no fue el
violentados son el del crecimiento económico y el de resultado de la fortaleza de dicha clase en un pais
la institucionalidad del conflicto. Aunque, es cierto, agrario sino de las ideologías de ala radical de la
los límites exactos pueden estar sujetos a negocia- revolución y de una limitada participación de los
ción. En esta medida, subordinación y dominación trabajadores en la gesta armada. De hecho las organi-
también operan en el corporativismo societal aunque zaciones obreras no fueron creación del Estado (la
de una forma más representativa de intereses acota- Casa del Obrero Mundial, los sindicatos de electri-
dos. En este sentido, sin bien fue común en los países cistas o ferrocarrileros, la COT) aunque muy tempra-
desarrollados que la representatividad de las corpora- namente el Estado trató de controlar el movimiento
ciones se ejerciera en forma democrática, no por ello obrero (pacto con la Casa del Obrero Mundial, fun-
dichas corporaciones estuvieron ajenas a la forma- dación de la CROM). Cuando llegó el cardenismo al
ción de burocracias con intereses particulares, a la poder se estaba produciendo una recomposición de
oligarquización,a la manipulación basada en el acce- las organizaciones obreras golpeadas por la crisis del
so desigual de los recursos corporativos entre élites y 29 y por las turbulencias en la dirección del Estado.
bases. Es decir, es posible para el corporativismo una Decadencia de la CROM y de la CGT, ascenso de la
visión más problemática de las relaciones entre diri- COOCM, creación del Comité de Defensa Popular,
gencia y base, representatividad y relaciones con el triunfo del cardenismo sobre el callismo, creación de
Estado que la plana visión de Schmitter de repre- la CTM, posteriormente del PRM con la CTM en su
sentación de intereses. Asimismo, la participación de interior. Es decir, resulta simplificador afirmar que el
la corporaciones en el sistema político implicó desde Estado creó al corporativismo, ni mucho menos a los
la incorporación de la corporación al partido, hasta sindicatos. Éstos fueron obra de una dirigencia y de
apoyos condicionados de los primeros a los segun- una base obrera que creyeron en su momento que la
dos, la introducción del voto ciudadano, la participa- alianza con el Estado y el corporativismo partidista
ción de dirigentes sindicales en puestos de elección en el PRM podrían llevarlos a fundar una sociedad de
popular y la combinación de los pactos corporativos los trabajadores. En este sentido lombardistas y co-
con acciones parlamentarias, sobre todo cuando los munistas coincidieron y esta era la tónica que marca-
partidos obreros llegaron al poder. ba a su vez el Comintem. Es decir, la subordinación
El concepto de corporativismo de Estado también de los sindicatos al Estado en la forma que ahora
debe ser profundizado. En México, durante el porfi- conocemos no se dio de inmediato con la creación
rismo la clase obrera fue prácticamente excluida de del PRM. Tuvieron que pasar 10 años para que lom-
la política (como casi toda la sociedad), sus organiza- bardistas y comunistas fueran expulsados, y esto
ciones no reconocidas legalmente, sus acciones co- tuvo poco que ver con el crecimiento en el tamaño de
lectivas reprimidas. La Revolución mexicana desem- las organizaciones y su burocratización. La subordi-
bocó en un reconocimiento de la clase obrera, sus nación al Estado fue superior al corporativismo de
24 Enrique de Ir,I Garza Toledo

los países desarrollados, así como la democracia en política del sindicato, se conformó un sistema de
las organizaciones fue inferior. Los pactos corporati- favores y castigos laborales de los líderes que contri-
vos de manera explícita sólo fueron coyunturales y buyeron al control de los trabajadores. Los análisis
de consecuencias escasas, en cambio el "pacto" ad- recientesdeVictoriaNovelo(Novelo,V., 1991)para
quirió más bien caracteres informales: las cuotas de el sindicato petrolero, de Marco Antonio Leyva para
puesto de elección popular para los dirigentes sindi- el ferrocarrilero, en contraste con los de Javier Mel-
cales; la garantía del Estado en el reconocimiento de goza para los electricistas del SME y de Fernando
sindicatos, dirigentes y exclusión de competidores; la Herrero para la Dina, nos hablan de fuentes de
acumulación de dereehos, prestaciones y ampliación legitimidad diferenciadas entre los dos primeros
de la se8uridad social pero subordinados a la domina- sindicatos charros y los Últimos democráticos.
ción política estatal y sindical. Es decir, la conver- Además de su intervención o extensión corporati-
sión de las relaciones industriales en relaciones poli- va a la fábrica, el corporativismo no se redujo a la
tico-estatales (De la Garza, E., 1988). El "pacto" participación en la estructura sectorial del PRI. A ve-
corporativo implicó derrama de beneficios a los tra- ces intervino en puestos de la administración pública,
bajadores, aunque de una forma escalona dependien- no de elección popular; influyó en instituciones de
do de su importancia política. Pero, el corporativis- seguridad social; e intervino o fue consultado en el
mo en México siendo principalmente político y una diseño de políticas económicas. Todo esto conformó
forma de relación de dominación del Estado sobre una tupida red de relaciones e instituciones que se
trabajadores organizados tiene funciones económi- pusieron por encima de los trabajadores y dificulta-
co-productivas y no se reduce al corporativismo ron en extremo las posibilidades de movimientos de
partidario de Arnaldo Córdova. En lo productivo independencia sindical. Además, es probable que la
permitió articular una política de Estado interven- legitimidad de esta red corporativa implicara una
tor en la economía en la que durante periodos bre- mezcla compleja de impotencia ante un "hermano
ves el consumo obrero de la capa alta del proleta- mayor" de tales proporciones, los resortes de una
riado tendió a convertirse en parte importante de la antigua pero transformada cultura de corte patrimo-
demanda agregada; por otra parte, el corporativis- nialista, el estatalismo fomentado tanto por corpora-
mo al interior de la fábrica (nivel que los teóricos tivos como por independientes, y la cultura de la
mexicanos generalmente desprecian por descono- delegación, a diferencia de la idea clásica de repre-
cimiento) implicó la conformación de relaciones sentación; todo esto teñido de autoritarismo. En el
laborales permeadas por la vigilancia estatal y corporativismo la representación, la legitimidad y la
probablemente por la subordinación de su compo- democracia adquieren sentidos particulares que no
nente productivo a los de dominación político-sin- coinciden con los significados clásicos. Es decir, la
dical (De la Garza, E., 1985). En esta forma y relación corporativa, como la política en general en
también de manera diferenciada segun la fuerza México, está llena de regularidades no formalizadas
El corporativismo: teoríay transformación 25

(leyes no escritas): las redes informales son parte corporaciones han dejado de garantizar el voto auto-
fundamental de su funcionamiento y los dirigentes mático por el PRI. En esa medida se ha reducido su
aparecen investidos de poderes extralegales, las re- cuota de puestos de elección popular (Durand, V.,
glas no funcionan solas ni son iguales para todos, el 1990). El corporativismo en los procesos de trabajo
poder l o da el puesto pero se ejerce personalmente. ha sido cuestionado por empresarios modernizantes
Este corporativismo ha estado asociado a un pecu- al verlo como contradictorio con el incremento en la
liar "sistema de relaciones indústriales". Por un lado, productividad. En tal contexto ha surgido una nueva
las relaciones laborales están subordinadas a la polí- corriente corporativa -la de la FESEBES- que pre-
tica del Estado por razones económicas o de manteni- tende combinar corporativismo de Estado con interés
miento de la dominación); los sindicatos por su parte por la productividad. Finalmente, la discrecionalidad
son corresponsables subordinadas de la buena mar- con la que el Estado ha manejado el sistema de relacio-
cha del Estado y la arena estatal es su principal cam- nes industriales se ha vuelto en contra de los sindicatos;
PO de negociación o influencia; hay una imbricación la Secretaría del Trabajo ha favorecido al capital en los
entre sindicatos y sistema político electoral; y el fun- conflictos, al propiciar flexibilizaciones en los contra-
cionamiento sindical es autoritario. tos colectivos de irabajo o recortes de personal.
La crisis del Estado social autoritario en México A pesar de sus contradicciones y reducción de
ni ha dejado de afectar al corporativismo, ni lo ha arenas, el viejo corporativismo no ha muerto, está
eliminado (como algunos suponían). AI transformar- debilitado y es criticado públicamente por funciona-
se el funcionamiento del Estado y de la economía con rios públicos y empresarios; pero cumple un papel
el neoliberalismo los espacios de la acción sindical muy importante todavía; la política económica que
corporativa se han restringido, desaparecido o emer- ha sido también contención salarial no podría soste-
gido nuevos (Aziz, A,,1989). La influencia sindical nerse sin este corporativismo que ha aceptado (a ve-
en la política económica es mínima. Cuando justicia ces bajo protesta) los pactos económicos que se han
social con crecimiento se creían conciliables, las de- traducido en deterioro del salario real. Sin embargo,
mandas sindicales de mejoras materiales se conver- ha surgido y tiende a extenderse otro corporativismo,
tian en elementos de incremento de la demanda agre- el neocorporativismo. Su extensión no puede medir-
gada y con esto de la inversión. La neoliberalización se solamente a partir de la FESEBES, que sólo ha creci-
del Estado implicó la deslegitimación de la articula- do con los sindicatos de la vw y una parte de las
ción entre politicas estatales de crecimiento y de aseguradoras, sino que formas semejantes han apare-
bienestar social. La reorientación del gasto social cido en el SNTE, la FSTSE, los bancos, una parte de la
hacia la extrema pobreza ha limitado también la ca- CROC y de la COR. la novedad de este corporativismo
pacidad y la legitimidad sindical de buscar mejoras es que por un lado trata de flexibilizar las relaciones
en la seguridad social tradicional o en su gestión. El con el PRI (la política partidaria-sindical se vuelve
sistema electoral se ha vuelto más competido y las más sutil aunque no desaparece), y por el otro los
26 Enrique de la Garza Toledo

sindicatos entran a negociar con las empresas asuntos del contenido sino metodológico; es decir, concebido
relacionados coli la productividad. Pensar que la inicialmente como tipo ideal, se ha convertido en una
transformación del corporativismo es para ser sólo de simple forma que se puede presentar en cualquier
empresa y dejar de ser Estado no ha resistido la sociedad. L a alternativa es alejarse de la metodología
prueba de tres años (Quiroz, O., 1992). Este neocor- del tipo ideal y entender al concepto como forma y a
porativismo desde el punto de vista lógico puede ser la vez como articulación con diversos niveles de la
una solución para el Estado y los sindicatos en la realidad que le dan concreción.
combinación entre neoliberalismo y corporativismo 2. En particular el concepto de corporativismo
(corporativismo neoliberal). Implica una asociación puede concretarse pensándolo en articulación, princi-
entre sindicato y empresa en asuntos micro, coinci- palmente, con la forma de Estado~(Estadosocial); con
dente con aspectos de la doctrina de la calidad total el sistema de relaciones industriales (en el que el corpo-
(participación, involucramiento de los traba,jadores, rativismo puede ser una piezaclave) y con el régimen
aunque ahora a través del sindicato. para mejorar de acumulación de capital.
productividad y competitividad), lo cual resulta co- 3 . En este sentido, el corporativismo de este siglo
herente con la apertura de la economía, la retirada del puede ser una forma de intermediación y hasta de
Estado y una mayor competencia. A la vez. el iieo- representación de intereses, pero subordinado al
corporativismo no implica el pluralismo i i i soltar mantenimiento del orden y la legitimidad estatales y
amarras entre sindicato y Estado; en última instancia, acotado por las necesidades de la acumulación del
el Estado echa mano del "pacto" y del "sistema de capital.
relaciones industriales". controlado desde la Secreta- 4. Además, el corporativismo no surge en todo
ria del Trabajo, para apretar cinturones utilizando Estado social, porque legitimidad y acumulación
salario y empleo como variables de ajuste macroeco- en dicho Estado pueden conciliarse relativamente
iiómico para propiciar un clima favoTabie a la iiiver- sin haber corporativismo. Surge en estados sociales
sión. En síntesis, la ruptura del corporativismo no cuando las organizaciones obreras son a sil vez fuer-
vendrá del Estado, aunque sí su posible transforma- zas políticas nacionales, en particular fuerzas politi-
ción diferenciada. Esta ruptura en todo caso la harán cas que buscan reformas al nivel del Estado en favor
los trabajadores si es que se deciden algún día a de los trabajadores (diferente a las vias revoluciona-
emprenderla. rias).
5. Las relaciones entre corporaciones y Estado,
acotadas por las consideraciones anteriores, pueden
C0NCI.I ISIONES ser de mayor o menor subordinación a dicho Estado,
pero los parámetros de la negociación en todo caso
1. El problema central del concepto de corporativis- se fijan fuera de la relación corporativa (acumula-
mo eii la polémica internacional no es de definición ción de capital y matriz básica de dominación). Asi-
El corporativismo: teoría y transformación 27

mismo, los vínculos entre dirigencia corporativa y


trabajadores puede tener fundamentos diversos (patri-
monialismo, clientelismo, caudillismo, dominación Aguilar, I., Histórica de / u CTM 1936 -1990, IIS-FCPYS, México,
burocrática, etc.), pero todas ellas implican una fun- UNAM 1990,2 tomos.
ción de intercambio entre dirigencias y base obrera Alonso. A., El movimientoferrocurrilero, 1958-1959,Ed. ERA,
medida por las "conquistas" en el nivel del Estado México, 1983.
(leyes laborales, pactos económicos, políticas sala- AzizNasisf, A,, El Estado mexicanoy la CCTM Casa chata, núm.
riales, seguridad social). 32, México, 1989.
6. El neoliberalismo en la doctrina tendría que ser Bagrioni, G. (ed.) Stuto, política económica e relazioni indus-
anticorporativo (elemento exógeno que alteraría los trial; in Europa, Franco Angel¡, Milan, 1987.
mecanismo de mercado en la asignación de recursos, Bizberg, I . , "La crisis del corporativismo mexicano". Foro Inter-
principalmente en el empleo y el salario). nacional, El Colegio de México, México, vol, xXX, núm. 4.
Sin embargo, entre neoliberalismo doctrinario y el abril-junio, 1990a.
realmente existente puede haber una distancia a ve- ,- Estadoy sindicalismo en México, El Colegio de México.
ces considerable. Es el caso en México de la relación México, 1990b.
entre neoliberalismo y corporativismo. Este no sub- Baylos, A,, Derecho del Trabajo: Modelo para Armar, Ed.
siste como simple anacronismo sino se recrea en Trotta, Madrid, 1991.
parte por voluntad estatal. El que hemos llamado Camacho, M. Elfuturo inmediato. la clase obrera en la historia
neocorporativismo (que no coincide con el concepto de México, Siglo Xxk México, 1970.
europeo análogo) es de Estado y a la vez de empresa. Casar, A,"Corporativismoy transición", Nexos, núm. 137 Méxi-
Macro y micro, diría Schrnitter. Su articulación se co, 1989.
relaciona con la persistencia de un Estado que no Córdova, A., Laformación del poder político en México, E M
libera al mercado de trabajo frente a la desregulación México, 1976.
y privatización de los otros mercados. De ese modo, el Córdova. A,, Lapolítica de masas y elfuturo de la izquierdo en
trabajo se maneja como variable de ajuste macroeco- México, EF'4 México, 1979.
nómica - e n este ajuste el corporativismo sigue te- De la Garza, E., Ascenso y crisis del Estado social autoritario,
niendo un importante papel de controlador de los El Colegio de México, México, 1989.
trabajadores; y, a la vez, la desregulación de los mer- -, "Perspectivas del sindicalismo en México", en Jorge
cados, con el de incremento en la competencia o la Alcocer (coord.), México, presente y futuro, ECP, México,
eventual conformación de un modelo exportador, en- 1985.
cuentra coherencia con la posibilidad de un corpora- -
, "La reestructuración del corporativismo en México, en
tivismo de empresas (sindicatos-empresas) articula- Las dimensiones políticas del q'uste estructural en México,
do en torno a la productividad y la calidad total en el UNAM-UCLA,Lalolla,I99 I b.
nivel micro.
28 Enrique de la Garza Toledo

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