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ENTRE LO REAL y lo QUE NO lo ES: la COSMOVISIÓN TOLTECA

de la ENFERMEDAD y la PAZ ESPIRITUAL

Lo que es verdad es real.


Lo que es no verdad no es real.
Es una ilusión, pero parece real.
El Amor es Real
Es la expresión suprema de la Vida.
Sabiduría Tolteca (las cursivas son nuestras)

E
ste ensayo gira en torno a la cosmovisión Tolteca, y específicamente en sus
creencias de los Naguales, o maestros espirituales, o más conocidos en otras
culturas indígenas Amerindias como chamanes, curanderos, Piachi, o
Piaches, como es el caso de la etnia Wayuü. Por motivos de extensión nos remitiremos
a sus modos de concebir la enfermedad, así como la paz interior, que sería el sinónimo
de occidental de bienestar, y salud, ya sea física o mental. La hipótesis que
manejaremos, es, a saber: que la medicina tradicional y prácticas culturales asociadas a
la espiritualidad y cosmovisión indígenas no difieren tanto de las occidentales; solo que
esta última, al menos desde la visión tradicional y positivista de la medicina, les falta lo
que distingue al ser humano, y lo que lo convierte en una persona; su integralidad,
aquella transcendencia o esfera BioPsicoSocial, o para los indígenas ser uno con el
cosmos, con la naturaleza. Ya habiendo enunciado nuestra hipótesis, solo quisiéramos
agregar que a los occidentales, para ser realmente nosotros mismos, tal y como lo
veremos según los Toltecas, tenemos que deshacernos de las mentiras que nos
decimos, deshacernos del daño que nos autoinfingrimos con lo que hacemos tanto con
nuestro cuerpo, como con nuestra mente; para realmente aceptarnos tal cual somos,
aceptar qué o quié(nes) nos hacen daño y alejarnos; y así curarnos, integralmente.

Vamos adentrándonos en este complejo tema, con la cosmovisión, que según


Torreblanca, (2013) y quien cita a Dilthey (1974), este concepto estaría referido a los
paradigmas que formamos los humanos para explicar el mundo a partir de nuestras
propias percepciones, entendidas como estímulos cerebrales a través de los sentidos;
las conceptualizaciones, construcciones o imágenes mentales por medio de las cuales
comprendemos las experiencias que surgen de la interacción con nuestro entorno;
finalmente las valoraciones o capacidad sensible del ser humano de conferir cualidad a
las cosas, hechos o personas, sea esta positiva o negativa. En resumen, es una
estructura psíquica que está siempre presente en el proceso de conocimiento de la
realidad. Clifford Geertz plantea que la cultura no hay que comprenderla desde la
conducta de los individuos o grupos, sino que desde los mecanismos que generan
dichas conductas, los cuales estarían generados en símbolos que imponen significación
a la existencia. Son símbolos que según Geertz, vamos adquiriendo desde la
comunidad en que nacemos y que prevalecen o continúan existiendo con agregados,
sustracciones y alteraciones. Por tanto, la
cosmovisión es el retrato de la manera en que las cosas son en su
pura efectividad; es su concepción de la naturaleza, de la
persona, la sociedad. Una cosmovisión contiene las ideas más
generales de orden de un pueblo y que se hace emocionalmente
aceptable al ser presentada como una imagen del estado real de
las cosas del cual aquel estilo de vida es una auténtica expresión
(Geertz, 2003, Pág. 118).

Los toltecas formaron los Naguales, una sociedad de maestros espirituales, que
con la conquista europea, debieron seguir sus sabidurías milenarias en secreto. (Ruiz &
Mills, 2004, y Ruiz, 1998). Miguel Ruiz, que es un médico que supo integrar su
enseñanza occidental de su profesión en medicina –positivista y solo basada en
síntomas físicos y científicamente verificables-, con la enseñanza de su familia que
eran Naguales. Eso, es precisamente la Interculturalidad, pues se está demostrando
científicamente que la gran mayoría de las enfermedades no son solo biológicas, y se
pueden curar mejor, incluso el cáncer, con algo que los occidentales olvidamos, la
conexión con nuestro espíritu, religión, alma, o como quiera llamarse. En otras
palabras, las enfermedades tienen una gran base psicosomática1.

Ahora centrémonos en la cosmovisión de enfermedad, que no difiere de las


otras culturas amerindias. Michel Perrin (1982, Pág. 2) dice que: “las artes de curar de
las sociedades tradicionales […] son desconcertantes para los occidentales, y más
particularmente para los médicos” (Perrin 1982, Pág. 2). Cañón Heim y Perdomo
Quijano (2001), en su tesis, al ver las prácticas culturales asociadas a la
Interculturalidad, vieron específicamente que las enfermeras Wayuü, que ejerciendo la
profesión de enfermería –desde lo occidental- y aplicando su saber tradicional de
contaminaciones2, ven que aunque el Wayuü tiene sus creencias basadas en su
cosmovisión, y creen en las vacunas y remedios occidentales; necesitan también de su
medicina tradicional. Los médicos que antes trabajaban en el Hospital de Nazareth,
Alta Guajira, dejaban que estas enfermeras, cuando era un caso de diarrea que el
médico no podía curar, lo dejaban en interconsulta con ellas; quienes la curaban Ipso
Facto, al darle un agua de los mismos pelos del animal que lo contaminó y produjo el
ayuule, y los médicos sabían que ese paciente se curaba casi inmediatamente. En
contraposición, y añadiendo, “cuando un wayúu tiene alguna enfermedad, puede acudir a
alguno de los centros de salud más cercano a su residencia, siempre y cuando padezca de una
enfermedad de tipo ayuule, ya que los alijunas 3 tienen remedio para esta” (Rincón, 2006, Pág.
14). Desde el punto de vista Tolteca,

1
El psicosomatismo es un proceso de origen psíquico que tiene influencia en lo somático, en lo
corpóreo
2
Cuando los Wayuü los contamina un espíritu malo, una persona negativa o que nos quiera hacer
daño, nos contamina o ya sea el mismo animal que enferma, estos Wayuü enfermos sufren de fiebre,
diarrea, y decaimiento general que hasta los puede llevar a la muerte; y que raramente puede curar la
medicina occidental.
3
O gente blanca, que no pertenecen a su cultura.
todos los seres humanos domesticados están enfermos. Lo
están porque un parásito controla su mente y su cerebro,
un parásito que se alimenta de las emociones negativas
que provoca el miedo.
Si buscamos la descripción de un parásito, vemos que es
un ser vivo que subsiste a costa de otros seres vivos,
chupa su energía sin dar nada a cambio y daña a su
anfitrión poco a poco (Ruiz, 1998, Pág. 80).
Notamos que la cosmovisión Tolteca no es que difiera tanto de la Wayuü, al menos en
la concepción de la enfermedad. Los Toltecas, creen en una leyenda parecida a la de
Adán y Eva, solo que ellos no la ven tan en blanco y negro, como pecado original, o
mal o bien. “Quien quiera que coma del fruto del árbol del conocimiento sabrá
distinguir entre lo que es correcto y lo que no es, lo que es bello y lo que es feo.
Reunirá ese conocimiento y empezará a juzgar” (Ruiz & Mills, Pág. 21). Para nosotros
ya es Lucifer, Satanás, un vampiro que nos robe la energía, Drácula, o demás entes.
Para los Toltecas, es que sencillamente “un parásito vivía en ese fruto; nos lo comimos
y el parásito entró en nosotros. Ahora vive nuestra vida.” (Ruiz & Mills, 2004, Pág. 21)

En su libro de los cuatro acuerdos, Miguel Ruiz nos dice algo, que además de bello,
sintetiza el estado óptimo –o el querer ser- de las personas sabias y sanas,
integralmente hablando. Son, a saber:
1. Sé Impecable con Tus Palabras: es el acuerdo más importante y también el
más difícil de cumplir. Independientemente de la lengua que hables, tu
intención se pone de manifiesto a través de las palabras. Lo que sueñas, lo que
sientes y lo que realmente eres, lo muestras por medio de las palabras. Las
palabras son la herramienta más poderosa que tienes como ser humano, el
instrumento de la magia. Pero son como una espada de doble filo: pueden crear
el sueño más bello o destruir todo lo que te rodea.
2. No te Tomes Nada Personalmente: Suceda lo que suceda a tu alrededor, no te
lo tomes personalmente. Te lo tomas personalmente porque estás de acuerdo
con cualquier cosa que se diga. Y tan pronto como estás de acuerdo, el veneno
te recorre y te encuentras atrapado en el sueño del Infierno.

3. No Hagas Suposiciones: Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El


problema es que, al hacerlo, creemos que lo que suponemos es cierto.
Juraríamos que es real. Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen o
piensan –nos lo tomamos personalmente–, y después, los culpamos y
reaccionamos enviando veneno emocional con nuestras palabras. Este es el
motivo por el cual siempre que hacemos suposiciones, nos buscamos
problemas. Hacemos una suposición, comprendernos las cosas mal, nos lo
tomamos personalmente y acabamos haciendo un gran drama de nada.

4. Haz Siempre Tu Máximo Esfuerzo: Sólo hay un acuerdo más, pero es el que
permite que los otros tres se conviertan en hábitos profundamente arraigados.
El Cuarto Acuerdo se refiere a la realización de los tres primeros: Haz siempre
tu mejor esfuerzo. Bajo cualquier circunstancia, haz siempre tu máximo
esfuerzo, ni más ni menos. Por otro lado, si haces menos de lo que puedes
hacer, te sometes a ti mismo a frustraciones, juicios, culpas y reproches. (Ruiz,
2004)

Miguel Ruiz, en su obra cumbre, al menos para nosotros, nos enseña que si no
disfrutas de tu vida es porque esa voz –la del conocimiento según los Toltecas- no te
permite disfrutar de ella. No es culpa de las personas con mala energía, o tóxicas,
respecto a las relaciones ya sea sentimentales en mayor orden, y de amistades; No, es
de uno mismo en primera instancia. También dice que los niños no mienten; porque
siendo inocentes; todavía no han desarrollado su árbol del conocimiento, y que todos
los seres humanos creen su historia, con su único punto de vista, ¿por qué imponerlo a
los demás? Cerramos con que cada vez que intentemos de ser lo que no somos,
fracasaremos. A modo de conclusión Miguel Ruiz, a quien Mary Carrol Nelson
analiza a profundidad, piensa al respecto a las enseñanzas básicas de Miguel Ruiz, que
por ser “básicas” no significa que no sean sabias o complejas, el:
conocimiento es una limitación, una barrera para la libertad. El
conocimiento es sólo una descripción del sueño. Todo lo que
sabemos es describir lo que soñamos. Y lo que soñamos no es
real. Así que el conocimiento tampoco lo es. Sin embargo, el
conocimiento parece valioso porque lo usamos para comunicar e
intercambiar nuestras ideas y nuestras emociones. El problema es
que, si ponemos todo el conocimiento que hemos acumulado en
nuestro computador personal y basamos en él nuestras acciones,
nos impide trascender, pues intenta convencer a nuestra razón de
que la trascendencia no es posible (Carrol, 2002, Pág. 55).

Por último, y a sabiendas que en vez de explicar a profundidad la cosmovisión


indígena Tolteca, solo abrimos muchos temas, quizás por su complejidad. Podemos
concluir que lo que lo complementaría a la medicina occidental es aplicar los principios
básicos de la medicina tradicional de los indígenas. Ellos, por ejemplo saben que
nuestros remedios son efectivos, o nuestras cirugías y las valoran. ¿Por qué no hacemos
con ellos lo mismo? La mayoría de medicamentos como el ácido saletil salicílico, los
descubrieron los indígenas americanos. Los Incas hacían cirugías cerebrales, y la
medicina moderna ya está investigando los remedios tradicionales e indígenas;
descubriendo nuevas medicinas. Solo que no valoramos lo que ellos nos ofrecen. Los
consideramos como inferiores o atrasados, pero los Arhuacos dicen que nosotros los
blancos somos sus hermanitos menores. Y pueden tener razón; pues quién quema el
amazonas, y cree que no habrá consecuencias a futuro. Preferimos oro y petróleo,
destruyendo nuestro ecosistema, en vez de estar cuidando los páramos y los ríos que
nos dan agua para vivir. Por lo tanto, y respecto a nuestra hipótesis, la afirmamos como
válida, pues valorando aún más la medicina tradicional indígena, esta no es tan
diferente que la nuestra; solo que nos falta la parte de la psique y lo social, para poder
curar efectivamente, y lo que menos hacemos, que es prevenir la enfermedad,
promocionar la salud BioPsicoSocial y así poder ser personas saludables; curando
mente y cuerpo.
REFERENCIAS:
Cañón Heim, José Iván S. & Perdomo Quijano, Wilson (2002) la Concepción de Salud
Mental en la InterCulturalidad con la Etnia Wayuu: Significados y Prácticas
Culturales Asociadas. Tesis de Psicología. Bogotá D.C., Colombia: Universidad Santo
Tomás, Facultad de Psicología.

Carrol Nelson, Mary. (2002) Más Allá Del Temor. Barcelona, España: Ediciones
B.S.A.

Geertz, Clifford. (2003) La interpretación de las Culturas. Barcelona, España:


Editorial Gedisa. Duodécima Ed.

Perrin, Michel (1982) Antropólogos y Médicos Frente al Arte Guajiro de Curar.


Maracaibo, Venezuela: Universidad Católica “Andrés Bello” Centro de Lenguas
Indígenas.

Rincón Soto, Lucía (2006) Enfermarse y Curarse en la Guajira: la Salud Entre


Tradición y Modernidad. En Revista Praxis 59. Págs.1-17.

Ruiz, Miguel & Mills, Janet (2004) la Voz del Conocimiento. Barcelona, España: Ed.
Urano.

Ruiz, Miguel (2004) los Cuatro Acuerdos. Barcelona, España: Ed. Urano.

Torreblanca Contreras, Rodrigo A. (2013) Historias Dirigidas: Cosmovisión y Hábitat


en una Toma de Terreno; el Caso de la Toma Felipe Camiroaga, Forestal Alto, Viña
Del Mar. (2011-2013) Tesis para optar al grado de Magíster en Arquitectura y Diseño
mención Ciudad y Territorio. Escuela de Arquitectura y Diseño Pontificia Universidad
Católica de Valparaíso.

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