Parcial Domiciliario Historia Del Siglo XX

También podría gustarte

Está en la página 1de 10

FACULTAD DE PERIODISMO Y COMUNICACIÓN SOCIAL UNLP

Parcial domiciliario de Historia del Siglo XX Cátedra I

Alumno: Germán Gomez

Legajo: 20420/3

1) Desarrolle los aspectos sociales y culturales de la Europa de 1900. ¿Cuáles son las
rupturas que supone la Primera Guerra Mundial?

2) ¿Qué procesos se desarrollaron en Europa que desembocaron en la Primera Guerra


Mundial? ¿Qué características tuvo la primera guerra mundial? ¿Cómo se explica el
entusiasmo de los primeros momentos y las manifestaciones de descontento en 1917 y 1918
en los países beligerantes?

3) ¿Qué características tienen los tratados de paz? ¿Cómo queda reconfigurada Europa y sus
zonas de influencia tras la guerra? ¿Cuál es la lógica de esta reconfiguración?

Bibliografía utilizada

- FITZPATRICK, SHEILA. “1917. La Revoluciones de Febrero y Octubre” en La Revolución


Rusa.

- MACMILLAN, MARGARET. “Europa en 1900” en 1914. De La Paz a La Guerra.

- MACMILLAN, MARGARET. “Acorazados: la rivalidad naval anglo-alemana” en 1914. De La


Paz a La Guerra.

- MACMILLAN, MARGARET. “La Galería de los Espejos” y “Conclusiones” en Paris 1919: seis
meses que cambiaron el Mundo.

- PROCACCI, GIULANO. “Primera Guerra Mundial” en Historia General del Siglo XX.

- ZWEIG, STEFAN. “El Mundo de la Seguridad” en El Mundo de Ayer.


1) Margaret MacMillan en su libro 1914 De la paz a la guerra, define los aspectos sociales y
culturales a través de la exposición universal que se realizó en París en el año 1900, donde los
franceses afirmaban que la misma significaba un "símbolo de paz y armonía" para toda la
humanidad, aunque gran parte de la exposición estaba dedicada a las colonias de las que las
potencias europeas exhibían sus posesiones. La época que se vivía en la Europa de 1900 estuvo
marcada por progreso, paz y prosperidad, donde los avances tecnológicos jugaron un papel
importante en el modo de vida de los ciudadanos. La exposición era un muestrario de cada país,
pero también un monumento a los más extraordinarios y recientes logros de la civilización
occidental, en la industria, el comercio, la ciencia, la tecnología, las artes, higiene y agricultura
(Margaret MacMillan, 1914, pág 43).

Además, las diferentes ciudades y pueblos de Europa empezaron a crecer con la llegada de los
campesinos, quienes abandonaban la agricultura e iban en busca de mejores oportunidades
laborales en diferentes fábricas, comercios y oficinas. De la mano de este crecimiento de la clase
obrera, poco tiempo después se daría origen a los sindicatos y la clase media. Con esto, en la
nueva Europa, la sociedad era más compleja. Y con la extensión de la democracia y el derecho al
voto, el público se tornó más exigente. Los gobiernos habían descubierto que tenían que proveer a
sus poblaciones de algo más que de seguridad básica. Esto tuvo que ver con la esperanza de evitar
conflictos sociales, pero también con el hecho de que una población activa más saludable e
instruida era mejor para la economía y para el ejército. (Margaret MacMillan, 1914, pág 46)

Por otro lado, la educación universal, la alfabetización y el nacimiento de la prensa masiva,


particularmente esta última, contribuyó a reforzar el nacionalismo, ya que los habitantes, a través
de las bibliotecas, leían historias propias, se diferenciaban del resto de las naciones y ya no se
sentían parte de un pueblo o miembros de una aldea, sino del propio país.

De la mano de la prensa, la comunicación creció a pasos agigantados, lo que permitió diferentes


formas para acortar el contacto entre una Nación y otra: oficinas de correo, telégrafos y ferrocarril.
Con estos descubrimientos, los europeos se sentían conscientes de la situación por la que pasaba
otro país, ya que las noticias en el exterior se difundían de manera más fácil.

Párrafo aparte para con el crecimiento cultural que se vivió en la época. Retomando el proceso que
derivó en el crecimiento de la industrialización, "gracias a la innovada producción en serie, lo que
eran artículos de lujo en los siglos anteriores ahora se convertían en un factor común en cada hogar
de los europeos". (Margaret MacMillan, 1914 De la paz a la guerra, pág 48). Para citar un
ejemplo, se reforzó la cultura alemán con la construcción de pianos, lo que fomentó la aparición de
artistas consagrados y con ello, funciones y entretenimientos públicos más elaborados, como los
cines y las galerías de arte, pasatiempos novedosos de la época.

Otra de las transformaciones sociales que se produjeron fue el cambio de pensamiento. La fe ya no


pasaba por la religión, sino por la razón y la ciencia. El Positivismo se describía como una fe en el
progreso, y se suponía que mientras más supieran los seres humanos acerca de sí mismos, de la
sociedad o de la naturaleza, más basarían sus decisiones en hechos y no en emociones.

En conclusión, y volviendo al principio del relato y la exposición de París, Margaret MacMillan


sostiene que "el siglo que acababa de pasar parecía demostrar que el mundo, especialmente el
europeo, se alejaba cada vez más de la guerra, donde el progreso había llegado de la mano de la
paz, y la Europa de 1900 era muy distinta de la del siglo anterior, más próspera y más estable",
(Margaret MacMillan, 1914, pág 58) aunque finalmente, se retracta y afirma que "la exposición
de París, la cual exhibió una demostración de fuerza, rivalidad y tensiones entre las potencias
europeas, representó augurios del sistema de alianzas en los años previos a 1914 en el que
desembocaría Europa. Alianzas que la dividiría en dos bandos y que la derivarían en la gran guerra
de 1914. Guerra que finalmente significaría la destrucción de la civilización europea", cierra la
autora. (Margaret MacMillan, 1914, pág 64)

-----

Stefan Zweig tenía una visión optimista por la época que precedió a la primera guerra mundial, ya
que había crecido en el seno de una próspera familia judía vienesa. Estas condiciones le
permitieron acceder a una educación y disfrutar de una vida privilegiada. Tal fue así que en su
libro biográfico El mundo de ayer, definió al período anterior a la guerra como "la dorada edad de
la seguridad". Un período en la que la humanidad estaba ingresando a todas las luces en un estadio
superior de desarrollo y en la que las sociedades no solo eran cada vez más prósperas y estaban
mejor organizadas, sino que además sus miembros eran más amables y racionales.

"Nadie creía en guerras, revoluciones ni disturbios. Toda imposición de fuerza parecía imposible
en un siglo predilecto de la razón. Se creía en el 'progreso' de las ciencias y técnicas más que en la
Biblia", afirmaba el escritor judío austríaco. (S. Zweig, El mundo de ayer, pág 14)

En cuanto a las condiciones que vivían las personas durante el siglo, afirmaba que "uno quedaba
sorprendido al visitar las grandes ciudades europeas en el siglo XX, ya que las calles eran más
anchas y hermosas, los edificios públicos más imponentes y las tiendas más elegantes. Se había
extendido la higiene y eliminado la suciedad". (S. Zweig, El mundo de ayer, pág 15).

Desde el punto de vista social, la pobreza de las grandes masas dejó de parecer insuperable y los
nuevos derechos adquiridos por parte de los individuos, como el derecho al voto, garantizaba la
posibilidad de defender legalmente los intereses propios.

Finalmente, existía arrogancia por el pasado. "Se miraba con desprecio a las épocas anteriores,
con sus guerras, hambrunas y revueltas, como a un tiempo en que la humanidad aún era menor de
edad" (S.Zweig, El mundo de ayer, pág 14). En conclusión, al escritor austríaco lo superó la
realidad. Dentro de la burbuja en la que vivía por pertenecer a una familia burguesa, esa visión
optimista que tenía sobre su Europa quedó derrumbada con los atroces hechos que se produjeron
año tras año, y que derivaron poco tiempo después en la primera guerra mundial.

-----

Por su parte, Giuliano Procacci, en su texto La primera guerra mundial, hace referencia a un
término utilizado por el filósofo austríaco Karl Polanyi: "La paz de los cien años". Dicho término
había sido utilizado por este último para definir a Europa en el siglo XX como una zona que
"había quedado asegurada por un sistema que tenía su centro en Europa y su periferia en las zonas
de influencia y en las colonias de las distintas potencias europeas, y que funcionaba según las
reglas que él mismo se había fijado"(G. Procacci, La primera guerra mundial, pág 9). Además, el
autor italiano pone en tela de juicio el término "la paz de los cien años", asegura que la Europa del
siglo XX fue una época en la que "la intolerancia y la violencia siempre ha existido",
ejemplificando con el amplio nivel de racismo y antisemitismo que se respiraba en aquellos
tiempos. Además, decide observar por más allá de Europa y pone en relieve la situación actual que
vivía el mundo con los conflictos bélicos que se desarrollaban en América con la guerra civil
americana, la revolución mexicana y la guerra de la Triple Alianza; esta última con apoyo de
Inglaterra hacia los países vencedores. A partir de esto, define esta situación como "abismos de
atraso y de ignorancia, número de violencias, de saqueos, de incestos, de infanticidios y prácticas
habituales en donde vivía el ochenta por ciento de la humanidad".

Por último, Procacci analiza a las sociedades europeas desde poco tiempo antes de la llegada de la
Guerra en dos perspectivas: Los que estaban a favor y los que estaban en contra. Para la gran
mayoría de la población que estaba expectante por el conflicto "era convicción generalizada que la
guerra sería breve, y que determinaría el final de una cotidianidad aburrida y gris, y una revancha
de sus propias frustaciones". (G.Procacci, La primera guerra mundia, pág 12). En Gran Bretaña,
Alemania y hasta Italia, donde las sociedades despedían a sus soldados con entusiasmo patriótico,
se puede ver reflejado dicha exaltación. Y los que se oponían se denominaban como socialistas,
quienes ya habían amenazado a huelgas generales en repudio a la Guerra.

La Primera Guerra Mundial produce una ruptura del equilibrio de los poderes de todo el mundo,
ya que el resto del mundo no estaba exento de lo que pasaba. La fuerte rivalidad política,
económica y militar entre las potencias se visibilizó con el violento conflicto que arrasó con la
estabilidad de los diferentes gobiernos, la vida de millones de personas y genero perdida de
territorios. Con esto, surgieron nuevas políticas, modelos económicos y grupos sociales.

2) Los momentos previos a la Primera Guerra Mundial se caracterizaron por un Imperialismo


incesante donde los europeos colonizaban diferentes territorios en busca de riquezas o
simplemente apropiarse de las zonas. Dichas apropiaciones generaron las primeras tensiones entre
las naciones europeas, como el caso entre Alemania y Francia -por la rivalidad que dejó la Guerra
Franco Prusiana-, entre Rusia y Austria -por la hegemonía en la península de los Balcanes-, o la
lucha entre Gran Bretaña y Alemania -por la competencia comercial, colonial y marítima-. Por otra
parte, desde el año 1871 hasta el 1914, Europa se caracterizó por un gran desarrollo económico,
cultural y científico de las naciones industriales europeas. A causa de esto, las grandes potencias
empezaron a competir y a mirarse con recelo, lo que los condujo a armarse constantemente y
adoptar el servicio militar obligatorio para fomentar el sentimiento nacionalista. Este intenso
proceso de carrera armamentística se denominó como "la Paz Armada", factor clave que daría
origen a las primeras alianzas militares entre varias naciones en dos grupos: Los imperios centrales
y los aliados.

Además de lo mencionado anteriormente, el estallido fundamental por el cual se dio origen a la


Primera Guerra Mundial sucedió cuando una organización nacionalista serbia asesinó en un
atentado al principal heredero de la corona austriaca, el archiduque Francisco Fernando. Tras el
atentado, el funcionamiento de las diferentes alianzas formadas desencadenó el conflicto general.
La Primera Guerra Mundial, que había empezado como una guerra de movimiento, se había
convertido en una guerra de posiciones, ya que los ejércitos se hacían fuertes en sus posiciones
mediante la construcción de trincheras y defensas.
También, producto del bloqueo marítimo por parte de Francia y Gran Bretaña a Alemania, se
produjo una guerra submarina. Con el fin de garantizar el aprovisionamiento de materias primas a
su industria, los alemanes declararon los mares como zona de guerra y tenían como objetivo
hundir cualquier barco que merodee por la zona delimitada. Fue así como se produjo el
hundimiento de la embarcación norteamericana Lusitana, situación clave para el ingreso de los
EE.UU a la Guerra. Este ingreso del país norteamericano se convertiría en un factor decisivo para
el rumbo de la misma, y marcaría los indicios del bando ganador. De esta manera, lo que había
comenzado como una guerra europea se transformaba en una guerra mundial, la primera de la
historia. Asimismo, la misma involucró en profundidad a la población civil, ya que en todos los
países beligerantes se introdujo el racionamiento severo de los alimentos y de diferentes recursos
fundamentales para la época, como el carbón.

Además, las poblaciones de los países beligerantes comenzaron a experimentar en primera persona
los bombardeos aéreos, lo que generó muertes civiles. Con todas estas características, lejos de
calmar las aguas, las fábricas continuaban produciendo armas y municiones, mientras que la
prensa continuaba enalteciendo el heroísmo de los combatientes, por lo que continuaba en exceso
la propaganda nacionalista.

La noticia del estallido de la guerra había sido recibida con entusiasmo por la población de los
países beligerantes porque la prensa había jugado un papel muy importante, exagerando las
cualidades de la nación y ridiculizando o menospreciando la de los pueblos extranjeros. Además,
se esperaba que fuera un conflicto breve, ya que las naciones concebían a la guerra como una
opción razonable por si no encontraban otra manera de alcanzar sus objetivos. Finalmente, la
Primera Guerra Mundial derivó en un conflicto largo, donde la matanza y la destrucción se tornó
algo cotidiano. A causa de esto, la inquietud en las sociedades se comenzaba a manifestar. Se
realizaron marchas y huelgas en protesta por el descontento y se intensificaron dichas huelgas pese
a la fuerte represión. Esta situación generó un punto de inflexión en la guerra y fue el principal
motivo por el cual Rusia se había retirado de la misma para reordenar sus problemas internos.
Sheila Fitzpatrick en su texto "1917: las revoluciones de febrero y octubre", detalla las
situaciones de descontento que se darían en Rusia y lo que daría como resultado final una
revolución en Octubre.

En febrero de 1917 hubo escasez de pan, huelgas, paros y una manifestación en honor del Día
Internacional de la Mujer realizada por obreras que no pudieron ser frenadas por las autoridades.
La cuarta Duma (asamblea representativa de Rusia) había llegado al fin de su mandato. El zar
Nicolás II (que poco tiempo después iba a abdicar el poder por pedido del comando supremo y de
la Duma) se encontraba ausente. Para el 28 de febrero, la multitud revolucionaria había tomado las
estaciones de ferrocarril, el parque de artillería y toda la ciudad. Rusia ya no era una monarquía y
la futura forma de gobierno seria determinada por una asamblea constituyente, mientras que el
gobierno provisional se haría cargo de las responsabilidades del antiguo Consejo de Ministros
Imperial. EL príncipe Lvov, liberal moderado, fue designado al frente del nuevo gobierno.

Sin embargo, el gobierno provisional no tenía ningún poder real, ya que la revolución de febrero
había establecido un competidor: el soviet de Petrogrado. Este manejaba todos los elementos
reales del poder: tropas, ferrocarriles, correo y telégrafo. Por ende, la autora afirma que el gobierno
provisional solo existía en tanto el soviet le permitía hacerlo. (S. Fitzpatrick, 1917: las
revoluciones de febrero y octubre, pág 65)

De esta relación de gobierno nace el concepto de "poder dual", poderes que tendrían una relación
complementaria. El nuevo gobierno provisional representaría la revolución de elite (burguesía),
mientras que el soviet de Petrogrado sería el portavoz de la revolución del pueblo (obreros,
soldados y políticos socialistas). Ante estas diferencias, este mencionado poder dual se comenzaba
a desmoronar con el paso del tiempo. Había conflictos entre el comité ejecutivo del soviet y el
gobierno provisional en materia de política laboral (reclamos de tierras por parte de los
campesinos) y desacuerdos referidos a la participación rusa en la guerra europea: Por un lado, el
gobierno provisional estaba firmemente comprometido con el esfuerzo bélico, tenían interés de
extender el control ruso, pero el rechazo público y nuevas manifestaciones callejeras forzaron a
renunciar esta postura. Mientras tanto, los soviets preferirían una posición defensista: continuar en
la guerra en tanto el territorio ruso fuese atacado. "Basta de pelear, salir de la guerra, regresar las
tropas a casa", serían los principios liderados por los soviets. (S. Fitzpatrick, 1917: las
revoluciones de febrero y octubre, pág 67)

Lenin, principal dirigente de la Revolución de Octubre de 1917, se encontraba exiliado en Suiza


por su militancia en la izquierda política revolucionaria, pero había decidido regresar en marzo de
ese mismo año. En abril, realizó una evaluación sobre la situación política de Rusia, la cual
denominó como "tesis de abril". Uno de los lemas de la tesis era "todo el poder para los soviets":
Lenin pensaba que los soviets serian instituciones clave en la transferencia de autoridad de la
burguesía al proletariado. Otro lema de la tesis era "Paz, pan y tierra" (paz significaba retirarse de
la guerra y reconocer que tal retirada era imposible sin derrocar al capital, y tierra significaba la
confiscación de las tierras a los terratenientes y su redistribución a los campesinos). Los
Bolcheviques ganaban apoyo popular, mientras que los socialistas de la coalición lo perdían.
Aunque los bolcheviques aún eran minoría en el congreso, empezaron a ganar poder dentro del
soviet. (S. Fitzpatrick, 1917: las revoluciones de febrero y octubre, pág 70)

A mediados de junio, Kerensky (ministro de Guerra del gobierno provisional) alienta el


lanzamiento de la ofensiva en Galitzia (Polonia). La misma fracasa y los rusos sufren 200.000
bajas. Dados estos resultados, la credibilidad del gobierno provisional resulta gravemente dañada y
se produce una crisis gubernamental: se retiran los ministros liberales y renuncia la cabeza del
gobierno provisional, el príncipe Lvov. Petrogrado entra en manifestaciones de masas, violencia
callejera y desorden popular: Las denominadas "jornadas de julio". La hostilidad popular hacia el
gobierno provisional "burgués" había crecido. En las manifestaciones se exigía "todo el poder para
los soviets", pero paradójicamente el comité de Petrogrado rechazó el lema, la manifestación
cambió de rumbo y se dirigió tanto contra la presente dirigencia del soviet como contra el gobierno
provisional mismo. Lenin y el comité central bolchevique habían sido tomados por sorpresa. Esto
fue un desastre para los bolcheviques ya que no lo tenían planeado, además el gobierno provisional
y los socialistas del soviet los culpaban por las jornadas de julio. Todo el episodio dañó la moral
bolchevique y la credibilidad de Lenin como líder revolucionario (este último se exilió a Finlandia
por pedido del comité central, que temía por su vida). (S. Fitzpatrick, 1917: las revoluciones de
febrero y octubre, págs 77, 78, 79)

Tras estos acontecimientos, en agosto, el general Kornilov (tenía la misión de restaurar el orden y
la disciplina en el ejército ruso, designado por Kerensky) intenta un golpe de estado de derecha
pero es resistido principalmente por los sindicatos obreros de Petrogrado. Esto genero un apoyo
general hacia los bolcheviques, lo cual causó que se desplazara a los mencheviques del soviet.
Ante el fracaso, Kornilov renuncia. (S. Fitzpatrick, 1917: las revoluciones de febrero y octubre,
pág 80)

Llegando a la etapa culmine de la revolución, los bolcheviques habían ganado la mayoría en el


soviet de Petrogrado y el de Moscú. En septiembre, Lenin convoca al Partido Bolchevique a una
insurrección armada desde su escondite en Finlandia. La insurrección se dio el 24 de octubre,
víspera del comienzo del segundo congreso de los soviets, cuando las fuerzas del comité militar-
revolucionario de los soviets comenzaron a ocupar instalaciones gubernamentales clave, tomando
las oficinas de telégrafo y estaciones de ferrocarriles, bloqueando los puentes de la ciudad y
rodeando el Palacio de Invierno, donde sesionaba el gobierno provisional. No encontraron
resistencia violenta, y para la tarde del 25, el golpe había triunfado: El régimen de febrero había
sido derrocado y el poder había pasado a los triunfadores de octubre. (S. Fitzpatrick, 1917: las
revoluciones de febrero y octubre, pág 86)

El nuevo congreso de los soviets se inauguró el 25 de octubre, donde los bolcheviques tenían 300
de los 670 delegados. La cabeza del nuevo gobierno era Lenin y Trotsky resultaría el comisario del
pueblo de Asuntos Exteriores.

3) Tras la finalización de la Guerra, el 18 de enero de 1919 se inaugura en París la Conferencia de


Paz, donde se convocaron 32 estados pero las decisiones finales las tomaron los jefes de gobierno
y ministros de Asuntos exteriores de EE.UU, Gran Bretaña, Francia e Italia. Allí, se dio lugar a la
firma de los diferentes tratados de paz. El principal tema de conversación fue Alemania, país al
que se lo acusaba como la única culpable de la guerra. Mc Millan en La Galería de los Espejos
expone la visión de líderes de las grandes potencias sobre las cláusulas, a las que los alemanes
llamaban diktat, firmadas en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles. Un sinfín de
opiniones que fueron variando según las condiciones del tratado y que dejaban entrever el nivel de
odio que existía hacia el imperio alemán y la ambición por el reparto de tierras, particularmente
por parte de Francia. El representante estadounidense Wilson, sostenía “Espero que durante el
resto de mi vida tenga suficiente para todo este volumen. Hemos terminado en el menor tiempo
posible la mayor obra que jamás hayan hecho cuatro hombres” (Mc Millan, 1914 De la paz a la
guerra, pág. 569). Por su parte, George Clemenceau, primer ministro de Francia, afirmaba: "Si
Alemania se niega, soy partidario de un vigoroso e incesante golpe militar que la obligue a firmar"
(Mc Millan, 1914 De la paz a la guerra, pág 583). Toda la ceremonia de la firma del tratado de
paz se había organizado para humillar al enemigo tanto como fuera posible.

Empezando por el tratado mencionado en las líneas anteriores, los restantes fueron tratados
impuestos a los países derrotados fueron:

Tratado de Versalles: Fue firmado en 1919 paradójicamente cinco años después del Atentado de
Sarajevo. El mismo acusa a los alemanes como principales responsables de la guerra, por lo que
tuvo que pagar a los Estados victoriosos con el objetivo de reparar las destrucciones causadas por
la guerra. Además, tuvo pérdidas territoriales y coloniales: Alsacia-Lorena fueron devueltas a
Francia, la Alta Silesia a Polonia y Checoslovaquia, las ciudades de Malmedy y Eupen a Bélgica,
el Norte de Schleswig a Dinamarca, la zona de Prusia queda dividida en dos por el corredor
polaco. La ciudad de Dantzig se declara independiente, los territorios del Sarre y la margen
izquierda del Rhin son ocupados temporalmente por Francia. Por último, se prohíbe a Alemania
unirse con la nueva Austria.

En tanto, en el aspecto militar, se le prohíbe la artillería pesada, aviación y marina, y se lo obliga a


desarmar su ejército a cien mil hombres.

Tratado de Saint Germain: firmado con Austria en 1920, por la que Austria se trasforma en una
pequeña nación. Las antiguas provincias de Bosnia, Herzegovina, Croacia y Eslovenia se unen a
Serbia y Montenegro para formar una nueva nación, Yugoslavia. Hungría cede a Rumanía
Transilvania. Los checos y los eslovacos se unen para formar Checoslovaquia. Galitzia pasa a
Polonia y el Tirol del Sur, Istria y Trentino a Italia. El ejercito austriaco queda reducido a 30.000
soldados profesionales y es condenado al pago de reparaciones como Alemania.

Tratado de Trianon: Fue firmado en 1920 con Hungría, el cual nace como estado independiente.
Además, debió ceder antiguos territorios (Transilvania), pagar indemnizaciones y reducir su
ejército.

Tratado de Neuilly: Fue firmado con Bulgaria en 1919, por el que pierde sus territorios en el
Mediterráneo y los mismos pasan a Grecia.

Tratado de Sèvres: Fue firmado con Turquía en 1920. Los términos de dicho tratado provocó la
pérdida de sus territorios europeos, excepto Estambul. Las islas del Egeo y Esmirna pasan a
Grecia. Siria, Palestina, Irak, Arabia serán administradas por Francia e Inglaterra hasta su
independencia. Las consecuencias de este tratado provocaron una revolución en Turquía.

De esta manera, Europa queda reconfigurada y da lugar al nacimiento del Estado polaco. Además,
desaparecen grandes imperios, como el ruso, el turco, el austro-húngaro y el alemán. Esta última,
pierde las posesiones extraeuropeas que había adquirido desde su unificación.

Tras dicha reconfiguración y post Primera Guerra Mundial, toda Europa tuvo que enfrentarse a
una dura reconstrucción, en donde la dependencia económica con EE.UU se convertiría en un
factor fundamental. Una Nación que creció a pasos agigantados y que se había convertido en una
potencia financiera única capaz de sostener el equilibrio monetario internacional y mantener la
estabilidad económica.

También podría gustarte