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1.

Sostener
2. Retener
3. Unir

1. Sostener. Es el caso que hay que corregir (o suprimir) una columna, dado que son los
puntales las que deberán soportar una carga que ella recibiría (figura 1), o tomar (figura 2),
mediante tirantearía inclinada, el empuje generado por un muro elevado, o bien, en un edificio
lesionado en el que un descenso de entrepiso agrietó un muro de cierre.

Se deberán colocar puntales


verticales e inclinados para
absorber las
solicitaciones,
mientras se procede a la
construcción de
un nuevo muro (figura 3).

2. Retener. Esto lo vemos tipificado cuando uno de los dos muros enfrentados tiende a
inclinarse (figura 4); el puntal, en este caso representado por una viga celosía, actúa como
resistente a los empujes.

3. Unir. Se presenta, por ejemplo (figura 5), en


la circunstancia de una viga agrietada, donde
el apuntalamiento evita la propagación de la
fisura.
Elementos fundamentales de los apuntalamientos son las 'cuñas'. Estas se emplazan entre el
puntal y su asiento, y pueden desarrollar fuerzas de gran magnitud. Se colocan clavando la
cuña, llamada 'inicial' y con otra se hace presión por deslizamiento (figura 6). Nunca deberán
ser de madera blanda.
Se

llama solera al plano de asiento de los apuntalamientos. Su objetivo consiste en aumentar las
superficies de apoyo (figura 7). Las soleras más comunes están constituidas por tablones,
encargados de distribuir las solicitaciones.

En el caso de encontrarnos con cargas importantes, con frecuencia se emplean los puntales
dobles, 'sunchados' mediante flejes (figuras 8 y 9), los convergentes (figura 10), y los
divergentes (figura 11, 12 y 13).

En la figura 14 se nos muestra el procedimiento utilizado comúnmente en las demoliciones de


las partes inferiores de tabiques, para sustentar con parantes de madera el volumen superior
hasta colocar una viga metálica en forma definitiva.

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