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LA NECESIDAD DE LLEVAR FRUTOS

LUCAS 13:6-9

“6Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar
fruto en ella, y no lo halló. 7Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto
en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? 8Él entonces,
respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la
abone. 9Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después”

INTRODUCCION.

Esta parábola fue pronunciada por Nuestro Señor Jesucristo, en un momento en que todo el pueblo de
Israel estaba conmovido por la muerte de unos galileos que Poncio Pilatos asesino mientras ofrecían
sacrificios en el templo, y de otros 18 judíos que habían muerto al caer una torre en la ciudad de Siloé.

Los judíos tenían la creencia de que los sufrimientos del hombre eran el resultado de sus pecados, y
que Dios había castigado a esos que murieron.

Cristo les señala que si fuera así, todos los judíos habrían muerto porque todos eran pecadores y
añade que esos dos grupos de hombres que murieron no eran más pecadores que los demás, y
aprovecha para señalar que el arrepentimiento es la única forma de evitar el juicio divino, y les
pronuncia esta parábola que contiene enseñanzas en dos niveles:

1. Una advertencia de juicio para el hombre no arrepentido.


2. Un llamado a revisión para los creyentes que estamos ocupando un lugar en la Iglesia de
Cristo, sin llevar ningún fruto para Dios.

Es en este último sentido que deseamos estudiar la parábola esta noche, en la cual Dios padre es
representado por el dueño de la viña, Nuestro Señor Jesucristo es representado por el viñador y el
creyente es representado por la higuera.

Veamos esta enseñanza mediante un mensaje titulado “ES NECESARIO LLEVAR FRUTOS” que
estudiaremos desarrollando el bosquejo de los siguientes tres puntos:

I. LA HIGUERA DEBE LLEVAR FRUTOS.


II. LA HIGUERA ES JUZGADA POR FALTA DE FRUTOS.
III. LA HIGUERA ES CAPACITADA PARA LLEVAR FRUTOS.

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I. LA HIGUERA DEBE LLEVAR FRUTOS.

A. LOS PRIVILEGIOS DE LA HIGUERA -


Lucas 13:6a, “Tenía un hombre una higuera plantada en su viña…

1. Esta higuera tenía el privilegio de haber sido plantada en una viña, no se trataba de un
árbol silvestre del bosque o junto al camino.

2. El agricultor la cuidaba, la abonaba y limpiaba su tronco de toda malezas que naciera a su


alrededor.

3. De igual modo los creyentes desde el día que nos convertimos a Cristo, estamos plantados
en la viña de Dios.

a) Por la fe en Cristo Jesús entramos a formar parte del pueblo de Dios, 1 Pedro 2:9-10.
b) Como ovejas en el redil de Dios, recibimos el más esmerado cuido que pastor alguno
puede ofrecer, salmos 23
c) El Señor señaló en Juan 10:11 que el buen pastor da su vida por las ovejas, justamente
lo que él hizo por nosotros.

B. LA HIGUERA FUE PLANTADA PARA LLEVAR FRUTOS.


Lucas 13:6b, “…y vino a buscar fruto en ella y no lo halló”

1. El dueño de la viña había plantado esta higuera con el propósito de que produjera frutos.
Nadie invierte tiempo, esfuerzo y recursos en plantar y cuidar un árbol frutal, sin esperar
recibir frutos de él.

2. De igual modo. los creyentes somos ingresados al pueblo de Dios, con el propósito de
que llevemos frutos para el reino de Dios, Romanos 7:4.

3. Nuestro Señor Jesucristo señalo que Dios se glorifica cuando un creyente produce frutos
espirituales, Juan 15:8, “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto,
y seáis así mis discípulos”.

C. LOS FRUTOS QUE DIOS ESPERA DEL CREYENTE.

1. FRUTOS DIGNOS DE AREPENTIMIENTO, Este fue el primer fruto que Juan el Bautista
demando a los judíos que acudían a su bautismo, Lucas 3:7-10.

a. Los frutos dignos de arrepentimiento se manifiestan con un cambio de actitud y


abandono de la práctica del pecado, Lucas 3:10-14.

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b. Los frutos dignos de arrepentimiento se manifiestan con una determinación de no volver
a la vieja vida, 1 Pedro 1:14-16.

c. Los frutos dignos de arrepentimiento se manifiestan, con un testimonio de vida que


glorifique a Dios, Colosenses 1:10-12.

d. Los frutos dignos de arrepentimiento solo pueden lograrse sometiéndonos al control del
Espíritu Santo, el cual nos ayudará a vencer la carne, Romanos 8:1.

2. FRUTOS EN SU VIDA DE SERVICIO, Al convertirnos a Cristo dejamos de ser esclavos del


pecado para convertirnos en siervos de Dios, Romanos 7:17-18.

El Dios de los cielos a quien ahora servimos, espera frutos de nuestra vida de servicio. El
Apóstol Pablo presentaba como ofrenda a Dios, el servicio que ofrecía a los creyentes de
las Iglesias, Romanos 15:30-31

3. LOS FRUTOS EN LA VIDA DE OTROS, El Señor nos mandó a producir frutos en la vida de
otros, Mateo 28:19-20.

Cómo podemos producir frutos en la vida de otros?


Conduciéndolo a recibir a Jesucristo como Señor y Salvador de su alma. Discipulandolo
para ayudarlo a conformarse mejor a la imagen de nuestro Señor Jesucristo. Impactando
con su nuestra vida en aquellos que están a nuestro alrededor.

II. LA HIGUERA ES JUZGADA POR FALTA DE FRUTOS.

A. LA DECEPCION DEL DUEÑO DE LA VIÑA, Lucas 13:7a, “7Y dijo al viñador: He aquí, hace
tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo…”

1. El dueño de la viña esperaba frutos de la higuera, por tres años vino personalmente a
buscarlos.

2. Sin embargo, fue grande su decepción al venir por tercera vez y no encontrar fruto en ella.

3. Había de esperarse que el dueño de la viña no quedase satisfecho con aquella higuera que
manifestaba esterilidad.

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B. LA SENTENCIA SOBRE LA HIGUERA SIN FRUTOS
Lucas 13:7b, “…7córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra?”.

1. La decepción del dueño de la viña por la ausencia de frutos en la higuera lo llevo a


pronunciar una sentencia, mediante una sola palabra expresa la magnitud de su decepción,
“córtala”.

2. Después de haber sido probada por un período de tres años, fue juzgada por haber sido
encontrada improductiva.

3. Estaba ocupando sin provecho un lugar en la viña que podía ser ocupado por otro árbol que
produjera frutos.

a) El juicio no caería sobre toda la plantación de la viña, sino solo sobre aquella higuera que
estaba siendo improductiva.

b) Hermanos Dios quita los ministerios a los creyentes que actúan de manera negligente, y no
fructifican como pueden y debieran, Mateo 25:24-30

C. LA INTERCESION DEL VIÑADOR.


Lucas 13:8a, “Entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año…”

1. El viñador intercede por la higuera estéril procurando reivindicarla con su dueño.

2. Asimismo, Cristo intercede a favor de los creyentes procurando presentarnos limpio y sin
mancha delante de Dios, Judas 24-25.

3. El Señor Jesucristo quiere que nuestro Dios este satisfecho con nuestra vida de servicio, 2
Timoteo 2:15.

III. LA HIGUERA ES CAPACITADA PARA LLEVAR FRUTOS.

A. EL VIÑADOR TRABAJA CON LA HIGUERA PARA QUE LLEVE FRUTOS, Lucas 13:8b,
“…Hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone”

1. El viñador manifiesta su deseo de trabajar de manera especial con la higuera que no ha


producido frutos.

2. El viñador la abonara para que alimentada pueda crecer, fortalecerse y producir frutos
para el dueño de la viña.

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3. Igual hace Jesucristo con los creyentes, tan pronto nos planta en su Iglesia trabaja con
cada uno de nosotros de manera especial, capacitándonos para que llevemos frutos
espirituales.

a) Jesucristo pone en nosotros su Espíritu Santo para hacernos participantes de su


naturaleza divina:

i. El Espíritu Santo nos protege del error, Juan 16:13.


ii. El Espíritu Santo nos da valor para testificar de Cristo y para vencer las tentaciones,
2 Timoteo 1:7.
iii. El Espíritu Santo produce sus frutos en la vida del creyente, Gálatas 5:22.

b) Jesucristo nos ha dejado las Sagradas Escrituras como alimento espiritual apropiado:

i. Las Sagradas Escrituras nos conducen al crecimiento espiritual, 1 Pedro 2:2-3.


ii. Las Sagradas Escrituras nos limpian de la pecaminosidad del mundo, Juan 15:2.

c) Jesucristo nos da dones para servir en su obra, 1 Pedro 4:10.

B. LA ADVERTENCIA SOBRE EL JUICIO, Lucas 13:9, “Y si diere fruto, bien; y si no, la


cortarás después”

1. El viñador no pide que el juicio sea suprimido, el solicita un período de gracia para la
aplicación del juicio.

2. La gracia solicitada, es para que la higuera se aboque a cumplir el propósito para lo cual
fue plantada por el dueño de la viña.

3. La higuera tenía que revisar su productividad ya que el dueño venia en el plazo dado a
buscar frutos.

a. Ella debía asegurarse de no quedarse solo en abundante follaje y flores, sino que
también debía producir frutos.

A. Igual pasa con muchos creyentes, lucen tener gran potencial pero nunca llegan a
madurar frutos para el Señor de la viña.

B. Hermanos esta parábola representa una advertencia del Señor a los miembros de su
Iglesia, para que retomemos las responsabilidades que nos corresponde, y nos
dispongamos a llenar las expectativas que Dios tiene con cada uno de nosotros,
conforme a los dones y capacidades que nos ha concedido.

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C. LOS REQUISITOS PARA EL CREYENTE LLEVAR FRUTOS. “Juan 15:4-5, “Permaneced
en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5Yo soy la vid,
vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto;
porque separados de mí nada podéis hacer”.

1. Si una rama se separa del tronco deja de recibir el alimento que las raíces transmiten a
cada parte del árbol, a través de la corteza de los tallos y muy pronto secará.

2. De igual modo sucede con nosotros los creyentes, si estamos separados de Cristo no
podremos ser productivos para Dios.

3. Necesitamos mantenernos unidos a Cristo, para recibir de él la energía y el alimento que


nos permita llevar frutos para Dios:

No dejemos de congregarnos, de orar, de leer las Escrituras, de sostener comunión con los
hermanos, practiquemos los mandamientos recíprocos que recomienda el Señor: amarnos,
Alentarnos, consolarnos, exhortarnos, apoyarnos y amonestarnos los unos a los otros.

CONCLUSION

Hermanos apropiémonos de esta enseñanza, que nos advierte que Dios no va a tolerar para siempre
la improductividad de los hombres y en especial de los creyentes.

Hagámonos una evaluación individual sincera delante del Señor y preguntémonos ¿Qué tan fructífero
estoy siendo para Dios?, ¿Estoy realmente siendo diligente en producir frutos para Dios?, ¿Estoy
aprovechando todas oportunidades de fructificar que Dios me da?

Hermanos, conforme la enseñanza de esta parábola aboquémonos a reivindicarnos con nuestro Dios,
llenando las expectativas que él tiene de cada uno de nosotros, en base a los dones, capacidades y
oportunidades que nos ha concedido.

Dios les bendiga.

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