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CORONAVIRUS

Ataque a los pulmones


Los 99 pacientes que llegaron al hospital tenían neumonía: sus
pulmones estaban inflamados y los alveolos, los pequeños sacos
donde el oxígeno pasa del aire a la sangre, se llenaban de agua.
 Los hombres podrían tener más probabilidades de enfermarse
gravemente y necesitar tratamiento hospitalario.
 "La susceptibilidad reducida de las mujeres a las infecciones
virales podría atribuirse a la protección del cromosoma X y las
hormonas sexuales, que juegan un papel importante en la
inmunidad.

Enfermedades previas
La mayoría de los 99 pacientes tenía otras enfermedades que
pueden haberlos hecho más vulnerables al virus como "resultado
de sus funciones inmunes más débiles":

 40 tenían el corazón debilitado o vasos sanguíneos dañados


debido a afecciones como enfermedades cardíacas, insuficiencia
cardíaca y accidente cerebrovascular.

 Otros 12 pacientes tenían diabetes.

 El doctor Gallardo explica que, cuando un virus entra en el


organismo, “lo que hace es invadir las células para sobrevivir y
replicarse, escondiéndose así del sistema inmune, de nuestras
defensas”.
 Sin embargo, “nuestras células utilizan señales para comunicar al
exterior lo que está ocurriendo dentro de ellas. Estas señales se
transmiten mediante unas moléculas denominadas MHC
(complejos mayores de histocompatibilidad)”, indica el doctor.
Los pulmones: zona de impacto
Para la mayoría de los pacientes, el COVID-19 comienza y termina en sus
pulmones, porque al igual que la gripe, los coronavirus son enfermedades
respiratorias.

En los primeros días de una infección, el nuevo coronavirus invade rápidamente las
células pulmonares humanas. Esas células pulmonares se dividen en dos clases: las que
producen moco y las que tienen bastones peludos llamados cilios.El moco, aunque sea
grueso cuando está fuera del cuerpo, ayuda a proteger el tejido pulmonar de los
patógenos y asegura que tu órgano respiratorio no se seque. Las células de los cilios se
mueven alrededor del moco, limpiando restos como el polen o los virus.

Frieman explica que al SRAS le encantaba infectar y matar las células ciliadas, que luego
se desprendieron y llenaron las vías respiratorias de los pacientes con restos y fluidos, e
hipotetiza que lo mismo está sucediendo con el nuevo coronavirus. Esto se debe a que
los primeros estudios sobre el COVID-19 han demostrado que muchos pacientes
desarrollan una neumonía en ambos pulmones, acompañados de síntomas como falta de
aire.

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