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CREACIÓN de DOCUMENTALES
CREACIÓN de DOCUMENTALES
CREACIÓN de DOCUMENTALES
“Desde los primeros pasos de su trabajo hasta que termina su película, el director se va
encontrando con tantas personas, tropieza con tales dificultades y con problemas a veces
insolubles en apariencia, que parece que se dan todas las condiciones para que olvide por qué
empezó a hacer aquella película.”1 Por esta razón, es importante que el tema definido no
despierte en el realizador sólo una atracción pasajero, motivado por la urgencia de la
actualidad, sino que encuentre uno que funcione como disparador de sus intereses más
profundos. Como guía para ayudar al realizador a elegir su tema, hay una serie de preguntas
que puede hacerse para orientarse:
I. “¿Hay algún sector sobre el cual dispongo de información suficiente, e incluso una
opinión ya formada?
II. ¿Me siento estrechamente vinculado con él, desde un punto de vista emocional, en
mayor grado que con cualquier otro posible tema?
III. ¿Podré hacer justicia al tema?
IV. ¿Siento el impulso de aprender más sobre el tema?”2
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Tarkovski Andrei. Esculpir en el tiempo. Ediciones Rialp, Madrid, 1999
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Rabiger M. Dirección de documentales. Instituto Oficial de Radio y Televisión RTVE. Madrid, 2005
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Tarkovski Andrei. Esculpir en el tiempo. Ediciones Rialp, Madrid, 1999
FADU – Producción y Planificación Astorga
Otro factor fundamental es el deseo de aprender sobre el tema. Este deseo impulsa un camino
en busca de cierto conocimiento que no se agota en la comprobación de una hipótesis previa
del realizador (concepto que será abordado en este mismo capítulo). Si bien la curiosidad suele
ser un punto de partida para la selección del tema, si ésta no está unida a una intención
honesta y genuina de conocer en profundidad dicha problemática, el documental no será más
que el registro de un vouyear. Muchas prácticas y representaciones etnocentristas, sexistas,
discriminadoras y sensacionalistas se sustentan en el criterio de la curiosidad. Asimismo, como
plantea el primer interrogante, el conocimiento de un tema específico suele ser motivo para su
elección. Si bien esto permite al documentalista implicarse en esa realidad con un conocimiento
previo (en estos casos generalmente se trata de una realidad en la que el realizador participa o
le es cercana, como puede ser su comunidad, su grupo social, su trabajo, etc.), es importante
que el proceso de producción documental implique para él la posibilidad de profundizar en ese
conocimiento y poder abordarlo desde otro punto de vista. Aquí también entran en juego sus
hipótesis y su flexibilidad para modificar sus concepciones previas frente a una realidad que se
escapa de sus patrones de pensamiento.
La idea
Una vez delimitado el tema -aquella porción de la realidad que será representada en el relato-
el documentalista tiene que cuestionarse acerca de qué es lo que desea decir respecto a ese
tema; a esta elaboración argumentativa sobre el tema la llamaremos idea.
El documentalista debe tener en cuenta que por regla general las primeras ideas que surgen
respecto a un tema son las mismas que ya abordaron o podrían abordar otros. Para evitar caer
en el lugar común y procurar proponer una visión innovadora respecto a la realidad
documentada, el realizador puede interrogarse acerca de algunas cuestiones que le aclararán
el panorama:
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Rabiger M. Dirección de documentales. Instituto Oficial de Radio y Televisión RTVE. Madrid, 2005
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CONCEPTO A DEFINIR
TEMA
IDEA
HIPOTESIS
INVESTIGACIÓN
TESIS .
IV. Historia de vida: También es conocida como autobiografía. En ella, el actor social revela
desde su visión sus pensamientos y sentimientos más íntimos, pone de relieve su vida interior,
rescatando sus logros, sus fracasos, sus creencias… Es una herramienta comúnmente
utilizada en el cine etnográfico. Aquí la intervención del documentalista es nula, sólo se limita a
la selección del actor social.
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- Archivo fotográfico: Este material puede ser entregado por los actores sociales o
encontrado en archivos públicos o privados. Permite acceder a hechos del pasado y puede
servir como disparador de la memoria en las entrevistas a los protagonistas.
- Archivo fílmico o de video: Funciona como el archivo fotográfico. Además, la interpretación
de la representación de la realidad social es una fuente más de conocimiento. A través de
estos materiales se puede acceder a un aspecto del mundo histórico desconocido y a la
subjetividad y postura política de los autores de esa representación.
- Música: Permite acercarse y conocer las inquietudes artísticas y sociales de una cultura, una
etnia o un grupo social determinado.
- Archivo gráfico: Se trata de revistas, diarios, ilustraciones o demás publicaciones que estén
vinculadas con la realidad investigada. También pueden ser propiedad de los actores sociales
o de archivos generales.
- Bibliografía: La consulta de material bibliográfico es fundamental para poder estudiar el tema
desde distintos puntos de vista teóricos. Es importante que el documentalista no se limite a
analizar los textos que compartan su postura ideológica, ya que estos no harían más que
confirmar sus ideas previas. Un conocimiento profundo sobre el tema sólo se lleva a cabo
cuando el investigador-documentalista es capaz de abordar el mundo histórico a través de la
diversidad de lenguajes y discursos. El relevamiento y estudio de bibliografía no debe limitarse
a textos históricos o teóricos, ya que cualquier libro (desde una novela a un manual escolar) es
capaz de ofrecer una visión clara de las características artístico-políticas de su autor y de su
época de producción.
- Estadísticas / Censos: Ofrecen datos numéricos acerca de comportamientos y tendencias
sociales. Generalmente se utilizan en estudios comparativos, a fin de determinar las
transformaciones ocurridas en el tiempo o en diferentes geografías.
Respecto a la variable tiempo, podemos definir dos recursos argumentales de los que dispone
el realizador: la cronología y la elipsis.
II. Elipsis: Su definición convencional afirma que se trata de “la exclusión de pasos
innecesarios en un proceso excesivamente largo para conseguir una versión abreviada, cuyas
partes omitidas pueda inferir la audiencia.”5 Sin embargo, su función es más rica y compleja. En
el relato documental, el uso de la elipsis determina el acceso al conocimiento del espectador. Al
omitir cierto tiempo del historia, la elipsis también excluye hechos, personas, palabras;
imágenes y sonidos del mundo histórico son desechados, y con ellos, quizás, alguna verdad.
Eludir un tiempo significa jerarquizar una acción, un actor social o un hecho sobre otro, y esta
elección es fundamental para la argumentación del documentalista. Aún cuando la elipsis se
limite a eliminar los “tiempos muertos” como lo establece su definición oficial, podríamos
preguntarnos si esos tiempos no son también portadores de conocimiento, cuya verdad se le
niega al espectador. Algunos autores, como Frederick Wiseman, Mercedes Álvarez, Gustavo
Fontán o Jorge Prelorán, reflexionan acerca de esta concepción del tiempo y sus significados
en sus obras, exponiendo aquellos momentos en los que aparentemente no ocurre nada
trascendental e interpelando al espectador acerca de sus nociones del tiempo, las formas del
conocimiento y la posibilidad de acceder a alguna verdad a través de ellos.
Como vimos, vinculados al tiempo aparecen los hechos. Respecto a esta variable encontramos
otro recurso argumental: la causalidad.
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Rabiger M. Dirección de documentales. Instituto Oficial de Radio y Televisión RTVE. Madrid, 2005
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Por otro lado, el documentalista cuenta con un recurso argumental cuya función es determinar
un eje para el relato, a partir del cual se desarrolla el argumento. Este recurso es el punto de
vista o focalización. Michael Rabiger define el punto de vista como “la sensación de identidad
que surge cuando estamos buscando el punto dominante desde el que se hace la película o
desde el que se escribe un relato.”6 Concretamente, la focalización determina la posición desde
la cual se desarrolla el argumento. Determina lo que se ve y se oye y lo que queda excluido,
convirtiéndose en vehículo del conocimiento. El punto de vista o focalización se puede dar a
través de un personaje, de múltiples personajes o puede ser omnisciente o reflexivo.
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Rabiger M. Dirección de documentales. Instituto Oficial de Radio y Televisión RTVE. Madrid, 2005
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Ibídem
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un artista plástico a lo largo del proceso de creación de una muestra. Otro ejemplo es
Comandante (2003) de Oliver Stone, en el que el director entabla largos diálogos con el líder
cubano Fidel Castro, abordando desde la organización política de su gobierno hasta la relación
con su secretaria.
II. Punto de vista de múltiples personajes: Aquí la argumentación se distribuye entre varias
personas, las cuales tienen posiciones coincidentes o enfrentadas respecto al tema que las
convoca. El uso de este recurso es útil para develar la complejidad de las relaciones en grupos
de personas interdependientes, ya sea una familia, una institución, una nación o una clase
social. “Cuando cada personaje representa una corriente distinta dentro del tapiz de la
sociedad, se pueden conformar texturas de puntos de vista diferentes y a veces contrapuestos,
para así demostrar cómo se lleva a cabo el proceso social, los actores que lo ejecutan y las
consecuencias que de él se derivan.”8 Podemos ver un ejemplo de la utilización de este recurso
en el documental Asaltar los cielos (1996) de José Luis López Linares y Javier Arroyo, donde la
multiplicidad de los puntos de vistas de los actores sociales intentan desentrañar la compleja
historia de la vida de Ramón Mercader y la muerte de su víctima, León Trotski. Esta intrincada
argumentación pone en evidencia las contradicciones y ambigüedades de las ideologías, el
deber y el destino; interpelando al espectador a comprometerse y tomar partido respecto a
estas cuestiones.
III. Punto de vista omnisciente: Este tipo de focalización se desplaza en todos los tiempos y
todas las direcciones. No está sujeta al conocimiento de una persona o de un grupo, sino que
detenta la totalidad del saber respecto a la realidad representada. “El punto de vista
omnisciente se sustenta, en la mayor parte de los casos, en la narración en tercera persona, y
es la expresión de una visión colectiva que resulta menos limitada que la visión personal. La
narración oral en algunos casos queda implícita y en otros incluso se ve sustituida por
subtítulos y documentos, con lo que se evita el refrendo de la voz del narrador. La visión
organizadora central puede ser sencillamente la del cineasta.” Un ejemplo claro de punto de
vista omnisciente se encuentra en el documental La corporación (The Corporation, 2003) de
Mark Achbar, Jennifer Abbott y Joel Bakan, donde la argumentación parte de una visión global
de los hechos, la cual posee todo el conocimiento y organiza las pruebas. En este caso, el
documental cuenta con una voz en off que narra parte de los hechos; sin embargo, la
omnisciencia no se da únicamente por la narración en off, sino por la manera de organizar los
contenidos y los demás recursos argumentales, presentando al espectador una visión
“completa” del tema y generando la ilusión de un acceso irrestricto al conocimiento sobre esa
realidad.
IV. Punto de vista reflexivo: Este tipo de focalización se asocia de manera inseparable a la
modalidad de representación reflexiva. Aquí el argumento se desarrolla de forma tal que el
espectador asume que el productor, la producción y el producto constituyen una unidad
coherente, interpretando los hechos que presenta el documental como parte de una
elaboración. La finalidad del punto de vista reflexivo es alterar el efecto de realidad que provoca
el documental, mediante el cual el espectador siente estar en presencia de la realidad y no de
una película; y develar los mecanismos de la producción, de modo que el público comprenda
que todo documental es una “orquestación creada y estructurada por el cineasta y no un
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documento auténtico, verídico u objetivo. La reflexión permite al cineasta abrir puertas a las
condiciones y las paradojas con las que se ha de enfrentar durante la producción, y a compartir
en mayor medida ese proceso con la audiencia (…) Hay otros motivos más abstractos que
hacen referencia a los límites del medio documental: lo que es ético y lo que no lo es. ¿Cómo y
cuándo dejamos de creer en lo que estamos viendo? Tales cuestiones demuestran que el cine
es un medio emergente e imperfectamente comprendido, y no una herramienta terminada cuyo
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único fin es informar o actuar de vehículo para desarrollar un tema.” Encontramos la utilización
del punto de vista reflexivo en el film Los rubios (2003) de Albertina Carri. La documentalista, al
exponer los mecanismos de la representación al extremo de representarse ella misma
mediante la interpretación de una actriz, interpela al espectador respecto a la veracidad de lo
visible y al conocimiento que se puede obtener de ello. La imagen del mundo histórico se
duplica en las imágenes de la representación del mundo histórico, y así también multiplica los
sentidos de lo que se ve. La ambigüedad inunda el relato y las contradicciones constituyen la
verdad de la argumentación.
La combinación eficaz de los recursos argumentales y su exposición mediante las líneas
formales pertinentes –analizadas en el capítulo anterior-, le permitirán al documentalista la
construcción de un argumento sólido y elocuente que transmita su tesis.
Si bien la estructura narrativa del documental estará influida por los recursos argumentales y
las herramientas fórmales que disponga el realizador, ésta terminará de definirse mediante el
modelo de narración que proponga el documentalista para el relato.
El realizador deberá resolver cómo y por qué motivo registra y utiliza una imagen determinada,
para superar el primer nivel de sentido.
El compromiso del documentalista respecto a su actividad como productor de imágenes es vital
para la adquisición de sentido de estas. En un mundo mediáticamente saturado por estímulos
visuales, la producción de imágenes sobre el mundo histórico debe dar paso a la construcción
de sentido. Y esta es la tarea del documentalista. En este proceso de registro significativo, el
realizador tendrá que tener en cuenta tres variables al momento de tomar un plano: la
composición, el movimiento y la duración.
I. Composición: Componer significa ordenar los elementos dentro del encuadre, de acuerdo a
los fines discursivos y estéticos del documentalista. Tan fundamental cómo lo que se ve en un
plano es lo que se excluye; y está decisión afectará la composición y el sentido de una imagen.
De acuerdo a lo que el realizador jerarquice estará omitiendo una porción del mundo histórico.
Este aspecto negado de la realidad puede tener presencia mediante el sonido –generando la
expectativa del público, deseoso de ver aquello que oye pero que se oculta a la vista- o puede
excluirse completamente –en imagen y sonido- desapareciendo de la realidad del relato. La
composición está determinada por el tamaño de plano, el lente utilizado, la altura y angulación
de cámara, la organización de los elementos en el cuadro y la posición del observador. Cada
una de estas variables aportan un sentido a la imagen y el documentalista deberá combinarlas
a fin de construir los significados que contribuyan a su argumentación. También aquí aparecen
cuestionamientos de orden ético, ya que ante situaciones complejas, ambiguas o críticas el
documentalista se preguntará que debe o no debe mostrar. ¿Todas las personas y los hechos
son “registrables”? ¿En qué situaciones el documentalista debe apagar la cámara para
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intervenir? ¿En qué medida falsea la realidad al excluir un fragmento de ella de su encuadre?
¿Cuál es el parámetro que determina lo que puede verse y lo que debe permanecer oculto?
Así como la composición enfrenta al documentalista con una serie de interrogantes éticos,
también lo desafía respecto a su construcción estética. Al componer, el realizador estará
conduciendo al espectador a través de su propuesta artística: la creatividad en los encuadres,
las combinaciones de ángulos de cámara, el uso expresivo del fuera de foco, la ambigüedad de
los reflejos, la riqueza de las luces y sombras y el extrañamiento de los planos detalles, entre
otros recursos, permiten al documentalista trascender la mera exposición de su argumentación,
construyendo un relato artística y políticamente significativo.
Conciente de la riqueza plástica que puede proporcionar una composición planificada a partir
de estos elementos, Rabiger destaca uno de ellos: “A la abstracción se puede llegar por
diferentes motivos, no solamente es el refugio del observador sino que puede ser también una
forma de partir en intensa búsqueda del significado de un acontecimiento reciente. El enfoque
selectivo es un medio eficaz de sugerir este estado de abstracción. Si aislamos un objeto en la
pantalla desenfocando todo lo que se encuentra en primer término y lo que constituye el fondo,
sugeriremos abstracción (…) Representamos el desmantelamiento rutinario de la realidad y
nos distanciamos objetivamente del momento. Es una forma de búsqueda de significados o
simplemente un juego de la imaginación que nos puede servir de refresco en un momento
dado.”
A partir de estos recursos, y de su uso conciente en la composición, el documentalista tendrá la
posibilidad de hacer un registro naturalista, expresionista, impresionista, abstracto, futurista o
poético –entre otras opciones- .
II. Movimientos internos y externos: Los movimientos internos de los elementos dentro del
cuadro y los movimientos de cámara –llamados externos- también afectan la composición de
diferentes maneras. En relación a esta variable aparecen múltiples combinaciones entre las
cuales el documentalista deberá optar. En primer lugar, el realizador deberá decidir si
privilegiará los planos fijos –aquellos en los que la cámara permanece emplazada en el mismo
lugar y en la misma dirección- o si su registro remitirá a una cámara en movimiento. En ambos
casos, se plantea nuevamente el interrogante acerca de lo que se muestra y lo que se excluye.
Los planos fijos fuerzan al documentalista a premeditar su imagen con anticipación e interpretar
los significados que ella conlleva. En el registro directo de un acontecimiento, el documentalista
deberá estar muy atento a la situación y a lo que quiere argumentar respecto a ella para poder
contarla en un número determinado de planos fijos. En este caso, la construcción argumental
se da a partir de la organización de las partes fragmentadas. Este tipo de registro generalmente
es más reflexivo y meditado, ya que el fraccionamiento de esos detalles y porciones de realidad
aportarán sentidos más profundos que los puramente denotativos.
Es habitual, en los registros de situaciones de gran magnitud, que el documentalista inexperto
abuse de los movimientos de cámara en busca de algo que contar. Es importante que
cualquiera que sea la metodología empleada respecto al movimiento de la imagen –ya sea
planos fijos o movimientos de cámara-, ésta sea el resultado de una propuesta conciente del
documentalista.
Además de estos tipos de movimiento que se dan en el plano, existe otro más sutil que
habitualmente no es tenido en cuenta. Se trata del movimiento que toma la imagen al ser
registrada con cámara en mano. Muchas veces, esta técnica es utilizada por cuestiones
técnicas, espaciales o circunstanciales que impiden el uso de un trípode, y muchas otras por
descuido u omisión. Como dijimos anteriormente, este tipo de movimiento, aunque sea más
leve, también tiene que responder a una necesidad del relato. El documentalista debe tener en
cuenta que una imagen tomada con cámara en mano delatará su presencia en la escena al
implicar su pulso en la representación. Este efecto puede ser interesante en un documental
interactivo en el que el documentalista representa su encuentro con la realidad, pero puede
resultar contraproducente en un film de observación, en el que el actor social permanece
inmóvil en un paisaje desolado y el movimiento de la mano del realizador se vuelve más notorio
que la descripción de la imagen.
Al igual que la imagen, el sonido opera como vehículo del conocimiento y materia expresiva.
Anteriormente hemos analizado la función de la palabra en el relato documental, ahora
veremos con que otros elementos sonoros cuenta el documentalista.
Así como define el ritmo visual, Rabiger establece la función de los ritmos sonoros: “Los
sonidos que la vida cotidiana proporciona -el canto de los pájaros, el tráfico, el ruido procedente
de una construcción o el traqueteo de las ruedas del tren-, contienen ritmos que hacen su
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aportación a la composición de las secuencias.” También destaca la importancia de la
música, aún cuando importantes corrientes documentales se oponen a su utilización en el
relato documental: “Para facilitar que una película provoque determinados estados de ánimo se
puede recurrir a diseñar una composición musical. Escuche el material sonoro indígena del
lugar donde se desarrolla su película. La música autóctona y los sonidos auténticos pueden
conformar una banda sonora muy efectiva. El poder de adueñarse de la imaginación de las
personas yace en el sonido, no en la imagen (…) La música, debidamente utilizada, puede
constituirse en sutil comentario personal del cineasta, en eje de la vida interior y de la
dimensión de los personajes.” 11 Por esta influencia que tiene la música en el espectador,
muchos documentalistas se niegan a utilizarla, especialmente los que adhieren a la modalidad
de representación reflexiva, ya que invoca el sentimentalismo obstruyendo la reflexión.
De todas maneras, es una herramienta más con la que cuenta el realizador y dependerá de sus
objetivos la elección que tome respecto a este y los demás recursos.
La construcción del relato documental dependerá de la elección y combinación que lleve a
cabo el documentalista respecto a sus imágenes y sonidos. Como afirmamos anteriormente,
estas decisiones deben ser tomadas por el documentalista de manera conciente y anticipada.
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Rabiger M. Dirección de documentales. Instituto Oficial de Radio y Televisión RTVE. Madrid, 2005
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