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LAS FUNCIONES DEL UJIER EN LA IGLESIA

Propósito de la lección: Enseñar a los ujieres cuáles son sus funciones, deberes y responsabilidades,
qué se espera de ellos y cuál debe ser su actitud hacia los demás, hacia el culto y hacia sí mismo.

El error más grave que puede cometer un ujier en la iglesia es la desatención. Se distrae, olvida el
orden del culto, se le pasan los detalles convenidos, no se escuchan las instrucciones del líder de
ujieres, se pasan por alto las necesidades de las personas, y la calidad y eficiencia del ujier desciende
a cero cuando su mente divaga. El consejo de Pablo incluye a los ujieres cuando dice: “Y todo lo que
hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres… porque a Cristo el Señor
servís” (Col 3:23, 24). El ujier requiere la misma concentración que el pastor, el músico, el que dirige
el culto o el maestro de la Escuela Dominical. El ujier está para servir a las personas prestando ayuda
individual. La responsabilidad del ujier comienza antes del culto. Como responsables de guardar las
puertas de la Casa de Dios, deben ser puntuales y tendrán la responsabilidad de abrir las puertas del
local de la iglesia con antelación suficiente a la hora de comienzo del culto y de cerrarlas una vez
concluido el mismo y después de adecentar y ordenar el local.

TRES ÁREAS DE CONCENTRACIÓN:

PRIMERA: Concentrarse en las personas. Como las personas se habitúan a sentarse siempre en el
mismo lugar, el ujier debe aprender esos hábitos. Dirigir con presteza a las personas a sentarse en
sus lugares de costumbre les indicará el conocimiento del ujier. Sentar a los visitantes cerca de los
asistentes regulares con una palabra de presentación es de gran ayuda para los que asisten por
primera vez. Para acomodar a las personas en orden, es preciso saber dónde quedan asientos vacíos,
y para ello hay que estar pendiente, sobre todo cuando la iglesia ya comienza a estar bastante llena.
El ujier debe ser atento y respetuoso con las personas. Parte de la concentración requerida en el
ujier debe ir encaminada a memorizar los nombres de las personas y dirigirse a ellas por su nombre
propio. Si a los ujieres se les catalogara como en el ejército, se le daría un ascenso a cada ujier que
aprenda a memorizar los nombres de las personas nuevas.

SEGUNDA: Concentrarse en el culto. Un buen ujier sabe concentrarse a la vez en las personas a las
que está atendiendo y en el culto. Como cada parte del culto de adoración hace su propia
contribución dentro del Cuerpo de Cristo. No permanece pasivo, sino que se suma también a la
adoración. Sin embargo, el ujier debe estar muy atento a todo lo que sucede en el culto y con las
personas, por lo que no debe cerrar los ojos.

El líder de ujieres tiene la responsabilidad de adiestrar a los ujieres, darle las instrucciones oportunas
antes del culto, en el culto y después del culto. Cada ujier debe conocer la dinámica y el orden
habitual de los cultos, así como el programa de las reuniones y cultos especiales. Cada ujier debe
conocer su posición y su misión concreta en cada parte del culto, de acuerdo a lo que el líder de
ujieres le haya indicado, hasta el más mínimo detalle y debe favorecer y animar con su ejemplo a
que todo el mundo respete los momentos de quietud y reverencia en la reunión. Por ejemplo:

(a) Adoración. En esos momentos preciosos de quietud reverente, todo lo que un ujier haga debe
ayudar a favorecer ese ambiente. No debe estar distraído ni hacer ruido ni nada que pueda distraer
a los presentes.
(b) Llamamiento. Cuando el pastor está haciendo un llamamiento, ya sea a recibir a Cristo o para
creyentes, el ujier no debe estar distraído. Debe colaborar con el pastor a mantener la atención de
la congregación.

(c) Ministración. Una vez hecho el llamamiento, los ujieres estarán atentos para hacer sitio cerca de
la plataforma, plegando y apartando un cierto número de sillas, con el fin de que las personas
puedan pasar y ser ministrados con orden y sin que haya apelotonamiento. Una actitud de piadosa
atención de parte de los ujieres es una ayuda para la invitación. Además, deben ayudar a las
personas a “pasar al frente” para que se ore por ellas. Es muy importante que algún ujier quede
pendiente de las personas que no pasaron al frente y les ayuden a mantenerse en actitud de oración
y reverencia, no simplemente de meros espectadores.

Los ujieres han de permanecer muy atentos durante la ministración, pues su papel es relevante:
Deben situarse detrás de las personas que están siendo ministradas para evitar que la persona
pudiera caer libremente al suelo y golpearse. Si hubiera alguna manifestación de desorden mientras
se ministra, ayudarán al traslado de la persona a otra parte del local para tratar con la persona en
privado.

(d) Predicación de la Palabra. Aunque las obligaciones de los ujieres continúan durante todo el
culto, es bueno que participen del mensaje escuchando con atención. Como siempre con atención
al culto y a las personas. Los ujieres se preocuparán de que el predicador y en algunos casos, el
intérprete, tengan un vaso de agua en el púlpito.

(e) Traslado de niños a la Escuela Dominical. Los ujieres prestarán su ayuda para que, al terminar
el tiempo de alabanza, el paso de los niños a la Escuela Dominical se haga rápida y silenciosamente.

(f) Dirección del culto. Los ujieres se preocuparán de que el que dirige el culto tenga un vaso de
agua en el púlpito. Además, estarán atentos a sus indicaciones y le prestarán ayuda cuando se
requiera. Durante el tiempo de alabanza si alguien ha llegado tarde, los ujieres discretamente les
ayudarán a encontrar asiento para no distraer el orden del culto.

(g) Ofrenda. La ofrenda es una forma más de adoración y expresa, junto con los diezmos, la más
tangible indicación de compromiso de los miembros con el Señor. Los ujieres son los encargados de
tener listos los cestos de ofrenda, de asegurar que no faltan “sobres de diezmos y ofrendas”, de
recoger y contar la ofrenda en los cultos, así como de entregársela al Tesorero de la iglesia.

(h) Momentos de meditación. En los momentos antes o después del mensaje en que el pastor pida
a la congregación inclinar la cabeza en reverente silencio, los ujieres deben permanecer también en
actitud de reverencia, pero atentos al pastor por si su ayuda fuera requerida en algún momento.

(i) Lectura de las Escrituras. Cada ujier tendrá siempre bien a mano su Biblia (se recomienda lleven
Biblias de tamaño bolsillo que facilite su movilidad) y servirá de ejemplo al resto de la congregación,
siguiendo él mismo la lectura de la Palabra, permaneciendo de pie en la posición que el líder de
ujieres le hubiera indicado.

(j) Actividades especiales en el culto. Los ujieres asistirán a los líderes en la preparación que se
requiera de las actividades especiales en el culto, como obras de teatro, mimo, coro de niños y otras
en las que se requiera el movimiento de personas y cosas, para mantener el orden del culto.
(k) Sonorización. Dentro del grupo de ujieres habrá una o más personas que han sido adiestradas
en el uso y funcionamiento del material de sonido y en la asistencia a colocación de micrófonos e
instrumentos, poniendo especial atención y cuidado al tender los cables de conexión para que nadie
pueda tropezar.

La grabación de mensajes en audio o video es otra de las comisiones de este grupo especializado de
ujieres, así como la asistencia en cantos especiales que requieren el uso de CD, Cosette o mini-disc.

El ujier debe disfrutar del culto, aunque esté pendiente de lo que sucede alrededor. Los ujieres no
deben tomar su función como pretexto para juntarse en la parte de atrás del templo y ponerse a
hablar durante el culto. No hay justificación alguna para esto. El líder de ujieres es responsable de
haberse reunido con los hermanos ujieres, habiendo planificado previamente lo que cada uno debe
hacer y sus responsabilidades durante la reunión. El ujier de una iglesia que se concentra en lo que
está sucediendo en el culto y en el porqué, realizará un trabajo más eficaz y será ministrado
personalmente en el propio culto. Servir de ujier no significa dejar de recibir, ignorar o ser inmunes
a la presencia y la gracia de Dios. Como miembros de la congregación tienen su necesidad espiritual
y deben ser ministrados, pudiendo acudir a los llamamientos. Esto debe hacerse de forma ordenada
y coordinada con el líder de ujieres.

TERCERA: Concentrarse en sí mismo. El concepto de prestarse atención a sí mismo puede parecer


repulsivo, pero el respeto personal y el estar seguro de uno mismo, son virtudes admirables. El ujier
que se concentra en las personas y en el culto, hallará fácil concentrarse en su propia relación con
las dos anteriores. Para que esto pueda entenderse mejor, os indicamos a continuación una lista de
cosas que un ujier debe verificar en sí mismo:

Su aseo:

— Limpieza personal
— Perfume y desodorante
— Boca aseada
— Sin chicle (goma de mascar)
— Cabello arreglado
— Bien afeitados los chicos
— Bien vestidos (con uniformidad entre los ujieres)
— Zapatos limpios
— Camisa y corbata limpias
— Con identificador visible (si procede)

Su tarea:

— Ser puntual
— Nunca dejar su puesto
— No abusar ni usurpar autoridad
— Atención especial a los invitados
— Seguir las instrucciones
Su actitud:

— Orgulloso de ser un ujier (sentido de pertenencia)


— Optimista acerca de su iglesia
— Conversación agradable
— Rostro agradable
— Una actitud no crítica
— Piadoso
— Humilde

EL UJIER DE LA IGLESIA ES UN EMBAJADOR DE AMABILIDAD

Debido a que los contactos de los ujieres se hacen directamente con las personas de manera
individual, es importante que aprendan a pensar con amabilidad y comprensión acerca de ellas. No
debe esperar demasiado de los demás. Un ujier eficiente aprende cómo aceptar a las personas como
son, en vez de como él quisiera que fueran. Por ejemplo, ya que la naturaleza de los adolescentes
es ser irreflexivos, inestables, fastidiosos y hasta rebeldes, el ujier no los ayudará a ellos ni a la iglesia,
criticando o teniendo pensamientos poco amables sobre ellos. Dejar que los adolescentes o los
niños sean como son, puede ser de más ayuda que leerles la “cartilla” de deberes. El ujier debe
informar al pastor y a su líder de ujieres de las irregularidades que detecte, pero nunca debe tomarse
como personal un problema o situación, ni tomarse la justicia por su mano, ni leer la cartilla a nadie.
Antes bien, debe hacerse respetar con amabilidad y dando ejemplo. El ujier logra el respeto de los
hermanos con su trato dulce, amable y educado. A través de la imposición y autoritarismo no se
consigue nada de nada. Más bien se logra que los demás no le respeten a uno. Por el contrario, se
consigue más a través de una actitud conciliadora y comprensiva. No entre nunca en discusiones
vanas y ofrezca siempre “La respuesta mansa aplaca la ira”.

Otro grupo especial en la iglesia son las personas mayores. Ellos necesitan más seguridad que los
adultos que tienen una familia activa. Estar consciente de sus necesidades especiales -problemas
auditivos y visuales, necesidad de acompañarlos al cuarto de baño, etc.- puede ser como el vaso de
agua fría que damos en el nombre de Jesucristo.

Probablemente, las personas más necesitadas en un culto son las que visitan la iglesia por primera
vez. Cada uno tenemos nuestra propia experiencia personal y conocemos historias lamentables
sobre ujieres y su encuentro con personas que visitan por primera vez la iglesia. No cuesta
demasiado decir: “¡Hola!”. Una sonrisa de bienvenida -” Bienvenido a nuestra iglesia. Le
agradecemos su visita. Nos gustaría que disfrute del culto de hoy”– le puede dar tanta seguridad a
un visitante como una cuerda salvavidas a un hombre en aguas profundas. Una palabra de
presentación con uno o dos miembros de la iglesia pueden hacer la diferencia entre la ansiedad y la
feliz adaptación de un nuevo visitante. Además, el ujier entregará a cada persona que nos visite la
“hojita de bienvenida” para que nos indique su nombre, dirección y teléfono de contacto. Recogerá
las hojitas de bienvenida y las entregará al Líder de ujieres, quien ya sabe lo que debe hacer con
ellas (Libro de registro y seguimiento de contactos). Los ujieres realizarán además un recuento de
todos los asistentes a cada culto, diferenciando entre: adultos, niños y visitas.

Estos datos nos ayudarán a realizar un buen seguimiento de la actividad de nuestra iglesia en el
tiempo. Pero requiere de ujieres disciplinados que tengan la paciencia de contar y anotar estos datos
en cada culto.
La amabilidad en la conversación es algo que puede desarrollarse por los ujieres que lo intentan.
Declaraciones negativas que tienden a juzgar y parecer críticas son lo opuesto a la amabilidad.
Tampoco utilices las bromas o los chistes, si no tienes la confianza suficiente con una visita, ya que
te pueden malinterpretar. Aquí hay algunos ejemplos:

1. Negativo: “¡Imposible, usted no puede pasar ahora!” Positivo: “Permítanos un momento y le


buscamos asiento”.

2. Negativo: “Llegó tarde, ahora tiene que sentarse en la parte de atrás”. Positivo: “Como el culto
ha comenzado, tenemos un lugar para usted cerca de la parte de atrás”.

3. Negativo:” No se puede quedar aquí por donde todos pasan”. Positivo: “¿Podría pasar para acá
donde los demás no interfieran su conversación?”

4. Negativo: “A su edad, me imagino que no puede oír bien”. Positivo: “Tenemos buenos lugares en
la parte de adelante donde todos pueden ver y oír mejor”.

5. Negativo: “¡Eh chicos, callaos!” Positivo: “Muchachos, por favor ¿podrían ayudarnos a mantener
el orden y reverencia en el culto?”

Hay una palabra final de precaución acerca de expresar amabilidad: Los ujieres deben tener cuidado
de no colocar las manos sobre las personas con el fin de persuadirlas o expresar familiaridad, porque
puede ser malinterpretada. Deja que la amabilidad proceda del corazón y no de las manos.

SENTANDO A LAS PERSONAS

Una de las principales funciones del ujier, es sentar a las personas. Se les debe sentar así:

En primer lugar, los ujieres deben llegar por lo menos treinta minutos antes de la hora del culto para
recibir instrucciones y su tarea concreta en la puerta y pasillo o área correspondiente, de parte del
líder de ujieres. Después de revisar el archivo para asegurarse de que hay suficientes sobres,
himnarios, Biblias, lápices y otros materiales, y que éstos están en su lugar, el ujier toma su paquete
de boletines de la iglesia y comienza sus responsabilidades de sentar a las personas con la llegada
de las primeras personas. Esas asignaciones de posiciones y áreas de responsabilidad siguen hasta
el final del culto.

En segundo lugar, los ujieres sentarán a las personas lo más cerca posible del frente y del centro,
como parezca apropiado. Los asientos de atrás siempre pueden llenarse con las personas que se
han retrasado, pero a menudo es difícil lograr la cooperación de los que llegan tarde para sentarlos
en frente. Acomodar a las personas de atrás hacia el frente es una técnica muy pobre. Muchas
iglesias emplean cuerdas para reservar los últimos tres bancos para los que llegan tarde. Sin
embargo, si alguien insiste en sentarse cerca de la parte posterior, es mejor tenerlo atrás que no
tenerlo en ningún lugar.

En tercer lugar, cuando las personas llegan al pasillo para que se les siente, el ujier les dará un
amistoso saludo y les sugerirá su plan para sentarlos. Por ejemplo, puede decirles: “Me gustaría
sentarlos cerca de la mitad.” O: “Tengo dos lugares al lado del pasillo”. “Creo que disfrutará del culto
si está sentado cerca de la parte de adelante”. Las personas normalmente cooperan cuando se les
ofrece amablemente una sugerencia.

Sin embargo, un ujier tiene problemas si cae en la trampa de preguntarle a alguien: “¿Dónde le
gustaría sentarse?” Eso puede llevar al visitante a la misma clase de dilema que algunos enfrentan
al elegir el menú. Por tanto, la iniciativa en la sugerencia debe hacerla el ujier.

En cuarto lugar, el ujier caminará lentamente por el pasillo deteniéndose en el banco donde sentará
a las personas y formará una pequeña puerta en el lugar donde va a sentarlas, poniendo la mano en
el respaldo de la silla de enfrente. Si el ujier camina demasiado rápido, las personas se quedarán
detrás y se sentirán muy solas. Entonces buscarán un lugar más cerca de la parte de atrás y dejarán
al ujier caminando solo. Hay dignidad en caminar despacio, y las personas están lo suficientemente
cerca para susurrar alguna pregunta o palabra de instrucción al ujier, si es necesario.

En quinto lugar, hay dos reglas fundamentales para sentar a la congregación: (1) El ujier nunca
permite que ninguna distracción le impida estar al tanto de las personas que llegan a su pasillo. El
nunca deja su lugar o cae en la desatención. (2) Un ujier nunca señala a un lugar y envía a las
personas a sentarse por sí mismas. Él les muestra personalmente los asientos.

En sexto lugar, hay varias maneras de estar seguro, de que un ujier está disponible a la cabeza del
pasillo, a cualquier hora, para sentar a las personas. En las iglesias grandes que tienen largos pasillos,
se necesitan dos ujieres para cada pasillo. En esos casos, un ujier, algunas veces, está a la cabeza del
pasillo saludando a las personas y dirigiéndolas luego, al otro ujier que está a mediación del pasillo,
preparado para sentarlas. En otras iglesias, se coloca un ujier ambulante en medio de dos pasillos y
camina para ayudar a sus colegas cuando es necesario. Este ujier ambulante, en realidad trabaja en
dos pasillos de la iglesia. En las iglesias pequeñas sólo se necesita un ujier por pasillo. El líder de
ujieres es el responsable de definir el número de posiciones y áreas de responsabilidad de caja ujier.

LA OFRENDA DE LA IGLESIA

Al menos desde los días de Pablo, recoger una ofrenda en la iglesia ha sido parte de la adoración:
“En cuanto a la ofrenda…cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo,
según haya prosperado” (1 Co16:1,2).

En primer lugar, es pasar al frente en orden: En un culto normal, la ofrenda la deben pasar al menos
dos ujieres. Durante el tiempo de la ofrenda, la congregación suele distraerse y aprovechan para
conversar. Con el fin de que esto no suceda generándose un cierto desorden, los ujieres pasarán al
frente con rapidez.

FUNCIONES DIVERSAS

Anuncios e informes: Los ujieres tienen la responsabilidad de preparar el Boletín de la iglesia, en


coordinación con el pastor y los líderes de cada ministerio (Damas, Jóvenes, Escuela Dominical,
Tesorero, etc.). Se encargarán de su preparación, impresión, producción del número de copias
necesario y su distribución antes del culto.

Proyector de pantallas: Los ujieres deben conocer los cánticos espirituales que se cantan
habitualmente en la iglesia, mantener bien ordenado y al día el fichero de transparencias y
coordinarse con la persona que va a dirigir la alabanza, para tener todo preparado antes del culto.
Durante el tiempo de alabanza, uno de los ujieres se encargará de proyectar la letra de los cantos
que se hayan seleccionado. Cuando hay nuevas canciones que incorporar, el ujier responsable toma
nota de ellas y se encarga de crear las transparencias correspondientes. Es conveniente disponer
además de Himnarios, con la letra de las canciones habituales. Éstos pueden usarse de forma regular
o en la eventualidad de que el proyector no funcione.

Inscripción de los invitados: Los ujieres son responsables de distribuir las hojitas de bienvenida a
los invitados y visitas. Algunos invitados no quieren ser identificados; y en ese caso debe respetarse
su privacidad. Una buena sugerencia es que la persona que ha traído al invitado le entregue
personalmente la hojita de bienvenida. Lo importante es hacer que los invitados se sientan
bienvenidos.

Tratar con personas problemáticas: Borrachos, pandilleros y otros tipos de sujetos algunas veces
entran en la iglesia con la esperanza de obtener los beneficios del humanitarismo cristiano. Esas
situaciones deben manejarse con amabilidad cristiana, pero con firmeza, sin involucrar al pastor.
Muchas iglesias de ciudad, que han tenido una gran cuota de esa clase de problemas, tienen
procedimientos ya establecidos y los ujieres los conocen bien.

Procedimientos de emergencia: La actuación de los ujieres en situaciones de emergencia como una


enfermedad física, fuego, un apagón y otras, deben estar planificadas de antemano, de forma que
todos saben lo que hay que hacer. Los teléfonos de la policía, bomberos, ambulancias y servicios
médicos deben estar accesibles. Extintores de incendios, luces de emergencia, linternas, etc. deben
estar a la mano. Y aún más importantes son los procedimientos a seguir por los ujieres en cada caso.

Problemas de estacionamiento: Cuanto más grande sea la iglesia, tanto mayores serán los
problemas de estacionamiento. Hay situaciones en que algún vehículo queda mal estacionado y
comienza a escucharse el molesto sonido del claxon. Los ujieres deben avisar rápida y discretamente
al propietario del vehículo para que proceda a retirarlo y estacionarlo correctamente.

Cena del Señor: En algunas iglesias los ujieres participan en la distribución de los elementos de esta
celebración. En general, se emplean las mismas técnicas usadas en la recogida de la ofrenda. Sin
embargo, en este servicio, se requieren más personas debido a la doble distribución de pan y vino.
Deben prepararse totalmente los detalles de ese culto entre el pastor y el líder de los ujieres. El
propósito de esa distribución es servir a todos lo más pronto posible, pero en una atmósfera
reverente.

Control de registros: Los registros exactos de asistencia se consideran responsabilidad de los ujieres
en muchas iglesias. Entre las cosas que forman parte del archivo de los ujieres están incluidos los
formularios de registros. De esta forma podrá saberse cómo evoluciona la iglesia en el tiempo. Es
importante tomar ese registro de la manera más discreta posible. A algunas personas no les gusta
que se les cuente y el proceso puede también llegar a ser una distracción al culto.

Presentación de niños: En los cultos en los que hay presentación de niños, suelen haber bastantes
visitas. Es importante que los ujieres coordinen bien la atención de los familiares y visitas para que
puedan disfrutar del culto, reservando previamente los asientos de familiares y amigos de la criatura
que va a presentarse, recibiéndolos y orientándolos de forma especial a su llegada al templo.

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