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Patrimonio

En este nuevo código se refiere al patrimonio mencionándolo en el art. 15 y establece “las


personas son titulares de los derechos individuales sobre los bienes que integran su
patrimonio”. Es el conjunto de los bienes de una persona (c. de velez).

La palabra bienes tiene dos acepciones uno amplio que comprende a los objetos materiales
susceptibles de valor económico (cosas) y también comprende a los objetos inmateriales
también susceptibles de valor económico (los derechos) y en sentido restringido se hace
referencia únicamente a los objetos inmateriales susceptibles de valor económico
(derechos).

Cuando se habla de patrimonio como conjunto de los bienes de lo que es titular, la palabra
bienes esta tomado en sentido restringido. Las cosas materiales no forman directamente el
patrimonio.

El patrimonio desde su origen ha sido una expresión perfectamente fungible con la de


“pertenencia material” o “fortuna” de una persona. En el ámbito jurídico no representa mas
que un recurso instrumental, de recortada y limitada utilidad dentro del marco de la
responsabilidad del deudor.

BIENES:

Restringido: Derechos.

Amplio: Cosas+derechos.

Naturaleza Jurídica

Tenemos que referirnos a la doctrina clásica, es la que habla del patrimonio como atributo
de la personalidad. El patrimonio no es más que una continuación o consecuencia, una
prolongación de la personalidad de la muerte. Significa que no hay persona sin patrimonio.

Durante el siglo XIX, la universidad francesa de Estrasburgo (docentes Aubry y Rau),


desplegaron un concepto de patrimonio, que configuraba, en su concepción y posterior
desarrollo, una verdadera abstracción jurídica, es decir, una idea extraída de un conjunto
lograda como resultado de un ejercicio en el que jugaban sus roles fundamentales, la
personalidad del individuo y los objetos exteriores con los que aquél debía vincularse.
Existía un pleno convencimiento entre la personalidad y patrimonio, ya que este era en su
más alta expresión la personalidad misma del hombre considerada en sus relaciones con
los objetos exteriores.

Su teoría se basaba sobre dos construcciones:

a) El patrimonio es una universalidad jurídica distinta de los elementos que la


componen.

b) El patrimonio supone la capacidad jurídica de su titular para ampliar su integración,


esto es, que no solo significa lo que efectivamente tenemos sino todo aquello que
podremos tener o adquirir en el futuro.
Como resultado de las premisas esenciales que conformaron la teoría, se le reconocen los
siguientes caracteres:

1) El patrimonio es único e indivisible. Esta unidad es consecuencia de la unidad del


sujeto: el patrimonio sólo es patrimonio en la medida que lo es un sujeto.

2) Sólo las personas pueden tener un patrimonio. De esta idea debe concluirse que
una masa de bienes no podrá concebirse como entidad patrimonial por su finalidad o
destino.

3) Toda persona no puede tener mas de un patrimonio, y a su vez lo posee, esencial y


necesariamente, aunque carezca realmente de bienes, porque conserva la facultad de
adquirirlos.

4) El patrimonio es intransmisible en vida porque nadie puede despojarse de su


personalidad, salvo en el caso de la muerte.

5) Solamente los derechos susceptibles de apreciación pecuniaria integran el


patrimonio.

Crítica de la teoría clásica

En un tipo de simplificación, podemos decir que el sistema desarrollado por Aubry y Rau
descansa sobre la relación que existiría entre personalidad jurídica y el patrimonio,
configurando éste un atributo o una expresión de aquella.

Los caracteres que se le adjudican al patrimonio son motivos de serias objeciones; cuando
se dice que el patrimonio ha de ser uno, inherente, indivisible, e inajenable, la realidad de
cada día, advertida por la moderna doctrina, nos muestra la inutilidad práctica de estos
pretendidos presupuestos.

· Indivisibilidad: Si consideramos que el patrimonio no es pura suma de adicción de


elementos concretos, sino un arquetipo ideal que engloba los derechos de una persona
con un valor pecuniario, llegamos a la conclusión que el único género de
fraccionamiento, será la división por cuotas ideales (o partes alícuotas) y nunca una
división material y concreta. No obstante, la divisibilidad del patrimonio es evidente, si
tenemos en cuenta lo que ocurre, por ejemplo, en las transmisiones mortis causa y con
los bienes del causante. Es decir, el patrimonio está compuesto por la totalidad de
bienes de una persona actuales y futuros con independencia de su consideración en
concreto. Siempre va a ser igual a si mismo.

· Necesidad: Afirmar la inherencia del patrimonio, que la propiedad existe a favor de


todos, que el mismo mendigo es propietario de los harapos que lo cubren encierran un
sarcasmo, producto de un pensamiento irreal que reduce la propiedad a un concepto
puramente formal. Una persona que carece de todo no puede decirse seriamente que
tenga un patrimonio, es decir, toda persona tiene su patrimonio.

· Unidad: Íntimamente ligado con la indivisibilidad se incluye la cualidad unitaria del


patrimonio, en virtud de la cual toda persona tiene un patrimonio y sólo uno, aunque
nada tenga, de manera que no cabe imaginar ni admitir que una persona ostente dos o
más patrimonios. No obstante, cada día es más frecuente la presencia de patrimonios
diferentes y separados, a cargo de un mismo titular.

· Inenajenabilidad: La alienación del patrimonio como unidad que engloba bienes


presentes y futuros, conforme a la doctrina personalista, en principio, resultaría
imposible; la razón es que nadie puede disponer de su patrimonio del mismo modo que
nadie puede enajenar su personalidad. Es decir, esta fuera del comercio. No puede ser
transmitido por actos entre vivos. Si pueden transmitirse los bienes individualmente
considerados.

Cuestión sobre su consideración como atributo

Para la teoría clásica de Aubry y Rau, jurídicamente el patrimonio se entendía no solamente


lo que existía en el acto o presencia, sino también todo aquello que podía resultar del
despliegue de nuestras aptitudes con relación a la adquisición de derechos patrimoniales,
es decir, nuestra potencialidad económica.

“Hemos de hacernos la idea de una caja, es decir, de un continente que nada impide que
carezca de contenido”; (fiscus/ canasto). No es el contenido, sino el recipiente ideal que lo
encierra, lo que el derecho toma en consideración al atribuir la capacidad patrimonial. Que
el cesto esté lleno o vacío tiene importancia para los efectos prácticos de la relación, pero
no para los efectos jurídicos; el que contrata sólo compromete su propio cesto, siendo
asunto de la contraparte preocuparse por su contenido.

Aquí se halla la parte mas contradictoria de la construcción, porque identifica a un poder o


facultad de a persona con los bienes mismos sobre lo que ese poder ejerce. Es decir, se
superponen dos facetas diferentes del patrimonio: la capacidad patrimonial con el
patrimonio como conjunto de bienes. La doctrina clásica confunde la aptitud para tener un
patrimonio o sea lo que nosotros hemos llamado capacidad de derecho o goce, con el
hecho real de tener un patrimonio; en la vida social hay hombres que nada tienen.

Los bienes, aunque se los considere una universalidad independiente, se sitúan en un plano
distinto de la persona, como otro término o factor de una relación jurídica, en que la persona
constituye el sujeto y los bienes del objeto. El error de origen estuvo quizás en no distinguir
el patrimonio con el derecho a tener un patrimonio que es, efectivamente, una emancipación
de la personalidad y del que no puede ser privado ninguna persona. Por tal razón, no debe
confundirse patrimonio con capacidad patrimonial, confusión que probablemente tenga su
origen en las concepciones filosóficas iusnaturalistas pues a través de esta ideología se
sistematizaron los textos clásicos llegando a conclusiones diferentes del verdadero
concepto romano.

El patrimonio como garantía común de los acreedores

La función dentro del mundo jurídico que cumplen los bienes, con contenido pecuniario de
un sujeto, es la de garantizar los créditos. Así, esta función de garantía establecida en el
artículo 242 es una novedad dentro del sistema normativo en razón que en el anterior
código no contaba con una norma específica que lo expresase.

La mayoría de los códigos vigentes han incluído el principio de la garantía colectiva. En


nuestro país, los proyectos de la reforma total del código civil de los años 1936, 1954, 1987
y 1998 también incluían una regla en ese sentido.

El código civil y comercial lo ha incluído con la siguiente fórmula: “Todos los bienes del
deudor están afectados al cumplimiento de sus obligaciones y constituyen la garantía
común de sus acreedores, con excepción a aquellos que este código o leyes especiales
declaren inembargables o inejecutables.” art 242 1°parte.
Se esconde una prueba sobre el propio linaje de la responsabilidad patrimonial ya que si se
respondiera por el incumplimiento éste resultaría el supuesto jurídico que desataría el
cúmulo de consecuencias que conlleva toda conducta antijurídica. En cambio si se
responde del cumplimiento es porque dicha responsabilidad se contrajo desde el nacimiento
de la obligación y en la oportunidad en el que el deudor asumió el deber de cumplir, es
decir, que la responsabilidad existiría desde antes del incumplimiento, sin perjuicio que éste
constituya el supuesto jurídico o conducta antijurídica que pone en acción el despliegue
concreto de esa responsabilidad.

Se cree que el patrimonio del obligado responde en caso de incumplimiento, pero es


necesario abstenerse de aludir aqui a la noción de garantía, pues, en sentido técnico, ésta
no existe. Si en relación con tal precepto, alguna vez se emplea la palabra garantía, debe
entenderse en el sentido de solvencia del deudor y como posibilidad de embargo en la
ejecución instada por el acreedor. Como veremos más adelante, la garantía supone un
refuerzo especial que puede añadirse a algunos créditos, por lo cual quedaría excluida
como medio para identificar una característica común a todas las acreencias.

Patrimonios Especiales

Los patrimonios especiales están compuestos por una pluralidad de relaciones separadas y
distintas de otras relaciones de sujeto, aglutinadas mediante la creación de un centro
independiente de imputación que comprende y excede lo relativo a la garantía y
responsabilidad y por lo tanto, impone la creación de un patrimonio nuevo y distinto en
sentido técnico

Este complejo de relaciones es un patrimonio especial, separado del patrimonio personal,


que tiene una función propia de garantía y responsabilidad en conexión con su destino,
análoga a la función general de garantía y responsabilidad que tiene el patrimonio general
del sujeto: sea que la garantía se ofrezca desde el patrimonio autónomo o separado,
exclusivamente, o concurra simultánea, o subsidiariamente, la responsabilidad por las
deudas es su nota esencial y relevante (“los patrimonios especiales autorizados por ley
tienen por garantía los bienes que lo integran” art 242). Así tendríamos un patrimonio
personal, con una responsabilidad patrimonial ilimitada y patrimonios especiales con
responsabilidad limitada al negocio o finalidad emprendida, con los bienes afectados a tales
fines.

No todos los créditos están en pie de igualdad porque tenemos distintas clases de
acreedores (art 242):

❖ Acreedores quirográficos: comunes, aquellos que no están acompañados de ningún


privilegio o preferencia para cobrar.
❖ Acreedores privilegiados: Son aquellos que tienen una preferencia para cobrar su
crédito antes que el resto de los acreedores. Solo pueden ser establecidos por la ley,
son de interpretación restrictiva. Pueden ser de dos tipos: Con privilegio general,
recae sobre la generalidad de los bienes y Con privilegio especial, recae sobre un
bien determinado.
❖ Acreedores con garantía real: Aquellos que tienen hipoteca. También van a cobrar
con preferencia.

Estas categorías se diferencian para el caso en el que el patrimonio sea escaso entonces
primero cobran los privilegiados, luego los con garantía y por último los comunes en el caso
de ser suficiente.

El patrimonio separado tiene sus propias deudas, responde por ellas y no soporta los
defectos de las obligaciones del patrimonio personal; significa que en el mismo sujeto de
derecho existirían dos esferas jurídicas separadas: el patrimonio general de la persona y
otro centro patrimonial con derechos y obligaciones propios, respecto del cual el otro queda
subordinado.

Cada patrimonio especial suele reunir particularidades propias en orden a la normativa legal
que dispuso su creación (requisitos básicos de publicidad, el régimen de administración, la
duración y garantías) no obstante ello, presentan algunos rasgos o caracteres comunes:

a) Se componen de un activo y de un pasivo que los grava limitando, el primero, la


posible acción de sus acreedores.
b) Ostentan un estatus independiente del patrimonio personal de cada uno de los
sujetos que lo comparten, aunque un bien del patrimonio especial, puede ser
adquirido por el personal y viceversa.
c) Poseen una administración diferenciada.
d) Incorporan el aprovechamiento de los frutos y beneficios de sus bienes.
e) Adquieren otros bienes, por su subrogación real, de aquellos precedentemente
salidos.
f) Dejan de existir cuando desaparece el presupuesto fáctico que generó su nacimiento
o al cumplirse el plazo o su cometido especial, retornando a su origen (patrimonio
personal). La temporalidad, por un plazo o una circunstancia determinada, está
particularmente impresa desde su constitución.

Derechos patrimoniales

Derechos: objetivos y subjetivos.

Dentro de los subjetivos tenemos:

➔ Derechos absolutos y relativos


➔ Derechos patrimoniales y extrapatrimoniales
➔ Derecho inalienables y del comercio
➔ Derechos principales y accesorios.

3 Clases de derecho:

➔ Derechos reales
➔ Derechos personales
➔ Derechos intelectuales

Los derechos reales regulan la relación ante una persona y las cosas. Son creados
únicamente por la voluntad de la ley. En el art 1887 se establecen: Son derechos reales en
este código:

a) El dominio
b) El condominio
c) La propiedad horizontal
d) Los conjuntos inmobiliarios
e) El tiempo compartido
f) El cementerio privado
g) La superficie
h) El usufructo
i) El uso
j) La habitación
k) La servidumbre
l) La hipoteca
m) La anticresis
n) La prenda

Los derechos personales son aquellos que regulan la relación entre sujeto llamado acreedor
(activo) y otro sujeto llamado deudor (pasivo), quien está obligado al cumplimiento de la
prestación debida, consiste en una obligación de dar, hacer o de no hacer.

A diferencia de los reales no son un número cerrado, no son creados por la ley sino por
acuerdos de parte y pueden existir las partes que crean convenientes por las partes.

En los derechos reales opera la prescripción adquisitiva, no así en los personales, es


adquirir una cosa por el transcurso del tiempo. En los derechos reales no opera la
prescripción liberatoria como si opera en los de derechos personales, es la pérdida del
ejercicio de una acción por el transcurso del tiempo.

En los derechos reales son absolutos, los personales son absolutos.

En los derechos reales tenemos una persona y una cosa y en los personales dos personas.

Bienes y cosas

Bienes: El concepto de “bien” resulta notablemente ampliado en comparación con el código


derogado. Para el Código de Vélez los bienes entendidos en “sentido amplio” abarcan las
cosas (objetos materiales) y los derechos (objetos inmateriales) con valor económico.

Una de las innovaciones dentro del nuevo Código, es la incorporación de una categoría de
objetos de derecho, que no tienen valor económico, sino afectivo, terapéutico, científico,
humanitario o social. El valor configura un elemento de la tipicidad de la noción de bien.

Ahora, la nueva legislación expande el concepto de bienes y regula:

➢ Los derechos individuales de las personas sobre los bienes que integran su
patrimonio ( arts. 15, 16, 225, 235 y ss. y 18822 y ss.)
➢ Los derechos individuales que las personas poseen sobre el cuerpo humano o sus
partes ( art. 17 CCyC).
➢ Los derechos de las comunidades indígenas sobre bienes comunitarios ( art. 18
CCyC).
➢ Los derechos de incidencia colectiva (arts, 14, 240, 241 CCyC).

Cosas: Las cosas son bienes materiales que tienen valor económico. Existiendo distintas
clasificaciones.

Cosas inmuebles y muebles: La principal clasificación de las cosas es aquella que las divide
en muebles e inmuebles. Asu vez, en materia de cosas inmuebles existe una
subclasificación que las separa en cosas inmuebles por su naturaleza y cosas inmuebles
por accesión. Mientras que las cosas muebles no se clasifican , ya que ellas solo pueden
existir por su naturaleza (art. 227). El criterio de distinción radica en la posibilidad o
imposibilidad de trasladarse de un lugar a otro ya sea por sí misma o por una fuerza
exterior. Muebles son aquellas que se pueden trasladar o mover de un lugar al otro por sí
mismas. Inmuebles son las que no se pueden trasladar de un lugar al otro ni por sí mismas
ni por algo exterior.
La clasificación cobra sentido porque tienen una regulación diferente en; la transmisión de
su propiedad, los gravámenes que puedan aplicarseles y su prescripción adquisitiva.

❖ Inmuebles por naturaleza: Son inmuebles por naturaleza el suelo, las cosas
incorporadas a él de una manera orgánica y las que se encuentran bajo el suelo sin
el hecho del hombre.

La única cosa realmente inmóvil es el suelo, pero no resulta inadecuado que la


norma califique como inmuebles por naturaleza a otras cosas. Es claro que esta
inmovilización termina cuando son retiradas del suelo. Ejemplo de ello son los
minerales.

En cuanto a las cosas incorporadas al suelo de manera orgánica, para que se


consideren inmuebles es necesario además; que los vegetales estén realmente
incorporados al suelo, y que dicha incorporación sea estable.

❖ Inmuebles por accesión: Son inmuebles por accesión las cosas muebles que se
encuentran inmovilizadas por su adhesión física al suelo, con carácter perdurable.
En este caso, los muebles forman un todo con el inmueble y no pueden ser objeto
de un derecho separado sin la voluntad del propietario.

❖ Cosas muebles: Son cosas muebles las que pueden desplazarse por sí mismas o
por una fuerza externa.
➔ Cosas divisibles e indivisibles: Son cosas divisibles las que pueden ser
divididas en porciones reales sin ser destruidas, cada una de las cuales
forma un todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes como a la cosa
misma. Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en
antieconómico su uso y aprovechamiento. En materia de inmuebles, la
reglamentación del fraccionamiento parcelario corresponde a las autoridades
locales.

Una cosa es “jurídicamente” divisible cuando ella es susceptible de ser


dividida material y económicamente. La finalidad de la norma es no volver
antieconómico la explotación de una fracción y esto dependerá de las
características de la tierra. A mayor fertilidad del suelo, mayor será la
posibilidad de fraccionamiento. Es por ello que se deriva la reglamentación
hacia las autoridades locales.

➔ Cosas principales y accesorias: Son cosas principales las que pueden


existir por sí mismas.

Son cosas accesorias aquellas cuya existencia y naturaleza son


determinadas por otra cosa de la cual dependen o a la cual están adheridas.
Su régimen jurídico es el de la cosa principal, excepto disposición legal en
contrario. Si las cosas muebles se adhieren entre sí para formar un todo sin
que sea posible distinguir la accesoria de la principal, es principal la de
mayor valor. Si son del mismo valor no hay cosa principal ni accesoria.

La idea que preside la distinción es que las cosas accesorias siguen la suerte
de la principal. De allí que, quien es propietario de la cosa principal lo es de
la accesoria. La accesoriedad se puede dar por “dependencia” o por
“adhesión”.
➔ Cosas consumibles y fungibles: Son cosas consumibles aquellas cuya
existencia termina con el primer uso. Son cosas no consumibles las que no
dejan de existir por el primer uso que de ellas se hace, aunque sean
susceptibles de consumirse o deteriorarse después de algún tiempo.

Son cosas fungibles aquellas en que todo individuo de la especie equivale a


otro individuo de la misma especie, y pueden sustituirse por otras de la
misma calidad y en igual cantidad.

La fungibilidad involucra el poder de sustitución. Son reemplazables por


otras. La característica central de las cosas fungibles, es su falta de
individualidad.

➔ Frutos y productos: Frutos son los objetos que un bien produce, de modo
renovable, sin que se altere o disminuya su sustancia. Frutos naturales son
las producciones espontáneas de la naturaleza.

Frutos industriales son los que se producen por la industria del hombre o la
cultura de la tierra.

Frutos civiles son las rentas que la cosa produce.

Las remuneraciones del trabajo se asimilan a los frutos civiles.

Productos son los objetos no renovables que separados o sacados de la


cosa alteran o disminuyen su sustancia.

Los frutos naturales e industriales y los productos forman un todo con la


cosa, si no son separados.

Las cosas pueden producir frutos y productos, el objeto resultante puede


serlo de modo renovable o no renovable y a su vez implicar o no una
disminución o alteración de la sustancio de la cosa generadora dando lugar a
estas dos categorías.

Los frutos naturales, industriales y civiles son los que la cosa produce de
modo renovable y sin que se altere su sustancia. Los productos por su parte,
no son reproducidos por la cosa de la cual. Son los objetos no renovables,
que al ser separados de la cosa importan una alteración o disminución de la
sustancia.

➔ Bienes inenajenables: Están fuera del comercio los bienes cuya


transmisión está expresamente prohibida: a) por la ley; b) por actos jurídicos,
en cuanto este Código permite tales prohibiciones.

Aquí el criterio de distinción se encuentra en la posibilidad o no, de ser


enajenados. Esta prohibición que puede ser legal o voluntaria; puede a su
vez ser absoluta o relativa. Es absoluta, si el bien no puede ser transmitido,
en cambio es relativa si necesita de alguna autorización previa para su
enajenación.

Asimismo, cuando se restringe la posibilidad de enajenar algunos bienes, no


significa que los mismos no puedan ser objeto de otros negocios jurídicos
que no lleve la transmisión de la propiedad de los mismos, como podría ser
una locación. concesión de uso, etc.
Los bienes en relación con las personas:

❖ Bienes pertenecientes al dominio público: Art. 235: Son bienes pertenecientes al


dominio público, excepto lo dispuesto por leyes especiales:

a) el mar territorial hasta la distancia que determinen los tratados internacionales y la


legislación especial, sin perjuicio del poder jurisdiccional sobre la zona contigua, la
zona económica exclusiva y la plataforma continental. Se entiende por mar territorial
el agua, el lecho y el subsuelo;

b) las aguas interiores, bahías, golfos, ensenadas, puertos, ancladeros y las playas
marítimas; se entiende por playas marítimas la porción de tierra que las mareas
bañan y desocupan durante las más altas y más bajas mareas normales, y su
continuación hasta la distancia que corresponda de conformidad con la legislación
especial de orden nacional o local aplicable en cada caso;

c) los ríos, estuarios, arroyos y demás aguas que corren por cauces naturales, los
lagos y lagunas navegables, los glaciares y el ambiente periglacial y toda otra agua
que tenga o adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés general,
comprendiéndose las aguas subterráneas, sin perjuicio del ejercicio regular del
derecho del propietario del fundo de extraer las aguas subterráneas en la medida de
su interés y con sujeción a las disposiciones locales. Se entiende por río el agua, las
playas y el lecho por donde corre, delimitado por la línea de ribera que fija el
promedio de las máximas crecidas ordinarias. Por lago o laguna se entiende el
agua, sus playas y su lecho, respectivamente, delimitado de la misma manera que
los ríos;

d) las islas formadas o que se formen en el mar territorial, la zona económica


exclusiva, la plataforma continental o en toda clase de ríos, estuarios, arroyos, o en
los lagos o lagunas navegables, excepto las que pertenecen a particulares;

e) el espacio aéreo suprayacente al territorio y a las aguas jurisdiccionales de la


Nación Argentina, de conformidad con los tratados internacionales y la legislación
especial;

f) las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública
construida para utilidad o comodidad común;

g) los documentos oficiales del Estado;

h) las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos.

Son aquellos que están afectados al uso y goce de la comunidad en general, son de uso
gratuito por parte de la comunidad excepcionalmente puede cobrarse algo, y están
destinados a la satisfacción de necesidades públicas como por ejemplo el esparcimiento.
(art 235, mención de algunos). Estos bienes son imprescriptibles inembargables e
inenajenables, es decir, no se pierden por el transcurso del tiempo y no opera respecto a
ellos la prescripción adquisitiva (cuando una persona ocupa un inmueble y después de
mucho tiempo ya es mío). No son objeto de medida cautelar alguna, está fuera del
comercio.

❖ Bienes del dominio privado del Estado: Art. 236: Pertenecen al Estado nacional,
provincial o municipal, sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales:
a) los inmuebles que carecen de dueño;

b) las minas de oro, plata, cobre, piedras preciosas, sustancias fósiles y toda otra de
interés similar, según lo normado por el Código de Minería;

c) los lagos no navegables que carecen de dueño;

d) las cosas muebles de dueño desconocido que no sean abandonadas, excepto los
tesoros;

e) los bienes adquiridos por el Estado nacional, provincial o municipal por cualquier
título.

Son aquellos cuyo titular es el estado sea nacional provincial o municipal, como sujeto de
derecho privado, por lo tanto, se trata de un verdadero derecho de dominio regido por las
normas del derecho privado.

❖ Bienes de los particulares: Art. 238: Los bienes que no son del Estado nacional,
provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o municipal, son bienes de los
particulares sin distinción de las personas que tengan derecho sobre ellos, salvo
aquellas establecidas por leyes especiales.

Bienes en relación a los derechos de incidencia colectiva:

El CCyC reconoce dos categorías de derechos: individuales y de incidencia colectiva. Al


reconocer en su art. 14, establece que la ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos
individuales cuando pueda afectar el ambiente y a los derechos de incidencia colectiva en
general.

Con ello, se fija el principio general respecto a que el ejercicio de los derechos individuales
que cada persona tiene sobre los bienes que pertenecen al dominio público, el dominio
privado del Estado y a los bienes de los particulares que integran su patrimonio, debe ser
compatible y sin causar daño a los derechos de incidencia colectiva.

Límites al ejercicio de los derechos individuales: La limitación de los ejercicios de los


derechos individuales cuando puede existir una afectación a los derechos de incidencia
colectiva ambiental, surge atento a que estos últimos son aquellos que garantizan a la
humanidad una vida digna y sustentable a futuro.

Esta limitación surge expresamente en el art. 240 del CCyC, el cual establece: El ejercicio
de los derechos individuales sobre los bienes mencionados en las Secciones 1ª y 2ª debe
ser compatible con los derechos de incidencia colectiva. Debe conformarse a las normas
del derecho administrativo nacional y local dictadas en el interés público y no debe afectar
el funcionamiento ni la sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna, la
biodiversidad, el agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros, según los criterios
previstos en la ley especial.

El precepto legal es claramente la nueva manifestación en el ejercicio de los derechos


subjetivos, en este caso, de aquellos derechos que tengan sus titulares sobre los bienes
que pertenecen al dominio público, al dominio privado del Estado y a los bienes de los
particulares que integran su patrimonio, cuando al ejercerlos afecten derechos de incidencia
colectiva ambiental, los que vienen a tener protección legal en la normativa Iusprivatista.

Ante el ejercicio de estos derechos individuales sobre los bienes mencionados, la norma
exige que el mismo sea: a) compatible con los derechos de incidencia colectiva; b)
conforme a las normas del derecho administrativo nacional y local que se dictaron en el
interés público; c) que no afecte el funcionamiento ni la sustentabilidad de los ecosistemas
de la flora, la fauna, la biodiversidad, el agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros.

El CCyC enmarcado en el denominado “paradigma ambiental”, viene a establecer una


limitación al ejercicio de los derechos subjetivos que se tienen sobre los distintos bienes, a
fin de lograr la sustentabilidad del medio ambiente y en previsión de las generaciones
futuras. No sólo previendo si hay una conducta abusiva en el ejercicio del derecho que
venga a perjudicar a uno o unos en particular, sino a toda la comunidad y aún, a las
generaciones futuras.

Al incorporar el cumplimiento de las normas de derecho administrativo nacional y local que


se dictaron en interés público, el código viene a elevar como principio sine quanon el
cumplimiento de los requisitos mínimos que la normativa jurídica ambiental establece tanto
a nivel nacional como particularmente cada jurisdicción provincial según el ecosistema
propio de la región, con las correspondientes características especiales.

Así, ante un supuesto de eventual afectación a los derechos de incidencia colectiva


ambiental, y donde en principio no surja un incumplimiento a las leyes administrativas, el
juez deberá ponderar si el ejercicio de los derechos individuales se afectan o no, en última
instancia, el funcionamiento y la sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna, la
biodiversidad, el agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros.

Teoría de los hechos Jurídicos

Las relaciones jurídicas nacen, se modifican o extinguen al ritmo de producción de sucesos


o acciones de las que pueden o no participar las personas titulares o extrañas a ellas.

Dicha actuación y participación de los individuos se traduce necesariamente en hechos que


se realizan o en sucesos que de alguna manera afectan a la esfera de sus intereses. Sin
que ocurra algún acontecimiento, natural o humano, no puede producirse alteración alguna
en las esferas de intereses de los particulares.

Y es precisamente al igual que en la física, que no podrá haber nacimiento, modificación o


extinción de una relación jurídica si no existe una causa que produzca dicho efecto.

Así como la modificación de una situación social cualquiera, requiere un antecedente causal
que no puede ser otro que un acontecimiento que haya irrumpido en la realidad,
transformándola; en el campo de lo jurídico también rige este principio y toda alteración de
una relación jurídica debe ser consecuencia de un suceso o acto, anterior o simultáneo, que
irrumpe en la realidad; pero, para que esa modificación se produzca en el ámbito del
derecho, se requiere que la norma contemple el acontecimiento y le adjudique determinados
efectos.

El origen de todas las relaciones que contempla. A lo que acontece, y el derecho capta por
el interés que pueda contar lo llamamos causa: relaciones o situaciones jurídicas. No
cualquier evento genera por si consecuencias jurídicas, no toda situación es captada por el
derecho. El hecho tendrá valor jurídico porque se lo da el derecho. (ejemplo cuando alguien
muere va a tener trascendencia jurídica) (ejemplo me quiebro la mano, pero soy pintor y
tengo seguro).

Potencialmente cualquier hecho puede ser causa o fuente, y puede verse ligado por el
derecho entonces a eso denominamos hecho jurídico. No cualquier hecho al que el derecho
capte y le dé virtud entidad y causa de virtud jurídica pasa a hacer un hecho jurídico.
Concepto

La norma jurídica, considerada en su estructura lógica, es un juicio hipotético que consta de


una previsión y de su correspondiente consecuencia jurídica. Ambos están unidos y
enlazados por un nexo de causalidad normativa.

La norma contempla una hipótesis, denominada supuesto jurídico. Tipos abstractos de


comportamientos que pueden o no producirse. La norma jurídica prevé en abstracto y en
general hipótesis de hecho clasificadas por “tipos” que son los supuestos jurídicos a los
cuales se les asigna efectos o consecuencias jurídicas, de modo tal que entre aquél
supuesto y la correspondiente disposición funciona el nexo que la norma establece.

Se puede decir que los hechos o sucesos (acontecimientos) que existen en la realidad,
cuando encuadran en los elementos previstos en la norma (supuestos jurídicos), producen
las consecuencias en ella descritas, y allí toman el nombre de hechos jurídicos.

Concepto normativo

El cc y c define al hecho jurídico en el art. 257 y establece: “El hecho jurídico es el


acontecimiento que, conforme al ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación
o extinción de relaciones o situaciones jurídicas”

Es decir, define al hecho jurídico como un acontecimiento, puede ser la causa de origen que
a partir de ese hecho nace una cuestión jurídica, puede ser un acontecimiento que
modifique la relación jurídica, puede que el hecho extinga de situaciones o relaciones
jurídicas.

Acontecimiento

Al hablar de acontecimiento, la norma engloba toda una serie de supuestos entre los que se
destacan: hechos, abstenciones, sucesos, situaciones o estados, que pueden provenir del
hombre o de la naturaleza

Se observa claramente y conforme ha sostenido la doctrina mayoritaria que no se cierne a


un hecho material, sino a toda circunstancia, incluidos los estados espirituales, que también
conforman el factum, al que el derecho le hace producir efectos jurídicos. Tal el caso en que
una persona celebra un acto bajo el vicio de error, ya que cree comprar un par de zapatillas
de una marca deportiva de mercado y que son originales, cuando en realidad las mismas no
lo son. En ese caso deviene un efecto, la nulidad del acto por existencia de un vicio de la
voluntad.

Efecto jurídico

La norma al captar el acontecimiento producido en la realidad, le asigna un efecto, que al


ser impuesto por ella se convierte en efecto jurídico.

Los efectos jurídicos que el ordenamiento le hace producir al hecho que capta, consisten en
el nacimiento, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.

Relaciones y Situaciones jurídicas

Estas relaciones, originariamente sociales, al quedar subsumidas dentro de un supuesto


jurídico posibilitan el reconocimiento, a los sujetos de la relación, de facultades o
prerrogativas y los correlativos deberes; así la relación jurídica se reduce a un vínculo que
existe entre dos o más sujetos, en virtud del cual uno de ellos tiene la facultad de exigir a
otro una conducta determinada. Así decimos que la relación jurídica es generadora de
derechos subjetivos.

Se suele emplear los términos “relación jurídica” y “situación jurídica” dentro de parámetros
comunes, por lo tanto resulta necesario diferenciarlos.

a) La posición de Betti, sostiene que se trataría, no más que, de “una diferenciación de


especificación y caracterización”: situación jurídica es el género y la relación jurídica una de
sus especies más destacada y más completamente desarrollada. Reserva a las categorías
o estándares jurídicos de organización , cuyos poderes y facultades tienden a ser ejercidos
indefinidamente en el tiempo.

Similar pensamiento encontramos con Borda, quien nos dice que la situación jurídica son
aquellos hechos que la ley regula de manera uniforme para todos y cita a los derechos
reales, los de familia ya sea patria potestad como los derechos conyugales. En cambio, la
relación jurídica no es un fenómeno inerte, sino en pleno dinamismo. Mientras existe, urge a
determinada persona a practicar el comportamiento debido. Y por esa exigencia, su
duración es relativamente efímera, no concibiéndose que el obligado pueda estar bajo la
sujeción permanente del titular del derecho respectivo.

b) La postura sostenida por elprofesor Zinny, quien dice: “relación jurídica es la situación
jurídica calificada por el vínculo que une: 1) a las personas con las cosas, generandose una
relación real de dominio; 2) a las personas entre sí, generando relaciones personales. La
diferencia entre un vínculo y el otro, dice el aur¡tor que da pie a la clasificación de los
derechos patrimoniales en derechos reales y personales.”

c) Por úlyimo llegamos a la tesitura sintetizada didácticamente por Rivera

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