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Palabras Alusivas Dia de La Tradición
Palabras Alusivas Dia de La Tradición
Fierro.
Algo propio de todas las personas del mundo es que estamos ubicados en la
historia: todos nacimos y vivimos en determinado lugar y en una determinada
época, y estos factores influyen, nos guste o no, en nuestra manera de ver el
mundo, nuestro mundo y todo lo que pasa en él; es decir, se comprende desde
y dentro de determinado contexto. Todos los argentinos por pertenecer a la
misma historia, pertenecemos la misma tradición. Porque compartimos una
historia, compartimos una tradición.
La tradición no es algo que está ahí, enfrente. Sino que es parte de nosotros,
somos nosotros. Conocerla, es conocernos. Tenemos que “dejarnos hablar”
por ella, escuchar qué tiene que decirnos. Comprender, comprendernos es
preguntarle a la tradición, es encontrar el sentido que tiene más allá de ella
misma, es decir, qué sentido tiene más allá del gaucho, del folklore, de la
china con trenzas, del mate y demás
Y tal vez ocurra que ahora estén pensando: “Si, pero no me gusta venir a la
escuela, es difícil, me canso haciendo las tareas” y muchas cosas más. Pero les
cuento algo –y si no me creen pregúntenle a algún mayor-: en la vida pocas
veces nos regalan cosas. Y, segundo, es bueno que aquello que uno logra sea
con el propio esfuerzo, porque sólo así el placer es mayor. Piensen en el
fútbol, a mi no me gustaría salir campeón porque me regalaron un penal.
Antes les decía que además de aprender venimos a relacionarnos con los
demás: con los compañeros, con los profesores, celadores, directivos… con
todos los que de alguna u otra manera tienen que ver con la escuela. Sería muy
lindo que todos tratemos de tirar “este carro” para el mismo lado y me parece
que ese lado es ayudarlos a ustedes a que puedan formarse como personas,
que puedan desarrollar todas las capacidades, que son muchísimas, –aunque
las traten de esconder, se les nota-. Pero no podemos tirar el carro para el
mismo lado si muchas veces no podemos ni hablarnos, nos llevamos mal entre
nosotros o con los chicos del otro curso, o del otro turno e, incluso, con los de
otra escuela.
La escuela tiene que ayudarnos a que podamos conocer más, el que más
conoce es el que más disfruta, el que más goza. Sería muy bueno -y no es un
sueño, esto no es imposible- que disfrutemos cuando aprendemos cosas
nuevas y que también lo hagamos cuando compartimos con los demás. Porque
si disfrutamos lo que estamos haciendo en este momento nos vamos a dar
cuenta que estamos aprovechando nuestro tiempo, que no lo estamos
desperdiciando en cosas que no tienen sentido. Porque la mejor forma de vivir
es siendo consciente de lo que elegimos o no hacer. Eso no tiene precio. Poder
hacernos cargo de nuestra vida no es otra cosa que saber qué queremos y por
qué lo queremos. Sólo así vamos a tener menos chances de que los demás nos
mientan, manipulen, nos lleven por la suya.