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TALLER
DESARROLLO
” La venta de cosa ajena vale, sin perjuicio de los derechos del dueño de la
cosa vendida, mientras no se extingan por el lapso de tiempo”.
Artículo 908:
Podríamos decir entonces que la venta de cosa ajena es aquella en la que quien
vende el bien no es su propietario, sin embargo, por tratarse de un contrato de
compraventa, el vendedor contrae la obligación de transferirle al comprador el
derecho de dominio sobre la cosa vendida, por tanto, y para los fines relacionados
con la celebración del contrato y su validez, es del todo indiferente que el
vendedor sea o no dueño en el momento de perfeccionarse dicho contrato.
Cabe anotar que el incumplimiento no es un motivo que conduzca a la nulidad del
contrato, pues, para el incumplimiento de una obligación contractual existen
procesos amparados por la ley para subsanar la obligación que se contrajo
válidamente. Por tanto, nada impide legalmente que una persona venda una cosa
ajena, si se considera que posteriormente podrá adquirirla del verdadero dueño;
entonces, si se entrega a otro una cosa ajena, y el vendedor adquiere después el
dominio de la misma, se mirará al comprador como verdadero dueño desde la
fecha de la tradición. Lo importante es que al comprador se le garantice la
propiedad del bien ya sea en el momento o posterior la realización de la tradición.
Por otra parte, se tiene que el Código Civil en su artículo 1893 el contempla el
saneamiento por evicción, el cual ampara al comprador en el dominio y posesión
pacífica de la cosa vendida y obliga al vendedor a responder por los vicios
existentes en el contrato, así pues, se puede decir que el contrato de venta de
cosa ajena, tiene implícitas las obligaciones del vendedor entre ellas el
saneamiento por evicción, ademas permite que se configure como justo título
idóneo para transmitir posteriormente la propiedad, de suerte que el adquirente
entre a ejercer una posesión para activar la prescripción ordinaria.
Para los casos donde la cosa objeto de la compraventa sea un inmueble, y de
acuerdo al artículo 8 de la Ley 1529 de 2012, Estatuto de Registro de
Instrumentos Públicos se admite la inscripción de la enajenación de cosa ajena
como falsa tradición el registrador, sin embargo, en caso que esta situación no
sea expresa en la escritura pública, se emitirá nota devolutiva de la misma.
La Corte Constitucional en la Sentencia C-174 de (2001) al decidir sobre la
exequibilidad del artículo 1871 del Código Civil, señaló, que, si el contrato de
compraventa solo genera obligaciones, la venta de cosa ajena, aunque válida, no
produce efectos para el titular del derecho; mientras que un contrato traslativo
requiere para su validez el consentimiento o la posterior ratificación del verdadero
dueño, por ser modo de adquirir y transmitir el derecho sobre la cosa vendida.
De igual manera la corte señala que la exequibilidad del artículo 1871 del Código
Civil, respecto a la validez de la venta de cosa ajena el vendedor estará obligado
a entregar la cosa y el comprador a pagar el precio, y ambos pueden acudir a la
justicia para exigir el cumplimiento de las obligaciones asumidas.
Según la Corte Suprema de Justicia en Sentencia Referencia: SS-
4128931030022000-00050-01 del (16, abril de 2008) este contrato resulta justo
título que habilitaría para la prescripción ordinaria al comprador que de buena fe
entró en la posesión de la cosa.
En pocas palabras, transcurrido el término de prescripción requerido por la ley
junto con la posesión del inmueble, podría el comprador adquirir el dominio del
bien.
La venta de cosa ajena en Colombia cuenta con una permisividad que en muchas
oportunidades permite que sea confundida y alegada en estrados penales frente a
delitos contra el patrimonio económico, bien sea por estafa o por abuso de
confianza, ya que el contrato de compraventa cumple su función con la entrega de
la cosa, y en ningún momento exige la transmisión del dominio del bien para
finalizar la transacción, dando lugar para que el vendedor, engañe al comprador y
al titular del dominio haciéndolos incurrir en procesos judiciales y perjuicios
económicos.