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Esbozo de proyecto de Etnografía del Estado de Sobriedad en la Candelaria

Ramiro E. Borja M.
borja.ramiro@ur.edu.co

I. Marco teórico

Consumo de drogas: autonomía, heteronomía y dispositivo DP

El literal J del artículo 2° de la ley 30 de 19861 definía la ‘dosis personal’ como la cantidad de
estupefacientes que una persona porta para su consumo. En el caso de la marihuana correspondía a
veinte gramos, cinco en el de la cocaína, un gramo de los derivados de ésta, y dos de metacualona. Se
excluía específicamente toda dosis que se portara para ser distribuida. El artículo 51 de la misma ley
consagraba las penas asignadas al porte de dosis personal. La primera vez el portador era arrestado por
un mes y multado en medio salario mínimo mensual. La segunda y siempre que fuera en el año
siguiente, aumentaba el arresto posible hasta a un año y la multa hasta a un salario del mismo tipo. Sin
embargo, ni la multa ni el arresto aplicaban cuando mediaba un dictamen médico legal que declarase el
estado de drogadicción en el portador sorprendido, simplemente este era internado en un
establecimiento psiquiátrico durante el tiempo que se determinase necesario para la recuperación. La
alternativa al internamiento psiquiátrico era el tratamiento ambulatorio, y la responsabilidad de pagarlo
recaía en el drogadicto mismo o en su familia, dependiendo de su capacidad económica, hasta que un
médico certificaba la recuperación. Este mismo médico debía informar periódicamente a las
autoridades acerca de sus avances. Cuando los pagos cesaban, se hacía efectiva la sanción de
internamiento. Lo mismo operaba tanto para drogadicción como drogodependencia de acuerdo con el
artículo 87.

En 1991 se promulga una nueva Constitución Política. En 1994 el magistrado Carlos Gaviria Díaz
dicta la sentencia C-221 de 19942. Dicha sentencia, conocida como la ‘despenalización de la dosis
personal’, alude directamente a las normas mencionadas. Declara que el artículo 2° se ajusta a la
Constitución, mientras que el artículo 51 y el 87 son inconstitucionales y por ello quedan invalidados.
La sentencia parte de suponer un campo de acción posible para un actor, estaría limitado externamente
por otros campos de acciones posibles para otros actores, internamente por los fines de cada actor.
Según él, la protección jurídica tendría el papel de impedir que cada campo de acción exceda ciertos
límites para posibilitar la acción personal, sin mediaciones externas, orientada hacia la realización de
fines individuales. La libertad se definiría consecuentemente como esa posibilidad y su protección
sería la función esencial del ordenamiento jurídico: disponer la protección de la ‘posibilidad de la
acción’ y no la ‘determinación de la acción’ (resultado posible de la libertad). El ejercicio de la libertad
sería un campo de autodeterminación. En esa lógica el consumo de drogas, mientras sea una acción
autónomamente determinada y no afecte libertades ajenas, sería un ejercicio válido de la libertad
individual. Más que impedir la ocurrencia del consumo, el Estado debería entonces actuar sobre sus
condiciones de realización, verificando que no limiten libertades ajenas. La fijación de dosis personal
sería válida por establecer un monto que distinguiría al consumidor que ejerce su libertad individual
del narcotraficante que afecta libertades ajenas. También lo sería la regulación de circunstancias de
edad, tiempo o lugar donde el consumo tenga vocación de afectar libertades ajenas o de no cimentarse
en el ejercicio de la libertad individual. Los ámbitos normativos apropiados serían normas de policía o
reglamentos institucionales (laborales, disciplinarios, educativos, deportivos, etc.).

¿Bajo qué condiciones son viables las medidas penales en este campo? Una sentencia relevante en este
punto es la C-420 de 2002 con ponencia del magistrado Córdoba Triviño3. Considérese que en

1
Congreso de la República de Colombia. Ley 30 de 1986.
2
Carlos Gaviria Díaz. Sentencia C-221 de 1994. Corte Constitucional Colombiana.
3
Jaime Córdoba Triviño. Sentencia C-420 de 2002. Corte Constitucional Colombiana.
Colombia el consentimiento de la víctima de un delito es un motivo general para que disminuya o
desaparezca la responsabilidad penal de quien lo comete, y el tráfico supone consentimiento tanto que
quién da como de quien recibe la droga. Sin embargo el consentimiento solo atenúa la responsabilidad
penal cuando se predica de bienes jurídicos individuales, que para el caso serían la libertad y salud del
consumidor; no es atenuante cuando se predica de bienes jurídicos colectivos. De acuerdo con la
sentencia, la punibilidad del narcotráfico depende de la afectación concreta de al menos uno de tres
bienes jurídicos colectivos -seguridad pública, salud pública, orden económico y social-, que por
definición son de gran generalidad y abstracción. Por eso dispone que cuando el porte o tráfico de la
dosis personal se da con ánimo de lucro y en presencia o relación con un tercero, se consideran
afectados los bienes jurídicos mencionados. La sentencia del magistrado Bustos del día 18 de
noviembre de 20084 expone un enfoque similar. Se refiere al principio de lesividad, que en términos
generales exige la afectación de bienes jurídicos como condición de punibilidad de una conducta. Por
virtud de tal principio declara que no puede castigarse válidamente el porte, conservación o consumo de
dosis personal, o de cantidades levemente superiores, salvo que se compruebe el ánimo de lucrarse del
tráfico. La sentencia del 8 de julio del 2009, magistrado Ramírez Bastidas5, trata el concepto de ‘dosis
de aprovisionamiento personal’ que extrae de antecedentes de la ley 30 de 1986 en relación con el
principio de lesividad. Razona que los límites de la dosis personal no son estrictos sino que pueden
prolongarse en tanto que el sujeto portador no aparezca con ánimo de lucrarse del tráfico. Mientras no
se porte una cantidad con un peso muy por encima del gramaje legal, la conducta cae dentro del porte
de ‘dosis de aprovisionamiento personal’ y no puede castigarse penalmente. Lo mismo si la droga se
porta en compañía de otros consumidores y se destina a varios consumos.

El día 10 de diciembre de 2009 se aprueba un acto legislativo 6 que ‘prohíbe la dosis personal’ en
Colombia. Establece algunas modificaciones a la Constitución. Se van a establecer ciertas medidas
para que ‘las personas que consuman’ estupefacientes o psicotrópicos7 se rehabiliten. Concretamente se
trataría de medidas profilácticas, terapéuticas o pedagógicas, que requieren el consentimiento
informado del ‘adicto’. Antes que extender la aplicación del orden jurídico, la norma cede espacios a
la autonomía personal. Las medidas o tratamientos administrados por el Estado se darán en la
intersección, de haberla en la forma del consentimiento informado, entre la autonomía personal y la
regulación jurídica. El Estado también fortalecerá ciertos ‘valores y principios’ orientados al cuidado
integral de la salud individual y social. Se trata de dirigir, reglamentar y supervisar la prestación de
servicios de salud a los habitantes por parte de entes públicos y privados. Toda la operación estará
dirigida, reglamentada y supervisada por el Estado, que en últimas decidirá exactamente qué valores y
qué principios promover; sin mencionar el acceso a espacios, personas e información que supone la
vigilancia y control del ‘servicio’. No sería proporcionado denunciar una conspiración totalitaria, pero
veo importante comprender el alcance estratégico que la Prohibición de la Dosis Personal ofrece.

Integral: al sumarse la Seguridad Democrática o a la actual Seguridad Ciudadana, el resultado es un


ataque a La Droga por todos los frentes, incluyendo las mayorías que no consumen. ‘Realista’; no se
propone atacar la voluntad de los adictos sobre sí mismos, por el contrario respeta sus elecciones, a la
vez que protege a la comunidad. Eficiente: aprovecha recursos ya disponibles en la sociedad al
desplegarse en ámbitos públicos y privados. Desde una perspectiva médica experta8, la propuesta
general sería adoptar una solución que abarque el problema lo más ampliamente posible, sin
proponerse resolverlo todo a la perfección, y buscando la mejor relación costo-beneficio. Esta reforma
reciente es un buen ejemplo. Campañas de prevención que transmiten valores preventivos del daño a

4
José Bustos Martínez. Sentencia del 18 de noviembre de 2008. Corte Suprema de Justicia de Colombia.
5
Yesid Ramírez Bastidas. Sentencia del 8 de julio de 2009. Corte Suprema de Justicia de Colombia.
6
Constitución Política de Colombia. Artículo 49.
7
Organización de las Naciones Unidas. Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y
sustancias psicotrópicas, 1988.
8
Augusto Pérez Gómez. ¿'Sociedad libre de drogas' o 'reducción del daño'? Un falso dilema. En Revista Colombina de
Psicología v. 18 n. 1. Bogotá, enero-junio de 2009. [Bogotá, Colombia] 9 de agosto de 2009 [consultado el 11 de noviembre de
2010] http://www.nuevosrumbos.org/documentos/Artic_Sociedad_libre_de_alcohol.pdf
la salud personal o social, mediante instituciones públicas o privadas, como la familia, el trabajo y
centros especializados. Por ahora injustificadamente, llamaré a esto 'dispositivo DP'. Una herramienta
teórica indispensable para reflexionar sobre lo anterior, un juego de conceptos que se empleará en este
trabajo, será el análisis de la gubernamentalidad. Sin ánimo de fidelidad hacia el modelo original, paso
a aclarar el sentido en que se emplea el término 'gubernamentalidad' 9 y otros importantes para este
trabajo.

Poder como juegos estratégicos es una característica ubicua de la interacción humana, en tanto
significa estructurar el campo posible de acción de otros. Esto puede tomar muchas formas, p. ej. la
manipulación ideológica o la argumentación racional, el consejo moral o la explotación económica,
pero no necesariamente significa que el poder sea ejercido en contra de los intereses de la otra parte de
la relación de poder; tampoco significa que 'determinar la conducta de los otros' sea intrínsecamente
'malo'. Sin ánimo de taxatividad, hay por lo menos dos tipos de relaciones de poder: sean de gobierno y
de dominación. Gobierno se refiere a modos de poder más o menos sistematizados, regulados y
reflexionados que van más allá del espontáneo ejercicio de poder sobre los demás, siguiendo una
forma específica de razonamiento, una 'racionalidad' que define el objetivo de acción o los medios
adecuados de alcanzarla. Gobierno, luego, es la 'regulación de la conducta por la aplicación más o
menos racional de los medios técnicos adecuados'. Dominación es un tipo particular de relación de
poder que es estable, jerárquica, fija y difícil de revertir. Dominación se refiere a esas relaciones
asimétricas de poder en que las personas subordinadas tienen poco espacio de maniobra porque su
'margen de libertad es extremadamente limitado'. Pero los estados de dominación no son la fuente
primaria de ostentación de poder o de asimetrías de explotación, al contrario constituyen efectos de
tecnologías de gobierno. Las tecnologías de gobierno dan cuenta de la sistematización, estabilización y
regulación de las relaciones de poder que pueden conducir a un estado de dominación.

Hay que partir de enfocar la atención en prácticas de conducción de la conducta propia y ajena,
‘prácticas de gobierno’, en el marco de sus dimensiones estratégicas. Para cada práctica de gobierno
podrían notarse fines, medios, estrategias y usos expresados con una regularidad y unos términos
singulares que permiten notar una ‘racionalidad’ específica. Un conjunto de prácticas que escenifican
relaciones de poder y que se articulan de acuerdo a una o varias racionalidades, puede definir la unidad
de alguna ‘tecnología de gobierno’. Una tecnología de gobierno puede articularse a otras de modo tal
que, en última instancia, desempeñen conjuntamente una función determinada; tal articulación se
designaría como ‘dispositivo’. Un ‘dispositivo’ podría responder la pregunta de cómo se estabiliza y
regula un estado de dominación determinado, una serie de relaciones de gobierno estables, jerárquicas,
fijas y difícilmente reversibles. En este punto es necesario acudir a un ejemplo de análisis para poner
en ejercicio las categorías invocadas.

Algunas prácticas observadas en Alcohólicos Anónimos para tener como datos crudos

Las razones por las que una persona entra a AA son la voluntad propia, asumirlo como parte de un
tratamiento, por presiones familiares, o menos frecuentemente por razones jurídicas. En las grandes
ciudades de Estados Unidos hay cientos de grupos autónomos e independientes. Los requisitos de
ingreso son sencillos, basta con asistir y tener el deseo de dejar de beber. Las reuniones de Alcohólicos
Anónimos (AA) tienden a ser semanales. El propósito de las reuniones es proveer un espacio para la
discusión, el diálogo y la oración. Los asistentes se turnan la palabra e intentar limitar sus
intervenciones, interrupciones y diálogo privado, con el fin de que sean escuchados públicamente y en
igualdad de condiciones. Toda intervención comienza de manera similar a 'mi nombre es Fulanito y
soy alcohólico', aunque algunos de los miembros que dejan de beber agregan 'alcohólico en
recuperación'.

Las reuniones duran aproximadamente una hora y las hay abiertas al público y también reservadas a
9
Thomas Lemke. Foucault, governmentality and critique. [Bogotá, Colombia] [consultado el 11 de noviembre de 2010].
http://www.andosciasociology.net/resources/Foucault$2C+Governmentality$2C+and+Critique+IV-2.pdf
los miembros del grupo. Ambos formatos de reunión son presididos por un voluntario, que cuenta los
inicios de su problema con la bebida y su posterior recuperación; las historias se cuentan
aproximadamente al estilo del 'Gran Libro' (testimonios homogéneos de recuperación). En las
reuniones abiertas, a los nuevos miembros se les motiva para dejar de beber y estar ‘en recuperación’,
no se les pide que hablen, no se permite recibir su dinero, ni se tratan temas espirituales. En las
reuniones cerradas solo participan miembros de cierta experiencia, se espera un aporte económico y los
temas espirituales son más libres, también es necesario narrar experiencias con la bebida y con la
abstinencia. Algunas veces se entregan 'desire chips' a uno o dos asistentes. Son monedas que
representan el número de días que alguien lleva sin beber; quien tiene 'desire chips' y es miembro
activo de AA las porta con orgullo en el bolsillo o la billetera, son un indicador de membresía y capital
social- Cuando alguien se inicia en reuniones cerradas puede pedir un padrino, un guía por el camino
de los Doce Pasos que está disponible para su apadrinado aún fuera de las reuniones. Al participar en
esa relación los asistentes dejan de cambiar de grupo y se acostumbran al mismo.

Los miembros que cuestionan la creencia en el 'Poder Superior' son censurados y se les dice que se
guarden sus opiniones. No es frecuente escuchar palabras provenientes de la Psiquiatría, la Psicología
o las ciencias psicodinámicas. Los tratamientos psiquiátricos y psicoterapéuticos son vistos con recelo,
su crítica se incentiva y se duda de su efectividad. Ser 'expertos de sí mismos' es considerado un gran
mérito. Quienes critican los comportamientos de otros miembros son mal vistos. Cuando un miembro
recae en el alcoholismo es apoyado con simpatía tolerante. La incorporación de nuevos miembros se
basa en atracción y no en proselitismo activo. Mantienen el anonimato en prensa, radio, películas y
televisión; también valoran su autonomía ideológica y económica. En general son muy celosos con su
derecho a hablar y lo defienden con argumentos y categorías asociables a los valores clásicos del
liberalismo.

La investigadora resume lo anterior: “Sponsorship, emergent self-diagnosis and self-expertise, securing long-term
commitment, and the dimensions of ethical conduct are some of the means that AA employs towards the end of affiliation and
personal transformation”10. (traduzco: apadrinamiento, autodiagnóstico emergente, autopericia,
aseguramiento de compromiso a largo plazo y dimensionamiento de la conducta ética son algunos de
los medios que AA emplea para fines de afiliación y transformación personal).

Estado de sobriedad: Alcohólicos anónimos, tecnologías del yo y de ciudadanía

La autora designa como 'Estado de sobriedad' un conjunto de prácticas que constituye el dominio de
análisis de su investigación. En este caso, el 'Estado de sobriedad' sería, opino, una 'tecnología de
gobierno' en tanto que apunta a 'conducir unas conductas' pero presumiendo la 'libertad' de quien las
asume, mediante la articulación de series de prácticas relacionables a partir de ciertas racionalidades.
Dichas prácticas funcionan como una 'tecnología del yo' y una 'tecnología de ciudadanía'.

Las tecnologías del yo permiten a los individuos efectuar, por sus propios medios o con ayuda de otros,
cierto número de operaciones en sus propios cuerpos, almas, pensamientos y forma de ser, para
transformarse a sí mismos y alcanzar cierto estado de felicidad, pureza, sabiduría, perfección o
inmortalidad11. La investigadora señala un notable parecido entre el formato de reunión de AA y la
exomologesis y epimelesthai, antiquísimas prácticas cristianas del yo que inspiran la confesión
contemporánea. Además de una estrecha relación entre autoconocimiento y autocuidado, reconocible
en las filosofías grecorromanas clásicas. Desde la perspectiva individual, se trata de pasar de ser un
alcohólico a ser un 'alcohólico en recuperación' mediante prácticas como la autoconducción por el
sendero largo y tortuoso de los Doce Pasos, apoyándose en el conocimiento y reconocimiento del
alcoholismo personal, la confesión pública y el apadrinamiento.

10
Shirley Yeung. Working the program: Technologies of self and citizenship in AA. Nexus v. 20 a. 2007. [Bogotá, Colombia]
[consultado el 11 de noviembre de 2007]. http://digitalcommons.mcmaster.ca/cgi/viewcontent.cgi?article=1157&context=nexus
11
Shirley Yeung. Working the program: Technologies of self and citizenship in AA. Nexus v. 20 a. 2007. [Bogotá, Colombia]
[consultado el 11 de noviembre de 2007]. http://digitalcommons.mcmaster.ca/cgi/viewcontent.cgi?article=1157&context=nexus
Las tecnologías de ciudadanía funcionan como discursos, programas o prácticas que apuntan a
producir individuos políticamente activos y capaces de autogobernarse12. Constantemente se presentan
como apolíticas y organizadas para cuestiones personales. Obviarían la necesidad de ser gobernado
'desde afuera'. Para la investigadora, la idea 'el mejor autogobierno es el autogobierno más pequeño'
resume la perspectiva de AA. Se intentaría producir cierta manera de autogobernarse como miembro
de una comunidad, en este caso alrededor de valores del liberalismo norteamericano y de los
movimientos antialcohólicos de filiación protestante, mediante prácticas como la asignación de 'desire
chips' o la participación en reuniones. La investigadora señala la oposición de AA al individualismo
(caracterizan el 'pensamiento alcohólico' como excesivamente enfocado en la autonomía y el
autocontrol) y a la vez su coincidencia con valores liberales como el diálogo abierto, la libertad de
expresión, la participación voluntaria, la igualdad formal y la competencia. La asunción de posiciones
autónomas sería aceptable en AA si se conduce en el marco de esos valores, pero mal si pone en duda
el deseo de dejar definitivamente la bebida, el Poder superior, el éxito de los Doce pasos o la
imposibilidad de la recuperación absoluta y definitiva –con la correlativa necesidad de mantenerse en
la organización-.

A continuación traduzco lo que considero lo más interesante del trabajo 13, allí se describe el
funcionamiento conjunto de las tecnologías mencionadas:
Tomándolos juntos, los principios y prácticas de AA establecen relaciones de poder interpersonales e
intrapersonales. Tanto como discurso y como disciplina, AA permite emplear individualmente determinada
tecnología del yo y ejercer especies particulares de poder sobre la propia conducta, a través de formas
particulares de (auto)conocimiento. Simultáneamente, AA posiciona a los individuos dentro un amplio marco
de imperativos de la democracia liberal. Es una de tantas tecnologías de ciudadanía.

Yo discuto el caso de AA como un ejemplo particularmente iluminador de la no separación entre autogobierno


'desde adentro' y el arte del gobierno 'desde afuera'. Argumento que esto problematiza el contraste que sugiere
el sentido común entre la '[a]política' negativa de la autoayuda (el hecho aparente de que la autoayuda es un
fenómeno apolítico) y la política positiva de la participación cívica tal como es conducida por las normas del
ciudadano bueno y funcional.

Sobre todo, los regímenes de autoayuda fascinan porque yacen en la intersección entre sujeción y subjetividad.
La libertad de autoayudarse es, esencialmente, la libertad de elegir un medio propio de disciplinamiento, una
manera de ser modelado y formado, es la capacidad de elegir un conductor adecuado de nuestra vida para
dirigirnos en la conducción de nuestra conducta. Al abordar la tarea de la autoayuda, los individuos son agentes
libres que practican las libertades posibilitadas por su empoderamiento, a la vez que son sujetados por medio
de las mismas libertades que su búsqueda promete.

El propósito del ejemplo anterior es ver la aplicación del análisis de la gubernamentalidad a un espacio
determinado (Alcohólicos Anónimos) definido a partir de ciertas prácticas y racionalidades
características. Aunque la autora no persiste en relacionarlo con campos estratégicos más amplios, si
nos permite relacionarlo con lo que previamente llamé 'dispositivo DP'. Definamos 'dispositivo' como
una función determinada en última instancia por la articulación de racionalidades inmanentes en ciertas
tecnologías de gobierno. Al haber definido el campo y actividades característico de 'AA' como una
tecnología de gobierno (que articula una tecnología de ciudadanía y una tecnología del yo), es posible
situarla en el contexto del 'dispositivo DP' examinando sus relaciones con éste y con otras tecnologías
de gobierno que le sean correlativas.

Como conclusión, el análisis anterior permite estudiar algunas posibilidades estratégicas de tecnologías
que también se encuentren en juego en el contexto que nos interesa estudiar; es decir, algunas de las
personas que estudiaremos pueden haber asistido a Narcóticos Anónimos (NA) con un esquema muy
similar, o a AA directamente. Habrá que verificar qué tan efectivamente operante es el 'dispositivo DP'
en el campo, mediante el análisis de la operación de tecnologías del gobierno de las psicoactividades
de estudiantes de universidades del centro de Bogotá. Por último y dado el carácter situado que se
12
Ibíd.
13
Ibíd.
introduce desde el comienzo del escrito, será necesario reflexionar sobre los papeles que podría
desempeñar esta investigación en relación con los intereses del grupo estudiado.

II. Diseño metodológico

El enfoque que se pretende emplear es cualitativo. Se propone describir cualitativamente el


funcionamiento y lógicas de determinadas prácticas de gobierno. Se procura un alcance descriptivo. Se
propone describir analíticamente el funcionamiento de diferentes prácticas de gobierno y sus
racionalidades inmanentes; esto es, poner el funcionamiento de ciertas prácticas de gobierno en
términos de unidades y relaciones que lo constituyen. El tema que se pretende estudiar es el uso de
sustancias psicoactivas entre estudiantes de universidades del centro de Bogotá. Concretamente se
propone como campo la localidad de la Candelaria. La razón es que allí tienen lugar buena porción de
prácticas y desplazamientos que gobiernan el uso de sustancias psicoactivas en Bogotá.

La investigación se plantea basándose en un problema. Se advierte el surgimiento de un nuevo marco


de gobierno del uso de sustancias psicoactivas y con éste de series de prácticas que están innovando e
innovarán el gobierno de los cuerpos y de la psicoactividad en Colombia. Una aproximación
históricamente e identitariamente situada podría ser útil para describir su funcionamiento actual y
advertir los cambios que se irán presentando desde la experiencia de sujetos subalternizados por la
normatividad jurídica vigente, como son los sujetos psicoactivos. El trabajo se plantea principalmente
desde dos perspectivas, sean etnografía y análisis de la gubernamentalidad. La etnografía se emplea en
este trabajo con el fin de comprender fenómenos sociales desde la perspectiva de sus miembros 14. El
análisis de la gubernamentalidad se emplea en este trabajo con la intención de dar cuenta de
condiciones de posibilidad de la actual distribución prohibicionista de poder en el campo del gobierno
de la psicoactividad, la guerra contra las drogas.

Se propone una etnografía situada en una perspectiva antiprohibicionista para ser desarrollada por más
de un investigador. Se sugiere integrar el equipo investigador y las técnicas de investigación de modo
que se posibiliten aproximaciones narrativas, tanto exógenas como endógenas.

-Palabras clave: consumo, farmacodependencia, drogadicción, política colombiana, drogas, sustancias


psicoactivas, marihuana, cannabis, universidad, estudiantes, psicoactividad, psiconáutica, cultura
rosarista, Bogotá, legalización, antiprohibicionismo, prevención, reducción del daño.

-Objetivo principal: Analizar los fines, medios, estrategias y usos de prácticas correlativas al
'dispositivo DP'. ¿Cómo se gobierna la relación de estudiantes de universidades del centro de Bogotá
con la psicoactividad y su prevención?

-Objetivos secundarios:

. Delimitar en el campo un dominio de prácticas relacionables al dispositivo DP.

. Describir dichas prácticas en términos de fines, medios, estrategias y usos en la experiencia


de quienes gobiernan y se gobiernan mediante éstas.

. Describir las unidades y relaciones que pueden establecerse entre y a partir de las diferentes
prácticas y racionalidades del gobierno de la psicoactividad.

. Describir qué papeles podría jugar esta investigación considerándola como una práctica más
dentro del dominio de prácticas bajo estudio.

14
Guber, Rosana. La etnografía, método, campo y reflexividad. Norma. Bogotá, 2001. p. 13.
-Técnicas y procedimientos de trabajo de campo: Conviene partir de que este esquema se propone a
título provisional y simplemente como un marco para ser ajustado a las necesidades del trabajo a
desarrollar en el campo. Se estructura en tres etapas fundamentales15: a) Reporte, se propone responder
la pregunta ¿qué? informando sobre lo ocurrido; momento pertinente para delimitar en el campo un
dominio de prácticas de gobierno relacionables al dispositivo DP. b) Traducción, se propone responder
la pregunta ¿por qué? explicando lo ocurrido en el modo en que ocurrió para sus participantes;
momento pertinente para describir dichas prácticas en términos de fines, medios, estrategias y usos en
la experiencia de quienes gobiernan y se gobiernan mediante éstas; así mismo de describir las unidades
y relaciones que pueden establecerse entre y a partir de las diferentes las racionalidades que hacen a
dichas prácticas inteligibles para sus sujetos. c) Reflexión, se propone situar al investigador y a la
investigación como elementos efectivos en el campo, e interrogarse por su utilidad táctica para los
sujetos de estudio. Paso a detallar lo anterior, primero aclarando las técnicas de reporte y traducción (i)
que se emplearán, luego aclarando las bases pertinentes para la reflexión (ii).

i) Se emplearán dos técnicas, la observación participante16 y la entrevista no dirigida17. La observación


participante tiene como ventaja su ambigüedad constitutiva; el acto de observar y el acto de participar
se excluyen mutuamente de forma parcial, por ello es necesario que el investigador oscile entre uno y
otro. La tensión entre hacer y conocer, participar y observar, distanciarse e involucrarse, debe
estructurar el trabajo de campo, con el propósito básico de apropiarse de los códigos locales de modo
que las nociones y prácticas de los estudiados se hagan inteligibles. Para esta investigación se sugiere
apoyarse en la mencionada ambigüedad, aunque asumiendo un rol de ‘participante observador’, es
decir, que privilegie la participación y los datos que provengan del mayor grado de inmersión y
aproveche las modificaciones por éste introducidas en el campo como fuente valiosa de información y
experiencia.

Se tendrá por deseable que la información emane de quienes desempeñen uno o varios roles locales,
sean o no parte del equipo investigador; y por necesario que se haga explícito el objeto de la
investigación a fin de introducir en el campo inquietudes en que se apoye la parte reflexiva (c.). Esta
técnica se aplicará predominantemente en la etapa del ‘reporte’ (a.) aunque podría ser empleada
posteriormente a fin de aclarar inquietudes que afloren en el trabajo de campo.

La entrevista se plantea con el propósito de hacer que los sujetos de estudio hablen sobre lo que saben,
piensan o creen; especialmente para señalar diferentes racionalidades en sus términos particulares. Sin
embargo, es necesario tener en cuenta que la entrevista puede referirse tanto a sucesos externos a ella
como internos a ella. Es tanto una realidad que se construye con el encuentro como una referencia a
una realidad previa; por lo cual lo dicho por el entrevistado no tiene valor solamente en función de su
veracidad o validez; también las mentiras, ocultamientos u olvidos tienen un valor táctico respecto de
la realidades externa e interna que podría revelar prácticas de importancia para la investigación. Ello
obliga a reconocer las reglas de atribución de veracidad o validez, el contenido al que se atribuya, la
posibilidad de encontrarse en posición de atribuirla, los términos en que se atribuya y las relaciones
que posibilita como algunos entre muchos factores con posibles valores tácticos susceptibles de
análisis. Igualmente evidencia la importancia de tener en cuenta los contextos amplios y restringidos
que rodean la entrevista, y también de cuidar las relaciones entre el ritmo en que se desarrolle, la
información que produzca, los roles de los participantes.

Para esta investigación, se asume como supuesto que inicialmente deberían privilegiarse las preguntas
abiertas, cerrándolas según lo dicten las necesidades de la investigación y conforme se adquiera mayor
dominio de los códigos locales y movilidad respecto de los códigos previos. También se asume que
debe maximizarse la no directividad, favoreciendo la expresión de temáticas, términos y conceptos
significativos para el entrevistado; ojalá dejando fluir su actividad inconsciente. Los mecanismos para
15
Ibíd.
16
Guber, Rosana. La etnografía, método, campo y reflexividad. Norma. Bogotá, 2001. Cap. 3.
17
Ibíd. Cap. 4.
ello serán tres: *) atención flotante del investigador, “un modo de escucha que consiste en no privilegiar de
antemano ningún punto del discurso”18; **) asociación libre del informante, “ esto significa que los informantes
introducen sus prioridades, en forma de temas de conversación y prácticas atestiguadas por el investigador, en modos de recibir
preguntas y de preguntar, donde revelan los nudos problemáticos de su realidad social tal como la perciben desde su universo
cultural”19; ***) categorización diferida del investigador, “ se ejerce a través de la formulación de preguntas abiertas
que se van encadenando sobre el discurso del informante, hasta configurar un sustrato básico con el cual puede reconstruirse el
marco interpretativo del actor. Este tipo de diálogo demanda (…) identificar los intersticios del discurso del informante en donde
‘hacer pie’ para reconocer/construir su lógica. En segundo lugar (…) el registro de información que aparentemente no tiene
razón de ser para el entrevistador (…) formula preguntas cuyas respuestas se convierten en nuevas preguntas ”20. La
entrevista se aplicará predominantemente en las etapas de traducción y reflexión, aunque se tendrá por
deseable su empleo en todas las etapas como el vehículo propuesto para la participación de los sujetos
estudiados en la construcción de la investigación. Es especialmente importante contar con un equipo
plural de investigadores para la aplicación de la entrevista en la etapa de reflexión

ii) Expongo lo pertinente para las bases de reflexión refiriéndome en primer lugar a los fundamentos
de la comunicación entre reflexividades21 y luego al investigador como herramienta etnográfica22. Las
bases filosóficas propuestas para el trabajo podrían calificarse muy esquemáticamente de naturalistas,
al proponer cierta fusión del investigador con sujetos de estudio con el objetivo de generalizar al
interior del caso y con pretensiones meramente interpretativas; constitutivas o constructivistas, al
suponer que relatos o descripciones constituyen la realidad que las descripciones refieren; (a partir de
aquí, no las tomo de Guber) nominalistas, en la medida en que aborda los universales como punto de
partida más que de llegada; antirrealistas, en la medida en que asume que las cosas ocurren tal como
son experimentadas por los sujetos que participan de su ocurrencia, si bien de modos frecuentemente
imprevistos, y no a la zaga de una realidad subyacente preconstituida y determinante; historicistas,
pues asume que tanto la investigación misma, el investigador, el campo y los sujetos de estudio
adquieren consistencia como elementos etnográficos en relaciones recíprocas entre sí y con la totalidad
de la coyuntura concreta de su azaroso encuentro y no son elementos dados o inteligibles del mismo
modo por fuera de este.

Se asume que el mundo social se reproduce en situaciones de interacción donde los actores son activos
ejecutores y productores de los espacios sociales a los que pertenecen. Normas, reglas y estructuras
provienen de las interacciones mismas; los actores no las siguen pasivamente sino que las interpretan,
actualizan y crean contextos en los cuales las interacciones cobran sentido. Describir una situación es
producir el orden que los procedimientos describen. El lenguaje mismo, dada su indexicalidad y
reflexividad23, es indisociable y constitutivo de sus marcos de interpretación. De lo que se trata, pues,
es en cierta medida de captar los marcos de interpretación de los sujetos de estudio validándolos a
partir de su efectividad interpretativa y transformativa; y simultáneamente establecer lazos de
solidaridad activa entre los sujetos mediante prácticas como la traducción y la reflexión, de modo que
se genera una coyuntura compartida que funge como realidad transaccional.

Reflexividad se define para lo presente como la conciencia de un sujeto sobre su persona, emociones,
condicionamientos sociales y políticos, género, edad, pertenencia étnica, clase social, afiliación,
nacionalidad, cultura; y para el investigador, posición en el campo académico y en el campo filosófico
o teórico, y su condición misma de investigador. En el trabajo de campo actúan siempre al menos dos
series de reflexividades sujetas a múltiples determinaciones culturales (como las provenientes de los
ejemplos mencionados): las reflexividades del investigador y las reflexividades de la población en
estudio. El desafío es transitar de la reflexividad propia a la de los nativos y de ésta a una descripción
académica que dé cuenta de la totalidad de la investigación del modo más completo posible.
18
Ibíd. p. 82.
19
Ibíd.
20
Ibíd.
21
Ibíd. p. 44 a 49.
22
Ibíd. Cap. 5.
23
Guber, Rosana. La etnografía, método, campo y reflexividad. Norma. Bogotá, 2001. P. 47, 48.
El presente marco teórico (I.) y diseño metodológico (II.) fueron elaborados pretendiendo una
perspectiva inspirada en el análisis de la gubernamentalidad (I.) y en ciertos supuestos de
comunicación entre reflexividades (ver II, técnicas y procedimientos de trabajo de campo, ii).
Presentados como contribución al trabajo del colectivo Que Corra la Voz, en calidad de base para una
línea temática de un semillero de investigación estudiantil en psicoactividades y culturas.
Bibliografía

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+. Carlos Gaviria Díaz. Sentencia C-221 de 1994. Corte Constitucional Colombiana.

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http://digitalcommons.mcmaster.ca/cgi/viewcontent.cgi?article=1157&context=nexus

+. Guber, Rosana. La etnografía, método, campo y reflexividad. Norma. Bogotá, 2001.

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