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Ciencia Política
5 de marzo de 2015
ÍNDICE
Introducción
Objetivos
I. Antecedentes históricos 1
3. El Centro 10
4. El Reformismo 14
5. La Izquierda Revolucionaria 30
Conclusiones
Recomendaciones
Fuentes de información
INTRODUCCIÓN
Las posiciones políticas que han estado a lo largo del desarrollo histórico de los
partidos políticos de Guatemala en un principio era la derecha ultra conservadora, en
la cual era una posición extremista de los ideales, luego vino la derecha
conservadora, basada en ideas liberales no tan extremistas, el centrismo como una
idea que no favorecía ni a izquierda ni derecha, sus ideales eran morales, el
reformismo que se desarrolló luego de los conflictos y peleas de la nación, y por
último la izquierda revolucionaria, la cual favorece a los ideales de igualdad o en todo
caso un mejor trato para toda la población.
En todo caso sea cual sea la posición de los partidos políticos, sus fines deben de
estar siempre enfocados al bienestar y desarrollo de la población guatemalteca.
OBJETIVOS
Objetivo General
Objetivos Específicos
http://www.nuso.org/upload/articulos/395_1.pdf
http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/28/28_432.pdf
http://www.prensalibre.com/noticias/opciones-derecha-ven-
expertos_0_410358999.html
http://www.deguate.com/artman/publish/politica_partidos.shtml#.VPJMNfmG-AU
http://hablaguate.com/articles/12343-para-entender-el-desarrollo-politico-de-
guatemala-a-partir-de-1954
I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
LA DERECHA TRADICIONAL
Surgió así el Movimiento de Acción Solidaria (MAS) como uno de los nuevos partidos
conservadores, rivales de las rancias formaciones ultraderechistas y de la
desprestigiada DCG. El MAS de Serrano esgrimió un discurso modernizador y liberal,
y, para no desentonar con el nuevo ambiente nacional, incorporó a su programa la
defensa del Estado de derecho y el respeto de los Derechos Humanos, en un país
donde éstos habían sido pisoteados con tal saña por los militares y por los
escuadrones de la muerte paraestatales que las represiones habían adquirido un
nivel de verdadero genocidio, tanto étnico, exterminando a comunidades indígenas,
como político, liquidando a los partidos de izquierda y, en general, cualquier
organización o persona con un talante mínimamente progresista.
Los partidos políticos y las elecciones de 1966, 1970 y 1974 Con posterioridad al
asesinato de Castillo Armas, y pese a la inclinación derechista de los regímenes de
Ydígoras y Peralta Azurdia, el cuadro político guatemalteco se caracterizó como un
esquema pluripartidista de limitada apertura democrática.
Los expertos afirman que la contienda electoral que se aproxima será disputada por
partidos de derecha, con matices reformistas, progresistas o conservadores.
“La tendencia de las elecciones radica en las fuerzas políticas de la derecha, con
diferentes matices, con tendencias reformistas, progresistas o conservadoras. No
hay debate ideológico, porque todos son de derecha”.
3. El centro
Unión del centro Nacional (UCN) La UCN reivindico para sí el título del “centrismo”
Fórmula propagandística que le valiera el segundo lugar en la preferencia del
electoral en las consultas de 1984 Y 1985 respectivamente su enfoque económico
recogía principios Keynesianos y se muestra crítico de las medidas
intervencionalistas democristianas. Su importancia deriva del éxito con el que ha
podido conquistar para el sufragio conservador que, en la coyuntura actual
desconfía de las posiciones radicales de la ultra derecha. Ello le augura
perspectivas de mayor desarrollo futuro.
Partido Nacional renovador (PNR). EL PNR es inicialmente una formación política
establecida de derecha del PR, aprovechando la apertura de la administración del
general Lucas García. No obstante. Atreves de maniobras ante las autoridades
electorales, el partido cae bajo el control de otra línea disidente
Esta vez el MLN. Participa por primera vez en las elecciones generales de 1982,
coaligado con DEG. Su importancia electoral ha sido limitada.
Serrano formó un Gobierno de unidad nacional, tanto más necesario cuanto que su
partido sólo había cosechado 18 de los 116 escaños del Congreso de la República
en las elecciones legislativas, y prometió culminar las negociaciones con la guerrilla
ofreciéndole (3 de abril) un "plan total de paz", así como progresar sustancialmente
en la situación de los Derechos Humanos, aún impunemente violados por elementos
presuntamente incontrolados de las fuerzas de seguridad del Estado y paramilitares
de extrema derecha.
4. REFORMISMO
SIGNIFICADOS DEL TÉRMINO REFORMISMO
El reformismo.
La fuente cristiana: Se pueden destacar, entre otros, Alfred Müller-Armack para quien
el mercado y la competencia son, en principio, la mejor forma de organizar la
economía. Pero la economía, como actividad social, debe estar al servicio de la
humanidad, y por lo tanto, debe ser regularizada a fin de asegurar que produzca
beneficios sociales. Esta percepción forma la base económica del proyecto de la
Economía social de mercado. Aparte estaría Karl Polanyiquien definiéndose como
partidario del socialismo cristiano considera al liberalismo económico como un
proyecto utópico cuya puesta en práctica habría destruido los cimientos materiales y
políticos de la sociedad moderna. Sus percepciones cooperativistas introdujeron el
concepto de económica: según este concepto, en la práctica económica deben ser
considerados no solo los intereses de los accionista corporativistas sino también los
de aquellos que se llaman sectores interesados: la comunidad, los sindicatos, los
propietarios, etc.
Todos esos proyectos se pueden ver como buscando en las palabras de Maritain a
transformar la sociedad a fin de obtener un bien común, superior a una mera
colección de bienes individuales.
Karl Popper ha contribuido un elemento adicional importante para esta visión. Para él
el progreso solo se puede lograr a través de un proceso racional de eliminar
posibilidades, similar al de la obtención de conocimiento científico. Es obvio que los
individuos y las sociedades desean lo mejor, pero las propuestas que resultan de
esos deseos deben ser sometidas no solo a la crítica racional, como Stuart Mill
propone, pero además a su revisión en la luz de sus resultados prácticos. En la
medida de lo posible, se debe incluso "experimentar" con diferentes aproximaciones,
considerando políticas concretas como propuestas tentativas de solución, en lugar de
respuestas definitivas que deben ser mantenidas cualquiera sea el resultado debido
a consideraciones ideológicas. Solo a través de ese proceso racional se podrán
mejorar, incrementalmente, las soluciones. Esta propuesta ha llegado a ser conocida
como " Ingeniería social".
Quadragesimo anno es una carta encíclica del Papa Pío XI, promulgada el 15 de
mayo de 1931, con ocasión de los 40 años de la encíclica Rerum Novarum, de allí su
nombre en latín, Quadragesimo anno (en el cuadragésimo año). Trata sobre la
restauración del orden social y su perfeccionamiento en conformidad con la ley
evangelizadora y está dirigida a los Obispos, sacerdotes y fieles católicos.
El texto fue redactado por dos sacerdotes jesuitas, el p. Oswald von Nell-Breuning y
Albert Müller. También fue consultado el p. Gustave Desbuquois.1
Tras hacer un resumen de las intervenciones anteriores de León XIII en los temas
más sociales, hace un elogio de la Rerum novarum sea por su oportunidad (la
penetración de un nuevo sistema económico y el desarrollo industrial habían
producido una fuerte división de clases sociales). Luego resume la misma encíclica
recordando el modo en que León XIII se hizo cargo del problema de los obreros sin
pasar por el liberalismo ni por el socialismo. El Papa Pío XI recuerda también los
frutos que dio la encíclica: el hecho de que los gobernantes que hubieron de
reconstruir el mundo después de la Primera Guerra Mundial se rigieran en cierta
medida por los principios enunciados por la Rerum Novarum, la mejora de la
situación de los obreros y las líneas dadas sobre sus asociaciones.
A continuación el Papa Pío XI retoma las enseñanzas del Papa León XIII sobre la
capacidad que la Iglesia tiene de intervenir en los problemas económicos y sociales
con oportunas líneas e indicaciones por parte del Magisterio.
Afronta el tema de la propiedad privada recordando que León XIII no hizo una
defensa a ultranza de la propiedad privada a costa de la comunidad o de la sociedad,
sino que mostró su doble carácter haciendo hincapié en el problema que en aquel
entonces más se debatía ante las teorías socialistas. Quienes niegan el carácter
social y público del derecho a la propiedad pueden caer en el individualismo; pero
quienes disminuyen o rechazan este carácter caen el en colectivismo. De ahí que,
como se dice en la Rerum novarum el derecho de propiedad se distinga de su
ejercicio (cf. núm. 19).
Defiende el Papa Pío XI el salario aunque aconseja que los contratos de los
trabajadores se hagan no tanto como “contratos de trabajo” sino como “contratos de
sociedad”. Luego recuerda que al fijar el sueldo se han de tomar en cuenta diversos
factores y no solo el valor del fruto producido por el trabajador. Éste ha de recibir lo
necesario para afrontar el sustento de su familia y tal sustento se viera afectado por
aumentos de precios de productos de necesidad u otros de esa índole, esos cambios
deberían darse también de manera proporcional en el sueldo. También ha de
considerarse la situación de la empresa y del dador de trabajo.
La encíclica ofrece una renovada condena del comunismo al recordar los numerosos
crímenes que se le achacan en Europa del Este y Asia. Asimismo, el Papa da unas
guías para quienes deseen hacer apostolado entre los socialistas (que mitigan tanto
la concepción de la lucha de clases como de la propiedad privada): no se permite
ninguna connivencia con el error sino buscar y mostrar claramente la verdad. En
efecto indica:
Ante los diversos males que la ambición y la avaricia, “tristes consecuencias del
pecado original”, traen a la sociedad y la economía, el Papa Pío XI pide que sean los
valores, las virtudes y la doctrina cristianas las que imbuyan a fondo estas realidades
poniendo en el primer lugar a Dios y considerando lo demás como medios. Esta
encíclica surgió como respuesta a la Gran Depresión de 1929 y propone un nuevo
orden social y económico basado en la subsidiariedad. El Papa Pío XI da una gran
importancia en su encíclica a la restauración del principio rector de la economía,
basado en la unidad del cuerpo social. Esta unidad no puede basarse en la lucha de
clases, como el orden económico no debe dejarse a la libre concurrencia de fuerzas,
que cae fácilmente en el olvido de su propio carácter social y moral.
La caridad y justicia social debe ser el alma del nuevo orden, defendida y tutelada
por la autoridad pública. También son necesarios tras las dos instituciones
internacionales y compre para una buena organización de la sociedad.
Rerum novarum (latín: «De las cosas nuevas» o «De los cambios políticos») es
la primera encíclica social de la Iglesia católica. Fue promulgada por el papa Leon
XIII el viernes 15 de mayo de 1891. Fue una carta abierta dirigida a todos los
obispos y catedráticos, que versaba sobre las condiciones de las clases
trabajadoras. En ella, el papa dejaba patente su apoyo al derecho laboral de
«formar uniones o sindicatos», pero también se reafirmaba en su apoyo al
derecho de la propiedad privada. Además discutía sobre las relaciones entre el
gobierno, las empresas, los trabajadores y la Iglesia, proponiendo una
organización socioeconómica que más tarde se llamaría corporativismo.
Defensa de la propiedad
Frente a las ideas socialistas la Iglesia señaló:
Al pretender los socialistas que los bienes de los particulares pasen a la comunidad,
agravan la condición de los obreros, pues, quitándoles el derecho a disponer
libremente de su salario, les arrebatan toda esperanza de poder mejorar su situación
económica y obtener mayores provechos.
Rerum novarum
Sostenía que la propiedad privada era un «derecho natural», dentro de los límites de
la justicia, haciendo referencia al iusnaturalismo:
Justicia social
Recordó a los ricos y patrones que: no deben considerar al obrero como un esclavo;
que deben respetar la dignidad de la persona y la nobleza que a esa persona agrega
el carácter cristiano.
Afirmó que cada trabajador debe recibir un salario que le permita subsistir y tener
una vida razonablemente cómoda y que, si aceptaba malas condiciones laborales
debido a la necesidad o al temor, el trabajador era una víctima de la injusticia.
Sindicalismo
Esta solución habrán de darla los obreros cristianos, si, agrupados en asociaciones y
valiéndose de consejeros prudentes, vuelven a entrar por el camino que con gran
provecho, particular y público, siguieron antiguamente sus antepasados.
Efectos
Provocó una reforma en medio de una Iglesia donde varios sectores reclamaban que
se abandonaran posiciones políticas afines a los gobiernos y a los sectores
dominantes para que la Iglesia se encargara únicamente del oficio religioso
ecuménico.
Como conclusión puede señalarse que Rerum Novarum diseñó una estrategia que
logró contribuir a salvar el período de crisis que enfrentaba la Iglesia y que la
reestructuración doctrinal y práctica que provocó, delineó la nueva imagen de la
Iglesia católica actual.
El Frente de Oposición Nacional (FON) era una alianza entre la Democracia Cristiana
Guatemalteca (DCG) , el Frente Unido Revolucionario Democrático (FURD), y el
Partido Revolucionario Auténtico (PRA) (después conocido como Partido Social
Demócrata (PSD)).
La vida política del militar arrancó con las Elecciones 1973. Postulado por la
Democracia Cristiana Guatemalteca -DCG-, el Frente Unido de la Revolución -FUR-
y el Partido Revolucionario Auténtico -PRA-, coaligados como Frente Nacional de
Oposición -FNO, centroizquierdista, o incluso izquierdista, para los parámetros
guatemaltecos-, fue derrotado por el general Kjell Eugenio Laugerud García,
candidato del régimen cívico-militar vigente desde 1970 y dominado por dos fuerzas
de extrema derecha, el Movimiento de Liberación Nacional -MLN- y el Partido
Institucional Democrático -PID- (Ortiz, 2012).
Según los resultados oficiales, Ríos quedó en segundo lugar con 228 000 votos, 70
000 menos que Laugerud, aunque todo indicó que habría ganado de no haber
operado el fraude.
Rápidamente quedó claro que las promesas reformistas y el afán del nuevo dictador,
considerado a sí mismo un predestinado amén de un aficionado a ilustrar sus
discursos con citas bíblicas, se ciñeron a una suerte de guerra santa contra la
"amenaza comunista" que representaban las formaciones guerrilleras Fuerzas
Armadas Rebeldes -FAR-, Ejército Guerrillero de los Pobres -EGP- y Organización
Revolucionaria del Pueblo en Armas -ORPA-, recientemente coordinadas como
Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG- y con el comunista Partido
Guatemalteco del Trabajo -PGT- como brazo político (Ortiz, 2012).
En cierta ocasión, el general aseguró que el "buen cristiano" era aquel que se
desenvolvía "con la Biblia y la metralleta", mientras que uno de sus portavoces
explicó el razonamiento de que si la guerrilla contaba con colaboradores indígenas,
entonces todos los indígenas eran sospechosos de subversivos, y, en tal caso, lo
mejor que podía hacerse era, directamente, "matar a los indios" (Ortiz, 2012).
Con posterioridad a los hechos, organizaciones pro Derechos Humanos calcularon
en un mínimo de 10 000 los guatemaltecos ejecutados extrajudicialmente, hombres,
mujeres y niños víctimas de todas las atrocidades imaginables, y en 100 000 los
refugiados como resultado de las campañas contrainsurgentes del Ejército y los
desmanes de las Patrullas de Autodefensa Civil -PAC, reconocidas legalmente con el
acuerdo gubernativo del 14 de abril de 1983 al amparo del PNSD-, que en la práctica
funcionaron como escuadrones de paramilitares con carta blanca para asesinar y
destruir a su antojo. En añadidura, un informe elaborado por la Organización de
Naciones Unidas estableció que 448 aldeas, la mayoría pobladas por indígenas
mayas, fueron literalmente borradas del mapa (Ortiz, 2012).
Ante los crecientes rumores de golpe de Estado y las tensiones internas del Ejército,
el 29 de junio de 1983 Ríos decretó el Estado de Emergencia y un mes después
anunció la convocatoria de elecciones generales para julio de 1984, como le exigían
los partidos tradicionales. El 8 de agosto 1983 su ministro de Defensa, general Óscar
Humberto Mejía Víctores, se hizo con el poder en un golpe incruento del que el
Gobierno estadounidense no fue en absoluto ajeno. Paradójicamente, en su
momento se ubicó al nuevo gobernante de facto "más a la derecha" que Ríos, quien
no sufrió represalia alguna y siguió conservando una cuota de influencia en la vida
pública (Ortiz, 2012).
Jorge Herrera Castillo, presidente del PNR manifestó, en nombre del Estado su
pesar por los acontecimientos y reconoció que “nada devolverá la vida de las
personas que amamos. Todos los guatemaltecos sufrimos con el enfrentamiento
armado, pero es tiempo de superar lo sucedido. “El acto de inhumación permitirá el
cierre de duelo de cada corazón afectado y que anhela que nunca más se den este
tipo de hechos”.
Cerezo se presentó, por tanto, con sus huestes diezmadas a la cita electoral del 7 de
marzo de 1982. Articuló la Unión Nacional Opositora -UNO- con el derechista Partido
Nacional Renovador -PNR- y abrazó la candidatura del líder de este partido
escindido del MLN, Alejandro Maldonado Aguirre. Sin sorpresas, a Maldonado se le
dio por derrotado con el 22.7 por ciento de los votos ante el general Ángel Aníbal
Guevara Rodríguez, ministro de Defensa de Lucas y candidato del PID, el PR y el
Frente de Unidad Nacional -FUN-, agrupados los tres en el Frente Democrático
Popular -FDP-. Además, a la UNO no le fue como esperaban en las legislativas y
únicamente metió dos congresistas (Ortiz, 2011).
Elegido diputado en el primer quinquenio -de 1991 a 1996- del Parlacén, Cerezo fue
acusado de refugiarse en la inmunidad que brindaba esta institución frente a
eventuales acciones judiciales por irregularidades cometidas durante su mandato. En
2003, Cerezo volvió a un puesto oficial al ganar un escaño en las Elecciones 2003 y
así pasó cuatro años -de 2000 a 2004- en el Congreso de la República de Guatemala
como diputado (Ortiz, 2011).
Sin embargo, propició la apertura política y tuvo éxito en mejorar las relaciones con
los gobiernos centroamericanos, mediante la celebración de las cumbres
presidenciales Esquipulas I y Esquipulas II, y la firma, en 1980, del tratado que creó
el Parlamento Centroamericano (Asociación de Amigos del País, 2004).
A la postre, la relación del Presidente con el ejército fue la debilidad, ya que, si bien
se seguía desarrollando el plan democratizador de las fuerzas armadas, la violencia
política no desapareció completamente, dándose secuestros, asesinatos y violación
de los derechos humanos, sin provenir directamente del gobierno sino de grupos
paramilitares aparentamente incontrolados y de la guerrilla, que continuó realizando
operaciones de sabotaje y hostigamientos a finqueros, Patrulleros de Autodefensa
Civil y fuerzas militares (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).
Tal situación también explica como consecuencia que tras muchos años de
gobiernos militares y represión no existían en el país ni liderazgos civiles, ni mucho
menos partidos políticos fuertes que pudieran ejercer presiones institucionales y
plantear alternativas (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).
Julio César Méndez y Clemente Marroquín antes de asumir el puesto habían tenido
un diferendo, pues Marroquín Rojas se negaba a firmar el conocido Pacto Secreto
con el Ejército, que era la condición que ponía el Alto Mando militar para entregar la
presidencia a Méndez Montenegro.
En 1965, establece la fecha del 30 de junio como Día del Ejército, en conmemoración
de la efemérides de Justo Rufino Barrios, que fue su fundador.
El Partido Revolucionario -PR- fue una entidad política organizada en Entre los
fundadores estaba Mario Méndez Montenegro, quien se convirtió en el principal líder
del nuevo partido y, en 1958, en su candidato presidencial, en esta oportunidad
obtuvo un tercer lugar en las elecciones. A finales de ese mismo año, varios
miembros del partido, expulsados como consecuencia de una pugna interna,
fundaron el Partido Nacional Revolucionario -PNR-, el Partido Revolucionario
Auténtico -PARA-, la Unidad Revolucionaria Democrática -URD- y el Partido
Unificación Revolucionaria -PUR- (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Ser de izquierda es, desde que esa clasificación surgió con la Revolución Francesa,
optar por los pobres, indignarse ante la exclusión social, inconformarse con toda
forma de injusticia o, como decía Bobbio, considerar una aberración la desigualdad
social.
Izquierda Revolucionaria.
Se denomina izquierda revolucionaria, a las ramas de la izquierda que cuestionan la
utilidad o adecuación de la democracia liberal como instrumento de cambio político
dentro del sistema capitalista. Son corrientes que a raíz del gran desequilibrio y
desigualdad causados por el sistema neoliberal han ganado más adeptos en
la década de 1990, volviendo a ser una corriente de gran peso e importancia.
Este tipo de izquierda se remonta al siglo XIX, y tuvo un papel destacado en periodo
revolucionario europeo de 1848. La revolución rusa de 1917 o la revolución alemana
de 1918 contaron con una amplia participación de movimientos de izquierda
revolucionaria, y tendrían una considerable influencia en las décadas posteriores
tanto en Europa como América. En el período 1960-70, existió un número importante
de grupos armados insurgentes y de guerrillas de extrema izquierda. Estos grupos
lucharon por hacer caer a regímenes ideológicamente opuestos a ellos y
propugnaban la equidad y la igualdad, frecuentemente desde postulados marxista-
leninistas.
Por lo general, estos grupos de izquierda son conocidos como extrema izquierda o
ultraizquierda debido a que los detractores del comunismo (pro-capitalistas, liberales,
etc.) suelen usar esos términos de connotación peyorativa como una generalización
sobre cualquier posición que critique al sistema capitalista, a la propiedad privada y a
la economía de mercado, por lo que es frecuente que la derecha considere a la
izquierda revolucionaria como "extremista".
Por otro lado, dentro del propio ámbito de las diferentes corrientes de izquierda
revolucionaria, ninguno de ellos se considera "extremista" o de "ultraizquierda", pero
sí hacen tales críticas a otros sectores opuestos, como es el caso de los trotskistas,
quienes por apelar a la revolución intelectual y antimilitarista, e incluso a la
democracia socialista, no se consideran "extremistas" ni de "ultraizquierda", pero sí
consideran de esa forma a los stalinistas, ya que estos avalan regímenes militares de
carácter dictatorial, como los de Stalin, Tito, Castro o Mao Tse-Tung, y también a los
partidarios de la guerrilla foquista se los considera como de ultra-izquierda. Cabe
aclarar que en la actualidad, todas las fuerzas políticas socialistas o comunistas
están organizadas en partidos políticos y luchan por un cambio hacia el socialismo
mediante la democracia.