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Leyenda

El Sombraron
Al igual que la Llorona, El sombrerón es una de las leyendas más populares en
Guatemala y por lo tanto, tiene varios elementos similares y varios elementos
distintos en cada uno de los relatos. Todas las leyendas concuerdan en que el
sombrerón era una hombre de pequeña estatura, que usaba un sombrero muy
grande, siempre estaba con una guitarra y tenía una voz maravillosa.

Cuentan las leyendas que el sombrerón vio a una mujer que lo deslumbro con su
belleza, de ojos oscuros y pelo negro. Al verla no puedo resistirse y quiso
enamorarla, por lo que se acerco a su balcón y le cantó serenata. La mujer, a
quienes en algunas leyendas la llaman Celina, se enamoró de este pequeño
hombre con esta angelical voz a quien esperaba todos los días.

Celina dejo de comer esperando a la llegada del hombre con la voz


melodiosa.  Los padres de Celina, preocupados, llaman a un sacerdote y al ver
que este no podía ayudarla, la llevaron a un convento. La muchacha murió de
tristeza y el dia del velorio apareció el sombrerón cantando y llorando de tristeza.
Desde ese día, cuentan las leyendas que se puede escuchar al sombrerón cantar
con su guitarra en las noches y busca a mujeres de pelo negro y ojos oscuros. Así
mismo, se dice que para ahuyentar al sombrerón de una mujer a la que persigue,
a esta se le debe de cortar el pelo. 
La Siguanaba
Esta criatura de la mitología guatemalteca se presenta a los hombres infieles
como una mujer de hermoso cuerpo y cabello largo. Pero cuando la observan de
cerca, tiene rostro de caballo.
Según la leyenda, La Siguanaba se aparece frecuentemente en áreas solitarias,
especialmente en barrancos. Esto se debe a que es ahí a donde atrae a los
hombres para luego arrojarlos, haciendo que pierdan la vida y el alma a favor de
ella.
En otra de las versiones se afirma que La Siguanaba era una mujer joven que fue
obligada a casarse con un hombre cuarenta años mayor que ella. Dicho hombre
la hechizó, convirtiéndola en
una mujer fea y vieja.
Otra adaptación de la leyenda dice que aparece en lugares cercanos al agua, ya
que se suele bañar al mismo tiempo que peina su cabello con un peine de oro. Los
hombres que la observan en esta situación quedan embrujados por la hermosa
mujer. Es entonces cuando ella los llama.
En el momento en que ya se los ha ganado, muestra su rostro con apariencia de
caballo. Sus víctimas ven sus ojos rojos y la piel arrugada, sus uñas crecen al
momento en que desata una risa aterradora.
Leyenda de La Tatuana
Se dice que por haber sido acusada de brujería y encarcelada, la mujer se volvió
loca e hizo un pacto con el diablo. Este ser la liberó de la cárcel. Además, la
condenó a vagar eternamente sobre un barco en los días de lluvia.
Una de las versiones más antiguas, afirma que en la época colonial
guatemalteca existió una mujer joven y bella, de origen mulato. A esta la
llamaban Tatuana, quien disfrutaba de los placeres carnales y del lujo. Sus
actitudes no eran bien vistas en una sociedad como la de ese entonces.
Se acusó a la mujer de brujería y de hacer hechizos para atraer a los hombres.
Además se dijo que era codiciosa y no seguía los preceptos de la Iglesia. Esto dio
paso a que La Tatuana fuera juzgada por el tribunal de la Santa Inquisicióny fue
condenada a muerte.
La mujer se rehusó a confesar sus pecados antes de morir. Según cuentan, la
noche anterior a su ejecución pidió como última favor que le brindaran un trozo de
carbón, unas velas y unas rosas blancas.
Utilizó las cosas para realizar en su celda un altar y un hechizo. Con el trozo de
carbón pintó en la pared un gran barco, mientras recitaba conjuros. Entonces
apareció frente a ella el demonio, quien la sacó de allí en el barco que había
pintado en la pared.
MItos
Los Nahuales
Hay míticos relatos que deambulan por los pueblos más inhóspitos, en donde
solo un puñado de personas han sido testigos de verdaderas
apariciones, fenómenos extraños e inclusive de animales que tienen que ver con
la brujería, los espíritus y los dioses, como el mito que el día de hoy les vamos a
contar. Los nahuales son seres de la mitología prehispánica, cuyo nombre
significa «Alma de animal».
Se dice que estos desconocidos animales en realidad son brujos que tienen la
habilidad de transformarse en cualquier ser vivo como un perro, caballo, lobo,
cerdo y coyote, teniendo así la ventaja de colarse entre los pueblos para entrar
silenciosamente a los hogares y robar comida, objetos o cualquier clase de
hierbas para preparar pociones curativas.
Existen muchas personas que afirman que han visto en carne propia los
misteriosos rituales de los nahuales, los cuales se llevan a cabo bajo la luz de la
luna y con la presencia de los dioses de la noche. Sacrifican a un coyote, le cortan
la piel y encienden una gran fogata para iniciar con sus rezos con un lenguaje que
hasta el momento nadie ha sabido descifrar.

Cuando la fogata esta a punto de apagarse, los nahuales cubren sus cuerpos con
las cenizas que aún están encendidas y la piel se les comienza a secar
produciendo cortes en todo el torso.

El humo de la fogata se esparce por todo el lugar y con el, los nahuales
desaparecen.

Estos seres raros vienen al mundo real en el cuerpo de un animal con la única
finalidad de hacer maldades, provocar terror entre las personas y alimentarse de
otros seres vivos.

El conejo de la luna
El Conejo de la luna es uno de los mitos cortos que envuelven esta enorme
estrella que brilla para dar luz natural a nuestro planeta tierra. Algunos dicen que
al ver fijamente a la luna, se alcanza a notar la silueta de un conejo, la cabeza, el
rabo, las patas, pero especialmente sus grandes ojos que destacan junto con la
luz de la estrella. Sin embargo, hay un mito en particular que parece ser el más
cercano al origen del conejo en la luna y es el que les vamos a relatar el día de
hoy.
Cuenta la historia, que un dios de los que existía en tiempos muy remotos decidió
viajar por todo el mundo para apreciar las maravillas del planeta tierra, para ello,
encarno en el cuerpo de un hombre y comenzó con el largo trayecto. Todo iba
bien, hasta que día tras día los alimentos estaban escaseando, no había agua y el
lugar más cercano para encontrar provisiones estaba tan lejos que era imposible
llegar rápidamente.

El agotamiento y el hambre venció al pobre hombre, quien desesperado por


descansar reposo bajo un frondoso árbol. Espero en ese lugar hasta el anochecer,
acompañado de las estrellas y la resplandeciente luna, siguió su camino.

Mientras estaba bajando por una empinada colina, se encontró con un lindo


conejo que estaba disfrutando de una deliciosa cena de zanahorias y pasto verde.

El hombre en ese instante le pregunto al conejo que si le podría compartir algo de


su comida, pero se dio cuenta que sobraba un poco de pasto. El conejo
preocupado por el estado físico del hombre, se ofrece como alimento para que el
pueda sobrevivir.

El hombre al ver esa valiente acción, acepta comer al conejo, no sin antes darle
algo a cambio para que todos lo recuerden al levantar la mirada hacia la luna.

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