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El Sombraron
Al igual que la Llorona, El sombrerón es una de las leyendas más populares en
Guatemala y por lo tanto, tiene varios elementos similares y varios elementos
distintos en cada uno de los relatos. Todas las leyendas concuerdan en que el
sombrerón era una hombre de pequeña estatura, que usaba un sombrero muy
grande, siempre estaba con una guitarra y tenía una voz maravillosa.
Cuentan las leyendas que el sombrerón vio a una mujer que lo deslumbro con su
belleza, de ojos oscuros y pelo negro. Al verla no puedo resistirse y quiso
enamorarla, por lo que se acerco a su balcón y le cantó serenata. La mujer, a
quienes en algunas leyendas la llaman Celina, se enamoró de este pequeño
hombre con esta angelical voz a quien esperaba todos los días.
Cuando la fogata esta a punto de apagarse, los nahuales cubren sus cuerpos con
las cenizas que aún están encendidas y la piel se les comienza a secar
produciendo cortes en todo el torso.
El humo de la fogata se esparce por todo el lugar y con el, los nahuales
desaparecen.
Estos seres raros vienen al mundo real en el cuerpo de un animal con la única
finalidad de hacer maldades, provocar terror entre las personas y alimentarse de
otros seres vivos.
El conejo de la luna
El Conejo de la luna es uno de los mitos cortos que envuelven esta enorme
estrella que brilla para dar luz natural a nuestro planeta tierra. Algunos dicen que
al ver fijamente a la luna, se alcanza a notar la silueta de un conejo, la cabeza, el
rabo, las patas, pero especialmente sus grandes ojos que destacan junto con la
luz de la estrella. Sin embargo, hay un mito en particular que parece ser el más
cercano al origen del conejo en la luna y es el que les vamos a relatar el día de
hoy.
Cuenta la historia, que un dios de los que existía en tiempos muy remotos decidió
viajar por todo el mundo para apreciar las maravillas del planeta tierra, para ello,
encarno en el cuerpo de un hombre y comenzó con el largo trayecto. Todo iba
bien, hasta que día tras día los alimentos estaban escaseando, no había agua y el
lugar más cercano para encontrar provisiones estaba tan lejos que era imposible
llegar rápidamente.
El hombre al ver esa valiente acción, acepta comer al conejo, no sin antes darle
algo a cambio para que todos lo recuerden al levantar la mirada hacia la luna.