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Sebastián Grande
Tema 4 MIGRACION DE LOS FLUIDOS MINERALIZANTES
El movimiento de los fluidos mineralizantes es controlado por la permeabilidad de la roca caja, la cual
depende: I) del carácter original de la roca (RASGOS PRIMARIOS); y, II) de las estructuras geológicas
sobreimpuestas posteriormente, capaces de generar brechas permeables a partir de rocas impermeables
o no (CONTROLES SECUNDARIOS).
(I) RASGOS PRIMARIOS: controlan la distribución de los fluidos y, por ende, la ubicación de los cuerpos
de mena. Comprenden litologías que son permeables desde el momento de su formación:
- ESTRATOS PERMEABLES: calizas arrecifales
brechas de colapso en calizas cavernosas
conglomerados y areniscas bien escogidos
- CUERPOS VOLCÁNICOS: flujos escoriáceos y vesiculares
brechas de flujo y brechas piroclásticas
domos y chimeneas volcánicas fracturados
Claramente este tipo de controles primarios de la mineralización tienen un alcance muy local, estando
supeditados a la presencia de ciertos tipos específicos de roca caja.
(II) CONTROLES SECUNDARIOS: son estructuras geológicas sobreimpuestas a la roca caja que crean
zonas brechadas o fracturadas que pueden controlar la trayectoria de los fluidos mineralizantes y hasta
logran finalmente entramparlos, generando depósitos o cuerpos de mena. Comprenden estructuras
geológicas muy comunes como: fallas, pliegues, diaclasas, diques intrusivos y estratos competentes
fracturados.
FALLAS: existen fallas en muchos lugares de la corteza y una gran cantidad de depósitos grandes a la
escala mundial están asociados a éstas. El movimiento irregular de los bloques de las fallas origina planos
de falla rellenos por material triturado y fracturado: rellenos y brechas de falla. Las fallas mayores, de
carácter regional o las geofracturas, producen rellenos de grano muy fino (arcillas de falla) o rocas
cataclásticas recristalizadas muy compactas (milonitas). Ambos rellenos son muy impermeables y
generalmente constituyen obstáculos a la circulación de los fluidos, tanto a través como a lo largo de los
planos de falla, llegando a ser estas fallas más bien límites entre diferentes provincias metalogénicas. Las
brechas de grano grueso, sin cohesión y bien escogidas (con poco material fino), como las originadas por
fallas menores, a profundidades someras, son el mejor huésped para los fluidos mineralizantes. Estas
fallas dan origen a cuerpos de mena muy comunes denominados vetas, venas o filones, cuando tienen
forma tabular u hojosa, o chimeneas de brecha, cuando tienen forma cilíndrica o tubular alargada.
Son cuerpos tabulares a hojosos, muy anchos y largos, pero de poco espesor (de unos cm a 1,2 m,
como máximo), que ocupan planos de fallas, diaclasas o fracturas. Existen venas de muchos tipos y
formas:
Venas simples: formadas por una sola inyección de fluidos mineralizantes en una fractura.
Venas complejas: formadas por varias inyecciones a lo largo de un mismo plano de fractura.
Venas irregulares: cuando tienen espesor variable debido a ondulaciones o curvaturas en los
planos de falla. Comprenden zonas estrechas denominadas cuellos y amplios ensanchamientos
llamados bonanzas.
Venas anostomosadas o ramificadas: son venas entrelazadas que se cortan mutuamente o
se bifurcan. En minería un cuerpo extenso y de gran volumen formado por numerosas venas
ramificadas y poco separadas entre sí se denomina stockwork.
Venas conjugadas: comprenden dos juegos de venas que se cortan ortogonalmente. Se
relacionan con diaclasas o fracturas conjugadas.
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Fig. 4-1. Diferentes tipos de cuerpos de mena tabulares (venas, vetas o filones). Explicaciones en el texto.
Son cuerpos tubulares y elongados, cilíndricos o elípticos, que contienen grandes volúmenes de rocas
fracturadas y brechadas. Las chimeneas son resultado de la combinación de dos rasgos estructurales
planares o tabulares que se intersecan y/o desplazan mutuamente. Estos pueden ser: fallas, fisuras,
diques intrusivos, estratificación, flujos de lava o de tobas, diaclasas, etc. Tambien pueden originarse por
el movimiento de dos bloques a lo largo de un plano de falla ondulado, a lo largo de contactos intrusivos,
en cuellos volcánicos o diatremas y en canales de disolución en calizas. Las chimeneas alcanzan hasta
50-500 m de diámetro máximo y alturas de hasta 2-3 km, constituyendo generalmente depósitos de gran
importancia económica. Muchos cuerpos de mena muy famosos se hallan o hallaban en chimeneas de
brecha, como Tsumeb (Namibia), Morro Velho (Minas Gerais, Brasil) y Trepca (Bosnia-Herzegovina).
Fig. 4-2. Chimeneas de brecha. (a) Por la intersección de dos fallas; (b) En una chimenea volcánica; (c) En
cavidades de colapso y de drenaje subterráneo, en rocas carbonáticas afectadas por disolución cárstica.
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a. b.
Fig. 4-3. (a) Crestas ensilladas (saddle reefs) en una secuencia capa dura-capa blanda de rocas
sedimentarias plegadas. (b) Falsas crestas ensilladas generadas por fallas con alto buzamiento.
DIQUES: cuando los diques intrusivos cortan a rocas incompetentes, se fracturan transversalmente. Las
fracturas se disponen en forma escalonada y pueden ser grietas de enfriamiento, de tensión o fallas en
échelon (en escalera) (Fig.4-4). Las venas formadas se conocen como venas en échelon o escalonadas.
También pueden formarse cuando un estrato competente (caliza) con elevado buzamiento dentro de una
secuencia incompetente (lutitas) se fractura debido a la gravedad. Son famosos los yacimientos de Co-Ni-
Ag desarrollados en venas escalonadas que cortan a diques de diabasa en Cobalt (Ontario, Canadá).
Fig. 4-4. Venas en escalera (en échelon). (a) Desarrolladas en fracturas transversales a un dique intrusivo
subvertical; (b) Desarrolladas en un estrato competente de alto buzamiento rodeado por rocas
incompetentes. Redibujado de Park y Mc. Diarmid (1982).
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EJEMPLOS MUNDIALES: son numerosos y famosos los yacimientos mundiales cuya formación estuvo
controlada por controles secundarios. A continuación se describen algunos de ellos:
Trepca (Bosnia-Herzegovina/ex-Yugoslavia): es una gran chimenea de brecha constituida por un cuello
volcánico de dacita con un buzamiento actual de 40°NW. La intrusión del cuello volcánico produjo brechas
y además originó una zona de skarn en la roca caja carbonática. La mena consiste de sulfuros de Pb-Zn-
Fe y sulfosales de Pb-Fe (sulfoantimoniuros).
Tsumeb (Namibia): chimenea de brecha constituida por un dique sedimentario casi vertical de arenisca
arcósica, cuya intrusión fue posterior al fracturamiento. La mineralización consiste de sulfuros de Pb-Zn-
Cd-Cu. Una inusual circulación profunda de aguas subterráneas (a 1 km de profundidad), formó una
notable zona de oxidación y enriquecimiento supergénico de Pb-Zn-Cu protegida de la intemperie, con
mineralizaciones y drusas espectaculares de oxisales de Pb, Cu, Co, Zn y Cd (ver Tema 15).
Rambler (Columbia Británica, SW Canadá): crestas ensilladas (hasta 10 en sentido vertical). Las menas
consisten de sulfuros de Pb-Zn-Fe y sulfosales de Pb-Ag. Es una de las minas de plata más grandes del
mundo actual.
Coeur d'Alene (Idaho, U.S.A.): venas simples y ramificadas en zonas de fallas tensionales. Las menas
son sulfuros de Pb-Zn-Cu-Fe y sulfosales de Pb.
Morro Velho (Minas Gerais, Brasil): crestas ensilladas y chimeneas de brecha. Las menas son sulfuros
hipotermales de Fe-As, wolframita, scheelita y oro nativo. Es una de las minas de oro más grandes del
mundo, sus galerías llegan a los 2,5 km de profundidad.
Muzo y Chivor (Colombia): venas simples en grietas tensionales desarrolladas en calizas grafíticas
marmóreas. Son las minas de esmeralda más famosas del mundo, productoras de las piedras con el
color más profundo y de mayor precio.
Chuquicamata (Atacama, Chile): extenso stockwork desarrollado en una cúpula de cuarzo-diorita
porfídica alterada metasomáticamente. Ejemplo perfecto de los depósitos conocidos como pórfidos de
cobre. Las venas ramificadas están tan poco espaciadas entre sí que la roca pareciera contener cristales
de menas de Cu diseminados. El tenor de la mena es muy bajo (0,07%), pero las reservas cuantiosas
(más de 2.500 Mt). El stockwork cubre un área de 4 km 2. La zona de enriquecimiento supergénico en
condiciones de extrema aridez incorporó haluros traídos desde el océano por los vientos y formó menas
secundarias halogenadas o sulfatadas como ATACAMITA y ANTLERITA, de elevado tenor (1-2%), lo cual
hace el yacimiento sumamente rentable. Es uno de los pórfidos de Cu más grandes del mundo. Su
explotación se realiza a cielo abierto, por terrazas y el "cráter" excavado alcanza 600 m de profundidad y
supera los 2 km de diámetro. Es la segunda mina de Cu más importante de América, luego de la de
Bingham Canyon, en Utah (USA), de características muy similares.
Clímax (Colorado, U.S.A.): chimenea de brecha de explosión asociada a un pórfido de Cu subvolcánico.
Constituye la mayor acumulación de molibdenita (MoS2) del mundo.
Kimberley (Sudáfrica): chimeneas diatrémicas extrusivas de kimberlita. Fueron las minas de diamante
más grandes del mundo, hoy abandonadas. La roca peridotítica porfídica hidratada proveniente del manto
superior, denominada kimberlita, tomó su nombre de esta localidad.
Como se explicó en el Tema 3 anterior, existen muchas fuentes de origen para las soluciones
hidrotermales, desde fluidos residuales de la cristalización magmática, pasando por aguas formacionales
o connatas, marinas, metamórficas, freáticas o meteóricas. Todas estas “aguas” son potenciales agentes
metalogénicos, siempre y cuando se dé una serie de condiciones para que ocurra una notable
acumulación de mena metálica en algún lugar en el interior de la corteza. Antiguos sistemas hidrotermales
actualmente inactivos o fósiles han sido responsables de la depositación de valiosos depósitos de mena
desde el Arqueano hasta el Pleistoceno, es decir, durante toda la historia de la Tierra, y no se descarta su
existencia en otros cuerpos planetarios, como Marte, Europa, o Io. Otros sistemas se encuentran activos
hoy en día en zonas de actividad ígnea o elevados gradientes geotérmicos, como el parque nacional de
Yellowstone y el mar de Salton, California (U.S.A.); así como en Islandia, Italia, Japón, Nva. Zelanda,
Chile, Valle Rift africano y en los valles axiales de las dorsales centroceánicas. Todo sistema hidrotermal
así constituido, sea fósil o activo, consta o constaba de las siguientes partes interactivas:
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R-.RECARGA DE FLUIDOS: puede tener un origen profundo y altas temperaturas si se nutre de aguas
magmáticas o metamórficas, o un origen somero y temperaturas moderadas a frías si su fuente son
aguas someras, connatas, meteóricas o marinas que se infiltran en la corteza.
F-.FUENTE DE ENERGÍA: son los elevados gradientes geotérmicos locales que se requieren para calentar
dichos fluidos acuosos o para mantenerlos calientes durante un cierto tiempo. Generalmente el calor se
deriva de cámaras magmáticas subterráneas durante el lento proceso de intrusión, enfriamiento y
solidificación de plutones, pero estos fluidos también pueden ser calentados por altos gradientes
geotérmicos locales, no directamente relacionados con actividad magmática, como los que ocurren
durante los procesos de rifting continental, debido al ascenso de la astenósfera y en las dorsales.
C-.CELDAS DE CONVECCIÓN O DE CIRCULACIÓN HIDROTERMAL: son celdas donde tiene lugar la circulación
de fluidos calientes a diversas escalas y profundidades dentro de la corteza. El movimiento descendente
ocurre a partir de la RECARGA de fluidos someros fríos que se infiltran hacia en el interior de la corteza a
través de controles de permeabilidad y porosidad. A profundidades entre 3-8 km dichas soluciones son
calentadas por los mecanismos antes propuestos (F) y comienzan a disolver cationes metálicos M
presentes en la roca huésped, poniéndolos en circulación. Estos fluidos calientes en virtud de su menor
densidad, tienden a ascender hacia la superficie, generando zonas de DESCARGA (D).
D-.ZONAS DE DESCARGA: las cuales pueden ser algo difusas, o extremadamente localizadas, tal como
ocurre en las chimeneas de descarga submarinas, o en las fuentes termales, fumarolas y solfataras.
La Fig. 4-5 muestra un sistema activo de circulación hidrotermal típico, reconstruído a partir de
información acerca de sistemas bien expuestos, donde es posible notar cómo interactúan entre sí sus
diferentes partes. La recarga R en este caso es meteórica y ocurre en un volumen bastante amplio; las
celdas de circulación hidrotermal C, con forma de hongo, han sido modeladas a partir de sistemas
hidrotermales hoy activos, en la zona volcánica de Taupó, en la isla Norte de Nueva Zelanda. Se asume
que la fuente de calor F es una cámara magmática mediana, relativamente profunda, en proceso de lento
enfriamiento. La circulación ascendente tiene zonas de descarga someras caracterizadas por diversas
manifestaciones hidrotermales, que incluyen aguas termales, géiseres, fumarolas y solfataras. Las
fuentes de metales M, que anteriormente se creían de naturaleza exclusivamente magmática, pueden
estar también en ciertos tipos de roca caja favorables para la acumulación de metales pesados, en
especial se destacan los sedimentos lutíticos euxínicos, las evaporitas y las grandes secuencias
volcaniclásticas de arco volcánico. Las soluciones ascendentes se enfrían a niveles someros y depositan
su carga metálica en sistemas de venas o filones.
Fig. 4-5. Partes de una celda de circulación convectiva hidrotermal. Explicaciones en el texto. Modificado de
Piragno, 1998.
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NH3
Cu2+
Complejo soluble:
Cupro-tetra-ammina
[Cu(NH3)4]2+
Fig. 4-6. Geometrías de los complejos solubles. El centro de cada poliedro de coordinación está ocupado por
un catión central metálico M (sombreado), los vértices del poliedro contienen los ligandos L -, que pueden
ser aniones como Cl-, o moléculas neutras como NH3. Los enlaces entre cationes y ligandos pueden variar
de iónicos a covalentes.
La formación de complejos aniónicos ha sido empleada en la industria química desde hace más de
dos siglos, en especial, en la metalurgia del oro y otros metales. El conocido proceso de cianuración se
basa en la formación de un complejo aniónico de aurocianuro, según la reacción siguiente:
Au + 2CN-1/2O2+ H2O Au(CN)2]- + 2OH-
La mena aurífera pulverizada de bajo tenor (generalmente cuarzo aurífero o pirita aurífera) es colocada
en grandes cubetas conteniendo soluciones de cianuros alcalinos (NaCN) donde se agita mecánicamente
para promover su oxigenación y disolución. La solución que contiene el complejo de aurocianuro se pasa
a cubas de precipitación donde el complejo es destruido por reacción química con Zn en polvo, o por
electrólisis, obteniéndose el precioso metal concentrado y bastante purificado:
Algunos complejos cianurados con Fe, Zn están tan fuertemente enlazados que forman sales
cristalinas perfectamente estables, de las cuales es posible obtener cristales sintéticos enormes. Notables
son los ferro y ferricianuros de potasio o sodio, que forman sales de color amarillo pálido, los primeros, y
rojo bermellón, los segundos. Un complejo aniónico debe neutralizar su carga para poder cristalizar, esto
lo hace incorporando cationes; los complejos catiónicos, en vez, incorporarán aniones:
Los complejos amoniacales son frecuentes en Cu y Ag. Así, el ión cúprico Cu 2+, de color azul celeste
en solución, en presencia de amoníaco forma el complejo catiónico cuprotetrammina, de simetría
cuadrada y de color azul-violeta intenso:
Cu2+ + 4NH3 [Cu(NH3)4]2+
Este complejo catiónico puede cristalizar en presencia de sulfatos o cloruros alcalinos:
[Cu(NH3)4]2+ + 2Cl-[Cu(NH3)4]Cl2
Los complejos amoniacales no son frecuentes en los ambientes metalogénicos naturales, pero
localmente pueden formarse en presencia de capas de carbón, ricas en compuestos nitrogenados. Existe
toda una rama de la química que se ocupa de estudiar estos complejos, algunos también pueden ser
órgano-metálicos, es decir, sus ligandos pueden ser moléculas orgánicas simples, como CH 4, o C2H6,
aldehidos, o moléculas más complejos, como ácidos húmicos.
Es evidente que si existen mecanismos artificiales tan eficientes para disolver y reprecipitar metales,
incluyendo aquellos nobles y tan insolubles como Au, Ag o Pt, deben existir procesos naturales similares
capaces de explicar el transporte y la precipitación de metales en los yacimientos.
En la naturaleza los complejos más frecuentemente hallados son de dos tipos: a) clorinados, con Cl-;
b) sulfurados, con HS- o H2S, o tiocomplejos. Otros ligandos son posibles, pero con estos dos solamente
es posible explicar casi toda la gama de grandes e importantes yacimientos metálicos hidrotermales
formados desde los tiempos más remotos hasta los más recientes.
Los cationes centrales de los complejos y sus ligandos han sido caracterizados en base a su “fuerza”.
Puesto que los cationes tienden a ceder electrones al enlace con los ligandos, éstos se comportan como
si fueran “ácidos”, mientras que los ligandos aniónicos o neutros, como si fuesen “bases”. La siguiente
tabla lista los cationes y los ligandos basándose en su “fuerza” relativa, de duros a suaves:
En la tabla anterior se observa que los iones “duros” tienden a ser de pequeño a mediano radio iónico,
de carga moderada a alta y muy poco polarizables; contrariamente, los “suaves” tienden a ser de gran
radio iónico, baja carga y muy polarizables. En general los cationes suaves tienden a enlazarse con
aniones o moléculas suaves, mientras que los cationes duros lo hacen con aniones o moléculas duras. En
estos casos se generan complejos muy estables, “fuertes”, difíciles de descomponer. En el caso de
enlaces cruzados, es decir, cationes duros con aniones suaves, o viceversa, se generan complejos más
inestables, “débiles”, fáciles de descomponer. Por ejemplo, HS-es un ligando suave, por ende formará
complejos muy estables con cationes suaves como Cu+, Au+, Ag+, Cd2+, Hg2+, Hg+; y formará complejos
menos estables con cationes intermedios como Fe2+, Co2+, Ni2+, Cu2+, Zn2+, Pb2+; y complejos aún menos
estables con cationes duros alcalinos, alcalino-térreos o de elevada valencia, como Ti4+, Sn4+, Fe3+.
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Ahora bien, el mecanismo de transporte de metales puede ser explicado fácilmente con la formación
de estos complejos solubles. Sin embargo deben también proponerse los mecanismos opuestos, es decir,
los que destruyan los complejos, produciendo la precipitación de las menas como sulfuros o sulfosales.
Para entender este proceso es necesario tratar los dos tipos de complejos solubles más comunes,
clorinados y sulfurados, por separado.
DESTRUCCIÓN DE COMPLEJOS SOLUBLES SULFURADOS:
Los complejos sulfurados son estables a temperaturas bajas a moderadas, hasta 300ºC. Atendiendo a
los requerimientos del equilibrio químico en reacciones como la siguiente, donde Me es un catión
bivalente:
[Me(HS)3] - MeS + HS-H2S
SULFURO
es evidente que la destrucción del complejo ocurrirá cuando el equilibrio se desplace hacia la derecha, lo
que ocurrirá cuando exista pérdida de H2S y/o destrucción del HS- por oxidación a sulfato [SO4]2-. En
resumen, las causas que pueden precipitar la mena sulfurosa a partir de complejos de hidrosulfuro son
las siguientes:
1. Descompresión y ebullición del fluido: que causa la pérdida de H2S
2. Oxidación del HS- a sulfato [SO4]2-: que disminuye la concentración de especies sulfurosas
disueltas y disminuye grandemente el pH debido a la formación de ácido sulfúrico H2SO4.
3. Disminución de la temperatura: que causa una disminución en la solubilidad.
Los componentes más exóticos (Se, Te, Sb, As) pueden provenir de la roca caja atravesada por las
soluciones hidrotermales, en especial si ésta consiste de tobas o lavas félsicas, como ocurrió en la
caldera de Silverton, Colorado, U.S.A. y numerosas localidades en los Andes centrales (Chañarcillo y
Potrerillos, Chile).
Es obvio que las causas de la precipitación de sulfuros y afines a partir de complejos clorinados
deberán ser las siguientes, todas ellas capaces de desplazar el equilibrio hacia la derecha:
1. Aumento en la concentración de H2S: que produce la precipitación de sulfuros insolubles.
2. Aumento del pH debido a la ebullición: el HCl se separa de la solución disminuyendo su acidez.
3. Disminución de la concentración del Cl por mezcla con aguas de menor salinidad (freáticas)
4. Disminución de la temperatura de la solución: que disminuye la solubilidad de todo soluto.
Otras causas posibles incluyen: a) reacciones con la roca caja (alteración hidrotermal); b) cambios
químicos debidos a la mezcla de fluidos hipogénicos (de origen profundo, reductores) con epigénicos (de
origen somero, oxidantes); c) descompresión adiabática; d) cambios en el estado de oxidación de los
cationes; y e) adición de componentes exóticos presentes en la roca caja, como As, Sb, Te, Se, Bi.
Las reacciones con la roca caja tienden a disminuir la concentración de H + en la solución, por ende
disminuyen la concentración de HCl o H2SO4 y disminuyen su acidez. Un ataque ácido a una roca caja
rica en aluminosilicatos, como feldespatos alcalinos y otros, da como resultado una argilización de la roca
y la expulsión hacia la solución de cationes metálicos solubles:
H+ + (FK, Plag, Hbl, Micas) CAOLINITA, MONTMORILLONITA, SMECTITA + CATIONES SOLUBLES
aluminosilicatos minerales de arcilla Na, K, Ca, Mg
Pb, Cu, Zn, Sn
La ebullición de las soluciones al alcanzar una cierta profundidad crítica causa una rápida pérdida de
volátiles, entre los que se encuentran precisamente las moléculas formadoras de ligandos, como CO 2,
H2S y HCl.
HCO3- + H+ H2O + CO2
HS- + H+ H2S
Los cambios en el estado de oxidación en algunos metales de transición suelen causar precipitación
de menas metálicas. En ciertos metales las especies oxidadas tienden a ser insolubles, como ocurre con
Fe o Mn:
Fe2+ Fe3+ e- :Fe2O3 o FeOOH
HEMATITA GOETHITA
Sin embargo el comportamiento del uranio y otros metales de transición de alta valencia, como W, Mo
y V, es completamente opuesto. El U6+ no existe en solución sino como un catión complejo soluble
[UO2]2+, denominado uranilo. Este catión es sorprendente, forma sales estables de color amarillo vivo,
sumamente solubles en al agua, pero estables sólo en ambientes oxidantes, como aguas freáticas o
meteóricas. En presencia de abundante materia orgánica, grafito o pirita, en ambiente reductor, el U 6+ es
reducido a U4+, que precipita como óxido negro, o uraninita:
[UO2]2+ + 2e- UO2
URANINITA
También, como se mencionó anteriormente, la adición de ciertos componentes exóticos de la roca caja
a la solución puede causar la precipitación de sulfosales, telururos, seleniuros, o antimoniuros.
Las menas pueden ser precipitadas de los fluidos mineralizantes mediante tres procesos diferentes:
remplazo metasomático, relleno de cavidades y depositación coloidal.
1. Los sulfuros, arseniuros, telururos y sulfosales (SATS) remplazan a toda otra roca, ganga o mena previa.
2. La ganga puede remplazar a toda roca y a otra ganga, pero no a los SATS.
3. Los óxidos de alta temperatura (OAT) remplazan a toda otra roca o ganga, pero no a los SATS.
4. Los OAT raramente pueden remplazar a los SATS.
El metasomatismo ha sido aceptado desde hace mucho tiempo, sin embargo se han suscitado
acalorados debates acerca de la manera como ocurre. El principal problema es explicar como son
removidos los enormes volúmenes de material remplazado por la misma solución hidrotermal que
deposita las menas. Se cree que el proceso opera por difusión iónica, cuya rata es mayor al aumentar la
temperatura. La difusión tiene lugar a través de las redes cristalinas, por ello aquellos minerales con
elevado índice de empaquetamiento serán remplazados más difícilmente que aquellos con índice bajo. Y
viceversa. El índice de empaquetamiento E se define como sigue:
CALCITA (4,0) > CUARZO (5,2) > GROSSULARIA (6,4) > SATS, OAT (6,0-7,0)
El índice de empaquetamiento de una estructura cristalina se expresa en partes por 10, es decir, un
índice de 4,0 (como el de la calcita) indica que la estructura posee un 40% de espacios “llenos” y un 60%
de espacios vacíos. Claramente, una estructura abierta es muy favorable al remplazo metasomático. Así
los carbonatos de Ca-Mg serán los minerales más fácilmente remplazables, lo que explica la frecuente
formación de grandes cuerpos de mena por remplazo de calizas y dolomías. En este tipo de rocas y los
skarns asociados a ellas, se ha determinado que el pH de la solución es el factor principal en la
precipitación, puesto que a su vez controla la solubilidad de los carbonatos. También el cuarzo y los
feldespatos tienen estructuras muy espaciosas. En los silicatos en general, cuánto menos polimerizados
estén mayor será su índice de empaquetamiento. Así en el ejemplo anterior se observa que la estructura
del cuarzo (tectosilicato totamente polimerizado) es mucho más espaciosa que la del granate grosularia
(nesosilicatos no polimerizado). Los filosilicatos, como micas y cloritas, también tienen bajos índices de
empaquetamiento. La Fig. 4-7 muestra esquemáticamente como ocurre el remplazo metasomático de un
mármol cuarzoso cuando diversas soluciones mineralizantes lo atraviesan.
Se forma un FRENTE DE DIFUSIÓN dentro de la roca caja que delimitará el volumen de roca que será
sustituido por PIRITA (Fig. 4-7a). El Fe2+ es aportado por un fluido mineralizante ascendente. La roca caja
dentro de los límites del frente de difusión ha sido transformada a pirita, pero algunos restos de cristales
de calcita y cuarzo no-sustituidos quedan dentro de la veta mineralizada (Fig. 4-7b). Como parte del
mismo ciclo metalogénico, u otro posterior, se forma un nuevo frente de difusión dentro del volumen de
veta mineralizada con pirita que será sustituido por sulfuro de Cu-Fe, CALCOPIRITA (Fig. 4-7c), Igualmente,
el Cu2+ es aportado por un nuevo fluido mineralizante ascendente. La veta pirítica dentro de los límites del
frente de difusión ha sido transformada en calcopirita, pero quedan remanentes de pirita y de roca caja
no-sustituidos (Fig. 4-7d). De este modo la calcita (4,0) y el cuarzo (5,3) de la roca caja son sustituidos por
pirita (6,3), la cual a su vez es sustituida por calcopirita (7,4), y así sucesivamente. Es evidente que el
ancho y el volumen del frente de difusión dependerá de la concentración del catión en cuestión, es decir
de su abundancia cortical. Por ello el frente de difusión del muy abundante Fe es mucho más amplio que
el del más escaso Cu, e igualmente el de Ag será aún menos amplio que el del Cu, etc.
El proceso puede repetirse varias veces, y en otras direcciones, por ejemplo, en fracturas conjugadas
ortogonales, vetillas anostomosadas, etc., y nuevas soluciones con otros metales (Pb, Ag, etc.) actuarán
de modo similar, en secuencia, y se generará un complejo depósito polimétalico. Cada nuevo mineral
formado generalmente remplaza a otro con índice de empaquetamiento E menor.
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Los principales criterios, tanto de campo como de laboratorio, que se toman en cuenta para reconocer
menas o depósitos originados por remplazo metasomático se listan a continuación. Estos estudios
requieren preparar la muestra de mena masiva en forma de SECCIÓN PULIDA. Las secciones pulidas son
láminas de mena cortadas y adheridas a una base de baquelita o plástico térmico negro. La inmensa
variedad de minerales mena son opacos o muy poco traslúcidos, por ende las secciones pulidas se
observan al microscopio polarizante por reflexión, de modo que cada mineral adquiere un color de
interferencia por reflexión característico que permite identificarlo, esto permite estudiar la textura de la
mena y establecer la secuencia de remplazo (Fig. 4-8). Esta técnica se denomina minerografía:
1. Pseudomorfismo de un mineral por otro u otros, dentro de los límites de sus propios cristales. También un
polimorfo puede remplazar a otro de la misma manera (a).
2. Islas de mineral no-remplazadas dentro del mineral remplazante (b).
3. Intercrecimientos vermiculares en los límites entre el mineral remplazado y el que lo remplaza (c).
4. Fragmentos orientados aislados del mineral huésped embebidos en el mineral remplazante (d).
5. Minerales residuales resistentes (circón, corindón, apatito) presentes en la mena en la misma proporción en
que se hallaban en la roca original (e).
6. Incompatibilidad físico-química entre los metacristales y los minerales de la roca huésped (sustancias no
relacionadas químicamente, como galena y calcita).
7. Secuencia depositacional en la que los minerales se enriquecen en un elemento dado. Por ejemplo, en
menas de Cu:
CALCOPIRITA CuFeS2 BORNITA Cu5FeS4 CALCOSINA Cu2S
8. Fracturas “rellenas” que se intersectan sin desplazarse mutuamente (f).
9. Bordes de fracturas "rellenas" que no concuerdan al eliminar el relleno.
Fig. 4-8. Esquema de algunos criterios minerográficos utilizados para el reconocimiento del remplazo
metasomático en menas. Explicaciones en el texto.
Este proceso es común a profundidades relativamente someras, en depósitos de baja a media T (epi a
mesotermales) donde las rocas tienden a fracturarse y brecharse. Las aberturas formadas permanecen
abiertas, a pesar de la presión litostática. En estas condiciones la circulación de fluidos es relativamente
libre y su conexión con la superficie y la atmósfera permite una rápida depositación de las menas,
propiciada por rápidos descensos de T y P, que favorecen la ebullición de las soluciones HT. Por lo tanto
no ocurren lentos cambios químicos y procesos de difusión iónica, como en el remplazo metasomático.
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Las brechas que rellenan las fracturas tienen elevada porosidad y son permeables, permitiendo la
circulación de fluidos mineralizantes y la depositación de la mena. Los principales criterios minerográficos
que permiten reconocer menas o depósitos formados por relleno de cavidades son (Fig. 4-9):
1.-Presencia de cavidades revestidas internamente por cristales perfectos, con paredes de mineral masivo o
criptocristalino: geodas, nidos o drusas (Fig. 4-8a).
2.-Bandeamiento simétrico y crustificación (Fig. 4-8b).
3.-Estructura de "brecha cementada": fragmentos angulares de roca huésped cementados por minerales
mena o ganga (Fig. 4-8c).
4.-Estructura "en peine": cristales que crecen diametralmente opuestos a una fractura y que se entrecruzan
casi paralelamente (Fig. 4-8a).
5.-Bordes de fracturas rellenas que sí concuerdan al eliminar el relleno (Fig. 4-8d).
6.-Estructuras planares previas desplazadas por la vena formada (Fig. 4-8e).
Fig. 4-9. Esquema de algunos criterios minerográficos utilizados para reconocer el relleno de cavidades en
depósitos de menas. Explicaciones en el texto.
Ciertos mineraloides (amorfos) como ópalo, garnierita, goethita (limonita), pueden haber sido formados
por la cristalización de geles coloidales. Además muchos minerales criptocristalinos, esferulíticos o
botroidales (calcedonia, zeolitas, pirolusita, psilomelana, marcasita, rodocrosita, pechblenda, casiterita
"madera de estaño" y los productos de oxidación supergénica de los depósitos de Pb-Zn-Cu-Ag, como
azurita, malaquita, smithsonita, querargirita, etc., fueron posiblemente depositados como coloides o geles
que cristalizaron poco después de su depositación, deshidratándose total o parcialmente por desecación.
En estos procesos, que ocurren a profundidades muy someras e incluso en la superficie terrestre, no se
descarta la intervención de ciertas bacterias en los procesos químicos de precipitación. La recristalización
de sustancias amorfas, como coloides, mineraloides o vidrios volcánicos, tiende a generar texturas
radiales o esferulíticas, formadas por finos cristalitos aciculares dispuestos radialmente. Esto se debe a
que la formación de los cristales ocurre en un medio isotrópico o amorfo, de modo que cualquier dirección
de crecimiento tiene la misma probabilidad que otra, de ahí la simetría esférica o radial de estos
agregados cristalinos.
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Los principales criterios minerográficos que permiten reconocer la depositación coloidal de menas
incluyen (Fig. 4-10):
1.-Texturas y hábitos coloformes debidas a la tensión superficial de los geles: minerales de hábito reniforme o
botroidal, como malaquita, azurita, rodocrosita, goethita, psilomelana, smithsonita, etc. (Fig. 4-9a)
2.-Fracturas de encogimiento radiales debidas a la desecación de los geles coloidales originalmente
precipitados (Fig. 4-9b).
3.-Bandeamiento por difusión: formando bandas de colores paralelas, como en el ágata (Fig. 4-9c).
4.-Estructuras caóticas o amorfas, como las del ópalo y limonita.
5.-Esferulitos y pisolitos, como en bauxita, gibbsita, hematita.
6.-Cristales columnares o aciculares que atraviesan en continuidad cristalográfica diferentes bandas de color,
formados por la recristalización de geles previos (Fig. 4-9d).
7.-Adsorción de materiales extraños que causa una variación composicional de los precipitados y cambios de
color en el mineral.
Estudios bastante recientes han demostrado que algunas texturas coloformes al nivel microscópico,
denominadas FRAMBOIDALES, se deben a la actividad de ciertas bacterias anaeróbicas (thiobacillus)
capaces de fijar ciertos elementos como sulfuros, en especial Cu, Fe y Au (Fig. 4-11). Las bacterias
pertenecen al tipo morfológico denominado “cocos”, de forma esférica, en especial a aquellas especies
que forman racimos similares a moras, denominados estreptococos. Puesto que dichas bacterias se
nutren de sulfuros, éstos quedan incorporados a sus protoplasmas, de ahí que la mena final adquiera la
textura framboidal. La bioingeniería minera es una nueva rama de la minería que trata de la extracción
de metales por medio de agentes bacteriales a partir de menas de muy bajo tenor, o hasta de los
materiales de desecho de explotaciones mineras. Grandes pilas de desechos han sido recicladas de este
modo, con gran rentabilidad, en muchos distritos mineros del mundo. La utilización y tratamiento de
menas de bajo tenor o de desechos de minas por bacterias del género thiobacillus ha permitido la
recuperación secundaria de notables cantidades de Au y Cu en las pilas de desecho de los pórfidos de Cu
y otros depósitos de bajo tenor.