Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las mujeres radicales hemos sido a lo largo de la historia un actor político clave en la
conquista de nuevos derechos. Ya a comienzos del siglo pasado, fueron decisivas en la pelea
por la consagración del derecho al voto, empujando a los correligionarios a presentar las
primeras iniciativas de ley tendientes a consagrarlo. El reconocimiento de los derechos
políticos fue sólo el inicio de una amplia agenda reivindicativa, que persigue la construcción
de una verdadera democracia paritaria, sostenida bajo el principio de igualdad.
En las conquistas de los últimos años está sobradamente probado que si no estamos
en los espacios de toma de decisiones hay temas que, más allá de su importancia o urgencia,
no se tratan. Desde la Ley Micaela, pasando por la Ley de protección integral contra la
violencia, hasta los aspectos más progresistas de la reforma del Código Civil y Comercial de
la Nación, a las ya mencionadas leyes de cupo y paridad, que se concretaron gracias al
accionar conjunto y transversal de las legisladoras en los Parlamentos. Esto demuestra
el enorme potencial que tenemos las mujeres cuando trabajamos de manera articulada.
Si bien existen muchas herramientas que buscan romper las inequidades que
enfrentamos, todavía queda camino por recorrer.
La participación política de las mujeres es, tal vez, una de las herramientas más
importantes para avanzar en el logro de una igualdad sustantiva. Necesitamos estar y
garantizar la presencia de las voces de aquellas que aún están invisibilizadas.
Una red tiene sentido por sí misma, pero aún más si tenemos claro qué objetivo
persigue, además de la riqueza en la propia interacción. En este punto, creemos necesario
reivindicar la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas como una
buena guía para apalancar iniciativas legislativas y la promoción de políticas públicas. La
agenda, a través de sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, va desde la eliminación de la
pobreza hasta el cambio climático, la educación o el diseño de nuestras ciudades. En
particular, el objetivo 5 sobre Equidad de Género, sigue siendo, un horizonte al que debemos
aspirar. La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas son centrales
para el desarrollo sostenible, garantizando los derechos humanos y trabajando sobre las
inequidades que hoy existen. En particular la autonomía económica de las mujeres y el
fortalecimiento del concepto de democracia paritaria en todos los ámbitos públicos y privados,
son ejes sobre los que es necesario construir políticas públicas más eficaces. En materia de
salud sexual y reproductiva debemos propender a un enfoque integral y federal y promover
la concientización y el reconocimiento de los distintos tipos de violencia contra las mujeres
que coexisten en nuestra sociedad, para así lograr prevenirlos y erradicarlos.
Tenemos que seguir pensando en las inequidades que aún persisten y diseñar las
políticas adecuadas para superarlas en cada ámbito, tanto hacia el interior de nuestro
partido como en la sociedad en su conjunto.
En segundo lugar, hay dos mitos que condicionan la participación de las mujeres
en la política. El primero, aquel que procura instalar la idea de que las mujeres no podemos
trabajar juntas y que sólo existe competencia entre nosotras. Este ha sido un mecanismo
eficaz de dinamitar espacios de cooperación. El segundo mito es que las mujeres sólo
hablamos de temas que nos atañen por nuestra condición de tales y no de la amplia agenda
de la representación política. Sabemos que no es así, y estamos dispuestas a desmontar los
prejuicios y estereotipos que construyen esta idea y que socavan la permanencia de las
mujeres en la larga vida política de nuestro partido. Venimos a dar cuenta que podemos
trabajar de modo cooperativo para hacer nuestra voz y nuestra acción más potente y también
a poner de manifiesto nuestra vocación de discutir la agenda global que afecta a nuestro país,
trabajando en las construcción de propuestas superadoras. Venimos a disputar y construir
poder institucional, que es también poder real.
Ya lo decía Florentina, cuando una mujer entra a la política, cambia ella; cuando
muchas mujeres entran, cambia la política. Por nuestra historia, por nuestro presente, pero
sobre todo por nuestro futuro vamos por más mujeres en la política, para una mejor
democracia. Nuestra fuerza colectiva, más que nunca la potenciamos en Red.