Está en la página 1de 4

Ricardo González Ome

Violencia Sociopolitica y Procesos de Intervención Psicosocial


Seminario Teórico I
Parcial 2, ensayo sobre como incorporar los enfoques diferenciales al
acompañamiento psicosocial: Interseccionalidad teorica abordada, una propuesta
para el abordaje de la complejidad en el trabajo psicosocial.

Los acompañamientos realizados desde una mirada psicosocial tienen dentro de


sus numerosas prioridades y bases fundamentales el trabajar bajo el reconocimiento
, respeto, y ultimadamente aprovechamiento de las particularidades de la población
o sujeto en cuestión, de ésta manera, cualquier perspectiva que parta desde éste
mismo punto, o que en su trayectoria de desarrollo cruce caminos con éste debería
en teoría ser compatible con la perspectiva psicosocial e igualmente aprovechable
para su labor teórica y práctica. Bajo éste supuesto, a través de las siguientes
páginas exploraremos de manera implícita la validez de ésta tesis tomando como
perspectiva con miras de compatibilidad con el trabajo psicosocial a los enfoques
diferenciales, concretamente el enfoque de niños, niñas y adolescentes y el enfoque
de género; así pues, a nivel explícito el trabajo será orientado hacia el diálogo entre
los diferentes enfoques y los resultados que éste produzca con miras hacia la
incorporación de éstos a la labor psicosocial, tanto de manera preliminar, esto es, en
términos de un diseño de incorporación previo al trabajo con comunidades o sujetos,
como de manera continua en forma de proceso frecuente durante el trabajo
psicosocial aliado a éstas perspectivas ya siendo realizado de manera efectiva.
Finalmente nos aproximamaremos a la conclusión de que ésta metodología de
diálogo entre los diferentes enfoques diferenciales puede funcionar como respuesta
a la necesidad de considerar la inescindible complejidad de las comunidades y
sujetos con los que se va a trabajar en los enfoques psicosociales y en general en
cualquier tipo de trabajo psicológico, en tanto posibilita soluciones producto de lo
que denominaremos interseccionalidad teórica abordada.

Tratándose del enfoque de niños, niñas y adolescentes encontramos dos ejemplos


de elementos que han resultado de gran utilidad para la consecución de los
objetivos que el enfoque plantea, el primero de ellos surge frente al ejercicio de
discriminación sobre la fiabilidad de los relatos infantiles, esta ha consistido
históricamente en actuar bajo la creencia de que los niños y niñas proporcionan
testimonios poco confiables en tanto su nivel de desarrollo cognoscitivo y moral
imposibilita el que la información sea recolectada, retenida y posteriormente
recuperada de manera verosímil, popularmente éste prejuicio se expresa a través
de discursos tales como “los niños suelen decir muchas mentiras” o “los niños no
comprenden la gravedad/seriedad de los hechos”; frente a ésto, la investigación
científica ha contribuido a desmentir el prejuicio y sus resultados han sido usados
con frecuencia desde el actuar de perspectivas de niños, niñas y adolescentes ya
que concluyen que el pensamiento predominantemente concreto de los niños y
niñas facilita que estos recuerden detalladamente, aunado a esto la relativamente
poca experiencia representa menos situaciones y elementos previamente
almacenados en la memoria con los cuales se pueda (tanto durante el proceso de
percepción como el de recuperación) realizar comparaciones y sobre lecturas,
proceso más típicamente adulto y que es bien sabido puede llevar a la creación de
falsas memorias (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2018). La puesta en
conocimiento de ésta información tiene como impacto psicosocial directo la
transformación en la percepción de la diferencia concreta, de manera inmediata, y
siembra la semilla a largo plazo con respecto a la percepción de “La diferencia” en
general, en tanto establece que la diferencia entre los procesos cognitivos de niños
y niñas y los de los adultos no necesariamente representa un lugar desfavorable
para los primeros, sino que por el contrario en éste caso significa una ventaja con
importantes impactos en contextos socialmente relevantes como los jurídicos,
familiares, escolares etc.

Habiendo expuesto esto, podemos remitirnos a uno de los logros conseguidos


desde el enfoque de niños, niñas y adolescentes en el país en materia de políticas
públicas con el fin de explorar el segundo elemento que el análisis a éste nos puede
proporcionar a propósito de su diálogo con otros enfoques en el ejercicio de su
incorporación al acompañamiento psicosocial; éste es: el paso de considerar a los
niños, niñas y adolescentes como objetos de protección a reconocerlos como
sujetos de derechos. Este movimiento representó un giro de ciento ochenta grados
al momento de pensar y tomar decisiones políticas que afectan a niños, niñas y
adolescentes desde los poderes estatales, pero más pertinentemente nos habla del
poder performativo inmediato y a largo plazo que tienen estos cambios macro
políticos, en tanto éste tránsito en particular representó para los infantes y
adolescentes del país que uno de las partes de su principio de realidad con más
poder sobre ellos (entendiendo como principio de realidad a aquellos elementos
externos a los que su capacidad de acción voluntaria y efectiva no tiene acceso)
comenzará a comportarse como apoyo y garantía de bienestar, y dejará de actuar
como ente limitador, de control y castigo.

Ahora bien, el diálogo únicamente puede surgir si traemos a colación a otro de los
enfoques diferenciales y exponemos elementos del mismo para encontrar los puntos
en común pertinentes para la incorporación de ambos al trabajo psicosocial. Así
pues si dirigimos nuestra mirada hacia el enfoque de género no es, como en el caso
del enfoque de niños, niñas y adolescentes, en los hitos históricos en materia de
logros de ningún tipo en donde posamos nuestra atención, al menos no inicialmente.

De antemano aclaramos que para los fines de éste ensayo cuando hagamos
referencia a la perspectiva o enfoque de género estaremos necesariamente
incluyendo en ésta los intereses ético-político-filosóficos del feminismo, en tanto
estamos de acuerdo con Lagarde, 1996 en que la separación del enfoque de género
de la propuesta feminista en éstas tres dimensiones le resulta terriblemente costosa
al primero en términos de su capacidad performativa; teniendo esto presente, en
éste caso lo que resulta de nuestro interés traer a colación es una de las facultades
que tiene el involucramiento de ésta perspectiva al momento de pensar a las
personas, ésto es, que dada su intención de problematizar a nivel histórico como
están y han sido constituidos/construidos el individuo y la sociedad en la que este
vive con el fin de comprender los ejercicios inequitativos de poder realizados, la
perspectiva de género nos enseña a correlacionar las posibilidades, limitaciones,
sufrimientos, moralidades, patologías y demás de las personas con el tipo de
sociedad en el que viven, lo cual resulta resonar intensamente con lo anteriormente
mencionado respecto del enfoque de niños, niñas y adolescentes si se tiene en
cuenta que el rol que juega el estado respecto de estos y estas y su capacidad de
performar sus entornos de desarrollo es precisamente una relación construccionista
entre el tipo de sociedad, definida en éste caso por el rol y decisiones que el estado
toma, y las posibilidades y limitaciones que los niños, niñas y adolescentes tienen a
su disposición.

Asi mismo, si consideramos el impacto psicosocial que trae la utilización de


conocimientos científicos sobre la cognición de niños y niñas para el
desmantelamiento de prejuicios e ideas erradas que se tienen sobre éstos,
encontramos en ésta facultad del enfoque de género una potencialidad similar, si
pensamos que desde ésta perspectiva al hablarse de un “tipo” de sociedad se está
tipificando a la misma a partir de los roles que asigna en función del género, y se
parte de que en cualquier sociedad organizada en torno al género se excluye,
incluye, violenta, protege, premia y castiga a los sujetos dependiendo de la fidelidad
que rindan a éstos roles (Lagarde, 1996); teniendo esto en cuenta, si consideramos
un impacto psicológico y psicosocial sufrido por hombres y mujeres a partir de las
represalias que la sociedad toma por su grado de fidelidad a estos roles, como
puede serlo la culpabilización a sí mismos y mismas de la exclusión, violencia y
castigo que se sufre, al elaborar una propuesta de acompañamiento individual o
grupal el diálogo entre el enfoque de género y el enfoque de niños, niñas y
adolescentes nos invita a una metodología en dónde se realice un ejercicio de
pedagogía crítica que pretenda el desaprendizaje de esa culpabilización y el
consecuente desprecio por la diferencia propia frente a éstos roles que origina,
mediante el reconocimiento del orden social como el responsable de muchas de las
posibilidades y limitaciones del sujeto, que éstas posibilidades y limitaciones en
ocasiones pueden manifestarse en forma de expectativas perseguidas de manera
angustiosa, y que por ende, el susodicho orden social es artífice implícito de su
sufrimiento, lo cual consiga que el individuo pueda estar abierto a la posibilidad de
abrazar su diferencia gracias a la resignificación de la relación entre ésta y su
entorno.

Así pues, vemos como solo hace falta elegir algunos elementos de cada enfoque
para poder establecer un diálogo fructífero de cara a su incorporación al trabajo
psicosocial, y nos es evidente mediante éste descubrimiento que la relación de
cercanía en términos de aplicabilidad entre los enfoques ejemplificados en éste
ensayo va más allá de coincidencias teóricas aprovechables desde un enfoque
psicológico respetuoso y eficiente respecto de las particularidades de los sujetos y
poblaciones. Lo que encontramos necesariamente implica que en la realidad
socialmente construida con la que nos encontramos como psicólogos, y más
íntimamente como psicólogos sociales, estos elementos trabajados de manera
especializada en cada enfoque diferencial se encuentran en permanente
interrelación, convergencia e interacción, por ende si se pretende ser respetuoso de
los mismos y ultimadamente aprovecharlos como recurso para la mitigación de los
impactos psicosociales de cualquier fenómeno, resulta muy útil permitir que los
aportes de cada enfoque dialoguen intencionada y dirigidamente entre si con el fin
de producir reflexiones fácilmente instrumentalizables y utilizables de cara al trabajo
con la compleja realidad, a éste proceso lo denominaremos como interseccionalidad
teórica abordada para hacer énfasis en la pertinencia que la intencionada
exploración de los diferentes puntos de encuentro tiene para la incorporación de
estos enfoques diferenciales al acompañamiento psicosocial respetuoso de las
particularidades.

bibliografía

● Memorias plurales: experiencias y lecciones aprendidas para el


desarrollo de los enfoques diferenciados en el Centro Nacional de Memoria
Historica. Balance de la contribucion del CNMH al esclarecimiento historico,
Bogotá, CNMH, 2018.
● Lagarde, M. Género y Feminismo: desarrollo humano y democracia.
Madrid, 1996.

También podría gustarte