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Peter Handke - Autoacusacion PDF
Peter Handke - Autoacusacion PDF
Peter Handke
Yo vine al mundo.
Yo vi. Yo vi lo que había visto antes. Yo cobré conciencia. Yo reconocí lo que había visto antes.
Yo reconocí lo que había reconocido antes. Yo percibí. Yo percibí lo que había percibido antes.
Yo cobré conciencia. Yo reconocí lo que había percibido antes.
Yo aprendí. Yo aprendí las palabras. Yo aprendí los verbos. Yo aprendí la diferencia entre ser y
haber estado. Yo aprendí los sujetos. Yo aprendí la diferencia entre singular y plural. Yo
aprendí los adverbios. Yo aprendí la diferencia entre aquí y allá. Yo aprendí los pronombres
demostrativos. Yo aprendí la diferencia entre esto y aquello. Yo aprendí los adjetivos. Yo
aprendí la diferencia entre el bien y el mal.
Yo aprendí los pronombres posesivos. Yo aprendí la diferencia entre tuyo y mío. Yo adquirí un
vocabulario.
Yo dije mi nombre. Yo dije yo. Yo gatee con las manos y los pies. Yo corrí. Yo corrí hacia algo.
Yo corrí lejos de algo. Yo me levanté. Yo abandoné la forma pasiva. Yo me convertí en una
persona activa. Yo caminé en un ángulo casi recto con la tierra. Yo salté. Yo desafié la fuerza de
gravedad. Yo aprendí a defecar fuera de mi ropa. Yo aprendí a controlar mi cuerpo.
Yo aprendí a poder. Yo pude. Yo pude querer. Yo pude caminar con mis dos piernas. Yo pude
caminar con mis manos. Yo pude permanecer quieto. Yo pude permanecer derecho. Yo pude
permanecer boca abajo. Yo pude gatear boca abajo. Yo pude hacerme el muerto. Yo pude
contener mi respiración. Yo pude suicidarme. Yo pude escupir. Yo pude inclinar la cabeza. Yo
pude decir que no. Yo pude representar muecas. Yo pude cuestionar. Yo pude responder
preguntas. Yo pude imitar. Yo pude seguir un ejemplo. Yo pude jugar. Yo pude hacer algo. Yo
pude evitar hacer algo. Yo pude destruir objetos. Yo pude imaginar objetos. Yo pude apreciar
el valor de ciertos objetos. Yo pude hablarle a ciertos objetos. Yo pude hablar sobre ciertos
objetos. Yo pude recordar ciertos objetos.
Yo no tuve que obedecer más a la naturaleza. Yo debía respetar las reglas. Yo tuve ese deber.
Yo debía respetar las reglas históricas del hombre. Yo debía actuar. Yo debía evitar actuar. Yo
debía permitir. Yo aprendí las reglas. Yo aprendí las trampas a una regla como la metáfora de
las reglas. Yo aprendí reglas de conducta y pensamiento. Yo aprendí las reglas exteriores e
interiores. Yo aprendí las reglas para la gente y para las cosas. Yo aprendí reglas generales y
específicas. Yo aprendí las reglas para este mundo y para el más allá. Yo aprendí las reglas
para el aire, fuego, agua y tierra. Yo aprendí las reglas y las excepciones a las reglas. Yo
aprendí las reglas básicas y as reglas secundarias. Yo aprendí a pretender. Yo me ajusté a la
sociedad.
Yo me convertí; yo tuve ese deber. Yo fui capaz de comer con mis manos; yo tuve que evitar
mancharme. Yo pude adoptar las costumbres de otras personas; yo tuve que evitar mis malas
costumbres. Yo fui capaz de distinguir entre lo frío y lo caliente; yo tuve que evitar jugar con
fuego. Yo fui capaz de distinguir entre el bien y el mal; yo tuve que evitar el mal. Yo fui capaz
de jugar de acuerdo a las reglas; yo tuve que evitar las infracciones a las reglas del juego. Yo
fui capaz de percibir la ilegalidad de mis actos y de actuar de acuerdo a mi percepción; yo tuve
que evitar los actos criminales. Yo fui capaz de usar mis poderes sexuales; yo tuve que evitar el
uso impropio de mis poderes sexuales.
Yo fui incluido en todas las reglas. Con mis datos personales, yo pasé a formar parte del
registro. Con mi alma, yo fui infectado por el pecado original. Con mi número de lotería, yo
me inscribí en las listas de la lotería. Con mis enfermedades, yo formé parte de la bitácora de
los hospitales. Con mi firma, yo pude formar parte del registro comercial. Con mis
calificaciones distinguidas, yo permanecí en las listas de personal.
Yo crecí. Yo crecí lo suficiente como para actuar. Yo crecí lo suficiente como para firmar un
contrato. Yo crecí lo suficiente como para tener un testamento.
En un solo momento yo pude cometer varios pecados. En otro momento, yo estuve expuesto a
ser perseguido. En otro momento, yo pude perder mi honor. En otro momento, yo me obligué
a hacer repeler cierto tipo de cosas.
Yo fui. Yo fui responsable. Yo fui culpable. Yo fui perdonado. Yo tuve que ajustar mi historia.
Yo tuve que ajustar mi pasado. Yo tuve que justificar mi pasado. Yo tuve que justificarme
frente a mi tiempo. Yo vine al mundo sólo con mi tiempo.
¿Qué requisitos del tiempo dejé de respetar? ¿Cuáles requisitos de la razón práctica dejé de
practicar? ¿Qué párrafos secretos fui capaz de violar? ¿Cuáles leyes eternas del universo fui
capaz de violar? ¿Qué leyes eternas de los mundos subterráneos fui capaz de violar? ¿Qué
leyes básicas de la decencia común fui capaz de violar? ¿Qué principios y los de qué partido
fui capaz de violar? ¿Qué leyes del teatro fui capaz de violar? ¿Qué intereses vitales fui capaz
de violar? ¿Qué leyes tácitas fui capaz de violar? ¿Qué leyes no escritas fui capaz de violar?
¿Qué reglas de la vida fui capaz de violar? ¿Qué reglas del sentido común fui capaz de violar?
¿Qué reglas del amor fui capaz de violar? ¿Qué reglas del juego fui capaz de violar? ¿Qué
reglas de la cosmética fui capaz de violar? ¿Qué leyes de la estética fui capaz de violar? ¿Qué
leyes mayores fui capaz de violar? ¿Qué mandatos de la piedad fui capaz de violar? ¿Qué leyes
de los prófugos fui capaz de violar? ¿Qué deseos de cambio fui capaz de violar? ¿Qué leyes
del mundo y del más allá fui capaz de violar? ¿Qué reglas de ortografía fui capaz de violar?
¿Qué leyes de la caída libre fui capaz de violar? ¿Acaso violé las reglas, planes, ideas,
postulados, principios básicos, modales, proposiciones generales, opiniones y fórmulas del
mundo entero?
Yo me comuniqué. Yo me comuniqué con cada una de mis expresiones. Con cada una de mis
expresiones, yo comuniqué mi respeto y desprecio por las reglas.
Yo deseché objetos inútiles y usados en lugares donde desechar objetos estaba prohibido. Yo
deposité objetos en lugares donde depositar objetos estaba castigado. Yo dejé de entregar
objetos en lugares donde dejar de entregar objetos era reprensible. Yo dejé de entregar objetos.
Yo estaba legalmente obligado a entregar objetos. Yo arrojé objetos por la ventana de un tren
en movimiento. Yo no tiré la basura en botes de basura. Yo dejé bolsas de basura en los
bosques. Yo tiré cigarros prendidos en el bosque.
Yo caminé. Yo caminé sin dirección. Yo caminé con un propósito. Yo caminé por lugares
donde estaba prohibido caminar. Yo dejé de caminar por lugares donde era necesario caminar.
Yo caminé por lugares donde era un pecado caminar sin dirección. Yo caminé con dirección en
lugares donde era necesario caminar sin dirección. Yo caminé en lugares donde estaba
prohibido caminar con un objetivo. Yo caminé. Yo caminé aun cuando caminar estaba
prohibido e iba en contra de la tradición. Yo caminé por pasajes por los que pasar era un acto
de conformidad. Yo caminé sin mi pasaporte por terrenos donde estaba prohibido caminar sin
pasaporte. Yo abandoné edificios cuando abandonarlos era una falta de solidaridad. Yo entré
en edificios cuando era inadecuado entrar sin la cabeza cubierta. Yo caminé sobre un territorio
sobre el que estaba prohibido caminar. Yo abandone un lugar cuando abandonarlo era una
acción hostil. Yo manejé por calles en sentidos en los que no era disciplinado manejar. Yo
caminé en direcciones en las que caminar era ilegal. Yo fui tan lejos que se me advirtió no
avanzar más. Yo me detuve cuando era de mala educación detenerse. Yo caminé a la derecha
de las personas cuando era desconsiderado caminar a su derecha. Yo me senté en asientos que
estaban reservados para otros. Yo dejé de caminar cuando me ordenaron que caminara. Yo
caminé despacio cuando me ordenaron que caminara aprisa. Yo no pude levantarme cuando
era importante que me levantara. Yo me acosté en lugares donde estaba prohibido acostarse.
Yo me detuve ante manifestaciones. Yo caminé cuando era importante ofrecer ayuda. Yo entré
en la tierra de nadie. Yo me acosté en el piso con una mujer durante su regla. Yo atrasé la pelea
de algunas gentes al caminar lentamente por pasillos estrechos. Yo me bajé de tranvías en
movimiento. Yo abrí la puerta del tren antes de que se detuviera completamente.
Yo hablé. Yo dije. Yo dije lo que otros pensaban. Yo solamente pensé lo que otros decían. Yo
escuché la opinión pública. Yo falsifiqué la opinión pública. Yo hablé en lugares donde era
irreverente hablar. Yo grité en lugares donde gritar era desconsiderado. Yo susurré cuando era
necesario hablar. Yo permanecí callado cuando permanecer callado era una deshonra. Yo
hablé por los demás cuando era importante que sólo hablara por mi mismo. Yo hablé con
personas con las que hablar era una deshonra. Yo saludé gente a la que saludar era una
traición a mis principios. Yo hablé en un lenguaje cuando hacerlo era un acto de hostilidad. Yo
hablé acerca de objetos sobre los que era indiscreto hablar. Yo ignoré mi conocimiento sobre
un crimen. Yo no hablé bien de los muertos. Yo hablé mal de personas ausentes. Yo hablé sin
que nadie me lo pidiera. Yo hablé con soldados en guardia. Yo hablé con el chofer durante el
viaje.
Yo dejé de respetar las reglas del lenguaje. Yo cometí aberraciones lingüísticas. Yo utilicé
palabras sin cuidado. Yo, ciegamente, le atribuí cualidades a los objetos del mundo. Yo,
ciegamente, le atribuí palabras a los objetos del mundo. Yo observé el mundo ciegamente a
través de las palabras de las cualidades de los objetos. Yo llamé a los objetos muertos. Yo llamé
a la complejidad divertida. Yo lamé a la melancolía negra. Yo llamé la locura brillante. Yo
llamé la pasión caliente. Yo llamé la furia roja. Yo llamé las preguntas importantes
incontestables. Yo llamé la naturaleza libre. Yo llamé el horror espantoso. Yo llamé la risa
liberadora. Yo llamé la libertad inalienable. Yo llamé la lealtad proverbial. Yo llamé la niebla
láctea. Yo llamé la superficie suave. Yo llamé al pecador pobre. Yo llamé la dignidad innata. Yo
llamé las armas amenazadoras. Yo llamé la oscuridad impenetrable. Yo llamé la moralidad
hipócrita. Yo llamé la atmósfera sobria. Yo llamé el conflicto productivo. Yo llamé las
conclusiones futuristas. Yo llamé la integridad intelectual. Yo llamé al capitalismo corrupto. Yo
llamé las emociones tenebrosas. Yo llamé la imagen del mundo distorsionada. Yo llamé la
imagen del mundo ambigua. Yo llamé la crítica constructiva. Yo llamé la ciencia objetiva. Yo
llamé la precisión científica. Yo llamé los ojos claridad. Yo llamé los resultados fáciles de
obtener. Yo llamé el diálogo útil. Yo llamé el dogma rígido. Yo llamé la discusión necesaria. Yo
llamé la opinión subjetiva. Yo llamé lo patético superficial. Yo llamé el misticismo oscuro. Yo
llamé los pensamientos inmaduros. Yo llamé las payasadas tontas. Yo llamé la monotonía
opresiva. Yo llamé las soluciones obvias. Yo llamé al ser verdadero. Yo llamé la verdad
profunda. Yo llamé las mentiras insípidas. Yo llamé la vida abundante. Yo llamé el dinero
insignificante. Yo llamé la realidad vulgar. Yo llamé el momento delicioso. Yo llamé la guerra
justa. Yo llamé la paz diletante. Yo llamé el peso muerto. Yo llamé los conflictos
irreconciliables. Yo llamé el universo curvo. Yo llamé el hielo frío. Yo llamé la nieve blanca.
Yo comí. Yo comí más de lo que podía comer. Yo tomé más de lo que mi vejiga podía
aguantar. Yo consumí comida y bebidas. Yo ingerí los cuatro elementos. Yo inhalé y exhalé los
cuatro elementos. Yo comí e momentos cuando no era disciplinado comer. Yo no respiré
cuando se me prescribió que respirara. Yo inhalé cuando inhalar era peligroso. Yo comí carne
en días de ayuno. Yo respiré sin una máscara de gas. Yo comí en la calle. Yo inhalé mis propios
gases. Yo comí sin tenedor y cuchillo. Yo no me di el tiempo suficiente para respirar. Yo no
pude respirar a través de mi nariz.
Yo jugué. Yo jugué mal. Yo jugué de acuerdo a las reglas que, según las reglas existentes,
estaban en contra de lo establecido. Yo jugué en lugares y a horas en las que era antisocial e
ingenuo jugar. Yo jugué con personas con las que jugar era una deshonra. Yo jugué con objetos
con los que jugar era una deshonra. Yo no jugué en ciertos lugares donde no jugar era
antisocial. Yo jugué de acuerdo a las reglas cuando era individualista jugar de acuerdo a las
reglas. Yo jugué solo cuando hubiera sido considerado jugar con los demás. Yo no pude jugar
con seriedad. Yo jugué con demasiada seriedad. Yo jugué con fuego. Yo jugué con
encendedores. Yo jugué con cartas marcadas. Yo jugué con vidas humanas. Yo jugué con latas
de aerosol. Yo jugué con mi vida. Yo jugué con sentimientos. Yo jugué conmigo mismo. Yo no
jugué a la hora del juego. Yo jugué con una inclinación al mal. Yo jugué con mis pensamientos.
Yo jugué con la idea del suicidio. Yo jugué sobre una hoja de hielo. Yo jugué con mi desilusión.
Yo jugué con mi órgano sexual. Yo jugué con las palabras. Yo jugué con mis dedos.
Yo vine al mundo con el pecado original. Mi propia naturaleza se inclinó hacia el mal. Mi
maldad innata se expresó en envidia hacia los demás. Un día en el mundo, yo ya no estaba
libre del mal. Gritando, yo ansié los senos de mi madre. Lo único que yo sabía era mamar. Lo
único que yo sabía era satisfacer mis deseos. A través de mi razón yo me negué a reconocer las
leyes impuestas en el universo y en mí. Yo fui concebido en el mal. Yo expresé mi malicia
destruyendo cosas. Yo expresé malicia pisando seres humanos a muerte. Yo desobedecí debido
a mi amor por el juego. Lo que más me gustaba de jugar era la sensación de ganar. Yo idolatré
a la gente. Yo me emocioné más en la trivia de poetas que en el conocimiento. Yo temí el
desacierto más que las leyes eternas. Yo me dejé gobernar exclusivamente por mi paladar. Yo
sólo confié en mis sentidos. Yo fracasé al probar que tenía un sentido de la realidad. Yo no sólo
amé los crímenes sino que amé cometerlos. Yo preferí hacer el mal acompañado. Yo adoré a
mis cómplices. Yo adoré la complicidad. Yo amé el mal por ser peligroso. Yo no busqué la
verdad. Yo no pude reconocer el camino de la historia. Yo no designé al mundo como este
mundo. Yo también incluí los cuerpos celestes en este mundo. Yo era suficiente para mi
mismo. Yo me preocupaba solamente por las cosas de éste mundo. Yo utilicé mi cuerpo con
propósitos equivocados. Yo no pude entender los hechos. Yo no pude subordinar mi
naturaleza física de mi naturaleza espiritual. Yo busqué el poder indiscriminadamente. Yo
busqué el dinero indiscriminadamente. Yo negué mi naturaleza. Yo ataqué la naturaleza de las
cosas. Yo no pude entender el dinero como un medio. Yo viví en el exceso de los medios. Yo
no me pude vencer a mi mismo. Yo fracasé al no reconocer que el mal es la ausencia del bien.
Yo no pude reconocer que el mal solamente es abuso. Yo me hice, con mis males, una cabeza
del ganado que se lleva al rastro para matar y huele los hierros destinados para matarlo. Yo me
negué a resistir los principios. Yo no pude encontrar el momento para parar. Yo me hice de mi
mismo una imagen del ser supremo. Yo no me hice de mi mismo una imagen del ser supremo.
Yo sólo creí en las tres personas de la gramática. Yo me dije a mi mismo que no había un ser
supremo para evitar temerle. Yo busqué as oportunidades. Yo no creí en la suerte. Yo no me
dejé subyugar por la necesidad. Yo no conté con las posibilidades. Yo no aprendí de los malos
ejemplos. Yo no aprendí de mi pasado. Yo me dejé llevar por las fuerzas. Yo confundí la
libertad con licencia. Yo confundí la honestidad con exhibicionismo. Yo confundí la
obscenidad con originalidad. Yo confundí el sueño con la realidad. Yo confundí la vida con los
estereotipos. Yo confundí el amor con el instinto. Yo confundí la causa con el efecto. Yo no
pude entender la unidad entre pensamiento y acción. Yo no pude percibir las cosas como eran.
Yo me dejé llevar por la magia del momento. Yo no pude percibir la existencia como un regalo
provisional. Yo rompí mi palabra. Yo no tuve control sobre el lenguaje. Yo no rechacé al
mundo. Yo no apoyé la autoridad. Yo no economicé mis poderes sexuales. Yo busqué la
codicia y el deseo como un fin. Yo no estuve seguro de mi mismo. Yo me convertí en un
enigma para mi mismo. Yo desperdicié mi tiempo. Yo dormí más de lo que debía haber
dormido. Yo quería detener el tiempo. Yo quería acelerar el tiempo. Yo no quería crecer. Yo no
quería morir. Yo no quería dejar que las cosas se acercaran a mí. Yo no me pude poner límites.
Yo no tuve paciencia. Yo no pude esperar. Yo no pensé en el futuro. Yo viví de un momento a
otro. Yo me comporté como si estuviera solo en el mundo. Yo no tuve una voluntad propia. Yo
no me dediqué a mi mismo. Yo no pude hacer del trabajo la base de mi existencia. Yo no pude
ver a Dios en cada mendigo. Yo no pude erradicar al mal desde sus raíces. Yo no pude adaptar
mis placeres a las circunstancias sociales. Yo busqué las malas compañías. Yo siempre quería
ser el centro. Yo estaba solo demasiado tiempo. Yo no estaba solo demasiado tiempo. Yo no
pude entender el sentido de la palabra también. Yo no pude entender la felicidad de la
humanidad como fin último. Yo no valoré los intereses comunes por encima de los intereses
individuales. Yo desobedecí órdenes. Yo obedecí órdenes injustificables. Yo no conocí mis
limitaciones. Yo no pude entender la relación entre unas cosas y otras. Yo cambié de opinión.
Yo no me puse al servicio de ninguna causa. Yo estaba satisfecho con el estado de las cosas. Yo
no vi a nadie más que a mi mismo. Yo no me decidí ni por uno ni por otro. Yo alteré la balanza
del poder. Yo no tomé ningún partido. Yo violé principios de acuerdo común. Yo no cumplí
con mi cuota. Yo me escondí detrás de la meta establecida. Yo no respiré suficiente aire fresco.
Yo me desperté demasiado tarde. Yo no barrí mi banqueta. Yo dejé la puerta sin cerrar. Yo me
paré demasiado cerca de la jaula. Yo obstruí las entradas. Yo obstruí las salidas. Yo activé la
alarma sin razón. Yo recargué bicicletas en paredes donde estaba prohibido recargar cualquier
cosa. Yo no conservé las calles limpias. Yo no me quité los zapatos. Yo me recargué sobre la
puerta de un tren en movimiento. Yo hice visitas sin avisar. Yo no le di mi asiento a un
inválido. Yo me acosté en la cama de un hotel y fumé un cigarro. Yo olvide cerrar el agua. Yo
pasé la noche en la banca de un parque. Yo perdí mi paraguas. Yo toqué los productos antes de
comprarlos. Yo crucé carreteras. Yo caminé por la vía del tren. Yo no caminé hacia atrás al
subir a un camión. Yo no pude caminar por a banqueta. Yo arrojé objetos peligrosos al fuego.
Yo me pasé el alto. Yo no seguí las reglas de personal. Yo no pude apretar los botones
correctos. Yo crucé la vía de la estación del metro. Yo no me hice hacia atrás cuando llegó el
metro. Yo excedí el peso permitido en los elevadores. Yo perturbé la paz de la noche. Yo traté
de empujar puertas cuando había que jalarlas. Yo caminé en las calles durante la madrugada.
Yo encendí luces durante los apagones. Yo no pude estar tranquilo durante los accidentes. Yo
no permanecí en mi lugar durante las catástrofes. Yo siempre pensé primero en mí. Yo
abandoné habitaciones indiscriminadamente. Yo activé alarmas sin autorización. Yo destruí
alarmas sin autorización. Yo no me detuve cuando me lo pidieron. Yo no utilicé las salidas de
emergencia. Yo empujé. Yo pisé. Yo no pude romper el cristal con el martillo. Yo estorbé. Yo
no levanté mis manos. Yo no puse mis manos sobre mi cabeza. Yo jugué con el gatillo de una
pistola cargada. Yo no salvé mujeres y niños primero. Yo mantuve mis manos en los bolsillos.
Yo no dejé que pusieran una venda sobre mis ojos. Yo no busqué cómo ni dónde cubrirme. Yo
fui demasiado lento. Yo fui demasiado rápido. Yo me moví.
Yo no soy lo que era antes. Yo no soy lo que debí haber sido. Yo no me convertí en lo que me
debí haber convertido. Yo no conservé lo que debí haber conservado.
Yo fui al teatro. Yo escuché esta pieza. Yo hablé esta pieza. Yo escribí esta pieza.