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Determinaciones Inconscientes en La Elec
Determinaciones Inconscientes en La Elec
Introducción.
Más grave es aún que no tome conciencia de su propia dificultad y termine culpando a
todos los que lo rodean de los consecuentes fracasos: Así, la culpa será de los padres
que no colaboran, o del niño que no hace lo que se le ordena, o del servicio que está
mal organizado, o del otro técnico que no lo preparó adecuadamente o incluso, que lo
predispuso para con él.
Esto de por sí, anuncia un grado de perturbación significativa en la salud mental del
profesionista, que deberá tratarse psicoterapéuticamente. Si bien es posible que esto
ocurra en todas las profesiones, en algunas carreras el problema se torna mucho más
severo, por cuanto si el requerimiento de la profesión es el trato, en términos generales,
con el público, la repercusión e incidencia social del técnico es muy amplia.
Igualmente, un alumno que sabe lo que quiere y lo que quiere ser, podrá -a través del
mismo procedimiento-aumentar su grado de interés y participación en la carrera por él
elegida. Y si finalmente cambia de parecer, será porque no estaba tan seguro de lo que
quería.
El procedimiento ideado consistió en introducir como una materia más del curso
propedéutico una experiencia de participación grupal, que bajo el nombre de “desarrollo
grupal” se organizó en 6 grupos operativos paralelos, durante 5 sesiones de hora y
media cada una. Los grupos operativos estaban integrados por un máximo de 15
alumnos, técnicamente moderados por una pareja de coordinador y observador de
dinámica. La tarea manifiesta de los grupos consistió en proponerles un interrogante
vocacional: “durante las 5 sesiones ustedes van a platicar acerca del por qué están
aquí, es decir, porqué desean ingresar a la carrera de educación especial”.
Los que continuaban asistiendo iban paulatinamente clarificando sus objetivos, metas,
fantasías, entendiendo un poco más sus motivos más profundos. Para algunos alumnos
que llegaron hasta el final del grupo con algunos trastornos de personalidad, y que no
lograron tomar en el corto tiempo conciencia de sus dificultades, se les indicó por medio
de una entrevista individual que una psicoterapia podría ayudarlos mucho a superar las
dificultades que presentaban.
1.Deseo de Ser Niño. Con este término queremos explicar un proceso inconsciente que
induce al sujeto a crear una situación en la cual pueda gozar de las prerrogativas que
obtuvo en su infancia. Es decir, el deseo de ser niño tiene que ver estrechamente con el
narcisismo infantil; “como siempre ocurre-dice Freud- en el ámbito de la libido, el
hombre se ha mostrado incapaz de renunciar a la satisfacción de que gozó una vez” (1).
El deseo de ser niño es un deseo narcisista y ante la oportunidad que ofrece al individuo
de conquistar para sí satisfacciones perdidas de la infancia, se mantiene
permanentemente activo. Sabemos que todos necesitamos una cierta dosis de
narcisismo, de autoestima; en este sentido, en determinados sujetos la obtención de la
autoestima, del amor a sí mismo, aparece como un deseo de ser niño, sentirse niño de
nuevo. Esto es lo que lleva a Freud a decir que: “El desarrollo del Yo consiste en un
distanciamiento respecto al narcisismo primario y engendra una intensa aspiración a
recobrarlo” (2). De igual modo menciona: “ser de nuevo, como en la infancia su propio
ideal, también respecto de las aspiraciones sexuales: he ahí la dicha a la que aspiran
los hombres” (3).
Es así como el deseo de ser niño es un deseo universal que expresa una tendencia a
conquistar, de alguna manera, la felicidad imaginada que se tuvo en nuestros primeros
años infantiles. Por nuestra parte, sólo podemos mencionar que los modos de obtención
de “placeres infantiles” hacen a la especificidad del sujeto; parece ser que en los
alumnos de Educación Especial aparece como una identificación con los sujetos
infantiles.
Terminemos con una última acotación; “otro elemento más (de los padres) en la relación
con sus hijos será su identificación con ellos, pues en su mente comparten sus goces”
(4), lo que significa que el deseo de ser niño que apareció en estos grupos se refiere a
una identificación con un objeto total. Para estos sujetos, el deseo de ser niño se
realizará a partir de un contacto emocional, afectivo y técnico-instrumental. Ser niño es
convivir con los niños, estar con ellos y como dice M. Klein “compartir sus goces” que
como tales, son infantiles. Pareciera que la entrada a la Licenciatura en Educación
Especial le posibilitará al sujeto realizar (entre otros) este deseo.
Ejemplos.
Grupo A, 2ª. Sesión. “Hay momentos en los que todavía quiero volver a ser niña”. Grupo
B, 3ª. Sesión. “Es más fácil ayudar a un niño que a una persona ya madura”. Grupo D,
1ª. Sesión “Me gusta convivir con los niños” 2ª. Sesión “...me interesan todas las cosas
que a ellos les atañen”.
El deseo de ser Madre aparece como una situación obvia, ya que más del 90% del
alumnado de la Licenciatura en Educación Especial son mujeres. Con este término
entendemos un deseo inconsciente que alude a la función materna (+) Como deseo
inconsciente este es un deseo infantil, es decir, es un deseo que aparece en una edad
muy temprana del desarrollo psicosexual y que se mantiene a lo largo de la vida. Una
primera modalidad de este deseo aparece de la siguiente forma “El niño no abriga un
deseo más anhelado que el de hacerse grande y obtener de todo tanto como los
grandes...”(5). Es decir, el deseo de ser madre (o padre) aparece o se expresa en el
deseo de ser grande o mayor; sabemos además que los primeros mayores con los
cuales el niño tiene contacto, son sus padres.
Podemos decir, en definitiva, que el deseo de ser grande (o mayor), para gozar de las
prerrogativas de los otros es secundario, posterior al deseo de ser mamá (o papá). El
ejemplo clásico lo podemos ya encontrar en el análisis de Juanito; en este conocido
caso, en el cual el análisis fue llevado por el propio padre, con una “supervisión” de
Freud, el infantil sujeto expresa a una pregunta de su padre: “-¿Por qué habla ahora
siempre de sus niños? Hans: “-¿Por qué? Porque me gusta tanto tener hijos...”(6)
Comentando esta contestación de Juanito a la pregunta del padre, Freud menciona que
el pequeño “en su fantasía es la madre y necesita (nosotros diríamos, desea) niños con
los cuales repetir los mimos de que él mismo ha sido objeto (7). Lo que queremos
demostrar es lo siguiente: El deseo de ser grande o mayor, ser madre (o padre), se
expresa en el deseo de tener hijos.
Bien, pero por qué se desea ser madre (o padre).”Para el niño pequeño, Los padres son
al comienzo la única autoridad y la fuente de toda creencia. Llegar a parecerse a ellos-
vale decir, al progenitor de igual sexo- a consecuencia de esos años infantiles” (8). Así,
es la identificación con la madre, en el caso que nos ocupa, la que pone de relieve un
deseo inconsciente de realizar la función materna. Parecerse a la madre significa tener
los atributos que ella posee, tomar un aspecto de ella como “el tener hijos”; vemos
también que el deseo de ser madre identificándose con ella, ponerse en su lugar,
cumple a la vez la función de desplazarla (la identificación oculta entonces un deseo de
eliminarla para ocupar su lugar ante el padre), esto es, ser madre y por consiguiente,
tener hijos. Independientemente del sexo biológico, estamos de acuerdo con M. Klein
cuando menciona que “en todos los niños existe un fuerte deseo consciente e
inconsciente de tener hijos” (9).
Ejemplos.
Grupo A, 1ª. Sesión. “...estoy aquí porque todas las mujeres tienen instinto maternal”. “A
mí me gusta la carrera porque trata a los niños, porque no siempre van a tener a sus
padres”. “Debe capacitarse a los padres para que puedan atender a sus hijos”. 3ª.
Sesión “Nosotras no entramos por instinto maternal, sino para poder desarrollar nuestro
cariño(...) no tenemos instinto maternal”. Para Freud, la negación utilizada de manera
espontánea debe ser tomada como afirmación, ya que la negación carece de lugar en el
inconsciente.
Grupo B, 1ª. Sesión. “(Elegí la carrera) porque soy muy sentimental y pienso que hay
que darle afectividad a los niños”. 3ª. Sesión. “Existen personas que tienen miedo de
tener al bebé...”; 4ª. Sesión “Para mí es una satisfacción darles cariño a los niños
porque es algo que doy bien”.
Grupo D, 2a. Sesión. “Me gustan los niños y me interesan todas las cosas que a ellos
les atañen”. Ahora bien, lo que se plantea en este punto es la trasmutación que se hace
de la maternidad. Es de suponer que para realizar cabalmente este deseo, lo más
indicado sería tener hijos. Para ello no es necesario hacer la carrera de Educación
Especial.
Por oto lado, el licenciado en educación especial ayudará a los niños en tanto técnico
especializado de la problemática específica, pero si pretende suplantar (consciente o
inconscientemente) a la madre o padre, ocasionará no solamente un conflicto con los
progenitores del niño sino que además, inducirá a una confusión de roles en el niño
mismo. Por tanto, el sentimiento de cariño deberá canalizarse en ayuda técnica para
que sea eficaz.
3. Deseo epistemofílico.
Nos llamó la atención la relativa presencia del deseo de saber (el que a nivel infantil se
expresa por medio de las teorías sexuales), en los grupos operativos con los que
trabajamos en el propedéutico. Para Freud la pulsión de saber, también llamada pulsión
de investigación (10), corresponde a una aprehensión sublimada y “ no puede
computarse entre los componentes pulsionales elementales ni subordinarse de manera
exclusiva a la sexualidad” (11). El deseo de saber aparece también en forma muy
temprana, incluso Freud lo llega a ubicar antes de que el niño cumpla lo 3 años de
edad. Este interés sexual infantil se dirige en un primer momento “a saber de dónde
vienen los bebés” (12).
S. Leclaire ha trabajado en un hermoso caso (el de René Visemotte), el análisis de una
profesión: la medicina como un síntoma neurótico. Sin extendernos demasiado en él
sería conveniente rescatar un poco de su análisis para el tema del deseo epistemofílico.
Dice Leclaire que en este paciente “la vocación médica... aparece bien patente,
sostenida por el deseo de saber lo que encierra el cuerpo de la madre, saber que no ha
de entenderse literalmente sino que en general, es saber cómo se hacen los niños,
saber el secreto de la escena originaria” (+). A nivel adulto este deseo de saber, de
investigar, se expresa en el trabajo intelectual y en un intenso deseo de explorar y
realizar descubrimientos científicos.
En una forma “extrema”, el valor que guía la investigación, el trabajo teórico realizado,
es el de saber por saber y no un saber para utilizar.
Ejemplos.
Grupo D, 3ª. Sesión. a).- ¿Qué piensas de lo caro (de la carrera)? b).-“Si no la hago
aquí, me voy a contabilidad, me gusta conocer la mentalidad de las personas, el cerebro
de los niños”.
4ª. Sesión. Después de una intervención del coordinador sobre el empeño que ponen
en el curso propedéutico, alguien menciona; “esto es una ambición positiva, ¡qué bueno
sería saber muchas cosas! Cualquier carrera es linda”.
4. Deseo Narcisista.
En el contexto del empleo del término, para nosotros remite a la realización personal, al
deseo de ser reconocido, valorado por un medio indirecto como sería el ayudar a los
otros. El sujeto, de esta forma satisfaría su narcisismo por el reconocimiento que logra
de los otros, aumentando su autoestima. Freud menciona: “Todo lo que uno posee o ha
alcanzado, cada resto del primitivo sentimiento de omnipotencia corroborado por la
existencia, contribuye a incrementar el sentimiento de sí” (15).
De igual modo, se encuentra la autoestima al arribar a la meta propuesta, como sería el
terminar la carrera brindando al sujeto un goce narcisista que expresaría la desaparición
de la distancia entre un Yo y su ideal. Queremos indicar ante todo la actitud ególatra y
egoísta de la postura narcisista. El narcisista es aquel que sólo se ama a sí mismo,
tomando una actitud de total desinterés por los demás. Cierto interés que pudiese
mostrar por el otro esconde en realidad su narcisismo, ya que el otro (o los otros) sólo
serán utilizados para sus propios fines de alcanzar la felicidad aun a costa de los
demás.
Ejemplos.
Grupo B, 3ª. Sesión. “Si estoy aquí es para ser más en mi carrera” “Cuando ayudas a un
niño recibes una gratificación, esta es la del hecho de saber que se recupera”.
Grupo D, 1ª. Sesión. “Voy a ser presidenta para darles todo a todos”. Si el amor a sí
mismo lo es todo, el sujeto se siente a su vez todopoderoso y omnipotente. En este
caso, el deseo de darles “todo a todos” muestra este grado de omnipotencia extrema y,
por lo tanto, de narcisismo. “Nos ponemos en el plan de la mujer maravilla, (con)
cualidades excelentes, nuestro lado bueno; nos estamos valorando. Nosotros estamos
como salvadores”.
2ª. Sesión. “Poco después de iniciar la sesión: “(Estudiar Educación Especial y ayudar a
los demás) nos sirve para un triunfo personal...”
5. Tendencias reparatorias.
Vamos a tomar una definición de H. Segal para definir la reparación: Esta es “una
actividad del Yo dirigida a restaurar un objeto amado y dañado” (16). Por su parte,
Laplanche y Pontalis mencionan: Es “un mecanismo en virtud del cual el sujeto intenta
restaurar los efectos de sus fantasmas destructivos sobre su objeto de amor” (17).
Hasta aquí la reparación es un mecanismo yoico, un mecanismo utilizado por el Yo para
aliviar la culpa sentida por los objetos a los que se ha atacado en la fantasía.
Esta tendencia a reparar, restaurar, juntar lo que se ha hecho pedazos, se define como
“el anhelo de compensar los daños ocasionados a los objetos en las fantasías
omnipotentes del bebé (y de los adultos), restaurar y recuperar sus objetos de amor
perdidos y devolverles la vida y la integridad” (18). Pero la reparación no es un
mecanismo de defensa, se basa en el reconocimiento de la realidad psíquica, en la
vivencia del dolor que esta realidad suscita y en la adopción de mecanismos
conducentes a remediarlo en la fantasía y en la realidad.
Para M. Klein “este mecanismo de reparación...es un elemento fundamental en el amor
y en todas la relaciones humanas” (19). Contexturado los elementos teóricos citados,
vemos que las tendencias reparatorias surgen en cualquier actividad humana cuando
aquellas buscan un fin creativo; crear, producir algo, es siempre recrear el objeto,
restaurarlo en la fantasía. La dialéctica del intercambio entre mundo interno y mundo
externo se hace presente a través del pasaje fantaseado desde el adentro hacia el
afuera y viceversa. Integrando objetos, reparándolos, reconstruyéndolos en el mundo
externo, se reconstruye el Yo o más exactamente, el objeto bueno atacado y dañado en
la fantasía; objeto que constituye la base del Yo, el sustrato o infraestructura sobre la
cual se levanta una “buena” integración yoica.
Esto implica, en última instancia, una auto-reparación, que lleva al YO a un nivel mucho
mayor de integración, lo que posibilitara alcanzar un alto grado de salud mental del
profesionista, siempre y cuando se den en la relación del sujeto con su profesión
determinadas condiciones, donde se pueda pensar que se adecua la práctica
profesional al sujeto y no éste a aquélla.
Ejemplos.
Reparación a familiares (hermanos, primos, etc.). Grupo A., 1ª. Sesión. “Estuve por
estudiar Rehabilitación (lapsus: quiso decir, Educación Especial) porque tengo una
hermana que necesita ayuda...por lástima”.
Grupo D, 1ª. Sesión. “Ayudarlos (a los niños con problemas) si hay dentro de nuestra
familia; enseñarles a valerse por ellos mismos”. 2ª. Sesión. “(Esta carrera) nos sirve
para ayudar a los niños y a nuestra familia y al medio que nos rodea”. a) “yo tengo una
prima que es mongolita (sic), la rechazan... (hay que) ayudarlos” b) “ayudarlos si hay
dentro de nuestra familia...” ; 3ª. Sesión. “De mí nació (estudiar Educación Especial) por
mi sobrina (que tiene problemas).
Reparación al hijo propio Grupo D, 1ª. Sesión “Me voy a ubicar con mi hijo y a ayudar e
impulsar a ese niño (un sobrino)”.
Reparación al prójimo de la comunidad. Grupo A, 1ª. Sesión. “Mi vecino tiene problemas
y lo rechazan como animalito”.
Grupo B, 2ª. Sesión. “Cuando una niña es violada, es una frustración; me impresionó
este caso y por esto me gustaría estudiar Educación Especial, para ayudarlos (cuenta el
caso de unos padres que ofrecían a su hija a cambio de dinero). “Siento que al otro ser
lo siento como a un prójimo... yo siento la necesidad de ayudar a mis prójimos ¿no se
qué piensen los demás?”. 3ª. Sesión “Es bonita (la carrera), porque se ayuda a los
semejantes” 4ª. Sesión. “(Yo entré) para ayudarles a las personas, no nada más a los
niños, yo soy educadora”.; “Yo ayudaría en mi comunidad”. Coordinador: ¿Entonces
estudiar Educación Especial sería una labor social? –“Humana y social porque se va a
ayudar a los demás”.
Reparación como deseo de los padres. Grupo B, 1ª. Sesión “...Siento que hacer la
carrera es para darles gusto a mis padres; no defraudándolos, terminando la carrera”.
Grupo D, 1ª. Sesión “El nieto de mis padres tiene un problema, le faltó oxígeno al nacer;
cuando nació llevaba enredada al cuello la placenta y a mi hermana tuvieron que
operarla: El tiene ahora 17 años y no se vale por sí mismo; desde muy chica me impulsó
eso a estudiar”.
6. Deseo auto-reparatorio.
Por otra parte, hay que destacar que esta inducción auto-terapéutica es la expresión del
pensamiento mágico omnipotente, característico de estadios arcaicos en el desarrollo
del yo, en cuyas fantasías el niño todo lo puede.
Ejemplos.
Grupo B, 2ª. Sesión. “Cuando una pareja se casa no hay escuela para ser madre...a mí
me dio miedo ser madre (cuenta su experiencia con su hija), tuve una experiencia muy
bonita y a la vez me dio miedo...(habla de la educación de los hijos y de ser responsable
como padre)”; 4ª. Sesión “Deseo que la carrera me ayude, me dé base para saber
cómo actuar”...
Grupo D, 1ª. Sesión. “Creo que el trabajo con ellos nos ayuda a desahogarnos nuestros
traumas”. 2ª. Sesión. Coordinador: ¿Ustedes son niños problemas?- “Sí (somos niños
problema) porque queremos ayudar a los demás; en mi casa no hay problemas, en
otros hogares les pegan”. Después de un silencio de algunos minutos, intervienen varios
pidiendo que hable el Coordinador.- Coordinador: ¿Por qué sienten una necesidad de
hablar? a).- “No sé si sea nervios o risa”. b).- “La necesidad de hablar es comunicarse,
tener a alguien que nos escuche”.
7. Identificación histérica.
Entre otros, uno de los caminos recorridos para elegir carrera, se realiza por vía de la
identificación. Veamos qué es esta: “La identificación es el proceso psicológico
mediante el cual un sujeto hace suyo un aspecto, propiedad o atributo de otro, y se
transforma total o parcialmente sobre el modelo de éste” (23). La identificación histérica
es consciente e inconsciente y expresa una comunidad de contenido generalmente
sexual. Freud menciona que la identificación es ”...apropiación sobre la base de la
misma reivindicación etiológica, expresa un “igual qué” y se refiere a algo común que
permanece en lo inconsciente”(24). Así,”el sujeto puede asimilar o apropiarse
cualidades o aspectos pertenecientes a un objeto, basándose en un elemento común
compartido” (25).
Ejemplos.
Grupo A, 1ª. Sesión. “Los que influyen bastante (en los problemas de los niños) son los
mayores; por ejemplo, mi maestra de 6º. Año me hizo (siempre) sentir distinta a los
demás aunque yo sabía que era una persona normal...” 2ª. Sesión. ¡Nosotras vamos a
ser madres y nuestros hijos van a acabar con nuestra paciencia...”
Grupo D, 3ª. Sesión. a).- “¿Por qué la escogiste (la carrera)?” b).- “Platicando con mi
familia; me platicó una amiga que estudia en Educación Especial (y me dijo): “no nada
más vas a curar a tu sobrina, sino a más personas”, de mí nació por mi sobrina, cuanto
me platicó mi amiga (me) decidí”.
8. Perversiones.
Hemos descubierto que este tipo de pulsiones parciales, no subordinadas a una función
sexual madura (genital), pueden aparecer como lugares comunes socialmente
aceptados, siempre y cuando no transgredan los límites de instrumentalización técnica
en determinadas profesiones. Veamos cómo aparecen estas perversiones en los grupos
de ingreso a la licenciatura en educación especial.
Ejemplos.
8.1. Placer en el acto de mirar
Voyeurismo. Grupo A, 1ª. Sesión. Hablan de ver a los niños con problemas: “Ellos
creen (los niños), que uno los ve por el defecto”. “Yo le decía a mi novio que dan más
miedo los niños que los adultos, (sobretodo) los de 7 a 8 años, tienen acciones para
contigo, el niño no pide lo que hay; los niños ven a las muchachas”.
Grupo A, 3ª. Sesión. “Nosotras no entramos por instinto maternal sino para poder
desarrollar nuestro cariño”.
Grupo B, 1ª. Sesión. “a mí me gustan los niños...”;
Grupo D, 2ª. Sesión. “...yo no voy a negar que me duele tener cierta clase de emociones
y sensaciones; no me voy luego, luego a abrazar a un niño...” “Me gustan los niños y
me interesan todas las cosas que a ellos les atañen...”.
8.3. Sadismo
Grupo A, 1ª. Sesión. “Me gusta tratar con niños que se sientan rechazados, para
ayudarles a no (lapsus)...digo, a adaptarse a las condiciones para que no (lapsus) se
sientan independientes de los demás”.
Grupo D, 3ª. Sesión “A mí me interesa el retraso de los niños, me gusta; desde muy
chica sentí una cierta inclinación”.
Grupo A, 1ª. Sesión. “...me dan más miedo los niños que los adultos... ( ) ... los niños
ven a las muchachas”.
Grupo D, 4ª. Sesión. “Me gustaría enseñarles a los niños”- Coordinador. ¿Qué te gusta
enseñarles? (risas).
Este es un concepto poco preciso en la teoría, pensamos remite a una actitud en gran
parte consciente. De hecho, refiere sobre todo a una teoría de las relaciones objetales.
Sin profundizar en ella debemos ver que cierto tipo de relaciones objetales tiene como
fin exclusivo, un manejo del objeto de amor como un instrumento que puede brindar un
reaseguramiento; o una segunda opción, es la utilización del objeto con miras a la
obtención de un segundo.
Relacionado con el reaseguramiento (saber que el objeto existe), está el deseo intenso
de destruirlo; este deseo proviene del reconocimiento doloroso para el sujeto, de
depender del objeto para conseguir sus fines. De ahí menciona M. Klein que cuando se
depende “enteramente de las personas con quienes se establecen vínculos intensos...
el miedo inconsciente a la muerte del ser amado fomenta esa dependencia excesiva.
Los temores de esta naturaleza incrementan la voracidad, que viene a constituir uno de
los elementos de tal actitud y se expresa a través de la utilización exagerada de las
personas de quien se depende” (30).
El placer en el psicopático, por último, está también vinculado a la violación del sistema
normativo vigente, lo que quiere decir que el súper yo aparece proyectado, depositado
en la sociedad, afuera de él, lo que lo lleva indistintamente a realizar actuaciones, tan
características de este tipo de personalidad. Paz señala que el psicópata se caracteriza
por:
Ejemplos.
Grupo B, 5ª. Sesión. “Hay que aprovecharse de los niños que tengan dinero”. “Se
empieza uno a ganar al niño, mostrándole cariño”. Grupo D, 4ª. Sesión. “Tienes que
tener mucho tacto para decirles a los padres, porque si no, ya no mandan a los niños al
centro y ni a la escuela y el niño se queda con sus problemas; por eso me gusta esta
carrera...”
Este deseo, de tipo social, encierra una moción inconsciente ligada al desarrollo del yo y
por lo tanto, a uno de los estadios de la evolución libidinal; es el sentimiento de ser
omnipotente, es decir, ser todopoderoso y no experimentar la necesidad de los otros, es
un sentimiento de autosuficiencia. Al igual que otros deseos, éste también está muy
ligado al narcisismo infantil; como habíamos visto en el narcisismo, el sujeto amándose
a sí mismo (su imagen) prescinde de objetos.
En la filantropía se niega también la ayuda externa que proviene de los otros; acá no es
uno el que necesita, sino el que da, el que no necesita de los demás. Pero la filantropía
misma es un síntoma, la manifestación de un temor a la dependencia excesiva
inconsciente del objeto de amor, que aparece manifiestamente como un amor dadivoso.
Para negar la dependencia del objeto, el filántropo invierte la relación calmando la
angustia excesiva, de dependencia, de quedar a merced”, y evitando el compromiso que
surge al recibir algo del otro.
Ejemplos.
Grupo A, 1ª. Sesión. “(yo) les recomiendo un libro en que trata del amor de una
muchacha que ayuda a un huérfano”.
Grupo B, 2ª. Sesión. “Esto nos sirve para ayudar a los demás”. 4ª. Sesión. “Bueno, si le
hace falta a una persona algo que yo lo tengo, por qué no, se lo puedo dar; hay que
ayudar para recibir ayuda...”; “Yo voy a ayudar para que las personas puedan vivir
mejor que como están viviendo”; 5ª. Sesión. “Hay que hacerlo (ayudar) sin interés”;
Coordinador. ¿Por qué quieren ayudar?, “-Porque tenemos deseos-“, “que salga de
nosotros mismos ayudar”.
Grupo D, 3ª. Sesión. a) pregunta por el costo de la carrera, b: “Quiero ayudar, no sacar
dinero”. 4ª. Sesión. “yo (entré a la carrera) para ayudarles a las personas...”;
Coordinador: ¿Estudiar Educación Especial sería una labor social?: “Humana y social,
porque se va ayudar a los demás”; 5ª. Sesión. “Si, es bonito ayudar a la gente que les
falta recursos.
Varias son las vías que se pueden emplear para, de alguna manera, sustituir a los
padres en la fantasía del sujeto: Por ejemplo, una es la eliminación directa, el deseo de
muerte (destrucción o asesinato del objeto), referido a los padres; otra puede ser la
negación de los padres “reales” y sustitución de ellos por unos padres distintos y
mejores que los verdaderos, y una tercera vía sería la degradación de los padres,
rebajando su poder y su imagen idealizada.
Si bien este deseo típico de “convertirse en abuelo”, (es decir, en padre de los padres)
puede dar lugar a una confusión de tipo metodológico por el peligro de deslizarse en
una indiscriminación entre el objeto (la madre) real y el objeto teórico (la función
materna), creemos que es posible salvarla al recordar ciertos postulados freudianos
referidos al narcisismo infantil, ya que la perfección buscada en los padres reales por la
vía de la sustitución de otros padres (los padres de los padres), no hace sino expresar la
imagen idealizada y perfeccionista de los primeros y “únicos” padres, es decir, hace
referencia a la época infantil en la cual, para el niño, sus padres eran los más bellos,
perfectos, poderosos y maravillosos.
Ejemplos:
Grupo A, 1ª. Sesión. “Yo (quiero entrar a la carrera) por el rechazo de la sociedad a sus
niños: los anormales más necesitan cariño, ni los toman en cuenta”. “Los padres pueden
tener la culpa por la forma en que los tratan (a los niños)”. “Los que influyen bastante
(en los problemas) son los mayores; por ejemplo, mi maestra de sexto año me hizo
siempre sentir distinta a los demás, aunque yo sabía que era una persona normal
(comenta que la maestra dijo que nunca iba a poder seguir estudiando), ahora me la
encuentro en la iglesia, ora mucho, se reencuentra”. 2ª. Sesión. “Los niños se caen y
las madres los regañan”. Hablan de la paciencia con lo niños – “Las madres no tienen
paciencia”.
Grupo B, 1ª. Sesión “A mí me gustan los niños, porque hay personas que dicen
gustarles los niños, pero cuando los tratan, los golpean; por ejemplo, yo no les pego a
los niños porque sé que trato con personas razonables, porque cuando se les pega a
los niños, se vuelven caprichosos...”
Grupo B, 2ª. Sesión. “Mi papá tomaba mucho...yo lo odiaba...ahora ya no...lo quiero
mucho, es lindo para mí, antes nos trataba mal. Esta carrera trata exclusivamente para
ayudar a los niños con problemas” “Soy huérfana, he tenido muchos problemas, mi
padrastro es alcohólico...para mí ha sido una experiencia dura... que yo he vivido...yo
odiaba a mi padre...en una ocasión me andaba matando (..), eso me traumó”.
Grupo D, 1ª. Sesión. “Cuando son alcohólicos sus padres, trauman a los niños y uno se
siente mal por no poder ayudar a esos niños”. 2ª. Sesión. “Los padres no saben
tratarse ni a ellos mismos por falta de cultura”. 4ª. Sesión “...Hay padres inexpertos,
tontos, que aquí en la ciudad no mandan a sus hijos a la escuela...”. “Me prohibían (mis
padres) a mí muchas cosas eran rígidos conmigo” “No quieres que a tu hijo le pase lo
que a ti”.
12. Sublimación.
Hemos dejado para el final este concepto, porque creemos que es uno de los más
difíciles y menos elaborados dentro de la teoría de las pulsiones en psicoanálisis.
Sabemos ya que la sublimación remite, en la terminología freudiana, a uno de los
destinos de la pulsión; que Freud tenía como proyecto un capítulo aparte dedicado a la
sublimación, que nunca concreto, y que por tanto es una problemática abierta en el
campo freudiano. Laplanche y Pontalis mencionan: “Se dice que la pulsión se sublima
en la medida en que es derivada hacia un nuevo fin, no sexual, y apunta hacia objetos
socialmente valorados; principales actividades de sublimación: Actividades artísticas y la
investigación intelectual” (38).
Con la sublimación Freud trata de explicar ciertas actividades “sostenidas por un deseo
que no apunta manifiestamente hacia un fin sexual, pero psíquicamente emparentada
con ella, se le llama facultad para la sublimación.” (39) Entonces, de lo que se trata es
de una transformación del fin sexual que está muy ligada a lo social (veamos entonces,
cómo lo que caracteriza a la sublimación, la desexualización, no es gratuita), de lo que
se desprende la definición que da Fedida de aquélla: es un “proceso de producción de
actividades superiores (intelectuales, artísticas, morales, etc.) indiferentes en apariencia
a una dinámica y a una economía sexual inconsciente pero que encuentra en éstas su
fuente, su fuerza y su régimen de funcionamiento” (40).
Creemos que ésta es una de las líneas más fecundas en lo que se refiere a un análisis
objetivo de este mecanismo psíquico y de su ulterior elaboración, mecanismo en virtud
del cual el destino de una pulsión queda transformado en algo distinto, pero de alguna
manera emparentado con el fin sexual original (la satisfacción y la ganancia de
determinado tipo de placer). Así, en esta coartación de la pulsión, es donde “radican las
raíces de todas las obras de arte, de la ciencia, de la formación de ideales morales,
éticos o de cualquier otro tipo, así como de cualquier otra actividad creadora y mental y
de toda actuación social idealista” (41).
Ejemplos.
Grupo A, 2ª. Sesión “Todo es nuevo, hay que tenerle amor a la carrera”.
Grupo B. 4ª. Sesión. Aquí en la carrera vamos a adquirir instrumentos para tratar a los
niños; los niños me han dado la experiencia de cómo debo actuar con ellos; deseo que
la carrera me ayude, me dé base para saber cómo actuar, siento que al otro ser lo
siento como a un prójimo...yo siento la necesidad de ayudar a mis prójimos ¿no se qué
piensen los demás?.
Conclusiones.
El material que acabamos de presentar- con todas las objeciones que pudiesen caber-,
aborda eminentemente la dimensión psicológica del problema de la elección de carrera.
Desde una postura de lo que creemos es “lo psicológico”, buscamos instaurar una
lectura- acercamiento- a la dimensión individual, subjetiva, que interviene con su nivel
de determinación (o sobre-determinación) en la problemática de la elección de carrera.
Se dirá que esto puede ser incongruente con nuestra postura- comentada ya en otros
trabajos-, acerca de la des-psicologización de lo vocacional (42). Allí, la
sobredeterminación hacia referencia a que en la problemática vocacional se anudan
una serie de determinaciones referentes a niveles distintos de análisis (el económico, el
histórico, el familiar, etc.)
En el análisis efectuado del material, nos encontramos con elementos que referían a los
inconsciente individual sistemáticamente, elementos de la historia individual, de los
gustos y rechazos, de experiencias vividas que marcaron ineluctablemente ciertas
disposiciones en tendencias definidas; es obvio que esto sólo podía leerse desde una
perspectiva psicoanalítica.
Estos dos elementos, como puntuales de nuestro marco teórico, se engloban en una
estrategia grupal, que da sentido al proyecto de psicohigiene que propugnamos y se
completa con el análisis de lo social como infraestructura real determinante de la
relación vocación-profesión-inserción en el proceso productivo. Lo individual pasa por el
filtro de lo social-grupal y la elaboración de este “grupal” se traducirá en promover la
conciencia de sí y del otro y de sí por intermedio de los otros. Todo profesionista,
principalmente en el campo de las ciencias humanas, debiera llegar a un mayor
conocimiento de sí y de las causas más profundas-inconscientes- que lo han movido a
la elección de determinada tarea, así como analizar el tipo de satisfacciones y
frustraciones que esto le acarrea.
Si bien hemos recogido una muestra del material hablado, del discurso, en una
situación distintiva que es esta “situación operativa”, como situación controlada, permite
acercarla a un modelo metodológico riguroso como puede serlo el de la psicoterapia o el
psicoanálisis de grupo. Respetando unas normas técnicas precisas, el discurso del
sujeto ha podido aprehenderse como un emergente del campo grupal, pero también, y
junto a esto, como un auténtico emergente de su propia historia personal. Estas normas
técnicas no son más que las reglas sobre las que se ha de instaurar el funcionamiento
grupal, siendo las principales las de libre asociación y abstinencia.
Con una consigna precisa remite la primera de ellas a sujetarse a determinado tema,
alrededor de cual girará la discusión y ésta, en base al elemento proveniente de lo real
que es la tarea (o tema), permitirá a la transferencia in situ, actualizarse en el vínculo de
este grupo con este tema determinado y determinante, el que como un arpón, impedirá
el zafarse o deslizarse hacia los abismos de la neurosis transferencial.
Claro es que los elementos múltiples que hemos encontrado en el análisis no son los
únicos que pudieran existir, sin embargo, estos son los que hemos encontrado en el
análisis. Lo que decimos, es que con este trabajo, de “descubrimiento”, de
“develamiento”, no se cierra el circuito que ha empezado a instalarse en los vericuetos
de los caminos que llevan a la elección de determinada carrera, sino que desde ahora,
queda visiblemente abierto.
Al inicio de este trabajo se cotejaba la imagen de sí, de cada uno de los aspirantes a
ingresar a la carrera de Educación Especial, con la imagen de la profesión más o menos
distorsionada respecto a la realidad. Se afirmaba que el grupo operativo realiza un
proceso de ajuste- a la realidad. Veamos ahora desde donde es posible realizar
semejantes constataciones y de qué modo se puede explicar tan complicado proceso.
En las “Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico” (1911), Freud
discute el proceso que tiende a permeabilizar las fronteras del aparato psíquico para
permitir el pasaje de la realidad. Si se parte de los procesos inconscientes, única clase
de procesos anímicos en los albores de la vida se detecta la tendencia de esos
procesos primarios a regirse por el principio del placer (ganar placer y reprimir las
situaciones productoras de displacer).
Tal es el caso de los sueños en nuestra vida anímica. La satisfacción, en estos casos,
es alcanzada alucinatoriamente, lo que posibilita que el individuo continúe durmiendo
normalmente. Ahora bien, -señala Freud-“sólo la ausencia de la satisfacción esperada,
el desengaño, trajo por consecuencia que se abandone ese intento de satisfacción por
vía alucinatoria. En lugar de él, el aparato psíquico debió resolverse a representar las
constelaciones reales del mundo exterior y a procurar la alteración real”. O sea que
cuando la satisfacción alucinatoria de deseo no alcanza, se produce una suerte de
apertura hacia el exterior, sobre todo por un intento de modificación de las
circunstancias exteriores a los efectos de lograr, finalmente, la satisfacción.
Es acá donde aparece un nuevo principio, el de realidad, que ofició una serie de
adaptaciones del aparato psíquico donde la realidad exterior adquirió nuevo relieve para
la vida del sujeto. Entonces, es posible suponer que el sujeto se resiste todo lo posible,
a tomar en cuenta la realidad exterior, ya que el camino del principio del placer resulta
de una satisfacción mucho mas inmediata, impostergable pero también es cierto que tal
proceso no alcanza llegando un momento en el cual “se rompe”, imponiéndose así las
transformaciones que el principio de realidad supone.
Desde el funcionamiento del grupo operativo podríamos decir que la realidad del grupo,
exterior al individuo, va progresivamente generando un aumento del displacer en el
individuo, que plantea deseos más exigentes y que disminuyen las posibilidades de
satisfacción alucinatoria. Caben sólo dos caminos: o se posibilita un replanteo de su
estrategia aceptando la realidad exterior e intentando por medio de su participación,
modificarla para satisfacer consecuentemente el deseo, o se repliega sobre sí mismo,
reforzando los mecanismos internos del principio de placer y aislándose cada vez más
de la realidad del grupo, pudiendo en algunos casos, llegar a abandonarlo físicamente.
Son los casos extremos.
No se trata de lograr una polarización grupal en tal sentido, más bien, cada integrante
realiza un tortuoso proceso donde paulatinamente el principio de realidad puede ir
ganando terreno, lo que necesariamente implica un pasar a la acción de transformación
exterior e interior simultáneamente (imagen de sí e imagen dela profesión).
En el trabajo con grupos terapéuticos, algunos autores llegan a señalar como criterios
para finalizar un tratamiento una serie de ítems, que conciernen a criterios que hacen a
la finalización de un tratamiento individual. Autores como Sirlin y Glasserman (43)
enumeran hasta diez criterios de curación (diríamos también de eficacia de la
experiencia que proporciona un grupo).
Sin embargo, el trabajo terapéutico es distinto, al menos en su aspecto formal (lo que
concierne a la demanda), a un grupo operativo de aprendizaje o aplicado a la
psicohigiene de la vocación profesional. Pero el asunto es: ¿dónde se centra la eficacia
de estos grupos? Quisiéramos referirnos precisamente a la particularidad de este
elemento por la importancia que tiene para las experiencias, no sólo de esta índole sino
a la aplicación de los grupos operativos a un trabajo más abarcativo, como instrumento
especifico de psicohigiene.
Ante todo se trata de hacer una distinción entre lo que “provoca” una experiencia
individual y aquello otro que “provoca” la experiencia grupal. Se dice entonces que el
grupo psicoanalítico proporciona acceso a una dimensión del inconsciente, distinta al
del análisis individual; que por lo regular aquella es mucho más breve, aunque intensiva
y se juega en el plano de la interacción de muchos inconscientes individuales, esta
interacción se asienta en la movilización de la transferencia flotante y no en la neurosis
de transferencia; debido a esto, y como diremos más adelante, se la analiza en el “aquí
y ahora” de la situación de grupo.
Ahora bien, cómo podrían constatarse los efectos de esta eficacia grupal en el individuo
que ha pasado por un grupo. Es cierto que en el caso de algunos participantes las
sesiones no suscitan evolución alguna, por lo menos en forma inmediata. Los mismos
autores franceses sostienen que “la apreciación de los efectos a mediano y largo plazo
es sumamente difícil: en el caso de algunos sujetos llegamos a saber que después de
las sesiones su funcionamiento psíquico, su relación con los otros, se modificaron
profundamente; también es cierto que en relación con este aspecto no se realizan
investigaciones” (44).
Esto se vincula directamente con el tipo de trabajo grupal que realizamos. Missenard
menciona que “la formación no consiste en dar a cada uno (de los participantes de un
grupo), una ‘forma’ previamente definida, sino en ubicarlo en una situación tal que le
permita iniciar un movimiento personal, en el momento en que lo demanda (45). Y con
esto estamos ya en el terreno especifico que pisan los que ingresan a un grupo, porque
esta experiencia no es sino un proceso que gira en torno a las identificaciones, lo que
hace a la esencia del trabajo clínico grupal. Aquí seguimos a Missenard, quien
menciona que “en estas experiencias lo que corresponde... es el cuestionamiento de las
‘formas antiguas’, al igual que la de aquellos que se instauran en un momento dado
como referencia.
El lugar del coordinador de estos grupos, lugar que no ha sido tomado de la teoría de la
dinámica de los grupos pequeños, sino heredado del psicoanálisis, lugar de devolución
de un encargo grupal, permite (provoca) instaurar una posición de fundador al
coordinador de estos grupos, desconocida en su práctica habitual como terapeuta
individual, pero en los que en esta situación participan, les permite (a los que a ellos se
dirigen) realizar una experiencia original, abrir la puerta de las de-formaciones, de las
des-identificaciones, vivir una situación de ruptura en relación con aquello en lo que los
participantes ‘se originan’, sufriendo los movimientos de catexia que así resultan“.
Más allá, cada uno debe elegir el camino que desea, del que no se excluye la
investigación individual, pero que, en caso de que se realice, no puede efectuarse a
través de las mismas vías” (50),
Es obvio que el diagnóstico solamente puede ser posible a nivel individual, en cada
caso particular, en su devenir y en su historia, por lo que extraer reglas o
generalizaciones no solamente resultaría difícil, inadecuado, sino que también
aventurado. Lo que sí es posible hacer, es plantearse un modelo –abstracto- que pueda
servir de aproximación a la casuística individual.
Por ello, como ya se había señalado, si el principio de realidad debe primar sobre el del
placer, la sublimación (interés por lo social) supone una permeabilidad mucho mayor
hacia la realidad y un menor grado de obturación de ésta por la imperiosa necesidad de
satisfacer alucinatoriamente el deseo. Pero sobre todo, el análisis de las defensas
puede marcar un derrotero justo para detectar, por ejemplo, formaciones reactivas,
regresiones, intelectualizaciones, etc. que si determinan la elección de carrera,
falsearían las motivaciones más profundas del sujeto.
Todo ello brindaría también, el grado de estructuración del Yo como para poder prever
la capacidad de resolución de los innumerables obstáculos que la carrera supone, tanto
a nivel de los estudios como en la práctica profesional directa.
4. Pasando a otro plano y teniendo en cuenta lo anterior, faltaría algo por agregar en el
caso siempre ideal de poder “realizar transformaciones” y no meros s remedos de estas:
¿qué se juega en cinco sesiones (que fue el diseño de estas experiencia), efecto de una
demanda institucional que sin subvertirla en el aspecto formal fue re-diseñada, pasada
por el filtro de una actitud crítica, es decir, reformulada ante la responsabilidad ética que
implicaba sujetos humanos en busca de anhelos por cumplir, esperanzas que abrir,
expectativas que delinear lo más claramente posible?.
Es obvio que “poco o mucho” no responde al interrogante, pues abrir el cerco, entre-
abrirlo, posibilitar que un camino pueda ser recorrido en ambos sentidos, en una
palabra, problematizar, es algo cualitativo, y esta experiencia está signada por una
filosofía del cambio, por un cambio que pueda instrumentalizarse, ser operativo, que
permita (y dirija) acciones, pensando y sintiendo, pensando y actuando.
Sí, cinco sesiones es poco tiempo, pero tomemos en cuenta que aportó elementos que
ayudaron a reflexionar y a partir de esto, vislumbrar un proceso de auto-selección,
donde se asistía como tal a una participación con un cierto nivel de conciencia y donde
se abrió la posibilidad de la escucha, tanto en forma de recepción de una demanda de
asistencia psicoterapéutica, o en la otra, de una sugerencia para clarificar ciertos
aspectos que hacían a una conflictiva que trascendía los límites de la elección de
carrera.
Referentes.
De la Primera Página.
Pag. 3
(+) “La función madre no es nada más un cuerpo (ni continente ni esférico), orgánico y
erógeno a la vez. Asegura concretamente la yuxtaposición de las funciones contradictorias:
debe ser plenamente esa superficie que es el cuerpo; dicho de otro modo, es preciso en
suma, que la Madre sea mucho más la Tierra que sostiene sin fallar, que el Mar que engloba
y traga (espacio marino)” S. Leclaire. Para una Teoría del Complejo de Edipo. Nueva Visión.
Bs. As. 1978. pag. 33.
Notas