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¿QUE ES LA NULIDAD?

Es el rasgo de mayor fuerza de ineficacia contractual que puede afectar a un contrato.

Un contrato nulo nunca nació para el derecho, no llegó a existir para el ordenamiento jurídico.

Esto se da porque ha faltado una de las partes del contrato (consentimiento, objeto y causa).

Sólo se puede declarar nulo un contrato cuando las condiciones no se daban antes o en el
momento de la contratación, no posteriormente.

La acción de nulidad no prescribe nunca. Puede ser reclamada por cualquiera.

¿QUE ES LA ANULABILIDAD?
La anulabilidad es, en derecho, una causa de invalidez de un acto jurídico, que deriva de un
vicio de la voluntad o de un defecto de capacidad de la parte contratante.

No hay que confundir la anulación con la derogación o la denuncia de un acto. La anulación


implica que el acto nunca ocurrió, y, por lo tanto, nunca produjo efectos jurídicos.

Se asemeja en gran medida a la figura jurídica de la nulidad, pero tiene importantes


diferencias: puede ser subsanable y para que tenga efecto debe existir un acto de parte del
interesado.

¿EN QUE CONSISTE LA NULIDAD?


Es importante la distinción entre nulidad de pleno de derecho y anulabilidad. La nulidad es
aquella imperfección del contrato que impide a éste producir sus efectos propios, mientras
que la anulabilidad es aquella otra imperfección menos enérgica -derivada, sobre todo, de
determinados vicios de capacidad o de voluntad- que da lugar a una acción de nulidad o de
impugnación, la cual, si es ejercitada con éxito, produce la destrucción del acto con fuerza
retroactiva.

¿EN QUE CONSISTE LA ANULABILIDAD?


La anulabilidad de un acto puede producirse por muchos motivos, entre los cuales podemos
mencionar:
 Ausencia de consentimiento real en un acto jurídico que lo requiera.
 Ausencia de la capacidad de las personas que realizan el acto: menores de
edad o incapaces.
 Vicios de la voluntad (error, dolo, fuerza, violencia o intimidación).
DIFERENCIAS ENTRE NULIDAD Y ANULABILIDAD
La doctrina diferencia entre nulidad y anulabilidad:

 Cuando un acto es nulo de pleno derecho, no tiene ningún efecto jurídico, y cualquier
juez debería aplicar la nulidad de oficio. También se le conoce como nulidad absoluta o
insaneable. Por ejemplo, un Reglamento ilegal, será siempre declarado nulo.

 Cuando un acto es anulable, existen unos interesados que pueden pedir la anulación
del mismo. Mientras tanto, el acto es válido. También se le conoce como nulidad relativa
o saneable. Por ejemplo, un Acto Administrativo, será siempre declarado anulable.

En el caso que nos ocupa, el motivo principal de anulabilidad de un acto procede de la


ausencia de capacidad de la persona que lo firmó. En este caso, cuando la persona adquiere
capacidad necesaria, puede optar por anular el acto si así lo desea, o mantenerlo como está
(subsanarlo).

Por ello, en el caso de un contrato, la persona que contrató con un menor de edad puede
encontrarse con la anulación del mismo (si el menor cuando alcanza la mayoría de edad, o
su representante antes de eso, así lo estiman), pero no podría solicitarlo él a un juez. Con
ello, se busca la protección de la parte más débil.

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