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T. 1.

LA NOVELA DESDE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX HASTA


1939: TENDENCIAS [NOVENTAYOCHISTA, NOVECENTISTA],
AUTORES Y OBRAS REPRESENTATIVOS

LA NOVELA DE LA GENERACIÓN DEL 98


Durante los primeros años del siglo XX, se produce una reacción contra el Realismo y el
Naturalismo aunque continuasen estas tendencias narrativas del XIX. En este contexto de reacción y
renovación intelectual, ideológica y artística y como consecuencia de la crisis política, económica y
moral de España, el agotamiento de las formas narrativas realistas y naturalistas y el influjo de
pensadores extranjeros como Schopenhauer, Nietzsche, Kierkegaard, surge un grupo de autores
conocidos como la Generación del 98: Unamuno, Azorín, Baroja, Maeztu, Antonio Machado y
Valle-Inclán, quienes manifiestan su protesta contra las costumbres decadentes de la sociedad española
y pretenden con sus obras crear un nuevo espíritu y una España mejor.
El tema de España lo abordan desde perspectivas muy diferentes, como consecuencia del
individualismo y del subjetivismo característico de estos autores. Sin embargo, todos buscan una imagen
de España diferente a la reflejada en los tópicos y en las tradiciones. En el paisaje, en especial el de
Castilla, a través de una visión subjetiva e idealista, proyectan su propio espíritu y tratan de captar el
alma de Castilla y de sus gentes. Les interesa la Historia del hombre anónimo, la que sucede en la vida
cotidiana y a la que Unamuno llamó intrahistoria. En la literatura, retoman autores medievales como
Berceo, Rojas y Manrique y a clásicos como Góngora o Gracián. Larra les interesa por su profundo
sentimiento de España y en El Quijote ven reflejadas fielmente las conductas de los españoles.
El tema existencial abarca asuntos diversos tales como: la preocupación por el sentido de la vida,
el papel de la religión en la sociedad y en la vida individual, las dudas sobre la existencia del más allá, y
los conflictos psicológicos y morales del ser humano.
Su técnica estilística se caracteriza por el retorno a la claridad y la sencillez, la presencia de un
estilo personal, el interés en expresar las emociones con un léxico preciso e impregnado de valoraciones
subjetivas, la preferencia por la oración breve, el párrafo corto y la expresión natural.
-Miguel de Unamuno es el escritor más peculiar del 98 por su carácter crítico e independiente. Su
inquietud y su angustia se muestran en todos los temas que aborda. Su producción literaria está marcada
por un fuerte contenido filosófico. Sus inquietudes personales se reflejan en sus novelas, en las que se
suprimen las referencias a la realidad exterior de los personajes y se indaga en las complejidades
espirituales y psicológicas de sus protagonistas. Toda su obra se basa en la preocupación por España, por
la existencia y la muerte, por la relación entre Dios y los hombres, entre la eternidad y la nada y por el
conflicto entre la razón y la fe. Es Niebla (1914) la novela que mejor refleja las características temáticas
y formales de sus “nivolas”, como él las llamaba. San Manuel Bueno, mártir (1933) trata sobre la fe y la
inmortalidad junto con dos temas importantes: el dilema entre la verdad dolorosa y la felicidad ilusoria,
y la abnegación y el amor al prójimo como actitud vital.
-José Martínez Ruiz, “Azorín” es el escritor del detalle, pues pretende que sus novelas sean un reflejo
delicado y lírico de lo esencial de la realidad. La sencillez, la brevedad de las frases y el orden
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caracterizan su técnica descriptiva. La preocupación por el tiempo que pasa se percibe en una prosa triste
y melancólica. Sus obras se acercan más al ensayo que a la novela, ya que son descripciones de
ambientes y personajes, sin un argumento central sólido (Doña Inés, 1925).
-Pío Baroja. El tema principal de su obra es la protesta contra la sociedad, hipócrita, injusta y
aburguesada. Escribe “novelas de pensamiento”, en las que expresa un escepticismo absoluto por los
aspectos religiosos y éticos (La busca, 1904, o El árbol de la ciencia); y “novelas de acción”, en las que
la aventura constituye el argumento central (Zalacaín el aventurero, 1909). En general, en el estilo de
sus novelas, espontáneas y antirretóricas, predominan los párrafos cortos, la sintaxis sencilla y el léxico
claro.
-Ramón María del Valle-Inclán es uno de los escritores más originales. Su primera gran obra en prosa
son las cuatro Sonatas (1902-5): Sonata de otoño, Sonata de estío, Sonata de primavera y Sonata de
invierno. De carácter modernista, sus temas principales son el amor y la muerte. El tema de Tirano
Banderas (1926) es el del dictador tiránico.
DEL NOVECENTISMO (O GENERACIÓN DEL 14) A LAS VANGUARDIAS
Los Novecentistas comparten con los autores de la Generación del 98 la inquietud por el
problema de España, aunque rechazan su visión dramática y subjetiva; adoptan una postura más
equilibrada e intelectual.
Las características generales de este grupo son: 1. La sólida formación intelectual de sus miembros y
su vocación universalista; 2. Visión equilibrada y racional de los problemas del país; 3. Compromiso con
la sociedad; 4. Concepción elitista del arte; 4. Concepción de la novela como género libre; 5.Predominio
del ensayo sobre otros géneros.
Destacan:
-Ramón Pérez de Ayala. El elemento intelectual abunda en sus novelas. Presenta un estilo elegante y
experimenta con la técnica (Tigre Juan, 1926).
-Gabriel Miró crea con su obra un mundo lleno de percepciones sensoriales, de impresiones personales.
Los objetos son los verdaderos protagonistas de sus novelas (Nuestro Padre San Daniel, 1921).
-Ramón Gómez de la Serna convierte la literatura en un juego lleno de incoherencias, aproximándose
así al irracionalismo vanguardista (Cinelandia, 1923). Mediante el humor y la imaginación, da entrada a
lo trivial.
En el ensayo destacan:
-José Ortega y Gasset: Es una de las figuras más relevantes del pensamiento español del siglo XX. En
La deshumanización del arte (1925) expone sus ideas estéticas, de gran influencia posterior.
-Gregorio Marañón: En su Don Juan. Ensayo sobre el origen de su leyenda (1940), sorprende la
interpretación del personaje, al que considera poco masculino.

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