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Preclusión de La Prueba
Preclusión de La Prueba
Refiere que hay una oportunidad para la práctica de la prueba; ello con el fin de evitar
sorpresas.
Todo lo relativo a la práctica de la prueba debe efectuarse dentro de los lapsos probatorios
señalados para su promoción y evacuación, es decir, no pueden proponerse ni evacuarse
sino dentro de los lapsos señalados en la ley procesal, bajo pena de no ser considerados por
haber precluido tanto en el espacio como en el tiempo.
Inmediación de la prueba:
Este principio supone que el juez tenga contacto directo con las partes y reciba
personalmente la prueba. La evacuación de las pruebas debe hacerse en inmediación
(proximidad), en presencia de las partes y ante el juez del pleito, quien ha de estar presente
en el acto dirigiéndolo bajo su inmediata atención y resolviendo los incidentes que pudieren
presentarse.
Tiene que ver con alguna prohibición o impedimento que expresamente declare el
ordenamiento jurídico, procesal, respecto a un medio de prueba. Están prohibidos aquellos
medios de prueba que van contra la dignidad o integridad de las personas, o que se hubieren
obtenido por medios ilícitos o que violente de alguna manera los derechos de alguna de las
partes.
Competencia de la prueba:
Significa que el mismo tribunal que ha conocido de las alegaciones debe conocer de las
pruebas que se aportan para contrastar los hechos aducidos. Es lógico que el tribunal que
conoce de la demanda y en la cual se constituyó la relación jurídica procesal, por ser allí
donde se explayaron los hechos que sirven de base a la pretensión, tenga que conocer de
las pruebas y de los hechos que se tratan de probar.
Se refiere a la necesidad de que los hechos sobre los cuáles se basa la sentencia se
encuentren acreditados mediante la debida prueba. El juez no podría resolver con base en
su conocimiento personal privado, pues ello impediría el contradictorio.
Refiere que en ocasiones los documentos, las cosas y las personas deben ponerse a la orden
de la autoridad jurisdiccional.
Utilidad de la prueba:
En términos generales se puede decir que la prueba es inútil cuando sobra, por no ser
idónea, no en sí misma, sino con relación a la utilidad que le preste al proceso, ya que éste
sólo puede recaudar las pruebas necesarias para el pronunciamiento del fallo. Si nos
valiéramos de una metáfora, podríamos decir que el proceso debe consumir las pruebas que
le sean absolutamente necesarias para pronunciar el fallo, y que no puede darse el lujo de
recaudar pruebas que sobren, superfluas, redundantes, o corroborantes, cuando esto no sea
absolutamente necesario.
Carga de la prueba:
El principio denominado de la carga de la prueba concierne a que en los procesos las partes
llevan sobre la carga de probar el supuesto de hecho de las normas cuya aplicación
invocan.