Jesús Toma El Lugar de Nuestra Maldición

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Jesús toma el lugar de nuestra maldición

Lo primero que debemos entender es como nos ve Dios. Miremos lo


que nos dice a través del profeta Isaías

“Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y
los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su
dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi
pueblo no tiene conocimiento. ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado
de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a
Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. ¿Por
qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda
cabeza está enferma, y todo corazón doliente.“(Isa 1:2-5)

Dios nos ve como rebeldes, sin entendimiento, sin conocimiento,


pecadores, cargados de maldad, como generación maligna y
depravada, que abandonó a Dios, provocando su ira. Pero Dios le
hace una pregunta a su creación: ¿Por que querreis ser castigados
aún?

“Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino
herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni
suavizadas con aceite.” (Isa 1:6)

En este versículo el Señor nos está mostrando la maldición del pecado


anteriormente nombrado. Por eso pregunta ¿Por que quereis seguir
siendo maldecidos?

” Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado


de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de
los hombres,” (Isa 52:14)

El Espíritu de Dios nos permite sentir que somos uno con Cristo en su
mayor oprobio y dolor.
El apóstol Pablo vivió la Revelación de la Cruz. El dijo
” Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo
de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gal 2:20)
Pablo supo del poder de Jesús viviendo en el, pero tuvo que
experimentar la revelación de la cruz al igual que Jesús.

La cruz: Maldición cancelada


Para el pueblo judío la cruz es un lugar de maldición. Allí es donde
mueren los delincuentes más abominables de la nación. Pero la cruz
se ha transformado para nosotros en bendición porque es el árbol
donde Dios quito toda maldición para poder darnos su bendición. Todo
lo malo que eramos nosotros quedó en Jesús, y a través de la cruz,
todo lo bueno que era Jesús paso a nosotros mediante nuestra fe en
El.
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros
maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un
madero)“(Gal 3:13)

La corona de espinas
Cuando Adan y Eva pecaron Dios les dijo que la tierra era maldecida
por su causa, e iba a producir espinas (Gen 3:17-18) Jesús aceptó
llevar sobre sus sienes esa terrible opresión

El Latigo; La llaga que nos dio sanidad


El látigo romano poseia varios rejos, y cada uno de ellos tenía
incrustaciones de metal y hueso cortante. Cada latigazo que recibía
Jesús en su espalda le desollaba la piel, hasta que quedó en carne
viva.
Los científicos han comprobado que existen treinta y nueve clases de
enfermedades. Cualquiera otra es una ramificación de estas. No es
casualidad que a Cristo lo hubiesen azotado treinta y nueve veces. El
en sus espaldas llevó todas nuestras dolencias
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros
pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados.” (Isa 53:5)

Los clavos
Tres filosos y cortantes clavos atravesaron a Cristo
o Primer clavo en su mano: Libre de culpabilidad. Toda
culpabilidad que había en nuestra vida fue cancelada en la Cruz del
Calvario
o Segundo clavo: Argumentos cancelados. Un argumento es un
derecho legal que usted le entrega al adversario. Estos argumentos
vienen de maldiciones heredadas en su familia, de palabras
pronunciadas por personas, etc. Pero la sangre de Cristo anula esos
decretos “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros,
que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la
cruz, (Col 2:14)
o Tercer clavo en los pies: Victoria sobre la opresión. Este clavo
estaba bajo el tobillo. Cuando Jesús estaba colgado, para respirar,
debido a que su pecho estaba oprimido debió apoyarse sobre este
clavo y empinarse para tomar aire. El dolor que esto le provocaba era
indescriptible. Lo hizo para que no vivamos más en opresión

La lanza: Sanidad interior


Posterior a que Cristo expiró, el soldado atravezó el costado con la
lanza y salió Agua y sangre. Los expertos dicen que cuando el agua y
la sangre se unen en el cuerpo es porque el corazón de la persona ha
explotado. Tanta fue la angustia del salvador que su corazón no
resistió más y explotó para que el nuestro sea sano

¿Que es lo que debemos hacer entonces? Entregarle todo a Jesús,


llevándolo todo a la cruz y llevando ahi nuestra vieja naturaleza. Al
traspasar la cruz tendras una nueva naturaleza, que es el carácter de
Cristo dentro tuyo Lo que hizo la sangre por nosotros
Siete veces brotó sangre del cuerpo de nuestro Señor. La sangre que
el Señor virtió a través de sus manos, pies, espalda, costado y sienes
es la que nos limpia de todo pecado y de toda maldad. “Sin
derramamiento de sangre no hay remisión ” (Hebreos 9:22)
“sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la
cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como
oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero
sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la
fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por
amor de vosotros,” (1Pe 1:18-20)

Cuando aplicamos la sangre de Jesús, la bendición perpetua de Dios


estará en nosotros, porque sus efectos son eterno. Cada creyente
debe vivir en la limpieza que le otorga la sangre de Cristo. La sangre
es el sello del pacto entre Dios y el hombre.

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