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PROMESA

Una promesa es un compromiso que asume una persona con otra a través de la
palabra al comprometerse en el cumplimiento de una acción en concreto. Existen
distintos tipos de compromiso, por ejemplo, un amigo puede prometer a otro que
no contará un secreto que le ha desvelado en la esfera de la intimidad. Del mismo
modo, un matrimonio se promete fidelidad y respeto el día de su boda. Una
promesa es un gesto de amor hacia una persona a la que valoras de verdad, por
ello, le das tu palabra.

Una promesa es un gesto que surge de la libertad personal de quien libremente se


compromete a hacer algo en concreto por otra persona. Una promesa nunca
puede surgir a partir de una coacción externa porque es un acto que surge de lo
más hondo del corazón.

Una promesa, a nivel emocional, puede tener el mismo valor que un contrato
aunque no esté firmado. Cuando una persona se compromete en firme ante otra,
la destinataria de esa promesa toma ese juramento como una verdad absoluta.
Lamentablemente, como los seres humanos son imperfectos y limitados, con
frecuencia, también rompen sus promesas. En ese caso, se produce desencanto
personal, tristeza, sentimiento de haber sido traicionado, pensamiento negativo y
enfado.

El valor de la palabra

Una promesa, a nivel emocional, puede tener el mismo valor que un contrato
aunque no esté firmado. Cuando una persona se compromete en firme ante otra,
la destinataria de esa promesa toma ese juramento como una verdad absoluta.
Lamentablemente, como los seres humanos son imperfectos y limitados, con
frecuencia, también rompen sus promesas. En ese caso, se produce desencanto
personal, tristeza, sentimiento de haber sido traicionado, pensamiento negativo y
enfado.
ENVIDIA

el latín invidĭa, la envidia es el deseo de obtener algo que posee otra persona y
que uno carece. Se trata, por lo tanto, del pesar, la tristeza o el malestar por el
bien ajeno. En este sentido, la envidia constituye el resentimiento (el sujeto no
quiere mejorar su posición sino que desea que al otro le vaya peor).

A lo largo de la historia la envidia ha estado muy presente en las diversas culturas.


Buena muestra de ello es la cultura griega y también la romana que apostaron
incluso por hacerla muy presente en sus diversas obras artísticas. Así, la han
llegado a representar como una anguila o bien como la cabeza de una mujer
mayor llena de serpientes.

Es interesante resaltar que además los griegos utilizaban la expresión “mal ojo”
para poder definirla. Tan poderosa la consideraban que intentaban proteger a sus
hijos de aquella y lo hacían aplicándoles en la frente el lodo que encontraban en el
fondo de los baños.

Se trata de una preocupación que actualmente hoy día se mantiene en otras


muchas culturas, lo que supone que para evitar a ese mal de ojo, el daño que
alguien le pueda desear a otra persona por envidia, se hacen usos de pequeños
amuletos que supuestamente la “espantan”. Este sería el caso de un colgante que
es una pequeña maño de color negro.

CALUMNIA

Una calumnia es una acusación falsa que se realiza con el objetivo de provocar un
perjuicio. En el plano jurídico, se llama calumnia al hecho de imputar un delito a un
sujeto sabiendo que aquello de lo que se lo acusa nunca existió o no fue realizado
por el imputado.
Para que exista la calumnia, por lo tanto, tiene que haber una imputación o
acusación falsa: quien acusa lo hace con el objetivo de dañar al acusado. Otra
posibilidad es que el acusador esté convencido de la veracidad de su imputación
pero actúe con desprecio a la verdad.

Esto quiere decir que la calumnia puede acarrear un dolo (cuando el individuo
sabe que es falso lo que imputa) o un dolo eventual (puede creer que no es falso
pero no le interesa acceder a la verdad y por lo tanto genera un perjuicio).

Supongamos que dos personas se disputan la candidatura a la presidencia de un


club deportivo. De acuerdo a distintas encuestas, ambos se encuentran muy
parejos en la intención de voto de los socios. Uno de ellos, para manchar la
reputación de su oponente, lo acusa de haber recibido sobornos de un
representante de jugadores para contratar a sus representados en caso de
convertirse en presidente.

Quien inicia una calumnia sabe que está mintiendo y que su acusación carece de
verdad, así como, también está al tanto de que este tipo de perjuicios se
transmiten y dan a conocer muy rápido entre las personas.

En este sentido, la persona malintencionada y creadora de la calumnia está


consciente de que va a perjudicar la reputación y la credibilidad que tienen las
palabras y las acciones de alguien en particular.

CHISME

El vocablo griego schísma derivó en el latín schisma, que llegó al castellano como
chisme. Se llama chisme a un rumor, un cotilleo o una habladuría que suele
difundirse de boca a boca, muchas veces con el objetivo de criticar a una persona.

Puede decirse que un chisme implica hacer referencia a alguien sin que éste se
encuentre presente. Lo habitual es que el comentario que se realiza sea negativo
para la persona aludida, por lo cual se supone que, si entera de la circulación del
chisme, se disgustará.

Los chismes pueden aludir a una noticia verdadera cuyo protagonista no quiere
dar a conocer, o a una noticia falsa que se difunde con un fin dañino. Supongamos
que una mujer soltera queda embarazada en una relación ocasional y no desea
dar a conocer la noticia, al menos por el momento. Sin embargo, el secretario de
la ginecóloga que la atiende le comenta el chisme a un amigo, quien a su vez se lo
cuenta a otras personas. Así la historia se difunde por todo el barrio.

Por lo general el chisme presenta información que no ha sido comprobada.


Muchas veces parte de un suceso real que se exagera o se distorsiona. El
protagonista, al no estar al tanto del chisme, no tiene la posibilidad de corregir o
desmentir la versión.

Aunque los chismes nacieron como comentarios de grupos sociales acotados (una
familia, un barrio, etc.), actualmente suelen alimentar los contenidos de la prensa
amarilla (prensa sensacionalista) o rosa (prensa del corazón).

En estos contextos, el chisme es el material indispensable para sostener una


industria que entretiene a millones y millones de personas todos los días a base
de noticias falsas e irrelevantes, o bien de información que debería permanecer en
los círculos privados de los que son arrancadas por la fuerza, acerca de la vida de
los ricos y famosos.

Como pueden evidenciar los millones de dólares que este tipo de prensa consigue
recaudar día a día, el chisme no es algo negativo para los periodistas
sensacionalistas, sino que lo consideran una fuente de información absolutamente
válida y necesaria para llevar adelante su negocio. Sin embargo, basta con usar
una fracción de sensatez y compasión para entender que en muchos casos esto
perjudica a los personajes mencionados en las supuestas noticias.

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