Está en la página 1de 3

Investigue de qué manera se están estableciendo algunos lineamientos neuro

educativos de poder ayudar a los estudiantes desmotivados

¿Necesita el cerebro emocionarse para aprender?

La ciencia constituye una fuente inagotable de suministro de pruebas que está


en continua evolución. A diferencia de lo que se creía años atrás, en la actualidad
sabemos que nuestro cerebro está cambiando continuamente, tanto a nivel
funcional como estructural.

Esta gran plasticidad nos permite aprender durante toda la vida y ello constituye
un elemento motivacional indispensable y una auténtica puerta abierta a la
esperanza porque sugiere que debemos esperar la mejora de todos los
estudiantes sin excepción.

Cuando enseñamos a nuestros alumnos que el cerebro es plástico, que somos


capaces de generar nuevas neuronas o que la inteligencia es maleable,
fomentamos una mentalidad de crecimiento en el aula que está muy alejada de
los pensamientos deterministas asociados a la genética.

Este tipo de creencias tienen una gran incidencia en el rendimiento académico


del alumnado y podemos promoverlas generando entornos de aprendizaje en los
que los estudiantes se sienten seguros y en donde se asume con naturalidad
el error, elogiándolos por el esfuerzo y no por la capacidad, o generando
expectativas positivas sobre su rendimiento. Y es que los estudios científicos
están demostrando que el ingrediente fundamental de un proceso eficiente de
enseñanza y aprendizaje es la emoción.

Necesitamos una relación armónica y complementaria entre el Sentir de la intuición y la


emoción, y el Pensar desde lo cognitivo ejecutivo. En la búsqueda del nexo entre la
enseñanza y el aprendizaje que garantice calidad, necesitamos una educación que
incluya a todos en la diversidad, que nos ayude a convivir y a ser buenos seres
humanos.
¿Sabías que la serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, también es un
acelerador del aprendizaje? Mientras tanto, la dopamina nos motiva a conseguir lo que
buscamos.
La retroalimentación constructiva del docente, así como actividades
retadoras, contribuyen a que el alumno se sienta motivado a lograr el
aprendizaje a través del estudio, logro de tareas y uso de su creatividad, más
allá de esperar una calificación derivada de un examen.

El reto de las instituciones educativas es promover métodos y estrategias en


los procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación que sean retadores,
así como atractivas con el fin de que el alumno se sienta realizado y confiado de
sus competencias personales, ya que solo así habrá aprendizaje significativo.

https://blogs.unitec.mx/vida-universitaria/conoce-neurotransmisores-aprendizaje

1. Busca lo que les apasiona. Puede ser un tema en concreto, un método de


aprendizaje, un espacio de trabajo… Se trata de buscar aquello que encienda la
chispa de la motivación, algo que llame su atención y despierte el interés por
aprender. Escucha y conoce a tus alumnos para descubrir su pasión y ayudarles
también a ellos a reconocerla. Una buena herramienta es la aplicación de
la teoría de las inteligencias múltiples en el aula, que permite poner en prácticas
estrategias didácticas diferenciadas, según la inteligencia que esté más
desarrollada en el alumno o según la que se quiera trabajar.

2. Plantea el aprendizaje como un descubrimiento. Animar a los alumnos a que


participen, crear expectativas con una meta atractiva e implicarles en el proceso
de aprendizaje es clave para motivarles. El trabajo por proyectos, por ejemplo,
es una estupenda opción y, además, al colaborar e investigar en equipo con otros
alumnos, puede contribuir a aumentar su motivación.

3. Enfoca el contenido desde la práctica. Siempre que sea posible, relacionar el


aprendizaje con la realidad cercana de tus estudiantes, de modo que sean
capaces de ver la utilidad de aquello que están aprendiendo. Así es mucho más
fácil que se impliquen y se interesen y recordarán y afianzarán lo aprendido de
manera mucho más eficaz. Por ejemplo, repasar química con experimentos y
objetos cotidianos, enseña física en el parque de atracciones o muestra el lado
más divertido y práctico de las matemáticas con retos y enigmas de la vida
cotidiana.

4. Utiliza las TIC. Los alumnos son nativos digitales y las TIC llaman su atención
de forma natural. Se pueden aprovechar este interés y apoyarlos en las nuevas
tecnologías para presentar los temas en el aula, completar los contenidos o
trabajarlos de una forma diferente. Pero, sobre todo, animarlos a utilizarlas para
aprender: documentarse, practicar lo aprendido, ampliar conocimientos, llevar a
cabo proyectos y experiencias.

5. Practica el refuerzo positivo. Un niño desmotivado puede estar también


desilusionado y desanimado porque le resulta difícil mantener el ritmo de la
clase, no mejora sus calificaciones o no resuelve bien los trabajos de clase. Se
puede contribuir a romper ese círculo vicioso desmotivación-fracaso mediante el
refuerzo positivo y el apoyo a conductas o actitudes positivas, para valorar más
que los resultados. De este modo se estará animando a tus alumnos a seguir
intentándolo, aprender de los fracasos y buscar soluciones sin rendirse.
Reconoce el trabajo de aquellos alumnos a los que les cuesta más avanzar y
premia el esfuerzo.
https://www.aulaplaneta.com/2016/03/30/recursos-tic/como-motivar-tus-alumnos-aprender-
en-cinco-pasos/

También podría gustarte