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Antología de poemas de Garcilaso de la Vega

1º Bachillerato
-V- - XI -

Escrito está en mi alma vuestro gesto, Hermosas ninfas, que en el río metidas
y cuanto yo escribir de vos deseo; contentas habitáis en las moradas
vos sola lo escribiste, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo de esto. de relucientes piedras fabricadas
y en columnas de vidrio sostenidas;

En esto estoy y estaré siempre puesto, 5


que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, agora estéis labrando embebecidas 5
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto. o tejiendo las telas delicadas;
agota unas con otras apartadas,
contándoos los amores y las vidas;
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida: 10
por hábito del alma misma os quiero.
dejad un rato la labor, alzando
vuestras rubias cabeza a mirarme, 10
Cuanto tengo confieso yo deberos; y no os detendréis mucho según ando;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.
que o no podréis de lástima escucharme,
o convertido en agua aquí llorando,
-X- podréis allá de espacio consolarme.

¡Oh dulces prendas por mí mal halladas,


dulces y alegres, cuando Dios quería! - XIII -
Juntas estáis en la memoria mía,
y con ella en mi muerte conjuradas.

A Dafne ya los brazos le crecían,


¿Quién me dijera, cuando en las pasadas 5 ramos vueltos se mostraban;
y en luengos
horas en tanto bien por vos me vía, en verdes hojas vi que se tornaban
que me habíades de ser en algún día
con tan grave dolor representadas? los cabellos que al oro oscurecían.

Pues en un hora junto me llevaste De áspera corteza se cubría 5


todo el bien que por términos me distes, 10
los tiernos miembros, que aún balbuciendo estaban;
llevadme junto al mal que dejaste. los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.
Si no, sospecharé que me pusiste
en tantos bienes, porque deseaste Aquel que fue la causa de tal daño,
verme morir entre memorias tristes. a fuerza de llorar, crecer hacía 10
el árbol que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño!


Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!
Antología de poemas de Garcilaso de la Vega
1º Bachillerato
XXIII - ÉGLOGA III

26.

En tanto que de rosa y azucena Pintado el caudaloso rio se vía,


se muestra la color en vuestro gesto, que en áspera estrecheza reducido,
y que vuestro mirar ardiente, honesto, un monte casi alrededor ceñía,
enciende al corazón y lo refrena; con ímpetu corriendo y con rüido
querer cercarlo todo parecía
en su volver, mas era afán perdido;
y en tanto que el cabello, que en la vena 5dejábase correr en fin derecho,
del oro se escogió, con vuelo presto, contento de lo mucho que habia hecho.
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;
27.
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado Estaba puesta en la sublime cumbre
10
cubra de nieve la hermosa cumbre. del monte, y desde allí por él sembrada,
aquella ilustre y clara pesadumbre
d’antiguos edificios adornada.
Marchitará la rosa el viento helado, D’allí con agradable mansedumbre
todo lo mudará la edad ligera, el Tajo va siguiendo su jornada
por no hacer mudanza en su costumbre. y regando los campos y arboledas
con artificio de las altas ruedas.

XXXII -
28.

En la hermosa tela se veían,


Estoy continuo en lágrimas bañado, entretejidas, las silvestres diosas
rompiendo el aire siempre con suspiros; salir de la espesura, y que venían
y más me duele nunca osar deciros todas a la ribera presurosas,
que he llegado por vos a tal estado, en el semblante tristes, y traían
cestillos blancos de purpúreas rosas,
las cuales esparciendo derramaban
que viéndome do estoy y lo que he andado sobre
5 una ninfa muerta que lloraban.
por el camino estrecho de seguiros,
si me quiero tornar para huiros,
desmayo viendo atrás lo que he dejado; 29.

Todas, con el cabello desparcido,


si a subir pruebo en la difícil cumbre, lloraban una ninfa delicada
a cada paso espántame en la vida 10 vida mostraba que habia sido
cuya
ejemplos tristes de los que han caído. antes de tiempo y casi en flor cortada;
cerca del agua, en un lugar florido,
estaba entre las hierbas degollada
Y sobre todo, fáltame la lumbre cual queda el blanco cisne cuando pierde
de la esperanza con que andar solía la dulce vida entre la hierba verde.
por la oscura región de vuestro olvido.

30.

Una d’aquellas diosas qu’en belleza


al parecer a todas ecedía,
mostrando en el semblante la tristeza
que del funesto y triste caso había,
apartada algún tanto, en la corteza
de un álamo unas letras escribía
Antología de poemas de Garcilaso de la Vega
1º Bachillerato
como epitafio de la ninfa bella,
que hablaban ansí por parte della:

31.

"Elisa soy, en cuyo nombre suena


y se lamenta el monte cavernoso,
testigo del dolor y grave pena
en que por mí se aflige Nemoroso
y llama '¡Elisa!'; '¡Elisa!' a boca llena
responde el Tajo, y lleva presuroso
al mar de Lusitania el nombre mío,
donde será escuchado, yo lo fío".

32.

En fin, en esta tela artificiosa


toda la historia estaba figurada
que en aquella ribera deleitosa
de Nemoroso fue tan celebrada,
porque de todo aquesto y cada cosa
estaba Nise ya tan informada
que, llorando el pastor, mil veces ella
se enterneció escuchando su querella;

33.

y porque aqueste lamentable cuento,


no sólo entre las selvas se contase,
mas dentro de las ondas sentimiento
con la noticia desto se mostrase,
quiso que de su tela el argumento
la bella ninfa muerta señalase
y ansí se publicase de uno en uno
por el húmido reino de Neptuno.

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