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ABBA: “Papá” (Marcos 14:36;, Romanos 8:15; Gálatas 4:6) – Dicho primero por Jesús en
el Huerto de Getsemaní la noche antes de su crucifixión, "Abba" indica una intimidad con
Dios como la de un niño con su padre. Cuando venimos a Cristo en fe, recibimos el
“espíritu de adopción” y luego podemos acercarnos a Dios como nuestro amoroso Padre
perdonador.
ADONAI: “Señor” (Génesis 15:2; Jueces 6:15) – se utiliza en lugar de YHWH, el cual fue
considerado por los judíos ser demasiado sagrado para ser pronunciado por los hombres
pecadores. “Adonai” es de una raíz hebrea que significa gobernar. Se refiere a un
controlador soberano, señor, amo, dueño.
ELOHIM: (Génesis 1:1) – la forma plural de El o Eloah, que muestra la naturaleza trina de
Dios. Desde la primera frase de la Biblia, el poder de Dios es evidente como Él (Elohim)
crea el mundo con el poder de su palabra. Génesis 1:26 describe la comunicación inter-
trinitaria: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza...” (énfasis añadido)
EL ROI: “Dios que ve” (Génesis 16:13) – la sierva de Sara, Agar, invocó a Dios por este
nombre cuando el ángel del Señor se le apareció en el desierto. Sola y desesperada
después de haber sido expulsada por Sara (Génesis 16:1-14), el Señor le aseguró que él
estaba consciente de su situación y que haría de su hijo que iba a nacer, Ismael, una
gran nación. El Roi no es un Dios lejano y distante, sino uno que ve las necesidades de
su pueblo, escucha nuestras oraciones y viene a socorrernos en momentos de dificultad.
JEHOVAH-JIREH: “El Señor proveerá” (Génesis 22:14) – Abraham llamó a Dios por este
nombre después de que Dios detuvo su mano de sacrificar a Isaac y en su lugar proveyó
un carnero para el sacrificio. Dios todavía provee por las necesidades de su pueblo,
desde nuestro pan diario hasta el Pan de Vida que es Cristo, y la comida de su Palabra.
JEHOVÁ-RAFA: “El Señor que sana” (Éxodo 15:26) – “Yo soy Jehová tu sanador” en
cuerpo y alma. Aunque a menudo Dios sana nuestras enfermedades físicas en muchos
sentidos, el aspecto más destacado de la sanación del Señor es la provisión de
Jesucristo, por cuyas heridas fuimos nosotros sanados de la enfermedad del pecado
(Isaías 53:5). Perdonar el pecado es una cura de esta enfermedad y esto está disponible
sólo a través de la sangre y el sacrificio en la cruz del Hijo de Dios.
JEHOVAH-NISSI: “El Señor nuestro estandarte” (Éxodo 17:15) – Moisés dio este nombre
a un altar que construyó en el desierto, para conmemorar la victoria sobre los amalecitas
en Éxodo 17. En la antigüedad, los ejércitos luchaban bajo una bandera que identificaba
su tribu o nación. El pueblo de Dios pelea la “buena batalla de la fe” (1 Timoteo 6:12) bajo
la bandera del Señor de los Ejércitos.
JEHOVÁ-SHALOM: “El Señor es nuestra paz” (Jueces 6:24) – Este es el nombre dado
por Gedeón al altar que construyó después de que el Ángel del Señor le había asegurado
que no iba a morir como pensó que haría después de ver a Dios quemar la ofrenda
sacrificial. Jehová sigue siendo el Señor de la Paz, como David declara en el Salmo
29:11 (NVI) – “El SEÑOR fortalece a su pueblo; el SEÑOR bendice a su pueblo con la
paz”.
JUEZ: (Salmo 75:7) – También conocido como el “Juez de toda la tierra” (Génesis 18:25)
y “Juez de Israel” (Miqueas 5:1 RV60) y "Juez de todos" (Hebreos 12:23 ), el concepto de
Dios como el juez final se encuentra en toda la Escritura. Dios es al final el que administra
de la justicia, porque Él es el único digno de hacerlo. Sólo Él puede separar el trigo de la
cizaña, recompensar a los merecedores y castigar a los pretendientes. Sin duda, el Juez
de toda la tierra hace lo correcto. Ningún juez terrenal puede hacer tal afirmación.
REY: (Salmo 10:16; 47:2; 98:6; 149:2) – Para las personas del mundo antiguo, la palabra
“rey” tuvo una importancia mucho mayor que tiene para nosotros hoy. Los antiguos reyes
fueron gobernantes absolutos con autoridad completa y total. No rendían cuentas a nadie,
su palabra era la ley de la tierra. Pero por encima de todos los reyes terrenales y los
gobernantes se encuentra el Rey supremo quien es el único digno de adoración y
obediencia. Él es el “Rey de la gloria” (Salmo 24:7-10) y “el Rey eterno, inmortal, invisible”
(1 Timoteo 1:17).
LEGISLADOR: (Isaías 33:22) – Dios le dio los Diez Mandamientos para proporcionar un
código moral para su pueblo. Sus leyes son la clave para la felicidad y la alegría en esta
vida y al dárnosla nos muestra su amor y cuidado por nosotros. “¡Cuánto amo yo tu ley!”,
clamó David en elSalmo 119:97. La incapacidad de la humanidad para obedecer las leyes
de Dios sólo demuestra nuestra necesidad de un Salvador que cumplió perfectamente la
Ley, para que podamos experimentar la alegría de vivir en Él. El Legislador dio la Ley, y
luego dio el perfecto cumplimiento de la misma en Jesús.
LUZ: (Salmo 27:1) – La gloria y la presencia de Dios se simboliza con la luz de la
columna de fuego para guiar a los israelitas que se escaparon de Egipto. Siendo nuestra
Luz, Dios todavía nos guía hoy, dándonos perspicacia y sabiduría a través de Su Palabra,
la cual es una “lámpara a nuestros pies” y una “luz en nuestro sendero” (Salmo 119:105).
Él también nos ha dado a su Hijo, Jesús, quien es la “Luz del mundo” (Juan 8:12). En el
cielo no habrá necesidad de la luna o el sol, porque Dios será la única Luz (Apocalipsis
22:5).
ROCA: (1 Samuel 2:2) – También llamada la “Roca de Israel” (2 Samuel 23:3), “la roca en
que me refugio” (Salmo 94:22), “Roca de mi salvación” (2 Samuel 22:47 ), y “la roca de mi
fortaleza” (Salmo 62:7). La palabra hebrea traducida como “roca” cuando se refiere a Dios
es un afloramiento masivo o una formación de roca enorme. Retrata a Dios como Aquel
inamovible que no está sujeto a los estragos del tiempo y que está firme como una
poderosa fortaleza, fuerte y confiable para su pueblo.