EL TRIDUO PASCUAL: TRES DIAS, UN HECHO Ya se acerca la celebración más importante del año litúrgico, el Triduo Pascual, para el cual se inicia el tiempo preparativo de la cuaresma. En esta gran celebración conmemoramos y actualizamos la mayor obra de Dios, centro de la predicación cristiana: “les recuerdo hermanos el evangelio que les prediqué: que Cristo murió por nuestros pecados, que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras” (Cfr. 1Co 15,1-4). En efecto, es el Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. En la Pascua (phaseo paso) recordamos el cumplimiento de todas las promesas hechas por Dios en la historia de salvación; la respuesta a todas las inquietudes del hombre ante la realidad de la muerte. Pero a la vez la celebración de la Pascua contiene una gran riqueza en todos sus ritos y textos, que nos impulsa y capacita para hacer vida el misterio celebrado. La celebración de la Pascua ha pasado por muchas transformaciones hasta llegar a la forma que hoy conocemos; los judíos la celebraban el 14 de Nisán como un recuerdo de la salida de Egipto obrada por Yahvé y a la vez anticipo de la salvación mesiánica, además de un sentido de renovación (comienzo de la primavera, creación); los cristianos que en un principio la continuaron celebrando, le dieron un contenido propio centrado enCristo verdadero Cordero y verdadera Pascua; celebrándola primero cada semana, el domingo, y luego en el siglo II con una liturgia anual propia en la vigilia pascual (en la que se celebraba el único misterio de la Muerte-Resurrección). Ya en el siglo IV se celebra el misterio en tres días el “Triduo Sacro”, con la preparación de los cuarenta días y la prolongación de cincuenta días. Esta visión unitaria de la celebración se mantuvo hasta el siglo VIII donde comienza una decadencia del sentido donde la celebración se convirtió en una ocasión de bendiciones, ya el s. XIII la vigilia se celebraba la mañana del sábado, desvinculándola del domingo. Fue con la reforma de Pio XII de 1951 a 1956 cuando se recuperó el sentido de la vigilia y se estableció la estructura litúrgica (retocada luego por San Pablo VI) que constituye la actual (lavatorio, beso a la cruz, comunión del viernes). El Triduo Pascual contiene en su liturgia una pedagogía de la vida cristiana, la lección que cristo nos enseña, que no hay gloria sin cruz, o mejor que Gloria y Cruz van unidas, el Triduo “todo él es anamnesis y participación de la muerte, todo él es anamnesis y participación de la resurrección. La Cruz es vencida en la Resurrección. La Resurrección se ha ganado con la Cruz” (J. Aldazabal, El Triduo Pascual, p 43). Este hecho nos llama a nosotros los venezolanos a vivir con sentido pascual la situación política y social; alegrarnos en nuestras luchas y sufrimientos y manteniendo la esperanza en la victoria de Dios; El Cristo crucificado es el mismo Cristo resucitado, y el Cristo que sufre en el venezolano es el mismo Cristo que nos hará surgir de esta realidad de muerte. “El Triduo Pascual es una celebración como para renovar raíces, para revisar identidades, para alimentar nuestro ser cristiano, despertar nuestra fe en Cristo, e invitarnos a una vida renovada y pascual” (O.c. p. 183).Preparémonos para vivir esta celebración con un corazón dispuesto a cambiar, a renovar nuestra fe bautismal, y celebrar la gran obra de Dios, con este horizonte vivamos la cuaresma.