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Esta teoría hace una distinción entre sociedades modernas y sociedades tradicionales,haciendo

énfasis en la mentalidad de las personas que conforman cada una. El hombre


tradicional se caracteriza por ser “ansioso, supersticioso, falto de ambición, conservador,centrado en
las necesidades inmediatas, fatalista y aferrado a sus tradiciones”, mientras que
el hombre moderno
tiene una “gran capacidad de adaptación a los cambios en su entorno,
es independiente e individualista, eficiente, centrado en la previsión a largo plazo de
susnecesidades, convencido de su capacidad para cambiar el mundo y confía en la posibilidad
de cambio mediante un proceso político”. (Escribano)
Parsons (citado por Escribano) formula unas pautas para diferenciar a las sociedadesmodernas de
las tradicionales. En primer lugar, las sociedades tradicionales establecen susrelaciones más de
forma afectiva y familiar, no pasando más allá del propio círculo social.Las sociedades modernas
están marcadas por el individualismo, donde las personas sonvaloradas por sus propios meritos. Por
último, las sociedades modernas marcan los rolessociales y económicos de forma más específica y
especializada.Una persona de mentalidad tradicional es adversa al cambio, teme que se le sea
sacado desu zona de confort, que es lo que ha conocido toda su vida, y prefiere hacer las cosas
comose han hecho por generaciones. Mientras que el hombre moderno está dispuesto aexperimentar
y buscar la forma en que él tenga el control, ávido de conocimiento y hacer desu entorno un lugar
mejor, a través de la ciencia y la tecnología. Un hombre tradicional seenfoca mas en un bienestar
momentáneo en el presente, mientras que el moderno buscaasegurar su bienestar a futuro.
Políticamente, en una sociedad moderna, los políticos sonservidores públicos que están al servicio
de la ciudadanía, que es el jefe, a diferencia de lassociedades tradicionales donde el político es una
figura de poder autoritaria.
Para muchos, la modernización es más un proceso de “occidentalización”, incluso m
ás
“americanizado”, dado que
la literatura modernista es mas complaciente hacia los EstadosUnidos, ya que se tiene la percepción
que este es el país con prosperidad económica yestabilidad política y social por excelencia. Esta
asociación de que los países occidentalesson los desarrollados se contradice al ver el caso de países
orientales como Taiwán, Coreadel Sur, Japón y China, que cuentan con altos niveles de desarrollo y
un fuerte impacto enla economía mundial. (Reyes, 2001)El planteamiento de eliminar los valores
tradicionales de la sociedad como un camino haciael desarrollo no es precisamente fundamentado
empíricamente. Un ejemplo bastante clarode esto es China y Japón, países con un considerable
avance en desarrollo económico quesiguen funcionando bajo un sistema de valores bastante
tradicionales. Los valorestradicionales no son precisamente homogéneos, y se dividen en valores de
las elites y losvalores de las masas. (Redfield, citado por Reyes, 2001)

En la última década hemos visto como se ha generado una crisis de valores mundial, en laque los
valores tradicionales si se han visto minimizados, pero no para el bien que planteaesta teoría.
Específicamente en México, esta crisis de valores ha generado que la sociedadmexicana se
convierta en una sociedad todavía más pobre, y no me refiero a lo económico,si no a lo humano y a
lo cultural; una sociedad victima de la violencia, que nace de la faltade fuerza en la ética y moral
humana en nuestro país; una sociedad con una muy escazainteligencia emocional, que se deja llevar
por un sentido individualista negativo, queacarrea un atraso social en lugar de progreso, cayendo en
un egoísmo que no da ningún beneficio a la sociedad. Al ver esta situación en nuestro país,
podemos ponernos a pensar sirealmente eliminar los valores tradicionales es la solución hacia un
desarrollo, en lugar detomar aquellos valores tradicionales de peso, y que combinados con valores
modernistas,ayuden a construir una sociedad fuerte y capaz de alcanzar la prosperidad.Dentro de
una sociedad, uno de sus componentes más importantes son las instituciones, yes la Teoría
Institucionalista la que postula que el camino al desarrollo se da a través deellas. El antecedente de
esta teoría lo podemos ver en la Escuela Histórica Alemana deEconomía, a finales del siglo XIX,
cuya figura representativa fue Gustav Von Schmoller.
Para ellos, el foco de interés histórico de una sociedad recaía en el concepto de “nación”,que es una
“representación abstracta de los intereses colectivos de la humanidad”. Su
pensamiento era que la economía se explica en función a los intereses colectivos que
representa la “nación”. En esa corriente, el Estado era visto como “la instituciónintermediaria
indispensable entre los individuos y la nación”. (
Instituto Internacional deGobernabilidad de Barcelona, 1998)La definición de una institución de
Schutter (c
itado por Vargas, 2005) es “una regularidad
en conducta social que es acordada por todos los miembros de la sociedad, especifica lasconductas
en situaciones recurrentes concretas como políticas autoformuladas o formuladas
por una autoridad externa”.
North (c
itado por Vargas, 2005), las define como “las reglas
de juego que moldean la interacción humana en una sociedad”.
Para Vargas (2005), lasinstituciones s
on “un conjunto de reglas formales e informales que afectan el desempeño
económico debido a que su razón de ser es la creación del orden y reducción deincertidumbre de los
intercambios, reducen los costos de transacción e inducen acomportamientos
cooperativos”.
La calidad de las instituciones de una sociedad es determinante en el proceso de
desarrollo,considerando que la ejecución de las transacciones tiene un costo, tanto económico
comosocial (Vargas, 2005). Debido a esto, aquellas deficiencias que tengan las institucionestanto
económicas, como políticas y jurídicas, afectan directamente el proceso de desarrollode un país
subdesarrollado. Vargas (2005) nos dice que la Nueva Economía Institucionalestablece la relación
que existe entre las instituciones jurídicas y el desarrollo económico, lacual construye el Estado de
Derecho necesario en la sociedad para promover el progreso.

El derecho es el instrumento del que hace uso el Estado para constituir un sistema deincentivos y
obstáculos que buscan encaminar determinadas acciones por parte de lasociedad, con el fin de
cumplir con los objetivos económicos y sociales establecidos paragenerar el progreso. En pocas
palabras, el derecho establece los límites de intervención
del poder gubernamental en el ámbito económico. Cuanto debe intervenir ese poder en laeconomía
nacional, ya es otro tema de discusión. (Vargas, 2005)Los sistemas institucionales deficientes
limitan el desarrollo económico, social y cultural,es por ello, que la primicia de la Teoría
Institucional le da énfasis al cambio y la búsquedade la eficiencia de las instituciones sobre las que
está construida la sociedad, donde lasacciones que buscan un beneficio propio también generan un
beneficio social. A diferenciade la modernización, aquí se asume que todos los individuos piensan
igual y racionalmente,siendo el marco institucional el responsable de generar las condiciones
necesarias para eldesarrollo. Considerando al Estado como la institución máxima en una sociedad,
eldesempeño de este puede marcar el atraso o el progreso del sistema institucional de unasociedad.
Cuando las instituciones gubernamentales no son eficientes, pueden surgir sistemas informales en
las interacciones económicas (Vargas, 2005).Sin embargo, políticamente hablando, el mejorar
ciertas instituciones queda solo en
el pensamiento, ya que no representa una inversión política de peso; tal es el caso de lasinstitucione
s de seguridad en México, que hace una década no representaban la necesidad eimportancia que
tienen hoy en día, y no se les dio el mantenimiento ni las reformasnecesarias para que fueran
eficientes, por lo que actualmente se encuentran en un estadodeplorable e ineficiente para la
necesidades sociales.John Stuart Mill
afirmaba que si el gobierno proporcionaba “inteligencia pública y laintroducción de mejoras
extranjeras en la sociedad”, se propiciaría el desarrollo económico.
Cuando se reforman o se crean instituciones basadas en modelos de países desarrollados,
esimportante que estas se adapten a las necesidades y cultura del país. Claro está, que seasume estas
evolucionaran para adaptarse a las exigencias de la nación e impulsarlas por uncamino de progreso
y prosperidad. Sin embargo, muchas instituciones en los paísessubdesarrollados están fuertemente
arraigas a la cultura, por lo que es difícil cambiarlas omodificarlas, siendo aplicable más allá de la
organización familiar y la práctica religiosa,alcanzando los procesos de producción, distribución y
consumo.Es claro que reformar el Estado de Derecho de una nación para buscar su desarrollo es
unatarea ardua y difícil, la cual necesita una estrategia contundente de cambio por parte de
lasinstituciones sociales en sí; es una tarea que requiere una gran convicción de cambio, la
quelamentablemente es difícil de apreciar en los estados subdesarrollados. El incentivar lacultura
del cambio es una pieza clave para lograr el progreso. Además, es necesario que unafigura
representativa sea la detonante de este cambio, desafortunadamente, es difícil que
alguien quiera convertirse en “mártir” y asumir los costos por el beneficio de todos

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