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Emily Mello

Prof. Bonyata

SPAN 339

3 de agosto 2016

Unamuno y la mente ignorante

La vida del autor Miguel de Unamuno fue una búsqueda de la verdad. Su obras de ficción

y poesía muestran una mente lista, siempre con el hambre de conocimiento. Sin embargo,

Unamuno vio mucha ignorancia en la aldeas de España, su país nativo. En su obra maestra, la

novela San Manuel Bueno, mártir, Unamuno crea una aldea ficticia y usa la historia de ella para

describir el papel de la ignorancia en la sociedad. El cura de este pueblo ficticio, don Manuel,

deja que los habitantes del pueblo se queden en cautiverio intelectual para que sean felices. En

vez de explicar la importancia del aprendizaje y el conocimiento, el cura cree que la gente pobre

tiene que ser ignorantes para ser feliz. Don Manuel deja que la ignorancia permanezca, no por su

amor por el pueblo, sino por su duda religiosa y la superioridad mental que él cree tener. Aunque

su personaje piensa que la ignorancia es importante, Unamuno mismo quizás no tiene la misma

opinión.

En San Manuel Bueno, mártir, don Manuel cree que el único camino para la gente

sencilla hacia la verdadera felicidad es la ignorancia. Le dice a Lázaro, su discípulo, “La

verdad… es acaso algo terrible, algo intolerable, algo mortal; la gente sencilla no podría vivir

con ella” (Virgillo 123). En la opinión de don Manuel, es mejor que la gente humilde del pueblo

sea ignorante en vez de enfocarse en la pobreza y tristeza de sus vidas. Aunque don Manuel

parece utilizar la religión para ayudar al pueblo, luego en la novela se revela que a él no le

importa lo que crea la gente. Él dice que “…para cada pueblo la religión más verdadera es la
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suya, la que le ha hecho” y que todas las religiones son verdaderas “en cuanto les consuelan [a

las personas] de haber tenido que nacer para morir” (Virgillo 123). Él no piensa que la veracidad

de la religión les ayuda, sino el consuelo de la ignorancia. Manuel piensa que la verdad es

demasiado difícil y triste para la gente humilde entender, así que la única manera de poder sentir

la felicidad es por medio ser ignorante.

La inhabilidad de vivir con la verdad, que supuestamente tienen los humildes, es algo que

don Manuel mismo tiene. Él supone que la gente necesita alguien para consolarles de “haber

tenido que nacer para morir” (Virgillo 123). Piensa que la gente humilde necesita la religión para

darles un propósito en la vida, pero esta falta de propósito en la vida es lo que él mismo no puede

aguantar. Durante la misa, don Manuel no tiene problemas en decir la mayoría del credo católico,

pero no puede decir que verdaderamente cree en la resurrección (Virgillio 114). Para él, si no hay

vida después de la muerte, la vida no tiene propósito. La duda que Manuel tiene concerniente a la

vida después de la muerte le atormenta, aun hasta darle deseos de suicido. La ayuda que

proporciona a la gente tiene un propósito grande para él. “Don Manuel necesita a su pueblo para

poder vivir, para no suicidarse” (Korkonosenko 5). Para Manuel, ayudar a la gente quedarse

ignorante es lo que le da propósito en su propia vida. El enfoque de don Manuel parece estar en

solucionar sus propias problemas y aguantar sus dudas, y no en las necesidades verdaderas de la

gente. Sus interacciones con el pueblo de Valverde de Lucerna son mas egotistas que altruistas.

El egotismo de don Manuel también se manifiesta en la creencia que tiene de su propia

superioridad. El deseo de tener la gente en ignorancia es evidencia de esa superioridad mental

que don Manuel cree tener. Él solo asume la carga de dudar porque piensa que él es el único que

es capaz de hacerlo. En la aldea de Valverde de Lucerna, Manuel hace que la habilidad de pensar

y dudar sea un privilegio reservado para la gente más inteligente. El cura hace todo lo que puede
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para mantener el orden social que deja los poblanos en la oscuridad de ignorancia, para “hacerles

que se sueñen inmortales” (Virgillo 123) en vez de ayudarles a buscar la verdad. Solamente a

Lázaro, un estudiante radical luego convertido en discípulo “manuelino”, le deja penar en la

duda, la futilidad de la vida, y la necesidad de la ignorancia del pueblo. En contraste, Manuel no

deja que la hermana de Lázaro, Ángela, piense por sí mismo. Mientras que don Manuel ayude y

enseñe a Ángela, él le da nombres como “doctorcilla”, “Angelita”, y “marisabidilla”. Con el uso

de estos nombres, es claro que Manuel le trata a ella como una niña pequeña que no puede

entender toda la verdad. Manuel impide que ella piensaedemasiado profundamente. Como dice

Mancing, don Manuel está “contemptuously dismissing her with the diminutive” y que “ [at] no

point does he show any true interest in her as a person as he does throughout with her brother”

(362). El deseo de don Manuel de ayudar a la gente a quedarse en la ignorancia es una evidencia

de su envanecimiento, no de un amor verdadero para su pueblo.

Muchos lectores creen que las creencias de don Manuel reflejan algunas de las dudas que

Unamuno mismo tenía en la vida. Como explica Arroyo, “Esta novela constituye un fenómeno

de "total recall": las ideas madres del autor expuestas por vez primera en 1894 o en 1897, se

refrescan para "quedar" en 1933 incorporadas en San Manuel. La novela resulta así un inventario

de las ideas de Unamuno” (227). Con su propia inquietud acerca de la muerte, Unamuno puede

darle un sentido de credibilidad a don Manuel. La mortalidad es un tema muy común en las obras

de Unamuno. “Doubt, death, and immortality are three words associated with the name

Unamuno. All of these are treated extensively, philosophically, and with a seemingly true

passion in all of the genres of literature which he cultivated” (Panico 471). Mas sin embargo, las

creencias de Unamuno cambiaba durante el curso de su vida, y algunas personas creen que él no

estaba atormentado con la muerte como su personaje don Manuel está atormentado. “There have
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been theories which have expounded the possibility that, in effect, there were two Unamunos;

that doubt of religion and of eternal life were merely vehicles used by him to achieve fame which

would provide him with the immortality he so coveted; or that, in fact, he never doubted, he

simply did not believe.” (Panico 471) Es posible que Unamuno no comparte las dudas que tiene

don Manuel. Al final de la obra, Unamuno, como personaje, dice “Ni sabe el pueblo qué cosa es

fe, ni acaso le importa mucho” (Virgillio 134), implicando que él comparte los mismo

sentimientos que tiene don Manuel acerca de la necesidad de la ignorancia. Sería fácil pensar que

ellos dos tienen la misma opinión, pero el lector no sabe si el personaje “Unamuno” tiene las

mismas opiniones que el autor. Puede ser que los comentarios de Unamuno en la historia son

solamente los de un personaje, y que Unamuno mismo no quiere que la gente sean ignorantes.

La ignorancia del pueblo figura mucha en la historia de don Manuel y sus interacciones

con la gente sencilla de Valverde de Lucida. Según don Manuel, la ignorancia es esencial para

tener un pueblo feliz, cuando en realidad él es la persona que no puede aguantar la duda. Sus

opiniones destructivas solamente privan a la gente de la oportunidad de buscar el conocimiento

y la verdad en sus propias vidas. Lo que parece un acto de amor por parte de don Manuel es

realmente una herramienta que él usa para encontrar propósito en su vida. Su deseo de ayudar al

pueblo a quedarse en en estado de ignorancia no es noble, sino que es egoísta. Quizás Unamuno,

en vez de estar de acuerdo con el cura, utiliza esta novela para advertirnos del peligro de

personas peligrosas como don Manuel.


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Obras citadas

Arroyo, Ciriaco Moron. "San Manuel Bueno, Martir Y El "sistema" De Unamuno." Hispanic

Review 32.3 (1964): 227-46. Web.

Korkonosenko, Kiril. "La Novela "San Manuel Bueno, Mártir" De Unamuno Y La "Leyenda Del

Gran Inquisidor" De Dostoyevski."Http://hispanismo.cervantes.es/. Instituto Cervantes Y

Ministerio De Educación, Cultura Y Deporte, n.d. Web. 3 Aug. 2016.

Mancing, Howard. "The Lessons of San Manuel Bueno, Martir." Mln121.2 (2006): 343-66. Web.

Panico, Marie J. "Unamuno: Doubt or Denial?" Hispania 46.3 (1963): 471. Web.

Virgillo, Carmelo, Edward Friedman, and Teresa Valdivieso. "San Manuel Bueno,

Mártir."Aproximaciones Al Estudio De La Literatura Hispanica. Vol. 7. London:

McGraw Hill Higher Education, 2011. 110-34. Print.

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