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Memoria para guaca La no tan incierta escritura de guaca proviene de las maneras como la conversa ha incorporado la palabra en la vida cotidiana. Asi se dice en el norte. Viene como suele ser, de la manera como se recuerda en la casa de los abuelos y como el habla del valle Chicama lo designa. Pero para no seguir ninguna regia y reinventar la palabra volvemos sobre los viejos manuales y la memoria que se tiene sobre ella. El cura Domingo de Santo Tomas, que explicé desde la argucia latina la quichua, en su LexicGn, o vocabulario de la lengua general del Pert (1560) identifica la palabra con lugar de adoracién, vinculada al demonio, escribe, Gvaca “templo de ydolos. O el mismo ydolo” y en la de Castilla, “Ydolo” como equivalente a “gvaca”.’ Diego GonzAlez Holguin, maestro lenguaraz, decidor de oraciones y plegarias desde el atrio para los indios, escribe en su Vocabulario de la fengva general... llamada QQuichua o de! Inca (1608) “Huacca. Ydolos, figurillas de hombres y animales que trayan consigo” y la distingue del espacio, “Huacca muchhana. Lugar de fdolos, adoratorio.”* Y en un libro impreso en 1612, escrito por Bertonio Ludovico, el mayor de los maestros que partaba en eli aymara y que difundié su Confesionario muy copioso en dos ienguas, aymara, y espariola deja leer, Huaka / guaca “Has adorado Guacas, Vilcas, Cerros, Rios, y otras cofas?"/ “Huakanaca, villea, collocollo, hauirinaca, cuna cauquifa hamppatiritati?”.? Fatigados como estuvieron nuestros abuelos, nuestras abuelas, otros curas registraron las diferentes voces, asf el cura don Fernando de la Carrera en La lengua Yunga o Mochica transcribe la voz moche que se ha perdido en el 1 Domingo de Santo Toniés. 1951. Lexicén, 0 vocabulario de ta lengua general def Perii Ed. y préiogo de Rat! Porres Batrenechea. Lima; Instituto de Historia, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 2 Diego Gonzélez Holguin. 1989, Vocabulario de la lengua generai de todo el Pere Harada lengua QQuichta © del inca .3ra. ed. Ed. y prologo de Racil Porras Barrenechea. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 3 Bertonio, Ludovico. 2003. Confesionario moy copioso en dos tenguas, aymara, y espafiola, con ‘ona inftrucion a cerca de tos flee Sacramentos de la Santa lalesia, y otras varias cofas, como puede verfe porla Tabaia de! mefmo- libro. Edicién de ivan Tavel Torres, en formato facsimiliario. Cochabamba: PROEIB Andes, pp. 70, 71 (Reproduce la edici6n principe de 1612). a quaca, affo 1, n°. 1, Lima, diciembre 2004; pp. 3.5 hy 4 habla y que ja registra como “mach ac; mach.aero; machro... el idolo, la huaca”.* Es preciso también recordar que hubo un tiempo del despertar, donde hombres y mujeres de estas tierras se negaron a reproducirse e hicieron de sus cantos y ‘sus cuerpos formas efectivas de protesta, invocaban a sus guacas y alucinados caminaban sobre un mundo que nos estaban quitando. La historia lo conoce ‘como la enfermad de los indios, no la identifican con la fascinacién de nuestros cuerpos, ni las invocaciones incansables de nuestras canciones ni las sensaciones de nuestros cuerpos, lo llaman taki unkuy. Esto lo sabemos por los curas que nos denunciaron, entre ellos, un tal Bartolomé Berrocal, notario apostélico de la Audiencia Eclesiastica de Huamanga (marzo 1570) describe: “que es la Aira Taqui Ongo, que era que muchos de los dichos naturales predicaban y publicaban, y decfan que no creyesen en Dios ni en sus santos mandamientos, ni creyesen en las cruces” porque aquellos abuelos podian ver en su magia y se declaraban “mensajeros de las guacas Titicaca y Tiaguanaco, Chimborago, Pachacamac, Tambotoco, Caruauilca, Caruarago y otras mas de sesenta o setenta guacas” y recordaban a cada uno de nuestros ayllus y comarcas, a las de arriba y las de abajo, las que van para el norte y las que quedan al sur, las que estan para el lado que no da el mar, y ciertamente, habfan pedido los abuelos a los zorros y a los perros calatos que corrieran avisando, dicen, como ha denunciado ese cura “que estaban peleando con [el] dios de los cristianos, y que presto seria vencida, y que se acabarfa su mita de mandar”.® El inventor del fabulario inca y explicador de los comarcanos del Peri, el mas renacentista de los indianos que escribié los Comentarios Reales de Incas, alld por 1609, y permitié imaginar una vez mas las naciones americanas, el Inca Garcilaso de la Vega, el mismo que se enfurecia cuando hallaba que la palabras de su lengua materna estaban mal transcritas, explicé que “Particularmente nascié este engafio de no saber los espafioles las muchas y diversas significaciones que tiene este nombre huaca, el cual, pronunciaba la Ultima silaba en lo alto del paladar, quiere decir idolo”, pues, “Quiere decir cosa sagrada, como eran todas aquellas en que el demonio les hablava, esto es, los fdolos, las pefias, piedras grandes o arboles en que el enemigo entrava para hazerles creer que era dios” e identificaba huaca con “las cosas que havian ofrecido al Sol” o “a cualquier templo grande o chico y a los sepulcros que tenia en los campos y alos rincones de las casas”, pero el mismo nombre nominaba “a todas aquellas cosas que en hermosura 0 excelencia Se aventajan de las otras de su especie”, aunque también 4 Villarreal, Federico. 1921. La lengua yunga o mochica segtin el arte publicado en Lima en 1644 por el licenciado D. Fernando de la Carrera. Vicario del pueblo de Reque, Departamento de que. Lima: Imprenta Peruana de E. Z. Casanova, p.27. ‘5 Martin Lienhard (comp,). 1992. Testimonios, cartas y manifiestos indigenas (Desde la conquista, hasta comienzos de siglo XX). Caracas: Biblioteca Ayacucho. 5 se Hamara asi “a las cosas muy feas y monstruosas que causa horror y asombro”, por eso, “llaman huaca a todas fas cosas que salen de su curso natural”; pero aclaraba que “A todas estas cosas y otras semejantes llamaron huaca, no pot tenerlas por dioses ni adorarlas, sino por la particular ventaja que hazfan a ias comunes; por esta causa las miravan y tratavan con veneracion y respeto.” Y esto baste de idolatria y dioses de las Incas.© Aunque, el indio Guama Poma que se hacia llamar “Phelipe” y solfa firmar “de Ayala”, indio decidor, que escribié en la lengua de Castilla y que conversaba en varias lenguas indias, en esa carta al rey, escribié indistintamente uaca o guaca, e inscribié para la memoria a una heroina de estas tierras, me refiero a Mamma Huaco, de quien se decia era madre de Manco Capac, y dibujaba sobre ella esto: “esta dicha mujer dicen que fue gran fingidora, idélatra, hechicera, la cual hablaba con demonios del infiemo y hacia ceremonias y hechicerfas, y asf hacia hablar piedras y pefias, y palos y cerros, y lagunas, porque le respondian los demonios, y asi esta dicha sefiora fue Ja primera inventora de dichas guacas, idolos y hechicerfas, encantamientos”(f. 81). Asi, la palabra de la memoria es una invifaci6n a esta guaca, que es la casa del abuelo, la casa de ia abuela, donde la conversa fluye como mana el rfo Chicama, platica de ayer y de hoy, como citadinos en los andes o como migrantes de las urbes, como campesinos aferrados a las chacras, con el corazén caliente en nuestras comunidades, porque deseamos sofiar y trazar Jos suefios para exorcizarnos de las enfermedades de este tiempo, por eso volvemos a dibujar nuestras fantasias, humanas o divinas, en la lengua que aprendimos no hace mucho o en nuestra propia lengua, para hablar del futuro del pasado, es decir, para mirarnos desde la palabra, hablada o escrita, virtual o impresa, otra vez bajo el sal y la luna, arriba o abajo, infieles pero leales y tiernos, aqui y alla. 6 Inca Garcilaso de la Vega. 1985. Comentarios reales de los incas. Ed. César Pacheco Vélez. Préiogo de Aurelio Miré Quesada S. Bibliografia de Alberto Tauro. Lima: Banco Central de Reserva, (Libro I, cap. 4 y 5). 7 Felipe Guamén Poma de Ayala. 1993, Nueva cordnica y buen gobierno. Edicién y protogo de Fronklin Pease G.Y. México: Fondo de Cultura Econémica.

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