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JOHN MACK, EL PSIQUIATRA DE HARVARD QUE ESCUCHÓ A LOS

ABDUCIDOS I

Mayo 2012 por Alan Brain

John E. Mack, profesor de psiquiatría de la Universidad de Harvard y ganador del premio


Pulitzer, es autor de una de las investigaciones más serias sobre el fenómeno de
abducción extraterrestre. (Foto por Rick Dahms)

Los abducidos, o aquellos que creen haber sido secuestrados por algún tipo de
inteligencia extraterrestre, representan uno de los segmentos más denostados
del fenómeno extraterrestre.
Para la mayoría de científicos, los casos de abducción no merecen un estudio
serio ya que no existe ningún tipo de evidencia física concluyente o significativa
que los respalde.
Para los investigadores que defienden la existencia del contacto extraterrestre,
los testimonios de los abducidos son la mejor evidencia de que somos visitados
por entidades alienígenas.
Las opiniones están divididas radicalmente y no es fácil determinar la
autenticidad de estos testimonios.
Si estos relatos no son producto de verdaderas experiencias de contacto
extraterrestre entonces cómo explicarlos. La negación del origen extraterrestre
de los relatos deja varias preguntas por responder: ¿por qué miles de personas
en el mundo relatan historias similares? ¿Qué experiencias provocaron estas
historias? ¿es una mentira colectiva? ¿es la consecuencia de un trauma infantil
o alguna otra disfunción mental o problema psicológico?
Esta es la historia de un profesor de psiquiatría de la Universidad de Harvard que
decidió estudiar seriamente el fenómeno de las abducciones
extraterrestres desafiando al paradigma científico y terminó siendo el objetivo de
las caza de brujas más insólita del siglo XX.

El Dr. Mack se atrevió a desafiar la corriente dominante científica y pagó caro su osadía.
(Foto por John Mack Institute)

El caso del Dr. Mack nos muestra cómo la ciencia ha pasado a ser casi una
religión que no está dispuesta a aceptar que existen fenómenos que no se
pueden explicar con sus métodos y que escapan al paradigma materialista.
John E. Mack (1929-2004) se graduó en la Escuela Médica de Harvard de EEUU
en 1955 y continuó su formación en la Sociedad Psicoanalítica de Boston. En
1977, el Dr. Mack recibió el Premio Pulitzer en la categoría de biografías por su
investigación sobre T.E. Lawrence (Lawrence de Arabia) titulada “Un príncipe de
nuestro desorden”. En los años ochenta, Mack estuvo involucrado en protestas
contra pruebas nucleares en Nevada, estuvo en el Líbano tratando de apoyar los
procesos diplomáticos y fundó varios centros psiquiátricos para niños con
problemas.
Su primer contacto con el fenómeno de las abducciones extraterrestres ocurrió
en 1989 cuando John Mack era profesor de psiquiatría de la Universidad de
Harvard y llevaba más de cuarenta años ejerciendo.

Contacto en New York


En ese entonces, un amigo suyo le contó que un escultor neoyorkino llamado
Budd Hopkins (1931-2011) tenía casi una década investigando seriamente los
casos de abducción. El Dr. Mack relata el episodio en una entrevista:
“Cuando, en el otoño de 1989, un psicólogo amigo mío y un colega me ofrecieron
presentarme a Budd Hopkins (cuyo nombre no me era familiar) describiéndolo
como un artista que se tomó en serio los relatos de los abducidos, yo descarté
la idea, asumiendo que ambos, Hopkins y los abducidos, compartían algún tipo
de delirio o aberración mental”.

Budd Hopkins y John Mack en un congreso sobre el tema ovni/extraterrestre. (Foto por
John Mack Institute)

“Cuando, por curiosidad, visité a Hopkins el 10 de Enero (una de esas fechas


que tienden a ser recordadas) quedé impresionado con su sinceridad, profundo
conocimiento y verdadera preocupación por los abducidos, quienes habían sido
incorrectamente diagnosticados e inapropiadamente atendidos por profesionales
de la salud mental”.
Pero lo que más me afectó fue la consistencia en los detalles de los relatos de
diferentes individuos de distintas partes del país que no tenían como
comunicarse entre ellos, y cuyas historias emergían con dificultad acompañadas
por emociones angustiantes”.

Para ese entonces, Hopkins había publicado dos libros sobre abducciones,
“Missing Time” (Tiempo perdido) e “Intruders” (Intrusos) y era una especie de
autoridad en el tema.
El fenómeno de las abducciones se había popularizado en 1966 con la
experiencia de los esposos Barney y Betty Hill ocurrida en 1961. Si bien la
abducción de los Hill no es la mas antigua ya que más adelante se descubriría
la abducción de Antonio Villas Boas de 1957, sí fue la primera en tener una
masiva cobertura mediática. En los últimos años, Budd Hopkins ha declarado
que él tiene registro de abducciones sucedidas alrededor de 1920.
Es oportuno detenerse en la experiencia de los Hill porque, de alguna manera,
representa el prototipo de la experiencia que comúnmente denominamos
“abducción”.

La experiencia que Barney y Betty Hill vivieron en 1961 se convirtió en el primer caso de
abducción que recibió cobertura mediática masiva.

La abducción de los Hill


La pareja relató que una noche de 1961 vieron un ovni mientras conducían de
New Hampshire a Montreal. Lo extraño fue que los Hill no recordaban lo que
habían hecho durante las dos horas posteriores al suceso.
Meses después, Barney Hill empezó a sufrir de insomnio y Betty Hill comenzó a
experimentar pesadillas nocturnas.
Alrededor de 1963, los Hill se contactaron con el Dr. Benjamín Simon. El Dr.
Simon examinó a la pareja y no encontró ninguna enfermedad psiquiátrica
además de las ansiedades relacionadas con el suceso.
A través de la hipnosis, el Dr. Simon fue capaz de reconstruir lo que les había
sucedido durante las horas perdidas. Los Hill reportaron haber sido extraídos de
su vehículo por pequeños humanoides grises con ojos inusuales que se
comunicaban telepáticamente. Estos seres llevaron a los Hill, contra su voluntad,
a una nave. Dentro de la nave, los colocaron en una mesa y les hicieron varios
exámenes, al parecer, relacionados con sus órganos reproductivos. Al inicio, los
Hill se negaron a creer la experiencia y luego la aceptaron.
Barney y Betty Hill muestran un dibujo de la nave que observaron el día en el que fueron
abducidos.

Con el paso de los años y gracias a las investigaciones de autores como


Hopkins, Bullard, Jacobs, Rodeghier y Spanos, entre otros, el mundo descubrió
que existían miles de casos como el de los Hill y que no todos estaban
relacionados con la cultura occidental porque muchos de ellos habían sucedido
en comunidades nativas de Brasil, Australia, Estados Unidos, Sudáfrica, o
Malasia.
Regresemos al doctor John Mack en 1989.

Un psiquiatra para los abducidos


Luego del primer encuentro con Budd Hopkins, el Dr. Mack se interesó en el
tema y decidió reunirse con algunos de los abducidos para escuchar
directamente sus relatos:

“Poco después del encuentro inicial con Hopkins, me reuní con varios abducidos
en la casa de Hopkins y, una vez más, quedé impresionado por la consistencia
de sus narraciones, y también con la ausencia de alguna enfermedad mental o
disturbio emocional evidente que no fuese la secuela traumática dejada por las
abducciones mismas. No había una explicación aparente para los reportes de
abducciones…sentí que este grupo de gente necesitaba comprensión y ayuda y
reflejaba un misterio más allá de un puro interés clínico. Entonces, decidí yo
mismo trabajar sobre las experiencias de abducción”.
John Mack fue objeto de una caza de brujas emprendida por la Universidad de Harvard
por haberse atrevido a manchar el nombre de la institución relacionándola con el tema
extraterrestre. (Foto por Harvard Press)

En los años siguientes al encuentro con Hopkins, Mack pasó cientos de horas
con los abducidos realizando entrevistas y tratándolos. El lado humano del
fenómeno, que no había sido considerado seriamente hasta ese momento, fue
lo que más le impactó:

“Para mí, uno de los aspectos más poderosamente consistentes de esto es la


manera temblorosa en la que estas personas vienen a verme. Ellos vienen a mi
muy asustados pensando que: o serán considerados como locos porque lo que
han experimentado no encaja con la realidad común; o no se les considerara
locos y tendrán que enfrentar el hecho de que estas experiencias son reales con
lo que eso significa para su visión del mundo, para su futuro y para sus vidas”.

Para junio de 1992, el Dr. Mack había estudiado a más de 56 casos de


abducción, de los cuales 41 presentaban el criterio básico de una abducción
completa: recuerdos, con o sin hipnosis, de haber sido llevados contra su
voluntad a un lugar extraño por pequeñas criaturas humanoides que los
sometieron a procedimientos médicos y quirúrgicos, en la mayoría de los casos
humillantes. De estas 41 personas, 24 eran hombres y 17 mujeres. Entre ellos
había dos niños de menos de ocho años de edad.
Desde muy temprano, John Mack decidió que “abducidos” no era el nombre
correcto para agrupar a quienes habían vivido estas experiencias. A Mack le
pareció más apropiado llamarlos “experiencers” (experimentados). Para facilitar
la lectura de este artículo, nosotros continuaremos refiriéndonos a ellos como
“abducidos”.
El Dr. Mack se aproximó al fenómeno de las abducciones sin prejuicios tratando de
entender el origen de estas experiencias. (Foto por John Mack Institute)

Para el Dr. Mack estaba claro que estas personas no padecían de ninguna
enfermedad mental y que además, no estaban mintiendo:

“Lo que he hecho toda mi vida es aprender a realizar discriminaciones clínicas


psicológicas, ¿es una alucinación? ¿es una experiencia real? ¿es un sueño? y
el fenómeno de las abducciones se comporta como una experiencia real”.

Veamos cono define John Mack una experiencia de abducción:

“Primero está el detalle más familiar, que es un evento traumático en el que una
luz azul o algún tipo de energía paraliza a las personas, sea en su casa o
manejando un carro. La persona no se puede mover. Luego sienten que son
extraídos de dónde están. Flotan a través de una pared o de un carro, son
elevados en un rayo de luz hacia una nave en la que son sometidos a una serie
de procedimientos: los seres los observan, toman muestras de su cuerpo,
introducen objetos en su cuerpo y realizan un complejo proceso en el que toman
muestras de esperma del hombre y extraen óvulos de la mujer. Luego, con esas
muestras, crean un tipo de hibrido que los abducidos volverán a ver en las
siguientes abducciones”.

John Mack también encontró, como otros investigadores, que algunas


abducciones tenían un fuerte componente sexual. Por otro lado, Mack descubrió
que algunos de los abducidos presentaban una característica singular: ellos
decían tener una doble identidad. Estos abducidos relataban que durante las
experiencias podían sentir que tenían una parte humana pero que también tenían
una parte que era igual a estos seres y que debían aceptarla.

John Mack siempre sostuvo que abducidos no era la palabra correcta para denominar a
este grupo de personas, el prefirió llamarlos los “experiencers” (experimentados). (Foto
por experiencers.com)

En la mente de un abducido
Las conclusiones a las que el Dr. Mack llegó luego de las largas sesiones de
hipnosis y entrevistas realizadas a los abducidos son simples pero contundentes:

“Las experiencias relatadas, que en la ausencia de evidencia física más robusta


son la información más importante que tenemos, sugieren que los abducidos han
sido visitados por algún tipo de inteligencia extraterrestre que los ha impactado
física y psicológicamente. Es más, esta conclusión encaja tan bien con los datos
que yo y otros investigadores hemos recogido, que me queda una duda. Me
pregunto si esta posibilidad sería rechazada tan vigorosamente si el fenómeno
no violara nuestra visión científica del mundo y el control implícito de nuestro
medio ambiente que eso conlleva”.

Mack había cometido una herejía ante la Iglesia de la ciencia. Un profesor de


Harvard se había atrevido no sólo a estudiar seriamente el fenómeno de los
abducidos sino a afirmar que estos no estaban locos ni mentían pero que
estaban diciendo la verdad y que habían sido visitados por
entidades extraterrestres:

“Estamos tratando con un fenómeno que podría no originarse en nuestra realidad


física pero que penetra en ella y se manifiesta de diferentes formas. Este
concepto es, de alguna manera, revolucionario y difícil de comprender dentro de
nuestra visión secular moderna del mundo. Sin embargo, mis experiencias con
los abducidos me empujan hacia esta conclusión”.

Peter es uno de los abducidos que fueron analizados por el Dr. Mack. Este es el rostro
de Peter mientras escuchaba, por primera vez, la grabación de audio en la que, con
cierto terror, relata el episodio de abducción. La grabación fue realizada bajo hipnosis.

John Mack nunca habló de razas extraterrestres o de encuentros de alienígenas


con el gobierno norteamericano, ni siquiera elaboró sobre los verdaderos
motivos detrás de las abducciones. Su único objetivo fue presentar una
investigación realizada desde la psiquiatría para determinar la autenticidad de
los relatos y experiencias de los abducidos. La teoría de Mack es revolucionaria
pero muy simple:

– El fenómeno es real porque existen miles de personas que tienen experiencias


similares.
– Mis investigaciones psiquiátricas realizadas a más de cincuenta abducidos y
otros estudios similares, indican que estas personas están diciendo la verdad,
que no padecen de enfermedades mentales y que algo inexplicable pero real les
sucedió y provocó estos relatos.
– Al parecer, las entidades que han provocado estas experiencias tienen la
capacidad de entrar y salir de nuestra realidad física. Probablemente, provienen
de otra dimensión o realidad desconocida para nosotros.

John Mack trataba de decirle a la comunidad científica que las abducciones eran
reales, que era importante estudiarlas y que para comprenderlas y analizarlas
tenían que abandonar su paradigma:
“Yo nunca diría, sí, hay extraterrestres llevándose a la gente, yo diría que aquí
existe un poderoso y convincente fenómeno que no puedo explicar de otra
manera”.

John Mack y Peter, uno de los abducidos incluidos en su investigación, durante una
entrevista en el programa de televisión de Oprah Winfrey.

El psiquiatra de Cambridge no siempre tuvo esa opinión. En varias entrevistas


John Mack se presenta como un verdadero escéptico, alguien que no veía el
fenómeno de las abducciones como un tema serio pero que ante los testimonios
se sintió en la obligación de investigar seriamente:

“La idea de que podemos ser afectados por algún tipo de entidad, criatura o
inteligencia que puede realmente entrar en nuestro mundo y producir efectos
físicos y emocionales, no era parte de la visión del mundo que me habían
enseñado. En realidad, llegue a regañadientes a la conclusión de que estas
experiencias eran un verdadero misterio. En otras palabras, hice todo lo que
pude para descartar otras posibilidades.
Se dice a menudo que soy un creyente y que he perdido mi objetividad. No estoy
de acuerdo porque aquí no se trata de creer o no creer. Yo no creía en nada
cuando empecé y realmente no creo en nada ahora. He llegado a donde he
llegado de manera clínica. En otras palabras, he trabajado con gente por cientos
de horas y he sido tan cuidadoso como he podido en mi trabajo para escuchar,
tamizar y considerar explicaciones alternativas. Nadie ha encontrado una
explicación alternativa en un sólo caso de abducción”.
Esta fotografía que muestra las luces de un helicóptero sobre un muelle, representa la
escena típica de una abducción: una luz azul que proviene de una nave paraliza y extrae
al abducido del lugar en el que se encuentra.

No existe otra explicación válida


El Dr. Mack empezó a clasificar las características que componen el cuadro típico
de una abducción y trató de contemplar la validez de la mayoría de explicaciones
que los científicos proponen para las abducciones. Para aquellos que estén
dispuestos a ver el fenómeno sin prejuicios, el análisis del John Mack es casi
concluyente:

“Cualquier teoría que trate de aproximarse a esto como un fenómeno generado


puramente por la mente de la misma persona, que es una teoría un poco
arrogante porque significa que no podemos aceptar la idea de que podría existir
otro tipo de inteligencia involucrada en esto. Cualquier teoría que trate de explicar
esto como un fenómeno generado por nuestros cerebros tiene que tomar en
cuenta cinco factores:
Uno: la consistencia de las historias entre persona y persona. Esto no se puede
obtener simplemente estimulando los lóbulos temporales. Las respuestas serían
muy diferentes entre persona y persona.
Dos: aparte de las abducciones mismas, no hay nada en la experiencia de vida
de estas personas que pueda haber generado esto. No existe ninguna condición
mental que pueda explicar este fenómeno.
Tres: hay que tomar en cuenta el aspecto físico. Los cortes y otras lesiones
encontradas en los cuerpos de los abducidos no siguen un patrón como los
estigmas asociados con la agonía de Cristo.
A la derecha, John Mack con Budd Hopkins quien lo introdujo al estudio de las
experiencias de abducción.

Cuatro: la fuerte asociación con ovnis, que a menudo son vistos en la comunidad
y por los medios de comunicación, independientemente de la persona que haya
experimentado la abducción, quién puede no haber visto al ovni del todo pero
que al día siguiente lee en el diario o ve en la televisión que un ovni pasó cerca
del lugar en el que sucedió su experiencia.
Cinco: el fenómeno ocurre en niños pequeños de dos años, de dos años y medio
y de tres años.
Cualquier teoría que simplemente atribuya este fenómeno a la actividad del
cerebro, no toma en cuenta al menos tres de estas cinco dimensiones
fundamentales del fenómeno”.

Desde el momento en el que el Dr. Mack decidió involucrarse en el estudio serio


de las experiencias de los abducidos, su vida cambió radicalmente. La prensa lo
criticó y se burló de sus investigaciones y fue rápidamente marginado por la
comunidad científica.

“El fenómeno nos pide que nos abramos a realidades que simplemente no están
en el mundo físico literal y que consideremos la posibilidad de que existen otras
realidades no vistas. Los procesos de aprendizaje que la humanidad ha
mantenido a través de cientos de años pueden ser los culpables de que nuestra
conciencia haya perdido la capacidad de percibir y comprender estas
realidades”.
El primer libro de John Mack sobre el tema de las abducciones extraterrestres titulado
“Abduction: Human Encounters with Aliens” (Abducción: Encuentros humanos con
extraterrestres) fue publicado en 1994.

A raíz de sus investigaciones y conclusiones, el Dr. Mack empezó a volverse


popular. A inicios de 1994, publicó su primer libro sobre las investigaciones con
abducidos titulado “Abduction: Human Encounters with Aliens” (Abducción:
Encuentros humanos con extraterrestres).
JOHN MACK, EL PSIQUIATRA DE HARVARD QUE ESCUCHÓ A LOS
ABDUCIDOS II

Mayo, 2012 por Alan Brain

John Mack, ganador del premio Pulitzer y profesor de psiquiatría de la Universidad de


Harvard, fue duramente criticado por la comunidad científica por haberse atrevido a
sostener que los abducidos decían la verdad.

En la entrega anterior revisamos el trabajo de John E. Mack, el profesor de


psiquiatría de la Universidad de Harvard que decidió estudiar, de manera clínica,
las experiencias de los abducidos.
Luego de cientos de horas de sesiones de hipnosis y entrevistas con los
abducidos o “experiencers” (experimentados), como él prefería llamarlos, Mack
llegó a la conclusión que estas personas estaban diciendo la verdad y que no
padecían de ninguna enfermedad mental. Sus relatos coincidían hasta en el más
mínimo detalle aun cuando los abducidos no se conocían entre sí.
Para John Mack, la única explicación posible era que los abducidos realmente
habían sido visitados por algún tipo de inteligencia extraterrestre que los había
impactado física y psicológicamente. Mack sostuvo que estas entidades o
inteligencias extraterrestres no pertenecían a nuestra realidad pero que eran
capaces de entrar y manifestarse en ella.
Mack propuso que los científicos tenían que ser capaces de pensar fuera del
paradigma actual para poder entender el fenómeno ya que este no podía ser
analizado con los métodos que utilizamos para analizar nuestra realidad.
John Mack y Budd Hopkins, el artista de New York que lo introdujo en el mundo de los
abducidos, en una conversación televisada.

Varios científicos lo acusaron de manipular las técnicas de hipnosis tratando de


dar forma a las memorias de sus pacientes para que estas tuvieran una
correspondencia con las supuestas ideas de Mack sobre un futuro intergaláctico,
poniendo en peligro la salud emocional de sus pacientes.
John Mack se defendió alegando que el 30% de las experiencias de abducción
recogidas en sus estudios fueron realizadas sin necesidad de hipnosis:

“Los relatos de abducción no pueden ser descartados como una elaboración


hipnótica porque el 30% de estos relatos han sido obtenidos sin hipnosis.
Finalmente, hay evidencia que demuestra que los individuos que reportan estos
casos no son más propensos a la hipnosis o a crear historias de fantasía que la
población general”.

No hay debunker sin suerte


El 25 de abril de 1994 sucedió un extraño evento que puso en duda la credibilidad
del psiquiatra norteamericano. La revista Time publicó un reportaje sobre la
historia de Donna Bassett, una investigadora y escritora de Boston que, motivada
por supuestas quejas de varios abducidos del grupo de John Mack, decidió
empaparse de literatura sobre extraterrestres y presentarse en el consultorio del
John Mack haciéndose pasar por una abducida para desenmascararlo. Su
actuación funcionó y logró engañar al psiquiatra norteamericano.
Collage de las noticias que hicieron burla de las investigaciones del Dr. Mack. (Foto por
Make Magic Productions)

Aquí un pequeño fragmento del reportaje de la revista Time:

“Uno de los abducidos de Mack ha revelado a Time que ella era en realidad una
debunker encubierta que llegó a ganarse la confianza de Mack y que estuvo en
su círculo más cercano. Ella encontró que el trabajo de Mack estaba lleno de
irregularidades científicas, que no tenía un protocolo formal de investigación
como documentos firmados por los pacientes en los que se les advirtiera de los
riesgos…Bassett, quién registró varias cintas de audio y escribió notas sobre su
vida en esta secta relacionada con los ovnis, dice que Mack le entregó literatura
sobre extraterrestres para que la leyera antes de las sesiones, una práctica que,
según los hipnotizadores médicos, puede asegurar revelaciones hipnóticas…”

Si bien para los escépticos, esto fue más que suficiente para descartar el trabajo
de John Mack, el episodio es un barato intento de desprestigio realizado
aprovechando el estado mental de Donna Bassett. El mismo Dr. Mack lo explica:

“Vi a Donna Basset, de buena fe, varias veces. Si en realidad me engaño, que
podría pasar, no es imposible. En ese caso ella estaba mintiéndome
consistentemente… De hecho, ella se ha establecido como una mentirosa
efectiva, entonces ¿cómo puede ser considerada una autoridad sobre la
integridad de mi trabajo, metodología y relación entre paciente y médico?... ”
A la izquierda, Donna Basset quien declaró a la revista Time haberse hecho pasar por
abducida para probar que el Dr. Mack era un fraude y que no respetaba los protocolos
médicos. A la derecha, el famoso debunker de ovnis Philip Klass, quien, al parecer
estuvo detrás del reportaje de la revista Time.

“La realidad es que yo no usé ni una palabra de lo que ella dijo en mi libro. ¿Esto
significa que no confié en ella? o ¿qué no pensé que ella estaba diciendo la
verdad? creo que intuitivamente mantuve una cierta distancia. Pero no creo que
sea porque ella no es necesariamente una abducida, eso es difícil de saber. Esto
se acerca a lo que yo conozco sobre ella por mi trabajo clínico, y no estoy
dispuesto a revelarlo”.
Algunos miembros del grupo (de abducidos) que la conocen bien no creen en su
historia, no creen que ella me engaño. Ellos creen que ella es una abducida que
fue afectada y no pudo lidiar con sus experiencias.
Lo que me parece preocupante del artículo de la revista Time es que el escritor,
quién asumo tiene una conexión con el esposo de Donna, haya tomado esta
historia, sin verificarla, para desacreditarme. Las cosas que Donna Bassett dice
acerca de mí y de mi trabajo no son precisas. No son verdaderas. El escritor no
consultó con los otros cincuenta o sesenta abducidos que podrían haber
apoyado mi trabajo, que lo encontraron útil, positivo y de ayuda. El redactor fue
con una sola persona, una mentirosa declarada, o una que dice ser mentirosa, e
hizo la historia”.

Además, ¿debemos creer que los más de cincuenta casos estudiados por Mack
fueron manipulados por él mismo? o ¿cómo explicar los casos de los otros miles
de abducidos que no conocen al Dr. Mack?
El Dr. John Mack en un debate televisivo sobre las abducciones extraterrestres.

La escritora que nunca escribió


No es muy verosímil pensar que una escritora desconocida de Boston decidió
prepararse para engañar a Mack, se infiltró como paciente del mismo y pasó
varios meses en el grupo de los abducidos sin ningún interés particular más que
un supuesto afán justiciero. Si revisamos los hechos nos daremos cuenta de lo
que sucedió.
Para empezar, Donna Basset nunca publicó un libro sobre los hechos. Si Donna
Bassett realmente realizó una investigación, esta fue muy seria porque empezó
a mediados de 1992 y terminó alrededor de mayo de 1994, casi dos años.
Tomando en cuenta que el artículo de la revista Time afirma que Donna era
escritora, al menos, cabe preguntarse, ¿Donna Bassett invirtió dos años de su
vida en una investigación que nunca publicó?
En el peor de los casos, si realmente era escritora como afirma Time, Donna
habría escrito un pequeño artículo sobre sus experiencias y Time lo habría
publicado con una breve introducción. Eso no sucedió, hasta el momento no se
conoce ningún libro o artículo escrito por Donna Bassett.
Si una escritora se toma el trabajo de planificar una investigación como esta en
la que tiene que hacerse pasar por una abducida por casi dos años se supone
que el objetivo es escribir un libro o al menos un artículo. Esto es suficiente para
darnos cuenta que la versión oficial o escéptica de este asunto no representa la
verdad.
Más aún, a finales de junio de 1994, dos meses después de la publicación del
artículo en la revista Time, John Mack participó en una conferencia de
CSICOP (Comitee for Skeptical Inquiry) para responder a las preguntas de la
audiencia, conformada mayormente por escépticos.
Sorpresivamente, luego de su intervención, el Dr. Mack vio como Donna Basset
tomaba el estrado y repetía las mismas declaraciones hechas a la revista Time.
John Mack no fue advertido de la participación de la supuesta “abducida
debunker”. Incluso, un miembro de la audiencia calificó la inclusión de Basset,
sin el aviso previo a Mack, como un acto deshonesto.

La odisea del Dr. Mack no terminó con el caso de Donna Bassett, luego vendría el comité
de investigación de la Universidad de Harvard.

En ese momento, Mack se dio cuenta que muy probablemente esto había sido
orquestado por un famoso debunker de ovnis llamado Philip Klass quién formaba
parte de los organizadores del evento y estaba entre la audiencia. Es evidente
que Donna Bassett no podía haber decidido participar espontáneamente en el
congreso sin el apoyo de alguien con autoridad en el mismo. Donna no podría
haber tomado el estrado sin el permiso previo de alguno de los organizadores
del congreso. John Mack, quien sabía que el debunker Philip Klass conocía al
esposo de Donna Bassett, unió los cabos y lo acusó en público. Philip Klass se
indignó y negó la acusación de manera esquiva. Es evidente que fue Philip Klass
quien contacto a Donna para que estuviera presente en el congreso con el
objetivo de desprestigiar la reputación de John Mack.
Así son la mayoría de debunkers, si no pueden desprestigiar a alguien por sus
títulos entonces buscarán cualquier estrategia. El objetivo no es dilucidar
ninguna verdad, el objetivo es desprestigiar a priori. No importa si lo que sostiene
John Mack es cierto o puede ser cierto, lo que importa es que Mack está
defendiendo el tema extraterrestre y eso no lo podemos permitir como debunkers
porque los extraterrestres no existen.
Días después se comprobaría que Mack tenía razón sobre la relación entre Klass
y el esposo de Basset. Klass reconocería que a finales de los años setenta él
había trabajado con Ed Bassett, el esposo de Donna Bassett.
En todo caso, lo más probable es que Klass sólo haya invitado a Donna Bassett
al congreso de escépticos y quizás, haya hecho lobby para empujar a la revista
Time a publicar el artículo.

Carta para un final


En una carta redactada conjuntamente por John Mack y su abogado Robert
Dorwart, dirigida a un programa de televisión que también entrevistó a Donna
Bassett, aparecen detalles que empiezan a cerrar el caso:

– El interés de la Sra. Bassett en el tema de las abducciones está documentado


desde, al menos, diez meses antes de conocerla. (Esto llevaría el interés de
Donna Bassett en las abducciones hacia mediados del año 1991 ¿una
investigación de tres años para no publicar ni un artículo?)

Imagen extraída del documental “Touched” en la que se puede apreciar al Dr. Mack en
sesión con uno de los abducidos. (Foto extraída del film “Touched”)

– Su programa dice que yo envié material sobre el fenómeno de las abducciones


a Donna Bassett en preparación para una sesión de terapia. Yo envié este
material a ambos, a Ed Bassett y a Donna Bassett en preparación para un
meeting en la sala del Hotel Charles. En ese momento, no se había discutido la
posibilidad de que yo trabajara con la Sra. Bassett.
– En la revista Time, la Sra. Bassett sostiene que “cuando escuchó el cuento (de
mi abducción) Mack se excitó tanto que se recostó en la cama, de manera tan
fuerte que la cama colapso. Estoy seguro que si escucha las cintas grabadas de
las sesiones no encontrará nada parecido.
– No hay evidencia de que le creí a la Sra. Basset sólo por su cara. De hecho, al
contrario, incluso antes de que contara su versión, sus experiencias no tenían
las características de la mayoría de reportes de abducidos. Por esta razón, puse
su material a un lado, y escogí escribir acerca de casos más sólidos.
– Me parece que ella es una persona que ha sido traumatizada.

En una declaración anterior, citada líneas arriba, Mack sostiene que conoce lo
que sucede con Donna Bassett, pero que por un asunto de confidencialidad y de
leyes relacionadas a la relación paciente-médico no lo puede revelar.
En los últimos años, algunas investigaciones han descubierto que en enero de
1993, una asistenta del Dr. Mack animó a Donna Bassett a que consiguiera
terapia afuera de la organización de John Mack. Donna se ofendió ante esta
propuesta y en lugar de calmarse su ira creció y finalmente explotó en 1994
cuando el Dr. Mack tuvo que dejar de atender a Donna puesto que necesitaba
viajar a Europa a presentar su libro.

Decano de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, Daniel C. Tosteson,


quien decidió formar una comisión investigadora para decidir el futuro del Dr. Mack en la
institución.

En una carta que Donna escribió a otro investigador del tema de abducciones,
ella expresó su frustración sobre el viaje del Dr. Mack (dejándola a ella sin el
acceso a Mack que necesitaba). Donna escribió: “De toda la gente en el grupo
que podía haber arrinconado, él escogió a aquellos que le pueden hacer daño”.
El caso no es complicado. Donna Bassett no era escritora, era una persona con
una experiencia similar a la de los abducidos, auténtica o no, que se acercó al
Dr. Mack en busca de ayuda psicológica y que como muchos pacientes se volvió
dependiente de su psiquiatra. Cuando le hicieron la sugerencia de que buscara
ayuda fuera de la organización de John Mack, porque este estaba muy ocupado
y tenía otros casos que atender, Donna reaccionó mal y buscó venganza
tratando de poner a otros pacientes en contra de Mack. Cuando Donna quedó
aislada porque los otros abducidos no estaban de acuerdo con ella, muy
probablemente acudió furiosa a los redactores de la revista Times quienes,
evidentemente, vieron el potencial de la noticia y la publicaron.
La cercanía del famoso debunker Philip Klass al esposo de Donna Bassett
termina de pintar la situación. Klass podría haber convencido y manipulado a
Donna Basset para que esta le contara su historia a la revista Time. Lo que sí
queda claro es que fue Klass quien ayudó a Donna a tomar el estrado
sorpresivamente en el congreso escéptico.
Pero esto no es nada más que el comienzo de los problemas de John Mack.

El ataque de los dinosaurios


En mayo de 1994, el decano de la Escuela de Medicina de la Universidad de
Harvard, Daniel C. Tosteson (1925-2009), avergonzado y temiendo que la
universidad entera estuviera en peligro de convertirse en el hazmereír del
momento, decidió formar un comité para revisar confidencialmente las
investigaciones clínicas del Dr. Mack sobre los abducidos y determinar el futuro
del mismo en la institución.
Uno de los titulares que los periódicos de la época crearon para aprovecharse de la
extraña coyuntura que asociaba a Mack, los extraterrestres y Harvard. (Imagen extraída
del film “Touched”)

John Mack se enteró de la decisión del decano de Harvard a través de una carta
y calificó la investigación de kafkiana:

“Ellos han tratado de criticarme, de silenciarme diciendo que al apoyar la verdad


de lo que esta gente ha experimentado, posiblemente yo estoy confirmando su
distorsiones o delirios. Es decir, que en lugar de ser un buen psiquiatra y curarlos,
los estaba tomando en serio, confirmando su delirio y haciéndoles daño”.

En la historia de la Universidad de Harvard, era la primera vez que se tomaba


una acción de ese tipo contra un profesor contratado. En pocos días, la noticia
estaba en todos los periódicos. Algunos colegas de John Mack salieron en su
defensa. Uno de ellos fue Alan Dershowitz, profesor de leyes de Harvard:

“Parece que en este estimado lugar de elevado aprendizaje, se puede hablar de


ángeles pero no de extraterrestres. No habrá ningún comité determinando el
futuro de John Mack, sino que habrá una demanda pública legal. Esto toca el
corazón de la libertad académica”.

El Dr. Mack tuvo que contratar un abogado para su defensa. Luego de un


proceso de “inquisición” moderno que duró más de catorce meses, John Mack
recibió total libertad académica. Sin embargo, el informe final del comité
organizado por el decano de la Escuela de Medicina de Harvard concluyó que el
Dr. Mack había fallado como psiquiatra y como científico.
Arnold Relman, presidente de la comisión investigadora formada por Harvard para
estudiar el caso de John Mack. (Imagen extraída del film “Touched”)

Un último detalle importante que la mayoría de investigadores pasan por alto


cuando analizan el caso reportado por la revista Time es que si las declaraciones
de la supuesta investigadora disfrazada de abducida, Donna Basset, fueran
ciertas, la comisión investigadora de la Universidad de Harvard las habría
confirmado y habría tenido las armas necesarias para expulsar al Dr. Mack de la
plana docente de la Escuela Médica de Harvard. Si la comisión investigadora de
Harvard no utilizó esos argumentos contra John Mack es porque no logró
confirmarlos. No eran ciertos.
Si la comisión hubiera descubierto semejantes irregularidades no sólo lo habrían
expulsado de la plana docente sino que habrían tomado medidas más serias. En
todo caso, la opinión de John Mack sobre el estado actual de la investigación
científica no es la mejor:

“Aquellos científicos que están interesados en investigar las abducciones


extraterrestres son muy cuidadosos en reportar que ellos no creen en la
veracidad de los testimonios. Esta es una sabia precaución para mantener una
carrera, porque los fondos, las becas y el poder ser empleado como profesor de
una universidad depende de la habilidad del científico de poder mantener una
identidad ligada a los principios de la corriente dominante en la ciencia. Más aún,
en el caso de las abducciones extraterrestres, ¿quién en su sano juicio, habiendo
tenido una experiencia extraordinaria y atemorizante, buscaría ayuda de una
persona que ha decidido a priori que la experiencia no es real?”
Portada del segundo libro de John Mack sobre el fenómeno de las abducciones
extraterrestres titulado “Passport to the Cosmos: Human Transformation and Alien
Encounters” (Pasaporte al Cosmos: transformación humana y encuentros extraterrestres)

Un nuevo paradigma
En 1999, John Mack publicó su segundo libro titulado “Passport to the Cosmos:
Human Transformation and Alien Encounters” (Pasaporte al Cosmos:
transformación humana y encuentros extraterrestres). Para realizar este libro,
Mack viajó a diferentes lugares del mundo en busca de experiencias de
abducción. Su investigación confirmó que el fenómeno de las abducciones no es
exclusivo de la cultura occidental pues casos similares han sido reportados en
comunidades nativas de varios países.
En uno de esos viajes, John Mack logró filmar uno de los testimonios más
espectaculares sobre el fenómeno ovni/extraterrestre. Mack entrevistó, en
cámara, a un grupo de niños de una escuela primaria de Zimbabwe que decían
haber visto un platillo volador y un ser de origen extraterrestre. Las entrevistas
se pueden observar en este documental a partir del minuto diecisiete. Estas
entrevistas son un testimonio de excepción de la delicadeza, respeto y
objetividad con las que Mack realizaba las entrevistas.
En su segundo libro sobre el tema, John Mack profundizó sobre los mensajes
que recibían los abducidos. Muchos reportaban que durante su estadía en la
nave extraterrestre, se les mostró impactantes imágenes de destrucción del
medio ambiente terrestre y se les dijo que el mundo no puede seguir como hasta
ahora, destruyendo el planeta como si sólo perteneciera a nuestra especie. Mack
se dio cuenta de que muchos de ellos regresaban con un compromiso
apasionado por proteger el planeta.
Dos imágenes extraídas del documental “Experiencers” en las que se aprecia a John
Mack entrevistando a un grupo de niños de una escuela de Zimbabwe que vieron a un
ovni y a uno de sus tripulantes. La niña de abajo está mostrando la forma de los ojos del
ser que observó junto a la nave.

Para Mack, las advertencias de estos seres son un intento de volver a conectar
a los humanos con un sentido de espiritualidad más elevado que hemos perdido
en el tiempo:

“Estos seres nos están despertando y el efecto de ese despertar puede ser muy
útil. Ellos no funcionan a través de asistencia directa en el sentido que alguien
viene y te ayuda a cargar ese peso físicamente en tu espalda. Todo está
relacionado con la conciencia. Puede que logren que algunas personas se
preocupen más por la Tierra mostrándoles imágenes de la destrucción
apocalíptica de los ecosistemas de la Tierra de una manera que los deja
visceralmente movidos y que hace que se vuelvan responsables. Pero esto no
es una intervención directa de su parte. Ellos trabajan a través del cambio de
conciencia de los seres humanos”.

Mack profundiza sobre la necesidad de construir una ciencia más abierta a


contemplar estas anomalías sin prejuicios. Las ideas de John Mack son
bienvenidas en una época plagada de pseudo-escepticismo y de científicos
acomodados al paradigma:

“La distinción más definitiva entre el antiguo y el nuevo paradigma tiene que ver
con las relaciones entre nuestra realidad y lo que puede ser considerado como
el mundo espiritual, el mundo no visto, el mundo detrás del velo, el universo
paralelo, hay muchos términos…lo que parece estar pasando con el fenómeno
de las abducciones es que estos seres o entidades, o lo que fueren, parecen no
respetar esa barrera. Estas entidades parecen pertenecer a este universo
paralelo pero lo atraviesan y se manifiestan en el mundo físico. El paradigma
occidental Newtoniano y Cartesiano no tiene como enfrentarse a esto…”
Página interior de revista mostrando una de las últimas entrevistas realizadas a John E.
Mack. (Foto por Magic)

John Mack falleció en un accidente de tránsito el 27 de septiembre del 2004


cuando un conductor ebrio lo atropelló. A lo largo de su vida, John Mack fue
psicoanalista, psiquiatra comunitario, médico y activista político. En los últimos
años de su vida, Mack se acercó a experiencias espirituales como el budismo e
incluso llevó el mensaje de los abducidos hasta el Dalai Lama. Su legado es el
de un científico que creyó en la práctica de la psiquiatría como un camino para
entender el mundo:

“Estos fenómenos nos dicen muchas cosas sobre nosotros y el universo que
desafían el paradigma materialista dominante. Nos revelan que nuestro
entendimiento de la realidad es extremadamente limitado, el cosmos es más
misterioso de lo que hemos imaginado, hay otras inteligencias, y nuestro
conocimiento de las propiedades del mundo físico está lejos de estar completo”.

La visión del Dr. Mack continúa a través del Instituto John Mack que tiene como
objetivos principales: explorar las fronteras de la experiencia humana, ayudar a
la transformación de la conciencia individual y apoyar la evolución de los
paradigmas que definen nuestra identidad humana.
Imagen extraída del video de la visita de John Mack al Dalai Lama.

El Dr. Mack fue un visionario que entendió la verdadera naturaleza del fenómeno
extraterrestre y que sentó las bases para analizar aquellos fenómenos que
la ciencia es incapaz de explicar y se niega a estudiar seriamente:

“Los métodos de la ciencia – hipótesis, pruebas, rigor, experimentación, control


– son valiosos y esenciales para estudiar fenómenos que residen principalmente
en el mundo material. Pero estos métodos son inadecuados para explorar
asuntos que eluden los reinos de lo visible y lo invisible. Son insuficientes para
aprender sobre realidades más allá de las evidentes. En estos casos debemos
depender más de la experiencia, la intuición o los estados no ordinarios de
conciencia. La ciencia se mueve a través del estudio de anomalías, sean
anomalías sobre la inexplicable transmisión de ondas electromagnéticas en el
vacío, el imposible movimiento de los continentes sobre la faz de la Tierra o las
remarcablemente consistentes historias de gente que dice haber sido abducida
por extraterrestres”.
“No me queda claro por qué nos volvemos tan apegados a nuestras formas de
ver el mundo. Quizás un paradigma científico integral, como cualquier ideología,
da una sensación de dominio y poder”.

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