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Práctico n° 10 de Problemas de Literatura Argentina (23-10-2019) dictado por Martín Servelli.

“El perjurio de la nieve” y “El impostor”. Transposición de la literatura al cine.

Los dos son cuentos de efectos. Final sorprendente. Obligan al lector a hacer una nueva lectura.
Cuentos bastante complejos.

El impostor. Cuento y argumento cinematográfico.

Guion de Manuel Puig: “La cara del villano”. (1977)


La filma Arturo Ripstein como “El otro” (1984)

Primer libro de Silvina Ocampo: Viaje olvidado (1937). Es muy diferente a su segundo libro de
cuentos, Autobiografía de Irene (1948).

1940: Silvina Ocampo se casa con Bioy Casares. Juntos preparan la antología de cuentos
fantásticos. Auge muy importante en la década del 40: aparecen en Sur y en otras revistas los
cuentos de ficciones, de La trama celeste, de Bioy. Evolución entre Viaje olvidado y Autobiografía
de Irene. Silvina Ocampo procesa una serie de críticas negativas que le hacen a su primer libro de
cuentos. Reseña que le hace Victoria Ocampo a Silvina, muy antipática.

Viaje olvidado: construido sobre una serie de tópicos muy particulares, perspectiva que domina casi
todos sus cuentos, infantil. No hay en esa mirada ingenuidad ni visión idílica de la infancia, sino
mucha crueldad y perversión. Muchas veces ese punto de vista está mostrado bajo una retórica
vanguardista, muchos relatos muestran una frontera entre el mundo de los niños y el de los adultos,
siendo connotado este de manera negativa.

Reseña: se tiene la impresión de que los personajes son objetos y los objetos personajes.

En agosto de 1937 sale una reseña en la revista Sur, donde Victoria comenta Viaje olvidado. Es una
reseña muy severa, donde le objeta muchas cosas.

Hace mucho tiempo tiempo que conozco a Silvina Ocampo. Hasta recuerdo mejor que ella ciertos
acontecimientos de su vida: su bautismo, por ejemplo. En esta ceremonia yo era, después de ella, el
personaje más importante, como que era yo quien la sostenía sobre la pila bautismal, no sin vivas
inquietudes por la manera como se comportaría en el trance y cómo me desempeñaría yo misma.
Para asistir a ese bautismo había cerrado mis cuadernos de escolar y mi diario, donde ocupaba lugar
preponderante mi resolución de escribir LIBROS. Libros con una ingenua mayúscula.
En nuestra familia este género de ambición no había desvelado a nadie, que yo sepa. Y sin embargo
la tinta estuvo presente en ese bautismo, pues manchaba los dedos de una de las hermanas: la que
sostenía a la otra.
Si Silvina Ocampo tuviera necesidad de disculpas, yo vendría a acusarme públicamente de haber
puesto en contacto su cabeza con la tinta de mis manos en ese preciso momento. Pero estimo que no
es ése el caso y que en modo alguno se trata de una enfermedad contagiada.

La tímida e introvertida Silvina publica por primera vez en la revista de su hermana consagrada,
avasallante.

Cuando escapa del tono reprobatorio, encuentra una semejanza decisiva entre los relatos de su
hermana y los sueños. Analogía en el modo en que los sueños confunden lo conocido y lo
desconocido: “Cada página aludía a cosas, a seres conocidos, en medio de cosas y de seres
desconocidos, como en nuestros sueños” (Victoria Ocampo).
Región onírica que identifica con este territorio de la infancia. Este pasado es un espacio inaccesible
como el de los sueños, donde se contamina lo vivido y lo imaginado.
Lengua y gramática. Hay un dominio del español bastante conflictivo. Esto se relaciona con cierta
insuficiencia que tenían las hermanas Ocampo con el español escrito. “Las imágenes parecen
atacadas de tortícolis”.
El párrafo completo:

Y todo esto está escrito en un lenguaje hablado, lleno de hallazgos que encantan y desaciertos que
molestan, lleno de imágenes felices- que parecen entonces naturales- y lleno de imágenes no
logradas – que parecen entonces atacadas de tortícolis. ¿No serán posibles las unas sino gracias a las
otras? ¿Es necesaria esa desigualdad? Corrigiéndose las unas, ¿se corregirá Silvina Ocampo de las
otras? Es ése un riesgo que a mi juicio debe afrontar. Antes de renunciar a la destreza, es preciso que
se haya tomado el trabajo de investigar qué porcentaje de negligencia entra en la composición de sus
defectos y qué pereza la lleva a no ser más exigente consigo misma cuando todo nos demuestra que
puede serlo.
En literatura las “maladresses” no deben ser involuntarias. Es como para la gramática. Si se quiere
sacarle la lengua, hay que mirarla antes cara a cara. Dicho esto, agreguemos que los más grandes
escritores se han distinguido siempre por haberle sacado la lengua a la gramática, después de haberla
mirado cara a cara. Pero si se empieza por sacarle la lengua... la gramática no se entera que se trata
de ella, y parece uno sacarse la lengua a sí mismo.

Silvina (reportaje): “De niña, la sintaxis me parecía despreciable... cuando me tenía que manejar
con la sintaxis... yo me manejaba con la intuición”. Conflicto entre las propias lenguas y las
adquiridas.

“Me siento despedazada entre los tres idiomas... porque mis mayores lecturas eran en francés... traté
de luchar... toda esa elaboración podía ser comenzada en inglés o francés... y después se fundía en
español... la concentración consiste en no olvidar el mecanismo que uno va usando”.
Tensiones entre la lengua y la gramática, estas formas atacadas de tortícolis.

Carlos Gamerro - Ficciones barrocas


Capítulo dedicado a Silvina. Los tres momentos de Silvina Ocampo.

Silvina vuelve en el 48 con cuentos más correctos, con tramas más complejas, elaboradas, pero en
donde se nota un cambio de estilo con respecto a Viaje olvidado. Por eso Carlos Gamerro ve tres
momentos: 1: el de Viaje Olvidado 2: Autobiografía de Irene 3: Los cuentos de la furia (59).

Cambios significativos en Autobiografía de Irene. En Viaje olvidado es difícil captar el sentido del
cuento, son significaciones muy flotantes. Acá entra a jugar otra noción en la trama narrativa.
Relojería que es la poética que están propugnando Borges y Bioy a través de diferentes textos y
paratextos. Complejidad de puntos de vista. Entrecruzamiento de planos, entre sueño y realidad.
Este pliegue, esta duplicidad va a ser una de las características con las que Gamerro va a definir su
concepto de ficción barroca. Cambia el lenguaje, se hace menos coloquial. En Viaje olvidado son
ambientaciones barriales, en Autobigrafía de Irene suceden en lugares más lejanos (por ejemplo,
Roma).
En este segundo libro pareciera que la literatura de Silvina acusa recibo de las demandas de
Victoria, pero también están estas transformaciones técnnicas y temáticas, que responden a las
innovaciones que están haciendo Borges y Bioy en la revista Sur. Por ejemplo, el relato enmarcado.

Tópicos propios del género fantástico: el tema del doble, que también aparece en el impostor.
Incluso un cruce entre relato fantástico y cuento policial. Las tramas avanzan y hay una serie de
sucesos que no reciben explicación. Hay más de una versión que se resuelven en ese marco más
externo de la narración. “El impostor”, junto a “Autobiografía de Irene”, es el relato más
emblemático del volumen.

Muchas relaciones con “El perjurio de la nieve”, con cuentos de Bianco (“Sombras suele vestir”).

Hay un diálogo indirecto entre estos cuentos de Silvina y la literatura que está produciendo Bioy,
que conjuga convenciones del género fantástico con leyes del género policial. Son relatos que
tienen un impacto final. En los dos se revela un crímen. En “El perjurio de la nieve” y en “El
impostor” él ingresa en la habitación y ella muere. Relatos atravesados (como los de Bioy) por
tramas amorosas. Jaime Rest dice que en Bioy aparece un elemento humano, incluso en sus relatos
más encuadrados, que en Borges no está.

Prólogo a la Antología fantástica de 1940 hecha por Silvina, Bioy y Borges que hace una
clasificación entre distintos tópicos del relato fantástico.

Borges y Bioy preparan la recepción de su propia literatura. Dicen de Las ratas de Bianco: “En este
libro prima el influjo de la literatura en idioma inglés... una prosa... más limpia”

Carlos Damaso Martínez: La fascinación por lo incierto... estaría expresando una preocupación de
qué es lo real en un presente de perturbación... irrealidad de un presente histórico.
Capacidad de lo fantástico: cuando esas fronteras aparecen cuestionadas en el orden social y
político... irracionalidad... devastadora.

El género gótico, que tiene que ver con ese casco de estancia semi abandonado. Gamerro dice que
es una suerte de Gótico pampeano. Lugones lo inventa antes con “Un fenómeno inexplicable”.
Dicen que el gótico está asociado a la Revolución Francesa.

Sarlo habla del interés de Borges y Bioy por las tramas cerradas, perfectas (autores anglosajones).
Ese cuento instaura una especie de orden cerrado, alejado de la realidad, intocados por los contextos
históricos, políticos, que es como una reacción a esos movimientos de masas.

Damaso Martínez plantea casi lo opuesto, que se abre a ese sinsentido del mundo, que constituye en
sí una denuncia.

Iniciadores: Holmberg, Lugones, Quiroga. Una nouvelle de Roberto Arlt. Cortázar también, cuentos
inéditos, la otra orilla del 37 a los 40... casa tomada es del 30 y... y otros escritores de Sur como
Dabove o Anderson Imbert.

El escritor deberá continuar su trabajo por leyes preestablecidas. Sistema de convenciones muy
fuertes que el escritor debe manejar con eficacia. El escritor se pliega a este régimen de
convenciones.

El otro texto programático es La invención de Morel. Borges hace una crítica a la novela
psicológica, característica, que propone hacer informe. “Los rusos han demostrado que nada es
imposible (...) la novela de aventuras es un objeto artificial que no cumple ninguna parte
injustificada. Si alguna primacía tiene (...) es la de las tramas.”

“Las ficciones de índole policial... que no pueden construir argumentos... Despliega una odisea y
plenamente los descifra con un solo postulado fantástico pero no sobrenatural.”

La trama de La invención de Morel es perfecta, según Borges. No sobra nada. Cada dato que
aparece en el texto tiene que tener una justificación. No deja cabos sueltos ni cuestiones al azar.
Categoría de fantástico. A qué nos referimos cuando hablamos de este género.
Bibliografía clásica del género:
Todorov (medio caído en desgracia)
Jackson: Fantasy, literatura y subversión.
Bessière.

Estas dos últimas han desarrollado teorías más allá de lo que plantea Todorov.

El fenómeno fantástico se comprueba estamos en el ámbito de lo marvilloso.

Definición de Ana María Barrenechea: “Así, la literatura fantástica quedaría definida como la
problemática de hechos anormales (...) Pertencen a ella las obras que ponen el interés (...) la
confrontación entre uno y otro...”

Qué pasa si uno le da una explicación.

Sebrelli: “Casa tomada” expresa esta angustiosa invasión del cabecita negra. Se sostiene más por las
entrevistas que por el cuento. La lectura del relato fantástico te obliga a suspender dos
explicaciones: la poética y la alegórica. Por eso lo que dice Sebrelli...

Uno de los primeros cuentos de la Historia de la eternidad. Parece una reseña bibliográfica de un
autor hindú. Lo critica. Es un ensayo falso. Es un cuento en realidad. Nada existe. Pero aparecen
nombres reales. Borges cuenta que un amigo mandó a que compren ese libro en Londres.

Pensar otras posibilidades del género.

Rosemary Jackson: define lo fantástico no como un género, sino como un modo literario que asume
dos modos diferentes. Lo mimético y lo maravilloso (mímesis, imitación de la realidad). Rompe ese
supuesto realismo, que es manifiestamente irreal.

La narrativa fantástica arranca al lector. El narrador no entiende lo que está pasando... algo que se
ve y se registra como real. En “El impostor”, esta idea entre sueño y realidad, que nos obliga a
poner en duda todo lo que se está viendo.

Gamerro: intercambiar, plegar o mezclar los distintos planos que componen la realidad.
Otro de los pliegues que dice Gamerro: imaginación-percepción, locura-cordura, teatro-mundo
(pliegue típico del barroco), obra-autor, arte-vida, signo-referente.

“La realidad barroca no es nunca la de uno de los términos de esas oposiciones... sino el compuesto
caleidoscópico... es una hiperrealidad compleja... contradictoria e inconsistente.” Pensando el
barroco en función de las macroestructuras literarias.

Poesía de Góngora: Soledad II (“en el farol de Tetis solicita...”)

El barroco se caracteriza por lo excesivo de los medios en relación a los fines. En cambio, cuando
habla del barroco estructural, piensa en el Quijote de Cervantes. El autor se coloca en el interior de
la obra. Y el barbero toma en sus manos un libro de Cervantes. Trabaja con ese desorden, ese
entrecruzamiento. En “El impostor” trabaja con ese pliegue de realidad-vigilia. Qué es vigilia y qué
es onírico.

El impostor se inicia con un narrador joven, Luis Maidana, para visitar al hijo de un amigo de sus
padres. Ya al llegar se encuentra con ambigüedades, incongrencias. La chica que se llama Claudia y
tiene un prendedor con el nombre María. El joven de la estancia, Armando Heredia, muestra una
actitud cambiante.

Los sueños aparecen tematizados.

Maidana: “Lo que nunca hubiera sospechado... y que la asquerosa mecedora... un misterio”

Cruce de planos.

Se interrumpe el relato. Entramos en el segundo marco narrativo: Consideraciones finales de


Rómulo Sagasta. Todo lo visto es un cuaderno.

Como en los cuentos de Bioy, este marco narrativo clarifica todo el cuento.

El cuento policial presenta esta estructura de suspenso (un policial clásico que se resuelve
deductivamente y que invita a una segunda lectura donde uno pone en orden esos acontecimientos
extraños).

Irene Bessière dice que “el relato fantástico se parece a una perfecta máquina de contar... una
organización lúdica”, un juego donde el lector tiene que descubrir algo.

“Me transformo en otro individuo (…) ¿Por qué todo me recordaba otra cosa? (…) iluminadas por
el fuego, nuestras caras parecían mmáscaras”. Borges: todo tiene una función en el marco del relato.
Sin embargo, hay un sentido que permanece abierto: quién es el impostor.

El impostor es el cuento que no nos advierte que vamos a leer el cuaderno. Hay una impostura
también en el relato.
Gamerro: “El impostor es un relato complejo logrado, pero no es suyo. Es un acto supremo de
virtuosismo y ventriloquía. En ese sentido quizás puede ser una máscara de su autora: acata el
mandato familiar: ¿se corregirá Silvina Ocampo? y para hacerlo se apoya en su marido, cuya tutela
será su escudo y su cruz”.

Vamos a seguir trabajando “El impostor”. También el argumento cinematográfico que escribió la
misma Silvina Ocampo.
Por otra parte, vamos a trabajar el guión de Puig (La cara del villano) y la película de Ripstein (El
otro).

CD en CEfyl o en youtube

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