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MINI-ENSAYO: INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS DE CONCEPTOS DE HISTORIA

Presentado por Luciana Diazgranados Mejía


Presentado al Prof. Jaime Álvarez

UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO


FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
PROGRAMA DE FILOSOFÍA
HISTORIA SOCIAL DE LAS CIENCIAS (G2)

BARRANQUILLA, SEPTIEMBRE DE 2019

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ENTRE CIENCIA Y CIENCIA, NOS VAMOS HUMANIZANDO

Las ciencias humanas, cada día toman más fuerza. Es común pensar en una ciencia y encajonarla
en los estándares que se han estipulado durante la historia. Ante tanto prestigio que posee las
“ciencias duras” o también llamadas exactas, pareciese que no hay cabida para que a este honorable
grupo perteneciese las denominadas ciencias humanas. Es por ello que en este texto se mostrará un
poco como la historia a paso lento ha ido “tomando cancha” como una ciencia, aunque en sí, sí lo
es. A este eje principal, se le adjuntará la sociología, y se mostrará un poco esta relación
interdisciplinar de carácter humanista que surge.

Como se dijo anteriormente, la historia ha sido escatimada mucho, pero es muy antigua en su
función de averiguar y estructurar el pasado. Incluso, los sociólogos de la escuela durkeniana
admiten la antigüedad del término, mientras la subestiman a un carácter superficial, al mismo
tiempo que a la sociología la reservan susceptible del análisis racional (Bloch, 1941). Ese carácter
“superior científico”, es asociado a unas cuantas disciplinas, ya que se piensa que el modo de ser
científico depende de

demostraciones euclidianas o de leyes inmutables de repetición. Hoy aceptamos mucho más


fácilmente hacer de la certidumbre y del universalismo una cuestión de grados. No sentimos
ya la obligación de tratar de imponer a todos los objetos del saber un modelo intelectual
uniforme, tomado de las ciencias de la naturaleza física, pues sabemos que en las propias
ciencias físicas ese modelo no se aplica ya completo. (Bloch, 1941, p.20)

En esta época, pensar que la historia no es útil por su poco uso para el bienestar de la humanidad
como lo haría otra ciencia, es algo que a paso lento se va concibiendo en menor grado. La
sociología, aunque puede vérsele con un carácter superior, es posible colocarla en estas mismas
paredes, ya que de esta materia se puede ver su inutilidad si se pondría a pensar que no sirve hablar
de sociedad y de todos los elementos fundamentales de esta materia, porque al final, se sigue
mecido en la maldad y con una humanidad preocupada por la guerra, la pobreza y demás
problemas. Ese pensamiento de “ciencia racional” dado por la escuela durkeniana se quedaría corto
si se juzgase esta disciplina por un pensamiento como el ahora mismo expuesto, pero esto modo
de pensar es aún latente. La historia, como se ha venido sosteniendo, ha sido subestimada, ya que
“se halla en la infancia como todas las que tiene por objeto el espíritu humano, este recién llegado
al campo del conocimiento racional” (Bloch, 1941, p.17). ¡Enhorabuena! Ya poco a poco se va
exaltando la gran utilidad de esta disciplina tan relevante para la memoria de la humanidad.

Ya hablando de lo que nos concierne, se mostrará un poco de estas dos materias en sí. Los actos
humanos, que estudia la historia, son nacidos de necesidades colectivas de ser un grupo, y esto se
queda a merced de una estructura social determinada (Bloch, 1941). Como el hombre es un ser
social, la sociología debe estudiar dicho carácter social. Estas materias no deben limitar su material
de trabajo a” documentos formales”, sino “escrutar las fábulas, los mitos, los sueños de la fantasía,

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todas esas viejas falsedades, por debajo de las cuales debe descubrir algo real, las creencias
humanas” (Le Goff, 1994, p.105); porque, aunque para la sociedad de la actualidad esto se vea
como una insignificancia, revela las creencias y un carácter humano, aquel de buscar conocimiento
y dar respuestas a las preguntas que surgían. Además, la historia no es solamente hechos, sino que
evalúa la repercusión de dichos sucesos en su tiempo, y cómo esto ha afectado a los grupos sociales
en la actualidad; muy bien lo expresa Carr (1977, p.29) cuando menciona que “el pasado que
estudia el historiador no es un pasado muerto, sino un pasado que en cierto modo vive aún, en el
presente”. Es decir, que la sociología debe enlazar su campo a la historia, ya que, estudiando el
pasado, es mucho más fácil comprender el presente, y prepararse mejor para el futuro.

Aunque emane de la historia y de la sociología ese carácter de estudiar la sociedad, de ver la


influencia de todos los hechos del pasado en el contemporáneo, de mostrarse y poco a poco ir
tomando más contundencia al campo del conocimiento, es necesario que no olvide su parte de
poesía, ese parte sensible que atrae; pero este atractivo, no es menos capaz de satisfacer nuestra
inteligencia (Bloch, 1941). Es por ello, que la ciencia debe seguir en su largo camino en busca del
bienestar de la sociedad, mientras sigue incluyendo todos los componentes que le ayudan en la
investigación; esa investigación, típico carácter humano.

REFERENCIAS

Bloch, M. (1941) Introducción a la Historia. Bogotá: Fondo de Cultura Económica 1997.

Carr, E. (1977) ¿Qué es la Historia? Barcelona: Editorial Ariel S.A.

Le Goff, J. (1994) Pensar la Historia. Barcelona: Ediciones Paidós.

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