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En elcerebro del hombre,el reflejo de la naturaleza y la comprobación en la práctica de la veracidad

de este, le posibilitallegar al razonamiento y la demonstración de la veracidad de los hechos.Al


acudir a la descripción de cómo es el reflejo de la naturaleza en la conciencia humana, se
descubre que este no es abstracto, ni estático, sino todo lo contrario: se mantiene en absoluto
movimiento y tiene vida a fuerza de encontrar y resolver contradicciones, tiene potencialidades
para anticiparse a los hechos y a describirlos a priori y también provoca sensaciones, percepciones
y representaciones, produciendo huellas que mueven nuevos procesos que se identifican como
sentimientos y emociones.

¿Qué implicaciones tiene este saber para los procesos educativos en los que participan el maestro
o maestra y los estudiantes? Hay que fijar la atención en lo que se ha dado en llamar motivación,
término que se emplea para designar un complejo sistema de procesos y mecanismos psicológicos
que determinan la orientación dinámica de la actividad del ser humano en relación con su medio.
Por ejemplo, cuando en el curso de la actividad surge “algo” que representa una forma precisa de
satisfacer ciertos deseos y necesidades, este se convierte en un motivo de la conducta, y lo mueve
hacia su estudio. Así se forman los motivos para el trabajo, la recreación y también para el estudio.

Estas motivaciones pueden ser intrínsecas o extrínsecas, en correspondencia con que existan o no
mediaciones entre los motivos y la actividad. Una motivación intrínseca será la inclinación del
sujeto hacia aquel conocimiento que por su significación para élle interesa extraordinariamente, al
extremo que lo mueve hacia su asimilación consciente.Toda actividad docente debe estar dirigida a
la creación en los alumnos de motivos para el estudio originados por necesidades de conocer, de
saber, se trata pues de motivaciones intrínsecas.

Este tipo de motivación, al satisfacer necesidades cognoscitivas, produce en el educando el placer


por el aprendizaje. He aquí la esencia de la vinculación de los aspectos cognitivos con los
afectivos.

Por eso, el maestro debe tratar los temas con pasión, lo que equivale a incluir anécdotas, exponer
relatos con emotividad, tener una intención cargada de energía, que favorezca la actitud del
estudiante hacia el tema y su contenido.

Siempre hemos recomendado a los docentes en formación que realicen el tratamiento de los
temas históricos, por ejemplo, poniendo énfasis emocional en los hechos de tal manera que
provoquen valoraciones positivas, sin dejar de explicar causas y consecuencias de los sucesos
que se relaten.

Por ejemplo, al referirnos a la esclavitud hay que destacar el sufrimiento de los seres humanos que
se ven privados de sus más elementalesderechos, hay que explicar con emotividad cómo unas
personas no tienen derecho a poseer a otras como si fuesen objetos y así narrar anécdotas que
calen en lo más profundo de los sentimientos de los que nos escuchan.

Al realizar la disección de una flor para estudiar sus verticilos, primeramente hay que apreciar sus
colores, llamar la atención acerca de su belleza y destacar su función en el ecosistema, en
interacción con la especie que participe en su polinización y por ende, en la reproducción sexual de
la planta. No vendría mal intercalar poemas que enfaticen en la exquisitez de su perfume o en la
suavidad de sus pétalos. También se hablará del simbolismo de realizar un obsequio o una ofrenda
floral.

Al hacer una observación al microscopio hay que destacar la dedicación de quienes hicieron
posible la existencia de tal instrumento, expresar el valor del trabajo de los hombres de ciencia y
luego emocionarnos ante la apreciación de objetos tan pequeños y nuestras posibilidades de llegar
hasta las estructuras más intrincadas en el interior de una célula, cuyo tamaño asombra y mueve a
conocer más, si seguimos un tratamiento didáctico apropiado, lo cual inclinará a los estudiantes
hacia estudios más profundos, convencidos de que pueden hacerlo y después, emocionados,
relatar a sus padres sus “descubrimientos” del día.

Estos impulsos estarán auspiciados por el maestro o maestra, quien, con sus valoraciones, logrará
que las motivaciones crezcan en cada actividad.

A propósito, son las neurociencias el conjunto de disciplinas científicas que estudian la estructura y
la función, y además el desarrollo de la bioquímica, la farmacología, y la patología del sistema
nervioso y de cómo sus diferentes elementos interactúan, dando lugar a las bases biológicas de la
conducta.

De modo que el estudio biológico del cerebro se ha convertido en un área multidisciplinar que
abarca desde lo puramente molecular, hasta lo relacionado con la conducta y por consiguiente,
también tiene que ver con lo cognitivo.

En un nivel superior, las neurociencias se ensamblan con la Psicología, para dar origen a la
neurociencia denominada cognitiva, una disciplina que hoy díaproporciona una nueva manera de
entender el cerebro y la conciencia, pues se basa en un estudio científico que une disciplinas tales
como la neurobiología, la psico-biología o la propia psicología cognitiva, un hecho que con
seguridad cambiará la concepción actual que existe acerca de los procesos mentales implicados
en el comportamiento y sus bases biológicas.

La neurociencia cognitiva trata de desentrañar la manera de cómo la actividad del cerebro se


relaciona con la psiquis y el comportamiento, lo cual revoluciona la manera de entender nuestras
formas de actuación (la actividad humana) y lo que es más importante aún: cómo aprende, cómo
guarda información nuestro cerebro, y cuáles son los procesos biológicos que facilitan el
aprendizaje.

He aquí su influencia en los procesos que se desarrollan en la escuela, porque se añaden nuevos
elementos en el camino del entendimiento de cómo cada individuo reacciona de una forma
diferente, de cómo algunos niños y niñas aprenden un contenido con facilidad y otros no, al no
poseer intereses marcados o sea, motivaciones hacia determinadas esferas del conocimiento.

Todo proceso pedagógico posee aspectos instructivos y educativos; sin embargo, no todos los
educandos tienen inclinaciones marcadas hacia determinadas habilidades, hábitos o normas, y no
todos poseen tampoco iguales intereses y motivaciones. Esto refuerza la idea de cada
personalidad es única e irrepetible. El maestro no puede dejar pasar ninguna oportunidad, no
solamente para brindar un consejo, sino que además, debe conocer profundamente a cada uno de
sus alumnos, saber cuáles son sus preferencias, sus potencialidades y cómo aprende mejor.

Entre las fortalezas que le permitan planificar su trabajo, todo docente debe identificar cómo formar
una esfera motivacional amplia en sus educandos. No en balde se afirma por muchos especialistas
que, aparte de los elementos teóricos de la Didáctica, supuestamente dominados por todos los
maestros, no son despreciables sus dotes artísticas, porque debe desarrollar sus clases con
emotividad, debe saber combinar las actividades que diseña en ellas, para que sean del gusto de
todos sus alumnos y debe convertirse él mismo en un artista que llegue hasta las fibras más
sensibles de cada uno de sus escolares.

Está puesta pues, sobre el tapete, la invitación a que cada uno de nosotros estudiemos con ahínco
las neurociencias, sobre todo, la parte de ella que nos permita comprender cómo los procesos del
cerebro dan origen a la asimilación del conocimiento y cómo en este se entrelazan los aspectos
afectivos de la personalidad, cual se vincula la comprensión de una obra teatral con las emociones
que ella es capaz de provocarnos, si realmente responde a nuestra motivación.

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