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Principios del Georadar.

El georadar, es una técnica relativamente nueva. A principios del siglo XX, Christian Hülsmeyer obtuvo la
primera patente en tecnología de radar, en el año 1904. Seis años más tarde Gotthelf Leimbach y Heinrich
Löwy aplicaron esta tecnología para localizar objetos enterrados bajo tierra.

Ya en 1926 el Dr. Hülsenbeck introduce el sistema de radar por pulsos, lo que permitió mejorar
notablemente la resolución en profundidad. Una técnica que se sigue empleando ampliamente en nuestros
días. Uno de las primeras prospecciones usando la técnica de georradar se llevó a cabo en Austria en
1929, donde W. Stern midió la profundidad de un glaciar.

Después de esto hito, la técnica de georadar queda abandonada por muchos años, y no es hasta después
de la segunda guerra mundial que esta tecnología se retoma, en especial orientada a aplicaciones
militares, tales como localizar túneles en la zona desmilitarizada comprendida entre Corea del Norte y
Corea del Sur.

Poco después, las empresas de servicios públicos y la construcción empezaron a interesarse en el


georadar como una herramienta práctica para localizar líneas de conducción bajo las calles de las
ciudades. Otras aplicaciones que aparecen en torno a 1980 fue la de utilizar esta tecnología de radar de
penetración terrestre para explorar, entre otros, mesas de agua y depósitos de sal.
Los primeros sistemas GPR se vendieron en el año 1985 y los primeros libros de referencia globales
fueron escritos en la década de 1990. Hoy en día existen varias empresas que producen los sistemas GPR
mientras que otros proporcionan servicios de mediciones. Por otra parte, las universidades llevan a cabo
investigaciones a nivel mundial en el campo de los sistemas de radar de penetración terrestre

Introducción.
El georadar (Ground Penetrating Radar) es una técnica geofísica no destructiva que proporciona una
imagen del subsuelo midiendo diferencias en las propiedades electromagnéticas de los materiales. Dichas
propiedades son definidas por una serie de parámetros que, junto con las características de la onda
emitida, determinan la propagación de la energía del pulso electromagnético por el medio. El resultado es
la generación de una imagen del subsuelo con una altísima resolución vertical y lateral permitiendo
caracterizar el entorno. El radar de subsuelo, ofrece la mejor solución de investigación con la mejor
resolución posible. Las antenas de alta frecuencia ofrecen un método fiable y no destructivo de
recopilación de información del subsuelo en tiempo real de forma eficiente y precisa.
Fundamentos teóricos.
La técnica de georadar es un sistema electromagnético para la detección y localización de elementos,
formaciones y/o anomalías en el subsuelo, construcciones u objetos materiales. El georadar se basa en la
emisión de impulsos electromagnéticos de muy corta duración (entre 0.6 ns y 10 ns) en la banda de
frecuencias de UHF-VHF (normalmente entre 100 milihercio y 1.5 gigahercio) y en el principio de reflexión
de ondas electromagnéticas que se propagan en un medio.

La propagación de estos pulsos electromagnéticos por un medio se puede definir teóricamente a partir de
las ecuaciones de Maxwell para ondas electromagnéticas. Sus fundamentos teóricos son los mismos que
los que un radar convencional emplea para detectar un objeto, pero el georadar utiliza un ancho de banda
más amplio, y las antenas receptora y emisora se dirigen hacia el medio a estudiar (subsuelo, estructura u
objeto).

Cada medio posee unas características electromagnéticas propias que son: la permitividad o constante
dieléctrica relativa ε, la permeabilidad magnética relativa µ y la conductividad eléctrica σ. El cálculo de la
velocidad de propagación en un medio y la profundidad de la formación o del objeto a estudiar se
determina mediante las expresiones:
2ℎ
Δt=
𝑣
𝑐
v=
√𝐸´

Donde;

 v es la velocidad de propagación de la onda electromagnética en el medio,


 ∆t es el tiempo de registro
 c es la velocidad de la luz en el vacío
 ε′ es la componente real de la constante dieléctrica

Sistema.
El GPR utiliza pulsos electromagnéticos de alta frecuencia desde un transmisor situado en el interior de
la antena. El pulso transmitido es reflejado en las diferentes interfaces del subsuelo y sus reflexiones
son detectadas por el receptor. Las interfaces de las reflexiones pueden ser interfaces suelo, roca,
objetos enterrados o cualquier otra interface que posea un contraste de las propiedades dieléctricas.
La señal de radar se dirige hacia el subsuelo a través de una antena colocada sobre la superficie de
estudio. Las señales reflejadas son detectadas por un transmisor situado en el mismo cuerpo de la
antena. La señal recibida es procesada y mostrada gráficamente en un monitor. Debido a que la
antena se mueve a lo largo de la superficie de estudio. El GPR posee una longitud de onda muy corta
en la mayoría de los materiales, por lo que la resolución que se obtiene de las diferentes interfaces de
los materiales de subsuelo es muy grande.

Resultados.
El objetivo de los estudios de GPR es la caracterización de la parte más superficial del subsuelo, por
ello los usos principales dentro de la construcción pueden resumirse en los siguientes:

 Determinación de espesores de firme.


 Inspección de hormigón: localización de objetos metálicos y no metálicos en techos, soleras y
tabiques.
 Inspección de estructuras de hormigón: profundidad de zapatas, determinación de espesores
de recubrimientos de hormigón proyectado en túneles, inspección de balcones, garajes,
columnas, etc.

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