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¿Conviene la revaluación de activos?

ACTUALMENTE, RESULTA USUAL QUE EN LOS LIBROS CONTABLES DE LAS


EMPRESAS EL VALOR DE SUS ACTIVOS SEA MUY DISTINTO AL VALOR QUE LOS
MISMOS TIENEN EN LA REALIDAD DEL MERCADO.
Esto se debe en primer lugar a que los activos se registran en la contabilidad a su valor histórico, respecto del cual
pueden haber aumentado (por ejemplo, eso pasa generalmente con los inmuebles). Además tenemos el efecto de la
depreciación, ya que cuando una empresa adquiere un bien, mueble o inmueble, las normas tributarias le permiten
depreciarlo en un determinado número de años dependiendo de la tasa de depreciación que ésta le asigne, por lo que al
cabo de un número de años, su valor será cercano a cero en la contabilidad, pese a que puede seguir teniendo un valor
en el mercado. Por último,
si este bien se obtuviera a través de un contrato de leasing, en el caso de los bienes
muebles, el contrato deberá ser como mínimo de 2 años y es en este lapso de tiempo en
que se deberá depreciar el bien mueble y, en el caso de los bienes inmuebles el tiempo
mínimo para este contrato es de 5 años, es decir, que los bienes se depreciarán de forma
acelerada pasando a ser dicha depreciación un mayor gasto para la empresa que permitirá
reducir el impuesto a la Renta, pero con el efecto de que el activo reducirá su valor casi a
cero en muy poco tiempo.

En ese sentido, queda claro, que a pesar de que la norma tributaria nos permita depreciar
aceleradamente un bien inmueble, por ejemplo, en la realidad éste podría tener un mayor
valor, de acuerdo al valor de mercado, entonces surge la pregunta ¿le conviene a esa
empresa revaluar ese inmueble? ¿Qué ventajas obtendría con la revaluación?

Es posible revaluar los bienes de la empresa, y la Ley del Impuesto a la Renta lo


establece así para cualquier caso de fusión o escisión de empresas. Para ello se
necesitará de un perito que realice una tasación al bien, mueble o inmueble, con la
finalidad de otorgarle un valor actual al mismo, este valor será consignado en la cuenta
del patrimonio de la empresa, como un excedente de revaluación, siendo su contrapartida
una cuenta del activo a la que pertenezca (activo fijo, inmuebles, maquinaria, entre otras).
La cuenta de patrimonio así generada puede servir, por ejemplo, para compensar pérdidas
anteriores o futuras. Sin embargo, el mayor valor del activo no puede ser depreciado
nuevamente para efectos del Impuesto a la Renta.

Asimismo, podría suceder que la empresa decidiera sumar ese mayor valor del bien a la
cuenta del capital, cuya consecuencia sería un aumento propiamente en el capital de la
empresa, con el consiguiente reparto de acciones entre los socios, conforme a sus
porcentajes. Debe tenerse en cuenta que, en caso un socio que fuera persona natural venda
esas acciones provenientes de una revaluación, el costo de las mismas será cero, y por
ende todo el precio recibido será ganancia por la cual pagar el Impuesto a la Renta (5%).
Si el accionista fuera una persona jurídica, el impuesto es de 30%.

Otra posibilidad, sería que la junta de accionistas, decidiera que ese mayor capital sea
luego amortizado, reduciéndolo a través del pago de su valor a los socios, pero en ese
supuesto la ley señala que la empresa deberá pagar 30% de impuesto como si hubiera sido
una ganancia de la empresa, para evitar que los socios retiren utilidades indirectamente
sin antes pagar el impuesto. Además, esos socios deberán cancelar el 4,1% sobre el valor
de los dividendos, de acuerdo a lo dispuesto por la Ley del Impuesto a la Renta.

Con respecto al tema, sobre la conveniencia de revaluar los bienes, muebles o inmuebles,
de la empresa, debemos mencionar que eso dependerá de la propia empresa y de lo
que sus socios pretenden realizar, tomando en cuenta todas las posibilidades antes
mencionadas. En todo caso, debe tenerse presente que el acuerdo de revaluación de
activos debe ser tomado por la junta de accionistas de la empresa, siguiendo todas las
formalidades de ley.

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