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Índice de contenidos
Cuestiones Introductorias ............................................................................................................. 3
1. La Era de la Institucionalización: Siglo XIX ................................................................................. 4
2. La Era de la Normalización: S. XX .............................................................................................. 6
2.1. Centros de educación especial ........................................................................................... 7
3. El modelo centrado en las nee y la atención a la diversidad .................................................... 9
Resumen...................................................................................................................................... 13
Referencias Bibliográficas ........................................................................................................... 14
Es necesario para comprender todo este proceso, conocer que las relaciones sociales con las
personas que tienen NEE dependen de muchos factores como el nivel de desarrollo de las
fuerzas productivas; el desarrollo de la economía; las concepciones políticas, morales,
religiosas y filosóficas de cada sociedad; así como el nivel de la educación, de la salud pública,
la ciencia, la técnica, y la cultura.
El tipo de atención recibida por los niños y niñas que presentan alteraciones del desarrollo ha
variado sustancialmente a lo largo del tiempo, en consonancia con la concepción de las NEE en
cada momento. Muchos autores (Toledo, 1984; Bautista, 1993; Ortiz, 1995) coinciden en situar
el final del S. XVIII como el período en el que, por la proliferación de experiencias educativas
centradas en personas con NEE, se inicia una atención más específica. Hasta ese momento,
siguiendo a Prieto y Arocas (1999), podemos destacar la existencia de dos períodos:
Oscurantismo Psiquiátrico (desde la Antigüedad hasta la Edad Media) y Naturalismo
psiquiátrico (S. XVI – finales del S. XVIII). Este módulo centrará sus contenidos en los factores
más importantes que han ido desarrollándose desde el siglo XIX hasta el momento actual.
Línea Asistencial-Línea Educativa: En la segunda mitad del siglo XIX podemos observar dos
líneas paralelas en lo que se refiere al tratamiento de los “deficientes mentales”: una línea
continuista y asistencial que propugna la inutilidad de la educación de los “idiotas”, para los
cuales sólo tiene sentido dotar unas instituciones asistenciales que atiendan sus necesidades
primarias; y una línea educativa que, a pesar de los fracasos de experiencias anteriores,
defiende las posibilidades de educación de estas personas y desarrolla métodos adecuados
para ello.
Por otra parte, a finales del S. XIX comienza un claro movimiento que persistiría en la primera
mitad del s. XX, según el cual proliferan en diversos países las leyes que regulaban la
constitución y funcionamiento de escuelas de atención especializada para niños y niñas con
trastornos y, en consecuencia, los trabajos desde el ámbito psicoeducativo para el desarrollo y
aplicación de instrumentos de medición, fundamentalmente con finalidad clasificatoria.
Como consecuencia de este desarrollo durante la primera mitad del s. XX, también se
generaliza el desarrollo de la Educación Especial, como forma de tratamiento. Comienzan a
utilizarse términos como “normal” y “anormal” para referirse a una tipología de alumnado
Ciertamente, continuaban teniendo vigencia los datos cuantitativos proporcionados por los
tests de inteligencia, pero a la vez se empezaban a tener en cuenta las influencias sociales y
culturales que podían determinar un funcionamiento intelectual más deficiente. Se abría paso
la concepción de que la deficiencia podía estar motivada por la ausencia de estimulación
adecuada o por procesos de aprendizajes incorrectos o por situaciones familiares inadecuadas.
Por todas estas razones en los años 60 hubo un intento de emplear el concepto de NEE, pero
este concepto no fue capaz de modificar inicialmente las concepciones dominantes de la
época.
2. Una nueva perspectiva que da mayor importancia a los procesos de aprendizaje y a las
dificultades que encuentran los alumnos para su progreso
5. Los cambios que se produjeron en las escuelas normales, tuvieron que enseñar a todos
los alumnos que a ellas accedían a pesar de sus diferencias”.
Aunque los supuestos para la intervención en Educación Especial seguían siendo los mismos,
empiezan a introducirse novedades importantes, entendiéndose que no sólo se ha de
diagnosticar el déficit, sino aquellos aspectos positivos
que también deberán ser tenidos en cuenta por la
educación. Además se señala la necesidad de que cada
niño tenga su programa para desarrollar sus
potencialidades:
En relación con lo indicado tenemos que tener en cuenta el creciente proceso de tecnificación
de la sociedad, que ha hecho más activa la presencia de la imagen y el sonido como vehículos
de transmisión cultural.
En otro ámbito, para las personas con algún tipo de NEE, el vertiginoso desarrollo de las
nuevas tecnologías de la información y comunicación abre un horizonte de esperanzas y
posibilidades, significando para el área comúnmente denominada Educación Especial, retos
inaplazables. Sin embargo, el principal reto que se debe enfrentar es el del verdadero acceso a
esta tecnología.
Para comprender este proceso, es necesario conocer que las relaciones sociales con las
personas que tienen NEAE dependen de muchos factores como del nivel de desarrollo de las
fuerzas productivas; del desarrollo de la economía; de las concepciones políticas, morales,
religiosas y filosóficas de cada sociedad; así como del nivel de la educación, de la salud pública,
la ciencia, la técnica, y la cultura.
En las primeras etapas históricas se seguía un modelo teórico basado en el déficit, y poco a
poco van surgiendo conceptos como discapacidad, trastornos, dificultades de aprendizaje, etc.
El tipo de atención recibida por los niños que presentan alteraciones del desarrollo también ha
variado sustancialmente a lo largo del tiempo, en consonancia con la concepción que de las
NEE se ha mantenido. Muchos autores (Toledo, 1984; Bautista, 1993; Ortiz, 1995) coinciden en
situar el final del S. XVIII como el período en el que, por la proliferación de experiencias
educativas centradas en personas con NEE, se inicia una atención más específica. Hasta ese
momento, siguiendo a Prieto y Arocas (1999), podemos destacar la existencia de dos períodos:
Oscurantismo Psiquiátrico (desde la Antigüedad hasta la Edad Media) y Naturalismo
psiquiátrico (S. XVI – finales del S. XVIII).
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