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ISA (Jujuy) - Escuela Superior de Música

24 de Marzo de 1976
Música censurada
y exiliada

ALUMNO CARRERA

Flores Cristian Fernando Trayecto Artístico Profesional

Asignatura
Gramática del lenguaje visual

Profesora
Campos Andrea

Curso
1° “I”

Turno
Mañana

Año
2019

Fecha de entrega: 20/03/2019


Introducción

El 24 de marzo de 1976 no fue un día más en la historia argentina. En esa fecha las Fuerzas

Armadas de nuestro país usurparon el gobierno y derrocaron a la entonces presidenta constitucional María

Estela Martínez de Perón. Del mismo modo destituyeron a los gobernadores de las provincias, disolvieron

el Congreso Nacional y las Legislaturas Provinciales, removieron a los miembros de la Corte Suprema de

Justicia y anularon las actividades gremiales como así también la de los partidos políticos. La

Constitución Nacional, es decir, la ley suprema de la República Argentina, dejó de regir la vida política

del país y los ciudadanos quedaron subordinados a las normas establecidas por los militares. El gobierno

de facto estuvo integrado por una Junta Militar que reunía a los máximos jefes de las tres Fuerzas

Armadas: el ex general Jorge Rafael Videla por el Ejército, el ex almirante Emilio Eduardo Massera por

la Marina y el ex brigadier Orlando Ramón Agosti por la Aeronáutica. La junta militar dispuso una serie

de procederes para evitar la libre expresión y el supuesto intento subversivo por parte de los habitantes del

país.

La música nacional en la época de la dictadura argentina

Durante la dictadura militar que sufrió la República Argentina se cohibieron varios derechos,

entre ellos la libertad de expresión artística, censurando músicos y canciones en particular. Algunos de los

cantantes prohibidos y otros exiliados fueron: Horacio Guarany, Litto Nebbia, Piero, Mercedes Sosa,

León Gieco, Cesar Isella, etc.

Del mismo modo, muchos cantantes tuvieron que irse del país debido a que sus canciones no

podían ser oídas por el resto de la población porque sus letras no se consideraban “aptas para ser

difundidas”. Según el Comité Federal de Radiodifusión (COMFER), el régimen militar prohibió la

difusión de más de 200 canciones entre 1978 y 1983. Entre los que se destacan: cara de tramposo (Cacho

Castaña), loco por tu culpa (Palito Ortega), ella me arruina la fiesta (Sociedad Anónima), el progreso

(Roberto Carlos), agárrame la escalera (Los Wawanco), tema de los mosquitos (León Gieco), viernes 3

AM (Seru Giran), botas locas (Sui Generis), triunfo agrario (Cesar Isella), estamos prisioneros (Horacio

Guarany), entre muchos otros.

Seguidamente, los artistas coartados en su libertad de expresión, encontraron nuevas formas

creativas de disentir y evadir la censura; caso especial se da en la música, con el rock nacional.
Paralelamente, con las universidades controladas, el muy limitado grupo estudiantil y la

prohibición de partidos políticos, los jóvenes se refugiaron en el rock argentino. Este movimiento, si bien

fue desplazado por la fuerza a una posición marginal, pudo funcionar como un espacio de reconocimiento

mutuo y de resistencia. Ante la imposibilidad de mantener sus organizaciones sin censura, los jóvenes

conformaron un movimiento musical con una tradición de enfrentamiento al sistema, como ámbito de

sostén de identidad, en un período histórico en el que toda expresión era cuestionada.

Los músicos comenzaron a codificar sus mensajes disidentes en sus letras de tal manera que

no era posible identificar claramente sus canciones como opositoras al régimen. Mientras tanto, la

audiencia, consciente de tales limitaciones, intentaba descifrar los mensajes codificados disidentes en las

canciones; y a la vez, en los conciertos, los jóvenes compartían un espacio comunitario donde disentir era

una expresión solidaria.

El período 1976–1977 fue marcado por la gran cantidad de conciertos de rock nacional,

muchos de ellos en el Luna Park, el estadio cubierto más grande de Buenos Aires con capacidad para

15.000 personas. Estos conciertos que, como explica Pablo Vila, servían más a un propósito social que

musical, son un ejemplo de un acto político encubierto. Como los espacios para las actividades políticas

se hallaban totalmente clausurados, los conciertos brindaron un nuevo ámbito donde los jóvenes podían

masificarse, desafiando el individualismo impuesto por la política del régimen.

Cuando los recitales eran oficiales y multitudinarios era más difícil para los músicos mantener

el repertorio deseado. Por ejemplo, el grupo de Luis Alberto Spinetta, Almendra, debió anotar con

cuidado la lista de temas en sus recitales y esperar la autorización oficial, sin la cual no se les permitía

salir a escena. Los encargados de Inteligencia habían advertido que “Almendra incluye en su repertorio

canciones cuyo contenido se rebela contra nuestros valores tradicionales” (Pujol 2007, 147). Esta razón

impulsa a Luis Alberto Spinetta a formar su banda Spinetta Jade, en la que las letras se habían desplazado

a una zona de mayor abstracción.

El rock creció a pasos agigantados, como un legado inesperado de la historia militar.

Bibliografía
 https://lafolkargentina.com.ar/nota/3739/esta-era-la-musica-prohibida-por-la-dictadura-militar-de-1976-a-1983
 http://resonancias.uc.cl/es/N-34/la-dictadura-argentina-y-el-rock-enemigos-intimos-es.html
 https://www.elespectador.com/impreso/musica/articuloimpreso156324-canciones-dictadura-prohibio

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