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La campaña contra el rey persa Darío (SIV a. C) 10.

No sé con qué tú cuentas para hacer tal baraja


Libro de Alexandre. Mester de clerecía. S. XIII Pues tengo yo más oro que tú tienes de paja
De armas y de gentes te llevo gran ventaja
1. Tanto pudo su fama por las tierras correr, Es más un marco de oro que una meaja
Que hasta el rey Darío la llegó a conocer.
Empezó el hombre todo eso a revolver 11.Cuando las cartas fueron ante el rey presentadas,
Hasta que dijo al cabo “no lo puedo creer” Quejáronse sus gentes, estaban espantadas,
Casi, por el gran miedo, temblaban sus quijadas,
2. Era el quehacer de guerra por él desusado Querían irse a Grecia, volver a sus moradas
Con larga paz había el lidiar olvidado
Pues desde que era rey no había guerreado. 12. Comprendió Alejandro aquellas voluntades
-si hubiese muerto antes, más hubiese ganado- Díjoles: “ya barones, deseo que me oigáis:
Muchas veces os dije, si de eso os acordáis,
3. Si como era rico y era poderoso Que de pero que ladra nunca nada temáis
-no sólo e vasallos, también de gran tesoro-
Fuese también activo y fuese venturoso, 13. Una cosa que él dijo la debéis creer:
no sería Alejandro tan de prisa gozoso Que tiene rica tierra y que sobra de haber
Pues nunca hizo excepto crecer
4. para que no creyesen que no era valiente, Y nada le importó más que eso ver crecer
empezó a amenazar a voces, fuertemente
juraba, con la ira, por dios omnipotente, 14. Pero de todo eso os debéis alegrar
que lo haría colgar a él y a su gente. Como hombres que pueden ese caudal ganar
Los hados han dispuesto todo a vosotros dar
5. Envió unas cartas que eran de este tenor: Si vosotros queréis por ello porfiar
Darío, rey de reyes, igual al creador,
Te dice a ti Alejandro, nuevo guerreador, 15. Todo eso tendremos. Aunque es cosa cierta
Que si de aquí ni marchas, saldrás con deshonor. Dios no os lo dará si nada os cuesta
Esforzaos, hidalgos, démosle una respuesta
6. Eres muy jovencito, y de seso menguado En todo cuanto dije, él mismo mal se muestra
Andas con gran locura, serás escarmentado,
Si te marchas de aquí, estarás acertado, 16. Él tiene muchas gentes, más de las que él diz
Si te guías por otro, tu consejo es errado. Mas todos son gallinas y de flaca nariz
Mas no osaría alzar contra nos su cerviz
7. El árbol que temprano, empieza a florecer Que contra un azor, osara una perdiz
La helada lo quema, no lo deja crecer
Cosa a ti semejante te va a acontecer 17. El aguijón de avispa tiene más podredumbre
Si en esta locura te quisieras meter Que un enjambre de moscas juntas, en
muchedumbre
8. Te envío aquí un regalo como tú lo mereces Nosotros le daremos la misma pesadumbre;
Cinturón que te ciñas, pelota con que juegues Como lobos caeremos contra su muchedumbre
Bolsa en que tus dineros los guardes y los conserves
¡tente por venturoso, si de mí te proteges! 18. Señor – dijeron todos- en todo te creemos
De aquí en adelante, nunca más dudaremos
9. Pero si en tu porfía pretendes continuar Sólo que tú nos vivas, por ricos nos tenemos,
Ningún hombre honrado te va a cautivar Por las burlas de Darío, ni un higo daremos.
Por mis aves rapaces te voy a hacer ahorcar
Como a un vil ladronzuelo, cuyo oficio es hurtar.
19. Mandó luego el rey, prender los mensajeros 29. Darío era un hombre lleno de gran bondad,
y mandólos ahorcar sobre sendos oteros alegre y justiciero y de gran caridad;
Señor – dijeron todos- por error lo tenemos sus gentes eran buenas y de gran lealtad,
Pues nunca debe hacerse mal a los mandederos cumplían su mandato de buena voluntad.

20. Dijo el Rey “ahora veo que eso es de razón, 30. Después de pocos días, fueron todos llegados,
Pero, pues su señor dijo que soy ladrón, infinidad de pueblos todos diferenciados,
Quiero salvar su dicho, como de tal barón: de diversas maneras y muy bien preparados;
Lo que un ladrón hace, no lo hace a traición” los que llegaban tarde, llegaban desolados.

31. Eran las luengas tierras, de diversas fronteras,


21. Señor – le respondieron- si el persa eso decía y hablaban lenguajes de diversas maneras.
no es de maravillar, pues no te conocía Venían noche y día llenas las carreteras,
mas si tú los soltases, eso a ti te honraría, llegaban como a bodas, con caras placenteras.
al no recibir mal, quien no lo merecía.
32. Muchas eran las gentes, sus adornos mayores:
22. Aceptó eso el rey, y los mandó soltar enseñas y gualdrapas de diversos colores,
Y les dio de su haber, mucho para llevar parecían sus tiendas arboledas y flores,
Daban gracias a Dios, que les vino a ayudar, todos querían ser muy buenos defensores.
Decían, “ ¡Alejandro, Dios te haga durar!”
33. Cuando todo el pueblo fue en uno juntado,
estaba el rey Darío contento y alegrado.
23. Mandó hacer unas cartas, que iban de este tenor:
Dio a todos las gracias, pues lo vio con agrado
El Rey Alejandro, hijo del dios Amón
porque obedecieron lo que había mandado.
Envía a tí Darío, esta contestación
Lo que pronto has de ver, ya lo quieras o no. 34. En medio de la hueste, había un gran otero;
subió el rey Darío allí, con su tercero;
24. A todas tus palabas te quiero contestar miró a todas partes, dijo a su pueblo entero:
Dijiste gran blasfemia, que te ha de pesar “Me pagará las parias el joven pendenciero.”
Cual Lucifer hiciste, que se quiso alzar
Y Dios lo dejó solo, y lo hizo condenar. 35. De lienzo un gran talego mandó allí subir,
de pipas de sandía hízolo bien henchir;
25. Los dones que enviaste, te los voy a exponer mandó a su canciller las cartas escribir,
-aunque loco me creas, los sé bien entender- y envió a los griegos todo esto a decir:
La bolsa significa el total de tu haber,
36. “Atendedme, barones, os quiero aconsejar.
Todo ello en mi mano, un día va de caer
Ved lo que se propone vuestro rey realizar:
Nunca podría nadie mi poder calcular,
26. La pelota es redonda, es del mundo figura,
ni de estas pepitas el número contar.
Sabrás que será mío, eso es cosa segura.
Haré de la correa una tralla muy dura 37. Oímos como ejemplo, que varones de Grecia
Con ella domaré a toda tu natura. De caudal fueron pobre, mas ricos en sapiencia
Mas vos habéis caído, en muy loca licencia
27. Cuando fueron las cartas escritas y selladas Y os arrepentiréis y haréis penitencia
Con aquellas palabras y otras más airadas 38. Caballeros que andáis en tan fiera locura
-cubiertas bien de cera y con hilo selladas- Que oís a un mozo loco que no tiene mesura;
A Darío de Persia, fueron luego enviadas. Pronto caeréis todos en grande desventura,
Y, como os tiene en poco, por eso no se apura.
28. Entretanto Darío, como hombre apercibido
Mandó por toda Persia andar el apellido
Que aquel que no viniese después d un mes vencido
De sus bienes y cuerpo sería desposeído.”
39. Recibieron los griegos los mensajes de Darío 49. El rey Darío de dio cuantas quiso de gentes
Entró pronto entre ellos malestar muy contrario Setenta veces mil de nobles combatientes,
Díjoles Alejandro:”¿quién se vio en tal escarnio
Todos de gran coraje, todos hombres valientes
Como el que hace de todos aquel hijo de Arsanio?
Vencerían al mundo tan solo con sus dientes
40. Tomó luego él el talego y sacó de él los granos
50. Y aunque tantos eran y estaban tan armados,
Los metió en la boca y empezó a masticarlos:
“son muy dulces y blandos y de comer livianos, Los venció Alejandro, fueron desbaratados;
Sabed que son iguales que los pueblos persianos” Su caudillo fue muerto, los demás derrotados.
“Por Dios -dicen los persas- mal somos entrenados
41. Después tomó el talego, lo llenó de pimienta
Y escribió unas letras con tinta sangrienta.
Dijo: “aquel parlero que tanto nos pendencia, 51. Darío a pesar de todo, no quiso desmayar,
Me pesará que haga que sobre sí lo sienta. Y cuanto mejor pudo, ocultó su pesar.
Dijo: “ Fácil se suele la Fortuna cambiar,
42. “Quiero que sepáis de qué materia era, Y entre los hombres suelen tales cosas pasar”
A ti digo, Darío, de la lengua parlera;
Me has enviado mucho de menuda cibera 52. El buen rey Alejandro, el de la barba honrada
Nunca para comer vi cosa tan ligera. Cuando tuvo la lucha, de Memnón acabada,
Cercó una ciudad, Tiro era llamada,
43. Un grano de pimienta tiene más amargura Entróla por la fuerza, dejándola aplastada
Que todo el costal de aquella tu basura
Así hacen los griegos, gente muy fuerte y dura, 53. Allí se estrecha Asia, se convierte en un rincón,
Que más valemos uno que mil de tu natura.” dos mares la encierran, todos en derredor.
Enfrente está el paso, de cauce muy hondón
44. Pagó a los mensajeros, mandólos a su vía ¡ningún hombre podría tomarla sin pontón!
Prohibió que volviesen con más mensajería,
Porque aquel que volviese, tendría mal día, 54. Pero aquellas defensas no le valieron nada,
Ya nada había que hacer, con tal altanería. Pies fue por Alejandro vencida y bien tomada.
El padre del Rey Midas tuvo allí su posada,
45. Cuando entendió Darío que no servía maña, Por eso Casa Midas fue siempre llamada.
Mentiroso es quien dijese que no tuvo gran saña
Como Jerjes hiciera, requirió su compaña 55. Allí había en un templo un nudo enredado,
Y mandó que saliesen a la otra mañana. Midas, hacía tiempo que lo había trabado;
Estaba de tal modo revuelto y encantado,
46. A la orilla del Éufrates, ordenó descansar Que parecía Asia, ¡tanto estaba liado!
-un agua caudalosa, que parece mar-;
Allí pidió consejo de cómo habría de obrar (El Nudo Gordiano)
Si seguir adelante o habrían de esperar 56. Los cabos de aquel nudo eran tan enlazados
Que nadie nunca supo dónde estaban juntados;
47. Mas antes de moverse, les vino un recado; Sus hilos parecían de virtudes dotados,
Que Alejandro ya había a Memnón matado, Porque era un gran misterio hallar do eran atados
De los quecon él iban, ninguno había quedado.
Darío dijo: “ el juego en veras se ha tornado” 57. Vaticinado estaba –el escrito decía –
Que el soltase el nudo, emperador sería,
48. Memnón era de Media y un noble caballero, Los imperios de Asia todos los mandaría,
Darío no tenía otro mejor guerrero. Y nadie en el mundo, vencerle le podría.
Contra los griegos quiso combatir primero,
Y se jactó de dar treinta por un dinero.
58. Alejandro con ganas, de tal honra ganar
Intentó cuanto pudo el nudo soltar,
Pero, por más que hizo y se pudo esforzar,
No consiguió los cabos de los nudos hallar.

59. Quedáronse los griegos muy descorazonados,


De conquistar Asia muy desesperanzados,
Decían entre ellos: “Estamos engañados
Bien ahora lo vemos que estamos acabados”

60. El rey Alejandro, que era muy agudo,


Díjoles: “Ay barones, os sacaré del apuro”
Sacó entonces su espada y dio un golpe duro
Y exclamó:” Según creo, soltado ya es el nudo.

61. De otro modo no supe esta cosa lograr,


Como quiera que fuese debíalo soltar”
“Señor, - dijeron todos - ¡Dios te haga durar!
Pues nunca lo podríais mejor solucionar”

62. Cuando, con Dios la ayuda, esto fue terminado,


Madó el Rey levantar su real acampado.
Cercaron luego en Siria un castillo afamado
Que fue en poco tiempo asunto terminado

63. Envió con poderes a tropas escogidas


A tomar Capadocia, gentes muy aguerridas,
A los que su valor no les valió tres higas:
Fueron, a su pesar, muy pronto sometidas.

Libro de Alexandre. Mester de clerecía.


S. XIII
La campaña contra el rey persa Darío
(S.IV a. C)

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