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sBN 978-950-ó49-.rJ9 4

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Silvia Tomás

La función materna
El Otro como maitre
en las encmcijadas de la
subjetividad

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Tomás, Silvia

La función materna : El Otro como maitre en las encrucijadas de la


subjetividad

- 1" ed. - Buenos Aires : Letra Viva, 2O11


153 p. : 22 x 14 cm.
.
Índice
lsBN 978-950-649-339-4
1. Psicoanálisis. l. TÍtulo
cDD 150.'r95

Edición al cuidado de LnaNono S¿:,c¡roo

Prefacio, por HÉcronYeNrpr,pvrcH ....9


Introducción ....13
La presente obra es producto de la Tésis de Maestría en psicoanálisis
de Silvia Tomás llevada a cabo durante los años 2004 a 2008 en la Presentación ....15
Universidad Argentina John E Kennedy. Ha dirigido la tesis la
Magister Cristina Gartland.

CapÍrulo I. Acerca de la madre como función . .27


@ 2011, Letra Viva, Librería y Editorial
Av. CoronelDíaz 1837, (L425) C. A. de Buenos Aires, Argentina
E-MAIL: letraviva@imagoagenda. com / wns pacE : www. imagoagenda. com
CepÍruloll.Delpadre .....35
CepÍrulo III. El grito, Ia Demanda, el deseo . . .47
Imagen de tapa:
CaRavrrcclo, LaVirgen de los Palafreneros,
1606, óleo sobre lienzo, 292 x 2Ll cm, galería Borghese, Roma.
CepÍrulo IV. La apuesta materna . . . .68

CapÍrulo V. El espejo, el Otro, el sujeto . . .77


Primera edición: Agosto de 2011

Impreso en Argentina CepÍrulo VI. ¿Qué ocurrió en el autismo con el cuerpo


- Printed in Argentina
ye1Otro?.. .....82
Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723
CepÍrulo VII. Autismo o cuando el Otro materno
faltó a su cita. . .101
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra bajo cualquier
método, incluidos la reprografía, la fotocopia y el tratamiento digital, CapÍruloVIII. La madre como maítre. . . . . . o . . . . . . . 119
sin la previa y expresa autorización por escrito de los titulares del
copyright.
Conclusión. ....LZg
Mernnrelns clÍNtcos

SofÍa en el espejo del Otro . . . .131

Un lugar en el dese(ch)o materno,


por M. EucrNm ErcunvrRnv . . .137

Nilda, sin el soporte del Otro: la melancolización. .L43

A mis hijos Emi y Nacho.

Y a Horacio.
Prefacio

Es un gusto y un honor para nosotros prologar este libro


de Silvia Tomás "La función materna". También una marca
de agradecimiento.
En primer lugar, porque tuvimos la sorpresa de leer que
un concepto que nosotros avartzamos a principios de los años
noventa en Francia, cuando hablábamos de nuestros casos
de autismo en la institución de Maud Mannoni y volcába-
mos mucho más tarde en "Du Pére á Ia lettre", encuentra un
lugar privilegiado en este libro.
La función materna adquiere asÍ, como pasante del Nom-
bre del Padre, un lugar en la circulación de conceptos analí-
ticos definida como "apuesta" pascaliana, como creación en
acto del sujeto allí donde todavÍa no existe, mostrando que
la función paterna no puede escribirse sola, sin el pasaje por
un deseo de la madre que la hace efectiva de modo contin-
gente, si consiente no sólo a crear goce fálico en el bebe, sino
a perderlo a éste como obra que jamás ha sido enteramente
suya, aunque lattaza que se dejan uno a otra y viceversa en
lo real sea para siempre imborrable.
Silvia Tomás muestra su calidad de teórica de su propia
práctica al crear el concepto de "madre con'Lo ntattre" en don-
de estudia cómo la madre puede apropiarse del hijo o de Ia
hija como objetos suyos, objetando a su devenir sujeto, so-
La función materna I Srrwt To¡,tÁs Prefacio

metiéndolos a una ley que responde no sólo a una obtura- tantáneo e infinito del amor materno 1o que castra a la ma-
ción de su falta, sino a una apropiación fetichizada del niño dre del hijo como ser y al hijo de la madre como objeto o bien
como su falo personal. como Otro no barrable.
En este libro queda también diferenciada la función pater- Este libro va en contra del"disqueaurcoLtrant" del psicoa-
na del goce del padre, que puede o no estar "pére-vers-aman- nálisis y muestra y demuestra que es un libro de psicoaná-
te" orientado, esto es gozar de una mujer haciéndola madre, lisis como tal, que estudia la estructura desde el sesgo sin-
deteniendo allí su goce, sin avanzar sobre el cuerpo de uno o gular, y oh! cuán difÍcit en su aborde por eI lado de los niños.
de los hijos, para convertirlo en un objeto propio, como ocu- Quienes hacen necesario ser tanto analista de adultos como
rre en tantos casos, no teorizados realmente aún, en donde poseer el don, no dado a todos, de poder recibir la palabra de
el padre busca arrogarse eI lugar de otro, desplazando a la un niño tanto en su dimensión propia, de alguien para quien
madre de sus hijos. Silvia Tomás lo señala coherentemente, el Otro todavía existe, y al mismo tiempo como acto y tratar-
ya que allí el padre abandona y va en contra de su función. 1o en consecuencia como tal, como un sujeto que busca en la
Siendo su modelo princeps el padre de Schreber. transferencia alguien que no sólo no Io eduque sino que no
otro de los aportes del Iibro es su hincapié en la necesi- le pase por alto el que sus deseos comprometen desde el va-
dad de un vacío en la demanda que la madre formula al niño, mos al adulto que mora ya en é1.
que Ia demanda no exija estricto cumplimiento, sino que sea
Ia formulación de un deseo en cuyo vacío el niño encuentra HÉcron YANKELnvIcH
algo que se dirige a él como sujeto y no a su yo y su cuerpo
como objeto. Es en ese lugar del deseo más allá de la deman-
da, como lugar no obturado, que no sólo el niño encuentra su
lugar, indeflnible sino por é1 mismo, ya que Ie permite apo-
derarse de significantes del Otro como propios, sino que, al
mismo tiempo, encuentra que el deseo es deseo de deseo y Ia
Iey paterna como 1o que 1o articula y permite, ya que extrae
al goce del lugar materno, y dejándolo a éste como lugar de
amor, hace del primero objeto a conquistar en 1o real sin de-
jarle lugar alguno en Ia constelación que le dio nacimiento.
Asimismo el libro desarrolla la complejidad, contradic-
toria?, de Ia trama entre mujer y madre en eI cuadro de la
sexuación que Lacan construye en "Encore", marcando la di-
ferencia entre ambas posicion€s, y la dificultad de mantener
Ias dos vigentes al mismo tiempo, allí donde en una se pri-
vilegia el ser sobre el tener y en la otra el tener sobre el ser.
¿sería acaso la mujer - por un ser que se dispensa de todo te-
ner gracias a su goce suplementario - lo que permite el cor-
te con el goce materno, quedando a la vez por siempre como
madre y no mujer para los hijos? trn todo caso, de ser así, el
hijo queda despl azado como tapón de la falta y es la existen-
cia de un deseo como mujer, separado por un intervalo ins-

l1
10
Introducción

Los antecedentes de esta tesis,'Acerca de la función ma-


terna", son los recorridos teóricos y clínicos de la autora por
los desarrollos acerca del autismo y de la fobia.
La elección del tema está íntimamente ligada a Ia expe-
riencia clínica de la autora en el ámbito institucional y en el
ámbito de su clÍnica particular.
Del tratamiento con niños en instituciones de debilidad
mental, llamadas escuelas especiales, nos ha interesado ob-
servar particularmente la relación entre el niño afectado y
su madre, cada vez que para admitir aI niño en eI servicio o
a consecuencia del trabajo con é1 una vez ingresado, se han
mantenido entrevistas de orientación con los padres.
Aclaremos en primer lugar que a escuelas especiales con-
curren con frecuencia niños con patologÍas graves que son
diagnosticados como TGD1 diagnóstico que encubre muchas
veces casos de psicosis, autismo psicógeno, y fobias graves.
Tal fue el caso de Pamela, una niña que fue recibida en ga-
binete de escuela especial cuando contaba con 10 años.
Esta pequeña llegó a la escuela especial de mentales y se-
veros trastornos de personalidad con un diagnóstico psiquiá-
trico de fobia psicomotrí2.2

1. Trastorno general del desarrollo, tal como 1o enuncia el DSM IV.


2. Tomás, S., "Es-tragante", en Tomás S. et al., Clínicu psicoanalítica
con niños púberes y adolescezles, Buenos Aires, Letra Viva, 2006.

tÍ]
La función materna I Srrwe TouÁs

La niña caminaba tomada de las paredes o de la mano de


un adulto. Cuando iba por los pasillos de la institución te-
nía miedo de que los chicos corrieran y pudieran atropellar-
la; en esos casos, se tapaba Ia cara y se tiraba al suelo len-
tamente. Presentación
Lloraba, temblaba, se tambaleaba; su andar era extrema-
damente inseguro, por más que no se le hubiera encontrad.o
orgánicamente ninguna patologÍa.
No se trataba de una niña con debitidad mental. por el
contrario, asombraba a todos su lucidez y conexión una vez
que entraba al espacio reducido del aula, donde se sentÍa
más segura.
Hasta ese momento no habÍa sido escolarizada pues su
mamá, temiendo que la maltrataran, como hicieron con ella,
decidió dejarla en su casa, mientras sus hermanos más pe-
queños sí concurrieron a la escuela. La tesis trabaja la función materna desde el psicoanálisis.
A lo largo de las entrevistas con los padres se pudo leer a La investigación se afi.rma sobre autores como Sigmund Freud
la letra el temor de Pamela a ser "atropellada". Tal vez arra- y sobre todo se asienta en lo trabajado por Jacques Lacan. Tam-
sada, sobre todo, en el momento en eue, habiéndose incor- bién toma en cuenta a autores posteriores que realízaron, a
porado a la institución, su madre decidió, sin mediación del nuestro juicio, aportes importantísimos sobre dicho tema.
padre, retirarla del lugar debido a sus propias inconformi- Desde los reconocidos René Spitz y Donald Winnicott has-
dades con la misma a pesar de que la niña hubiera comen- ta autores de la actualidad que investigan exhaustivamente
zado a tejer lazos sociales y disfrutara de la actividad con su sobre 1o que hace a la función materna. Trabajan, en la ma-
grupo; además de incorporar el bagaje intelectual que las ta- yoría de los casos, con el sujeto en los tiempos de infancia.
reas escolares aportaban. La tesis presentará dos grandes cuerpos: el primero re-
¿Acaso fue este "despegue" de Pamela, del exclusivo seno ferido a Ia función materna y a las operatorias en que esa
materno, el que constituyó razón suficiente para no continuar función se asienta, posibilitando así que advenga Ia consti-
en la Escuela privando a Ia niña de la posibilidad de Ia "exo- tución del sujeto.
gamia" que aporta el trato con los semejantes? En el segundo tramo, abrevaremos sobre ciertas posicio-
Nos interesa precisamente el punto donde las "marcas" nes en la madre que no resultan normativas por no llegar
del otro primordial afectan, imprimen la subjetividad; sin a constituir las operatorias nodales que hacen a la función
olvidar eI grado de responsabilidad que le cabe al niño en la materna, ya sea en el caso del autismo psicógeno, posición
elección de su posición subjetiva; y tomando como nodal a la donde el sujeto no ha contado con ese Otro primordial o en
función paterna, aquella que posibilita la nominación, es de- el posicionamiento de la madre como maitre, posición de in-
cir, poder dirigirse a los otros diciendo "este es mi hijo", tanto trusividad del Otro que propicia en el sujeto Ia aparición de
al niño como a la madre y poder ser reconocido como tal. fenómenos en lugar de sÍntomas.
Nos interesa ahondar en Ia perspectiva de esta función to-
mando en cuenta las operatorias en las que ésta se basa, ya
que si se piensa en los tiempos Iógicos constitutivos del su-

l4 I l-r
La función materna I Sruvu TouAs Presentaci,ón

jeto, se verá como la efectuación de los mismos se ven inci- El grito significado desde el lugar del Otrc) como deman-
didos notablemente por el otro que encarne la función ma- da implicará ante todo presencia. Quien encarna la f'unción
terna, pues "la función de auxilio ajeno que devendrá com- materna posibilitará atender las necesidades, pero, a su vez,
plejo del semejante, deja sus marcas."l podrá regular la tensión de la alternancia del juego presen-
En este sentido, se plantea que aún antes del nacimiento cia-ausencia.
del infans habrá alguien que piense en éI, predique sobre el La primera experiencia de satisfacción está sostenida por
mismo, lo desee. Este deseo, anterior al nacimiento biológi- la presencia del otro quien reariza la acción especÍfica; en
co realiza un movimiento de caráeter anticipatorio,z propio el tiempo de apremio por la vida el otro aparece provisto de
de la función materna un privilegio, de un poder "bajo la forma radical del don de
Esa anticipación se traduce en términos concretos en la Io que no se tiene o sea Io que se llama amor".4
elección de un nombre para el hijo, el imaginarlo ya nacido, En este sentido, consideramos necesario trazat un reco-
en la preparación de su ropita; pero destaquemos que lo no- rrido por la función paterna eü€, como dijimos, en principio
da} es que la raíz de esta cuestión es desiderativa. es transmitida por el que encarne allí la función de otro pri-
Alguien piensa en él antes de su llegada y efectúa una mordial, auxiliador temprano en el desvalimiento.
apuesta a que advenga un sujeto. El capÍtulo sobre función paterna desarrolla la concepción
Función materna ANTrcrpAToRrA, que se conjuga con el sosTn- expuesta por Lacan acerca del padre como significante, que,
NIMIENTo, trabajado fuertemente bajo el término holding.B en la metáfora, sustituye al deseo de la madre dando paso a
sostenimiento que configurará en primera instancia un la significación fálica.
alojamiento para el sujeto, es decir, un lugar en el otro, a "Si la madre no está sometida a la instancia que priva el
modo de alguien que cuenta con hospedaje. Ese otro será goce incestuoso, el hijo se encontrará apresado como objeto
quien anaclÍticamente se ubicará respecto a éI brindando la goce de la madre sin poder acceder al referente simbólico de
apoyatura imprescindible para asirse no sólo a la vida bio- la significación fálica." 5
Iógica, sino, fundamentalmente, para acceder a Ia dimensión Se articulan con la metáfora los tres tiempos del Edipo y
humana del deseo. se llegará a considerar, en relación a lo paterno, la idea de
sostenimiento que entr ecruzará demanda y deseo, aun- péreoersión el.aborada sobre el final de la enseñanza deLa-
que también goce pudiendo éste limitarse por obra del amor can, en los tiempos del seminario RSI, donde queda expues-
que es planteado por Jacques Lacan, en los últimos años de to que el padre es quien puede hacer de esa mujer su objeto
su enseñarrza como lo que hace al goce abstenerse. a y gozar de ella en el sentido sexual.
De este modo se explicita en la tesis que sofrenar el goce Es decir, situar el reconocimiento de su mujer no sólo en
puede hacerse por vía del nombre del padre. En principio, su lugar de madre, que la ubicaría en tanto fáIica, sino tam-
lo veremos, es el padre que está en la madre, es decir la que bién como objeto de deseo, quedando de este modo la ver-
opere función materna pasará no solo 1o que tiene sino tam- tiente de satisfacción de ella a cargo del padre y no a cuen-
bién su falta. ta del hijo.
Veamos como Ia palabra elegida por Lacan resulta una
1. Imbriano,A. La odisea del siglo xxl efectos d,e la globalización.Bte- suerte de embutido que condens a: pére y versión. Nos ubica-
nos Aires, Letra Viva, 2007.
2. Elijo el término "anticipación" planteado por Alba Flesler en su libro 4. Lacan, J."La significación del falo", en Escrito.s 2. Buenos Aires, Si-
El niño en el andlisis y el lugar de
padres, ya que me par.ece por
los glo )O(I, 13" edición, 1998.
demás apropiado para pensar en la perspectiva del deseo materno. 5. Cruglak, C. Clínica de la identificación.Rosario, Homo Sapiens, ZO0O,
3. Winnicott,D. Realidad y juego. Barcelona, Gedisa, 1994. pág.67.

16 t7
La función materrua I SrLwe TouÁs Presentación

mos en lo que atañe a la versión del padre, pues hablar de rimos es la representación del vacío de la castración primor-
versión del padre implica para el sujeto el hecho de poder dial, es decir la falta del otro en lo real que a nivel de repre-
contar con otra versión además de la materna, es decir, con- sentación se presenta como una nada.
tar con otra interpretación de los hechos, de las cosas, que Nos interesa remarcar cómo el cuerpo se siente por peda-
permita al sujeto ubicarse en una especie de "entre dos", ha- zos hasta el momento en que se reúne en una imagen y es
bilitante del pensamiento que permite no quedar atrapado visto como un objeto otro.
en una sola versión lo cual resultaría fagocitante. Lo que se produce es un engaño autentificado por el asen-
Nos ocupamos también del padre como aquel que da nom- timiento del Otro. Una ilusión. Un engaño de completud y
bre a las cosas. No en eI sentido de una colección o un con- unicidad anticipada.
junto de atributos, sino que su esencia será nombrar el ser La investigación estudia un aporte realizado por una ana-
ausente, esencia de existencia. lista de la actualidadT quien conjetura que el que opere fun-
La tesis también toma como soporte un recurso fílmico ción materna hará las veces de espejo cóncavo porque re-
que es relatado solo en los tramos que nos interesan para la corta y ahueca el cuerpo, vasijándolo y brinda apoyatura de
investigación, donde se sitúa lo que puede acontecer cuando espejo plano, ratificador del engaño de unidad pero pasan-
esta función paterna está ausente y la desmesura del goce te de Ia falta.
no conoce borde. Es preciso destacar lo siguiente: el otro semejante por
En este sentido, el film Claroscuro de Scout Hicks deve- cumplir la función de auxiliador externo está ubicado en un
la la demanda elefantiásica de un padre que está ubicado lugar primordial que nombramos Otro materno.
en posición "maternante", si se nos permite la licencia, como ¿Qué ocurrió con este Otro materno en casos de autismo psi-
meramente educador, instructor o mattre, por lo que la fun- cógeno? Esta pregunta se formula en dos capÍtulos de la tesis.
ción paterna no opera. Encontramos que no aconteció función materna allÍ, en
Así mismo,la tesis recorre los tiempos fundantes en torno tanto no fue realizada Ia "apuesta por el sujeto".S Esto se tra-
al estadio del espejo, momento jubiloso en el que el infans se duce en que, por ejemplo, las madres refleren a su embara-
asume como totalidad en Ia imagen especular. zo ert términos de modificación de su cuerpo o de molestias,
Allí el niño se vuelve hacia eI adulto buscando el asenti- pero rara vez con alusión al niño en tanto tal.
miento del Otro que le ratifique el valor de su imagen, lo que En este sentido hablar a sus bebés recién nacidos les re-
es un indicio del vínculo inaugural de la relación imagina- sulta un hecho insólito, incongruente,, un hecho sin senti-
ria, que comienza con un investimiento libidinal de 1a ima- do, no pudiendo "imagittarizar" que el niño que tiene consi-
gen y donde pasa además la falta. go es un hablante ser.
"¿Qué ve el niño cuando mira el rostro de Ia madre?" se Jacques Lacan en el Seminario XIV dice que "es del ima-
pregunta Winnicott, "yo sugiero, dice, que por lo general se ginario de la madre que depende la estructura subjetiva del
ve a sí mismo."6 niño." 10
Si el rostro de Ia madre no responde es una de las formas 7. Amigo, S. Clínica de los fracasos del fantasrno. Rosario, Homo Sa-
en que Ia falta no se pone en juego. No pasa nada, habrá va- piens, 2" edición, 2005.
cío de representación. 8. Lacan, J. Seminario XVI. De un otro al oúro. Buenos Aires, Paidós,
En el ámbito de la imagen en eI lugar de la nada, se pre- 1998.
scnt¿rrá vacÍo de representación. Esa nada u la que nos refe- 9. Cfr. Yankelevich, H. Lógica del goce. Rosario, Homo Sapiens, 2002.
1 0 . Lacan , J . Semiruario X[V. La lógica dnl
fantasma . Ínédíto. Versión para
circulación interna de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, traduc-
(;. Wirrnir:ol.t , D. Op. Ciú supra, nota 5. Pág. 148 ción de Carlos Ruiz Q00D.

Iri l9
La función materna I Srwu To»rÁs Presentación

Nos interesa subrayar la importancia de esta frase dicha rio IV12 y retomada en el XVII'3 con la metáfora de la boca
en una clase,la primera del seminario, clase sustancial, don- de cocodrilo revisamos las fórmulas de la sexuación a la luz
de está hablando del sujeto y del objeto que lo constituye y del seminario xx14 pues consideramos que la posición mater-
refiere allÍ mismo que es del imaginario de la madre que va na es una posición fáLica, desde allí la madre demanda y de-
a depender la estructura subjetiva. Se trata aquí, nos aclara sea al hijo pero además será nodal para este hijo que sea no
el maestro, de una relación que se articula en términos lógi- toda madre, no toda fálica, sino que tenga acceso a otro goce
cos, es decir que provienen de la relación significante. y que este goce sea descargado más allá del hijo.
Entendemos que lo propio de la función materna será po- De lo contrario si el goce de la madre no cuenta con la en-
der dirigirse al sujeto, más allá de su ser biológico permitien- voltura formal del amor podría ser estragante. Es paradig-
do que se funde Otro y que advenga cuerpo, en el sentido de mático de la fobia donde nos encontramos un deseo mater-
lo incorpóreo, del que parte en inicio de la primera identifi- no que no ha contado con el velo necesario de Ia ternutd y,
cación, incorporación de vacío, a partir de que la palabra cor- a partir de dicha dificultad, se complica el trenzado del teji-
ta y al cortar separa la carne del cuerpo. do fantasmático del sujeto y con é1, eI acceso al deseo y a la
Intentaremos fundamentar a lo largo de esta tesis dicha realidad.ls
afirmación ya que consideramos que creando el lugar del
Otro, la madre otorga al niño condiciones para que su cuer-
po se vuelva lugar del Otro. Ubicación del problema
Una referencia a un caso de autismo nos mostrará como
no se cuenta allí con cuerpo por la ausencia de incorporal y Intentamos delimitar en qué consiste la funcióru materna.
en cambio, nos encontramos ante la presencia de la carne
que no fue tocada por la palabra. ¿se trata a caso del mero pasaje de órdenes y consignas;
Consideramos eue , en dichos casos,la madre no se ha pre- de Ia alimentación y el cuidado de la salud; de la transmi-
sentado tórica, impidiendo que el sujeto aspire el vacÍo que sión de usos y costumbres?
dará cuerpo. Pensamos que, además de Io mencionado,la función mater-
Nos hemos apoyado en la figura del toro planteada por na llegará a ser normativa cuando se "espere" al niño, apos-
Lacan a partir del Seminario IX, "La identificación"lr y reto- tando a él como sujeto, en un acto anticipador. que conlleva
mada más tarde en sus últimos seminarios para represen- algo del orden de una "invención" en el sentido de posibili-
tar Ia dialéctica de Ia demanda y el deseo entre el sujeto y el tar la entrada del infans al mundo de la palabra, "creando"
Otro, donde el circuito de cada demanda implica para cada una suerte de enlace entre soma y lenguaje.
una de ellas la vuelta al agujero central que conlleva el ob-
jeto del deseo integrado a Ia demanda. De esto se desprende l2.Lacan, J. Seminario IV. La relación de objeto. Buenos Aircs, paidós,
que de todas las demandas, ninguna presenta una intersec- 1998.
13. Lacan , J. Seminario XVIL EI reuerso del psicoanalisis. Buenos Aires,
ción con respecto a otra aún cuando tengan el mismo objeto Paidós, 1996.
incluido en su perÍmetro. 14. Lacan, J. Seminario XX. Aún. Buenos Aires, paidós, 1920.
Por último, en el desarrollo de tesis nos referimos a la ma- 15. cfr. Lacan, J. seminario xIV La lógica de fantasma donde dice: ,,de-
dre como mattre, aquella planteada a la altura del Semina- seo y realidad no tienen costura".
16. Por un lado el término "anticipación" tiene entre sus acepciones po-
1 l. L¿rcan,J. Seminario IX. La identificación.Inódito. Versión para circu- sibles el hecho de añadir o inventar respecto a alguna materia, acep-
lación interna de la Escuela Freudiana de Iluenos Aires, sin fechar. ción que brinda la Enciclopedia salvat; por otro, lo tomamos de Alba
'l'raducción de Mario Pujó y Ricardo Scavino. Flesler en su libro E/ niño en el and.lisis y el lugar d,e ros pad,res.

20 27
La función tnaterna I Sruwa TouÁs Presentación

Planteamos lo siguiente: si el niño adviene sujeto será de- ¡ Estadio del espejo
bido a que alguien 1o deseó, "apeteciéndolo"l? pero sin "en- . Autismo o cuando Ia función materna no operó
gullirlo". o La mujer, la madre. La madre como mattre
Destaquemos que en el infans nos encontramos aún con
un "sujeto en potencia", uo sujeto a advenir, siendo aquel que
opere función materna, quien pensará en é1, lo nombrará an- Hipótesis que guían el trabajo
tes de que nazca y se dirigirá a él antes de que éste pueda
entenderlo. 1. La función materna implica un entramado que con-
A partir del encuentro en primera instancia con este Otro lleva anticipación y sostenimiento que no puede nom-
primordial podrán llevarse a cabo las operaciones lógicas de brarse empÍricamente.
Ia constitución subjetiva, teniendo en cuenta por sobre todo 2. La función materna es pasante del nombre del pa-
que el sujeto no nace, no adviene en soledad. dre en la medida en que instaura la alteridad del "no
Creemos sustancial pensar a "lo materno" en términos de es eso", se trata de un contenido retórico, un mensaje
función ya que consideramos que no se trata de una cuestión metafórico-metonímico, es ante todo un hecho de pa-
empÍrica, sino que están en juego, como ya lo mencionamos, labra.
operatorias fundantes entre el sujeto, el objeto y el Otro, que 3. Es en la hiancia, falta, hendidura, el hiato donde la
en un principio estará encarnado por quien desee y "antici- madre, además de transmitir sus significantes, dona
pe sujeto" a ese infans. su falta, sin pretender que el niño "encaje" en ella per-
fectamente como una pieza de romp ecabezas. A partir
de allí el sujeto puede alojarse.
Presentación de objetivos e hipótesis 4. La función materna no operó en el autismo psicógeno,
quedando el infans sin cuerpo y sin Otro.
Planteamos que eI sujeto no adviene en soledad, sino que
su parto, "eI parto simbólico", se produce en relación a Otros
que se constituyen en primordiales, por tanto, abordaremos MetodologÍa y ubicación disciplinar
la función materna como primordial en el nacimiento del su-
jeto; función eue, de ser normativa, Ilevará consigo la mar- La lógica de argumentación se basa en el análisis de tex-
ca del nombre del padre. tos psicoanalÍticos tomando como base el pensamiento de
Revisaremos conceptos teóricos que apuntan a la forma- Jacques Lacan a 1o largo de su obra, también st-. toman con-
Iización de los tiempos lógicos en la constitución del sujeto ceptos de Sigmund Freud.
para focalizar el punto donde opera la función materna, para Acudimos a autores, algunos psicoanalistas cle l¿r actualidad,
ello tomaremos en consideración los siguientes: que han abordado la temática de función materna por trabajar
con el sujeto en tiempos de infancia o patolog:as g'raves.
. El sujeto y el Otro A su vez, presentamos breves recortes clínicos tendien-
. EI circuito de la demanda y el deseo tes a echar luz sobre las teorizaciones articulándolas con la
o Alienación y separación práctica clínica.
Así como también acudimos a material fílmico, pues consi-
17. At "apetito materno" refiere Silvia Amigo en su libro, previamente cr- deramos que el psicoanálisis aprende de las obras de arte.
tado, Clínica de los fracasos del fantasma.

22 o?
Lt)
La furución materna I Srr,vrt TouÁs

Reseña de autores y temas

La tesis se asienta sobre Ia base teórica vertida por


Jacques Lacan a lo largo de su obra.
Se enriquece así mismo con nociones fundamentales apor-
tadas por el padre del psicoanáIisis: Sigmund Freud.
Trabaja teorízaciones de Donald Winnicott y René Spitz,
así como también aborda conceptos planteados por analis-
tas que en la actualidad realizan su práctica y teorizaciones
en Argentina y en Francia como Silvia Amigo, Alba Flesler,
Amelia Imbriano, Eric Laurent, Collette Soler, Héctor Yanke-
levich, entre otros. PnrupRA PARTE
Para referir a la temática central "la función materna",
consideramos necesario incursionar en conceptos tales como:
el deseo y la demanda, el sujeto y eI Otro, Ia función pater- La función materna y las operatorias
na, las operaciones de alienación y separación; el estadio del que constituyen dicha función
espejo; el cuerpo y el espacio en el autismo.
Se abordan, así mismo, nociones sobre lingüística y topo-
logía a modo de propedéutica pues consideramos estas refe-
rencias de gran ayuda para la formalización de Ia tesis.

24
CapÍrur,o I

Acerca de la madre
como función

Introducción
El interés de este trabajo de tesis está dirigido a inves-
tigar sobre la función materna. El mismo surge a partir de
la clínica en general y, puntualmente, del trabajo con niños,
puesto que éste nos confronta claramente con la problemá-
tica del deseo del Otro.
El hecho de atender niños hace que trabajemos también
con los padres;no puede d.esconocerse esta dimensión de tra-
bajo ya que los niños guardan una relación de dependencia
real. Son los padres quienes llegan primero a la consulta, ya
sea porque notan algún malestar, sufrimiento o sÍntoma en
el hijo y ese padecimiento les hace preguntarse; ya sea por
sugerencia o pedido de terceros como pueden ser las institu-
ciones escolares, los médicos u otros profesionales que tra-
bajan con sus hijos. En estos últimos son otros los que se ha-
cen eco de lo ruidoso del niño.
También, pueden venir porque algo del equilibrio familiar
se vio afectado a causa de la conducta del hijo y les interesa
puntualmente reestablecer esa homeostasis.
En todos los casos, el niño llega a consulta por las reso-
nancias que ha despertado en un adulto.
¿Qué signiflcaciones escuchamos en los padres de los ni-
ños que atendemos, cuál es el lugar que ocupa ese hijo en eI

27
La función materna I Srr,we TouÁs Capítulo I I Acerca de la madre como función

deseo materno? son algunas de las cifras con que nos encon- Desde el psicoanálisis se ha utilizado el término función,
tramos cuando recibimos a los padres. para referirse a la función paterna, la cual ha sido reconoci-
De todos los vastísimos interrogantes que allí surgen, plan- da y trabajada por Jacques Lacan desde la metáfora pater-
teamos abordar lo que concierne a la función materna. na: el Nombre del padre es tal si sustituye al deseo de la ma-
¿Es pertinente nombrar a Ia acción de la madre sobre el dre, impidiendo que el goce materno recaiga sobre el hijo. La
infans "función"? función del padre en el Edipo se torna posibilitadora de las
Si es asÍ, ¿qué implica la función materna? ¿Cuándo una identifi.caciones viriles, la que otorga al decir de Lacan, "los
mujer la ejerce? tÍtulos en el bolsillo" para ser usados convenientemente, asÍ
como también en la niña Ia reenvÍa a la búsqueda de lo que
no obtuvo de su padre.
La función materna como pasadora del Nombre del En la metáfora paterna, que desarrollaremos en el capÍ-
padre tulo referido al padre, veremos cómo se produce una susti-
tución del deseo materno por el Nombre del padre en tanto
signifi cante primordial.
Comencemos nuestro recorrido por adentrarnos en lo que
Esta sustitución de uno por otro implicará que se dará Ia
el término "función" implica desde las matemáticas:
función paterna y con ella la significación del falo si y sólo si
las funciones matemáticas, en términos simples, corres-
el Nombre del padre se hace preferir al Deseo de la madre.
ponden aI proceso lógico común que se expresa como "de-
Veremos cómo, en el interjuego entre estas dos variables,
pende de".
se hará necesario que el NP coloque bajo barra al DM.
Éste se aplica a todo lo que tiene relación con un resulta-
Sólo de este modo, operando esta función habrá posición
do o efecto, sea éste medible o no, en forma cuantitativa.
deseante.
Las funciones matemáticas pueden referirse a cuestiones
En relación a la madre, encontramos elaborado el Deseo
cotidianas, tales como el valor del consumo mensual de agua
Materno como cuestión nodal a la que Lacan refiere en el Se-
potable depende del número de metros cúbicos consumidos
minario IV' y retoma fuertemente en el Seminario XVII 3,
en el mes, el valor de un departamento depende de los me-
nombrando allí al DM como aquel deseo eu€, de no estar so-
tros cuadrados, la sombra proyectada en un edificio depen-
frenado por el "palo" que se ubica en la boca de cocodrilo, se-
de de la hora del dÍa, el costo de una llamada telefónica de-
ría bestial, por 1o insaciable.
pende de su duración, etc.
Con esto, marca Lacan que existe un "apetito" en el deseo
materno que debe ser regulado por el falo para que no resulte
Desde la filosofia, el diccionario de Ferrater Mora nos ofre-
estragante. Esta temática ha sido desarrollada en los capítu-
ce,entre otras,la siguiente acepción: se trata de una relación
los de esta tesis 'Apuesta materna" y "Madre como mo,ttre".
entre variables tal eu€, dadas por ejemplo dos variables, para
Fue de gran interés la lectura del trabajo realizado por Eric
cada valor asignado a una de ellas se determinan uno o más
Laurenta quien retoma a Lacan remarcando que, en función
valores para la otra.l La variable a la cual se asignan arbi-
trariamente valores es llamada independiente, mientras que
la variable determinada por la relación y por el valor de la 2. Lacan, J. Seminario IV. La relación de objeto. Buenos Aires, Pai-
dós,1998.
variable independiente es llamada variable dependiente.
3. Lacan, J. Seminario XVII. El reués del psicoanó,lisis. Buenos Aires,
Paidós, 1996.
l. Ifcrrater Mora,J. Diccionario de filosofía. Buenos Aires, Ariel filoso- 4. Laurent, E. Hay un. fin de andlisis para /os niños. Buenos Aires, Edi-
fi¿r,2004. torial Diva,2003.

28
La función materna I Strvu To¡rtts Capítulo I I Acerca de la madre como función

del deseo materno y la posición que ocupe el niño en relación A lo largo de años de trabajo con niños hemos encontrado
al deseo de la madre se darán tres respuestas posibles: la psi- ocasiones donde el hijo está ubicado como objeto de goce para
cosis, la perversión y la neurosis; según el niño sea ubicado el otro, donde no escuchamos la dimensión de deseo emerger
como objeto de goce del fantasma materno, como el falo que le en el discurso materno que operarÍa como causa, ni tampoco
falta a la madre, como síntoma de la pareja parental. Ia dimensión del amor que hace al goce abstenerse.
Si el deseo de la madre es una temática que ha sido abor-
dada por estos autores con la particularidad de que ese "ape-
tito materno", que puede ser estragante de no contar con la ¿Qué es lo que caracteriza a la función materna?
intervención del falo, declaramos que este deseo es, así mis- ¿Por qué habría de ser llamada función?
mo, necesario e indispensable para Ia entrada del sujeto en
el lenguaje primero y luego en el discurso (se amplía la dis- Es fundamental destacar que el oficio o la función ma-
tinción en el capítulo "La apuesta materna" de esta tesis). Es terna no consiste en el mero pasaje de órdenes y de consig-
a este deseo que queremos referirnos intentando ampliar la nas a un niño que nace. Eso podría hacerlo también un ro-
perspectiva materna. bot, sin que esta función materna, eue va más allá de la ne-
En el último tramo de su enseñanza,S Lacan nos indica cesidad, estuviera dada.
que para la mujer los hijos ocupan el lugar de objeto a, asÍ Quisiéramos resaltar que la "función materna" tendrá que
como para los hombres ella misma está en eI lugar de ese ver con un más allá de la necesidad y con un más allá de la
objeto causa. demanda, es decir, con la posibilidad de ofi.ciar la madre como
PASADoRA de deseo para sus hijos.
Aquella eue , habiéndolos apetecido en un primer momen-
Entrelazamiento de amor, goce y deseo to, haya renunciado a tragárselos dejando de lado la tenta-
ción de cerrar la boca de cocodrilo.
Si pensamos en el nudo borromeo elaborado por Lacan al Sin embargo, el apetito inicial es, como ya lo enunciamos,
final de su enseñanza, este nudo conjuga lo ReaI, Simbólico, un artÍculo de "primera necesidad", del cual no es posible
Imaginario; es decir, los tres registros con que nombra la es- prescindir para ingresar en el discurso.
tructura. En el centro de ambos, agujereándolos, encontra- Héctor Yankelevich, autor que ha trabajado detallada-
mos o este objeto. mente la cuestión del autismo, propone que se considere la
A su vez, estas cuerdas R, S, I comportan el goce, el amor función materna como aquella que instaura la alteridad del
y el deseo anudados, anticipando la posibilidad de que en la "no es eso". "Alteridad que transmite su voz debido al des-
función materna amor, goce y deseo se enlacen, es decir se prendimiento del objeto, dependiente de Ia puesta en juego
pongan lÍmites unos a otros. del falo como nombre, ya antes del Edipo".6
¿Qué ocurriría si el amor no pusiera un tope al goce pul- Ahora bien, para una madre, reconocer la afirmación del
sional de la madre? Nombre del padre no asegura por sÍ sola el modo por el cual
La frase tan frecuentemente escuchada: "¡qué lindo, me la estructura se produce.
lo comería!" denota que el goce desanudado podría desper- Es decir, por más ubicada que esté la madre en el discur-
tar apetitos feroces. so, eso no es garantía per se de que pueda operar su función
como pasadora de deseo.
Lircirn, Seminario XXU. B, S, 1. Inédito. Para circtllación ilrterna
,1.
<lc l¿r llscucla F'reudiana de Buenos Aires, traducción clc ll,icardo llo-
rlr'ígrrcz. Illntc, Rucnos aires 2002. 6. Yankeleüch, H. Lógica del goce. Rosario, Homo Sapiens, 2002,pág. LO.

:t0 31
La función materna I Srr-vrt TouÁs Capítulo I I Acerca de la madre como función

Yankelevich indica que en el hecho de que el falo pueda El niño autista parece entender muy bien esta cues-
no ser un Nombre del padre yace un goce que merece un es- tión, pues vemos que en su relación con la madre No RECLA-
tudio profundo. MA NADA.
Lo que se observa en los casos de autismo psicógeno, por
ejemplo, es que el niño es recibido como un objeto meramen-
te y la madre no puede hacerse a Ia idea de que el que lleva Conclusión
en su vientre, aunque todavÍa no lo sea, devendrá sujeto.
Es decir, no hubo apuesta. La apuesta materna. Para concluir reformularemos las preguntas con que ini-
Entonces, hablarle a alguien que todavÍa "no entiende" le ciamos este capítulo y que trataré de retomar a lo largo de
parece a la madre un sinsentido por tanto se dirige al peque- esta tesis:
ño solo para enunciarle consignas o nombrarlo, pero de nin-
guna manera de forma nominante. ¿Es pertinente hablar de función materna?
En otras palabras, reproduce su nombre sin apelar a la ¿En qué consiste la misma?
subjetividad del niño. ¿Cuándo una mujer puede verse impedida de ser "pasa-
Para que el grito inaugural del bebé devenga llamada, dora" de deseo para sus hijos?
será necesario contar con Otro que imagrne a un sujeto, que
todavía no es, pero al que apuesta. Ensayamos algunas respuestas que serán desplegadas
Así, cuando la demanda del Otro opera,la pulsión escópi- Iuego:
ca e invocante se presentan en ese primer momento inaugu- habrá tal función materna cuando el, AposrAR AL suJETo sE
ral, intrincándose, ya que será desde un semejante que "se t p oÉ EXISTENCIA.
da a ver" que se esperará la emisión de voz. Así, la función materna eAsANTE npl NonnBRE DEL rADRE po-
"IJn alumbramiento", dice Gerard Pommier, "dura sólo al- sibilitará crear el lugar del Otro- que es una condición ne-
gunas horas y precede a otro parto, que será mucho más pro- cesaria para dar cuenta del nacimiento de la pulsión - así
longado, el de la subjetividad. Este último parecería ser que como también creer en el Otro, al menos por un tiempo, efec-
se confia al cuidado del amor materno." T tuando la operación de alineación.
Para transformar el grito en llamado y comenzar así Ia
"Lo propio de la función materna será entonces la creación transformación de lo real descarnado en subjetivación, será
de la alteridad respecto a lo que se dice cuando la madre,
necesario Otro, al que llamaremos Otro materno que le mues-
ocupando el lugar del Otro, pueda separarse del objeto.
tre al infans la punta por donde atrapar ese aullido, modu-
Tanto del niño para entregárselo al padre, como del pecho
para entregárselo al niño como asÍ también pueda distinguir lándolo.
en los movimientos del bebe un mensaje lingüístico."8

Cuando la madre no consigue "crear" ese espacio Otro,


se siente succionada por las demandas del niño, percibien-
do que en cada demanda pierde una parte de sí, de su pro-
pio cuerpo y no del objeto.

7. l)ommier, G. ¿Qué es lo real? Buenos Aires, Nueva visión, 2005, pág. 35.
¡t Y¡rnkclevich, H. Op.cit. supra, nota 25. pág. 52.

:t2 33
CepÍrulo II

Del padre

Introducción
La función paterna es un concepto nodal del psicoanáli-
sis. Trabajado a lo largo de toda la obra Freudiana, sus his-
toriales dan cuenta de la importancia del padre para la es-
tructuración del psiquismo. Pensemos en lo trabajado por el
maestro en relación al pequeño Hans,ldonde la operatoria
paterna se ve tambaleante pues, a pesar de que nos encon-
tramos con un padre amoroso, su interdicción no alcanza a
refrenar el goce materno sobre el hijo.
En el caso Dora,2 donde la paciente menciona sentirse
objeto de intercambio de los goces paternos y donde vemos
cómo en Ia histeria el amor al padre es fundamental, ya que
la búsqueda al camino de su feminidad partirá de la creen-
cia de que puede acceder a ella a través del padre a quien le
supone saber respecto de Ia feminidad.
En el Historial del hombre de las ratas,s cuyo padre apa-
rece ubicado en el complejo como un "sub-ofi.cial" en el ejer-

1. Freud, S.'Análisis de un caso de fobia de un niño de cinco años" en


Obras Completag Tomo X. Buenos Aires, Amorrortu, 1992.
2. Freud., S. "Fragmento de análisis de un caso de histeria" en Obras
Completag Tomo VII. Buenos Aires, Amorrortu, 1980.
3. Freud, S. "A propósito de un caso de neurosis obsesiva" enObras Com-
pletas, Tomo X. Buenos Aires, Amorrortu, 1992.

35
La furución materna I Srlwe TouÁs Capítulo II I Del padre

cicio de su función y por esta razón dedica poco menos que real como agente de la castración,y realizando la distinción
su vida a pagar la deuda paterna. En el caso Schreber,a don- entre el padre muerto y la versión del padre imaginario.
de justamente la función del padre ha faltado a su interven- Denomina uorÁ¡'oRA pATERNA a aquella producida por el sig-
ción, deviniendo, a partir de esa ausencia de Ia operatoria nificante del Nombre del Padre. En dicho Seminario de "las
paterna, una psicosis. formaciones del Inconciente" Lacan dice que el Nombre del
Para Lacan, quien sigue la huella Freudiana, Ia función Padre es un significante. Con esto intenta precisar que en la
paterna será también sustancial por la operatoria inheren- castración se trata del padre como función y no como perso-
te a Ia interdicción del goce materno y, consecuentemente, el na. Por lo tanto nombrar al padre como un signifi.cante otor-
acceso al deseo. Este autor pasará de hablar del Nombre del ga a la función paterna un lugar en Ia estructura.
padre en la estructura nombrando al principio de su obra aI
padre como significante, a mencionar, en el fi,nal de su ense- Hablar del padre en la familia no es lo mismo que hablar
fantza,la "pluralización de los nombres el padre" devenidos del padre en el complejo, nos explica en la clase IX de dicha
en un momento inhibición, síntoma y angustia. Deja anota- obra. El significante del Nombre del padre es el significante
do firmemente que sE poonÁ rn uÁs ellÁ DEL rADRE sol,o A coN- de Ia ley, se une asÍ al mito trabajado por Freud en "Tótem y
orcróN DE SERVTRSE DE ÉL.5 tabú".' se trata de un mito presocial con el cual Freud pre-
Indagaremos en este capítulo denominado "Del padre" lo tende dar cuenta del origen mismo de la ley.
inherente a la función paterna, pues consideramos que la ha- En dicho texto nos encontramos con un extenso desarro-
bilitación de la madre en eI ejercicio de la operatoria pater- llo del cual tomaremos 1o esbozado en el punto cinco, cuan-
na será sustancial. Esto se debe a que desde el inicio es ella do, luego de presentar la teoría de william Rooberston smi-
misma quien opera la función paterna desde eI padre que la th8 acerca del banquete totémico, Freud nos dice "El clan en
habita y luego será necesario que permita ser privada por ocasiones solemnes mata cruelmente y devora crudo a su ani-
el padre edípico para desprenderse del objeto: tanto del pe- mal totémico, su sangre, su carne y sus huesos. Los miembros
cho para dárselo al niño, como del niño, para realízar el pa- del linaje se han disfrazado asemejándose al tótem, imitan
saje al padre. sus gritos y movimientos como si quisieran destacar la iden-
tidad entre él y ellos."e Consumada la muerte, el animal es
llorado y lamentado siendo el lamento totémico compulsivo
La función paterna debido al miedo por una amenazadora represalia.
A este duelo sigue un jubilo festivo que Freud emparienta
Tres tiempos lógicos en relación al Edipo son escandidos con la fiesta indicando que desde el psicoanálisis se ha reve-
en torno a la metáfora paterna en el seminario V de Lacan,6 lado que el animal totémico era el sustituto del padre, lo cual
quien a lo largo de toda su enseñartza pone el acento en el explica que se 1o lloraráy alavez se festejará su muerte, di-
Nombre del Padre, la metáfora paterna, señalando al padre cha actitud ambivalente es la que se observa en los niños en
lo referente al complejo paterno quienes quisieran ser como
4. Freud, S. "Sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamcnte", é1, lo aman aravez que lo odian y quisieran sustituirlo.
en Obras Completas, Tomo XII. Buenos Aires, Amorrortu, 1990.
l-r L&cán, J. Seminario WIL.B, S, /. Inédito. Para circulación interna 7. Freud, S. "Tótem yTabú", enObras Completa.l Tomo XIV. Buenos Ai-
dc la l,]scuela Freudiana de Buenos Aires, traducción dc Ilicardo Ro- res,Amorrortu, 1993.
<lr'ígucz I)onte, Buenos Aires 2002. 8. William Robertson Smith: fisco, filólogo, crítico de la Biblia e investi-
{i l,irr:iul, ,1. SeminarioV. Las formaciones del inconciente. Buenos Ai- gador de la antigüedad.
rr.s, I):ridris, 1999. 9. Freud, S. Op. Clú. supra, nota 34, pág. L42.

:t (;
37
La funcióru materna I Srrwa ToPtÁs Capítulo II I Del padre

En la horda Drawiniana el padre, considerado el proto- ción del padre en el complejo de Edipo es la de ser un signi-
padre de la horda primitiva, aquel omnipotente, gozador de ficante que sustituye al primer significante introducido en
todas las mujeres sin restricciones, violento y celoso expul- Ia simbolización, eI significante materno".11
sa a los varones cuando crecen. Desplazar, sustituir el deseo de Ia madre por el significan-
Ante esto, "los varones expulsados se aliaron, mataron y te del nombre del padre posibilitará introducir al sujeto en
devoraron al padre y así pusieron fin a la horda paterna."lo la neurosis o la perversión, ya que sabemos que el Nombre
Los hijos envidiaban a este padre y a la vez le temÍan cuan- del padre es el significante forcluido en la psicosis, estructu-
do, Iuego de muerto, pasa a ser devorado. cada uno, aI inge- ra que carece de carretera principal.l2 Sólo sustituyendo un
rir algo del padre, consumaba una identificación, apropián- significante por otro, produciendo met áfora, será posible ha-
dose de una parte de su fierza. Se trasforma así eI banque- blar de ley y deseo.
te totémico en la primera fiesta de la humanidad que da co-
mienzo a las organizaciones sociales, éticas y religiosas. Nombre-del-Padre f)eseo de la Madre
Madre
r Nombre-del-r,adre (T*.
El padre, una vez muerto, se vuelve más fuerte de 1o que
Deseo de la x )
fuera en vida; por lo tanto, por obediencia de efecto retar-
dado los hombres se prohÍben de disfrutar los frutos del tó- Aquí vemos como el deseo de la madre es enigmatizado
tem y renuncian al goce de todas las mujeres creando por cuando el significante del Nombre del padre se ha hace pre-
la conciencia de culpa dos tabúes con los cuales dio comien- ferir al deseo materno. Entonces la acción de efecto retarda-
zola eticidad de los hombres: parricidio, del cual pasará al- do aprés coupe (después del golpe) permitirá que el deseo ma-
gún tiempo para que deje de estar referido a Ios miembros terno aparezca separado bajo la barra de la represión.
del linaje y se transforme en un texto sencillo: No matarás
e incesto.
La conducta del niño nos muestra que se emparienta más Tiempos del Edipo
espontáneamente con el animal que con el adulto que es más
enigmático para él; pero, luego de este acercamiento, no es A Ia luz del nombre del padre es que Lacan articulará los
raro que sobrevenga repentinamente un miedo, una pertur- tres tiempos del Edipo aclarando que si bien se trata de tiem-
bación hacia una especie de animales, tal vez a los que más pos lógicos que constituyen estructura también se llevan a
Se acercaba, y comience a cuidarse de tocar o mirarlo, esta- cabo diacrónicamente.
bleciendo el cuadro clínico de las llamadas zoofobias.
Decir que el Nombre del padre es un significante funda-
menta el hecho de que el Edipo no sea una anécdota de amor Primer tiempo
y odio, sino una estructura QUe, como tal, espera al sujeto.
Por lo tanto, es una estructura legal, pues introduce al or- La instancia paterna opera a través de la madre y su de-
den simbólico una legalidad que distribuye lugares y queha- seo. Si la cuestión del falo ya está planteada en la madre, el
ceres pero, que también prohÍbe, realiza interdicciones: pro- niño se identificará con el objeto de deseo de ella. Se trata
hibición de parricidio e incesto. de la etapa fálica primitiva donde la metáfora actúa en sí al
En la medida en que introduce un borde entre la madre
.y cl niño, la metáfora paterna instaura
l"y y deseo. "La fun-
11. Lacan, J. Seminario V. Las formaciones del inconciente. Buenos Ai-
res, Paidós, 1998, pág. 179.
t0. ll)i(1. l'rig. l4íi. 12.Lacan, J. Seminario IIL Las psicosis. Buenos Aires, Paidós, 1985.

:ln
La función materna I Srwu TouÁs Capítulo II I Del padre

estar ya instaurada en el mundo la primacía del falo por la Recalquemos con Lacan que el padre estará en posición
existencia del símbolo, del discurso y la ley. metafórica sólo si Ia madre sanciona la existencia del lugar
Lacanls nos dice que para gustarle a la madre, el niño se como ley.
ubicará momentáneamente siendo el falo.

La pére-uersión
Segundo tiempo
Del Seminario )OilI tomaremos la idea que despliega La-
El padre interviene aquí como aquel que priva a la madre. can en relación al padre pereuersement orientado.la Sin duda
Privar a la madre del falo implica dirigirle eI mensaje de la homofonía pere-uersement, donde el padre aparece inclui-
interdicción a reintegrar su producto y, a la vez, impedir al do en el termino peryersión resultó en su momento una gran
niño gozar de esa mujer. novedad.
Ambos mensajes serán dados por el padre en este nivel ¿Cómo es posible que justamente pueda emparentarse el
si es que ella, la madre, acepta que su ley sea llevada a un padre (aquel que profiere la l"y) u la perversión, siendo que
tribunal superior. ésta en términos freudianos remitirÍa a la renegación de la
Esta remisión es a la ley del padre en tanto él es quien castración?
soporta la ley. Se trata de un momento privativo del Edipo Señalemos enseguida que esta pere-versión esta orienta-
en el cual será capital la aceptación por parte del niño de la da hacia una mujer. Refiere allí al padre eü€, como hombre
privación materna y, con esto,la imposibilidad de seguir ocu- puede hacer de su mujer un objeto"a" minúscula que cause
pando éI el lugar de falo. su deseo y logre mantenerse así el justo me-dios en el buen
caso para mantener Ia represión.
Es el padre que a la madre la a-coge haciéndola objeto o
Tercer tiempo minúscula.
El pére, padre otorgará al niño otra versión además de la
Interviene eI padre como quien tiene el falo y no como quien materna. Entendiendo que versión es un modo de interpre-
1o es. No es el padre todopoderoso del segundo tiempo quien tar los hechos, el padre permitirá contar con algo más que
priva sino es el padre que por tenerlo puede darle a la madre la versión materna, aportará su versión.
lo que ella desea, es un padre potente en el sentido sexual de A pesar de tener sus sÍntomas, sus fallas lo importante
la palabra que además es "donador" hacia su hijo a quien le será que el padre añada a estas fallas la perversión.
otorga con Ia identificación del Ideal del yo, "los títulos" a ser No se trata del padre educador ni el padre del magisterio
usados en el momento preciso aunque serán gUardados hasta que más bien conduce a Ia psicosis, sirro del padre que pue-
ese tiempo en el bolsillo. "TÍtulos propios" que están en reser- da hacer de su mujer un sÍntoma en eI sentido en que pueda
va, pues el padre además de privar, como lo hizo en el segundo ubicarla en relación a su goce fálico a modo de creencia y no
tiempo, también se presenta como alguien que habilita. de certeza como en la psicosis.
El tercer tiempo del Complejo de Edipo se trata de la iden- Agreguemos que en este Seminario sobre Real, Simbóli-
t,ificación que permite al niño sentirse poseedor de pene y a co, Imaginario, Lacan ha pasado a nombrar también como
lrr niña reconocer al hombre como quien Io posee. nombres del padre a la inhibición, el síntoma y la angustia

lil. l,¡rr:¡ur, ,1. Op.cit supra, nota 38. 14. Lacan, J.Op.Ciú. supra, nota 32.

40 47
La función materna I Srrwe TouÁs Capítulo II I Del padre

modos de frenar los goces respectivos del sentido, el fálico y reclamando Ia intervención del analista que apuntará al Iu-
el goce del Otro. gar de fijación.
Estos nombres del padre que podemos nombrar como "pa- Pensemos que el pequeño Hansls tratado por Freud ha sur-
tológicos" son utilizados por el sujeto que habita la neurosis cado estos tres nombres debido a que la función paterna en
para sofrenar el goce irrestricto. el complejo aparece deficitaria, para frenar el goce propues-
AsÍ, se establecen sobre el nudo borromeo giros dextrógi- to por su madre maitre, eue no se dejaba privar fácilmente
ros cada vez que un registro hace inmixión sobre el otro im- y por la ineficacia de la función paterna ejercida por su pa-
pidiéndole contar con la existencia necesaria. dre, este niño debió ayudarse con estos tres andamios que 1o
Cuando Io simbólico se abate sobre lo real, sofocándolo, protegían del Goce del Otro, del Goce fálico y del sentido.
el síntoma como nombre del padre sale a la luz para indicar La función paterna en la estructura es decisiva, pues su
que algo anda mal. intervención es la que produce el corte, la separación del su-
Es un observable, para los analistas que atendemos niños jeto hasta entonces objeto del Otro primordial.
y adolescentes, que cuando la demanda de los padres resul- Nótese que la función paterna está ligada a la ley y al de-
ta aplastante no permitiendo que se aloje el insterticio del seo, no deviniendo normativa en casos en que el padre se pre-
deseo, provoca un arrasamiento del sujeto; entonces el sín- sente como Otro maternante, "educador" o maítre.
toma se presenta como "una señal de alerta" enmascaran- El film Claroscuro L6 del director Scott Hicks lo muestra
do el malestar bajo diversas vestiduras como pueden ser los genialmente. Presenta un caso real llevado al cine. Se trata
problemas cognitivos (que las más de las veces no son tales) de la vida del pianista David Helfgott: cuenta la sufrida his-
o dificultades de conducta, en este sentido pensamos que la toria de un hombre atormentado que ha sido educado des-
escuela se presenta como un escenario posible donde estos de su más tierna infancia por un padre omnipresente que
"llamados" del sujeto se pueden hacer oÍr. con su demanda aplastante no posibilitó corte alguno, por el
Cuando lo real avartzahasta obturar lo imaginario, irrum- contrario, lo dejó presa de sus pedidos imperiales que no po-
piendo sobre é1, es la eNcusrn la que se hace presente, oP€- drÍan sufrir la más mínima grieta.
rando allÍ como nombre del padre. Cada vez que el joven protagonista lograba sustraerse
A falta de recursos simbólicos-imaginarios para operar aunque sea mÍnimamente de la Demanda elefantiásica del
frente a lo real que aparece avasallante, la angustia denun- padre, éste lo rechazaba de plano haciéndolo caer en el va-
cia entonces la inmixión de un registro en otro. cÍo. Lejos de convalidar un logro de su hijo, los combatía a
Las angustias nocturnas de los niños cuando se apaga rajatabla, exigiéndole de ese modo que permaneciera bajo su
la luz, nos revelan como la oscuridad amplifica la vastedad ala al modo de un objeto.
del espacio en el cual la mirada del Otro aparece como ili- Un padre dómine dirÍamos, no opera su función; por eI
mitada. contrario, se aleja de ella, pues produce anclajes en el goce
Con la luz, surge la representación imaginaria de los ob- en cambio de corte con é1, llevando al sujeto a sumergirse él
jetos que debilita Io real del objeto de goce, permitiendo que mismo en las riberas del goce como objeto de deshecho.
se configure nuevamente la escena. En eI fiIm puede observarse cómo Ia única vez que el pro-
Y ¿qué ocurre cuando lo imaginario recae sobre lo sim- tagonista logra restarse de la demanda del padre que le im-
bólico obturando su agujero?: Otra inmixión, nos encontra- pedÍa el acceso a su deseo, ese restarse no es sin costo.
mos con una cristalizaci1n, un exceso de sentido que impi- Nuestro protagonista acepta una beca para estudiar piano
dt: la producción poiética, propia del inconciente. Será en- 15.Freud, S. Op.Cit. supra, nota 28.
tonccs cuando el efecto de inhibición se anide en el sujeto 16.Claroscuro o Shine de Scott Hicks, Australia, 1996.

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42
La función materna I SrLwe TouÁs Capítulo II I Del padre

en Inglaterra a pesar de la severa oposición del padre quien le siendo que sus resultados habían sido geniales, se ubica él
ordena permanecer junto a su familia en Australia y no des- ahora como el sapo de la observación de Droscher, quien en-
truir asÍ lo que él ha formado con tanto ahÍnco: su fratría. viste el camino hacia el ahogo y la destrucción.
El joven acepta la beca decíamos, pero en el momento Nuestro protagonista no contaba al momento de su ado-
de participar de un concurso de gran importancia que po- lescencia con "los tÍtulos en el bolsillos" otorgados por la fun-
drÍa llevarlo al éxito, concurso que le llevó muchísimo tiem- ción paterna. TÍtulos que hubieran hecho de su estructura un
po de preparación, y luego de tocar maravillosamente en el "irreventable" que le permitiera soportar el "acto" de tocar
concierto, sufre un colapso tal que debe ser intervenido psi- el piano frente a un gran jurado que lo confrontaba inexora-
quiátricamente. blemente con lo que no contaba: la castración.
Cabe aclarar que la obra elegida para participar en el Acaso podríamos arriesgar que la función paterna no operó
concurso es una pieza de altísima dificultad que sus mismos allí, ya que su padre se ubicó como Otro intrusivo que con su
profesores le habían recomendado en otras ocasiones no eje- demanda demoledora y tanática produjo un arrasamiento del
cutar en conciertos, no exponerse tanto, sin embargo su pa- sujeto, intentó "colonizar a pleno" al hijo sin dejar resonar en
dre, su manager de antaño, desoyó cada vez que pudo estas su demanda educativa imperial, el vacío que aloja al sujeto.
sugerencias obligando a su hijo a continuar con dicha ardua No es nuestra intención analizar la obra fílmica, pero sí
y riesgosa tarea. aprender de lo que ella nos enseña como manifestación ar-
En el momento del concierto en Londres, él mismo puede tÍstica.
elegir sin la adusta mirada paterna, alguna obra en la que
se pueda explayar más cómodamente, sin embargo, sostie-
ne el mandato paternal y toca lo que su padre tantas veces Conclusión
le habÍa ordenado. Lo hace excelentemente aunque, a par-
tir de allÍ su vida cae en banca rota y sus sueños de pianis- La función del padre opera una primera escisión, un corte
ta se desvanecen. que permite separar al niño de su madre. La falla en la fun-
Este episodio nos recuerda la anécdota relatada por V. ción paterna (que, por otro lado, es inherente a la mism d, yd
Droscher," o por el etólogo, sobre la investigación de la boa que no puede darse operatoria paterna sin falla) hace obs-
constrictora y el sapo: observa que en eI zoológico se le da a táculo para el anudamiento de la estructura en: real, sim-
la boa en su parcela un sapo vivo como toda comida. bólico, imaginario, los tres registros de Lacan enlazados bo-
El sapo acorralado, intenta huir pero ante la inminencia rromeicamente.
de esa boca que se avecina como devoradora y luego de haber Se sostiene que un padre puede tener síntomas, es decir,
buscado infructuosamente salir por diversos ángulos, ante fallas, pero es nodal que presente el síntoma de la perver-
la imposibilidad de hacerlo, es eI mismo sapo quien comien- sión, es decir que su goce esté orientado hacia una mujer y
za un camino sin retorno que lo dirige justamente hacia la que ésta sea su causa.
boca de la boa constrictora. Así, alej ara a ésta de todo intento de gozar a su hijo, orien-
Acaso la ausencia de operatoria paterna, reguladora del tando su goce hacia eL pére. La fusión paterna es por lo tan-
[Joce, propiciadora del deseo, donante de títulos en el bolsillo, to interdictora de goce. El padre como hombre busca a par-
ha llevado al protagonista a arrojarse como objeto en una es- tir de su falta alcanzar la falta del Otro sexo, no deviniendo
ccna, donde luego de haber "desobedecido" al padre maitre, de ese modo su goce sobre el hijo, pues sería sentido como in-
17. I)roschcr, V. Hay que aullar con los lobos. Madrid, Editorial Planeta,
trusión masiva tal como lo mencionamos en el ejemplo cita-
If)u4 do del material filmico presentado en este capítulo.

44 45
La función materna I Srwu TouÁs

Sin dudas, se trataba aquí de un padre ubicado como ma-


gÍster, un educador que no hacia otra cosa que vedar el de- CapÍrul.,o III
seo de su hijo, imponiendo su ley irrestricta a partir de Ia no
inscripción del nombre del padre.
Cabe señalar que no podría pensarse la función mater-
na sin tener en cuenta que en ella será esperable encontrar, El grito, la Demanda, el deseo
cuando resulta normativa, la resonancia de ley del padre.
En otras palabras, encontrarnos con la presencia del padre
en la madre.

Introducción
El siguiente capítulo intentará dar cuenta de la necesidad
del encuentro con un Otro para que el infans advenga suje-
to. El cachorro humano, indefenso a la hora de su nacimien-
to no puede, como sí lo hacen otros animales, pararse en sus
propios pies. Su sistema nervioso aún prematuro a lá hora
del nacimiento a causa de una inmadurez y falta de mielini-
zaciott,lo deja en estado de indefensión.
Será imprescindible entonces el encuentro con un Otro
que cumpla la función básica de alimento y aseo, pero, tam-
bién, que esté presente para la función primordialísima de
mirarlo, hablarle, escuchar su grito como un llamado: consi-
derarlo sujeto más allá de sus necesidades.
Sin este Otro primordial, que brinde el"auxilio ajeno", Otro
que en el "Proyecto de psicología para neurólogos" Freud lla-
mará Nebenmesch, quien opera una función primordial, el
sujeto no podría constituirse.
Si hay Otro que troque el estímulo biológico (urgencia so-
mática interior) por la Demanda, Otro que interprete la ne-
cesidad haciéndola caer como tal, podremos comenzar a ha-
blar de "operatoria materna".
El solo hecho de tener un niño y asistirlo no significa per
se funcionar como Otro auxiliador.

47
4$
La función materna I Srrwe TouÁs Capítulo III I El grito, la Demanda, el deseo

Un Otro para el Sujeto tidad, un displacer, no habrá otro remedio más que dirigir-
se a otro.
En eI "Proyecto de psicologÍa para neurólogos"l Sigmund Desde la perspectiva de Jacques Lacan,la relación del su-
Freud, trabajará la relación del cachorro humano, indefenso jeto con el Otro primordial es trabajada a Ia luz de los con-
por naturaleza, con un otro auxiliador que permita el entra- ceptos freudianos, así, el maestro francés introduce la tríada
mado de la primera vivencia de satisfacción. necesidad, demanda, deseo articulada en el texto de "la direc-
Esta vivencia será aquella generada a partir de que la ma- ción de la cura y los principios de su poder" de escritos.a
dre alimente a su niño, saciando su hambre y constituyén- El pedido del niño, al ser interpretado, leÍdo por el Otro,
dolo como humano a partir de su propio deseo. Freud indi- va a ser respondido o no de una manera determinada por ese
cará que a partir del desvalimiento originario se precisará Otro quien, aunque detente la mejor buena voluntad, nun-
del auxilio ajeno, eu€ brinde la acción especÍfica, deviniendo ca podrá responder con algo que sea idénticamente igual a
así la primera vivencia de satisfacción. lo demandado, nunca podrá cumplir con su promesa, con su
"Si el individuo auxiliador ha operado el trabajo de la ac- promesa de responder con lo que el sujeto pide.
ción específica en el mundo exterior en lugar del individuo EI sujeto que pide se encuentra con que depende de los
desvalido, éste es capaz de consumar sin más en el interior signifi.cantes que el Otro le ofrece. Aquello, eue a} principio
de su cuerpo la operación requerida para cancelar el estÍmu- presenta Ia forma de gritos a ser interpretados, puestos en
lo endógeno. Esto constituye entonces una vivencia de satis- código por la madre, devendrá llamada.
facción, que tiene las más hondas consecuencias para el de- De ahÍ en más se articulará la cadena significante.
sarrollo de las funciones en el individuo."2
Es que no se podrÍa pensar en la vivencia de satisfacción Una vez que la demanda se establece, la necesidad como
sin un otro que acuda a su auxilio, como no se podría pensar tal y eI objeto de la necesidad quedarán perdidos por este re-
la vivencia de satisfacción sin algo que mueva el pedido. corrido que hizo que el infans, en el camino hacia el encuen-
Freud dice: "El organismo humano es al comienzo inca- tro con su alimento, se encontrara primero con lavoz,la mi-
paz de llevar a cabo Ia acción específica. Esta sobreviene me- rada, la presencia del Otro.
diante auxilio ajeno por la descarga sobre el camino de Ia al-
teración interior, por ejemplo el berreo, un individuo experi-
mentado advierte el estado del niño. Esta vÍa de descarga ad- Necesidad, demanda, deseo (por la vía de la
quiere así función secundaria, importante en extremo, fun- lingüÍstica)
ción del entendimiento o comunicación y eI inicial desvali-
miento del ser humano es la fuente primordial de todos los Para entramar y a Ia vez distinguir estos tres términos
motivos morales."s vamos a tomar primero el camino referido al significante en
Recalquemos que se trata de la función secundaria con re- lo que hace a Io trabajado por Lacan en relación al signo lin-
lación a la satisfacción de la necesidad pero a partir de este güÍstico formulado por Saussure.
momento no volverá a ser secundaria, puesto que, cada vez La operación que Lacan hace con el signo saussureano
que aparezca un "estado de urgencia", u[ aumento de can- implica la ruptura de su supuesta unidad u y lu ubicación
I . I,'rcud, S. "Proyecto de psicología para neurólogos", en Obras Comple- 4. Lacan, J."La dirección de Ia cura y los principios de su poder", en Es-
los, Tonro I. Buenos Aires, Amorrortu, 1998. Pág. 363. critos 2.Buenos Aires, Siglo )O(I, 13" edición, 1998.
2. Irlc¡n. 5. Lacan, J."La instancia de la letra en el inconciente o la razón desde
:1. lbid. I'ág.362. Freud", en Escritos 1. Buenos Aires, Siglo XXI, 1988.

4rJ 49
La función materna I Srrwa TouÁs Capítulo III I El grito, la Demanda, el deseo

del significante por encima del significado, marcando su pre- Si el Otro es el lugar donde el mensaje es sancionado como
eminencia, así como también la ruptura de Ia elipse, que en tal,Ia barra hace que en el Otro jamás se encuentre una san-
Saussure indica unicidad. ción plena del mensaje. Por esta razón es que el Otro esta
Se trata de la formalización del descubrimiento freudiano barrado (A), que es 1o mismo que decir que al Otro le falta
que ya la implicaba. Lacan dice que Freud descubre el signifi- un significante. La barra de1 algoritmo resulta ser la misma
cante mucho antes del "Curso de lingüística general",6 allí don- que barra al Otro (,4) y que divide al sujeto (8), planteándo-
de nadie 1o esperaba: en las formaciones del inconsciente. 1o como deseante.
Freud descubrió el signiflcante en su verdadera dimen- Entonces, a partir del descubrimiento de la castración en
sión, allÍ donde el olvido de Signorelli,T lo lleva por ejemplo Ia madre, el falo se convierte en Ia barra misma del algorit-
a Boticceli, Boltraffro; pero era necesario que Saussure es- mo, o lo que es lo mismo, en la razón del deseo.
tableciera el signo lingüístico como unidad para que Lacan Retomemos la trÍada planteada por Lacan referente a Ns-
pudiera formalizar, a través de é1, la experiencia freudiana CESIDAD-DEMANDA-DESEO :

donde se ve que el significante es el que incide sobre el sig- La necesidad animal implica a un organismo en relación
nificado y no a la inversa. directa a su objeto, por ejemplo si un león está hambriento,
A partir de Lacan, queda claro que el significante no puede pondrá en juego los mecanismos necesarios para proporcio-
decirlo todo, nunca hay signiflcación completa. PodrÍamos de- narse el objeto que calme su apetito y cuando lo logre esta-
cir que para el hablante ser siempre falta un significante. rá al menos por un tiempo satisfecho.
Para el maestro francés, la barra del algoritmo es lo que Ha dado con el objeto necesario para calmar su necesidad. El
rompe la unidad del signo, dando como resultado un resto que saber de la especie, eI instinto,le ha proporcionado herramien-
escapa a la signiflcación, esa es Ia estofa misma del significan- tas necesarias para alcanzat su presa y así, sentirse saciado.
te. Eso que falta, eso que el significante nunca podrá alcan- En cambio, para el hablante ser, esta relación tan direc-
zar es lo que Lacan llama su único invento: el objeto "a". ta con el objeto de Ia necesidad se ve perturbada, ya que Ia
En la teorÍa freudiana, tal como lo hemos mencionado más necesidad debe pasar por el molinillo de las palabras. A par-
arriba, encontramos la cuestión de la falta ya en la "primera tir de allí, no habría sujeto colmado por el objeto; el hombre
vivencia de satisfacción", en la que se trata de reencontrar se saldría del terreno animal. Así, suponemos un sujeto mí-
un objeto perdido que es, por definición, inhallable. tico, signado por la necesidad, que en su camino hacia el ob-
Nunca una segunda experiencia podrá pararse sobre la jeto se encuentra con el lenguaje.
primera ocupando exactamente Ia misma superficie, siem- Cuando la madre lo alimenta, el nutriente Ie llega jun-
pre habrá un más o un menos, un mejor o un peor, un dife- to con la palabra, con la mirada, con la voz; es decir, con Ia
rente. Algo chinga, cojea y es la diferencia. presencia del Otro. Incluso las más de las veces una palabra
Por otro lado, pensemos la cuestión de la falta en referen- que calma llega antes que el alimento mismo. PodrÍamos de-
cia a la castración materna a partir de la cual,Ia falta,lo que cir que toda respuesta a una demanda implica lenguaje, así
ya faltaba, puede ubicarse como el falo faltante en Ia madre. como la demanda misma, puesto que todos los objetos con los
El falo entonces adquiere su verdadero estatuto cuando se que el Otro responde son objetos de la cultura.
articula con lo que falta en la madre. Puesto que la demanda es una articulación significante, el
sujeto queda expuesto aI poder discrecional del Otro, a mer-
6. Saussure,F. Curso de lingüístíca general. Publicado por Charles Ba- ced del poder de Ia lectura del Otro. De este modo, al pasar
lly. Buenos Aires, Editorial Losada, 1945. primero por las palabras y la decodificación del Otro mater-
7 . I.'reud, S. Psicopatología de la uida cotidiana. Buenos Aires, Alianza
no, eI objeto como objeto de la necesidad se enajena y, en este
cditorial, 1985.

50 51
La función materna I Srrwa TouÁs Capítulo III I El grito, la Demanda, el deseo

sentido, la demanda siempre da en eI blanco, en el lugar de Es por estar preñado del lenguaje, que lo constituye como
la falta en el Otro. tal, que el sujeto pertenece entonces al orden simbólico.10La
No es que el Otro no pueda responder con un objeto, pero necesidad muere como tal, queda enajenada y en su lugar
en todo caso, "lo que tiene no vale más que 1o que no tiene."8 la demanda que provino de la relación del sujeto con el Otro
En toda articulación de una demanda cae un resto que es lo tiene la oportunidad de instaurar el deseo si es que este otro
que defi.nimos como objeto o.' 1o que no entra en la articula- da lo que tiene pero sobre todo, 1o que le falta.
ción significante. En la relación del niño con su primer Otro: la madre como
Es el objeto que se produce cada vez que se habla, y no es función, puede aparecer en el mejor de los casos el opsro si
la pérdida del objeto que una vez estuvo. Se abre allÍ mismo es que esta función, la Materna, lo dona.
una hiancia que es la causa misma de aquello que por no co- Si la causa del deseo es producida por efecto de significan-
incidir se transforma en el empuje al deseo. te, es en el Otro en tanto tesoro del significante donde se plan-
tea la cuestión de la causa, este soporte teórico es localizable
La om'rnENCrA ENTRE LA DEMANna {D} y LA NECESTDAD DA poR en la sentencia lacaniana del deseo como deseo del Otro.
RESULTADO EL DESEO QUE TIENE SU CAUSA EN EL OBJETO O.

Así, tanto el demandante como el demandado se encuen- Una Demanda que deja resonar vacío, da lugar al
tran confrontados con la falta, a causa de su sujeción con la deseo
demanda. El que demanda apela a la incondicionalidad del
Otro, es decir a que no esté sujetado a ninguna ley. Nos preguntamos: ¿De qué tipo de demanda se trata en
Lo que encuentra es la condición absoluta que es la ley la función materna?
del deseo que lleva consigo la falta. Si, como hemos visto en el capítulo anterior, para el psi-
Entonces, el objeto en el campo humano aparece en pér- coanálisis el padre es una función, podemos reafirmar que
dida respecto al campo animal, esta pérdida del objeto es en la función paterna, el padre como significante operará en
solidaria con su condición de deseante. Esto es asÍ, en tan- la estructura del niño, primero desde la madre. En la fun-
to que la pérdida es el efecto del significante, es a partir de ción paterna se tratará primero de la ley en la madre quien
este efecto que también se produce el sujeto. será pasadora de deseo para su hijo, permitiendo que se lle-
Cuando hablamos del sujeto en su sujeción al significante, ve a cabo la identificación primera, Ia identificación real al
decimos que sólo puede plantearse el sujeto en el campo del Otro real.
deseo, campo de la falta, precipitada por el encuentro con el Se tratará aquÍ de que al introducir la demanda sobre el
lenguaje. Pensamos en estas referencias a partir de la frase viviente, la madre - quien cumpla su función-, dejará reso-
de Lacan "IJn significante representa a un sujeto para otro nar un vacÍo que implicará que su demanda no se coapta úni-
significante."e Esto se debe a que ningún significante pue- camente en la consigna que reclama sino que habrá espacio
de representar enteramente al sujeto, sino que la aparición para eu€, además de esa demanda, surja el deseo.
de éste se da en el intervalo, en el entre dos que instaura la Si pensamos en la función materna como un operar que está
hiancia misma. desde el inicio fuertemente ligado al investimiento libidinal de
un niño, no podemos separar a esta función de la función del
tt. Locon, ,I."La significación del falo", en Escritos 2. Buenos Aires, Si-
glo XXI, 13" edición 1998, pág.673.
f). Lucárn, ,J. Seminario XI. Los cuatro conceptos fundamentales. Buenos 10. Lacan, J. Seminario I. Los escritos técnicos de Freud. Buenos Aires,
Airtrs, I)aidós, 1964, pág.244. Paidós,1995, pág.321.

l»2
La función materna I Sruwe TouÁs Capítulo III I El grito, la Demanda, el deseo

padre. Es que desde un comi eruzo es posible que la demanda Entonces, de la mano de la topología introduce la figura
de la madre deje resonar un vacío que haga agujero. del toro. Pero podríamos preguntarnos ¿qué es el toro?
EIla misma al demardar,pero no todo,hace posible que se Se trata de una superficie de revolución cerrada cuyas
establezca la hiancia del deseo por medio de la cual se dará propiedades serán aprovechadas para explicitar la función
paso al objeto. del sujeto.
Si su llamado al niño es NoMINANTE no solo reproduci- He aquí el dibujo:
rá su nombre mecánicamente sino que dará paso al: "más
uno", función de uno en más Io cual aseguratála inviolabi-
lidad del agujero.

Dialéctica de la demanda y el deseo entre el sujeto


y el Otro desde la topología del toro

Lacan abreva en la topologÍa, y a la altura del Seminario


IX, "La, identifi,cación"ll representará la relación entre De-
manda y deseo referida al sujeto y al Otro.
Sabemos que es permanente eI acercamiento de este au-
tor a distintas disciplinas, de las que toma lo que le resulta
necesario para formalizar el psicoanáIisis.
En cuanto a la topologÍa, rama de la geometría dedica- A pesar de las apariencias que lo presentan como un ani-
da al estudio de las propiedades de los cuerpos geométricos Ilo, observemos que si efectuamos ciertos cortes, nos encon-
que permanecen inalterados por las transformaciones con- tramos con un cuadrilátero.
tinuas, diremos que como analistas nos resulta difÍcil traba-
jar con ella, incluso en ocasiones experimentamos cierto re-
chazo, nos resistimos debido a que tiende a "romper nuestro
imaginario", pues rebasa Ia evidencia y de algún modo "ofen-
de nuestto yo",r2 hiere el campo imaginario.
Sin embargo estas disciplinas a las que Lacan acude en
distintos momentos de su enseñanza propedéuticamente,
como la lingüística,la antropologÍa,la lógica y en este caso la
topologÍa, nos permitirán contar con nuevos elementos para
pensar la clÍnica estableciendo ciertas bases teóricas.
Ahora vuelto a plegar, se trata de una figura agujerea-
da, un aparente anillo que se organiza a partir de un aguje-
I I . Lacan, J. Seminario IX. La ldentificación.Inédito.Traducción de Mario ro central. Un anillo, una cámara de auto o un salvavidas,
I,u.j<i .y Ricardo Scavino para circulación interna de la Escuela Freu-
pero no un salvavidas macizo, como los que conocemos a los
rliirn¿r dc Buenos Aires. Versión íntegra. Sin fecha.
12. V'glr, l.l,cctura de L étourdlú. Buenos Aires, Editorial Escuela Freu-
bañeros, sino un "salvavidas infantil" de esos eu€, inflados,
rli¡urir «kr lJucnos Aires, 2008.Pág. 34. cuentan con aire en el interior.

$4
La función materna I Srrvu To¡,tÁs Capítulo III I El grito, la Demanda, el deseo

Las vueltas de ese "uno" que se repite se transforman en


circulitos que giran alrededor del agujero central del toro, o
sea: en la demanda nos encontramos con una serie de vuel-
tas que producen un "enrollado" como el hilo de una bovina
o a la manera del molde usado para realizar pompón cuan-
do se teje.
Es en esta serie de vueltas donde vemos Ia repetición de
las demandas del sujeto en su relación con la repetición sig-
nificante.
Si suponemos que esta serie de vueltas se realizan a tra-
vés de todo el circuito, de la siguiente forma:

Se puede entonces efectuar un primer corte en esta figu-


ra de anillo o salvavidas siguiendo el cÍrculo que denomina-
remos a, interior aI salvavidas y luego un corte segundo si-
guiendo el de e tal como Io esbozaremos enseguida
Así, tendremos dos circularidades que son: las del círcu-
lo pequeño, al que denominaremos cÍRcut,o pLENo: a y la otra
que hace un recorrido al agujero central y a Ia que denomi-
naremos cÍRcur,o vecÍo: b (tal-como representamos en gráfr-
cos que anteceden).
Entonces, el toro como superficie topológrca cuenta con las
siguientes características: se trata de una superficie cuadri-
látera, una estructura agujereada, con agujero pleno y agu-
jero vacÍo.
Ocurrirá que en el momento en que el comienzo del lazo
¿Por qué Lacan utiliza el toro para hablar del sujeto y por
tanto del psicoanálisis? se haya reunido con la extremidad del último, nos encontra-
remos con que hay una vuelta en más. La realizada a través
Recordemos que el agujero es primero introducido por Freud
al desplazar al.yo del centro de la vida psíquica y ubicar al in- del agujero central, no solo contaremos las vueltas en rede-
conciente como piedra fundamental, eso ya constituye una ro- dor del cÍrculo pleno sino que se presentará también la vuel-
tura a la "esferamaciza", la cual es leída como herida narcisís- ta en torno al cÍrculo vacío.
tica, junto con las ocasionadas por Copérnico y Darwin.
Al decir de Lacan, "En la medida en que el sujeto recorra
El sujeto está entonces articulado con el inconciente, con la sucesión de vueltas, se habrá equivocado necesariamente
la idea de agujero. en una de ellas en su cuenta y veremos reaparecer aquÍ el
-1 inconciente en su función constitutiva."l3
sobre ese agujero central del toro se realizan una serie
rkr vueltas a la manera de un bobinado que son, nos dirá La-
Si el sujeto se equivocó en una vuelta es debido a que se
(:¡rn, l¡rs vueltas repetitivas de la demanda. 13. Op. Cil supra, nota 55. pág. 161.

[¡(i 57
La función materna I Srrwe TouÁs Capítulo III I El grito, la Demanda, el deseo

encuentra con una vuelta que no puede contar en su recorrido, La clave: el agujero
es decir Ia que efectúa al dar Ia vuelta al agujero central.
O sea, además de recorrer los cÍrculos pequeños, se realiza El Otro primordial
una vuelta mayor, inadvertida que es Ia del agujero central.
Entonces, si nos representamos los círculos plenos como La uaonE coMo puNctóN sE coNVIERTE EN "pASADoRA" DE DESEo
otras tantas vueltas de la demanda, tendremos que conside- y poR Lo rANTo, ES "pASANTE" DEL NOMBRE DEL PADRE.Ia
rar al círculo vacÍo como relacionado con el deseo, deseo que La clave aquí es la frase tan escuchada de Lacan: "no hay
se apoya en el intento de repetición. relación sexual",tu que no significa que no haya encuentro
sexual entre dos personas sino que no se colma el agujero
El círculo vacío no simboliza el deseo sino más bien su ob- pues siempre queda un resto.
jeto metonímico. Es a partir de Ia primera demanda de la madre donde es
El circuito de la demanda implicará entonces para cada posible transformar el grito en llamado poniendo la necesi-
una de las vueltas, el agujero central o sea al objeto de deseo dad en términos significantes; se dejará resonar un vacÍo que
integrado a esa demanda, de la siguiente manera: permitirá escupir otro vacío nuevo.
Eso es la nominación: el padre en la madre que no toma todo,
ni pide todo, sino deja un resto para que el sujeto juegue.
Dona un vacÍo, algo que existe más allá del sentido, que se
deja entrever en las Demandas, si no son aplastantes, y, a ese
vacÍo, el niño lo succiona. Entonces, el pequeño bebé podrá ju-
a círculo pleno gar con los sonidos que emergen de su garganta, got{eando,
b círculo vacío vocalizando,laleando,hará uso de esa zona oral no solo en ca-
rácter de necesidad, sino también en un sentido lúdico porque
fue erogenizado el lugar convirtiéndose en zona de placer.
Estamos hablando de los casos "normativos" en donde el
Otro auxiliador se presenta tórico, al decir de Lacan. O sea,
casos en donde la demanda materna deja computar al niño el
Si los círculos plenos constituy€h, como ya lo hemos dicho,
las vueltas de la demanda y los círculos vacíos imaginarízan "no todo", el menos uno, la falta en la madre o sea su deseo.
Se trata aquí de la función materna pasante del nombre
al objeto metonímico vemos asÍ cómo se constituyen las rela-
ciones estructurales entre la demanda y el deseo. del padre en lo real, ejercida desde el inicio por la propia ma-
dre, quien de acuerdo a su atravesamiento edípico estará o
no posibilitada de transmitir su propia castración.
A esta altura, la función materna es "pasante del nombre
del padre", anterior al Edipo del niño. Es la posibilidad de
que su hijo se constituya en falo pero "no todo". Es así como
Falo y objeto comienzan a conjugarse en este primer momen-
to de IDENTIFICacIóN eRIMARIA donde lo que se juega es el pa-
14. Nos inspiran este tramo de la escritura,las expresiones vertidas por
Héctor Yankelevich en su libro Lógica del goce, ya mencionado.
15. Lacan, J. Seminario )Q(. Aún. Buenos Aires, Paidós, 1998.

ñ8
La función materna I Str-we TouÁs Capítulo III I El grito, la Demanda, el deseo

dre en la madre, que transmitido a su infans, crea la posibi- La Demanda inicial es formulada por la madre en el Iu-
lidad de agujero: donación de deseo. gar de Otro primordial, quien propiciará que el grito se con-
Lacan trabaja el falo ubicado entre la dÍada de la madre vierta en llamado. Así, la madre, por medio de la introduc-
y el niño, en el seminario IV "La relación de objeto",16 pero, ción de la Demanda y el deseo, dará paso al objeto humano
insistimos, si el niño va a ubicarse en ese lugar de señuelo, eü€, a diferencia del objeto animal, aparece en pérdida, fal-
1o importante será que no tenga que serlo del todo. Será ne-
ta que puede ser definida en relación al pasaje de la necesi-
cesario eue, en un tiempo posterior, se habilite la resta de dad a la demanda por efecto de lenguaje.
este lugar de ser el falo. Del lado del infans la pérdida del objeto es solidaria con
La condición de "privada de falo", que se trabaja a la al- su definición de sujeto deseante, pensamos que el objeto en
tura de1 Seminario de relación de objeto, nos aclara como "el tanto falta es eI lugar donde el sujeto se asienta, soporte cru-
agujero en 1o real"l7 posibilitará tanto la instauración del niño cial de la subjetividad,t8 montura del sujeto.
como señuelo en el lugar de la falta, como su salida, siempre Destaquemos una vez más que sin el encuentro con el Otro
y cuando el agente, Ia madre, se presente en la perspectiva nominante, aquel que deje resonar en su voz el vacío de Ia
simbólica que otorga el par presencia- ausencia. falta no podrá comenzar el entramado de la subjetividad.
En esta instancia nos encontraremos con la constitución
del inconciente en tanto agujero. Hablamos de la identifica-
ción de Io real al Otro real, donante de hiancia; es que para
poder ofertarla ella debe tenerla, aunque no sea esta la úni-
ca condición que opera la función materna. Deberán conju-
garse frente a este niño otras coordenadas que desplegare-
mos más adelante.

Conclusión

No hay un sujeto desde el inicio.


Alumbrar y dar vida biológica no alcanzapara nombrar a
la función materna. Será necesario contar con la vida biológi-
cd y, además, con un campo constituido por el infans y Otro.
Los casos de infans institucionalizados desde los prime-
ros tiempos de vida dan cuenta de la carencia suscitada por
faltar la función de "entendimiento" que pasa de ser función
secundaria a constituirse en primordial para el ser huma-
no. El recién nacido necesita quien Io alimente pero alavez
r¡uien lo desee, quien lo demande y permita a Ia vez que esa
rlcrn¿rnda no se recubra toda.

l(i. L:rr':¡n, ,1. Seminario IV. La relación del objeto. Buenos Aires, Paidós,
'¿004. 18. En el capitulo donde trabajamos alineación y separación, a propósito
l'l. A¡irr.jr.r'o t.n lo rc¿rl cs el modo en que Lacan denomina a la privación. de los casos de autismo psicógeno, nos explayaremos sobre este punto.

(;( )
61
CepÍrulo IV

La apuesta materna

Introducción
Hemos recogido la expresión de "madre pascalina" de la
lectura del texto de Héctor Yankelevich, quien nombra "ma-
dre pascalina" a aquella que realiza una apuesta sobre su
hijo recién nacido e incluso antes de que este niño nazca.
Así como Pascal, discípulo de Descartes apuesta a que Dios
existe, aunque no tiene la convicción de su maestro,la madre
apostará a su bebe, aI que le dará un nombre, un lugar, un
apellido antes de que el niño venga al mundo para que for-
me parte de un linaje y esperará muchas cosas de é1.
Esta apuesta a favor del bebé por el Otro, es lo que Héc-
tor Yankelevich llama "pascalinización" del niño.
Esta pascalinizaciín permite que la madre pueda soñar
con el futuro de su hijo antes de su nacimiento biológico. Im-
plica que el niño ha entrado en el terreno del signo, pues re-
presenta algo para alguien.
Un bebé eu€, para empezar, haya podido ser alojado en el
orden del signo, alrededor de los tres meses reconocerá con
una sonrisa la gestalt humana.
Así, un dibujo sencillo de una cara sonriente sobre un pa-
pel generará en él el mismo reconocimiento generalizado de
Ia gestalt humana y le arrancará una sonrisa.

63
La función materna I Srrwe To*tÁs
Capítulo IV I La apuesta materna

Un importante músico del Brasil,llamado Carlinhos Brown,


El orden del lenguaje produce efectos en la imagen, cues-
integrante del grupo musical "Tribalistas"3 mencionaba a sus
tión trabajada por Lacan en el Seminario XXII "hay que de-
alumnos, en una clase de educación musical transmitida por
cir que el falo es lo que da cuerpo a lo imaginario."l
el canal "Encuentro", que con los sonidos otorgados por los ob-
Es claro que el falo es un significante y no un signo; sin
jetos de la naturaleza es posible establecer ritmos. Por ejem-
embargo, el acceso a esta sonriente humanizacíón es ante-
plo, si se frota una hoja Seca sobre la corteza de un árbol o se
rior a los procesos identificatorios y, a pesar de eso, constitu-
golpetea con una piedra sobre una superficie lisa con ciertas
ye el puntapié inicial sin eI cual los efectos siguientes de es-
frecuencias e intensidades se establecen ritmos.
tructuración no podrÍan darse paso.
Es preciso aclarar que la apuesta pascalina de la madre Aclaraba a sus alumnos que si bien el ritmo está en la natu-
se da de un solo golpe; es decir, presenta efecto sincrónico,
raleza"lo da primero la madre",YZ en el seno materno,los la-
pero el pequeño va a ir incorporándola paso a paso. Aunque, tidos de su corazótt,el resonar de su voz;luego será el encuen-
desde luego, esta apuesta esté jugada desde el inicio, se re-
tro cara a cara con el hijo y el ritmo de la mirada, que no está
querirán tiempos de formalización en la estructura para que siempre, pues aparece y desaparece, lo mismo que lavoz.
el chico pueda absorberla diacrónicamente. Si la madre ha sido donadora de este "ritmo vital" nos en-
Así, el ingreso aI orden del signo permite que dé paso el contraremos con que alrededor del octavo mes se producirá en
el infans un viraje decisivo,la sonrisa generalízada,indiscrimi-
primer incorporal que hace del soma un cuerpo, tal como lo
nada, masiva, de los primeros meses dará paso a la posibilidad
indica Daniel Paola2 en su texto Lo incorpóreo. La laringe
de distingulr, de reconocer de discernir de entre todas las ca-
del niño rodeará un vacío libidinizado que permitirá Ia fo-
nación, a pesar de que todavía no hay fonación de la lengua ras al rostro de la madre, ante el cual sigue sonriendo; sin em-
materna, ha habido un pasaje del grito gutural, originario a bargo, manifestará angustia ante el resto de las personas des-
conocidas. De ocurrir este acontecimiento nos encontraremos
Ia vocali zacíón.
Entonces ese grito inicial se va modulando,lo que reviste frente a un niño en el que opera la primera identificación.
caracterÍsticas humanizantes porque este nivel de signo ya La posibilidad de distinguir dentro de mil caras a la de su
implica una mortificación de soma. madre es solidaria y se da en la misma franja temporal en
Ya que, como 1o hemos mencionado en el capítulo que an-
que encontramos el juego del "todo afuera", momento donde
tecede a la apuesta materna, las primeras vibraciones de la uno puede observar que de Io que se trata es de arrojar los
voz constituyen en realidad la primera ocasión de juego en objetos y los juguetes uno tras otro a los lugares más recón-
el infans, los sonidos son la primera materia que tiene a su ditos. Mientras que los adultos se esfuerzan en alcanzárse-
alcance para ser subjetivada. los, los niños encuentran placer en volver a arrojarlos.
Los gritos de desamparo originarios son hilvanados con Diremos, entonces, que si el pequeño ha logrado de en-
esa materia que le vuelve a él desde el exterior y que le fue- tre todos los seres que le rodean identificar a su madre, a la
ra otorgada por Ia voz de la madre. par, arroja fuera de su campo perceptivo a sus objetos más
preciados, chupetes, juguetes. Acompaña a este tirar una fo-
Son gritos desgarrados, guturales los que la madre enla-
za por medio de su amor materno para convertir el aullido nación que ha trabajado Freud a en las observaciones de su
en inflexiones de Ia lengua. nieto Ernest quien vocalizaba o-o-o fort, fuera.

3. Me refiero al grupo musical integrado por Marisa Monti, RobertoAn-


t. [,&cárr, J. Seminario XXII. B, S, /. Para circulación interna de Ia Es-
tttnez y Carlinhos Brown.
cucla F'reudiana de Buenos Aires, traducción de Ricardo Rodríguez
4. Freud, S. "Más allá del principio de placer",enObras completas, tomo
I)onte Q002). Pág 98.
I)irolir, f). Lo incorpóreo. Rosario, Homo Sapiens, 2000.
XUII. Buenos Aires, Amorrortu, 1993.

ti4
V
La furución. materna I Sruwa TouÁs Capítulo IV I La apuesta materna

Poco tiempo después, el regalo fortuito del carretel le ofre- do tragarse al niño no lo hace. Si bien le ofrece al pequeño
cerÍa la ocasión al pequeño de reatrapar el objeto acogiéndo- un lugar tibio y acogedor para que éste se ubique, se acomo-
Io con un d-a-a-a. de y se caliente, tal como el que es ofrecido al cocodrilo, QUe
Al mismo tiempo, el bebé identifica a su madre, juega aI es trasladado desde su escondite al agua en las fauces de la
all gone y emite, ahora sí, una fonación de su lengua mater- madre, la que a riesgo de tragárselo, no lo hace.
na, ya que el fort es alemán. Tiempo estructurante, pues, a La madre suflcientemente buena, desiste de comerse al
partir de é1, podemos hablar de un antes y un después. hijo. AllÍ, donde ella efectúa esta renuncia, es eI niño quien
Agreguemos eue, antes de ese momento, la laringe hu- engulle por primeravez al padre, incorporándolo. Hablamos
mana está abierta a poder emitir los fonemas de todas las del Nombre del padre, concepto que fue trabajado en ante-
lenguas japonés, alemán, chino, español etc., y que a partir riores capÍtulos y que, se reinscribirá a lo largo de la infan-
de estos hitos se cierra, dejando atrás el perÍodo glosolálico cia, en o durante los tiempos lógicos de la misma.
donde a través de gorjeos el bebe puede producir sonidos de Pudimos ver como en los distintos momentos identifica-
todos los idiomas.s torios se producen inscripciones y reeinscripciones enlaza-
También Noam Chomsky, desde ta lingtiística, habla de das al nombre del padre, pues es preciso que esta función la
una gramática universal, facultad de Ia especie humana, del Nombre-Del-Padre, reitere la nominación en cada tiem-
eu€, de acuerdo a los inputs del entorno, se va a dirigir ha- po del sujeto en la infancia.
cia una u otra lengua particular como un switch eléctrico, Una lectura que realizamos acerca de un texto de Elsa
fijando los valores de un conjunto de posibilidades (o "pará- CoriatTpermite ahondar sobre la plasticidad del psiquismo
metros") abiertas por Ia Gramática Universal.6 infantil para el trabajo analítico, ya que justamente es en
Al identificarse con su madre, el bebé cierra su laringe a la infancia donde se podrán dar (no en todos los casos) las
los restantes sonidos de las otras lenguas. Ha incorporado chances sucesivas de reinscribir los tiempos lógicos fundan-
Ia lengua materna. tes del sujeto.
En el autismo esta primera identifi.cación no ha podido Dicha autora aludiendo a Ia plasticidad del psiquismo in-
concretarse. Si la constitución del objeto como perdido como fantil, lo compara con una arcilla húmeda que puede traba-
consecuencia de las primeras operaciones de alineación se- jarse con punzón para inscribir marcas, pero que en la me-
paración ha fracasado, nos encontramos con que no operó dida que se va secando cada vez se hace más difÍcil estable-
esta primera identificación. cer escritura sobre ella.
Un niño puede identificarse con su madre cuando puede Por otro lado, sabemos que eI cerebro humano, no nace
distinguirla entre miles y esto se produce cuando deduce que préte d porter, sino que es necesario contar con un tiempo de
esa señora experimenta en relación a él un "apetito" que nadie maduración neurológica, de mielinización, en el cual incidi-
tiene. Si no pusiera en juego su apetito hacia el niño no serÍa rá el encuentro con el Otro donador de significantes.8
una madre, una madre pascaliana, una madre que apuesta Esta función materna comienza a operar entonces a par-
a que allí en ese trozo de carne advenga un sujeto. tir de este tiempo lógico en el cual la madre ha apetecido al
La particularidad de esta madre con apetito es que pudien- niño,1o ha calentado en sus fauces, pero ha renunciado a tra-
gárselo por amor al padre.
5 concepto trabajado en el libro de Silvia Amigo Paradojas clínicas de
la uida y la muerúe. Rosario, Homo Sapiens, 2003. 7. Coriat, E. Psicoaná,lisis de bebes y niños pequeños. Buenos Aires, Edi-
Ofi'. I.)guren, L.y Fernández Soriano, O."La teoría de los Principios y torial de la Campana,2008.
¡r:rr:irrrctros", en Introducción a una sirutaxis miruimislo. Madrid, Gre- 8. Sarlo, 8. "¿Para qué sirven las palabras? Para ayudarnos a pensar",
rlr¡s, 2(X)4. en Reuista Ñ, S (t6 de agosto de 2008).

(i(¡ 67
La función materna I Strwe To¡wÁs Capítulo IV I La apuesta materna

A partir de este tiempo es que dará paso la constitución Donar la falta implicarÍa dar paso aI falo como significante.
del sujeto. Significante fálico como aquello que posibilitarÍa que eI niño
Entonces es el niño quien se encuentra habititado para que está en posición de ser un objeto para la madre no con-
incorporar la ley del padree que posibilita el deseo, debido tinúe por mucho tiempo allÍ. Falo como aquello que permite
a que gracias a Ia renuncia de su madre no fue engullido él que lo que se dice signifique, falo como aquello que entra en
mismo como objeto. el soma del bebé efectuando las nupcias con el lenguaje.
se trata de que el padre, más allá de cualquier contingen- Para que del apilamiento inaugural y trivial del soma y el
cia actúe para la madre en relación a ese hijo. lenguaje pueda convertirse en incorporación, será necesario
Función normativa de "donación" de la función paterna, contar con el trenzado que solo es posible a partir del falo.
que de no advenir podría dar paso al autismo o la psicosis. "El significante fálico es aquel que entra en el cuerpo del
Esta absorción del padre muerto modifica Ia carne del bebe en la medida que la madre permite que se presentifi-
bebe por 1o que él 1o incorpora, asÍ la mortificación otorgada que su falta."lr
por el significante transforma el soma en cuerpo. Esa línea al infinito que crvza las cuerdas del soma y del
Se logra la humanización poniendo aI niño en relación con lenguaje. Es el significante que viene a dar lo que a Ia ma-
Ia muerte, de este modo, el enlace y entrecruzamiento del dre le falta; es la entrada de este significante lo que hace que
soma con el lenguaje da por resultado un cuerpo. el cuerpo deje de ser una bola de carne y pueda erguirse, to-
mar forma, mantenerse en alto.
Para esto es necesario que la madre "nomine" al niño al
En el autismo no hubo apuesta nombrarlo, sabemos que hay emisiones que no son nomi-
nantes.
Retomando los conceptos vertidos por Héctor Yankele- En este sentido se puede hablar a un niño, incluso hablar
vich 10en su escrito 'Acerca de lo que nos enseñan los niños de é1, sin nominarlo. Esto es observable cuando en lo más mÍ-
autistas en relación a la palabra", podríamos decir que en nimos detalles y solicitación de tareas, en las demandas coti-
relación a esta apuesta pascalina que reariza la madre so- dianas, se convierten en una lista de recados vacÍos que tienen
bre el hijo permitiendo que advenga en principio "algo para más que ver con la puericultura que con la maternidad.
alguien" (cuestión originaria que dará paso a su humaniza- Esta no nominación por la madre del niño no llega a trans-
ción), la madre del niño autista se vio impedida de efectuar mitir la caricia erógena que por excelencia otorga la madre
tal donación. Se encontró trabada de hacer algo que la haga con su palabra si esta es verdadera, si esta es plena."Lapala-
madre psÍquicamente hablando. bra plena es la que apunta, la que forma la verdad y, como ella,
Puesto que 1o que no puede dar con ese niño en particu- se establece en el reconocimiento del uno por el otro." 12
lar es su falta. Cabe aclarar aquÍ la distinción realizada por Lacan cuan-
do se refiere, en el Esquema Labmda, esquema que trabaja
9. La metáfora canibalística respecto a la incorporación de ley del padre la relación del sujeto con la alteridad, a la palabra vacía y
es trabajada por Freud en su famoso ensayo "Tótem y tabú" en obras la palabra plena, como aquella que toca al sujeto, mientras
Completas, tomo XIV, Buenos aires, Amorrortu, 1998, así como tam- que la palabra vacÍa se mantiene exclusivamente en el pla-
bién es abordada en su texto "Psicología de las masas y análisis del yo" no de lo imaginario especular.
cn Obras Completas, Tomo XVIII, Buenos Aires, Amorrrortu, 1g88.
10. Yankelevich, H.'Acerca de lo que nos enseñan los niños autistas en
11. Ibid. Pág.47.
rclación a la palabra", en Amigo, s. Paradojas clínicas de la uida y la l2.Lacan, J. Seminario I. Los escritos técnicos de Freud. Buenos Aires,
t¡t uarte. Itosario, Homo Sapiens, 2003.
Paidós, 1995, pág.333.

(;n
La función materna I Su-vrt TottÁs Capítulo IV I La apuesta materna

Sin dudas, desde el planteo freudiano, el pasaje de la mu-


jer por el Edipo suele culminar con el deseo de tener hijos y
de ese modo restañar la falta fálica.la La renuncia al pene
no se soportará sin un intento de resarcimiento nos dice el
maestro. Entonces, el deseo femenino de maternidad propor-
cionará una matematización que ecuacionará pene- niño. El
niño será convocado a restañar la falta en la madre.
Pero nos preguntamos ¿cómo llega el niño a Ia vigencia
de esta ecuación?
Como deuda de la madre con su propio padre, sin olvidar
que antes de esto existió con su madre una fase preedÍpica
de fundamental importancia. 15
Entonces, la nominación del niño por la madre tiene ca- Pero para que se dé la apetencia fálica del niño, deberá ha-
rácter de peLesRA rLENA, porque con esa nominación la ma- cerse oír también, además de la deuda al padre, Ia deuda al
dre da paso al advenimiento del sujeto. varón sexuado que le hizo el hijo, reconociéndolo como tal.
Ahora bien, esta autora se pregunta que faltó en esta ma- Entonces, de la madre al padre, la demanda de falo se diri-
dre para que no pudiera dar paso a una verdadera nomina- grrá a figuras masculinas que puedan otorgarlo, y este último
ción que permitiera a su chiquito convertirse en sujeto. peldaño acontece si hubo en el origen un deseo incestuoso.
Para esta pregunta tan central, porque apunta directa- Para el infans, cuando resuene en la voz de la madre esta
mente a 1o que podría decirse es la "usina" del sujeto, hemos deuda con su padre que hizo posible que no fuera ella misma
encontrado una posible respuesta que emana de la lectu- engullida en Ia boca de cocodrilo, la madre va a poder tren-
ra exhaustiva realizada del escrito de Yankelevichls quien zar rlo trivialmente soma y lenguaje en su hijo para que ad-
enuncia que lo que ha faltado en la madre del niño autis- vengan cuerpo y simbólico.
ta es el deseo hacia el mismo, claro está, pero en la base de
esta falta de deseo, lo que ha fallado verdaderamente es el
deseo incestuoso.
Este deseo es la base de todos los otros. Es necesario ha-
berlo tenido alguna vez y,por supuesto, también es necesario
haberlo reempla zado,metonimízado,suplantado, pues serÍa
imposible contar con una existencia humana sin salir de é1. @

Pero hagamos entonces reversible esta pregunta para po-


der comprenderla:
¿Por qué una madre está posibilitada de donar su falta?
¿Por qué una madre psÍquicamente hablando encarga- simbólico
rÍa un bebe?
Siendo que esta acción entraña tantos cuidados, tantos
rcr¡uerimientos que no acaban en Ia níf,.ez, ni aún en la ado- 14. Freud, S."El sepultamiento del complejo de Edipo", en Obras Com-
Icsccncia. pletas, Tomo XXI. Buenos Aires, Amorrotu, 1990.
15. Freud, S. "Sobre la sexualidad femenina", en Obras Completas, Tomo
lll Yiu¡l<r'lcviclt, Í1. Lógicas del Goce. Rosario, Homo Sapiens, 2003. XXI. Buenos Aires, Amorrortu, 2000.

'to 7l
La función materna I Srtvre TouÁs Capítulo IV I La apuesta materna

El momento de este trenzado no es otro que el de la iden- Es que no va de suyo que un cuerpo se mantenga ergui-
tificación primaria que agujerea al soma haciéndolo cuerpo do con alguna actitud fáIica. Si el humano se rigiese por las
libidinal, vasijandolo, creando hueco. AsÍ, la pulsión va a lan- leyes naturales andaría tirado, más bien yendo a la línea de
zar su tour 16 en los agujeros del cuerpo que, merced a esta las fuerzas de gravedad.
identificación primaria, advendrán zonas erógenas. De hecho, en momentos en que nos sentimos abatidos o
De no existir esta ecuación mencionada, no habrá eroge- maltratados o atravesando una depresión neurótica pronun-
nizacion de los agujeros. ciamos la frase "estoy tirado", "decaÍdo", como si nos sintiéra-
La no acomodación de la postura erecta,la inexpresión de mos abandonados, a merced de las leyes de la gravedad.
la boca y el rostro, los orificios de los ojos que no emiten mi- La eficacia de esta primera identificación que introduce el
rada en el caso del autismo, indicarán que allí no hubo iden- falo pone al soma fuera de juego, haciendo aparecer un pri-
tificación primaria. mer agujero, un vasijamiento alrededor de los agujeros que
El babeo de estos niños, su falta de expresión humana, la se organízan en bordes libidinales desde donde la pulsión
falta de elegancia en la postura de su cuerpo darán cuenta lanza su fuerza constante.
palmariamente del fracaso de esta operación. Si esta operación ha fracasado en el autismo, entonces es
Hemos conocido a un niño que había sido ubicado en una entendible por qué una autora como Silvia Tendlarzrs refre-
escuela de sordos e hipoacúsicosl7 por no responder a la pa- ra que los niños autistas no tienen cuerpo, ya que para te-
labra y mostrarse desatento a todo. nerlo y hacer uso de él deben conjugarse las acciones de lo
Plegaba sus piernas de manera tal que llamaba Ia aten- simbólico, 1o real y 1o imaginario.
ción pues parecía un muñeco de trapo y permanecÍa inerte No hay atribución de un cuerpo en los autistas, pues la
en su expresión ante lastimaduras y cortes que a cualquier falta de extracción de objeto impide que se estructure la con-
otro niño hubieran hecho gritar. sistencia corporal.
Su sonrisa, mecáníca, no hacía más que mostrar su falta Tendlarz refiere al caso del niño Lobo, tratado por Lacan
de expresividad; podía verse en Ian claramente que el apila- en el Seminario I,re donde la falla de simbolización produce
miento trivial de soma y lenguaje no alcanzo a edificar cuer- que eI Otro sea real, y desde allí se conciben para la clínica
po y simbólico. las maniobras sobre lo real, tendientes a producir una dis-
continuidad simbólica para lograr extracción de objeto "a"
que el niño encarna para el Otro.
Esta falla en la extracción de goce presenta desde luego
Apilamiento correlato en el cuerpo, en el espacio y en eI tiempo.
trivial EI tratamiento del espacio para los niños autistas hace que
el adentro y el afuera sean continuos, tal como si se tratara
de una banda de moebius, el niño se encuentra sumergido en
un espacio tal que hace que un coche ubicado a 200 metros
de distancia y el que el niño tiene en la mano, sean uno.
lenguaje
Consideramos que esta falta de inmersión subjetiva en

t(i. Lrrctrn, J. Seminario XI. Los cuatro conceptos fundamentales. Buenos 18. Tendlarz, S. De qué sufren los niños. Buenos Aires, Lugar Editorial,
Aircs, Paidós, 1995. 1996.
17. l,lscrrcla Especial de Sordos e hipoacúsicos. Provincia de Buenos Ai- 19. Lacan. J. Seminario L Los escritos técnicos de Freud. Buenos Aires,
l'(.s. Paidós, 1995.

72
La función materna I Str-we TouÁs Capítulo IV I La apuesta materna

la tridimensionalidad es efecto de la ausencia de la signifi- mitiendo que él tenga una voz propia y hable, que se apode-
cación fálica. No debe atribuirse a una falla perceptiva o de re de Ia palabra.
cognición sino a la ausencia del organizador simbólico que Si esta función es normativa, dará de comer "la comida to-
distribuye y ordena las percepciones. témica", aquella que permita que se incorpore al padre, por-
Cuando la medida fálica desaparece, nos encontramos con que tiene en cuenta que debe "quedar un resto" qr" no es in-
que no hay agujeros que precedan a las clavijas; así, los ob- gerible, algo que escapa a la identificación.
jetos pierden su tamaño y se deslocalizan. Un resto que no se aviene a la identificación es precisa-
mente eI resto a partir del cual dará paso la singularidad de
cada quien, así podrá ponerse en marcha el factor creacio-
Conclusión nal que hace a la subjetividad y que empieza a jugarse desde
temprano, con el primer fort da, el del pecho materno.
Podríamos dar las últimas puntadas a este capÍtulo con
la pregunta de ¿qué alcance tiene la función materna en la
constitución del psiquismo?

Postulamos que la función materna es aquella que apues-


ta a la subjetiuidad del infans antes de que ésta emerja.

Cuando una mujer piensa en el hijo antes de su nacimien-


to, y aún antes de concebirlo; cuando prepara sus escarpi-
nes, y dispone un lugar de la casa para su niño, cuando fan-
tasea con su nombre, realiza una especie de anticipación2o
que dará el puntapié inicial e imprescindible para la emer-
gencia de un sujeto.
Función de anticipación, nodal por cierto, que junto a la
de "holding" o sostenimiento proporcionarán los elementos
necesarios, simbólicos e imaginarios para el entramado del
psiquismo.
Haciendo que 1o real del grito primario, aullido desgarra-
dor, pueda entramarse estructurando un tejido humanizado
sólo merced a lo humanizante aportado por Ia voz,la mira-
da materna, al deseo de ella que dará paso a la entrada de
falo como significante.
Además de apostar a é1, será aquella que pudiendo ser
"apenas buena", permita al niño crear, inventar, hacer la ex-
¡lcric.ncia con los objetos y fenómenos transicionales," per-
20. I,)x¡rrcsión que recogida del libro de Alba Flesler El niño en el andli-
sis y r,/ lugar de los padres. Buenos Aires, Paidós, 2007.
2 I Wirrrri<:ot, D. Ilealidad y juego. Barcelona, Gedisa, 1994.

75
74
CapÍtur,o V

El espejo, el Otro, el suieto

Introducción
Tomaremos para nuestro trabajo al estadio del espejo tra-
bajado por Jacques Lacan en su primer Seminario denomi-
nado "Los escritos técnicos de Freud", pues consideramos
que esta instancia constituye fundamentalmente una expe-
riencia de identificación primordial donde el niño se perfila
como sujeto, en inicio, por medio de una relación de indife-
renciación con su madre.
Esta relación es producto de la posición particular que el
niño alimenta con ella por tratar de identificarse con lo que
él supone que es su deseo. A partir de esta experiencia iden-
tificatoria adviene Ia captación de la imagen de su cuerpo.
Si en un primer momento observa la imagen real que apa-
rece reflejada en el espejo como algo externo a ser captado o
atrapado; en una segunda instancia descubre que el que tie-
ne enfrente no es un ser si no una imagen.
A partir de allí, decide dejar de atraparlo. Finalmente, ad-
vertirá que lo particular de esa imagen a la cual se enfren-
ta es la suya.
La identificación del niño con esta imagen promovetála
estructuración del yo je (cara simbólica del yo a diferencia
del yo moi, que refiere a lo imaginario) poniendo término a
esa vivencia llamada "fantasÍa de cuerpo fragmentado".
La función materrua I Copítulo V I El espejo, el Otro, el sujeto
Srr.we TouÁs .
Enfaticemos eü€, antes del estadio del espejo el niño ex- El sentimiento de fragmentación confrontado con la uni-
perimentaba su cuerpo como algo disperso. A partir de esta dad de la imagen que fascinará al bebé, lo vuelca hacia una
instancia identificatoria que Lacan ubica en un período que anticipación en un movimiento de báscula donde se identi-
va de los seis a los dieciocho meses, se tenderá hacia la neu: fr.cará con ella.
tralización del cuerpo fragmentado a favor de Ia unidad del Cuando decimos precipitación nos referimos al sentido
cuerpo propio. que la palabra adquiere en química;por ejemplo, podríamos
Veamos como 1o dice Lacan: hablar de la precipitación de cristales.
"El estadio del espejo es un drama cuyo impulso interno Lo que nos interesa fuertemente recalcar es que esta pre-
se precipita de la insuficiencia a la anticipación y que para eI cipitación, que además tiene carácter de prisa, podrá dar-
sujeto, engañado por la ilusión de la identificación espacial, se si se cuenta con una matriz simbólica a través de la cual
urde las fantasías que se suceden desde una imagen frag- precipitarse.
mentada del cuerpo hasta una forma que llamaremos orto- Recordemos que en estos primeros seminarios, Lacan está
pédica de la realidad."l interesado por rescatar el plano simbólico por sobre el ima-
En relación a la función materna, nos interesa plan- ginario, aunque en el final de su enseñan aza dirá que sus
tear el interrogante referido a [Qué es lo propio que ata- tres Real, Simbólico y Imaginario son iguales en importan-
ñe a función materna en torno a este momento de identifi- cia. A la altura del Seminario, I la égida de lo simbólico será
cación nodal? aquello en lo que enfatízará Lacan.
Entonces planteamos que esta instancia identificatoria
no pasa únicamente por la égida de la imagen y, por ello,
Estadio del espejo creemos que no será tanto el verse en un espejo como ver
que esa imagen, a la cual se identificará el niño, está sos-
Sabemos que el infans , cría de hombre antes de que la pa- tenida por Otro que con su mirada convalida, asiente esa
labra 1o haya tocado, se encuentra en inicio en estado de pre- incorporación.
maturación neurológica pues no cuenta aún con la mielini- La matriz simbóIica será allí el deseo de Ia madre que ubi-
zación de los haces piramidales, Io que acarrea como conse- ca a su hijo momentáneamente en el lugar de falo imagina-
cuencia que no coordine sus movimientos. rio. De no contar el niño con esa matrí2, no poseerá para ella
Hemos trabajado en capítulos anteriores esta prematu- el valor de falo, no pudiéndose constituir un yo, como traba-
ración y la necesidad de contar, por Io tanto, con un auxilio jaremos más adelante en el capítulo referido a autismo psi-
ajeno que proporcione los cuidados básicos y que instaure Ia cógeno, donde planteaemos que el Otro faltó a la cita.
función de "entendimiento". Para la madre el lugar de falo que ocup ará eL niño servirá
Ocurre que a partir del sexto mes, el niño, al verse refle- de pantalla para engañar su deseo. Para el niño, ser el falo
jado en el espejo, se interesa en su imagen. constituirá una primera y necesaria posición.
Expuesto a su imagen en el espejo, imagen que.le apare- Luego veremos, en "La madre como mattre" que cuando
ce como una gestalt integrada, vivenciará un estado de anti- este Otro primordial mira sólo 1o que quiere ver, sin ver al
cipación e insuficiencia que proporcionará una tensión agre- niño real, sin poder donar una mirada amorosa, el pequeño
siva con la imagen que aparece unificada. quedará sumergido en el fondo del espejo, dificultándose su
separación, apareciendo incidencias graves en Ia subjetivi-
I . l,ar:an, J. "El estadio del espejo como formador de la función del yo je dad. Entonces, "Ser el falo" corresponde a un tiempo nodal,
l,rrl <xrmo se nos revela en la experiencia psicoanalítica", en Escritos I, de no contar con ese tiempo alienatorio, el sujeto no podrá
Sigl«r XXI, 14" edición, 1988. pág. 90.

7u 79
t 3
La función materrua I SrLvu TouÁs t
Capítulo V I El espejo, el Otro, el sujeto

separarse más adelante, quedando más como un resto caído


que como sujeto deseante.2
Pero volvamos a nuestro enunciado: ser el falo, entonces,
en un primer tiempo, será la consecuencia de una primera Miroir ..
posición en donde aún sin hablar se cuenta ya con lenguaje i----- SI
pues hay un lugar en el Otro.
\_\\ §¡\
at
Resaltamos una vez más, un eje que guía nuestro trabajo: \
la madre de por sÍ con su mera presencia no aporta las con- i'(a)
diciones para que la instancia del estadio del espejo como po- i (a)

sibilidad identificatoria se lleve a cabo.


Es parte de la función materna posibilitar la primera cap-
tación del cuerpo a través del plano especular con la media-
ción de 1o que llamamos "su sostenimiento" auspiciante de
la convalidación de esa captación especular.
A partir de la utilización del modelo óptico, Jacques Lacan
representará estos conceptos que venimos trabajando, utili-
zando el soporte que le brinda esta disciplina.
Planteará la prese.ncia de un espejo cóncavo, curvo, eu€
arroja imágenes reales; una caja abierta; un jarrón sobre la Si colocamos el espejo plano frente a Ia imagen ilusoria,la
caja y un ramo de flores debajo de ella. imagen real se reflejará constituyendo una imagen virtual y
La ilusión se producirá según se ubiquen estos objetos lo mismo ocurrirá con las flores.
frente al ojo o mejor dicho, la ilusión de ver las flores arriba El florero oculto en la caja representa la realidad biológi-
del florero, (cuando en realidad están debajo de la caja) se ca del cuerpo en tanto inaccesible para el sujeto, si no es por
producirá ante una determinada posición del ojo que a todas la mediación de la imagen.
luces representa la posición del sujeto. Planteamos que desde el espejo,la primera captación pre-
Luego incorporará a la experiencia un espejo plano que especular del cuerpo acontece en el momento en que se reali-
arroja imágenes virtuales (como las que vemos en el espe- za elpasaje de soma a cuerpo cuando se esbozan los agujeros
jo del baño) y ubicará en el lugar donde estaban las flores al a través de los cuales circulará en su tour la pulsión.
florero del siguiente modo: AquÍ, la madre jugaría el rol del espejo cóncavo,3 en don-
de se produce Ia primera captación del cuerpo en el espejo a
través de la imagen real, captación preespecular.
AsÍ se dibujarán en consecuencia las primeras zonas eró-
genas imprescindibles para el circular de la pulsión, pues
estas zonas no vienen desde el origen. Sí están los agujeros
del cuerpo como la boca, Ios orificios auriculares, los parpe-
brales, el ano, pero que estén los agujeros no significa que
estén erogenizados.
2. Nos inspira esta idea la lectura del libro de Stella Maris Rivadero,
l,'ra«:osos del amor, impedimentos del deseo y enclaues d,el goce.Bue- 3. Como lo plantea Silvia Amigo, en su texto Paradojas clíruicas de la
nos Aires, Letra Viva, 2008. uida y la muerte.

80 81
*
V*

La función materna I Srrwe To*tÁs Capítulo V I El espejo, el Otro, el sujeto


r
:t:

"Será necesaria la acción del Otro primordial para que se cientemente en el Seminario IV,6 en relación al historial de
ponga en juego ta libidinización que haga de ese soma, un la joven homosexual, riquísimo para ahondar en la perspec-
cuerpo, el recorte de la zona de borde es realizado por la de- tiva de la función materna que dejaremos planteado para re-
manda materna", nos dice Amelia Imbriano, y continúa "es tomar en otra ocasión.
decir el objeto de la pulsión le llega bajo el significado de la Retomando la perspectiva amorosa de la función mater-
demanda del Otro." a na, diremos que René Spitz en su importante libro sobre el
Entonces, la madre con su mirada, con su palabra, con su primer año de vida del bebé? dedica un capítulo de esa obra
tacto, con su voz y el entrelazamiento de esos objetos pulsio- a las enfermedades defectivas emocionales del infante, aso-
nales que aparecen y desaparecen habilitará a través de su ciadas a la ausencia física de la madre al mismo tiempo que
demanda a que comience a circular lo pulsional. en una llamada aI pie de página8 nos aclara que Ia presen-
Puede suceder que ella no logre prestarse como espejo cón- cia física no garantíza de por sí una buena efectividad de la
cavo para que a través suyo se refleje la imagen preespecu- acción materna.
lar, entonces, estaremos en el terreno del autismo y por su Registra que los infantes de casa cuna (uno de los lugares
puesto en el del marasmo. donde realizí sus observaciones y estudios estadísticos) que
Al decir de Lacan,s el yo no se presenta y no se sostiene habían pasado los primeros seis meses de vida junto a sus
sino a partir de la mirada del Otro con ma¡niscula. madres y, luego, por razones de desaparición de éstas debie-
Repasemos: la libidinizacion de bordes se dará a través ron ser institucionalizados en la segunda mitad del primer
de la acción del Otro materno que mira, toca, habla a su hijo año, denotaron cambios de conducta signiflcativos: algunos de
dejando resonar el vacÍo propio de la nominación, pasaje de ellos, dice, "registraban una conducta lloriqueante pero des-
deseo, catectízando los agujeros naturales, convirtiéndolos pués de algún tiempo pasaban al retraimiento; solían yacer
en zonas erógenas. postrados en sus camitas, desviando el rostro y negándose a
Insistimos en que la función tan compleja de espejo plano tomar parte de la vida de alrededor".e
se da cuando se produce en la madre la posibitidad de "soste- Remarca Spitz que algunos de los infantes perdÍan peso
ner" el ingreso del niño en el reconocimiento de sí en el espe- en lugar de ganarlo y padecÍan de insomnio. Este sÍndrome,
jo, ofreciéndose ella como aval de la supuesta unificación. nos dice eI autor iba empeorando, dando paso a una glacial
"Supuesta" en el punto donde "no todo" entrará en el ci- rigidez en la expresión; el contacto con estos niños se torna-
frado del Uno como ideal. ba imposible.
Si Ia madre puede "prestarse" a representar ambos espe- A Io largo de los meses en que continuaban privados del
jos, cóncavo y plano, advienen así las imágenes real y espe- oficio materno,los lloriqueos cesaban, dando paso a los ge-
cular o imaginaria, siendo esto lo que permitirá al niño eI re- midos, eI retraso motor se acrecentaba y era luego reempla-
conocimiento de su imagen en el espejo. zado por el letargo.
Este "prestarse" constituye desde luego una verdadera do-
n¿rción profundamente emparentada con el amor. Al respec-
t,o, sobre la frustración en el amor ha trabajado Lacan sufl-
6. Lacan, J. Seminario IV. La relación de objeto. Buenos Aires, Paidós,
2004.
lrrrlrrirrrro, 4." Los nombres de la muerte", en La odisea del siglo WI, 7. Spitz, R. El primer año de uida del niño. Buenos Aires, Fondo de cul-
l.a g lobalización. Buenos Aires, Letra Viva, 2007, pág. 7 3.
l,) I t, r I t t s t t a tura económica, 13" edición, 2006.
L¡rr'¡ur ,,1. SctninrtrioVII. LaTlansferencia. Buenos Aires, Paidós, 2003, 8. Ibid.Pás. L97.
¡rrr11 llf)ll 9. Ibid. Pás.L98.

H2
V

La función materna I Srwu TouÁs Capítulo V I El espejo, el Otro, el sujeto

Conclusión bro de spitz: el autor menciona que en la casa de expósitos,rl


donde los niños eran dejados por sus madres a partir del ter-
Estas notables observaciones realizadas por Spitz mar- cer mes y cuidados por niñeras, donde cada una de ellas te-
can que cuando el niño pequeñÍsimo, pierde prematuramen- nía a su cargo a doce niños, éstos eran muy bien asistidos
te el contacto libidinal con el Otro, que le oficia, como he- en cuanto a alimentación, higiene y cuidados médicos; sin
mos mencionad.o, de espejo erogenizante a través de su voz, embargo, aparecían síntomas de depresión anaclítica debi-
su mirada, su sostenimiento (Otro que a Ia vez convalida la do a que los pequeños estaban "emocionalmente ávidos de
unidad de su cuerpo a partir de presentarle un espejo en el cariño",12 entonces el rostro se les tornaba inexpresivo la co-
cual reflejarse) su constitución psíquica queda afectada pro- ordinación ocular dificultosa y la expresión facial era mu-
fundamente. chas veces de debilidad.
Esa afectación puede producir a la vez repercusiones en ¿cómo podría constituirse un sujeto sin el espejo der
la rivera del cuerpo y del accionar con eI mismo, tal como lo Otro, que no es sólo imagen, sino palabra y yoz, que eroge-
notamos claramente en el autismo donde nos encontramos triza, sostiene, y mira, posibilitando al sujeto cernir su pro-
a veces con niños que nunca se enferman, sus cuerpos pare- pia mirada?
cen no tener frío ni calor y, en ocasiones, luego de comerazat Pensamos que el estadio del espejo constituye un momen-
un tratamiento registran algun resfrío o empie zart a enfer- to fundante de alienación primordial, que sólo puede llevar-
marse con mayor asiduidad, a partir de que el soma es toca- se a cabo si se cuenta con la mirada de1 Otro.
do por el significante.
Por otro lado, hemos podido observar que estos niños re-
gistran dificultades en relación a los órganos, por ejemplo la
vista suele aparecer desviada, además de no registrarse mi-
rada pues ésta constituye, desde luego, un objeto princeps
de orden libidinal.
A partir de estas dificultades de catectización en el propio
cuerpo, donde el organismo funciona pero falló la animación
que sólo provee la libido, sucede que la posibilidad de inves-
tir el mundo está anulada y con ella el interés por los otros.
Encontramos pues, que en la función materna, que excede
por mucho a los cuidados alimenticios y de la salud; se trata,
más bien, de una relación "anaclÍtica"l0 es decir del aporte li-
bidinal, catectízación del hijo y de sostén, más que de cuida-
dos de puericultura y pasaje de consignas.
Resaltamos que si esta función diremos de "anclaje", no ad-
viene, por más que se cuente con lo inherente a la salud y la
srr¡rcrvivencia, los resultados psÍquicos serán catastróficos.
Al respecto nos servimos una vez más del importante li-
11' Lugar que albergaba noventa y un infantes criados hasta el tercer mes
10. A¡¡rrr:lít,ic«¡ como "apoyarse contra"."Las primeras satisfacciones au- por sus madres y luego separados de ellas por diferentes causas, don-
sc cxperiencian en relación con las funciones vitales que
l,r¡r'rr'it,i«:¡rs de eran atendidos debidamente en lo que respecta al cuidado fisico.
xirvr,¡r ¡r l¡rs fin¿rlidades de la autoconservación" Freud, 1914. 12.Op. ciú. supra, nota 86. Pág.205.

84
CapÍrulo VI

¿Qué ocurrió en el autismo


con el cuerpo y el Otro?

Introducción
A lo largo de los años del trabajo en gabinetes de educación
especial, he podido observar cómo son ubicados en estas ins-
tituciones niños con patologÍas diversas a las que la escuela
dice atender. Con frecuencia se trata de niños con gran des-
conexión eu€, al no poder responder a las consignas básicas,
se alojan en escuelas de débiles mentales o sordos.
En una ocasión, llegó al lugar un pequeño que a todos lla-
maba la atención por las particularidades que presentaba su
cuerpo, se le suponía sordera; sin embargo, veremos que su
desconexión guardaba otras razones. Lo más llamativo era,
como digo, su cuerpo,ya que no parecÍa humano.
¿Qué relación guardan los casos de desconexión severa
que lindan con el autismo respecto al cuerpo? ¿Es que se ha
constituÍdo éste en dicha patologÍa? ¿Qué ocurrió en estos
casos con la Demanda del Otro materno?
Talvez el breve recorte clÍnico nos aporte algo de luz a es-
tos interrogantes.

87
L
La función tnaterna Capítulo VI I ¿Qué ocurrió en el autismo con el cuerpo y el Otro
I Srrwe TouÁs

Cuerpo y autismo Para el psicoanálisis, el sujeto no se autoengendra sino


que reconoce su origen en el campo del Otro.
Ian se sienta en un pasillo a la manera de un indiecito, con Plantearemos con Lacan, estas operaciones en relación a un
punzón para escribir la relación entre el Sujeto y el Otro.
las piernas cruzadas y se queda ahí balanceándose durante
largo rato. Llama a todos la atención la manera en que flexio- El punzón es el siguiente:
na sus piernas, parecen no estar articuladas, se asemejan a
la materia de la plastilina, parecen de una masa inerte.
Sin tonicidad, dan la impresión de poder realizar doble-
ces por cualquier lado.
A su vez si alguien se cerca y le hace cosquillas, se ríe, pero
esa risa es al vacÍo, no hay un encuentro de miradas, ni reti-
ro del cuerpo; festeja de una manera trivial; las sonoridades
que emite tienen color metálico, no humano.
En los exámenes de admisión va con todo el que lo invite a
pasar sin el menor temor o incomodidad por lo desconocido.
Tampoco importa quién se acerque, para todos es la mis-
ma sonrisa estereotipada, no hay aceptaciones ni rechazos.
Es que este niño no rechaza, pero tampoco acepta, no alo-
Esta notación es usada también en la fórmula del fantas-
ja, como si todo diera 1o mismo. ma 8 § ay en la de la pulsión: I O D.
El procedimiento nos ofrece un soporte para pensar tam-
¿Por qué esa indiferencia nos preguntamos en el equipo
de admisión?l Parece que su cuerpo no le perteneciera, ¿ha-
bién las operaciones de alienación y separación; dos opera-
brá sido un cuerpo ignorado, golpeado, maltratado? ciones incluidas en el pequeño algoritmo.
La mamá nos hablará de é1 sin esbozar emoción alguna, Ubiquemos de un lado al sujeto y correlativamente al Otro,
sus respuestas serán descripciones sucintas que denotan "le-
lugar de los significantes.
janía afectiva", a pesar de esto, Ia señora se ocupa de las ne- Puede pensarse entonces en una operación de ida y vuel-
cesidades de su hijo. No podemos decir que lo maltrate en el ta en sentido inverso al de Ias agujas del reloj donde la ac-
sentido habitual en que se puede pensar, el niño llega asea- ción del Otro posibilitarála aparición del sujeto prometido
do, prolijo, puntual en el horario citado; sÍ se observa indife-
a esa altura como ser, ya que no ofició aún Ia barra, produc-
rencia hacia el sujeto que hay en Ian. to de la marcación significante.
Lacan habló en su seminario XI 2 sobre dos operaciones A esta acción delAutre sobre el viviente, la llamamos alie-
que fundan el sujeto del inconciente: ALINEACTóI.¡ y sppenacróN. nación.
Se trata, desde luego de cómo se produce el sujeto, partien-
rlo del rechazo de la clásica idea de que aquel es causa de sí
rnismo: "causa sui".

l,)¡r cscuelas especiales el equipo de admsión está conformado por


A¡rist,cntc social, Educacional (cargo que ocupa por lo general un psi-
crilogo o psicopedagogo) y fonoaudiólogo.
l,n('utr, .1. Scminario XI. Los cuatro conceptos fundamentales. Bue-
rrox Airrrs, I)¿ridós, 1964.

89
i:t
La función materna I Srwre TouÁs Capítulo VI I ¿Qué ocurrió en el autismo con el cuerpo y el Otro

sentido sentido

sin sentido

Se trata de una operación circular, pero no recÍproca pues


no es totalizadora, ni unificante. Será el recorrido de vuelta Frente a esta operación de eclipsamiento del sujeto captu-
1o que produzca la separación. rado por el significante queda la operación de separación en
la que se jugará la caÍda del objeto a, montura del sujeto.
Intentemos carac terizar Ia alienación: Veamos qué ocurrió en el autismo psicógeno: proponemos
al ser tocado por el campo del Otro el Ser recibe una 11u- que en el caso de autismo psicógeno, ocurrió que el infans no
via de significantes eu€, alavez que permiten su surgimien- encontró un Otro en el cual alienarse. Otro que cuando se
to en el campo de la subjetividad, lo petrifi.can. presenta, es a la vez donador de significantes y de falta.
Por tanto, la esencia de la alineación es la inscripción Advertimos que en estos casos no se registró tal donación,
del sujeto en el lugar del Otro, el llamado del Otro equiva- inherente a la "apuesta pascalina" que hemos trabajado en ca-
le a un significante: 51 que a la vez se hará tributario de pítulos anteriores, por 1o cual la operación fundante de la alie-
un llamado a 52, significante segundo que dará sentido al nación no se ha efectuado, imposibilitando desde luego la sepa-
primero. ración, donde se produce la extracción de objeto a, resto caído
Siendo entonces Ia esencia de Ia alienación,la inscripción que posibilita el nacimiento del sujeto del Inconciente.
del Sujeto en el lugar de A. En el Seminario XI Lacan hablará del recubrimiento de dos
De hacer funcionar la opción sobre el S1 (ser del sujeto) faltas: la del sujeto y la del Otro, donde el primer objeto que
y S2 (el sentido del Otro) surge una elección entre dos op- propondrá eI niño a ese deseo parental tendrá que ver con la
ciones que conllevan, ambas, una pérdida inexorablemente, posibilidad de la propia pérdida, se pondrá en juego el "¿pue-
pues de elegir el sentido se perderÍa el ser y de elegir el ser des perderme?", jugando así con su propia desaparición.
se quedaría sin el sentido, con Io cual el efecto de pérdida Recalquemos que cuando la operación de separación no se
para el sujeto se torna constitutivo. inscribe, la extracción de objeto se vuelve inoperante.
En el cruce entre ambos círculos nos encontramos con el En los casos de autismo psicógeno precisamos enfatizar
sinsentido que funda el inconciente. que no se contó con Ia incidencia del deseo del Otro, siendo
esta instancia del deseo del Otro "vital" pues puede volver a
un ser viviente o mortificarlo.
Consideramos que el objeto de la pulsión, que es el objeto a
"depende de la demanda para su producción".3 Este objeto es

3. Rabinovich,D. Sexualidad y significante. Buenos Aires, Manantial,


1986.

!,( ) 91
T
La furución materna I Su,vrt TouÁs Capítulo VI | ¿Qué ocumió en el autismo con el cuerpo y el Otro

inseparable del matema en el cual Lacan indica el significan- sión se aÍsla de la anatomÍa orgánica y fisiológica correspon-
te de la falta en el Otro, es decir S (A), del deseo del Otro. diente. Como consecuencia de la incidencia signiflcante, la
En posición del inconcientea denomina a esta operación pulsión aÍsla una zona erógena de bordes. Estos constituyen
como la condición para que "el sujeto tenga un estado civil". un corte, el corte significante, la hiancia entre el sujeto y el
Estado civil, estado de sujeto del inconciente que posibili- objeto. Lo primario es que se inscribe como corte porque sir-
tará,por el anudamiento de los registros simbólico, imagina- ve para inscribir una diferencia: adentro- afuera."8
rio y real, armar un nudo particulars en cuyo centro anida el Planteamos que en el autismo, no es posible hablar de
objeto falta; a partir de allí, se podrá contar con un cuerpo. cuerpo, ya que como explicamos anteriormente no se cuenta
con Ia posibilidad de alinearse en el Otro, cuestión que des-
de luego inhabilita la separación que conlleva extracción de
objeto,por lo tanto no puede darse ATRTBUCTóN ns cuERpo.
La falta de extracción de objeto a, impide la estructura-
ción del cuerpo, en su consistencia.
Estos niños, como Ian, se presentan como si no hubieran
podido constituir un adentro y un afuera, como si no pudie-
ran constituir un ego.
Robert y Rosine Leforte afirman que la clÍnica del autis-
mo y también la de la psicosis es una clínica que nos mues-
tra la carencia de dialéctica entre contenido y continente, que
no se presentan aquí como oposición sino como un pegado a
la manera de dos hojas.
AsÍ, el tratamiento del espacio en el autismo nos mues-
Es que para tener cuerpo y hacer uso de é1, deben entra- tra la continuidad del afuera y del adentro, como una ban-
marse las acciones de lo Simbólico, lo Real y lo Imaginario.o da sin agujeros.
Es la acción simbólica la que instala la constitución del cuer- Este continuo es observable en el "pegarse al Otro". Un
po, sus bordes, así como también las dimensiones del espa- niño que asiste a escuela de sordos,lo se pega a nuestra na-
cio y del tiempo. riz o viene de espaldas y se pega a la nuestra.
"El significante otorga un cuerpo y a Ia vez lo fragmen- Se embadurna la cara, se enchastra con comida o con sus
ta resquebrajándolo en órganos y funciones."7, es a partir de propios excrementos.
la incidencia significante", dirá Amelia Imbriano, "que la pul- Se pega al espejo y se mira, recorre con el dedo la conti-
nuidad del espejo y su cara, como si estuvieran pegados.
4. Lacan, J. "Posición del inconciente", en Escritos 2. Buenos Aires, Si- Una vez más, ide dónde viene esta falta de agujero?
glo )O(I, 13" edición, 1998.
l-r . Fln referencia al nudo borromeo, trabajado por Lacan en su se-
minario XXII. 8. Imbriano, A. La odisea del siglo XXL Efectos de la globalización.
Nos inspira la lectura de la tesis de maestría de Cristina M. Buenos Aires, Letra Viva, 2007, pág.71.
(l¡rrtland tituladaAcerca de tener un cuerpo: una lectura del estatuto 9. Al respecto se expide ampliamente la Sra. Lefort en la clase 8
tlt,l, ruerpr¡ en la enseñanza de J. Lacan, IJniversidad Agentina John del seminario 1 de Lacan, llamada el "Lobo el lobo", donde refieren
l,'. l(cnncdy (2004). al caso de Roberto. pág 141.
'l . 'li.¡rrll¡rrz, S. ¿,De qué sufren los niños? Buenos Aire, Lugar Edi- 10. Me refiero a Escuela de "Sordos e hipoacúsicos" de la Provincia de
lo¡'ii¡1, lf)fx;, prig. ll1. Buenos Aires.

92 93
La función materna I Srwu TouÁs capítulo vI I ¿Qué ocurrió en el autistno con el cuerpo y el otro

Ya dijimos que no hubo extracción de objeto a y hemos muscular que acostumbramos a ver en un cuerpo en el que
afirmado que la dialéctica del deseo Lacaniano tiene esen- ha entrado el falo.
cialmente dos términos. El Sujeto y el Otro. Ese soma no fue agujereado, no fue agujereado porque en
el Otro no se registró hueco y si para Lacan la dialéctica del
deseo se registra entre el sujeto y el otro,la carencia de per-
foración en el otro, es decir, la ausencia del deseo del otro
aparecería como posible respuesta a esta pregunta inicial.
Será nodal para el infans, la ubicación que tenga respec-
to aI deseo del otro, ya que "la función materna, en tanto en-
carna al otro primordial tiene una función de transmisión"l2
transmisión de deseo diríamos.
La perturbación de la relación al Otro, como vemos, no es
sin consecuencias sobre la dimensión del cuerpo.

Cuestión que se constata en una serie de trastornos fun-


cionales que hacen a las dificultades y discordancia de mo-
vimientos, de la marcha y de los ojos, como el estrabismo y
Esta carencia de agujero solo puede venir de la carencia la desviación de la mirada, por supuesto, también en lo que
de Otro. "Solo hay un lugar para el Otro si la madre 1o cree hace al lenguaje.
y si para un niño, ella se cree ocupando este lugar."l1 Colette Solerl3 afi.rma que todos estos datos indican que
Destaquemos que cuando no hay medida fálica no hay en el autismo se trata de una enfermedad de la líbido. El he-
agujeros que permitan la instauración del clavo, Ios objetos cho de que el lenguaje que causa al sujeto opere también so-
se deslocalizan. bre el cuerpo nos pone en la pista de esta aseveración.
Tal como observamos en una niña autista que insiste en in- Las funciones del cuerpo que no son tomadas por el signi-
cluir en los juegos un objeto grande en un espacio pequeño. fi.cante, AquELLAS eun No FUERoN TocADAS poR LA DEMANDA DEL
Hay ausencia del ordenador simbólico que distribuye y or- orno deben distinguirse de aquellas funciones representa-
dena percepciones con lo cual convenimos en que en la cons- das en el lenguaje. Así Soler, toma el ejemplo paradigmático
trucción del espacio se juega algo de lo lingüístico. de Margaret Maller sobre el niño Stanley quien se enchufa y
A la pregunta planteada sobre ¿qué paso con el cuerpo del se desenchufa a su juego, según el decir de esta autora para
autista?, si fue maltratado, ignorado, pegado, que formula- indicar momentos en que se lo ve desconectado, inerte libidi-
mos al principio de este capítulo; contestarÍamos ahora que nalmente como si su organismo se hubiera apagado.
osrt cuERpo No sE coNSTItuvó, no pudo advenir del soma un Por otros momentos se deja ver animado, con gestos de au-
cuerpo por no haber sido atravesado por la traza fálica que tómata, haciendo una especie de semblante de máquina.
Ic pcrmitiría erguirse y tomar tonicidad. Esta conexión y desconexión se realiza a través de un
Así vemos en Ian movimientos y posturas fisicas que nos
llrrnr¡rn la atención porque no parecen humanas, tal el gra- 12.Negro, J. Incidencias del DM en la ubicación del niño respec-
rlo rlc fl¡rcidez y, a la vez, de tensión que no presentan el tono to al deseo del Otro en la enseñanza de Lacan. (Tesis de Maestría),
Universidad Argentina John F. Kennedy,2OO4.
I I Y¡rrrlrrrlcvich, H. Lógica del goce. Rosario, Homo Sapiens, 2002, 13.Soler, C. 'Autismo y paranoia", Margen Analítico, N 1(octubre
2000).
¡rri¡i 52.

r,l4 95
La función materna I Srtvra TouÁs Capítulo VI I ¿Qué ocurció en el autismo con el cuerpo y el Otro

significante que él pronuncia o pronuncia otro y a partir del ellas mismas para depositarlos en el analista y pueden ha-
cual se maquiniza. blar de aquello que en ellas mismas faltó, operan en los ni-
El caso es paradigmático para mostrar cómo a partir del ños movimientos humanizantes como la aparición de voz
significante, el cuerpo se pone en marcha. PodrÍamos escri- o el movimiento corporal que hasta el momento no se ha-
bir esto con los círculos de Euler, ya tratados en este capítu- bÍan dado.
lo, en donde Lacan ha trabajado la cuestión de la alineación- Concluimos que para que el lenguaje produzca un sujeto
ladel ser viviente en el Otro, quien con los signiflcantes hace hablante allí donde in initio hubo infans y soma será nece-
marca para que de ese organismo advenga un cuerpo. sario que ese lenguaje sea incorporado, inscripto en el cuer-
Margaret Maller se ocupa de tratar el tema del dolor, la po, lo cual implicará la transmisión por parte de quien ope-
resistencia al dolor y no consigue situarla, supone un defec- re función materna, de una falta.
to de catexia periférica;para nosotros, se trata de fenómenos Si la madre le habla a su hijo haciendo resonar el vacío
que denotan 1o que por el significante no ha sido tocado. de su falta fálica, su decir resultará nominante.
También es posible hablarle a un niño sin nominación nin-
guna, entonces lo dicho hará las veces de consignas o nor-
mas de crianza,talcomo lo observamos en Ian donde su com-
prensión del lenguaje permanece en el plano de la efectivi-
Conclusión
dad maquinal pero no llega a rozar la posibilidad poética de
Durante las entrevistas con padres, en el trabajo con ni- la que puede hacer uso un niño desde temprano.
Si, como trabajamos en un capítulo anterior, el vasijamien-
ños, se producen movimientos subjetivos que efectúan pér-
dida de goce en los primeros y esto conlleva, sin duda, movi- to del cuerpo depende de la caída de objeto o notamos que
mientos subjetivos en sus hijos. esto no sucedió en el caso del autismo psicógeno.
Conversando con madres de niños autistas se observa Los niños autistas como Ian suelen emitir ruidos gutu-
como,la posibilidad de que cuenten sus historias y los senti- rales pero no sacan la voz. La emisión de voz implicaría un
mientos depositados sobre esos hijos que no accedieron a la uso del objeto voz con el que él no cuenta, ya que faltó la de-
palabra, abre por primeravez una vÍa entre ellas y sus ni- manda para la producción.
ños. No sólo por el efecto del alivio de haber compartido con Quien opere función materna que postulamos como "pasa-
el analista algo que nunca salió de ellas, sino porque eso que dora de una falta" invitará con la sonoridad de su voz a que
se dijo tiene un peso que ya no puede soportarse tal cual es
el infans recorte la propia.
y abre otras vías.
Suele suceder que a partir de que las madres ponen en
palabras estos sentimientos tan duros hacia sus hijos, o la
inexistencia de los mismos, cuando se refieren, por ejem-
plo, a su embarazo en términos de peso de su propio cuer-
po sin que aparezca en el relato nada que reflera al niño
que se esperaba, cuando pueden extraer esos sentimientos
de opresión o de inexistencia depositados sobre el niño de

14. Lacan, J. "El sujeto y el Otro: Alineación", en Seminario XI.


cuatro conceptos fundamentales. Buenos Aires, Paidós, 1995.

96
t 97
SpcuNDA PARTE

Diferentes texturas
en la encarnadura del Otro
CepÍrulo VII

Autismo o cuando el Otro


materno faltó a su cita

Introducción
Si, como venimos trabajando en los capÍtulos preceden-
tes, eI abandono del instinto coincide con el encuentro con el
Otro y para representarnos mejor Ia situación, decimos que
el Otro primordial encarna o quien ocupa su lugar en la ma-
dre, nos preguntamos iQué ha ocurrido con la función ma-
terna en los casos de autismo?
Desde el psicoanálisis se piensa que el sujeto es segundo,
en el sentido en que será necesaria la marca del Otro para
el advenimiento del sujeto.
Es que tal como 1o plantea Lacan en el Seminario XIl
(y así lo hemos desplegado en el capÍtulo anterior) no puede
pensarse un sujeto sin las operaciones constitutivas de alie-
nación y separación.
En la alienación habíamos planteado, en lo que toca de
entrada al inconciente, los dos campos: el del sujeto y el del
Otro.

1. Lacan, J. Seminario XI. Los cuatro coruceptos fundamentales.


Buenos Aires, Paidós, 1995.

101
La función materna I Sruwt Tr¡u¡s Capítulo VII I Autismo o cuando el Otro materno faltó a su cita

Recordemos: se trata de un Vel alienante, donde si esco-


gemos el ser, el sujeto desaparece y si escogemos el sentido,
éste quedará cristalizado; 1o que ocurre en el campo de la
neurosis es una elección por el sentido que deja caída una
región de:

EI
sentido
El otro es el lugar donde se sitúa la cadena significante
que rige todo lo que del sujeto puede hacerse presente, es en el
campo de ese ser viviente donde ese sujeto debe aparecer.
El sujeto depende del significante y el significante está
primero en el campo del Otro.
Al producirse en el campo del otro, eI significante hace
surgir al sujeto de significación. Pero sólo funciona como sig-
El sinsentido
nificante petrificando al sujeto.
Hemos presentado el rombo y diremos ahora que ra v de
El sin sentido pone a jugar eI factor letal de esta elección.
la parte inferior grafica la primera operación en donde el Por entrar en juego la muerte, se produce un efecto de es-
sujeto se tira sobre el A, "se tira" a ser colonizado2 por el tructura.
otro, aprende de él los significantes, se deja "embeber por Esta estructura se basa en Ia función de corte, función to-
el Otro". pológica de corte.
Es que la relación del sujeto con eI Otro se genera en un
proceso de hiancia.
Entonces diremos que mientras que el primer tiempo de
la subestructura se basa en una reunión, el segundo se basa
en la subestructura, producto o intersección.
El sinsentido.
Se sitúa en esa lúnula donde encontrarán la forma de
Dijimos que es la primera operación "esencial" que fun- hiancia, del borde.
da el sujeto. Enunciamos, ya que a esta operación Lacan la denomi-
¿Es que el sujeto está condenado a verse surgir primero na de separaciín, separare, separar, parirse a sÍ mismo con
en el Otro? todos los sentidos fluctuantes de esta palabra tanto vestir-
De ningún modo, nos dice Lacan, el sujeto aparecerá en se como defenderse, procurarse lo necesario para que los de-
esa división que ha llamado afanisis-desaparición. más se cuiden de uno, parirse, vestirse.
Es gracias a esta separación que eI sujeto puede pregun-
2. Es una expresión que agradecemos a Silvia Amigo.
tarse respecto al Otro: "me dice esto, pero ¿qué quiere?" fun-

r02 103
La función materna I Srwre ToptÁs VII faltó a su cita
Capítulo I Autisrno o cuarudo el Otro materno

ción afanÍsica, función que se ve congelada en la psicosis, en La autora toma a Winnicott quien afirmará que las psico-
el fenómeno psicosomático y debilidad mental; claro está, no sis son la resultante de una "deficiencia del ambiente".
en el mismo grado según se trate de una u otra y donde los Dice Tustin: "a una madre llena de infantil inseguridad,
significantes L y 2 están "holofraseados". no formulada e insoportable así como carente de apoyo para
soportarla, Ie resulta difícil liberar al bebé para que se mue-
Ahora bien, deseamos reformular una vez más esta pre- va, actúe. Cuando eI bebé se muestra ansioso le resulta por
gunta que nos compete ¿por qué estas operaciones, que como demás inquietante (. . . ) No llega a crearse el espacio de ilu-
dijimos son "fundantes" de un sujeto que hasta entonces no sión formulado por Winnicott entre pecho y niño."5
existÍa, no se dan en el autismo?
La propuesta de este capítulo de tesis será indagar qué Lo que la autora encuentra en las mamás de los niños au-
ocurrió en los casos graves de autismo psicógeno respecto al tistas es que se trata de una dificultad en la capacidad de
lugar del otro que como dijimos llamaremos "otro materno", "sostenimiento".
el que espera con significantes y oferta su falta, sostiene a su Dice que Ia capacidad para "apoyar" un bebé reside en la
hijo poniendo a jugar la anticipación y sostenimiento esencia- posibilidad de "prestarle atención". La falta de sostén ma-
les, ambas en lo que respecta a la función materna. terno, lo deja al niño presa de terrores y sufrimientos, sien-
do muy escasa Ia ayuda que recibe del exterior para tolerar-
los, es su propio cuerpo el que sirve de caparazín.
El Otro materno y el autista ¿No es acaso, desde Jacques Lacan, el Otro materno quien
cumple la función de donarG a su hijo en primera instancia
Autismo, término utilizado para referirse a comporta- lo simbólico y lo imaginario que le permitan trenzar lo real?
mientos centrados en el propio sujeto, del griego o,utos,B Es decir, ¿no será la función materna la que a través de la
uno mismo, propio. voz,la mirada, el sostén , si hacen fort 4a, posibilite que co-
Tustina describe a estos niños como a seres que escon- mience a darse el proceso de subjetivación que transforma
den en su interior heridas permanentes. AsÍ, erigen un muro 1o real en realidad psíquica?
infranqueable que los aÍsla y a la vez protege del entorno.
Suelen mantener con el mundo externo, dice Tustin, un mÍ- El juego, particularmente en primer instancia eI juego
nimo nexo por ejemplo a través del tacto; con frecuencia se con la voz, Ia emisión de los primeros sonidos, los gorjeos
los guÍa físicamente con la mano ya que todo intento con len- iniciales del niño son alimentados por Ia invitación que for-
guaje, palabra y señales resulta vano, agrega. mula la madre.
Preguntándose dicha autora acerca del origen del autis- EIla le propone modalízar los gritos iniciales, desgarran-
mo, recorre varias escuelas entre las que se encuentra el tes por cierto, ofreciendo sus propias modulaciones vocales
psicoanálisis y dice: "El psicoanálisis se inclina a considerar para que el niño monte allí sus primeras sonoridades, tras
el autismo como un producto del defectuoso entendimiento la expulsión de los primeros gritos que ella recogerá, devol-
del niño con quien oficie de madre en los primeros momen- viéndolos en forma de sonidos.
tos de vida". Luego, a partir de esa experiencia de subjetivación, una

3. Pabón de Urbina, J. Diccionario manual griego. Barcelona, VOX, 5. Ibid. Págs. 10-11.
2006. 6. La cuestión del don es trabajada profundamente por Lacan en
4. Tustin, F. Autismo y Psicosis infantiles. Buenos Aires, Paidós, relación a la perspectiva materna cuando escribe el Serninario de la
t977. relación de objeto.

t04 105
La función materna I Srrwe TouÁs Capítulo VII I Autismo o cuando el Otro materno faltó a su cíta

de las primeras junto a la posibilidad de tomar y retirarse Lo que sorprende a Kanner ees antes que nada lo que el
del pecho materno, se irá domeñando lo real po.qlu llamaba la "autosuficiencia", niños que se podría decir, están
se tren_
za cort lo imaginario y lo simbólico. en el mundo un poco como en un cascarón, sin contactos no
De allÍ, el acceso al juego (el primer juego es con pe_ sólo con eI entorno, sino con la mas mínima señal; son niños
el
cho materno pues "la pérdida de unu .rttu du ,atisru.cio., que no dirigen señales a otros y que cuando se las dirigen a
en el cuerpo de la madre motorizó el chupeteo,,z) y ellos no las responden. Es tal la observación fenoménica.
el acce_
so a la palabra, herramienta que Freud pánsaba Nos encontramos con niños que no están faltos de lenguaje
como tera-
péutica, pero que además constituye un modo fundamentar pero que tienen un lenguaje que podrÍamos llamar puro, en
de exploración del mundo, un modo de tomar los eI sentido de lo automático instalados en un mundo de fije-
objetos, de
designarlos. za, de repetición, una repetición que puede consistir en efec-
tuar el mismo movimiento durante varias horas o el mismo
En el autismo, nos encontramos con un lÍmite, ," lÍump juego que consiste en poner un objeto en tal lugar, también
DE LA pALABRA.
Tenemos lo que se podrÍa llamar un grado cero durante horas pero en ningún caso, la posibilidad de contar
del ser humano, no dicho esto de manera peyorativa, con juego simbóIico, lo que implicaría entrar en eI terreno
ni des-
de un punto de vista moral sino teniendá en cuenta que ficcional para transformar el mundo en escena.lo
el
ser humano se define como tal por su relación a la paiabra Es que la ausencia de vacío que recorta el objeto, impide
eu€, como dice Lacan, es la que tiene una función y ugrugu tanto la emisión de lavoz y el jugueteo con ella, como el ju-
que esto se da en el campo del lenguaje.s gueteo con las cosas del mundo para crear escena.
se podrÍa decir que en er mismo *o-"nto en que un ser Para Ia lingüística,Ia glosolalia es una emisión de sonidos
humano adquiere la función de la palabra, olvida el instin_ que no reproduce ninguna lengua conocida, es un fenómeno
to, olvida la relación a lo real típico del infans que juega a "parlotear en lenguas descono-
Los autistas se encuentran por fuera del campo de la pa- cidas", sin que esto signifi,que nada.
labra. No es que estemos hablando de niños con mutismo, Se emiten sonidos que no son los pertenecientes a una len-
en todo caso se tratarÍa de un mutismo aleatorio, inconstan_ gua determinada y aceptada.
te, es decir que de vez en cuando hablan, entonces ese
mu- Es que invistiendo las cuerdas vocales, haciendo entrar y
tismo es irregular. salir el aire, modulando el vacío es el modo en que eI infans
Este estado tan particular hace que se los tome por niños se apresta a enquIRIR la lengua.
sordos o débiles mentales y sean tratados como tales. El sentido de esta adquisición, tal como lo presenta Yanke-
Tal vez incluidos en instituciones para retardo mental, levichll en su libro sobre autismo y psicosis, implica que eso
donde uno puede ver claramente que ,o ." tratade esta
dis-
capacidad ya que manifiestan una viveza importante, una L Nos referimos a Leo Kanner, creador del término "autismo in-
viveza de presencia ante su mundo, que no es el mundo fantil precoz", quien desarrolla en sus primeros tiempos de acerca-
del miento al problema, la tesis de "madre refrigerador" y atribuye al au-
terapeuta o de los otros y que deja ver claramente que no tismo, que ya había sido nombrado así en 1911por Bleuler, causas de
se
trata de un retardo mental. orden psicológicas. Este médico austriaco que emigra a Estados Uni-
dos, brinda un enorme aporte al estudio del autismo y la detección
en su temprana edad ya que hace observaciones en niños que cursan
t. Flesler, A. El niño en el andlisis y el lugar d,e los pad,res. el primer año de vida.
Buenos
Aires, Paidós, 2007, pág. 188. 10. Tema desarrollado por Cristina Marrone en su libto El juego, una
8. Lacan, J." Función y campo de la parabra y el renguaje en el deuda del psicoanálisis. Buenos Aires, Lazos,2005.
psicoanálisis", en Escritos 1. Buenos Aires, 11. Yankelevich, H. Ensayos sobre autismo y psicosis. Buenos Aires, Edi-
SXit, 1ggg.
ciones Kline, 1998.

106 107
La función materna I Srwrn TouÁs Capítulo VII I Autismo o cuando el Otro materno faltó a su cita

que se adquiere "se pagrle", es decir que haya una pérdida


Nombrarlo o hablarle tampoco era posible; no lo toleraba,
en juego.
nuevamente, buscaba cómo esconderse.
Pérdida de objeto, eu€ Lacan llamó oBJEro o, producto ma- Era evidente que la presencia de otro le resultaba arra-
yor del inconciente, no acontecido en el autismo.
sante.
Pues para que asÍ lo fuera, habrÍa tenido que contarse con
La mamá de Mario era una mujer llena de angustia con
la "oposición estructural primordial que tiene por los menos
la que se podía hablar muy pocas palabras sin que se llena-
cuatro términos, presencia de una ausencia, ausencia de una ra de ansiedad, miedo o vergüettza.
presencía." L2
Indica Colette Soler, que se observa en estos niños uNe
En el autismo, el exceso de sentido aplastante impedirá aNulectóN DEL Orno, ya que se apartan de todo lo que sea la
jugar con eI sinsentido creado por la presencia de vacío, vB-
vozy la mirada, parecen no escucha\ydhemos dicho que se
cío que solo puede originarse a través del rodaje que va des-
los confunde con niños sordos.
de la necesidad y pasando por la demanda ileja u-l du."o,
Parecen no mirar, además es frecuente que se hallen tras-
donde algo se pierde. "., tornos en la mirada, como desviaciones.
Esta posibilidad de pérdida acontece si el primer lugar de
"otro", que en un inicio está dado por la
agujereado, es decir donante de deseo.
-uá."; se prÁenta Otro niño que había sido ubicado en escuela de sordos, por-
que además de presentar un diagnóstico de déficit del desa-
rrollo, no respondÍa a consignas de la casa, ni de la escuela
(a pesar de levantarse cuando tocaba el timbre para salir al
El niño autista y el Otro recreo), emitÍa sonidos repetitivos, guturales y se reía mecá-
nicamente, tenía una gran desviación en Ia mirada que los
colette solerls indica que se trata de niños que están oftalmólogos trataban infructuosamente de corregir.
como "perseguidos por la presencia del otro" y sobre todo en
relación a dos objetos: la voz y la mirada. En las entrevistas que se tuvieron con su madre se pudo
Ante los cuales reaccionan de forma paroxÍstica: gritan, notar un desapego afectivo total respecto a este hijo, al que
patalean se arrancan los cabellos, la persecución que se avi- no podía catectiz,ar con Ia palabra ni con la mirada. Él solía
zora es inconfundible. aparecer en el gabinete mientras hablábamos con ella y se
Un niño de ocho años asistía a escuela de mentalesla por sentaba a su lado por un breve lapso. Ella no daba señales
sus "déficit del desarrollo"; lo particular de Mario qr" de notar su presencia. Seguía hablando conmigo como si na-
sólo podía ingresar a Ia institución y luego al aula,".u.rurr- die hubiera entrado a la habitación.
do dejábamos de mirarlo, de lo contrario se escondÍa deba-
jo de los muebles huyendo de nuestra mirada que le resul- Otro rasgo enunciado por C. Soler respecto de estos niños
taba persecutoria. refiere al rechazo de la intimación del Otro, rechazo a aque-
sólo cuando ésta cesaba hacÍa su ingreso, agachado y pa- llo que pueda intimar con la palabra.
sando rápidamente para no ser visto. La ausencia de la dimensión15 del llamado complementa
el rechazo a ser llamado por el Otro.
12.Ibid. Pág. 95
L3.soler, c. 'Autismo y paranoia", Margen Analítico, Se señalan también los problemas de separación, ya que
N 1 (octubre
2000).
15. En el seminario RSI,pág L28, Lacan juega con la homofonía en fran-
14. Escuela de mentales. san Isidro, provincia de Buenos Aires.
cés de dimensión y dit-mension, como mención del decir.

108
109
La función materna I Srwu TouÁs Capítulo VII I Autismo o cuando el Otro materno faltó a su cita

estos niños no rogran separarse de su Se percibe que estos sujetos No


madre, de su terapeu- ENTRAN EN t"A ALINEectóN,
ta, de la persona que esté a cargo de eilos; sino que quedan, permanecen como puros significados del
manifiestan, en
este sentido, gran dependencia. Otro, quien habla de ellos pero de ninguna manera los no-
mina.
Todos los fenómenos enunciados por Si el sujeto de la neurosis hará del mensaje del Otro su
esta autora, dan
cuenta de la inexistencia de la ,upu"u.ión propio mensaje invertido, aquí el sujeto es un puro signifi-
de objeto qrl ir.r_
pide transformar grito en voz, la vista cado del Otro.
en mirad. y distin_
guir uno de otro. Por tanto, su posición consiste en mantener un cierto es-
tado de homeostasis, manteniendo a raya la relación a la pa-
labra, contando con una o dos demandas estereotipadas, a
¿Podemos hablar d,e la presencia del otro en el autismo? las que se aferran, en forma repetitiva.

si el otro designa, tar como ro venimos trabajando,


la presencia del cuerpo de la madre como tanto
la de algunos sig- Conclusión
nificantes a los cuales el niño autista tiene
acceso, los fenó-
menos de perturbación en estos niños que
son constatados En ocasiones escuchamos al niño autista utilizar pro-
en relación a Ia ausencia o a la presencia
de ese otro son sig- nombres personales referidos a é1, tal como le son dichos por
nificativos para nosotros, ya que estos indican
la falta de lu- otros o hablar a cerca de sí mismo en tercera persona. "La
ceR vecÍo DoNDE EL suJETo poonfa uBrcARSE.
cuestión del ego esta puesta en jaque"" po, tanto no pue-
Estos niños parecen quedar más acá del umbral den nombrarse a sÍ mismos como "yo", ya que esta instancia
de toda
simbolización. no está constituida.
Otros niños permanecen en un mutismo selectivo, que
En su escrito sobre'Autismo y paranoia,,r6, sólo rompen esporádicamente para pronunciar palabras a
c. soler rea-
liza un contrapunto entre ambos-y^recalca que
en el último, repetición.
a pesar de la forclusión, se inscribe el primer Evidentemente eI autismo no es un mutismo; si 1o es, se
significante,
aquel que Lacan escribe como DM en Ia metáfora
paterna y trata de un mutismo aleatorio, inconstante. Es decir que, de
que inscribe a otro, ya barrado por un
deseo o un goce enig- vez en cuando, estos niños hablan, esto hace que se los con-
mático, incluso persecutorio. funda con niños sordos o débiles mentales y que se los ubi-
El niño autista, dice sorer, no ha franqueado ese paso, que en la educación de los mismos tal como 1o testimonian
er
Otro queda para él como ruRAMENTE REAL. breves relatos que hemos incorporado a nuestra tesis.
siendo el único corte posible el de la pulsación
de los es-
tados de inercia y animación en que quedan
estos niños, que A menudo nos hemos encontrado con diagnósticos neuro-
por momentos están excitados, repitiendo
una actividad des_ lógicos de "disfasia del desarrollo", eI cual alude a un défiiit
mesurada, sin poder parar y por otros, permanecen
en esta- o dificultad en eI lenguaje relativo a la maduración, pero en
do de inercia, con la miradá n;uau ,ru¿u. todos los casos estaba en terreno de psicosis o autismo in-
"r,
fantil.

17. Cuestión trabajada en el capítulo sobre la no constitución del yo en


16. Soler, C.Op.Cll. supra, nota 121. el autismo.

110
111
La función materna I Srrwe TouÁs

"La promoción, la valorización en las psicosis de los fe-


nómenos del lenguaje es para nosotros la más fecunda CapÍrulo VIII
enseñanza"r8
Podríamos decir que en el mismo momento en que el ser
humano adquiere la función de Ia palabra, olvida el instin-
to, pierde su condición meramente orgánica de ser viviente. La madre como maitre
Olvida su relación a lo real.
En el caso de los niños autistas, concluimos en que el lu-
gar, EL srrro onl orno No ADVTNo porque no fueron ofertadas
en un principio desde la función materna la anticipación ni
el sostenimiento que constituyen ejes de dicha función.
Para que exista ese "Otro sitio" el niño debió haber podido
creer al principio que ese Otro estaba en la madre. "fntento
remarcar que la función materna tiene que ver cort un más
alld, con Ia posibilidad metafórico metonímica de oficiar la
madre como pasadora del deseo para sus hijos".le
Lo nodal de la función materna será aquello que instau- Introducción
ra la "alteridad del no es eso",20 que hace retórica, que posi-
bilita la instauración del deseo, en tanto al referirse al hijo, En el Seminario XVII, "el Reverso del psicoanálisis", en
la madre no sóIo lo nombra, sino lo nomina, haciendo,reso- la clase del 11 de marzo del año setenta, Lacan dice: "El pa-
nar en su llamado los ecos de1 deseo. pel de la madre es el deseo de la madre esto es capital. El
deseo de Ia madre no es algo que pueda soportarse tal cual,
que pueda resultarles indiferente. Siempre produce estra-
gos. Es estar dentro de la boca de cocodrilo, eso es la madre.
No sabe que mosca puede llegar a picarle de repente y va y
cierra la boca. Eso es eI deseo de la madre.
Entonces traté de explicar que había algo tranquilizador.
Les d,igo cosas simples, improviso, debo decirlo. Hay un palo,
de piedra por supuesto que esta ahÍ, en potencia, en Ia boca
y eso la contiene, la traba. Es lo que se llama el falo. Es el
palo que te protege si de repente eso se cierra."r

Este costado amenazador, podría graficar Ia vertiente ma-


terna que denominamos "madre mattre", aquella cuyo deseo
18. Lacan ,J. Seminario III. Las psicosis. Buenos Aires, Paidos, 1995, pág. produce en el hijo marcas estragantes que lo llevan como unas
209. de las salidas posibles a la fobia o a la perversión.
y adolescenúes. Buenos Ai-
19. Tomás, S. Psicoaná,lisis con niños púberes
res, Letra Viva, 2006, pág. 71.
20.Yankelevich, H. Lógica del goce. Rosario, Homo Sapiens,2003, pág. 1. Lacan, J. Semittario XVII. El reuerso del psicoanó'lisis. Buenos
,52. Aires,Paidós, 1996. Pág 118.

1t2 113
La función materna I Srrwa TouÁs Capítulo VIil | La madre como mattre

No dejamos de considerar que para el ser viviente es vi- Pensemos que según la lógica de la castración la peque-
tal encontrarse con el deseo de la madre y ser sostenido por ña entra en el Edipo allí donde eI varoncito sale por la ame-
éste a punto tal que cuando este encuentro no ocurre, o sea, rraza de castración. A ella le resta entonces esperar un hijo
el infans no cuenta con un Otro que lo libidinice, puede mo- del padre, un falo sustituto que luego irá a buscar en otro
rir o caer en el marasmo o autismo. hombre.
Entonces es necesario para todo "parletre" haber significa- Así, en tanto espera y desespera, su salida del Edipo se
do algo para alguien, es decir haber contado con algo del orden da por desgaste, poco a poco mientras que en el varón se tra-
del deseo del Otro primordial que ponga en marcha la entrada ta de una demolición.2
en el mundo del signo primero y del significante después y esto Ahora bien, dentro de este orden simbólico debemos con-
acontece si y solo si se ha contado con el deseo de la madre. tar que además del deseo de ser madre para restañar su fal-
AsÍ, el deseo de la madre es necesario y vital para todo ta, surge también el sexo de la mujer que queda por fuera
sujeto, pero, alavez, ese deseo puede caer en el estrago si de Io simbólico pues la ubica como la dirne, la puta es decir
no es frenado, acotado por el falo, el palo que impide que la el revés de la madre.
boca de cocodrilo se cierre. A esta doble vertiente en la mujer habÍa referido Freud
Esta analogía que Lacan utiliza nos hace pensar en cómo en sus textos sobre el amor,S donde la escisión entre la ma-
las futuras crías, los huevitos, son trasladadas desde la pla- dre y la dirne constituye un problema en aquellos hombres
ya, lugar donde estaban escondidos, hacia el mar en el hue- que no pudiendo soportar Ia idea del incesto con la madre y
co de las fauces de la madre un lugar cobijado y calentito, con la hermana (esto no significa desde luego, consumarlo
boca de cocodrilo, pero, al mismo tiempo, se corre el riesgo sino nada más y nada menos soportar la idea) no pueden re-
que durante eI trayecto, algún huevito, ya que lleva varios, unir ambas vertientes en una misma mujer.
sea tragado por ella, si acaso le picara una mosca. Separar la madre de la puta es tarea del padre quien se
haría cargo del goce de la mujer, aliviando a su hijo de ta-
Aclaradas estas cuestiones, voy a trabajar la vertiente en maño trabajo.
Ia cual el deseo de Ia madre aparece ubicado como 1o enun- No hay insulto más universal que el que a esto se refiere
cia Lacan en el seminario XVII, en Ia instancia que señalo y y tiene traducción en todos los idiomas, donde el peor impro-
me inspira también el Seminario IV donde va a trabajar la perio es unir en "hijo de puta" a estas dos vertientes en una
fobia de Juanito y la perversión. misma mujer que además es la madre de uno.
Ilbicados entonces en la perspectiva de la madre como
amo, la madre como maitre y habiendo aclarado lo vital que En su Seminario "Ancore",Lacan despliega las formulas
resulta contar con el deseo de la madre como tiempo insti- de la sexuación que ha venido incubando en Ou pire.
tuyente, formularé la siguiente pregunta: AIlí nos enseña que la madre y la mujer no son del mis-
mo sexo.

¿Por qué una mujer desearía tener un hijo?

Freud contesta indicando que luego del Edipo, una de las 2. Iunger, V. "Los hombres, ¿son todos iguales?" Cuadernillo sobre
salidas posibles para la niña, es la de contar con el deseo de Seminario eru EFBA. Clase 2, 1990.
3. Freud. S. "Sobre la degradación de la vida amorosa", " Sobre un
falo, que como ecuación se traslada al deseo de hijo. Este de- tipo particular de elección de objeto en el hombre ", ert Obras Com-
seo de hijo suturarÍa la nada de la niña. pletas, Tomo XI. Buenos Aires, Amorrortu, 1997.

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l*
La función materna I Sruwe To¡utÁs Capítulo VIil | La madre como mattre

Hay disparidad entre madre y mujer tramos aquí un real que está articulado a la existencia de
un goce que va mas allá del goce fálico, es un goce basado
Veamos: en la inexistencia de significante, el goce que observa Lacan
en Santa Teresa de Bernini cuando nos cuenta en el Semi-
nario Encorea que viene de Italia de hacer una gira orgiásti-
ca, por lo obsceno de las representaciones que hace de la re-
3x O, 3x Ox
lig'ión el Arte, y se detiene ante el gesto de éxtasis, de satis-
facción suplementaria que nos transmite el rostro y la ex-
Vx Ox I V" O, presión de Santa Teresa.
Estampa que figura en la tapa de dicho seminario y donde
uno puede advertir que se trata de un goce en más, un goce
Una lectura del lado del hombre: todo ser parlante esta que va más allá de lo fálico, un goce suplementario al que
inscripto en la castración, es decir en la lógica fálica. Arriba Lacan llama goce femenino, no porque sea patrimonio de las
a la izquierda encontramos que existe al menos uno que no mujeres, sino porque es un goce regido por la falta.
es ubicable en la lógica de la castración. Podríamos representarlo con el matema s (A), significan-
Uno se salvaría, es decir, hay alguien que no habría de pa- te de la falta en el otro, matema hacia el cual Lacan apun-
sar por la castración, ergo, hay alguien que quedaría exen- ta una de las flechas a las cuales se dirige la mujer, es decir
to de ser castrado. la mujer como no toda.
Podríamos pensar en Dios o el padre primitivo de la hor- La otra flecha, hacia la cual parte la mujer no toda, es al
da, gozador de todas las mujeres y los bienes. falo, del lado de Io masculino.

Desde este lugar se pretenderÍa entonces que haya "uno"


por lo menos que haya accedido a la relación sexual que La- :lx @x l, O,
can nos dice que "no existe".
Cabe aclarar que la ubicación en este lado de las formu-
las de la sexuación no es privativo del hombre.
Vx 0x V, Qx
Las posiciones de la obsesión y de la histeria son ubica-
g s (,()

\^l
bles del lado de la lógica fálica.
Del lado de la derecha, el costado de la mujer, La,yaq:ue
la mujer no existe como universal sino únicamente una por L''|1
una.
La escritura La índíca que la mujer no entra en Ia lógica ots-
fálica, no hay lógica de castración de este lado.
Más abajo, dice Lacan, es esta inexistencia Ia que hace de -tr
En ellas, en las mujeres, hay dos goces que se evidencian.
la mujer no toda dentro de la función fálica. Algunas sólo alcatTzanel goce fálico pero no el otro goce, ellas
sólo gozan en sentido fálico, son mas afectas al fantasma de
Es decir que este lado de las formulas de la sexuación, el PrÍapo, el de un pene siempre erecto.
costado femenino al que pueden acceder hombres y muje-
res no está determinado por la lógica fálica sino que encon- 4. Lacan, J. Seminario XX. Aún. Buenos Aires, Paidós, 1gg8.pág.
95 a 108

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tr
La función materr¿a I Srr,we TouÁs Capítulo VIII I La madre como maítre

Es Ia misma estructura que la de algunos hombres don- "El goce de la mujer se apoya en un suplir ese no-toda.
de nunca alcar,.zan el objeto porque éste siempre se les esca- Para este goce de ser no-toda, es decir que la hace en alguna
pa y comienzan de nuevo. parte ausente de sÍ misma, ausente en tanto sujeto,la mujer
Si en el derrotero de la búsqueda incesante e infructuosa encontrará el tapón de ese a que será su hijo."6
sucede que puedan captar de alguna manera (análisis por "Para que el goce de una mujer encuentre la decencia ne-
medio) que el objeto es precisamente su falta podrá alcan- cesaria al de una madre debe ser envuelto. De lo contrario
zar eL otro goce que no es el goce del objeto sino es el goce este goce de la madre es incestuoso y criminal" T
de Ia falta.
La histérica se quedara aIIí detenida precisamente con la Envolver quiere decir, por ejemplo, que hay un hombre
esperanza de obtener un objeto, identificada al hombre, en que goza de esta mujer y le sustrae asÍ al niño la posición
posición viril. de ser gozado.
Ahora bien, pensemos donde se ubicaría una madre den- Así ella, la mujer, puede ser objeto o para un hombre,s cau-
tro de estas formulas de la sexuación y sobre todo donde ubi- sa de su deseo; la desea , goza de ella y la hace gozar- esto im-
caríamos nuestra versión de madre maitre. plica contar con la versión del padre real, es decir con Ia pe-
En su libro Má,s alld, del falo, Benjamín Domb nos dice re-versión, el padre como real es aquel que hace de su mujer
que "eI deseo de la madre está integrado a la dialéctica fáli- su objeto a, la desea y goza con ella.
ca, la niña decepcionada por su madre busca refugio en su
padre y desea un hijo de este".5 Veamos lo que nos dice Lacan sobre el flnal de su ense-
fantza, entre los años 1976 y 1977:
Esto es el Edipo, en donde la niña, por envidia al pene "La relación sexual no la hay, pero esto no va de suyo. No
va a buscar alguien que le dé lo que a eIIa le falta y se pro- la hay salvo incestuosa. Es muy exactamente eso lo que ade-
duce la ecuación falo-niño-pene que Ia deja del lado del te- lantó Freud, no la hay salvo incestuosa o asesina. El mito de
ner un hijo. Edipo designa esto, que la única persona con la cual uno tie-
Aquí tenemos la posición materna, del lado de la lógica ne ganas de acostarse es su madre (...) Al menos con la cas-
fáIica. tración uno está seguro que puede escapar de ello".e
Agreguemos: la castración como operatoria proveniente
EI niño, necesariamente se ubicará por un tiempo como de la función paterna en primera instancia funcionarÍa, de
siendo el falo del Otro, hablamos de falo en su vertiente ima- ser normativa, desde la madre.
ginaria.
Ocurre que hay un momento lógico en la constitución del
sujeto que tiene que ver con ser el falo para el Otro y esto
es porque más a1lá de los cuidados vitales, la madre desea- 6. Lacan, J.Op.Ciú. supra, nota 132,pág.47.
tá a su deseo. 7. Chatel, M. 'A falta de estrago, una locura de publicación." Reuis-
ta Libertad N 17, pág 45 a 84. París, publicación de Ecole Lacanien-
Respecto a este Otro, eI pequeño está en cierta posición, ne de Psychanalyse.
un tanto supeditado aI capricho del Otro materno, entonces 8. Lacan, J. Seminario XXII. R, S, 1. Inédito. Para circulación in-
desde allí podrá hacerse presente el riesgo de boca de coco- terna de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, traducción de Ricar-
drilo. do Rodríguez Ponte Q002).
9. Lacan, J. Seminario WIV. L' insu que sait de l' une beuue s' aile
5. Domb, B. Más alló del falo. Buenos Aires, Lugar Editorial, 1996, a mou.rce. Buenos Aires, Inéclito. Versión Escuela Freudiana de Bue-
pág.84. nos Aires, traducción Ricardo Rodríguez Ponte 1976, pág 46.

118 119
É
La función materna I Srr.we TouÁs Capítulo VIII I La madre como mattre

Conclusión demanda del Otro, es actiuidad del sujeto y corresponde ya


a la identificación secundaria: "al rasgo unario".
Cuando la maternidad se transforma en un intento de Esta actividad suele estar vedada o por lo menos muy com-
suturar la falta de relación sexual, cuando no aparece entre plicada de efectivizarse cuando la posición con la que nos en-
ambos goces: el goce femenino y el goce fálico, una suerte de contramos es la de la madre maitre,lo domine; allí, al ser el
HETERoGENEIDAD, nos encontraremos con un territorio fértil
goce de Ia madre irrestricto, no opera la función de tope, de
para que en lugar de los síntomas aparezcan los llamados ley que regula el exceso, sometiendo al niño a su dominio y
"fenómenos" que no cuentan con envoltura formal. dificultándose, por tanto, la lectura de rasgo que conllevaría
AllÍ, la boca de cocodrilo puede hacerse presente, con los un movimiento del sujeto.
fantasmas de devoración concomitantes. Franja donde son
ubicables los fenómenos de las neurosis actuales -ataques Por lo general, nos encontramos con que desde esta posi-
de pánico, agorafobias, claustrofobias vértigo- que dan cuen- ción, la madre no convalida, no legitima la extracción de ras-
ta de una DIFICULTAD EN EL BoRRAMIENTo DE LA MARCA DEL DESEo go por parte de su hijo.
MATERNo que opera como "apetito" sobre el niño. Una paciente cuya madre contaba con estas característi-
Es decir hay algo del padre, el palo, el falo- aquel que impi- cas, recordaba que cuando pequeña fue a la psicóloga para
de que Ia boca se cierre y el niño sea tragado- que ha fallado. saber qué estaba bien y qué estaba mal, la confusión en que
Estamos hablando del padre preedipico, donde la repre- la dejaba su madre, que desautorizaba a cada paso sus elec-
sión primaria, que va desde el apetito- boca que se abre, ciones de momento, que aunque pequeñas eran fundantes,
hasta el borramiento de la huella de engullimiento, ins- la dejaban sin movimiento, absolutamente inhibida y
con-
taura la primera identiflcación, la canibalÍstica, aquella en fundida.
la que la madre incorpora al niño dando lugar a que este
se acomode en el hueco, pero que luego exige que esto mis- El relato de otra paciente grave, que acude a consulta con
mo sea borrado, represión primaria denominada por La- fobias, ahogos y palpitaciones, nos muestra como las mar-
can Identificación a 1o real del Otro real, donde el niño in- cas de Otro primordial en tiempos instituyentes, posiciona-
corpora o el padre. do más como domine que como Otro materno normativo, la
Identificación que Lacan, retomando a Freud enlaza al llevan a "deshacerse" en cada ocasión en que la reclama un
amor en su Seminario "L'insu". movimiento adulto.
En el Seminario IX, Lacan dirá que el borramiento de la IJn recuerdo entre tantos: en su infancia sentada largo
huella es condición de la escritura, para escribir Uno del tra- tiempo inmóvil sobre la mesa del comedor junto a las sillas
zo unario es necesario que haya acontecido el borramiento de que estaban dadas vueltas sobre esa mesa, teniendo que espe-
la huella, de otra manera este uno no se inscribiría. rar allÍ, por largo rato, sin moverse mientras su madre limpia-
Así, Ia primera identificación, permite que la pulsión se ba el piso y luego que éste se secara podía recién bajarse.
fije, ya que fijar la pulsión indica que la demanda del Otro En una ocasión ensaya un movimiento tímido antes de
está identificada, localizada y que pueda darse luego un pri- que Ie sea permitido y termina de cara en el piso, con la con-
mer esbozo de respuesta fantasmática a Ia pregunta por el secuente rotura de rostro y cirugía.
deseo del Otro. "Moverse es castigado", ahora desde ella. Esta marca de
Es como si el niño pudiera leer de entre todas la deman- inmovilidad y falta de autonomÍa Ia deja posicionada más
das de la madre cuál es la que se repite insistentemente. 10. Cfr. Lacan, J. Seminario XX. Juego con maítre (amo-maestro) y
Esta posibilidad de extraer un rasgo propio a partir de la mattrise (dominio maestría) .Pág. 7 |

t20 t2t
fr
La función materna I Srrwa TouÁs

como una niña temerosa que como una adulta decidida, cues-
tión que gravita en las grandes instancias de su vida desde
la elección de su pareja hasta su posición "obediente", ani-
ñada, nunca dueña de sÍ.
Será el trabajo de análisis el que Ie permitirá escriturar Conclusión
algo de aquello que de las identificaciones quedó sin efecti-
vizar, toda vez que ella pueda, si se me permite, iniciar una
unarización con sus propios recursos, sin necesitar apoyar-
se entonces en una figura domine que le de la contextura
que a ella le falta.
Se intentará entramar, vÍa trabajo analÍtico la consisten-
ciall necesaria, imprescindible para circular por la vida sin
"deshacerse".

cabe aclarar, por 1o expuesto en capÍtulos anteriores, que


en el caso del autismo, esta primera identificación "a Io Real Situamos el problema de la función materna como el nudo
del otro real" no aconteció, impidiendo asÍ que se consuma- de nuestra tesis.
ran las otras, simbólica e imaginaria. Deseábamos precisar en qué consiste.
Esta grave situación imposibilita, desde luego, la confor-
mación del ego, y se aclara que no hubo por parte del infans Nos preguntamos primero si era pertinente esta denomi-
la posibilidad de formular Ia pregunta enigmática- reciente- nación, ya que desde el psicoanálisis, el término de función,
mente planteada- acerca del deseo del otro, ya que desgra- había sido más utilizado en relación a la operatoria del pa-
ciadamente no se contó con é1. dre que a la cuestión materna.

Consideramos que no se trata, cuando hablamos de fun-


ción, de una cuestión empírica, por eso recurrimos a las ma-
temáticas y averiguamos que dicho término: "función" ma-
temáticamente hablando, tiene como una de sus referencias
posibles el proceso lógico que se expresa en relación a la va-
riable "depende de".
Si Io pensáramos en términos cotidianos, simples, podría-
mos ejemplificar diciendo que el valor de un departamento
dependerá de, entre otras cosas, Ia cantidad de metros.
Luego del ejemplo encontrado para esclarecer la noción
de variable, ejemplo que surgió espontáneamente pero no es
casual, ya que hace, sin dudas, una referencia al alojamien-
to, podremos decir que eI planteo que expresamos en la te-
11. En el seminario RSI y luego en L 'insu, Lacan trabaja el térmi-
sis revela que para que la función materna sea tal, es decir
no consistencia y existencia. El primero referido a "armar cuerpo","
trama, textura" que anude real, simbólico e imaginario. sea normativa, deberá contarse con algunas condiciones que

L22 t23
*
La función materna Conclusión
I Sruwa TouÁs

resultan sustanciales, condiciones que de no estar no permi- De las entrevistas con padres (a través de Ios años de tra-
tirían que se establezca la operatoria normativa que hace a bajo clínico con niños graves) inferimos que talvez por deter-
la función materna. minadas situaciones estmcturales o en otros casos, razones de
orden coyuntural, algunas mamás no podían referirse a sus
coNcr,uÍMos EN euu DrcrrAS coNDrcroNES soN DE oRDEN LóGr- hijos salvo en términos de consignas o cuestiones cotidianas,
co Y No rupÍRrco. no llegamos a pesquisar que ese hijo "les hiciera falta"; por el
contrario el niño entraba o salía del lugar donde mantenÍa-
consultamos a grandes analistas como Freud y Lacan, y mos entrevista con su madre sin ser registrado. Así, ubicamos
también abordamos otros, importantísimos de la Argentina, en los relatos, algunos de cuyos recortes mencionamos en esta
Inglaterra y Francia, psicoanalistas que nos enriquecieron tesis, indiferencia o rechazo.
con su contenido teórico y su quehacer clínico;concluimos en
que la función materna es un operador fundamental en el Los casos más graves, referidos a autismo infantil, nos lle-
nacimiento del sujeto, quien no advierte per se. varon a plantear que nos encontramos ante situaciones don-
de eI cuerpo como tal no fue constituido, al menos en la ver-
Destacamos ampliamente que más allá de los cuidados tiente de real, simbólico e imaginario, tal como lo trabaja La-
inherentes a lo vital de la existencia- alimentación, limpie- can en L'insu, cuerpo en relación a las identificaciones; en-
za, cuidado físico- resulta imperioso encontrarse con un Otro tendiendo por identificación que Io que está afuera pueda de-
que done al infans (sobre todo) su palabra, su mirada, sus ca- venir interior. Es por eso que en dicho seminario Lacan ex-
ricias, otro que Io desee y lo nombre y con su deseo se ade- plica topológicamente, a las identificaciones por medio de la
lante a la existencia del sujeto. reversiones del toro, como incorporaciones.

otro que efectúe sobre é1 una "apuesta" hablándole aún Para que este cuerpo acontezca y con él la palabra, deci-
cuando éste no 1o entienda, ya que consideramos en el ini- mos que la madre debería presentarse tórica, es decir "agu-
cio, se trata del infans, alguien que todavÍa no ha entrado al jereada" donando eIIa no solo sus significantes sino funda-
mundo de la palabra y sólo podrá hacerlo si el orden de la mentalmente su falta para que el sujeto pueda incubar des-
necesidad logra articularse a Ia demanda y al deseo. de allí, su propio deseo.

Así comenzará a entramarse el tejido de "un sujeto en po- A nivel simbólico, tendrá que poder dar lo que no tiene,
tencia" merced a que el deseo materno, es el eue, en primera dar el vacÍo de ser que caracteriza al sujeto, pues esa nada
instancia, lo enlaza a la vida. Por "creet" en la existencia an- es poderosa.
ticipada de ese sujeto, 1o eleva más allá de la necesidad. Nos referimos así a alguien que puede dar su ausencia,
como en el caso del fort da o la del ejemplo bíblico que pier-
Remarcamos que en los casos de autismo psicógeno no se de al niño como objeto imaginario pues lo prefiere vivo para
contó con apuesta por parte del Otro, nos encontramos en es- el deseo. Ella sabe que puede faltarle, no es ambiciosa con
tos casos, más con el dicho que con el decir materno. respecto a é1, dona, por lo tanto, su propia ausencia pues se
Entendiendo que el decir ofrece otra dimensión respecto sabe relativa.
del dicho pues aloja al sujeto, dejando resonar el vacÍo de la La madre podría haber perdido a su niño de no haber sido
traza poética, tal como lo distingue Lacan en su Seminario Salomón tan sabio, con 1o cual se pone a jugar el tema del
RSI cuando refiere a Ia distinción entre ra mot y la parole. riesgo en el amor; riesgo, pues eI amor no contempla ni el
cálculo, ni Ia especulación.

t24 t25
i*
La función materna I Srr-vu TouÁs Conclusión

Proponemos en nuestro trabajo que el deseo materno, "ape- tiente amorosa que es la que permite abstenerse del abuso
tito" lo llamamos, deberá regularse vía el nombre del padre que signifi"caría gozarlo cual objeto haciendo un uso instru-
que permite enlazar el goce al deseo y al amor, de lo contra- mental del niño.
rio la palabra de la madre, su acción, resultará intrusiva.
Planteamos primero el pasaje de la ley del padre desde Para esto resultará nodal la relación que la mujer tenga
la madre, quien por atenerse a esta ley sofrena el goce, pues con la falta, es decir, se pondrá a jugar, como cuestión cen-
ella apetece a su hijo pero no lo engulle. tral en la función materna, la castración de esta mujer, su
Luego hablamos del padre del Edipo, más allá de la ma- referencia a la ley y con ésta al deseo y al goce, siendo estos
dre, el padre a quien se reconoce como tal, y quien la ubica a posicionamientos nodales a la hora de ocupar, por un tiem-
ella como objeto de su goce, interviniendo de manera regula- po, el lugar de Otro primordial que posibilitará lo que pen-
toria ante la madre y el niño, en ambas direcciones. samos constituye el "parto del sujeto".
Concluimos que el padre, en la metáfora resuelta, apar- La privación en la madre, dirÍamos con el Lacan del se-
ta al hijo de las compensaciones y de las vÍas metonÍmicas, minario 4, aquella que la convierte en agente simbólico y no
dándole la posibilidad de desprenderse y hacerse dueño de real, será la que pueda ofrecer el don del amor y con él el ac-
su deseo, para que se 1o apropie. ceso a lo simbólico.
En nuestro pasaje "la madre como mattre" dimos cuenta
de la marca estragante sobre la subjetividad cuando el lu- Para finalizar consideramos que es en Ia madre como fun-
gar de Otro primordial se ubica en una posición "domine" ción el sitio donde el sujeto se encuentra con eI significan-
que no habilita, no convalida ni legitima los goces propios te, de ahí que se hable de lengua materna y no del código de
del hijo, sus elecciones, sus deseos, los que están por fuera Ia madre, de lo que se trata es del lugar de Otro que ella en-
de ella (de Ia madre). carna.
Planteamos que desde este lugar se enuncia Ia preten-
sión de que el hijo sea una pieza de rompecabezas, "encajan-
do justo en su hiancia", cuestión imposible como imposible es
para J. Lacan la relación sexual, aunque esta imposibilidad,
nos aclara, no va de suyo sino que se necesitará para efecti-
vízarla poder rehusar allÍ al crimen y al incesto.

En estos casos, cuando Ia madre tiene el sesgo de amo "la


operatoria materna", no resulta normativa pues no es "pa-
sante del nombre del padre" impide de este modo al niño res-
tarse, separarse, no le ofrece, ya desde la alienación, un lu-
gar de falta, dando Iugar más a la aparición de fenómenos,
que de síntomas en el sujeto, debido a que la intrusión re-
sulta arrasadora.

Consideramos que la función materna precisa hacer la


"adopción simbólica del niño", desearlo, anticiparse a é1, nom-
brarlo, sostenerlo y respetarlo como sujeto dentro de una ver-

\26
t r27
Materiales
clínicos
Sofía en el espejo del Otro

Presentación

Es la madre de Sofía quien viene a verme en primera ins-


tancia.
Cuenta que la joven, de diecisiete años , presentaba sín-
tomas bulÍmicos y ante ésto ella había considerado oportuno
llevarla a una clínica que trabajara con la cuestión de peso.
En la clÍnica, luego de una entrevista que la joven man-
tiene a solas con la psicológa , sale corriendo, literalmente se
escapa, cuando la profesional del lugar le indic¿rra que haría
pasar a su mamá para que ella le cuente-confi.ese- a cerca de
sus reiterados vómitos luego de los atracones.
La madre se desesperó cuando vio a su hija salir corriendo
hacia una peligrosa avenida y se enojó muchísimo con ella.
Ya en su casa, luego de una fuerte discusión, la joven Ie
dijo que no volvería a ese lugar.
Es en ese momento cuando una compañera de colegio le
da a Sofia mi número para que consulte.

Su historia

Desde niña, dice la mamá, Sofía fue una nena gorda. Ha-
bÍa que medirle las golosinas que comía, tenerla corta, siem-
pre a dieta.

131

k
La función materna I Sruwa To¡,rÁs
Sofía en el espejo del Otro

Hoy es obesa y bulÍmica, dice. de adolescencia este requerimiento se torna aún más sensi-
De su historia familiar en el relato de su mamá: La niña ble, sobre todo cuando la historia ha dejado profundas mar-
fue adoptada cuando era aún bebé. Luego, sus padres se se- cas de arrasamiento.
pararon cuando ella era muy pequeña y quedó viviendo con En las entrevistas preliminares conocemos a los jóvenes
su madre y su abuela. que vamos a atender, pero también ellos nos conocen y cons-
El padre de sofía padecía de adicción a Ia bebida, falleció tatan si van a poder contar con el margen necesario de res-
de cirrosis cuando ella tenÍa doce años. peto para poder hablar.
La madre cuenta que le ha sido muy difÍcil la crian za de
su hija, ya que su madre ha estado siempre en el medio." Con los adolescentes se habla pero no como con los adul-
una mujer muy dura, dice, siempre con preferencias hacia tos, se juega pero no como con los niños.
mi hermano, me ha estado critícando, desautorizando toda
la vida , nunca estuvo conforme conmigo". Así SofÍa podrá contar que se siente inútil, que se ve muy
Ella con su niña sofía también reconoce haber sido dema- fea, que suele comenzar actividades y luego las abandona por
siado estricta: que conteste bien, que salud.e, que ordene el falta de constancia, que se ve horuible, que es un desastre.
cuarto, que sea buena alumna, que le cuente todo. El perdón es en ella un pedido constante, por llegar cinco
sin embargo está orgullosa de ciertos preceptos en los que minutos tarde, por hablar mucho, por como viene presenta-
fue muy firme pues considera que Ie dio una muy buena edu- da .Todo en ella está mal, "soy una tarada ", se define.
cación y que la joven está hoy bastante rebelde. Recalquemos que en tiempos de adolescencia, nos encon-
(ocurre en ocasiones, que desde los otros parentales se tramos con el sujeto dando otra vuelta por el estadio del es-
exige a los hijos una identificación total con el falo y ante pejo, momento constitutivo que se ha jugado ya en otros tiem-
alguna señal de la no identificación completa la amerlaza pos, y ahora se reedita.
más o menos velada es dejar caer al hijo, por falta de amor) Los chicos se miran en el espejo y se reflejan en los otros,
prueban peinados y se intercambian ropa viendo si su ima-
gen es convalidada o no por los amigos, los semejantes, pero
Recibo a Sofía: también esperando el aval de aquellos que están en lugar
del Otro con mayúscula.
viene muy angustiada, Lo primero que cuenta es el inci- Los jóvenes parecen no escuchar a sus padres pero no es
dente en que habló con la psicóloga y huyó, luego que ésta así, Ias palabras dichas por los personajes que detentan el
quisiera contarle lo conversado con ella a su mamá. lugar del Otro dejan sus marcas, muchas veces indelebles.
Está mortificada por esto que hizo, "esto de salir corrien- A Sofía, los reproches maternos, duplicados por los de su
do, dice, no estuvo bien, mi mamá se quedó muy preocupa- abuela- madre la reubican una y otra vez en un lugar "des-
da, no sabÍa a donde iba a ir yo, si me podía pasar algo, salí lucido" ante los ojos del Otro.
como una loca". Su mamá le pide que sea como ella quiere, parece mirar
Le digo que esa situación, era francamente insostenible y un espejo vacÍo, sin verla. La lÍnea de la demanda materna
que entiendo su reacción, que buscó la salida que pudo. no ha dejado espacio al vacío que aloja el deseo.
Mi punto de vista la sorprende y a partir de éI comienza En una oportunidad le compra otra biblioteca para que
articularse cierto enlace transferencial. su cuarto esté más ordenado pidiéndole que reubique todo.
Es necesario contar con la conflanza del sujeto para poder Como pasan los días y Sofia no lo hace, es su propia ma-
t,rabajar con él en toda situación analítica, pero en tiempos dre quien reubica todo de nuevo dándole destino diverso a

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133
La función materna I Strwe To¡,tÁs Sofía en el espejo del Otro

Ios objetos que SofÍa tenÍa en su cuarto, algunos los tira por para no ser arrollada por su demanda, la da la función pa-
considerarlos viejos sin sospechar siquiera que esos detri- terna que auspicia la separación.
úos, constituyen los objetos propios que conforman la mon-
tura del sujeto. Pensemos que del lado del padre estamos ante la presen-
Al llegar del colegio la joven encuentra todo cambiado y se cia de un hombre que cae, cae en la adicción, muriendo lue-
angustia preguntándole ¿porque Io hizo? lo cual desata una go de cirrosis. EIla 1o recuerda como alguien enfermo y con
enorme pelea en Ia que la madre la acusa de desagradecida y muy poca ingerencia en su vida, muy criticado por su mamá
dejada. Palabras que la sumen en la culpa y la depresión . y su abuela, definido como alguien poco solvente.
La lógica de hierro con que fue tratada , impera ahora den- Desde luego , el padre en la madre , el padre en el decir,
tro de ella misma y el superyo hace 1o suyo con una crítica aquel que Ia haría abstenerse de la demanda insaciable es-
pertinaz y constante que le indica que es la peor en todo y taba también comprometido.
que todo 1o que hace resulta insufi.ciente. Nos encontramos con un Otro materno que respondió a la
Con sus amigas el reclamo de amor tiene el mismo sesgo:" demanda de amor por la vía del tener.
pide apego total", de 1o contrario es traición. Sucede en Ia bulimia que el sujeto es "obediente" a la de-
Es que eI amor en su vertiente de" dar lo que no se tiene" manda del Otro, al que intenta asimilar vorazmente, la ver-
ha estado ausente y ha primado la vertiente de hacerse uno tiente del goce es predominante por sobre la del deseo y en
con el otro, "contarle todo a su madre, cumplirle en todo". este sentido el vómito aparece como el único canal posible
Las intervenciones analíticas fueron muchas veces en la para recuperar el vacío.
línea de intentar enlazar su narcisismo a la castración, toda La adolescencia, por ser el tiempo en que la estructura se
vez que una "caída", un obstáculo de la vida la empujaba al "reanuda " constituye una oportunidad para el análisis, una
abismo. cita, para que tal vez Sofía pueda limar su áspero superyó
Obstáculo que podrÍa ser el no sacar en el colegio una nota , instancia que suele aparecer muy severa y consistente en
demasiado alta pero para ella implicaba el rebajamiento to- casos en los eüe, como el suyo, la vertiente amorosa ha fra-
tal ante los ojos de su madre y ante los propios. casado por presentarse el Otro primordial impedido de do-
nar su falta.
¿Por qué esto me pasa a mí? Me decía
Y ¿por qué no? le decÍa yo.
¿Por qué no iba a poder pasarte que no te acordaras todo
en el examen?, eso les sucede también a las otras chicas.

Ante estas intervenciones que se acompañaban en ocasio-


nes con un tono de humor, soltaba una carcajada de alivio que
interrumpían el llanto o la queja de la que se hacía presa.
Del mismo modo cuando Ie señalaba con un dedo acusa-
dor exagerando "lo terrible" de la situación. Intervenciones
estas efectuadas con eI fin de conmover la pétrea severidad
a la que se sometÍa.
Esta exigencia de Sofía y su autoreproche no conocen 1Í-
nrite. Es que la vía para no quedar fagocitada por el Otro,

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k
Un lugar en
el dese(ch)ol materno
Por Eugenia Etcheverry

El presente escrito surge como producto del trabajo reali-


zado por la autora a partir de un grupo de estudio llevado
a cabo sobre el Seminario IV, "La relación de objeto" con la
coordinación de Silvia Tomás.

Las huellas de una historia dejarán marcas,


que al ser leídas por el psicoanálisis, permiti-
rán que el sujeto reescriture otra historia.2

Cecilia tiene 30 años y vive con sus padres y el menor de


sus hermanos. Llega a la consulta manifestando tener pro-
blemas familiares, principalmente con su mamá. Se define
como insegura, indecisa, sin saber hacia donde ir y dice sen-
tirse vacÍa desde siempre.

1. Definición: residuo que queda de una cosa, después de haber escogi-


do lo mejor. 2. Cosa que se ha desechado. S. Residuo, desperdicio. Pe-
queño Larousse Ilustrado. Diccionario enciclopédico. 2002
2. Rivadero, Stella Maris. Abordaje psicoanalítico en pareja y familia.

r31
La furucióru materna I Srrwe TouÁs Un lugar en el dese(ch)o materno

Hace tres años terminó un noviazgo que duró una déca- Recuerda que a su mamá la veÍa poco, que era su papá quien
da. Dice que Franco se cansó de ella porque era muy celosa, la visitaba más seguido.
Io maltrataba, 1o insultaba y hasta le pegaba. Cuenta que él
le daba todo, pero a ella nada le alcanzaba. Es Donald Winnicott quien sostiene que en el desarrollo
Hablar de Franco la angustia, en palabras de la paciente: emocional del niño, el ambiente desempeña un papel funda-
"lo trataba para la mierda y lo cagaba con otros chicos. Ét se mental ya que en los primeros tiempo s niño y ambiente no
iba llorando, pero al tiempo volvía y la historia se repetía". están separados y dicha separación (no-yo y yo) dependerá
en cada caso del ambiente en que se desarrolle.
Me pregunto ¿cudl es la historia que se repite? Para este autor, la función ambiental implica tres accio-
nes fundamentales que darán como resultado la maduración
Durante las primeras entrevistas sus quejas están centra- personal del bebé. Estas acciones son las de sostener o afe-
das en la relación con Mónica, su madre. Dice que no cum- rrar (hotding), la de manipular (handlins) y la de presenta-
ple su rol, que nunca recibió de ella contención ni atención. ción de objet os (object-presenting).
La define como insoportable, ya que se queja de todo, grita, La función de hotdirug hace referencia al elemento afecti-
insulta. Sus palabras hacia Cecilia son siempre las mismas: vo puesto en juego en la relación madre-hijo, ya que la ma-
"nadie te quiere, quién te va a aguantar, te tenes que ir de dre lo sostiene en Sus brazos, lo mira, lo acaria, lo acuna.
esta casa, sos una mierdatt. También maltrata a su esposo, Hotding que en Cecilia fue llevado a cabo con grandes ca-
Miguel: lo cela, le grita, lo insulta. Al decir de Cecilía"papd rencias, ya que se precipitó una separación en acto, cuando
nunca dice nada, es sumiso y lo domirua como quiere". con el nacimiento de la segunda hija esta mamá ya no pudo
El significante mierda aparece en el discurso de la madre sostener a Cecilia, desalojándola ¿Cómo alguien que sobra?
y se repite en el trato de la paciente hacia Franco. ¿Cómo un desecho?
Ya desde estos primeros momentos, vemos entramarse los
Abro otros interrogantes: ¿cuál fue el lugar de Cecilia en tejidos que configuraran la relación madre-hija y nos pregUn-
el deseo del Otro? ¿qué lugar tuvo para la mamá esta hija tarnoS una vez más acerca de cómo se dio este "Sostener". Po-
en sus primeros tiempos? ¿Pudo suscitar en ella el deseo de dríamos pensar en términos de Lacan, Ia paciente pudo ocu-
hijo? ¿Acaso Cecilia le hacía falta? par el lugar de falo imaginario y desde allí contar con un lu-
gar en la economía del deseo materno.
Contando retazos de su vida, Cecilia hace historia: nació
en un paÍs vecino, fruto de Ia corta relación de dos adoles- si nos ubicamos en el primer tiempo del Edipo notamos
centes, hecho que provocó un profundo enojo en los abuelos que aparece allí la relación del niño, no con la madre, como
maternos quienes echaron a su hija de la casa familiar. Sus se suele decin sino con el deseo de la madre. Es un deseo de
padres carecÍan de lo mínimo indispensable para alojarla, no deseo3. Es decir, que el niño se identifica con lo que es el ob-
tenían ropita para ella, no contaban con dinero y Ia comida jeto de deseo de Ia madre, que no es otra cosa que el falo. Es
Ia recibían de una tía. por esto que Lacan llama a este primer momento etapa fáli-
ca primitiva y Io subraya como algo que es fundamental ya
Al cumplír 2 años, y teniendo una hermanita de 1 año, Ce- que aquí se detienen cuestiones que marcaran determinado
cilia es entregada a una tía del papá para que junto a su es- sentido en eI sujeto.
poso la crÍen. Cuenta que vivió con ellos algunos años duran-
3. Jacques Lacan. Seminario V. "Las formaciones del inconsciente". Cla-
te los cuales recibió educación y comida, pero nada de amor.
se 10 Los tres tiempos del Edipo.Pág.204-

l3tt r39
La función materna I Sruwn TouÁs Un lugar en el dese(ch)o materno

En este primer tiempo el niño entiende que para gustar- madre real, en pura potencia dice Lacan, que como tal frus-
le a la madre alcanza con ser el falo. El falo en cuanto es de- tra, sobre el amor, sobre el don de amor.
seado por ella. Así, "el niño intentará denodadamente con- "Frustrado de amor y no frustrado de goce, el sujeto que-
vertirse en su equivalente y colmar las expectativas propues- da bajo el peso oscuro del mandato"6.
tas para ser cuidado y atendido en sus necesidades básicas,,4 En Cecilia el Otro materno se presenta como no pudien-
Para no quedar "atrapado" en la mera metonimia del falo, do entregar su don de amor .
será necesario que actúe la Metáfora Paterna. Desde pequeña, su posición de gozado es dada a ver con
Dicha metáfora plantea que el Nombre del padre aparece claridad:
como un significante que sustituye a otro significante, sus-
tituye al significante materno. De este modo, eI padre hace Al cumplir 8 años los padres se separan ya que el hom-
caer el deseo de la madre por debajo de la barra y lo vuel- bre encuentra a su mujer manteniendo relaciones sexuales
ve enigmático impidiendo que el goce materno recaiga so- con su mejor amigo. Su mamá queda en la calle y pasa a vi-
bre el hijo. vir con sus otros 4 hijos en un terreno tomado. Está emba-
Dice Lacan que es en este momento cuand o el niño, con razada y necesito de Cecilia para que cuide de sus hermani-
mds o menos astucia o suerte, puede llegar a preuer muy pron- tos mientras sale a trabajar como vendedora ambulante. Es
to lo que es la x imaginaria, y una uez lo ha comprend.ido, en este momento donde Ia niña deja de vivir con sus tíos y
hacerse el faloí. vuelve con su familia, hasta el momento en que son desalo-
jados de este terreno y viajan a la Argentina para buscar al
En cecilia podemos pensar en las dificultades que salie- padre. La paciente sabe que su mamá no fue a buscarla por
ron al paso a la hora de revestir ella, el brillo de falo imagi- amor, o deseo, sino presa de una necesidad,"cuidar a mis
nario para su madre, ocupando en cambio un lugar más en hermanos" afirma.
relación al desecho, que ha venido sosteniendo.
"Lo que interviene en la relación de amor, o que se pide
En el seminario IV Lacan trabaja las tres formas de la fal- como signo de amor, es siempre algo que sólo vale como sig-
ta de objeto y plantea que están efectivizadas por los agen- no y como ninguna otra cosa. O, por ir todavía más lejos, no
tes materno y paterno, dichas operaciones reciben el nom- I
hay mayor don posible, mayor signo de amor, que el don de
bre de privación, castración y frustración. lo que no se tiene. t...1 El don es algo que circula, el don que
Me detendré en esta última, que puede establecerse en la uno hace es siempre el don que ha recibido"T
relación de la madre con el niño donde éste es frustrado de un En esta paciente podríamos pensar que el Otro mater-
objeto. si ella,la madre, aparece como agente simbólico lo que 'I
no donó con dificultad su agujero, su falta, lo que no tiene a
frustra imaginariamente es un objeto real, el pecho materno. quien no lo es. Como consecuencia Cecilia se presenta atena-
La madre como simbólica hace de ella un objeto presente-au- zada en un goce que la ubica en un lugar de mierdo, de ob-
sente que puede asÍ responder o no a la llamada del niño. jeto expulsado y desde donde ella misma tambíén goza. Vea-
Pero puede suceder que el otro materno no responda o mos cómo...
que lo haga arbitrariamente. De este modo se convierte en
6. Stella Maris Rivadero. Fracasos del amor. Impedimentos del deseo y
4. Alba Flesler. El niño en análisis y el lugar de los padres. Capítulo 2 enclaves de goce. Editorial Letra Viva. Pág. 39
"l,os padres". Pág.46 7. Jacques Lacan. Seminario IV "La relación de objeto". Clase 8. "Dora
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140 t47
La función materna I Sruwe TouÁs

La letra insiste: Conoce a un chico con quién comienza a


salir. Se queja de que es demasiado dulce y atento. No pue-
de llamarlo por su nombre, no puede diferenciarlo de otros
chicos. Le señalo que se llama Joaquin y cada vez que hago
referencia a él lo nombro. Ella se ríe y dice que le cuesta lla-
Nilda, sin el soporte del Otro:
marlo por su nombre. La melancolización
Sostiene que tiene miedo de engancharse y que después
la deje (como su madre), que "cuando un hombre te lleua a
la cama después se ua".
cuenta que un día, mientras tomaban un café ella le dice
"¿y si mejor uamos a un hotel alojamiento?". Joaquin le dice
que no, que prefiere ir despacio, de a poco. Ella se enoja. Al
respecto Rivadero sostiene que "El goce superyoico se juega
por los caminos de la culpa y la necesidad de castigo. una
cosa es no poder hacer un llamado aI Otro y otra muy dis- En una entrevista televisiva el escritor Ernesto Sábato de-
clara que sufrió mucho de niño. Tuvo pesadillas y alucinacio-
tinta obtener una localidad en el otro y a partir de allí lo-
nes y sólo logró cierta estabilización y un temporario bien-
grar cambios subjetivos. De todas formas, estar en deuda con
estar al escuchar, de los labios de un profesor,la demostra-
el otro puede resultar insoportable al punto de llevar al su- ción de un teorema.
jeto, a cerrar intempestivamente las puertas, precipitándo-
El teorema de Pitágoras. Este profesor, descripto como un
se al goce"s viejo caballero de provincia, pareciera habcr sido apto para
AhÍ donde algo del amor aparece ella lo cubre con goce, se ocupar el lugar de la figura paterna.
ubica como un objeto queriendo que Ia lleven a la cama para La demostración del teorema cs cl cncucntro con algo a
que después la dejen, la expulsen. lo que puede aferrarse: una verdad que fuera indiscutible.
Comienzo a pensar que lo que se repite es algo del lugar Eso fue para él la demostración matemática, la combinato-
que el Otro materno le "reseryó" para esta hija. Un lugar en I ria de pequeñas letras: una leY .
donde es expulsada, entregada, como un objeto, como se hace ,

con la Mierda. Un lugar de desecho. Para el psicoanáIisis, el tema del duelo no es un tema me-
nor, por el contrario se trata de una cuestión nodal pues im-
plica para cada quien contar con la posibilidad de despren-
dimiento. Herramienta necesaria pues es la que permite pa-
sar de una cosa a otra cosa, de un tiempo a otro tiempo en
el decurso de Ia vida.
Pensemos que a lo largo de la existencia de un sujeto, las
confrontaciones con las pérdidas son permanentes, de poder
efectivizarlas, estas pérdidas operan cambios en el sujeto.
Suele suceder, cuando luego de un largo tiempo nos encon-
tramos con alguien que hace muchísimo no vemos, muchos
años talvez,y la vemos a esa persona exactamente igual que
It. Stclla Maris Rivadero. Fracasos del amor. Impedimentos del deseo y antes. Pensamos, "está idéntica".
Editorial Letra Viva. Pág.24.
cn«:l¡rvcs de goce.

t43
t42
La función materna I Sruwn TouÁs Nilda, sin el soporte del Otro: La melancolización

Lejos de constituir un halago, ese "estas igual!"nos impre- guste de é1, ni como hace el amor, ni su posición como compa-
siona pues nos da la sensación de que allÍ no ocurrió nada. ñero, tampoco como padre de sus hijos y mucho menos en lo
¿cuál será el motivo o los motivos por los cuales algunas que refiere a su desarrollo personal, sin trabajo desde hace
personas se encuentran detenidas en un tiempo subjetivo? varios años, es ella quien lo mantiene.
¿Cuáles las razones para que en el lugar de duelo se de Con lo cual la parada de brillo fálico que tal vezle permi-
una melancolÍa se pregunta Freud en su texto? tiera admirarlo desde algún lugar está caÍda.
AllÍ nos dice que como posible reacción frente a una pér-
dida tenemos el duelo, el duelo implica la posibilidad de dar Veamos su historia infantil.
por perdido un objeto y a partir de allÍ retirar las catexias Su madre se fue de la casa cuando ella era muy pequeña,
que a éste le habíamos otorgado. contaba con dos años y tenÍa un hermano mayor, ambos que-
AsÍ se podrá, contando con el agujero que dejó el objeto daron viviendo en casa de un familiar por parte del padre .
perdido, ubicar otro en su reemplazo. Durante los años de infancia la madre los visitaba muy
Es decir tenemos la aceptación de la pérdida, tenemos el esporádicamente y recordará Nilda que cuando ella se iba ,
retiro libidinal del objeto, pieza por pieza y luego el enlace a había que desprenderlos a la fuerza, sobre todo a ella, quien
otro que viene al lugar del antiguo objeto libidinizado. se le aferraba a la ropa.
Entonces son necesarios por lo menos Tres tiempos para En tiempos de colegio, recuerda, se desvanecÍa cada vez
el duelo. Sin embargo , hay personas que en lugar de duelo que era convocada a tomar la palabra, todo le daba vergüen-
hacen una melancolía. za, se sentÍa muy frág:il.
Otros que ubicados en el terreno de las neurosis sin pa- A los quince años conoce a Juan , al que se aferra fuerte-
sar estrictamente a la melancolía, ya que esta corresponde mente para no despegarse más "Conocerlo , me devolvió el
en sÍ misma a la psicosis, se inclinan hacia una melancoli- alma al cuerpo", dice. Evidentemente, si el cuerpo es psÍquico,
zaciín no llegando a operar de ese modo, ni siquiera el pri- podemos decir que recién lo construyó con él (no pudo hacerlo
mer tiempo del duelo, el de dar por perdido al objeto, con lo antes), quien en su momento le dio el alma, lo incorpóreo.
cual los otros dos desde luego , no acontecen. Del padre, muy poco se ha dicho hasta el momento, era
Me referiré a Nilda quien desde hace algunos años concu- bueno pero "no existió".
rre a anáIisis (no tantos, pues lo anterior fue psicoterapia) v En su análisis Nilda podrá decir/escribir que su madre es
su tema ella dice, ha sido siempre su marido, en este análi- muy crítica y severa con ella aún hoy y verá que el soporte
sis y en los anteriores, viene para hablar de é1. paterno fue carente.
Es que ella quiere separarse desde hace muchos años pero ¿Qué incidencias ti,ene la falta de amor del Otro en el sujeto?
no puede despegarse. Cada vez que intentó retirarse hubo ¿A caso una de ellas puede ser como nos mu,estra Nilda
que llamar a la asistencia médica porque se desmayaba, ca- una gran dificultad para efectuar los duelos?
yendo en un agujero enorme. En la metáfora paterna, represión primordial, eI signifi-
Literalmente cuando se separaba, se desvitalizaba y era cante del Nombre del padre sustituye al Deseo de la madre.
atendida su emergencia como un ataque de pánico. Se abre la posibilidad de una relación entre eI deseo de la
Presentaba palpitaciones, apnea y una gr¿m desesperación. madre y el deseo potencial del sujeto a advenir.
El solo pensar por un instante en que él desaparezca del El nombre del padre hace entrar en razones al Otro pri-
horizonte la horroriza. mordial instalando, como dice Lacan, el falo como palo de
Nilda analiza pieza por pieza lo que este hombre repre- piedra en las fauces de cocodrilo materno evitando que de-
senta para ella y en lo concreto no puede ubicar nada que le vore al sujeto.

L44 L45
La función materna I Sruwe TouÁs

Es el tiempo medular de la privación, operación real del


padre, como agente imaginario, pues en tanto omnipotente
ejerce esa función, como privador de la madre.
Si bien se produce en el campo del Otro conmueve la iden-
tificación fálica del infans , propiciando que tome el lugar
otra operación, la castración, esta vez de efectos directos en
el campo del sujeto.
Ciertas manifestaciones clínicas como las de Nilda, ata-
ques de pánico, duelos patológicos parecen estar ubicadas
no en el lugar del retorno de 1o reprimido a modo de sínto-
ma, sino que se presentan bajo la égida del retorno en lo real
donde no opera el fantasma (sin llegar a constituir una psi-
cosis). Compulsión de repetición de lo no ligado, fracaso de
la transcripción de signo perceptivo al inconciente.
Su madre "Sabe" como ella se siente. El Otro sabe , la ins-
Bibliografía general
tiga y la critica le dice qué debe hacer como madre , le da con-
sejos al respecto ,la desautoríza frente a sus hijos, es decir,
se presenta como dándole lo que tiene , instalada en el dis-
curso dómine que castiga y desestima; no llega. . . , oo llegó en
tiempos instituyentes con las promesas de amor.
El aferrarse a Juan en su adolescencia tambaleante y an-
gustiada le permitió unarizarse, sosteniéndose no de sÍ mis-
ma sino de é1, lo cual , si bien le otorgó cuerpo ,desde luego
constituye un problema.
Es como un árbol que hubiera necesitado de un palo tutor
que lo guíe y atado a él no ser doblegado por el viento.
Y ahora, erguido ya el árbol parado en sus propios pies no
pudiera abandonar aquella guía, mas por razones fantasmá-
ticas que concretas.
Cuando eI Otro se presenta sin fisura se hace muy difÍcil
encontrar un lugar donde el sujeto pueda cobijarse y apare-
cen presentaciones cIínicas más del lado de los fenómenos
que de los síntomas.
Será necesario construir la trama fantasm átíca, hacer la
arquitectura de la historia del sujeto para poder duelar; lo
que significa poder pasar de una cosa a otra sin desvanecer-
s() on el trayecto. De lo contrario ,sin trama fantasm ática,
cl ,str.jcto no cuenta con la malla necesaria para afrontar las
¡rtirtlidas que conlleva el acto.

146
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Esta obra se terminó de imprimir durante agosto de 2011
en los Talleres Gráficos "Planeta Offset", Saavedra 565,
Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Iu¿.caN DE TAPA:
Caravaggio, La Virgen de los Palafreneros,
[fragmento]
1606, óleo sobre lienzo, 292x211 cm,
galería Borghese, Roma.

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